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Me comienza a dar miedo la velocidad con la que actualizo. Ideas tontas que vi alguna vez en la vida real. Es divertido cuando vez a dos personas compitiendo… ¡por lo que sea!
Star Trek no me pertenece. Es una creación original de Gene Roddenberry y la película, de J.J. Abrams.
Todos los que se encontraban a bordo de la Enterprise, morían por ver el espectáculo. Era la situación del momento.
Un par de horas después de hallar la amenaza que los escudos detectaron como la USS Vengeance, el teniente Christophe Kirk volvió a la nave interestelar acompañado de James T. Kirk y un extraño sujeto que se parecía al mayor de los Kirk, en palabras de todos "mucho mas que el mismísimo vulcano". Ese fue el comienzo a la pequeña detonación que seguiría.
Después de asistir a su junta con la Federación y tras 4 días más de espera, se determinó que tanto Kirk, como James Kirk (así se le conoció entonces al joven de cabellera dorada oscura) podían seguir a bordo, muy a pesar del capitán y el teniente Christophe, siempre y cuando se adecuaran a sus reglamentos y evitaran, dentro de lo posible, interferir con las tareas de la Flota Estelar.
– Se bien que será incomodo al principio… pero creo que podríamos adaptarnos. – Jim se encontraba sentado justo en el centro de aquella hilera de asientos. Al comienzo por al derecha, se encontraba Spock, después Chris, en el centro Jim, a su izquierda James y finalmente, Bones, quien se vio obligado a inspeccionar constantemente el estado de salud del nuevo "experimento de la Federación". A James apenas y le incomodaba la nueva denominación. Todo era nuevo, todo era desconocido… una aventura disfrazada de experimento.
– Confío en eso, papá. – Afirmó un sonriente James. Jim le contestó con una mirada divertida y estrechó su brazo ligeramente. Chris notó este gesto y frunció el ceño ligeramente. Control… control sobre las emociones.
– Será innecesario y presentará problemas para el correcto funcionamiento de las misiones para la Flota entera. – Respondió molesto el joven vulcano.
– ¿Christophe? – Spock observó a su hijo con curiosidad, ¿acaso esa voz era…?
– Pero será como en una familia, ¿verdad? – James miró a los ojos de Chris, le impresionaba cuanto se parecían a los de Jim. El rubio sonrió a James y después a Chris, pero este desvió la mirada enfadado. Por supuesto que no lo veía como una familia… el era un intruso en su vida. Era él quien merecía pasar tiempo con Jim, el lo perdió 20 años… él… no ese sujeto. Él NO era su familia.
Al ver la reacción del vulcano más joven, James intercambió miradas con su padre, pero este no pudo responder nada. Solo meneó la cabeza ligeramente, como si le pidiera paciencia.
– Cuando lleguemos a la Enterprise, creo que debemos hablar a solas, Spock. – Jim intentó mirar al vulcano por encima de su hijo de cabello negro, pero apenas y se movió unos centímetros sobre su asiento.
– Ser capitán de la única nave autorizada para explorar el espacio mientras mantiene una investigación secreta de la Federación, me privará del suficiente tiempo como para llevar a cabo una conferencia adecuada, ¿es un tema relevante?
– Lo es para mí. – Contestó Jim con cierto enfado. Lo peor de todo era poder recordar porque se enamoró del vulcano, pero eso no ayudaba en situaciones como esa, cuando deseaba simplemente arrancarle el fleco.
– ¿Por qué no dejan sus charlas amorosas para cuando estén solos o lejos de mi?, ¡maldición, Jim!… – Bones intentó pasar un aparato que registraba los signos vitales por encima de la cabeza de James, pero Jim lo empujó de inmediato. Le molestaba tanto cuidado.
– ¡No me toques con eso, Bones, basta!…
– Usted es el doctor de la USS Enterprise, ¿cierto? – James se giró para observar de cerca a Bones. Como una reacción inmediata, Chris se giró para mirar con rabia al chico de cabellera rubia.
– Y tu eres el otro mocoso de Jim… como si uno a bordo no fuera suficiente. – Completó con su característico tono de amargura. Spock y Chris lo observaron confundidos, pero Kirk y James sonrieron ante el comentario.
– No presentaré un inconveniente, señor McCoy, conozco mis obligaciones y los parámetros que me permiten abordar la nave más importante de la Flota. Además, yo jamás ocasionaría problema alguno a papá – Eso ultimo lo agregó con una voz que derrochaba dulzura… pero que fueron puñaladas para el joven vulcano. Chris respiró hondo y tomó con fuerza en sus uñas los separadores entre su asiento y los de sus padres.
