".." habla

'..' piensa

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DÍA 4

Una nueva mañana llegó para Ranma y Akane. Akane se despierta y ve por la ventana, otra vez nublado. Mira el reloj que estaba sobre la mesa de luz, las 10 de la mañana. Para ella era muy tarde, por lo que empezó a sacudir a Ranma. –"Ranma, Ranma, ya es muy tarde, nos quedamos dormidos." Ranma empezó a abrir los ojos con pereza. –"¿Qué hora es?"

"Son las 10" –contestó Akane.

"No tenemos nada que hacer, seguí durmiendo…" –y volvió a cerrar los ojos.

"Dale, levantate, por más que no tengamos nada que hacer es muy tarde…se nos va a pasar toda la mañana sin hacer nada"

"¿Cómo sin hacer nada?. Se nos pasa durmiendo." –contestó Ranma sin abrir los ojos y hundiéndose más en las sábanas.

"Baka." –dijo Akane sin esperanzas de poder levantarlo. Sin embargo, ella salió de la cama y se fue al baño. Después, volvió a la habitación y aprovechando que Ranma seguía dormido y parecía profundamente, aprovechó para cambiarse allí. Luego, fue a la cocina y comenzó a preparar el desayuno. Lo hizo cuidando cada detalle, concentrándose solamente en lo que estaba haciendo para poder hacer un buen desayuno. Al terminarlo fue a despertar nuevamente a Ranma. Ya se había levantado y estaba en el baño. –"Ranma¿me escuchás?" –preguntó desde detrás de la puerta.

"¿Qmuhé bmhazha Ahbkamne?" –preguntó desde dentro del baño mientras se lavaba los dientes. (Traducción por si no se entendió¿Qué pasa Akane?)

"Ya hice el desayuno."

"Voy." –ahora pudo hablar con claridad ya que terminó con su tarea. Justo cuando Akane se estaba retirando hacia la cocina Ranma salió del baño. Akane voltea para saludarlo. –"Bueno días dormilón" –dijo con una sonrisa.

"Buenas Akane." – y así Ranma se retiró al cuarto para cambiarse.

A los pocos minutos Ranma apareció en el comedor listo para desayunar. Akane lo miraba expectante, esperanzada de recibir un buen comentario por la comida. Sin embargo, Ranma comió tranquilo y en silencio, de vez en cuando levantando la vista para mirar el oscuro patio debido a las negras nubes que cubrían el cielo.

"Ranma."

"¿mm?"

"No podrías decir algún comentario sobre la comida?"

"Está bien por mí"

"¿Nada más que eso?"

"mm…se puede comer"

"¡Ranma!"

"Oyyy…Akane…"

"¿No podés decir algo amable alguna vez?"

Ranma se agarra la cabeza –"Bueno Akane, yo no soy bueno para ese tipo de cosas…"

"Mejor dejalo ahí."

El silencio reinó por unos minutos y luego Ranma volvió a hablar.

"Está muy buena…"

Akane levantó la vista y se quedó mirándolo fijo sorprendida. Ranma al percibir su mirada se ruborizó y miró hacia otro lado.

"Al menos, está mucho mejor que la otra vez…"

Akane sonrió y agregó. –"Gracias Ranma. Pude hacerla así siguiendo tu consejo." –esto hizo que Ranma se pusiera aún más colorado de lo que estaba, y para que ella no notara esto se paró y comenzó a llevarse las cosas a la cocina. –"Bueno, como vos cocinaste a mí me toca lavar." –y con esto se retiró.

Más tarde Akane se encontraba sentada en el sofá del living leyendo y Ranma se acercó a donde ella estaba. –"¿Qué lees Akane?."

"Un novela."

"Sí¿pero de que trata?"

"Es una historia de amor entre dos personas que fueron comprometidas por sus padres, a quienes los obligaron a casarse y desde en el comienzo se llevaban bastante mal pero en realidad se querían."

Ranma se rascaba la cabeza. –"No sé porque me suena conocido eso…" –dijo irónicamente.

"¿Dijiste algo?" –preguntó Akane apartando su vista de la lectura.

"No, no. ¡Ah, quería preguntarte¿qué te gustaría hacer hoy…como el día está así…no se si vamos a poder salir…"

"Pero quizá no llueva, ayer también amenazó pero no pasó nada."

"Igualmente, yo tengo la sensación que hoy llueve."

"No seas tan pesimista. Quizá podamos ir otra vez a las aguas termales."

"¿Y pero si llueve qué?"

"Mmm… ¿qué lugares se pueden visitar acá?"

"Que se yo, es la primera vez que vengo acá."

"Baka. Ya sé que es la primera vez que venís, pero quizá te habías informado un poco."

"Mejor voy a preguntar a los Teruya."

"Mientras vos preguntás yo empiezo a hacer el almuerzo."

"…y como hoy parece que va a llover queríamos saber que otras actividades se pueden hacer."

