N: son los nombres de los padres de mi mejor amiga, su nombre es Romina Amano

V: estas segura-dijo con la confusión destacando en su rostro

N: totalmente, pero ella nunca me dijo nada de este planeta o de ustedes, es decir, yo y Romina ya habíamos escuchado de ustedes, pero en historias que nunca creí que fueran verdad "habrá sido de ella la piedra y se le habrá caído? ¿Ro es vidente? Bueno, tiene un increíble sexto sentido, pero ¿de ahí a ser vidente?"

H: entonces a quien debíamos traer era a tu amiga? Sabes ¿si ella si es vidente?

N: no estoy un cien por ciento segura, pero muchas veces a pasado que sabe cosas antes que pasen, pero no por mucho tiempo de diferencia y siempre anda con un mazo de cartas, que según ella me contó pertenecían a una amiga de su madre y que nunca la dejaban que saliera de la casa sin ellas a pesar que ella nunca las ha usado- de repente a Natalia todos esos detalles extraños de la vida de su mejor amiga le empezaban a encajar, como siempre tenía presentimientos negativos o positivos con las personas y que luego de un tiempo mostraban ser ciertos, o como la detenía antes de que metiera el pie en algún hoyo que pudo haber significado una fractura en el tobillo- oh dios mío, ella es la vidente que ustedes necesitan. Tiene los poderes que estaban buscando, como no me di cuanta antes- dijo sorprendiendo a todos los que se hallaban en esa habitación cuando su comentario rompió el silencio que se había formado.

Había asombro en la cara de todos, excepto la de Ditzumi, la cual reflejaba solamente curiosidad.

H: hemos cometido un error terrible, Van, sé que va contra las reglas, pero esta niña tiene que aprender a defenderse ya

V: pero no puede aprender, primero esta físicamente incapacitada por ser mujer, contando también su estado físico.

H: Van! Eso no se dice

V: lo siento, pero es verdad, a parte imagina lo que causaría que el Rey acepte enseñarle a pelear a una mujer, tienes idea del respeto que perdería por parte del pueblo y de los otros reyes?

H: pero todos han escuchado de una niña que ha llegado a nuestro reino con poderes de videncia y la van a venir a buscar y harán hasta lo imposible por hacerse de ella, ya no es que sus poderes no hayan despertado aún, si no que no los tiene

V: pues habrá que encerrarla y protegerla

H: No puedes encerrarla

V: piénsalo, es lo más lógico

Mientras Van y Hitomi seguían discutiendo, la irritación de Natalia iba en aumento

N: "Quiénes se creen que son, en primer lugar es por culpa de ellos que estoy acá y como se dan cuenta que no les sirvo quieren apartarme como si fuera un bicho y más encima se ponen a discutir de mi futuro enfrente de mí como si yo no tuviera ni voz ni voto en él, pero no puedo ponerme a gritarles por mucho que quiera ¿que voy a hacer?"

"Primero que nada tranquilízate, no conseguirás ningún provecho de la situación enojándote, por mucho que les quieras sacar las cabezas, después de todo ellos te tienen bajo su poder"

Natalia salió inmediatamente de ensesimiento, ese pensamiento no fue suyo y estaba segura que no lo había escuchado. Recorriendo la habitación con la mirada se sorprendió cuando vio a Dizumi mirándola fijamente y aún mas al ver que sus ojos eran de un color verde intenso.

D: "tranquila, primero que nada no te alteres, esto es algo que yo puedo ejecutar, pero nadie lo sabe, por lo que tengo que recurrir a tu bondad y lealtad al pedirte que me prometas que no dirás nada de esta habilidad que poseo a nadie"

N: "bien, te doy mi palabra que no le diré nada a nadie, pero por que me lo estas mostrando a mí? Y puedes ver mis pensamientos aunque yo no quiera"

D: "solo debo usar este poder para comunicarme y lo que tu no me quieras mostrar, yo no lo buscaré, esa es una promesa y te lo muestro porque confío en ti y eres la única que puede comprender porque no le muestro esto a mi familia, lo que no impide que tu confíes en mi"

N: "y porque no se lo cuentas a tu mama?"