– Tú eres el problema. – Susurró, pero todos a bordo lo escucharon. Bones dejó escapar una risa leve, pero de inmediato se encontró con el rostro serio de Spock. El vulcano no daba crédito al comportamiento de su hijo y Jim lo comprendía menos. Aunque fuera demasiado evidente para los dos jóvenes a los costados de Kirk.
– Christophe, ese comentario fue innecesario. – Lo reprendió Spock.
– Bueno… dejando este tema de lado, ¿podría acompañarlo en sus practicas, señor McCoy?, soy un alumno prometedor y no buscaré entrometerme… es solo que la medicina estudiada por los humanos resulta en un cúmulo de buenas y variadas referencias a la supremacía de nuestra raza sobre el resto de las que hay en este universo.
Spock y Chris se giraron para mirar "feo" al rubio mas joven. Jim cerró los ojos con una sonrisa tranquilizante y Bones siguió riéndose de aquella circunstancia.
– No decimos "supremacía" antes de al menos 10 palabras de "raza", James… – Corrigió Jim. El joven rubio parpadeó confundido y analizó lo que su padre acababa de decir. – Es peligroso. – Completó en una broma. El chico lo miró y sonrió divertido. Chris se indignó ante aquella reacción. ¿Por qué cuando a él lo reprendían parecía el fin del universo?, ¿y porque aquel experimento sin sentimientos era mejor que él comprendiendo las intenciones ocultas en los bastos caminos de la lengua humana que su padre empleaba?... simplemente, era como si lo dejaran afuera de una relación que ese sujeto llegó a arrebatarle.
– No quiero intrusos en mi consultorio… pero si tu sangre puede hacer lo que hacia la de aquel demente, entonces no veo problema con tenerte cerca… – Admitió Bones, girándose para teclear algo en aquel aparato que leía los signos vitales. Kirk y James sonrieron ante su victoria frente al doctor más testarudo de toda la Flota Estelar. – Pero no voy a ser paciente, ¿me escuchas?, soy un doctor, no una niñera…
Jim se giró para ver a su otro hijo y a su padre, pero la seriedad jamás había lucido tan vulcanamente peligrosa. Spock parecía querer evitar a toda costa que hablaran y Chris observaba a James como el peor de sus enemigos. Las cosas no eran como deberían ser… pero el seguiría peleando.
No tenía porque haber una fuerza más grande que otra dentro de su corazón.
O*O*O*O*O*O
Cuando menos lo pensó, la cuchara frente a él se encontraba doblada por completo. Un poco mas de presión y… si, finalmente la rompió.
Spock buscó la dirección en la que su hijo miraba con tanta rabia (la suficiente como para partir una cuchara de titanio frente a sus ojos). Tras él, Bones comía con un reducido grupo, dos enfermeras y un ayudante… además de James. Sin prestar demasiada atención en una conversación que no le incumbía, Spock notó que los comentarios del rubio causaban risas y diversión en aquella mesa. En especial en el doctor de cabecera.
– Debo asumir que existe una relación entre una demostración física de ira e incomodidad reflejada en la manipulación de un articulo de cocina y el comportamiento social que se desarrolla en aquella mesa, ¿es correcto?
– Probablemente. – Contestó el joven vulcano, cambiando la dirección de su mirada y enfocándose en lo que había en su plato. Ni siquiera había probado bocado. Como vulcano, no necesitaba alimentarse tanto como un humano, pero su herencia de ¾ humana le exigía comer un poco más que los vulcanos, en promedio. No quería hacer obvio lo que ya de por si era evidente frente a su padre… pero la sangre le hervía como nunca. – No lo sé, sería correcto afirmarlo, supongo.
– ¿La relación del señor McCoy y el joven James Kirk representa un problema en el control de tus emociones?
– ¿Y porque todo el mundo lo llama "Kirk"?, él jamás fue nombrado así… ¡yo en cambio, si!... y no entiendo porque la Federación cree que es lógico mantenerlo a bordo de la nave como un tripulante mas… no confío en él… ni en sus intenciones… – Con una mano cubriéndole la frente, Chris se limpió el poco sudor que lo cubrió en tan solo instantes. Control… Control… CONTROL.
– Es una medida que nuestros superiores han tomado y que nos corresponde acatar según la di…
– Si, yo… padre. Lo entiendo. Es solo que no sé que me pasa… – Chris tapó de nuevo su bandeja y evitó mirar (dentro de lo posible) en dirección de la mesa de McCoy.