"En el centro haycomo una oficina de turismo, bueno, ahí les podrían dar los eventos de la semana. Igualmente, creo que hoy hay un espectáculo en el templo." –comentaba Naoko pensativa.

"¿Qué espectáculo?"

"Bueno, no se si les va a interesar, si no me equivoco hay un teatro de marionetas."

"¿Sabe a que hora es?"

"No…tendrías que ir hasta allá y averiguar…"

"Muchas gracias Naoko-san."

"De nada Ranma-kun."

Ranma le contó a Akane del espectáculo y al verla interesada decidieron que podrían ir. Después de comer Ranma iría al centro a averiguar a que hora empezaba. Y así fue, terminaron de almorzar y después de ordenar y limpiar lo que usaron Ranma se fue al centro de la ciudad. Akane fue a hacerse un té y recordó que cuando estaba cocinando había notado que ya no tenían comida, por lo que escribió una nota a Ranma avisándole que salió a hacer las compras en caso de que él volviera antes que ella.

A la hora y media Ranma volvió a la casa. –"Akane…Akane…" –se puso a buscarla y no la encontraba. Luego, se dio cuenta que sobre la mesa había una nota. -"Me fui a comprar comida." Al terminar de leer la nota se escuchó un fuerte trueno en el cielo. –"Y nosotros que no trajimos paraguas…espero este por llegar…"

Akane estaba pagando sus compras en el almacén cuando escuchó un trueno. –"Parece que va a empezar a llover…"

"Más vale que se apure señorita, mire que las lluvias de acá son bastante fuertes. ¿Tiene su casa cerca?" –preguntó el vendedor.

"Está un poco lejos…pero creo que llego antes que me agarre la lluvia." –Terminó de decir esas palabras y empezó a llover fuertísimo. La gente de los negocios que empezó a entrar las cosas que tenían fuera, tuvieron que acelerar el paso antes de que se les arruinara la mercadería.

"Me parece que le va a convenir quedarse acá hasta que pare."

"No se haga problema, cuando pase por el bosque los árboles van a frenar un poco la lluvia." –Y al decir esto salió corriendo hacia la casa.

"¡Pero es peligroso por los truenos…señorita!" –gritaba el vendedor en vano, porque Akane ya no podía oírlo.

Mientras Ranma empezó a ponerse nervioso. -"Ya tendría que haber llegado:" –decía mientras miraba un reloj de pared del comedor. –"Akane, no podés ser tan boba¿¡por qué no esperaste a que yo volviese para ir?" –se decía irritado. Miraba el reloj y el patio, el patio y el reloj. Sus nervios iban en aumento con cada trueno que escuchaba. Pasó media hora y Akane aún no aparecía. Entonces Ranma se cansó de esperar y salió corriendo en busca de ella.

Akane estaba debajo del techo de una casa, completamente empapada. Esperó unos minutos a que la lluvia disminuyera pero no fue así, por lo que empezó a correr de nuevo en dirección hacia el bosque. Entre los árboles no caía tanta lluvia, pero el viento era frío y el agua que tenía en su ropa y pelo se empezó a sentir helada. Un rayo cayó cerca de ella prendiendo fuego la rama de un árbol. Akane pegó un salto hacia atrás mientras gritaba y miraba horrorizada aquel árbol. Empezó a notar con más fuerza el miedo y el frío. Entonces comenzó a correr más rápido queriendo salir de ese lugar y poder entrar a la casa.

Ya en la ciudad una joven de cabello pelirrojo preguntaba a toda persona que encontraba si habían visto a una chica de cabello corto oscuro con unas bolsas de compras. Desesperado porque nadie la había visto continuo corriendo sin preocuparse por el barro que ya ensució gran parte de su ropa y el frío que sentía en el cuerpo. Llegó a un pequeño almacén en donde volvió a hacer la misma pregunta. –"Disculpe¿no vio a una chica con cabello de más o menos este largo, oscuro, y ojos color café?."

"Sí, estuvo hace un rato acá. Una chica joven, de unos 20 años¿no?"

Ranma sintió como el corazón golpeó con fuerza en el pecho. –"Sí, esa."

"Justo cuando empezó a llover se fue. Yo le dije que se quedara porque era peligroso, pero no me escuchó."

"¿Para dónde se fue?"

"Dijo que iba para el lado del bosque…"

"Gracias." –gritó Ranma mientras corría de regreso.

Akane estaba a poco de alcanzar la casa, se sentía agotada, el cuerpo ya no tenía fuerzas. Además estaba muerta de frío. Dejó las bolsas contra el piso y se apoyó contra un árbol. –"No puedo más…" –dijo cansada. –"Pero tengo que seguir, es peligroso estar acá." –Volvió a agarrar las bolsas y siguió camino. A los 20 minutos llegó a la casa y se desplomó en el piso. Ranma llegó 10 minutos más tarde que ella, entró corriendo y llamando a su nombre. –"¡Akane¡¡Akane!." Cuando puso un pie sobre el comedor, la vio desmayada en el piso con las bolsas a los lados. –"¡Akane!." –Se arrodilló a su lado, la levantó un poco y la sacudió. –"¡Akane!" –Pero no obtuvo respuesta. Colocó su mano en la frente de la joven. –"Está volando de fiebre."

