Capítulo CXI: El Círculo de la Violencia.

Al cruzar el portal que la finada Persephone, algo que ignoraban Kaguya y el resto, abrió, finalmente Sasuke y equipo traspasaron al nuevo círculo. El séptimo de los círculos, en el que actualmente Sasuke y los demás se hallaban, tenía un enorme mar, parecido como al círculo de la avaricia, pero en éste, en vez de haber oro fundido a altas temperaturas, había un colosal océano interminable de sangre, igualmente a extremadamente altas temperaturas, quizá en el límite de la física. Los condenados estaban horrorizados por el hecho de que estaban siendo sumergidos dentro de aquel mar de sangre hirviente, además de que sus cuerpos estaban siendo quemados brutalmente por la temperatura atroz de aquel océano de sangre. Su propia sangre y vísceras estaban siendo derramadas en aquel mar de sangre hirviente.

Algunos de los que intentaban escapar de aquel inmenso océano de sangre hirviente y fuego, tratando de arrastrarse por la costa de los mismos y salir a superficie, eran derribados de nuevo por un grupo de centauros que disparaban flechas de plasma contra los atormentados. Tanto hombres como mujeres, algunos en ellos en edad avanzada, estaban completamente sumergidos dentro de aquel gigantesco océano hasta la cabeza. Apenas se veían las manos de los atormentados salir de la superficie del mar, tratando de alcanzar a salir, pero eran tragados por un vórtice dentro de aquel mar.

Curiosamente, ninguno de los demonios presentes había notado la presencia de Sasuke y compañía, quienes caminaban calmadamente a través de aquel círculo. Incluso algunos los voltearon a ver de manera analizante y con sus ojos entrecerrados. Por supuesto que los demonios centauros sabían que Sasuke y su equipo no eran almas muertas, porque sus cuerpos eran físicos y podían aún andar a pie, además de que sus organismos estaban compuestos aún de carne y sangre, como cualquier otro homínido. Algunos demonios alados, principalmente los que cargaban nuevas almas al círculo, igual miraban con cautela a los terrícolas, haciendo sentir un tanto incómodas a Sakura, Kaguya y a Karin. El resto ignoraba completamente a los demonios.

El describir aquella zona era casi redundante a éste punto, porque era casi similar a los anteriores círculos. Los chicos imaginaban que se llamaba el sello de la oscuridad por el hecho de que, en efecto, la zona estaba completamente oscura y estaba a temperaturas elevadas, tal y como un infierno. De unos extraños volcanes, en vez de salir lava de ellos, salía expulsada más sangre hirviente, quizá incluso a la misma temperatura de los metales preciosos fundidos en el círculo de la avaricia, puesto que la temperatura del ambiente llegaba a casi cincuenta grados centígrados. Encima de ello, el fuerte olor a hierro se estaba volviendo igual inaguantable.

De hecho, había algunas manchas de sangre en la pared, con vísceras y toda clase de entrañas en los muros, además de que los mismos estaban adornados con runas satánicas y se escuchaba el alarido de los atormentados, así como un susurro tenebroso en el ambiente.

— Vaya que éste sitio es peculiar... — admiró Karin, quien siempre quedaba impresionada de ver la sangre, sobretodo porque ella era la principal causa del derramamiento de la misma, en sus enemigos por supuesto — Parece como si estuviésemos dentro de un sauna. Uno donde, en vez de haber vapor de agua hirviendo, hay vapor de sangre cocida a millones de grados.

— Efectivamente, a millones de grados — secund+o Sakura, viendo el enorme mar de sangre alrededor de algunas placas, del tamaño de colosales islas — De hecho, millones de grados es un eufemismo, pues en realidad se hallan a la temperatura de Planck. Apenas está unas milésimas de grado por debajo de los ciento cuarenta quintillones de grados centígrados, tal y como en el círculo de la avaricia.

Como siempre, a excepción de Sasuke, los dragones, Kaguya y Kakashi, todos quedaron impresionados.

— Wow... entonces aquel tal Hades no es muy creativo que digamos, ¿cierto? — se burló Tenten, mirando sus alrededores — Al menos le voy a dar algo de crédito por el diseño de los círculos y también por la manera de atormentar a los supuestos "pecadores".

— Seguramente está a la más alta temperatura físicamente posible, por el hecho de que quieren torturar de la manera más brutal a los condenados — señaló Kakashi, quien igual examinaba el círculo con sus ojos.

— ¿Harías el honor en ilustrarnos, Hyūga? — preguntó, o más bien ordenó, Sasuke.

Neji, quien estaba hasta atrás del equipo, apenas a un metro de separación de Tenten, examinó uno segundos el círculo y entrecerró su mirada. Pronto, inmediatamente reconoció el sitio donde se hallaban, tal y como el resto de los círculos anteriores.

— Éste es el Círculo de la Violencia, donde yacen aquellos que arrebataron e injuriaron contra su prójimo — mostró Neji, con su conocimiento sobre la obra de Dante Alighieri — Se supone que el mar de sangre simboliza la inocente sangre que derramaron de vidas inocuas, principalmente aquellos indefensos, pobres y malaventurados. Aquí se hallan atormentados los homicidas, los criminales violentos, los tiranos, los agresores y los rufianes; todos los que causaron mal a almas inocentes.

El resto seguía mirando a detalle, mientras el Hyūga explicaba el círculo ante ellos. Francamente, Sakura ya no sabía cuál de todos los círculos era peor en tormentos. Incluso si eran los peores homicidas y violadores del cosmos, la princesa ninfa hallaba los tormentos excesivos. Por más malo que fuesen, incluso Chaos en persona, la princesa de las hadas no hallaba motivo para atormentarlos de maneras tan brutales. Parecía sacado de una auténtica novela de terror.

El Hyūga prosiguió.

— Los centauros y minotauros que custodian éste círculo, particularmente aquel enorme mar de sangre, llamado Phlegethon, simbolizan la violencia y la fuerza bestial. Cada condenado está sumergido en Phlegethon, de acuerdo a la severidad de su crimen, y los centauros y minotauros les golpean de vuelta, cada que intentan escapar de Phlegethon. Asímismo, se dice que los suicidas se hallan convertidos en árboles, por haber renunciado a su naturaleza humana.

Pronto, se escuchó el bufido de Naruto, aunque parecía más de repulsión que de burla.

— Pfft... entonces ni siquiera puedes terminar con tu miserable vida, sin que seas atormentado por aquel egocéntrico dios Deus Ex Lux y por el demente de Hades, ¿huh? — espetó Naruto, fumando un poco de cannabis, tal y como Sasuke lo hacía — No los culpo, realmente. El quitarte la vida es el acto más cobarde que puede haber. Un verdadero hombre muere ya sea viejo, enfermo de cáncer por tanto fumar cigarros, o asesinado en una pelea, como un auténtico guerrero.

— Amen a éso — secundó Sasuke, mientras que el rubio sonreía torcido; por primera vez estando de acuerdo con su odiado rival, Sasuke "Gorila" Uchiha.

De hecho, cuando estaban hablando de ello, precisamente en aquel momento atravesaron el bosque de los suicidas, el cual básicamente era un montón de árboles secos y muertos, y desde las ramas de los mismos colgaban cientos de almas que se suicidaron. Era más un paisaje triste que aterrador, pues realmente las almas en aquellos sitios, o por lo menos la mayoría, habían sido víctimas de alguna clase de tormento físico o mental. Otros, habiendo cometido atrocidades, se sintieron arrepentidos de sus actos, abrumados por la culpa de sus maldades, y tomaron sus vidas como un castigo personal, al no poder tolerar el trauma mental de haber matado a inocentes, o incluso a gente que admiraban o hasta amaban.

Por aquel preciso instante es que Sakura resopló y negó con su cabeza, al escuchar cómo Sasuke y Naruto, dignos machos, se burlaban de los suicidas. Si algo había que ella no toleraba, era precisamente la misantropía y la indiferencia de su amado, para con los atormentados.

— ¡¿Cómo saben las circunstancias por las cuales aquellas almas tomaron sus vidas?! — condenó Sakura, mirando a ambos chicos con decepción — ¡No todos tienen la fuerza moral o espiritual para enfrentarse a las adversidades de la vida! ¡Es precisamente aquella masculinidad tóxica la que nos oprime a todos!

— Blegh... suenas como una guerrera de la justicia social, rosadita — se burló Naruto, haciendo una mueca exagerada de asco; mientras el moreno, Sasuke, simplemente rodaba los ojos.

— Sakura tiene razón, chicos — apoyó Kaguya a su hija — Muchas de las almas atormentadas en éste sitio, fueron abrumadas por el sufrimiento de la pérdida de alguien querido, o por el tormento en vida que pasaron. Quizá varios de ellos tenían incluso enfermedades mentales, y tomaron sus vidas sin percatarse de ello. Aún cuando no haya sido de ése modo, ustedes están culpando a la víctima, en vez de al perpetrador, o a las circunstancias que los inclinaron a tomar sus vidas.

Sasuke soltó su estereotípico monosílabo, mientras que Naruto encogió los hombros, igual de indiferente que el azabache.

— En todo caso, tal y como en el anterior círculo, creo que lo más digno y humano que podríamos hacer es liberar a las almas del bosque de los suicidas — interrumpió Tenten — No puedo imaginar peor tormento de una persona que el haber sufrido en vida, como para todavía venir a pasar la eternidad, siendo atormentados psicológicamente, en un lugar tan horrible como el Hades.

Sakura, Kaguya, Kakashi, Neji y Karin asintieron. De todos los atormentados en el Hades, los suicidas eran quienes menos merecían su tormento. Ya suficiente habían sufrido, a causa de lo que hubiese pasado con ellos en vida.

— ¿Qué hay de los sumergidos en el Phlegethon? — preguntó Karin, curiosa de saber qué debía pasar con ellos.

— ¿Qué hay de ellos? ¡Al diablo con ellos! ¡Todos son asesinos repulsivos! — replicó con sorna Tenten — Quizá algunos de ellos mataron por defender a un ser querido, o por venganza, pero estoy casi segura de que la mayoría simplemente eran gente como Onikage y aquellos dos Uzumakis... Nagato y Tayuya, ¿cierto?

Karin asintió. Tayuya era otro nombre que ella no soportaba. Y se aseguraría de que, la próxima vez que la viese, volvería con la cabeza de la pelirroja al viento.

— De hecho, espero sin ironía alguna que éste sitio, el Hades en general, sobreviva a nuestra misión, porque ansío ver a esa puta de cabello de menstruación sufrir en éste lugar — espetó la pelirroja, al recordar el irritante rostro, aunque bello, de Tayuya, igual frotando sus afiladas uñas contra las otras, en un intimidante sonido metálico — Yo misma me encargaré de enviar a esa perra sarnosa al infierno, con mis propias manos.

— ¿Al menos me dejarás ayudarte, Karin-chan? También tengo una vendetta pendiente con Tayuya y Chaos — le pidió su novio, tomándole de la mano.

Karin sonrió y asintió.

— Por supuesto. Ésto ya es personal, Naru-kun.

Ahora fue el turno de Sasuke de resoplar, ridiculizando a los últimos Uzumaki, además de Tayuya.

— ¿En serio por ésa razón es que decidieron ser un estorbo? — cuestionó burlón Sasuke, aunque con un estoico rostro, como siempre — De hecho, no sé ni porqué se molestaron. Yo y Sakura somos más que suficientes como para demoler éste sitio y convertirlo en un basurero. Todos ustedes, sin excepción, sobran.

Naruto levantó una ceja, mirando al azabache, para después sonreír torcido, igual de burlón que el Uchiha.

— ¿No acaso tú estabas inicialmente buscando asesinar a Madara Uchiha? — rebatió el Uzumaki — No creo que seas nadie para juzgarnos, principito Uchiha. Al menos yo no soy un emo vengador.

Sasuke rodó los ojos, mientras que Sakura soltaba una risilla. La ninfa fue fulminada con la mirada de su novio, de modo que encogió los hombros.

Oh vamos, Sasubaby... ¡al menos admite que ése apodo es original! — le dijo la niña hada, mediante su conexión telepática.

Sasuke chasqueó la lengua, sorprendiendo a todos por el comportamiento extraño, para ellos, de Sasuke.

En serio que a veces me caes mal, molestia — replicó enojado Sasuke, aunque Sakura se volvió a reír dulcemente — Además, ¿emo de dónde? Yo soy la definición literal de un semental macho alfa. Soy el apex y el pináculo de la masculinidad — se enorgulleció, incluso mostrando su colosal y poderoso bícep diestro.