D: "eso te lo informaré mas tarde, por el momento, solo mantente impasiva frente a la situación y más tarde iré a tus habitaciones para charlar de lo que puedes hacer en la situación en que te encuentras situada, de acuerdo?"

N: "ok"

Fue después que Ditzumi rompió contacto visual con ella, cuando se dio cuanta de que la discusión había terminado y parecía que ambas partes habían llegado a un acuerdo.

H: bien, esta decidido, este tema se hablará con los consejeros y buscaremos la solución más justa para todos, bien?

V: de acuerdo, ahora mejor nos vamos a dormir

H: oh! ¿Es cierto, tu viniste acá a preguntarme algo?

N: bueno, si, quería preguntar si sabían de algún lugar en el cual puedo recargar la batería de mi celular

H: bueno, acá todos los aparatos eléctricos funcionan con la energía de los corazones de dragones por lo que supongo que si el enchufe del cardador hace contacto con un corazón de dragón, pues debería de funcionar

N: y donde consigo uno?

H: honestamente, nose, son difíciles de encontrar, en especial después de la guerra, por lo que tal vez tengas suerte y encuentres uno en el mercado, pero por el momento no puedes salir del palacio. Pero no te preocupes, yo trataré de conseguirte uno, ¿bien?

N: de acuerdo, buenas noches

V y H: buenas noches

Natalia se dirigió rápidamente a su habitación, tropezando de vez en cuando con uno que otro sirviente, pero sin detenerse en ningún momento. Necesitaba estar sola, necesitaba un momento de tranquilidad para analizar toda esta nueva información, pero más que nada, necesitaba un lugar donde explotar, un lugar en el cual poder gritar y llorar y desahogar tanto el miedo como la rabia que la inundaban. Al ver la puerta de su habitación corrió con todas sus fuerzas hacia esta. Habriandola y cerrandola casi al instante detrás de sí. Al hallarse sola sintió como el peso del día la inundaba y la atraía al piso, hasta sentir como sus rodillas hacían contacto con este. Sentía como su garganta se apretaba. Como las lagrimas se acumulaban tras sus ojos, quemándolos he incitándolos a llorar, pero su mente fue mas fuerte y decidida a contener las lágrimas, se quedó inmóvil absorbiendo su dolor poco a poco. No podía andar llorando por ahí si tenía que pensar como volver a casa, por mucho que deseara desahogarse. Ya tendría tiempo para hacerlo una vez que volviera a su casa. Sabía que era ridículo pensar así, pero era una forma de mantener la esperanza viva, no llorar hasta llegar a su casa, en donde se sentiría protegida. Debe haber pasado alrededor de media hora, ahí, hincada en el piso, inmóvil, cuando sintió el ruido de alguien tocando la puerta. ¿Pero era la puerta? No, sonaba desde otra parte ¿pero donde? Lo escucho de nuevo, esta vez desde el armario. Se acercó lentamente a este, sin saber que pensar. Abrió la puerta lentamente, para encontrarse con Ditzumi, ahí, parada pacientemente entre toda la ropa colgada esperando que alguien le abriera la puerta.

-Ehm... quieres pasar?- que más le podía preguntar? No podía cerrar la puerta y dejarla ahí, ¿o sí?

-Lindo pensamiento, que bueno saber que me aprecias

-Perdón- dijo Natalia, sin poder evitar que el rubor le cubriera las mejillas

-Y como te sientes?

-Más calmada- dijo cuando se dio cuenta de algo extraño en esta conversación, algo que no concordaba con las anteriores. –Ditzumi?

-Si?

-¿Qué pasó con todo tu extenso vocabulario?

-Ehm, bueno...- la pequeña se quedó en silencio, por primera vez sin saber que decir, mientras sentía como la vergüenza coloreaba sus mejillas.

-Hey, Tranquila, que no es nada de lo que tengas que estar avergonzada. En todo caso, prefiero que hables así, me siento mas cómoda.

-Esta bien, trataré, debe de ser que al escucharte hablar así, tan libremente y sin tantas formalidades, no siento que yo deba ser formal.

