".." habla

'..' piensa

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DÍA 5

Esa mañana Akane amaneció abrazada a Ranma. Ya se sentía bien, la fiebre había desaparecido. Abrazó a Ranma con más fuerza, lo que hizo que él se despertara. Al sentir que alguien lo estaba abrazando miró hacia abajo y vio a Akane, entonces recordó lo que había pasado el día anterior. –"¡Akane!" –la llamó sobresaltado. Akane abrió los ojos y le sonrió. –"Buenos días Ranma."

"¿Estás bien Akane?. ¿Cómo te sentís?"

"Ya me siento bien, gracias Ranma."

"Mejor…" –exhaló aliviado.

Cuando ambos se dieron cuenta del abrazo, se apartaron ruborizados. –"Pensar que hace más de una semana que estamos casados y aún tenemos vergüenza de abrazarnos" –dijo completamente colorada Akane. Ranma se limitó a afirmar con la cabeza, tan colorado como ella. Ambos miraron a través de la ventana, el día estaba soleado, parecía que iba a ser un lindo día. Ranma se puso serio, recordó lo que había pasado el día anterior, el miedo que llegó a sentir en un momento, pensando en que le habría pasado a Akane durante esa fuerte tormenta. Se ruborizó ante lo que pensaba hacer, pero para Ranma era el momento. –"Akane…"

Akane se volteó para verlo. Al notar el rubor del chico, ella misma empezó a sentirse nerviosa. -"¿Sí, Ranma?"

"Ayer…ayer estuve muy asusta…estaba preocupa…" –tomó aire, como podía resultarle tan difícil.

Akane pestañó confundida.

"Ayer, estaba preocupado…como te fuiste sola y con esa tormenta."

"¿Te preocupaste por mi?" –preguntó Akane.

"Por supuesto que sí, soy tu…soy tu marido¿no?. Bueno, es normal que me preocupe."

Akane se ruborizó y le sonrió agradecida. -"Muchas gracias Ranma, por preocuparte."

Ranma acarició la mejilla de Akane y acercando su rostro al de la chica –"Akane, yo te quie…"

En ese momento tocaron a la puerta. Se quedaron mirándose fijo por unos momentos, sí, siempre eran interrumpidos. No importaba donde estaban, era su destino. Ranma se levantó y salió de la habitación mientras pedía que esperaran en la puerta. Al abrir se encontró con Naoko Teruya.

"Buenos días Ranma-kun. Queríamos saber como sigue Akane-chan."

"¡Ah!. Buenos días Naoko-san. Akane está perfectamente bien ahora. Gracias a ustedes y su ayuda." –hizo una reverencia en señal de agradecimiento. –"Pase, así le entrego los platos que me trajo ayer con la sopa."

En ese momento Akane se asomó al comedor. –"Ah, Naoko-san, buenos días."

"Akane-chan. Cómo me alegra que estés bien."

"Muchas gracias por toda la ayuda que nos dieron ayer."

"Por favor Akane-chan, no hay problema."

"Acá tiene los platos. Y gracias de nuevo." –dijo sonriente Ranma.

"Espero les haya gustado la sopa…"

"Nos encantó, perdón por la molestia."

Naoko-san sonrió. –"Ya les dije que no es ninguna molestia, estén tranquilos."

Tanto Ranma como Akane le agradecieron nuevamente haciendo reverencia.

"¡Ah!. Ranma-kun, anoche, esa joven de cabello rojo…"

Akane lo miró sorprendida. Ranma se llevó la mano a la cabeza. -"Es una larga historia…pero…"

Naoko para sacarlo de la situación embarazosa en que percibió haberlo metido dijo -"No hay problema, ya va a haber tiempo para que nos las cuentes, siempre y cuando quieras…"

Ranma sólo se limitó a afirmar.

Naoko se despidió y volvió a su casa.

"Bueno Akane, yo me voy a dar un baño, porque ayer con todo lo que pasó no pude."

"¿Apareciste como mujer delante de los Teruya?"