Sakura sonrió y negó levemente, aún con una sonrisa.

Ya, no te lo tomes tan a pecho, mi amor — le pidió Sakura a su amado pelinegro, guiñándole coqueta su orbe zurdo a su Sasuke-kun — Naruto es un tonto y no tienes que tomarte en serio lo que dice. Además, no hay nadie más masculino que tú, bebé; en serio.

Sasuke sonrió torcido, mientras que Sakura se acercó a él, le tomó de la mano diestra y besó la antepalma algo velluda de Sasuke. El resto seguía extrañado ante aquellos gestos entre Sakura y su novio, Sasuke, a excepción de Kaguya. Si algo sabía la matriarca de Iridia era que, entre aquellos que eran íntimos, como Sasuke lo era con Sakura, había la posibilidad de una conexión telepática. La ninfa peliblanca, de hecho, sonrió al saber que su ahijado y su hija tenían un nexo sentimental tan fuerte y profundo. Ella misma compartía dicha conexión con su amado esposo, ahora finado, y con él se compartían los secretos más profundos que ella jamás revelaría. Obvio, los poderes de Sakura eran los que permitían en primer lugar dicha conexión telepática, pero solamente era posible tenerla con un ser amado e íntimo. Ni siquiera con familiares cercanos.

"Entonces... son tal y como éramos nosotros..." se dijo la albina, en sus pensamientos.

Pronto, todos llegaron al fondo del bosque de los suicidas, donde, en cada rama de cada uno de los troncos, había colgados humanoides que también parecían estar hechos del mismo material de las ramas. Sakura se quedó entristecida de ver tan deprimente escenario, pues incluso había niños en aquel sitio, apenas de unos ocho años cuando mucho. De hecho, llamarles niños era extremadamente irónico de parte de Sakura, porque ella igual era una niña de tan sólo once años, aunque biológicos por supuesto.

— Dios... que sitio tan triste... Tan deprimente... — musitó la princesa hada, con su pequeña mano zurda en su pecho.

La princesa hada vio a una niña, más o menos de su edad o quizá un año mayor que ella, y decidió que ella sería la primera en ser liberada de su tormento. La pelirrosa extendió su pequeña mano izquierda a su costado y formó en ella una cuchilla de plasma rosa, una con forma circular y serrada, apenas de unos treinta centímetros de diámetro. La princesa de las ninfas echó para atrás su brazo, lo más que pudo, para después lanzar aquella cuchilla de plasma contra la rama que sostenía el cuello de la niña, de donde colgaba el cuerpo de la misma.

La cuchilla de plasma de la hada de cerezos cortó aquella rama, la cual actuaba como soga, y el cuerpo de la niña cayó al suelo, aunque Sakura detuvo con sus poderes psicokinéticos la caída de la chica y la depositó suavemente en el suelo. En cuanto la pelirrosa depositó a la niña en el suelo, se acercó a ella y le apartó aquella rama que le amarraba como una soga en el cuello, para después tomarla gentilmente de los hombros.

— Dime, pequeña... ¿cuál es el motivo por el que estás aquí? — preguntó Sakura, a la niña aprisionada en el círculo de la violencia.

La niña volvió su mirada a Sakura y abrió sus ojos, asombrada de la belleza y gentileza que emanaba la princesa de las hadas, quien le sonreía con dulzura, como un auténtico ángel lo haría con su protegida.

— Tú... ¿quién eres tú? — preguntó la niña, asombrada de ver que alguien más que condenados estaban en el círculo de la violencia.

Sakura sonrió, acariciando levemente la frente de la niña, con lo cual removió más ramas pequeñas que enmarañaban el cabello de la pequeña.

— Soy una hada, y he venido hasta aquí para salvarles a todos ustedes. Para acabar con el ícono del pecado, Magnus Chaos — anunció Sakura, dejando más asombrada a la niña — Pero dime, pequeña... ¿cuál es el motivo por el cual tomaste tu vida?

La niña agachó su mirada y negó, para después derramar algunas lágrimas, sorprendiendo a la princesa hada.

— ... Cuando tenía apenas seis años, mi madre abusó sexualmente de mí y me violó apenas pasado mi cumpleaños... — comenzó a narrar dolida la niña, lo cual estrujó el corazón de Sakura, además de que la horrorizó, por imaginar semejante tormento — ... Durante aproximadamente otros seis años, fui violada sexualmente por mi madre, quien usaba toda clase de objetos sexuales en mi cuerpo y me obligaba a hacer toda clase de actos perversos... — prosiguió, para el horror de Sakura — Incluso mi madre llegó a prostituirme por dinero... generalmente hablando, con jerarcas importantes que pagaban sumas abundantes de dinero por tenerme como su mujerzuela...

Con cada palabra que decía, a la niña se le iba quebrando la voz. De hecho, a Sakura se le hacía difícil el tener que escuchar la corta, pero terrible, historia de aquella chica, porque había vivido una experiencia incluso mucho peor que la de Karin. Justo ahora, la niña estaba llorando unas lágrimas de sangre; algo que parecía aterrador, pero en el caso de la niña era simplemente dejando salir todo su dolor. Sakura, sin importarle ensuciarse de las lágrimas de sangre, abrazó a la niña y dejó que sacara todo su dolor. Una traicionera lágrima salió del ojo izquierdo de Sakura, aunque la ninfa decidió actuar con mayor fortaleza y se relajó, tratando de calmar a la niña, si bien nunca dejó de llorar.

— Está bien, pequeña... Te prometo que todo terminará pronto... Dios todopoderoso tiene planes para tí, pequeña... — musitó dulcemente Sakura, abrazando con más fuerza a la niña atormentada, mientras acariciaba su largo y enmarañado cabello — Dios está contigo... y tiene misericordia de tu sufrimiento...

Pasados algunos segundos, ambas chicas se apartaron y Sakura limpió las lágrimas de la otra niña, la condenada en el bosque de los suicidas, aún si la niña hada se manchó de sangre las manos. La chica tomó las manos de Sakura y las levantó a la altura del pecho de ambas.

— Tú... ¿tú dijiste que has venido para salvarme? — preguntó la niña.

Sakura asintió.

— Entonces, por favor, líbrame de éste tormento... y déjame ascender al purgatorio... donde al menos tendré la oportunidad de conocer a mi creador... y redimirme de mis pecados... — pidió llorosa la condenada.

La pelirrosa asintió, con una suave sonrisa.

— Por supuesto — replicó suavemente la princesa hada — No solamente te mereces ser redimida, sino mereces ir al firmamento... porque no eres una pecadora, sino una víctima de la opresión de las tinieblas... — la redimió — Te prometo que te absolveré de tu supuesto pecado... y que nunca más pondrás un sólo pie en éste lugar...

Sakura sostuvo con firmeza las manos de la pequeña y cerró sus ojos. Por algún motivo, la niña condenada se vio a sí misma incentivada a imitar a Sakura, de modo que ella igual cerró sus ojos y se dejó envolver por el aura de la princesa hada, algo que le asombró al principio y le hizo abrir sus ojos como platos, pero eventualmente de nuevo la niña cerró sus ojos y se abrazó a Sakura.

— In nomine Patris... et Filii... et Spiritus Sancti... — enunció Sakura, tocando con la palma de su mano la cabeza de la niña — Dios todopoderoso, ten misericordia de ésta inocente alma... quien fue víctima de violencia, mas no la perpetradora... — comenzó a rezar, haciendo que Sasuke se extrañara, pero no dijo nada al respecto, lejos de fumar su cigarro — Ten piedad de ésta atormentada alma que no merece el pasar los siglos de los siglos en perpetua oscuridad... bajo tormento absoluto de un pecado que jamás cometió... Abre tus alas y recibe a uno de tus hijos, oh dios todopoderoso...

La pelirrosa abrió sus orbes esmeralda, los hizo brillar como dos auténticas gemas, haciendo que sus írises brillen como un diamante a la luz, y la princesa hada sanó con su magia completamente el cuerpo de la condenada, hasta que la restauró íntegramente. La niña se sorprendió de ver cómo su piel era completamente sanada y reformada, además de que su cabello creció de nuevo perfectamente, encima de que no tenía ni una sola herida de las que se provocó, cuando se suicidó.

La niña, sin en cambio, se sonrojó fuertemente al darse cuenta de que estaba completamente desnuda, con sus pequeños senos expuestos ante Sakura, de modo que se cubrió de inmediato con sus manos. Sakura, sin embargo, sonrió y negó.

— No te avergüences, pequeña. No tienes nada de qué apenarte. Ambas somos chicas, ¿no es verdad? — enunció gentilmente Sakura, aunque la niña siguió cubriéndose — Ahora, ya has sido completamente restaurada y tu alma irá al firmamento, a donde perteneces... Nunca más has de volver a éste sitio...

Sakura cerró sus ojos de nuevo, pero ahora hizo brillar el sello en su frente, el cual se transformó en la forma Infinity, pero la princesa hada apenas se limitó a transformar el rombo en su frente, sin adquirir su modo Infinity por completo. De pronto, una estela de luz rodeó a la pequeña niña y entonces comenzó a desvanecerse lentamente, hasta que su cuerpo se transformó en fotones de alta energía, a la vez que desaparecía del círculo de la violencia.

— Mi cuerpo... ¡puedo sentirlo...! — enunció esperanzada la niña — ¡Dios ha escuchado mis plegarias al fin!

Sakura sonrió y miró cómo la niña se desvanecía al frente de ella. La pelirrosa juntó sus manos en su pecho y cerró de nuevo sus ojos, mientras mantenía su dulce sonrisa.

— Que el todopoderoso te guíe de la mano a tu eterno descanso, dulce pequeña... — musitó Sakura.

Al fin, la niña se desvaneció por completo y Sakura se incorporó del suelo, mirando cómo la estela de luz igual desaparecía por completo, de modo que Sakura se dedicó a liberar muchas más almas del bosque de los suicidas. Por otra parte, Kaguya estaba en las mismas condiciones, liberando cuantas almas habían sido condenadas al bosque de los suicidios. Había un hombre en particular al que liberó del árbol que le ahorcaba. El sujeto, de unos treinta años de apariencia, que igual se lamentaba de sus actos.

— Dime, alma condenada... ¿cuál es el motivo de tu lamento? — preguntó Kaguya, tomando por el hombro al hombre.

El sujeto, quien soltaba algunos sollozos, sin llorar propiamente, negó, sin levantar su mirada.

— Dulce mujer... ¡¿por qué motivo me has liberado?! — le recriminó el hombre — ¡Yo merezco estar en éste sitio! ¡Soy un despreciable ser y no merezco la misericordia de nadie!

Kaguya no se sorprendía de escuchar que alguien sentía tanto odio por sí mismo. De todos modos, por algún motivo es que se quitó la vida.

— Dime, entonces... ¿por qué es que has tomado tu propia vida? — preguntó la princesa de la luna, obligando al hombre a levantar su mirada.

Tal y como en el caso de Sakura y la niña que liberó, el hombre igual derramó lagrimas de sangre, impactando inicialmente a Kaguya, pero la ninfa se lo tomó con calma.

— ... Yo... yo he cometido actos terribles... crímenes sin nombre... Dios... — musitó el hombre, colocando su mano derecha sobre su rostro y negando — Yo fui partícipe de la ejecución de cientos de almas inocentes, durante la santa inquisición... Yo tomé las vidas de gente inocente, cuyo único crimen fue el haber nacido con distinta orientación sexual... el no declarar a la iglesia como la máxima autoridad... o por rehusarse a creer en un dios... — confesó, dejando con un nudo en la garganta a Kaguya — Hombres, mujeres por igual... Muchos de ellos murieron al filo de mis armas... Fue tanto tormento mental y espiritual, por lo cual decidí tomar mi propia vida... — musitó, con profunda agonía y arrepentimiento — No merezco ningún perdón... Mi lugar está en éste sitio... como justa condenación...

Por supuesto que Kaguya estaba impactada de saber que aquel hombre fue parte del santo oficio de la inquisición. Aquella que exterminó a los considerados como "herejes". Aquellos que llevaban una vida supuestamente pecaminosa, por algo que no podían controlar.

Kaguya miró cómo el hombre cayó postrado al suelo, llorando como un niño por todo el tormento que él mismo provocó. Seguramente, aquel sujeto pensaba que estaba haciendo lo correcto, liberando al mundo del pecado y de actos "inmorales", pero en realidad participó en la muerte de muchas almas inocentes. Quizá varios de los que estaban presentes en el círculo de la herejía habían sido muertos a causa de aquel hombre.