La cargó hasta el baño, le quitó la ropa mojada, le secó el cuerpo y le puso ropa seca. La acostó en la cama y salió corriendo a la casa de los Teruya. Saito fue quien abrió la puerta para encontrarse con la joven de cabellos rojizos. –"Perdón, señorita…"

Ranma se había olvidado que estaba como mujer y al darse cuenta prosiguió sin darle importancia. –"Soy Ranma, Akane… necesito un médico."

"¿Ranma?. ¿Akane¿Le pasó algo a Akane-chan?."

"Tiene mucha fiebre…necesito un médico." –repitió Ranma elevando la voz.

"Los médicos tardan mucho en llegar acá. Vamos a ver que podemos hacer." –y los dos salieron hacia la casa que ocupaba el joven matrimonio. Entraron a la habitación y Akane sudaba de la fiebre, pero a la vez temblaba por el frío que ella sentía, eso indicaba que la fiebre estaba bastante alta.

"Hay que traer unas toallas mojadas con agua fría para intentar bajar la fiebre." –dijo Saito preocupado.

"Sí." –afirmó Ranma mientras corrió a hacer lo que le indicaron.

Al volver le indicó de ponérselas en la frente e irla refrescando constantemente. Saito fue a la casa a buscar a su mujer para que los ayude.

Al volver con Naoko Ranma aún seguía en su labor, la fiebre de la joven aún no había bajado. Naoko se acercó y tocó el hombro de Ranma. –"Va a ser mejor que te cambies, sino vos también te vas a enfermar."

Ranma asintió con la cabeza y fue a secarse y cambiarse al baño, aprovechó y volvió a transformarse en varón. Cuando salió Naoko estaba cuidando de Akane. –"La fiebre le bajo un poco" –dijo Naoko con una sonrisa.

"Que bueno…" –dijo Ranma más aliviado.

"Voy a buscar un remedio que tengo en mi casa que la va a mejorar." –dijo Saito y salió lo más rápido que pudo. Al volver trajo unas hierbas que se las entregó a Ranma, le explicó que debía hacer un té con estas y dárselo de beber cada cuatro horas. Ranma les agradeció a ambos.

"¿Estás seguro que querés que nos vayamos?" –preguntó Saito.

"Ya hicieron mucho por nosotros, seguramente deben estar cansados…"

"Por favor Ranma-kun, no es molestia…" –decía Naoko.

"Además ustedes deben tener que cenar¿no?"

"No es problema. Hagamos así, cualquier problema que tengas, avisanos por favor, nosotros venimos a la hora que sea…" –continuo Saito.

"Muchas gracias, de verdad."

La pareja de ancianos se fue a su casa y una hora más tarde Naoko tocó a la puerta, le llevó a Ranma una sopa que cocinó para que Ranma pudiera dedicarse a cuidar a Akane. Ranma se lo agradeció cientos de veces. Akane ya se había despertado, pero aún tenía un poco de fiebre. Comió despacio, mientras Ranma le daba la comida como a una niña pequeña. –"Ranma, puedo comer sola…"

"No discutas Akane, no ves que estás débil…no te va a hacer peor que yo te dé de comer. Dale abrí la boca."

Terminaron de comer los dos y Ranma se acostó al lado de ella. –"¿Cómo te sentís?"

"Creo que tengo un poco de fiebre todavía, pero me siento mejor."

Ranma le acercó los labios a la frente para medir la fiebre. –"Sí, estás un poco calentita, pero parece que ya no tanto."

"Me gustaría dormir un poco…"

"Bueno, dormí. Yo te cuido."

"Gracias."

Ranma se sentó apoyando su espalda en una almohada que puso contra el respaldar de la cama y Akane se recostó sobre el regazo del chico. Ranma acarició su cabello hasta que ella se durmió y al poco tiempo el sueño lo venció y el también se durmió. Igualmente se despertaba a cada rato para ver como seguía Akane y la despertó dos veces en la noche para que se tome el té de hierbas que le había preparado. Gracias a todos los cuidados Akane no tuvo más fiebre y pudo dormir tranquila toda la noche.

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Bueno, las cosas se les complicaron un poquito, no?. Este episodio me quedó un poquito más largo, para reivindicarme por no haber acualizado nada ayer. :P

Muchas gracias, se que puedo sonar redundante, pero de verdad, gracias por todos los reviews. Me dan mucho ánimo.

Besos a todos. Y nos encontramos en el próximo capítulo. Ja-ne.