"Estaba lloviendo y salí a buscarte, bueno, me mojé… y después no tuve tiempo de transformarme, así que fue a buscar a los Teruya como estaba."

"¿Y qué les dijiste cuando te vieron?"

"No me acuerdo, estaba concentrado en lo que te había pasado a vos, creo que les dije que era yo…"

Akane se quedó mirándolo en silencio y Ranma entonces siguió con su objetivo. –"Bueno, ahora si me voy a bañar."

Cuando Ranma salió del baño ya estaba preparado el desayuno y una vez que terminaron de desayunar, Akane fue a darse una ducha rápida. Akane salió del baño secándose el pelo. Ranma estaba limpiando el piso, ya que la noche anterior se había llenada de barro. Akane se puso entonces a lavar la ropa que se había ensuciado. Una vez que Ranma terminó dentro de la casa salió a buscar a Akane al patio, ya que aún seguía con la ropa. –"Akane¿qué te gustaría comer?"

"No se¿sobrevivió algo de lo que compré ayer?"

"Sí, hay varias cosas que se pueden aprovechar."

"Me da igual, lo que quieras cocinar Ranma."

"Bueno." –y así Ranma se puso a cocinar el almuerzo.

Mientras comían Ranma recordó de la obra de teatro que no pudieron ir a ver el día anterior. –"Akane¿te gustaría ir a ver esa obra de marionetas, hoy?"

"¿Está hoy también?"

"Sí, hoy hacían una repetición."

"Vamos. ¿A qué hora empieza?"

"Empieza a las seis, pero si querés podemos ir a dar una vuelta por el centro de la ciudad antes. Como ya quedan pocos días acá podemos ver si querés llevar algún souvenir a tu familia."

"Entonces a que hora decís que vayamos?"

"¿Te parece a las cuatro?"

"A las cuatro entonces."

"Pero si te sentís mal no vamos…"

"Bueno…pero yo me siento bien ahora."

"Si te sentís mal me decís."

Akane afirmó con una sonrisa. Terminaron de almorzar y ambos se fueron a lavar los platos. Akane los lavaba y Ranma secaba y guardaba. En un momento sus manos se rozaron y un escalofrío les recorrió a ambos. Akane intentó hacer de cuenta que nada había pasado y continuó con su labor, al contrario de Ranma, que se puso muy nervioso. Las ganas de besarla que tuvo antes reaparecieron. Terminó de secar el vaso que Akane le había pasado, lo guardó y abrazó a Akane por la espalda. El corazón de Akane se aceleró a tal modo que parecía escaparse del pecho, tanto la esponja como la fuente que estaba lavando se cayeron. Se quedaron así unos segundos, si saber que hacer ninguno de los dos.

"Akane…" –suspiró Ranma en su oído. A Akane se le puso la piel de gallina. Ranma la hizo ponerse frente a frente lentamente. La miró a los ojos y ambos se pusieron como tomates. "Escuchame Akane, yo…yo te qui…"

Empezó a sonar el teléfono. Ambos se sobresaltaron y se apartaron. Aún ruborizados Akane corrió a atenderlo, con el corazón todavía retumbando en sus oídos.

"Hola. Ah, Kasumi neechan¿cómo estás?. Nosotros bien, aunque ayer fue un día un poco difícil…"

Mientras Akane continuaba hablando con su hermana Ranma se fue rendido a dormir un rato hasta que se hiciera la hora de cambiarse para salir. -'Y que nos interrumpan es inevitable…' –pensaba.

A eso de las tres y media Ranma se despertó por los ruidos que Akane hacía. La encontró frente al ropero, éste con las puertas abiertas de par en par. Akane debía de estar eligiendo que ponerse. Dos o tres prendas estaban tiradas arriba de la cama al lado de Ranma. –"¿No sabés que ponerte?" –preguntó Ranma desde la cama.

Akane no le contestó, continuó intentando decidirse por algo.