Sin duda, era difícil tentarse el corazón por alguien que es la causa de sangre inocente derramada. No obstante, Kaguya había recibido redención divina, a pesar de ser quizá la dictadora más brutal que Terra tuvo la desgracia de conocer, y había sido perdonada por sus terribles crímenes. Terra en su totalidad la recibió con los brazos abiertos, así que la albina no era nadie para juzgar a aquel hombre, quien no hizo ni la mitad de lo que ella había hecho.

La princesa Luna, de hecho, se vio un poco reflejada en aquel hombre, de todos los actos de repugnante brutalidad que ella cometió de primera mano, lo que incluye el asesinar incluso a mujeres encintas, de la propia especie a la que ella pertenecía. Mas, aún con todo su salvajismo y barbaridad, Sakura jamás se dio por vencida en ella, conquistó el endurecido corazón de Kaguya y la salvó de la oscuridad, para volver a restaurar a la dulce Kaguya Senju, la legítima reina de Iridia y guardiana del pueblo más antiguo e importante de las hadas.

La albina entonces tomó el mentón del hombre, no en un modo romántico ni nada por el estilo, claro está, y le sonrió gentilmente.

— Aún el peor de los asesinos y tiranos merecen una segunda oportunidad, buen hombre — enunció amablemente Kaguya, haciendo que el hombre abriese sus ojos ampliamente — Puedo ver en tu mirada y tu aura que estás genuinamente arrepentido... Sé cuánto te aflige tu pasado... y lo mucho que desearías el poder enmendar tus crímenes... Por tanto te has arrepentido de tus pecados, te he de otorgar una segunda oportunidad, en el purgatorio...

El hombre se quedó pasmado. ¿Realmente aquella bella peliblanca tenía aquel poder? Antes de que averiguara, la princesa de la luna tomó la cabeza del hombre, expulsó levemente su aura y comenzó a sanar progresivamente su cuerpo.

— Pater noster, qui es in caelis... Sanctificetur nomen tuum... — comenzó a enunciar la peliblanca, de modo que el hombre igual cerró sus ojos — Dios de la luz, perdona a éste hombre de sus pecados... y otórgale una segunda oportunidad en el purgatorio... donde ha de alcanzar su redención... Permítele alcanzar el perdón, mediante tu gracia divina, Dios todopoderoso...

Tal y como con la niña anterior que Sakura liberó, el cuerpo del hombre fue rodeado con una estela, hasta que eventualmente su cuerpo se volvió completamente transparente.

— Puedo verlo... El purgatorio me espera... — enunció suavemente el hombre, extendiendo su mano a lo alto — Te estoy eternamente agradecido, princesa Selene...

Kaguya no se sorprendió de saber que el hombre sabía de su identidad, pues, al ser la llamada "hija de Theia", era lógico que fuese conocida entre tanto los mortales, como las deidades. Pronto, el hombre se desvaneció completamente y su alma fue transferida al purgatorio, donde enduraría una prueba más, para la purificación de su alma. Donde se dictaría si es que está listo para entrar en el reino de los cielos, de acuerdo a los dioses del inframundo.

Progresivamente, todas las almas del bosque de los suicidas fueron liberadas y mandadas al purgatorio, donde tendrían una oportunidad de redimirse, aunque en el caso de los que fueron víctimas, y no aquellos que se quitaron su vida por los crímenes que cometieron, fueron directamente enviados al firmamento, donde aquellos muertos en gracia divina eran enviados. Sakura y Kaguya, con sus poderes, se encargaban de restaurar sus cuerpos y de transportarlos al que supuestamente era el primero de los círculos del Hades, el purgatorio. Ya del resto se encargaría Minos, dado que las almas en el bosque de los suicidios habían sido arrebatadas y traídas al círculo de la violencia, a pasar más tormento del que de por sí pasaron en vida.

Una vez liberadas todas las almas en el área, los chicos caminaron a unos pasos hacia una zona central del bosque de los suicidas. Por algún motivo, Sakura y Kaguya tenían un muy mal presentimiento, así como Naruto y Karin. El resto igual sentían un ambiente muy pesado, pero ignoraban por completo el hecho de que la zona, de repente, comenzó a sentirse criogenizante, al grado de que ni las llamas se sentían cálidas.

Pronto, sin embargo, todos se toparon con la imagen de un gigantesco árbol en el medio del bosque de los suicidios, donde les esperaba quizá la imagen más aterradora, de cierto modo, para los terrícolas. Al menos para la mayoría, exceptuando, como siempre, Sasuke, Naruto y los dragones de Terra.

Kakashi, de hecho, se tropezó con una rama que hizo un sonido de romperse, casi colapsando al suelo.

— ... ¿Por qué haces ésto, Kakashi... amado mío? ¿Acaso no tienes piedad de mí? — dijo una voz llorosa, dejando paralizado al peliplata.

— ... ¡Ésa voz...! ¡No puede ser...! — murmulló anonadado el peliplata.

El paladín volvió su mirada lentamente a lo alto y se quedó horrorizado de ver la figura de una bella chica que parecía estar en sus tempranos veinte años, de acuerdo a su aspecto, o quizá incluso en su tardía adolescencia. La chica estaba hecha completamente de ramas cafés, con unos orbes similares a los humanos, de tonalidad igual café, y su cabello, igual hecho de ramas, estaba tan largo que le llegaba a los pies. De sus ojos, tal y como con el resto de los atormentados en el círculo de la violencia, específicamente en el bosque de los suicidios, lágrimas de sangre caían de los ojos de aquella chica.

Kakashi, por su lado, reconoció de inmediato a aquella joven mujer y cayó al suelo de rodillas, quedando horrorizado por la imagen que tenía al frente. Nadie más reconocía aquella mujer atormentada, mas que Kakashi.

— Dios, no... no puede ser... — musitó dolido el Paladín, débil como nunca — ¡Rin...!

La chica, de aspecto de árbol, sonrió con tristeza y lloró aún más, al ver a Kakashi tan dolido.

— Kakashi... amor mío... Me siento tan feliz de verte en éste lugar... a pesar de las terribles condiciones... — musitó dulcemente Rin — Has cambiado tanto, Kakashi-kun... Te has vuelto todo un caballero... Tan galante y tan apuesto, como Sir Arthur...

— No... ¡¿por qué...?! — lamentó el Paladín, sin derramar lágrimas, pero con profundo dolor — ¡¿Por qué es que tú estás aquí?! ¡Tú no mereces estar atrapada en éste sitio...! ¡No tú, un alma tan pura y noble...!

El peliplata se acercó al tronco que sostenía el cuerpo de Rin, lo abrazó y se lamentó varias veces, mientras que Rin, convertida en un árbol como el resto de los ya ahora liberados seres atormentados, miraba con tristeza al hombre que siempre amó, y a quien seguiría amando por el resto de su eternidad. El hombre al cual renunció hace tiempo, al saber que él no correspondía sus sentimientos del modo que ella esperaba, ni del modo que ella siempre le profesó. Kakashi, en cambio, a pesar de que nunca amó como tal a Rin, le tenía un afecto intenso a la pelicastaña, a quien siempre vio como una hermana, más que a una amante.

Kakashi, sin en cambio, pronto recuperó su semblante, al menos un poco, y endureció su mirada, además de que se incorporó agresivamente y miró con enojo a Rin, aunque en realidad estaba más enojado con las circunstancias que con ella.

— Dime, Rin... ¡¿por qué es que estás aquí?! ¡¿Por qué motivo es que estás en éste sitio?! — cuestionó hostil Kakashi, aunque era obvio que estaba siendo abrumado por el dolor — ¡El bosque de los suicidas es para aquellos que se inmolaron! — determinó, levantando la voz agresivo — ¡Se supone que tú moriste como víctima de la guerra, a manos de las tropas de Wintersun! — espetó, con furia, mas no dirigida contra ella.

Rin se quedó callada, porque sabía que el hombre que amaba, el hombre que nunca la amó como ella esperaba, pero al que ella jamás dejó de amar, estaba siendo agobiado por el sufrimiento de verla en aquel sitio. Otra que fue afectada por el ver a Rin ahí era Kaguya, al menos al saber que era la mujer que estaba íntimamente relacionada con Kakashi, aunque no de un modo romántico, y quien había, supuestamente, perecido a causa de su invasión, seguramente cuando atacó al continente del viento. La albina, hasta hoy día, no se podía perdonar los pecados y crímenes que había cometido, y siempre cargaría con aquel peso. Ahora, el saber que gente que consideraba camaradas habían perdido a seres queridos, la hacían sentirse peor.

La pelicastaña, atormentada en el bosque de los suicidas, desvió su mirada a un costado, derramando aún más lágrimas por las palabras que pronunciaría a continuación. Sabía que le afectarían enormemente a Kakashi y quizá lo quebrantarían por completo. Pero no podía escapar a la mirada de su amado.

— ¡Contesta! — demandó el peliplata — ¡¿Por qué estás aquí, si se supone que solamente los suicidas están condenados a éste sitio?!

Rin sollozó unas cuantas veces, derramando interminables lágrimas de sangre en el acto. Un espectáculo aterrador, para algunos de los presentes, excepto Sasuke, Naruto, Kakashi y los dragones elementales, pero más bien devastador para Kakashi.

— ¡¿No acaso fuiste asesinada por Magnus Chaos?! — espetó el paladín, cada vez más furioso con las circunstancias — ¡¿Por qué, entonces, es que estás aquí, condenada en el círculo de la violencia, en el bosque de los suicidios?! ¡Responde!

— Yo... yo no morí a manos de Chaos... ni de las tropas de Lady Kaguya... — murmulló en llanto la pelicafé, dejando congelado al caballero místico, quien ya se esperaba lo peor, aunque deseaba que no fuese así — Yo... yo tomé mi propia vida...

Aunque era totalmente predecible aquello, no por ello el impacto para Kakashi fue menor. El peliplata se quedó literalmente criogenizado en su sitio, con sus ojos totalmente perdidos en la figura de Rin. Sus ojos brillaban de dolor, por saber que Rin, la dulce niña que siempre le simpatizaba como una hermana menor, había atentado contra su propia carne y que había tomado su propio aliento de vida. El peliplata no sabía si llorar o sentirse furioso, por el hecho de que alguien tan benevolente como Rin había terminado en un sitio tan terrible, como el círculo de la violencia.

Ella no merecía estar en un sitio tan espantoso y terrible como el bosque de los suicidas. No ella.

Ya había llegado hasta aquellas alturas, de modo que lo único que restaba era averiguar el cómo es que Rin terminó suicidándose. O mejor dicho, las circunstancias o incentivos que le llevaron a atentar contra su propia vida.

— Rin... ¿por qué...? — preguntó afligido Kakashi, tocando con su mano derecha el tronco del árbol que ahora era la Nohara — ¡¿Por qué hiciste semejante barbaridad?! ¡¿Por qué te inmolaste a ti misma, Rin?! Dios... ¿en qué estabas pensando? ¡No mereces nada de ésto! ¡No un ángel como tú!

Y he ahí, la parte más difícil de la confrontación a la verdad. Hubiese preferido la castaña que Kakashi la odiase por haber sido tan dramática y por haber tomado su propia vida. Incluso quizá hubiese preferido que la torturara físicamente, como ha sido torturada por las arpías en el bosque de los suicidas. Sin embargo, Kakashi optó por la vía más dolorosa: el atormentarla psicológicamente, con la confrontación a la realidad. Lo que más le dolía a Rin, era precisamente el hecho de que devastaría emocionalmente al hombre que siempre amó y al que siempre iba a amar, por siempre.

Sin embargo, todo había llegado hasta aquel punto, y no había más que ocultar. Toda la verdad estaba revelada. Al menos la mayor parte de ella. La castaña, de hecho, no pudo mirar a su amado; no con el mismo temple que antes lo hacía.

— Yo... yo tomé mi vida, cuando fui abrumada por el dolor de todos los eventos que sucedieron en mi vida... — comenzó a hablar de nuevo Rin, haciendo que Kakashi escuchara atento, con profundo dolor — No solamente mis padres murieron, a causa del clan Otsutsuki, sino que mi clan entero fue exterminado, a causa de la Gran Guerra... y muchos de mis seres queridos perecieron a causa de ella... — comentó, aunque Kakashi sabía que había más trasfondo oscuro en el suicidio de la bella castaña — Encima de todo, cuando admití mis sentimientos por ti, recuerdo cómo me deprimí cuando tú, gentilmente pero igual de doloroso, me rechazaste...