Spock analizó la situación cautelosamente. No deseaba admitirlo por completo, pero conocía a la perfección los sentimientos de su hijo. Sin embargo, su perspectiva del caso era una variable, pues el estaba por completo seguro que el comportamiento de este se debía a la admiración que sentía por el doctor McCoy y que, la llegada del nuevo tripulante, que encima lo apartaba del lado de Jim, le impedía demostrar.
De alguna forma… le recordaba a esa situación…
…
…..
…
– Spock, ¡estás celoso!
– Es una afirmación equivocada.
– ¡No es cierto!, ¡Spock!, ¡lo estás!, sientes celos… – Jim rompió a reír con ambos brazos sobre su estomago. El vulcano lucía confundido y aprensivo con la idea. De entre todas las emociones humanas, los celos eran la mas irracional e ilógica. El, definitivamente, no estaba celoso. – Yo, já, simplemente no lo imagino, digo, claro que lo imagino porque lo estoy viendo, ¡pero…!
Spock se apartó del rubio, caminó alrededor de la alcoba y se detuvo junto a una pantalla azul celeste que mantenía a la habitación en un tono azulado ligero. Al ver su semblante serio, Jim comprendió que, para el vulcano, aceptar algo tan sencillo para cualquier humano, era un conflicto en realidad grande para él.
Con una astucia aprendida, Kirk caminó lentamente hasta el moreno, hizo danzar sus dedos sobre el cinturón del vulcano y acarició ligeramente su estomago. Finalmente recargó su cuerpo contra la espalda del vulcano y buscó recargar su propia barbilla sobre su hombro izquierdo. Respiró lento, cálido al oído del moreno, haciendo sonidos incomprensibles, ligeros canturreos cerca de su nuca. Spock se relajó, primero ligeramente, después con gran pesar. De un segundo a otro, ya no tenia poder sobre sus pensamientos… simplemente le gustaba estar así, atrapado entre los brazos de Jim. El humano le pertenecía… pero siempre encontraba el método de hacerlo sentir a él, suyo.
– Tranquilo… todo está bien… – Susurró, aun divertido, el mas bajito de los dos. Spock respiró hondo y cerro los ojos con cansancio. – La forma de evitar los celos, es con seguridad. Si estás seguro de que soy solamente tuyo, no tienes porque sentirte amenazado ante nadie…
Era fácil decirlo, claro… pero salir con el donjuán más grande de la Flota, quien parecía tener la fortuna de encontrarse con cada exnovia en cada ocasión que tocaban la Tierra o algún punto en el espacio que tuviera algún edificio de entretenimiento, no ayudaba en lo absoluto.
En esa ocasión, hasta Spock tuvo cupo dentro de la pelea de la chica hacia el infiel capitán que, en base a los antecedentes que recién conocía Spock, eran los de "dormir y salir corriendo"… la chica terminó agregándolo a la riña con aquellas frases a gritos de "…y terminaste con un vulcano frígido" y cosas por el estilo. Vivir junto a Jim jamás sería fácil para él… eso lo supo desde el comienzo, pero… jamás visualizó por completo las dificultades.
– No te considero un objeto que deba poseer para poder transmitir mis emociones hacia ti.
– Pero soy tuyo, Spock… ¿lo sabes, verdad? – Jim besó ligeramente la parte mas curveada en las orejas del vulcano. Fue como una descarga para el cuerpo del moreno. – Tonto picudo.
Spock escuchó aquella denominación y observó intrigado al rubio. Se mantenía sin comprender con exactitud a que se refería con ese adjetivo. ¿Seguía hablando de sus orejas?
– No sientas celos de nadie Spock… porque a nadie permitiría torturarme como tu lo hiciste con el pon farr…por poco y no me levanto de nuevo…
Y antes de poder ser reprendido por su falta de tacto y moral al mencionar tan privado asunto en voz alta, Jim soltó al vulcano y salió corriendo de ahí como un niño que rompe el jarrón de su madre en su presencia.
Spock lo siguió con la mirada… confundido y ligeramente incomodo… pero seguro de una cosa importante…
…
…
…..
– Jim los estima por igual.