-Pero, por lo poco que he hablado con tu mama, ella parece hablar sin tanto protocolo.

-si, es cierto, pero aún así ella sólo me permite dirigirme a ella con formalidad, algo de cómo una prinsesa debe mostrarse culta y respetuosa. Pero bueno, yo no vine acá a hablar de mi léxico, sino de cómo estas enfrentando toda esta situación.

-estoy aterrada, lo único que podría solucionarlo todo es volviendo a casa, pero ya vez, tal parece que es imposible.

-nada es imposible, hace no mucho tu creías imposible viajar a otro mundo en el cual existieran seres humanos, pero ya ves, aca te encuentras.

-Sabes que es lo que más me molesta?

-que?

-el saber que una guerra se avecina, que todos estarán persiguendome porque supuestamente tengo una especie de superpoder y no tener nada que pueda evitarlo. Me siento indefensa.

-Pero eso se puede arreglar.

-a si, y que suguieres tu?

-que aprendas a valertelas sóla, como dice mi madre, debes aprender a pelear.

-pero no escuchaste a tu padre? Está prohibido y además, y tal como él dijo, yo no soy un modelo de fuerza física.

-de que esté prohibido tu sabes que no presenta un gran problema, simplemente disfrásate de hombre, en cuanto a tu estado físico, eso se soluciona facilmente. Nadie nace con un estado físico perfecto, ¿sabes?

-Que extraño, reciviendo concejos de una niñita. Sin ofender.

-Bien, como aún no tenemos una idea clara de cómo lograr que retornes a tu hogar, nos centraremos primero en tu aprendizaje de defensa personal. Si no recuerdo mal, mi hermano...

-¿Quién?

-Takeshi

-¿el que se mando a cambiar?

-el asunto no es tan así, pero se podría decir que si-dijo ditzumi con nerviosismo

-bueno, pero como me podría ayudar

-pues, cabe la posibilidad... –pero no pudo terminar de decir lo que planeaba, ya que en ese momento se escuchó una explosión que retumbó por todo el palacio. Presa del instinto y la adrenalina causada por el susto Natalia tomó a Ditzumi en sus brasos y puso a ambas bajo el marco de la puerta. Aunque una explosión no es un terremoto, siempre la ultima parte en desmoronarse de una casa, en este caso un palacio, son los marcos de las puertas. Ambas incadas y abrazadas en el suelo podían escuchar los gritos que retumbaban en las paredes de piedra. Natalia sintió como ditzumi se abrazaba mas fuerte de ella, haciendo que se diera cuenta por primera vez que a pesar de ser ditzumi tan interigente y recatada, no dejaba de ser una simple niña y en este caso, una niña muy asustada.

Tan rápido como el caos se desato, vino el silencio. De esos silencios que te hacen sentir que lo peor está por venir. Natalia sentía que tenía que hacer algo, que no pordía quedarse ahí sentada sin hacer nada.

-Ditzumi, necesito que te quedes aquí ¿bien? Y no saldrás hasta que yo vuelva ¿me entiendes?

-¿Me vas a dejar sola?- dijo, mirándola a los ojos, mostrando el temor que sentía.

Natalia, titubeando por unos minutos, insegura de sí debía dejarla sóla, se puso de pie.

-te vas a quedar encerrada en este coset, de acuerdo? Si pasa algo siempre podrás escapar por alguna de las puertas, solo quedate aquí hasta que vuelva ¿bien?

-me prometes que te cuidad y que vas a volver?- dijo mirando a natalia nuevamente a los ojos, pero esta vez no mostraban temor por lo que podría pasarle a ella misma, sino preocupacion por lo que le pordía ocurrir a Natalia. Esta por su parte, al ver esto se incó a su lado y la abrazó.

-claro que voy a volver, tu no te preocupes, solo esperame aquí, de acuerdo?

-bien.

Con esto dicho natalia se puso nuevamente de pie, avanzó hasta la puerta y la abrió, pero antes de cruzarla, se volvió para mirar a Ditzumi una ultima vez. Fué entonces que vio la expresión de terror en sus ojos, justo antes de que todo se volviera oscuridad.