La chica entonces soltó un doloroso sollozo, además de que lloró más lágrimas de sangre, hasta que se escurrieron por todo su cuerpo, pasando por su torso hasta el suelo, donde goteó lentamente.

— Sin embargo... lo que más me dolió saber es que Obito-kun había muerto... Apenas algunos días después de que yo rechacé sus sentimientos... — admitió Rin, con la voz ahogada en su llanto — Dios... me sentí tan fatal... Quería volver el tiempo y darle una oportunidad, pero ya era muy tarde... Y fue por éso que yo...

Rin ni completó aquel enunciado, aunque daba a entender lo obvio. Kakashi rememoró aquello. Sabía que su amigo, Obito Uchiha, albergaba fuertes sentimientos por Rin Nohara, quien en realidad siempre amó a Kakashi. La pelicafé no lo amaba de aquel modo, aunque Rin estimaba a Obito como el amigo que era de ella; como su hermano mayor. Lo estimaba casi tanto como a Kakashi, diciéndole lo mucho que lo estimaba. El saber que Rin se había quitado la vida, a causa de que la culpa de la muerte de Obito la abrumó, igualmente le apesadumbraba. Era terrible el saber que, la mujer que guardaba intensos sentimientos por ti, terminaba en un lugar tan espantoso, como el bosque de los suicidios.

Eventualmente, Kakashi se calmó un poco, aunque igual sentía su corazón oprimido. El peliplata se incorporó del suelo y miró a la castaña, para después colocar una mano en el tronco que era el cuerpo de la chica.

— Rin... no mereces estar aquí... — aseveró Kakashi, con voz templada pero dolida — Obito habría detestado que terminaras aquí... Él habría querido que continuaras viviendo... Él, más que nadie, habría dado su vida, si con éso salvaba la tuya...

Kakashi volvió su rostro a Kaguya, quien se limpió una lágrima de su ojo izquierdo.

— Por favor, Lady Kaguya, absolvamos a Rin de toda culpa, de todo pecado... Ella no merece estar aquí... — suplicó el Paladín — No fue su culpa nada de ésto... No fue su culpa que Obito pereciera...

Kaguya asintió, con un rostro de dolor.

— Por supuesto que no fue su culpa, Sir Kakashi — apoyó con pesadez la albina — No fue culpa de nadie, sino de aquel maldito de Onikage — masculló, recordando el rostro de aquel demonio — Rin es un alma pura y debe estar en el firmamento...

La peliblanca tomó la mano de su hija, Sakura, quien levantó su precioso rostro al de su madre. Ambas hadas asintieron levemente, juntaron sus manos en su pecho, emanaron sus auras alrededor de sus cuerpos, apenas a unos centímetros del suyo, y tocaron con sus pequeñas manos el tronco que era el cuerpo de la castaña. Pronto, la ninfa pelirrosa y la albina cerraron sus ojos y enunciaron su mantra en latín.

— In nomine Patris... et Filli... et Spiritus Sancti... — enunciaron ambas hadas, al unísono — Padre nuestro, que estás en los cielos, te suplicamos, por favor, tengas misericordia de ésta inocente alma... Permítele reposar por la eternidad en tus aposentos, Dios todopoderoso... Ten compasión de ésta infortunada alma y otórgale una segunda oportunidad en los prados asfódelos, donde ha de alcanzar la redención y la absolución de su inocua alma... Por favor, padre nuestro, escucha nuestras plegarias...

De pronto, el cuerpo de Rin fue convirtiéndose lentamente, de su estado de árbol, en uno hecho de luz. El cuerpo de la castaña se fue transformando en su forma humanoide y adquirió el tamaño que solía tener, hasta antes de que falleciese, aproximadamente a los veinticuatro años. Pronto, la chica quedó completamente restaurada de su cuerpo, con su cabello de tonalidad castaño regular, y totalmente desnuda, aunque no se notaban sus partes íntimas. Dado que el árbol que la sostenía también recibió la energía de ambas hadas, se desintegró por completo y Rin cayó al suelo, aunque Kakashi la atrapó entre sus brazos fuertes, antes de que impactara contra el suelo.

El peliplata miró a los ojos de la pelicastaña, quien le sonrió dulcemente al paladín, enamorada como siempre.

— Kakashi-kun, wow... has cambiado tanto... — dijo cariñosamente Rin, a la vez que acariciaba el rostro del peliplata — ¿Sabes? Siempre tuve curiosidad de saber cómo era tu rostro...

La joven castaña, quien amaba al Paladín, tomó la mascada de Kakashi y retiró lentamente la misma, revelando una espesa barba de vikingo, extremadamente abultada y varonil. De hecho, todos se quedaron pasmados de ver el apuesto rostro de Kakashi, aunque obvio que ninguno de ellos tenía la reacción de embelesamiento que tenía Rin Nohara. La castaña admiró la increíble belleza masculina de Kakashi, quien tomó la mano zurda de Rin, en el costado derecho de su rostro, con su propia mano diestra.

— Dios... eres tan guapo... como siempre imaginé que lo eras... — enunció dulce Rin, con una tierna risilla — Me siento tan feliz de conocerte tal y como eres, Kakashi-kun... Espero que de quien quiera que te hayas enamorado, si es que lo hiciste claro, te haga muy feliz...

La imagen de la bella hada morena, la actual matriarca de Iridia, la senior de Sakura y subordinada de Kaguya, llegó a la mente de Kakashi. No había momento que no ocupara su mente, pero en aquel momento la bella hada de cabellos azabache apareció, sonriente en los pensamientos del paladin.

— Shizune... — musitó inconscientemente y por lo bajo Kakashi, desviando su mirada hacia un costado.

Rin se sintió un poco triste al principio, al saber que su amado eventualmente se enamoró de otra mujer, pero después sonrió, al saber que el peliplata había encontrado a una dama a la cual amar, aunque no fuese ella.

— ¿Shizune...? — repitió la castaña, con una sonrisa entre triste y cariñosa; quizá mas celosa que deprimida, realmente — Con que ése es el nombre de la mujer que amas... Realmente es un hermoso nombre...

Rin sonrió de nuevo, ahora con felicidad, e hizo que Kakashi le devolviese la mirada, de modo que el paladín la miró directo a los ojos.

— Kakashi-kun... me siento feliz por ti... — musitó la castaña, mientras acariciaba el apuesto rostro del caballero divino — Por favor, sé feliz... Salva a nuestro mundo y perdóname por ser tan imprudente...

De pronto, un haz de luz cayó desde lo alto, a través de las oscuras nubes del círculo de la violencia, y entonces el cuerpo de Rin comenzó a levitar en el aire, además de que comenzó a brillar con intensidad, tal y como el haz de luz que ingresaba desde la bóveda celestial.

— Puedo sentirlo... el firmamento... — enunció con un eco singular Rin.

Rin-chan... es hora... — escuchó de repente la chica — Tu tiempo de acompañarnos al Elysium...

Rin abrió sus ojos como platos, al ver la figura de un pelinegro de orbes igual negros, con una sonrisa enérgica y casi zorruna. No podía creer que la chica pudiese ver a aquel chico, de la misma edad que ella tenía.

— ¡Obito-kun...! ¡Realmente eres tú...! — musitó entre llorosa y feliz Rin, extendiendo su pequeña mano al moreno.

Andando, Rin-chan... Todos nos esperan en Elysium... En el firmamento...

Sonriendo y llorando al mismo tiempo, Rin tomó de la mano de Obito y el Uchiha la tomó en un abrazo. Sin poder contener su emoción, Rin llevó sus labios a Obito y lo besó con todo su amor, mientras que el chico se sorprendía, pero eventualmente correspondió el beso que le daba el amor de su vida. Kakashi igual se quedó sorprendido de ver a su amigo difunto y el ver cómo Rin besaba a Obito, pero después sonrió alegre de ver que, por fin, Rin correspondía los sentimientos de su amigo.

Tras el beso, Rin se abrazó al pecho de Obito, quien igual levitaba en el aire con su amada en brazos, y ambos se miraron con amor.

— Obito-kun, yo... Perdóname por no haberme dado cuenta de mis sentimientos por ti... — le dijo la chica, acariciando el rostro del Uchiha — Yo... te amo...

Rin-chan... — musitó el moreno, pero después sonrió — Yo también te amo... Siempre lo hice...

El Uchiha entonces miró a Kakashi y le sonrió amigablemente, mientras que el peliplata le devolvió el gesto.

Largo tiempo sin vernos, espantapájaros...— se burló Obito, sonriendo zorruno, aunque era un gesto amigable por supuesto.

El caballero místico se rió levemente, asintiendo.

— Una pena que sea bajo éstas circunstancias, cabeza de chayote — respondió el paladín al moreno, quien se rió divertido.

Al final te gané a la chica, ¿eh, Kakashi?

El Hatake se encogió de hombros, aunque feliz por su difunto amigo, apenas presente como un espíritu.

— Siempre tuve el presentimiento de que sería tuya, amigo.

Obito entonces miró a Sasuke, quien miraba calmado todo desde el principio.

Sasuke... veo que también estás en ésta travesía...

Sasuke se encogió de hombros.

— Asunto personal. No tiene nada que ver con Terra o el multiverso. Todo es por mí y por Sakura — aseveró el príncipe de los Uchiha, entretanto que Obito sonreía.

Supongo que es lo justo — secundó el otro moreno, estrechando a Rin contra su cuerpo — En fin, debo partir, con Rin-chan... Elysium nos espera, junto con los demás... El mundo está en manos de ustedes, Kakashi, Sasuke... — remarcó, tomándose serio un momento — Por favor, derroten a Chaos y terminen con ésta brutal guerra... Ustedes son la única esperanza...

El haz de luz se amplió aún más y entonces Rin y Obito levitaron a lo alto, mientras sus cuerpos se desmaterializaban en fotones de alta energía que brillaban como pequeñas estrellas. Kakashi miró cómo sus amigos desaparecían en aquella luz.

Kakashi... cuídate, amigo... Rin y yo te estaremos esperando... — le dijo a su eterno amigo, de toda la vida, para luego mirar al miembro de su clan — Buena suerte, Sasuke... El destino de los Uchiha está en tus manos... Y en las de tu amada, Sakura Uchiha — se despidió, antes de desaparecer completamente, con la castaña en sus brazos.

Kakashi hizo la cruz de sacrificio y se arrodilló en el suelo, cerrando sus ojos un momento.

— Obito... Rin... algún día nos veremos de nuevo... En un mejor lugar que éste...

Kaguya caminó en dirección a Kakashi, le tocó el hombro izquierdo, haciendo que el peliplata se levantara del suelo, y el Paladín se cubrió su rostro con la mascada, aunque a aquellas alturas ya todos habían visto su masculino rostro.

— Andando, Sir Kakashi... Tenemos una misión que cumplir... — dijo la albina.

El caballero místico asintió, por fin recuperando su semblante determinado y estoico.

— Por supuesto.

De pronto, una guadaña enorme, con un aura púrpura, fue arrojada en dirección a donde Kaguya y Kakashi estaban. Obviamente, tanto el paladín como la ninfa mayor evadieron el ataque, al dar un salto y un vuelo, respectivamente. El paladín de inmediato extrajo su enorme espada tipo zweihänder, con un agresivo movimiento, y apuntó a donde provino el ataque con su espada legendaria Durandal, la cual alguna vez perteneció a Charlemagne, el legendario paladín. Kaguya igual materializó sus dos espadas Jian, entretanto que el resto extraía sus respectivas armas y se posicionaba en su postura de combate.

Ahhh... ¡qué desgracia! ¡Han arruinado mi bosque de los suicidas! ¡Qué calamidad! — dijo un demonio recién llegado, el cual era parecido a un Wraith, pero con apariencia musculosa, conservando su rostro esquelético — Y pensar que me llevó tantos millones de años el cuidar de mis bellas esculturas de árboles de suicidio. Tendrán que pagar éso con sus vidas, miserables mortales.

La voz de aquel demonio era oscura, pero se podía aún escuchar de humano regular, con un eco extraño. La albina entrecerró su mirada y reconoció de inmediato a aquel monstruo Wraith, quien volvió su mirada fría, con unos orbes escarlata oscuro sin esclerótica, y sonrió macabro.

— Un Grim Reaper... — señaló duramente Kaguya, al reconocer al demonio — Tú... tú eres la personificación de la muerte, ¿no es verdad? Eres la muerte en persona... Azrael...

El demonio sonrió, con su rostro esquelético, y asintió.