La voz de su padre sacó a Chris de sus propios pensamientos. El joven vulcano parpadeó confundido, intentó comprender aquella oración con mayor detenimiento, pero la encontró completamente fuera de lugar. ¡Claro que lo sabía!, el problema no era… ese… ¿cierto?, el estaba consciente de ello… solo era…
– Pero… yo si soy su hijo… – Dijo en un susurro, agachando la cabeza con pena. Era vergonzoso admitir que le habían leído el pensamiento. – Y ese no es el punto. Mis emociones no se alterarán por la presencia de un obstáculo en mi vida personal o carrera. Compermiso.
Sin permitir que el vulcano mayor dijera nada, el ojiazul se puso de pie con su charola y caminó en dirección de la salida. No soportaba estar a metros de Bones y James sonriendo amistosamente. Spock lo siguió con la mirada, interesado en esas reacciones que desconocía de su propio hijo y meditando en la primera razón que expuso para despreciar a James. Después de todo, si tendría que hablar con Jim al respecto.
O*O*O*O*O
– En concreto… ¿que circuito debo cortar primero?
De muy, muy, MUY MALA GANA, Bones tuvo que acceder a dar algunos "cursos rápidos" (que originalmente no lo eran) a Jim, para que pudiera ponerse al día con las actualizaciones de los últimos 20 años. Como estudiante, su amigo era un asco… así que aquellas horas, mas que de estudio, se volvían peleas recurrentes en las que Bones enviaba al carajo al rubio y este terminaba por irse enfadado a buscar con quien quejarse sobre el desempeño de del "Maestro Demonio".
Aquella tarde era distinta, pues permanecieron un par de ayudantes y James para contemplar (mas por diversión, que por interés real en aprender) el curso de la tarde.
– Ya te dije que lo sé… solo era… – Con mucho cuidado, Jim introdujo algo parecido a unas pinzas diminutas, en un compartimiento cilíndrico de aquella nave a escala. El objeto hizo reacción y de inmediato comenzó a quemarse en pedazos. – ¡Ah, mierda!
– ¡Maldición, Jim! ¡No prestaste atención!
La puerta principal se abrió y tanto Spock, como Chris pudieron entrar en aquel lugar. EL capitán se preguntaba que hacia el equipo medico reunido en torno a una mesa, sin mayor aprovechamiento de su trabajo que el observar entre risas y susurros al par que ahí estaba. Chris observó a su padre, después a Bones y finalmente a James. El rubio se giró para sonreírle a su hermano, pero el joven vulcano de inmediato se giró en la dirección opuesta.
– ¡No es que no haya prestado atención!, ¡tu eres un pésimo maestro! – Jim sacudió la muñeca con dolor, algunas chispas aterrizaron en su antebrazo descubierto.
– Las habilidades del doctor McCoy son incuestionables, quizá un ambiente mas apropiado podría favorecer su desempeño académico, como un salón de clases real en algún sitio de la Federación. Chris se acercó hasta su padre y observó la herida. No era la gran cosa, ni lo suficientemente peligrosa como para poner en duda el trabajo de McCoy como profesor… claro que… eso era así, desde su perspectiva.
– ¿Lo oyes, Jim?, soy un profesor incuestionable… tu duende lo ha dicho. – Repitió con una sonrisa burlona a Kirk. Este dirigió una mirada de reproche al moreno que malinterpretó como rencor. Estuvo por hacer otra afirmación para solucionarlo, pero de inmediato James se interpuso y colocó un pañuelo húmedo sobre el brazo de Jim, con cuidado y una sonrisa amable.
– Solo necesita tiempo… no todos asimilamos las cosas de la misma forma.
Jim sonrió al escuchar a su hijo tan tranquilo. James se adaptaba con facilidad a todas las situaciones que emergían, era buen estudiante y jamás escuchó a Bones reprendiéndolo por nada. Sin embargo, aquella actitud tan "afectiva" entre Jim y James, estresaba sobremanera al vulcano mas joven de la nave. ¿Por qué ese sujeto se creía con el derecho de acompañar a Bones a todas partes?, ¿quitarle el valioso tiempo de su padre?, ¿ser aceptado de buenas a primeras por el otro, cuando a él incluso le dijo que su padre era un "maldito"?
Ese sujeto no era superior a el… DE NINGUNA FORMA.
– ¿Tu ya lo dominas? – Preguntó enfadado al rubio frente a él. James seguía rozando el brazo de Jim con aquel trapo húmedo. Los ayudantes que permanecieron divertidos hasta ese momento, guardaron silencio sepulcral y tanto Bones, como Spock reconocieron el tono de "a dos pasos de darte un golpe vulcano" de Chris.