Ranma se puso a mirar la ropa que dejó tirada arriba de la cama. Agarró uno de los vestidos, era blanco, largo hasta las rodillas, con un escote bastante bonito, no muy profundo, sino más bien como los que siempre usaba Akane. Tenía un lazo violeta que se ataba a la altura de la cintura y era un vestido que de la cintura para arriba era ajustado al cuerpo y hacia abajo era suelo. Akane se volteó y al verlo contemplar el vestido le dijo. –"¿Te gusta ese?"

Ranma al notar que ella se había percatado de su interés intentó disimular. –"Nada más lo estaba mirando…"

Akane agarró el vestido y lo apoyó contra su figura mirándose en un espejo. –"Voy a usar este."

Ranma se limitó a mirarla como hipnotizado.

Akane se dio vuelta a mirarlo. –"¿Qué te vas a poner vos?"

"¿Yo?" –volvió en sí. –"Me pongo la camisa roja de siempre…"

"¿Puedo elegirte yo la ropa?"

Ranma la miró sorprendido. Luego reaccionó –"No, vos tenés un gusto horrible para la ropa, seguro que salgo vestido como un payaso…"

Akane rió y se acercó al joven con mirada pícara. –"A mi me pareció que te gustó mucho mi vestido…y lo elegí yo, o ¿no?"

Ranma se puso rojo hasta las orejas. –"¿Cuándo te dije que era lindo ese vestido?...Además si alguien sin figura lo llega a usar, seguro que va a ser más feo todavía."

En ese mismo momento, un puñete le cerraba la boca a Ranma. –"¡Ranma no baka!"

"¡Kawaikune!. ¿Qué te dije para que me pegaras?"

"¡Me dijiste que no tengo figura!"

"¡Jamás di nombres!"

"¡No te hagas el tonto, vos sabés muy bien que me lo dijiste a mí!."

"Pensá lo que quieras marimacho."

"¡Otoko-onna!" –Akane le puso una cachetada que lo bajó de la cama. Y salió de la habitación enojada.

Cuando Ranma se incorpora se dirige hacia el ropero. –"No puedo cerrar la boca, eh…" –y busca algo que ponerse. Termina decidiendose por una camisa china azul francia y uno pantalones negros de los clásicos que el usaba.

Fueron a la ciudad sin dirigirse la palabra y empezaron a recorrer diferentes puestos. Ranma seguía a Akane, sin hablar, pero prestando atención a todo lo que a ella le gustaba y le disgustaba. En uno de los negocios vio un prendedor en forma de flor violeta. Como akane no tenía ningún accesorio y vio que el prendedor combinaría con el vestido que estaba usando decidió comprárselo. Mientras ella se encontraba viendo otras tiendas. Se acercó a donde ella estaba y le tocó el hombro. –"Akane."

Ella volteó y lo miró algo enojada. Sin decirle nada más Ranma tomó uno de los tirantes del vestido y con mucho cuidado le puso el prendedor. Akane lo miraba estupefacta. -"Ranma…"- fue lo único que logró salir de sus labios.

"Es un regalo. Combina con tu vestido."

Akane lo miró al muchacho, miró su prendedor y entrelazó sus brazos al brazo derecho de Ranma. –"Gracias, me encanta."

Un leve rubor tiñó las mejillas de Ranma y sin apartarse de Akane le dijo. –"Bueno, vamos para el templo, así conseguimos un lugar cómodo para ver la obra…"

Y partieron en dirección al templo. Al llegar, se ubicaron y la obra empezó a los pocos minutos. Se divirtieron muchísimo, disfrutaron de la obra, la cual se dividió en varios actos diferentes. El espectáculo duró unas dos horas, por lo que a las ocho ya habían salido. No tenían muchas ganas de cocinar, así que decidieron comer algo no muy caro en el centro. Entraron a un restaurante chino de la zona donde cenaron ramen y de postre comieron unos helados.

Llegaron a la casa a las once de la noche. Entraron entre risas y recordando diferentes partes de la obra de marionetas. –"Esa marioneta que era tan ambiciosa se parecía a Nabiki¿no?" –comentaba Akane mientras se reía.