Princesa Selene... es un honor el poder por fin conocerte... — alabó en burla el demonio, incluso haciendo una reverencia propia de un caballero — Me sorprende que ustedes, simples mortales, hallan llegado hasta éste sitio, mi reino y mi dominio. En todo caso, bienvenidos sean todos a mi hogar, el círculo de la violencia — les dio la bienvenida, con obvia burla de galantería de un caballero — No me esperaba que viniesen ustedes a mí, cuando yo suelo ser el que tomo las almas oscuras y las traigo al Hades, pero de igual manera es una grata sorpresa, a pesar de que han destruido mi maravilloso bosque.

— Tú... ¿acaso tú eres el que atormenta a las almas que se suicidaron? — cuestionó Kakashi, entrecerrando su mirada — ¡¿Acaso tú eres el que trajiste a Rin hasta éste maldito lugar?!

El Grim Reaper sonrió malévolo, giró su enorme guadaña alrededor de su cuerpo, colocó la misma en su hombro y asintió.

En efecto, hijo de Arthur. Yo soy el que condena a las almas del cosmos en el círculo de la violencia — admitió soberbio el demonio de la muerte, Azrael — Rin Nohara tan sólo era mi principal trofeo. Era una bella alma, pura y de sentimientos nobles, que cayó presa de la culpa y la depresión, todo a causa de un mocoso que siempre la amó y al cual nunca correspondió — se regodeó, riendo oscuro — Bueno, al menos ya está con aquellos inútiles terrícolas, así que no le fue tan mal, ¿cierto?

Kakashi estaba furioso, al ver aquel demonio de la muerte tan burlón y ante el asentimiento que hizo, confirmando que enjuició a Rin, la dulce chica que le profesó su amor a Kakashi. El paladín rugió, giró su arma en el aire y la azotó sobre el suelo, causando un violento terremoto a escala de un planeta entero, aunque aquello difícilmente causó un impacto en el Wraith supremo, Azrael.

— ¡Maldito demonio! ¡Los humanos no son tus conejillos de indias! — bramó Kakashi, apuntando con una sola mano su pesada espada — ¡Eres una maldita escoria!

El Grim Reaper se rió macabramente y tomó su arma entre sus manos, mientras el resto igual se preparaba en su postura de combate.

Solamente cumplo mi trabajo, Sir Kakashi. No sé porqué te lo tomas tan personal. Igual te tocará a ti y a tu amada, Shizune, el ser enjuiciados por mí, algún día — amenazó el demonio, haciendo parpadear sus ojos — Como sea, no vinieron a charlar de manera amena, cierto? ¿Qué les parece si mejor pasamos a la parte donde los mato a todos, terrícolas?

Kakashi gruñó por lo bajo, tensó sus dientes, se arrancó su mascada y también su armadura, revelando su impresionante físico, tan parecido al de Sasuke. El paladín azotó su espada en el suelo, causando una onda de choque que viajó al menos un año luz, para después colocar su espada en el hombro.

— Sasuke... — le llamó Kakashi a su ahijado — Ésta pelea es mía. No te metas en ésto.

El moreno miró al peliplata, con apenas una remera de manga corta, y soltó un monosílabo, como siempre el Uchiha solía hacerlo.

— Bah, como quieras. No es como si me interese hacer pedazos a un saco de huesos — se burló el azabache, mirando con desprecio a Azrael — Entonces te lo dejo a ti, Kakashi. Todos los demás a un lado. Dejen que el espantapájaros se luzca.

Los demás obedecieron a Sasuke y se apartaron del sitio, entretanto que el peliplata caminó en dirección a la personificación de la muerte y después dejó caer su extremadamente pesada espada al suelo, donde se enterró y cavó una pequeña zanja. Azrael dedujo que la zweihänder de Kakashi debía pesar al menos una tonelada, juzgando por el daño que causaba al impacto en el suelo, pero era asombroso que un supuesto mortal común como Kakashi, quien aunque fuerte, podía levantar como sin nada todo aquel peso.

El paladín levantó su arma de nuevo, ésta vez con ambas manos, y la posicionó en su hombro derecho, mirando con furia a su enemigo.

— Voy a hacerte pagar por todas las almas inocentes que condenaste a éste literal infierno, Azrael... — amenazó el caballero místico, con voz oscura — Especialmente, te haré sufrir por lo que le hiciste a Rin... Voy a exterminarte y a enviarte directo al fondo del Hades, donde quedarás enclaustrado, con Luzbel...

Muy bien. Prepárate, entonces, Sir Kakashi, hijo de Arthur... — amenazó el demonio Reaper, igual posicionando su arma en su hombro derecho.

Apenas terminaron de hablar, Kakashi se lanzó a la pelea contra Azrael. Gracias a que su cuerpo pesaba menos, al removerse la armadura de su cuerpo, Kakashi se movió a una velocidad sorprendente y reapareció frente al Reaper, contra quien colisionó su enorme espada, en contra de la guadaña de Azrael. El ataque fue tan fuerte que causó una gigantesca onda de choque, la cual viajó un año luz de distancia y sacudió el suelo con un brutal terremoto, encima de que se levantó una ola de marea de tierra a por lo menos cien mil kilómetros de altura.

El Reaper entonces atacó a Kakashi con un corte directo al pecho, tratando de partirlo en dos, pero el paladín, con su fuerza brutal, paró el ataque de su enemigo y desvió la guadaña con su musculoso brazo, con lo cual aturdió a su enemigo. Kakashi entonces giró hacia su izquierda y atacó con el pesado mango de su espada Durandal en la boca del estómago de su adversario, por lo que el monstruo se tambaleó unos pasos, además de que se sostuvo su vientre, a causa del brutal impacto que le dio Kakashi en el estómago. El peliplata entonces enterró su espada en el vientre de su enemigo, quien ahogó un gemido de dolor, y el paladín empujó toda su arma dentro del cuerpo de su enemigo, hasta que el mango chocó contra el estómago del monstruo.

Kakashi entonces tomó al Wraith del cuello, lo levantó a lo alto y el caballero místico sacó su espada del cuerpo de Azrael, para después estocarla varias veces dentro del cuerpo del demonio, quien soltaba ahogados gemidos de dolor, a causa de que Kakashi destrozaba sus entrañas. En seguida, el peliplata levantó de nuevo al Reaper, lo azotó entonces contra el suelo unas cuantas veces, causando una enorme sacudida a escala de al menos un parsec de distancia. El caballero divino giró hacia su izquierda, para entonces arrojar a Azrael contra una montaña de lava de sangre a lo lejos, a la cual traspasó el demonio con su cuerpo.

Predeciblemente, el cuerpo del Wraith desapareció en el aire, entre un humo negro, y después apareció en lo alto del cielo, donde reformó su enorme guadaña, con la cual atacó al aire, aparentemente blandiéndola únicamente con el efecto de intimidar al peliplata. Sin embargo, pronto del aire salieron varias cuchillas disparadas al cuerpo del caballero paladín, quien comenzó a cortar cada una de aquellas cuchillas de plasma escarlata con tintes negros, al girar su arma en el aire. El demonio Reaper, sin en cambio, alzó su enorme guadaña a lo alto, la giró de nuevo por encima de su cabeza y entonces azotó su pesada arma sobre el suelo, donde Kakashi aún estaba.

La guadaña de Azrael causó no solamente que se alzara una colosal ola de marea de tierra, la cual viajó al menos cien años luz de distancia, sino que de la cuchilla curvada se emanó la misma energía de las cuchillas de plasma y levantó a lo alto enormes jets de energía gamma, los cuales, curiosamente, se mantuvieron en la misma tonalidad oscura, encima de que desmantelaban el interminable suelo del círculo de la violencia. Kakashi, sin en cambio, se cubrió con su espada y recibió toda aquella energía de la explosión del ataque de Azrael.

Apenas el ataque se disipó, se vio cómo la figura de Kakashi saltó a lo alto. El peliplata cargó la energía de luz en su zweihänder y entonces un enorme haz de luz se levantó a lo alto, prácticamente atravesando al menos unos mil billones de kilómetros de altura, por encima del oscuro cielo del círculo de la violencia. Kakashi rugió con furia, cuando dejó caer su enorme espada de luz contra su enemigo, y el Wraith estaba tan impresionado por el poder del paladín que no pudo protegerse debidamente del ataque de Kakashi, de modo que recibió directamente el ataque del caballero divino. La explosión resultante igualó al de una supernova que se extendió además al menos cien años luz.

De entre el ataque, de nuevo, Kakashi reapareció al arrojarse con enorme velocidad contra Azrael y ambos se enfrascaron en un duelo con sus armas. El peliplata giró su zweihänder varias veces alrededor de su cuerpo, aunque de modo vertical, y creó con ello ondas cortantes de luz, de modo que el Reaper cortó todas ellas con su guadaña. Tal y como Kakashi, el demonio atacó a su enemigo con ráfagas de poderosa energía, aunque ésta vez el caballero místico simplemente paró los ataques de energía con su Durandal, endurando además las explosiones brutales que producían aquella arma, a la colisión con su espada.

De nuevo, Kakashi giró su arma, pero ahora con ella desvió la energía de una poderosa cuchilla de plasma de vuelta contra Azrael, quien voló a lo lejos y arrojó su arma contra el peliplata. El paladín esperó a que la guadaña llegase ante él y entonces la tomó con su mano derecha, giró hacia su izquierda una vuelta completa y devolvió el ataque en contra de su enemigo, quien fue empalado con su propia arma y salió volando contra una montaña, donde se enterró en la misma, a causa del ataque. Kakashi igual tomó en su mano derecha el mango de su arma, posicionó su espada de modo horizontal, apuntando a su enemigo con la misma, como si se tratase de una enorme lanza, cargó aquella energía gamma en su espada y entonces el caballero místico arrojó su arma contra el Reaper, quien apenas intentaba apartarse la cuchilla de su guadaña en su estómago.

Cuando la espada de Kakashi apareció frente a su mirada, la cual además viajaba a la velocidad de la luz y se energizó como un cometa, la enorme espada zweihänder del peliplata se enterró en el pecho de su enemigo y se creó otra monstruosa explosión cósmica, casi como si dos agujeros negros colisionaran, en la llamada Danza de la Muerte. Kakashi, entretanto, desapareció y reapareció en una estela de luz, y se lanzó con un puñetazo contra su enemigo.

El paladín impactó violentamente su puño contra el rostro de su enemigo, causando una onda de choque que se expandió al menos a un billón de kilómetros, y el caballero divino volvió a impactar otro puñetazo, ésta vez de su puño izquierdo. En seguida, Kakashi impactó cientos de puñetazos en el rostro huesudo del Wraith, haciendo que con cada impacto se produjera una colosal onda expansiva que progresivamente desmantelaba el suelo, con un brutal sismo que apenas duraba unos segundos, pero que causaba una sacudida en el tiempo espacio, con cada impacto. El Wraith estaba siendo abrumado por la tremenda fuerza física de Kakashi, quien golpeaba sin piedad alguna el rostro y cuerpo de su enemigo, así que no podía reaccionar debidamente, a causa de los brutales impactos del paladín en su cuerpo y cara esquelética.

Kakashi entonces tensó su puño derecho, gruñó oscuramente y con furia, para entonces colisionar su enorme y poderoso puño directamente en el rostro de su enemigo, con lo que no solamente le hizo vomitar sangre a Azrael, sino que Kakashi pulverizó con su puñetazo la interminable montaña de al menos un año luz de altura, encima de que expandió una poderosa nebulosa con su golpe tan monstruoso, el cual sacudió de nuevo el tejido tiempo/espacio, donde se situaba el círculo de la violencia. El Grim Reaper salió volando a lo lejos, mientras giraba como un rehilete en el aire, pero en éso el caballero místico desapareció de nuevo, tomó su espada en su carrera contra su enemigo y entonces saltó en un enorme brinco contra Azrael, quien apenas se recuperó del brutal ataque del paladín.

Cuando por fin Kakashi llegó ante su enemigo, le atacó con su enorme espada, igual de manera vertical, en un intento de partirlo por la mitad, pero el Reaper ésta vez reaccionó debidamente y detuvo el ataque de Kakashi con sus manos huesudas, comenzando a forcejear contra el poderoso paladín. A pesar de la fuerza brutal del Hatake, el heredero de Sir Arthur, el caballero divino se sorprendió de ver que el demonio de la muerte le igualaba en fuerza, cuando anteriormente no había reaccionado debidamente a la bestial paliza que él le había otorgado. De hecho, el Wraith, a pesar de no poseer tanta masa muscular como Kakashi, al apenas ser un demonio de tipo Revenant, sí que tenía la fuerza física de un dios Primordial, si no es que incluso más.

Cuando eventualmente perdieron la fuerza cinética del ataque de Kakashi, así como del salto del peliplata, ambos cayeron al suelo y se impactaron como un meteoro que colisionaba contra el suelo. El Wraith, por fin reaccionando debidamente, le dio una poderosa patada al vientre del paladín y lo mandó a volar a cientos de metros a lo alto, casi un kilómetro, y Kakashi eventualmente se precipitó en el suelo, creando un cráter gigantesco, aunque un tanto más pequeño al resto de los que había causado el caballero divino, con su brutal fuerza física, apenas de un kilómetro de diámetro.

El paladín se recuperó de la caída y vio cómo el demonio Wraith, el mayor entre ellos y principado de los Revenant y Wraiths, saltó contra él y giró el arma, con la punta directamente contra el cuerpo de Kakashi. Sin embargo, justo cuando Azrael estaba a punto de empalar al caballero místico con su propia arma, Durandal, el paladín detuvo el ataque de su enemigo, al sostener con sus manos la filosa y pesada espada que ahora estaba energizada con el aura del Reaper. Kakashi forcejeó contra la fuerza tremenda del Wraith, quien, sorpresivamente, igualaba la suya, a pesar de que el rey de Medel tenía mucha más masa muscular que Azrael.

Aprovechando que el demonio estaba cerca de su rostro, Kakashi le soltó un cabezazo al mismo, haciéndolo que éste retrocediera unos pasos, y el peliplata igual azotó la calza de su pesada bota en el vientre de su enemigo, de nuevo forzándolo a retrechar varios pasos. Kakashi se incorporó de un hábil salto y corrió contra su enemigo, a quien le golpeó en el rostro fuertemente, de nuevo causando una onda de choque con el impacto. Pronto, sin en cambio, Azrael se recuperó del golpe y de nuevo atacó a Kakashi, con la espada que aún sostenía en sus huesudas manos.

Cuando llegó ante el peliplateado, el demonio Revenant de nuevo intentó partir en dos a Kakashi, pero el peliplata detuvo de nuevo el ataque y forcejeó de nuevo en pie contra el demonio de la muerte. Kakashi empujó con fuerza a su enemigo, quien igual empujaba con fuerza contra el peliplata, pero eventualmente el paladín fue ganando terreno, por lo que empujó con fuerza contra su enemigo, hasta que lo empotró contra una enorme estructura deforme de roca.

Azrael colisionó contra la misma con su arma, se hundió en ella y entonces Kakashi impactó varias veces sus puños contra el cuerpo de su enemigo, de nuevo comenzando a desmantelar la estructura de roca y metal en la que estaba enterrado el demonio. El Wraith, sin en cambio, detuvo el puñetazo de Kakashi y después le pateó fuertemente en el vientre, con lo cual retrocedió el peliplata unos pasos.

Ésta vez, en vez de lanzarse en una estocada contra el paladín, el demonio simplemente tomó la espada de Kakashi y la guadaña suya en su otra mano, desapareció de la mirada del peliplata y le atacó con ambas armas, en forma de un corte cruzado, mas el caballero divino detuvo el ataque, al sostener los brazos huesudos y putrefactos de Azrael. El caballero místico empujó con fuerza contra el monstruo, quien incluso le dio un cabezazo a Kakashi, pero el caballero paladín, a pesar de retroceder un poco, devolvió el gesto a su enemigo, al golpearle con la cabeza a su cráneo huesudo, el cual incluso el peliplata estrelló un poco al impacto.

Tras tambalear un poco al demonio, Kakashi cortó con su espada el cuerpo del Wraith, unas cuantas veces de manera horizontal y cruzada, y una vez de manera vertical, donde el peliplata giró hacia su izquierda para dejar caer su enorme espada en el cuerpo del monstruo, con el cual lo hirió con un gigantesco corte en su pecho y vientre. Kakashi entonces atacó con un empalamiento a su enemigo, pero el Revenant detuvo el ataque del caballero divino con sus brazos, pese a que fue arrastrado cientos de metros. El peliplata atacó con un codazo de su mano derecha al rostro del demonio y lo hizo caerse al suelo. Entonces, el caballero divino giró la enorme espada zweihänder y atacó con una empalada a su enemigo, quien seguía en el suelo.

Justo cuando la espada estuvo a punto de empalarle, Azrael giró a su costado, tomó su guadaña y atacó a Kakashi directamente al pecho, ésta vez logrando cortar con éxito el pecho del peliplata en el acto. A pesar de la fiereza del ataque del demonio representante de la muerte, Kakashi apenas sintió una corriente de calor en su torso, un corte de la guadaña en sus pectorales y cómo aquella misma aura oscura que rodeaba el arma le quemaba la herida, casi cicatrizándola al instante. La sangre pronto escurrió de inmediato y el Hatake retrocedió unos pasos, a causa de la lesión de su pecho, a donde el paladín se llevó su mano derecha, sintiendo un ardor intenso en sus pectorales.

Azrael se incorporó del suelo, mediante un ágil salto, giró su arma y atacó al peliplata con un corte horizontal, pero el peliplateado desvió la cuchilla con su brazo derecho. El demonio ahora atacó por el otro costado, aunque ésta vez Kakashi se le adelantó y tackleó con su hombro derecho a su oponente, quien soltó su arma en el acto y fue arrojado a cientos de metros, donde estaba la espada Durandal del paladín. El demonio tomó la espada de Kakashi, se incorporó del suelo y atacó al caballero divino con la espada del mismo.

Cuando ambos colisionaron sus armas, de nuevo se produjo una explosión monstruosa, la cual extendió una nebulosa gigante a por lo menos un año luz, aunque Kakashi y Azrael no recibieron mayor daño, más allá de algunas quemaduras por la expansión de aquella onda de choque de plasma. Kakashi giró hacia su izquierda y atacó a la cabeza de su enemigo, con la pesada guadaña que sostenía en su mano, entretanto que el demonio igual soltaba un poderoso ataque contra el peliplateado, con lo cual interceptó el ataque del caballero divino. Con la pura colisión, se creó una onda expansiva que se expandió al menos unos cien billones de kilómetros de distancia y mandó energía de plasma por doquier.

Kakashi y Azrael colisionaron sus armas, o el arma de su enemigo que cada uno tenía en sus manos, en contra de su oponente, con cada colisión mandando ondas de choque que devastaban el sitio y dejaban enormes zanjas de al menos un cuatrillón de kilómetros cuadrados de área. Eventualmente, Kakashi simplemente se abalanzó contra su oponente, a quien tackleó con una poderosa embestida con sus brazos y lo arrastró por cientos de metros en el acto, derribando y demoliendo cuanta estructura de roca y metal se hallaba a su paso.

El caballero místico entonces giró hacia su derecha, apretó del cuello a su oponente y lo lanzó contra otro monte de metal. Gracias a la tremenda fuerza de Kakashi, fuerza sobrehumana aunque no necesariamente ilimitada o absoluta, el demonio Wraith salió volando a la velocidad de la luz. Al cabo de algunos segundos, el monstruo colisionó contra un cuerpo celeste a lo lejos, el cual explotó con una potencia brutal y creó una supernova, expandiendo por toda un área de al menos un megaparsec.

Debido a la poderosa explosión, Kakashi también salió volando a lo lejos y se estampó contra una enorme roca de metal que se resquebrajó en el acto. El paladín, sin en cambio, cayó en una rodilla y recuperó su postura eventualmente. Del otro lado, se había levantado una nube de hongo de tierra que arrojó a lo lejos tierra y pequeñas rocas que se desmantelaron a su paso por el viento, por encima de la velocidad del sonido. Una marea de polvo, poco violenta, se levantó y se extendió al menos por un área de cien millones de kilómetros cuadrados, aproximadamente la mitad de un planeta habitable para la humanidad.

Pronto, sin en cambio, la marea finalmente se desvaneció y Kakashi se incorporó completamente, además de que se limpió la sangre que salía de la comisura de sus labios y que estaba embarrada en su espesa barba de vikingo. Desde lo lejos, se elevó una torre de energía oscura, aunque relativamente débil, que opacaba todo el paisaje con el mismo plasma oscuro, proveniente desde donde se supone el Wraith debía estar oculto.

Con una explosión de plasma, finalmente a lo lejos reapareció el demonio Reaper, quien rugió como el monstruo que es y su cabeza se descubrió por completo de su capucha, revelando una cabeza esquelética pero con aspecto intimidante. El demonio sonrió malévolo y se rió oscuramente, para después volar hacia Kakashi y detenerse a unos metros de él. El peliplata jamás bajó la guardia.

Tal y como lo esperaba de un guerrero de tu categoría, hijo de Arthur... No cabe duda que eres el paladín definitivo... El más grande entre todos los caballeros divinos... Prácticamente a la altura de las legendarias hadas arcanas... sino es que incluso por encima de ellas... — alabó el Revenant, riendo con maldad — Ansío el día en que pueda traerte al Hades, para que sirvas eternamente como el guardián del círculo de la violencia, Sir Kakashi... Todos tienen guardias, excepto yo, ¿sabes?

Ante la risa arrogante del demonio, Kakashi gruñó por lo bajo, irritado de escuchar tan sólo la voz de aquel demonio. El peliplata se tronó los dedos de sus manos, tensó sus músculos y después chocó sus puños el uno frente al otro, con lo cual envió una onda de choque al menos a un año luz de distancia, además de que sacudió violentamente todo el círculo de la violencia, con aquel violento golpe de sus manos.

— Aún no has visto nada, Revenant. Tal vez sea un hábil espadachín, maestro de la esgrima, pero soy aún mejor combatiente cuerpo a cuerpo. Incluso los más grandes guerreros shaolin tendrían dificultades de confrontarme en combate — advirtió el peliplateado, quien tensó y mostró su dentadura — Te tengo reservada una verdadera muerte a manos mías, Grim Reaper. Ni siquiera tú podrías imaginarte el terror que he de traer a tu miserable existencia, maldito demonio.

El demonio soltó un resoplido de burla y agitó hacia la derecha su mano, con lo cual envió una onda de viento como un huracán, aunque apenas con ello mandó a volar los escombros que él y Kakashi habían creado, con su violenta pelea anterior.

Oh, créeme, Sir Kakashi... Eres tú el que no ha visto absolutamente nada... — rebatió de vuelta el demonio, al dar una muestra de sus poderes, lo que difícilmente inmutó a Kakashi, el cual seguía cruzado de brazos — Que no se te olvide que nosotros somos la más grande autoridad en el cosmos... Incluso los dioses del multiverso serán enjuiciados en algún momento por nosotros, los principados del Hades... Tú, por más poderoso que seas, sigues siendo un mortal... y un terrícola...

Kakashi soltó un monosílabo y chocó ahora sus palmas contra los hombros, con lo que las liberó de tensión para mayor movilidad.

— Ustedes los seres Primordial siempre nos subestiman a nosotros los mortales. Si fuésemos humanos regulares, no habríamos llegado hasta éste sitio — espetó el peliplata, ahora tronando su espalda — Después de todo, logramos derrotar a cinco de los seis Pain Elemental del cosmos, incluido Luzbel. Yo no soy ni siquiera el humano más fuerte de Terra, pero soy más que capaz de acabar con cualquiera de ustedes, los principados del Hades.

Kakashi se colocó en su postura de combate y gruñó oscuramente, preparándose para pelear.

— No pienso perder el tiempo hablando. Continuemos con la pelea, Azrael. Te desapareceré del plano existencial, demonio de la muerte — masculló el caballero divino, chocando un par de veces sus puños, aunque sin los efectos anteriores.

El Wraith sonrió, extendió sus garras de sus uñas e igualmente adquirió una postura de combate.

De acuerdo, entonces. Peleemos en serio — demandó el principado de la muerte — Prepárate a ser condenado a hundirte en sangre hirviente, paladín.

En un instante, tanto Kakashi como el demonio se arrojaron al ataque, primero soltando un puñetazo en contra del otro, con lo cual crearon una onda de choque tan poderosa que devastó el de por sí demolido círculo de la violencia. Sin embargo, tanto Azrael como Kakashi no se movieron de su sitio, a pesar de que el impacto fue tan brutal que causó el mismo daño de una supernova, las cuales se extienden regularmente un año luz.

Kakashi giró hacia su izquierda y atacó con una patada de giro inversa a su enemigo, quien se agachó, giró hacia su derecha y atacó con una patada tornado al peliplata. El paladín, no obstante, le tomó de la pierna, le atacó con el codo en el muslo, lesionándoselo en el acto, y después le atacó una vez en el estómago, con un puño trasero en la boca del estómago, para después atacarle al mentón con un puño trasero, lo cual le hizo retroceder al demonio. Kakashi entonces abrazó la pierna del demonio con sus fuertes brazos, giró varias veces sobre su propio punto, con lo cual generó una fuerza cinética enorme, y entonces el peliplata arrojó al demonio contra lo lejos, contra una enorme montaña que fue traspasada por el cuerpo del Wraith.