"Sí, yo pensaba que en cualquier momento sacaba una cámara de fotos de la nada y nos iba a apuntar a nosotros amenazandonos de vender las fotos si no le pagabamos tanta suma de plara." –reía Ranma con ella.

Llegaron hasta la habitación todavía compartiendo la risa y comentando otras escenas, mientras Akane se fue al baño a ponerse su pijama y Ranma se ponía un pantalón y una camiseta para dormir. Al salir del baño Akane, entró Ranma y cuando él salió continuaron hablando del mismo tema. Akane se metió en la cama y cuando Ranma fue a acostarse se encontró con Akane de su lado. –"Akane, estás de mi lado de la cama."

"No importa, andá de aquel y listo."

"Pero a mi me gusta ese lado."

"Ranma, no seas caprichoso, son los dos lados iguales."

"Entonces dejame del mío."

"Que andá de allá."

Empezaron a forcejear las sábanas, Ranma que quería destaparla para correrla y Akane que tironeaba para que no la destapase. –"Ranma, la vas a romper." –Al decir esto Akane soltó las sábanas y Ranma se enredó y cayó sobre su ahora esposa. Ambos se miraron y la misma sensación que tuvieron la vez que se pelearon con las almohadas recorrió sus cuerpos, pero con más intensidad. –"Si querés me corro…" –dijo Akane para salir de la situación embarazosa en la que estaban.

Ranma no le contestó. Akane miró hacia otro lado con cierta tristeza e hizo fuerza para moverse. Ranma la abrazó por la cintura y puso su cabeza al lado de la de ella. Acercando su boca a su oído. –"No, no te corras…" –fue lo único que le salió en ese momento. Sintió como el aliento se le acababa al pronunciar esas palabras.

Los latidos del corazón retumbaban en sus oídos. –"Quiero quedarme así…con vos Akane…"

"Ranma…"

Ranma levantó su rostro para encontrarse con el de Akane, se miraron profundamente a los ojos. Akane sentía que se perdía en esos hermosos ojos azules-grisáceos.

"Akane, yo…yo…" –la abrazó con más fuerza. 'Ahora o nunca' –se dijo para sí. –"Te quiero."

"Ranma…" – los ojos de Akane se llenaron de lágrimas. Ranma pensó que eso significaba que ella no le correspondía, entonces empezó a soltar el abrazo, pero esta vez Akane lo abrazó por el cuello acercándolo más hacia ella. "Yo también te quiero Ranma."

"Akane…"

Los ojos de ambos brillaron. Ranma comenzó a romper la distancia y sus labios se rozaron. Se separaron unos milímetros con timidez y fueron cerrando los ojos lentamente hasta que se besaron. Apretaron el abrazo y siguieron con el beso. El cual duró unos cuantos segundos. Se separaron lentamente y Ranma se acomodó en la cama. Volvieron a abrazarse y a besarse, siempre con timidez, pero deseosos de no acabar nunca ese momento. Después de un rato Akane hundió su cabeza en el pecho de Ranma y él la abrazó entrelazando sus dedos en el cabello de la joven. Ella lo abrazaba de la cintura. Se dieron un último beso y se durmieron.

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Bueno, a pedido del público el beso. :P Je, ya hacía rato que venían que sí que no, que sí que no y finalmente se dio. Bueno, espero les haya gustado este capítulo. Ya nos vamos acercándo al final...

Palabras que pueden no haber entendido:

neechan: hermana mayor

otoko-onna: desde que escuché ese insulto me encantó, no se por qué pero me morí de risa. Significa hombre-mujer si hacemos una traducción literal. En castellano creo que no tiene tanto gracia como lo tiene en japonés. (Akane se lo dicea Ranma en el capítulo en que Shampoo hace unos nikuman que al comerlos creaban una reacción a elección. Al estornudar Ranma se abrazaba a la persona que estornudaba y bueno, Akane se resfrió. Muy buen capítulo. Entre los tantos insultos que dijo estaba el otoko-onna.)

Gracias a todos por continuar leyendo mi fic. Arigatou!

Besos. Ja-ne.