El demonio, sin embargo, giró en el aire y rebotó contra una estructura de metal, para después propulsarse contra Kakashi. No obstante, Azrael desapareció en el aire, se multiplicó por cientos de él mismo y entonces se arrojó de nuevo contra el peliplateado, quien se quedó pasmado de ver la enorme cantidad de Wraiths que le rodeaban. Sin poder saber quién de los demonios era el verdadero, Kakashi recibió al menos cientos de golpes de parte de aquellos monstruos, todo mientras era mandado a volar por todas partes y colisionaba con cuanto objeto de roca y metal. Cada impacto del demonio en el cuerpo del caballero divino le causaba heridas que sangraban, aunque ninguna de ellas parecía como tal letales, todo gracias a la suprema condición física que tenía Kakashi, casi comparable a la misma condición física que Sasuke poseía.

De pronto, el Wraith formó sus guadañas en cada uno de sus clones, todos volaron al cielo y entonces arrojaron una energía de plasma contra el paladín. La energía fue tan brutal que el brillo del ataque se extendió al menos un trillón de kilómetros de puro diámetro y los haces de luz se enterraron en el suelo, junto con Kakashi, quien soltó un grito ahogado, al ser atacado por aquella energía tan potente, la cual lo inhumó bajo cientos de miles de millones de toneladas de roca y metales pesados. De repente, la energía colisionó al fondo del círculo de la violencia y detonó como un quasar, igual expandiendo un brillo tan enorme, como el de uno.

Cuando Azrael reapareció en el suelo, igualmente enterró las cuchillas de sus clones en el suelo demolido, y detonó energía por el subsuelo. Con ello, se creó una explosión brutal que emanó haces de luz a través de las grietas, y de nuevo explotó con una potencia termonuclear, de al menos un nonillón de megatones. Sin embargo, desde el fondo de la tierra, se comenzó a sacudir todo el terreno del círculo de la violencia, encima de que el suelo comenzó a levantarse, como si alguien utilizara una máquina o herramienta enorme, para alzar al menos un kilómetro cuadrado de pura área.

Azrael, entre todos los clones, vio cómo Kakashi levantaba desde el fondo aquella enorme porción de tierra, con su enorme fuerza, por lo que el terreno se alzó a más de dos metros, por encima del suelo. Kakashi gruñía furioso, más por el combate que propiamente por el esfuerzo, y entonces el peliplata lanzó a lo alto el terreno, apenas a unos metros por encima de él, para después impactar su poderoso puño en el centro de aquella enorme porción de tierra. Mediante ello, el caballero divino pulverizó completamente todo aquel kilómetro cuadrado de territorio que alzó, con un espesor de al menos cien metros.

Con aquel puñetazo, el paladín no solamente devastó totalmente aquella gigantesca porción de terreno, sino que mandó a volar cientos de rocas puntiagudas en el acto, con lo cual destrozó varios de los clones de Azrael, dado que las rocas se enterraron en la cabeza de los demonios. El peliplata entonces enterró sus manos dentro del suelo, sacó del piso una enorme roca de metal y se la arrojó al cuerpo principal del Wraith, quien se vio tan impresionado que no pudo evadir el ataque del paladín. La roca impactó contra Azrael, a la velocidad de la luz, y creó con ello una explosión similar a una hypernova, la cual se expandió por mil años luz de pura distancia.

El demonio cayó al suelo, abrió una gigantesca zanja de al menos cien millones de kilómetros de área, y para entonces Kakashi se lanzó contra su enemigo, con su puño alzado a lo alto. Al llegar ante su enemigo, Kakashi colisionó su puño directamente sobre la boca del estómago de Azrael, quien ahogó un alarido de dolor y escupió una sangre tonalidad púrpura. El paladín atrapó a su enemigo entre sus rodillas y comenzó a atacar brutalmente contra el rostro de su enemigo, quien, a causa del vicioso ataque de parte del caballero divino, no pudo bloquear adecuadamente los ataques, pese a que se cubría con sus antebrazos de los agresivos golpes de Kakashi. Con cada impacto en la cabeza de su enemigo, Kakashi demolía progresivamente el suelo, sacudiendo con un brutal sismo que incluso agitaba el tejido tiempo/espacio que sostenía la materia dentro del círculo de la violencia.

Eventualmente, los agresivos ataques de Kakashi causaron que se abriese una monstruosa zanja, como un abismo y, de un último golpe poderoso en el rostro del Revenant, ambos cayeron a aquel precipicio, a cientos de miles de kilómetros de profundidad. Kakashi, sin en cambio, giró en el aire, tal y como Azrael, y ambos se enfrascaron en un combate aéreo, donde intercambiaron golpes, puños y patadas de toda clase contra el otro, logrando conectar con éxito múltiples golpes sobre el otro, además de que se aplicaban llaves al cuerpo y se azotaban contra los muros de aquella interminable zanja.

Kakashi se "montó" sobre su enemigo, le atacó constantemente en el rostro con sus poderosos puños, con cada uno creando una onda de choque que devastaba constantemente aquel abismo, donde ambos estaban cayendo. En una distracción del Hatake, el demonio Wraith tomó a Kakashi del rostro, impactó su cabeza contra la de él, le aturdió en el golpe y después el demonio se montó sobre Kakashi, igualmente, junto con el hecho de que guiaba al peliplateado contra unas rocas puntiagudas.

Kakashi, sin en cambio, reaccionó a tiempo, tomó de la cabeza al Wraith, lo giró con sus fuertes brazos y le apretó en una llave al cuello, con lo cual le asfixiaba y lo dirigía a aquella roca puntiaguda. Al ser sostenido con fuerza por el paladín, el demonio representante de la muerte impactó con violencia contra aquellas rocas puntiagudas y las destrozó con el fuerte impacto, de modo que las rocas se desmoronaron y cayeron al abismo que se había creado en el círculo de la violencia. Tras ello, Kakashi siguió atacando al demonio con sus poderosos puños, mientras seguían cayendo al precipicio.

De pronto, Kakashi se arrojó contra el muro, con el cuerpo de Azrael en sus manos, y lo restregó contra las rocas del precipicio, causando numerosas heridas en el cuerpo del demonio, quien trataba de reaccionar con puñetazos al cuerpo del Hatake. El caballero místico golpeó unas veces más sus puños contra el rostro de su enemigo y entonces le apretó del cuello, mediante lo cual le destrozó la tráquea con su mano derecha. Después, el guerrero divino le abrazó con su brazo el cuello y comenzó a girar frenéticamente en el aire, hasta que creó un colosal remolino que creció al menos un parsec de altura y que desmantelaba el precipicio de aquella monstruosa zanja, dado que Kakashi generó una tremenda fuerza cinética con su giro.

Eventualmente, ambos guerreros llegaron al fondo de aquella colosal zanja. Justo antes de que ambos impactaran, Kakashi lanzó agresivamente a Azrael contra el suelo, cuando estuvo a unos cien metros de impactar en el piso. En el momento que impactó el demonio de la muerte, se creó un colosal sismo a escala de al menos cien millones de años luz, el cual sacudió el tejido espaciotemporal brutalmente. Aquello también levantó una erupción de tierra, a la misma altura del colosal tornado, el cual ahora se disipó con una enorme onda de choque que devastó aún más el cráter gigantesco que inicialmente creó el caballero divino, con sus poderosos puños. Pronto, toda la materia alrededor de aquel precipicio, principalmente hecho de metales y minerales, fueron desmantelados y la zanja adquirió una forma semi-circular, además de que se extendió a por lo menos un cuatrillón de kilómetros de puro diámetro.

Kakashi simplemente giró en el aire y cayó en una rodilla, aunque, gracias a la velocidad tan tremenda que llevaba, el suelo se resquebrajó enormemente. Justo cuando estaba a punto de cantar victoria, del suelo salieron cientos de tentáculos oscuros, como hechos de lava oscura. Uno de ellos le agarró del cuerpo, lo levantó al aire, le apretó por el torso, causando algunas lesiones relativamente menores, y después aquel tentáculo lo azotó contra el demolido piso, casando que otra erupción de tierra saliese desde el fondo, aunque apenas a unos cien mil kilómetros de altura.

A lo alto, se formó lo que parecía ser una guadaña enorme, de aproximadamente unos diez metros de alto, y la misma colisionó a donde estaba Kakashi, aunque el peliplata detuvo con sus fuertes brazos aquella cuchilla, justo antes de que se enterrara en su pecho, si bien la punta de la misma sí se clavó a nivel superficial en su piel, causando un leve sangrado. El paladín bregó contra aquella cuchilla, la cual igualmente le generaba algunas quemaduras en sus manos, mientras que una especie de sombra negra se formó desde el suelo y materializó la figura de Azrael, la cual ahora se extendía al menos unos veinte metros de altura. A pesar de su tamaño, en comparación contra el Wraith, Kakashi mantenía aquella cuchilla a raya.

— ¡Se acabó, caballero divino! ¡Prepárate para reunirte con Obito Uchiha y con Rin Nohara! — amenazó el demonio, empujando con aún más fuerza la cuchilla — ¡Aunque a los cielos se remontaren, de ahí he de derribarles! — aseveró, empujando con fuerza la cuchilla — ¡Muere!

Kakashi eventualmente se incorporó, aún empujando aquella cuchilla enorme de la guadaña, y entonces enterró la cuchilla en el suelo, para después tensar su agarre en la misma. El peliplata arrancó aquella cuchilla de las manos del demonio, quien sorpresivamente se vio abrumado por la monstruosa fuerza del paladín, y el peliplateado entonces tomó el arma con sus manos, giró con ella hacia su izquierda y la arrojó contra el demonio, quien no la pudo evadir a tiempo y fue empalado con ella en el pecho. Kakashi entonces de nuevo corrió contra el monstruo guardián del círculo de la violencia y se arrojó en una embestida con su hombro derecho, con lo cual terminó de enterrar la guadaña en Azrael y traspasó completamente el cuerpo de su enemigo, hasta que la cuchilla salió completamente ensangrentada, por la espalda del Wraith.

Kakashi forzó la cuchilla hacia arriba, con lo cual partió completamente a Azrael por la mitad, y entonces el demonio de la muerte cayó al suelo pesadamente, apenas abriendo una zanja de unos cien metros de diámetro. El demonio de la muerte se incorporó de inmediato, aumentó su oscura aura y soltó un zarpazo al aire, con lo cual creó una onda de plasma que golpeó a Kakashi en el cuerpo y lo tambaleó un poco, además de que lo aturdió con aquel ataque tan fuerte. El esperpento atacó con su mano opuesta, enviando otra onda de plasma púrpura contra el paladín, ésta vez logrando que el cuerpo de su enemigo gire en el acto, y entonces el demonio levantó ambos brazos a lo alto y dejó caer sus puños desde lo alto, con lo cual de nuevo envió una onda de energía sobre Kakashi. El caballero divino fue estrellado violentamente contra el suelo, donde se abrió una enorme zanja de al menos cien parsecs de extremo a extremo.

Cuando Kakashi se trataba de incorporar del suelo, el demonio azotó sus manos en el terreno, levantó al peliplateado con una ola de marea de tierra y entonces el Wraith se arrojó con una patada al torso de su oponente. Sin embargo, Kakashi de inmediato reaccionó y atrapó la pierna de su enemigo, al cual arrojó contra el suelo, aunque ésta vez Azrael giró en el aire y aterrizó de pie, tal y como Kakashi.

Cuando ambos llegaron al suelo, se encarreraron el uno contra el otro, dieron un salto en el aire y se atacaron con sus antebrazos directo al cuello, por lo que ambos salieron volando en direcciones opuestas. En el aire, Kakashi y Azrael giraron, se arrastraron unos metros por el suelo y el demonio entonces desapareció de la mirada del peliplateado, para después reaparecer a lo alto. El monstruo de la muerte levantó su mano a lo alto y alzó cientos de pilares de plasma púrpura, los cuales detonaron con una potencia similar a la emisión de brotes de rayos gamma de los agujeros negros del cosmos. Kakashi, sin en cambio, evadió cada uno de aquellos ataques, enterró sus manos en el suelo, sacó del mismo una colosal roca y se la arrojó contra el demonio.

Dado que azrael estaba concentrado en su ataque, no vio cuando Kakashi le arrojó aquella enorme roca, de modo que fue golpeado con aquella colosal piedra y cayó en el piso. Kakashi gruñó con furia, después rugió con fuerza y levantó sus manos a lo alto, donde tensó todos sus músculos y después cerró sus puños. Kakashi bramó con furia, tal y como un león que imponía su orden, y entonces el caballero paladín cargó en sus manos una energía de plasma blanquecino.

— ¡Éste es tu fin, Azrael! — advirtió Kakashi — ¡Te enviaré al fondo del infierno, donde siempre perteneciste! ¡Recibe mi Guante de Luz!

Sasuke entrecerró los ojos, mientras que Tenten abría los ojos como platos.

— ¡¿El Guante de Luz?! ¡Imposible! — vociferó anonadada la pelicafé, sin dar crédito a las palabras del legendario Paladín — ¡Se supone que Sir Kakashi no es un monje shaolin! ¡¿Cómo es que conoce las técnicas de los Guantes Divinos?!

Sakura enarcó una ceja, extrañada de aquel término que no había escuchado antes.

— ¿Guantes Divinos? ¿Qué es éso, Sasuke-kun? — le preguntó Sakura a su novio.

Sasuke miró a Kakashi fijamente y tensó aún más su mirada.

— Se trata de una técnica que usualmente nosotros los guerreros dragón, o los shaolin si lo quieres ver de ése modo, utilizamos como contraataque a ataques de plasma, como lo son los supuestos ataques mágicos, en donde detenemos el plasma que nos es arrojado con las manos, y después utilizamos la energía gamma a nuestra conveniencia, ya sea a modo de defensa o ataque — explicó con detalle Sasuke, mientras todos, incluido Ignis y sus dragones, ponían atención — Es increíble que Kakashi, sin ser propiamente un guerrero dragón, pueda manipular los Guantes Divinos. Sin embargo...

Sasuke miró más a detalle las manos de Kakashi, las cuales se rodearon de plasma.

— ... tal parece que Kakashi, más que hacer un parry, en realidad infunde sus manos con energía — señaló el azabache, mientras que Tenten abrió sus ojos como platos — No domina propiamente el Guante Divino. Él crea el Guante Divino.

— ¡Es cierto! Pero, ¿por qué decidió llamarlo el Guante de Luz, si no utiliza directamente los Guantes Divinos? — preguntó la monja.

— Seguramente simplemente por la semejanza del ataque — concluyó Sasuke, viendo cómo el peliplateado cargaba un plasma platinado, en sus manos.

Kakashi entonces colisionó sus manos en el suelo, con lo cual no solamente causó una sacudida brutal, además de que destrozó el terreno como si hubiese impactado un meteoro, sino que, dado que sus manos estaban cargadas de aura, levantó una erupción de plasma en forma de GRB, el cual se extendió al menos mil millones de años luz de altura, con un área de al menos cincuenta mil millones de años luz de diámetro. El panorama fue enceguecido con la poderosa energía de la explosión que creó Kakashi, en aquel ataque que el peliplata llamaba el Guante de Luz.

El resplandor se alzó al menos unos mil millones de años luz de altura, encima de que se extendió al menos cien mil millones de años luz a lo lejos. El ataque fue tan poderoso que desmanteló el suelo del círculo de la violencia y lo convirtió en lava hirviente, a por lo menos un cuatrillón de grados centígrados. Azrael fue consumido enteramente por el ataque, por lo que soltó un atronador grito de la impresión y por el dolor que le consumía la carne aquel resplandor platinado. La energía fue tan demoledora que prácticamente devastó un área similar a todo el universo Prime, el cual se extendía a más de cien mil millones de años luz. La energía encegueció todo el panorama y obligó a Sakura y a su madre a proteger no solamente a sus camaradas, sino al círculo de la violencia entero, dado que el ataque fue tan poderoso como el Big Bang, sino es que incluso más.

Una vez pasada toda la devastación, en el aire viajaba un aura de tonalidad platinada, la cual además lanzaba un extraño sonido de barrido de frecuencias que iba desde lo bajo a lo alto, junto con el hecho de que tenía un sonido eléctrico y metálico, al mismo tiempo. En el área, el suelo estaba completamente devastado, como si alguien hubiese causado una explosión debajo del subsuelo. Ni siquiera los Satyr y minotauros que custodiaban el círculo de la violencia, en el río Phlegethon donde se ahogaban las almas en sangre hirviente, se salvaron de la poderosa explosión de Kakashi, dado que quedaron completamente convertidos en cenizas, al entrar en contacto con la brutal temperatura del plasma que emanó Kakashi, desde sus manos.

Curiosamente, en vez de quedar destrozado o pulverizado en partículas subatómicas, el demonio Wraith quedó partido a la mitad, con sus intestinos putrefactos destrozados y emanando sangre de su boca, al estar destrozada su garganta. Entretanto, Kakashi tomó su espada del suelo, al levantarla con su pie derecho, la sostuvo con una sola mano y caminó en dirección del demonio de la muerte, quien tosía constantemente sangre y estaba ya al borde de la muerte, además de que se sostenía su pecho.

Cuando se intentó arrastrar lejos del área, Kakashi le empotró el filo de su espada zweihänder, haciendo que se detenga el monstruo y que mire directamente a los orbes obsidiana del caballero paladín.

— Te lo dije... Te haré pagar por el tormento al que sometiste a Rin... — siseó Kakashi, enterrando levemente la punta de su arma sobre el cuello de su enemigo — Me gustaría poder atormentarte de la manera en que ella sufrió, pero ni todo el tiempo restante del cosmos bastaría, para hacerte sufrir debidamente. Pagarás, entonces, sangre con sangre, y liberaré además a futuras almas suicidas de tu tormento, Azrael.

El demonio, en cambio, sonrió y soltó una corta risa, aunque después vomitó sangre, cuando sintió cómo la espada de Kakashi le cortó la traquea.

No importa cuántas veces nos exterminen... Recuerden que ustedes son simples mortales... Nosotros somos eternos... — advirtió el monstruo, riendo oscuramente, aunque con dolor — Mientras el origen del mal exista, nosotros también hemos de renacer... La inteligencia trae soberbia y avaricia, el cual es el origen de todos los males... La ambición nos da vida y nos hace fuertes, caballero paladín... — remarcó, siniestro — Tal vez nos hayas ganado ésta batalla, pero la guerra jamás terminará... Siempre hemos de volver, mientras existan formas de vida inteligente... Mientras exista avaricia y corrupción...

Kakashi asintió, sabiendo la cruda realidad, pero igualmente teniendo fe en las futuras generaciones. Sobretodo, cuando la próxima generación tendría como líder al hijo de Sasuke y Sakura, además de otro caballero paladín, hijo de Kakashi.

— Nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos, estarán ahí para confrontarles... — aseguró el caballero divino, aunque el demonio no borró su rostro burlón — No importa cuántas veces se levanten... Siempre estarán ahí, para confrontarles, hasta que los exterminemos por completo, de la faz del multiverso... Tarde que temprano, nosotros alzaremos el estandarte de victoria, Azrael... marca nuestras palabras... El dominio del cosmos pertenecerá a la nueva generación de guerreros de Prime, no a la era del Chaos...

El demonio soltó una corta risa y levantó su cabeza, dándole más acceso a Kakashi de que lo decapite.

Hasta entonces, Sir Kakashi... hijo de Arthur... — siseó el monstruo — Dale gracias a Rin, por todas las veces que me dejó poseer su cuerpo...

Kakashi entonces levantó su arma a lo alto y la dejó caer sobre de la cabeza de su enemigo, con lo cual se la destrozó completamente y dejó únicamente el torso partido del demonio de la muerte. Tan pronto lo asesinó, el torso cercenado de Azrael levitó a lo alto, se agitó violentamente en el aire y liberó de sí mismo varios espíritus menores, los cuales eran similares a pequeñas franelas que parecían a su vez hechas de humo. Todos aquellos pequeños espíritus escaparon del círculo de la violencia y volaron en dirección al purgatorio, donde les esperaría su segundo juicio.

Kakashi miró el árbol donde antes estaba Rin, se arrodilló frente al mismo, enterró su espada en el suelo y cerró sus ojos.

— Consumado es... Mi venganza ha sido cobrada, en tu honor... Rin-chan... — La victoria es mía — musitó oscuro, pero épico, el peliplateado, haciendo una señal de la cruz en su pecho — Descansa en paz, Nohara Rin...

De pronto, Kakashi sintió una mano en su hombro derecho, de modo que se incorporó y se encontró con la dulce mirada de Kaguya, quien le sonreía levemente. El paladín notó que Kaguya tenía cierta mirada de melancolía, como si estuviese afligida por algo.

— Sir Kakashi... quiero ofrecer mi más sinceras disculpas y condolencias por Rin Nohara... — comunicó con algo de pesar la albina, sorprendiendo al peliplata por ello — A pesar de que yo no fui la responsable directa de la muerte de Obito Uchiha, yo no hice nada para detener a Onikage, en su debido momento, cuando pude haberlo hecho... Mucho me temo que ahora se encuentra fuera de mis posibilidades, pero le aseguro que moriré, de ser necesario, intentando matar a Chaos... Incluso si he de terminar en éste espantoso lugar, aceptaré mi justo juicio, con tal de vencer a Magnus Chaos...

Sin embargo, Kakashi no compartía aquellos sentimientos por Kaguya, dado que el caballero divino negó y sonrió caballerosamente. Ya no habría más rencor, ahora que sus amigos vivirían en paz, en el Elysium.

— No diga éso, m'lady... — pidió el peliplateado, bajando suavemente la mano albina de Kaguya, de su hombro — Usted ya pagó su deuda y no pretendo atormentarle más por el pasado... Lo importante es que está aquí, luchando a mi lado, y que está dispuesta a sacrificarlo todo, con tal de salvar a un mundo que le demonizó injustamente, cuando más les necesitaba, incluyéndome... Ahora, ya no es más una hada oscura, quien busca la conquista de la especie humana y de Terra... — refirió, sin borrar su caballerosa y amable sonrisa —Ahora, es una de nosotros... una camarada... y juntos triunfaremos... Todos juntos volveremos a Terra... y cambiaremos el mundo...

Kakashi extendió su mano derecha a la albina, quien se quedó sorprendida de las palabras de Kakashi, pero después la princesa de la luna sonrió alegre, tomó la mano del caballero divino con su diestra y la apretó levemente.

— Por supuesto... Somos un equipo, Sir Hatake... El mejor de todos... — resaltó Kaguya, con una sonrisa enérgica, igual que las que hacía Sakura — Juntos, venceremos la maldad de Chaos... y crearemos una verdadera era de paz...

— Así será — secundó Kakashi.

Entretanto, el portal al siguiente círculo se abrió y Sasuke se montó en Ignis, después de que tomó a Sakura entre sus musculosos brazos.

— Si ya dejaron de coquetear, muevan sus apestosos traseros — demandó el Uchiha, aunque Kaguya y Kakashi se lo tomaron como la broma que era — El portal está ya abierto y ya estoy fastidiado de estar aquí.

Los demás igual se montaron en sus respectivos dragones y volaron en dirección del portal.

— Andando, princesa Selene... El futuro nos espera... — dijo Kakashi, con palabras de camaradería.

— Claro.

Andando entonces, Sir Hatake, princesa Luna — pidió Leviathan, quien descendió a la altura del paladín y de la ninfa.

Tan pronto se montaron en él, el dragón voló a toda marcha hacia el portal, el cual estaba a punto de cerrarse.

Kakashi... no lo olvides... Rin y yo siempre estaremos apoyándote a tu lado... — se escuchó la voz de Obito, de modo que el peliplata volvió su mirada al cielo — Siempre estaremos de tu parte, en las buenas y en las malas... Nunca mires para atrás, pero jamás olvides de dónde provienes...

Kakashi sonrió.

— Gracias... Obito... Rin... Algún día nos volveremos a ver — musitó para sí mismo el paladín — Espérenme un poco más... Tengo un mundo que salvar primero...

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Blegh... no tuve tiempo de subirlo a tiempo lol. Me disculpo por la tardanza.

Como siempre, agradezco su valioso tiempo, por seguir leyendo ésta interminable historia que parece ya una biblia lol.

No hay mucho que aclarar realmente en éste episodio. Simplemente me inspiré lo más que pude en Dante's Inferno, esperando no llegar a ser una literal copia de carbón.

Sin más que aclarar de momento, me despido de ustedes, linduras, y nos vemos en la primera quincena de diciembre.