– Perfectamente. – Con ambas manos tras su espalda, James dejó su trabajo y se acercó a menos de un metro de la nave y de Chris. El vulcano imitó el gesto. – Esta tecnología resulta obsoleta para mi conocimiento avanzado y superior, pero considero interesante estudiar las bases de un tema que he perfeccionado y que importa tanto a papá. Incluso puedo, si no es de tu total entendimiento, asistirte en la formación adecuada de este conocimiento. – Oh no, no lo dijo.
– Mi conocimiento es pleno en cualquier ámbito, soy el programador de la Federación, me ocupé personalmente de la Kobayashi Maru durante 3 años antes de ser ascendido…
– Un programa con antecedentes de hackeado, que interesante… – Respondió divertido el rubio. Tanto Jim como Bones se giraron para ver el rostro ligeramente ensombrecido de Spock. Chris alzó el pecho, como si la respiraron se le dificultara por el coraje. – Con gusto podría ayudarte en ese aspecto también. Soy un programador excelente.
– James… – Intentó conciliar Jim con un tono bajito, pero aquellos dos echaban fuego por los ojos. En especial Chris.
– Eso nunca ha sucedido desde que yo me encargo de programarla.
– Pero cabe la posibilidad…
– No, no cabe… – Chris dio un paso hacia enfrente y miró más amenazadoramente al rubio. Spock observó el reloj digital del consultorio y se colocó más cerca de los dos jóvenes.
– Retírense todos a sus labores. – Se giró, creyendo así solucionado el problema, pero al notar que solo los ayudantes de Bones abandonaban la sala, se giró para ver que James y Chris seguían exactamente en la misma posición rígida. Dos felinos esponjados a punto de saltar el uno hacia el otro.
– Bueno, ya escucharon a Spock, salgamos de… – Jim volvió a desdoblar su manga con cuidado, mientras Bones quitaba una pequeña capa transparente que utilizó para curarle la herida. Pero los chicos no escucharon.
– ¿Christophe? – Llamó Spock.
– ¿Por qué pareces molesto, Chris?... gracias a padre y el poco tiempo que pude convivir con él durante nuestra estancia en la Vengeance, aprendí que la unión y lazos entre un hermano y otro son poderosos mecanismos sociales y personales que benefician unos a otros con el acto del mutuo apoyo… pero tu pareces empeñado en desafiar y contradecir esos lazos… – La mirada de Chris no pudo lucir mas indignada. Antes de que el joven pudiera decir algo de lo que (quizá) podría arrepentirse, Bones dio un paso al frente y tomó, tanto al vulcano como al humano del brazo, empujándolos en dirección de la salida.
– Bien, los quiero a todos, duendes y Jims fuera de mi consultorio.
– Así es, es mejor que… – Comenzó Jim, pero la voz de Chris fue más fuerte que cualquiera.
– Tú no eres mi hermano… no confío en el hijo de un sujeto que me quitó a mi padre durante 20 años, no creo en tus intenciones y no me encuentro interesado en crear lazo alguno con un tipo tan molesto como tu.
Bones se detuvo y miró con reproche al joven vulcano. Jim miró a Chris, después a James, pero el rubio parecía más conmovido que el vulcano. Pero de extraña forma… parecía haber resuelto un problema dentro de su cabeza… y eso inquietó a Kirk. Spock miró a Jim directo a los ojos, con una ceja alzada. Eso era lo que les esperaba de ahí en adelante. Era imposible concebir que pudieran formar una familia… y encima, el compartía el pensamiento de su hijo en torno a mantener a James cerca. Era el hijo de Jim… pero con otro sujeto. Por supuesto que sentía aversión por ello.
– No quieres… ¿eh?... entonces creo que seremos papá Jim y yo solamente… – Contestó una voz apagada, pero segura.
Jim sintió que debía solucionar eso.
O*O*O*O*O*O
– Me parece por completo innecesario…
– Spock… – Jim respiró hondo. Aun no tenia la charla que le interesaba con el vulcano, pero lo necesitaba, a él y a su control pleno sobre su hijo para poder perpetuar su trampa. – Solo, por unos segundos… no seas tan Spock.
El vulcano estuvo por abrir la boca de nuevo, cuando ambas puertas en la sala, la principal y una secundaria al fondo, se abrieron al mismo tiempo. Por la principal entró Christophe, quien al ver a su no–hermano entrar por la otra y a sus progenitores esperando en una mesa en el centro, sospechó hacia donde iba todo eso.
– ¿Padre?, no se me informó de una reunión extraordinaria con el señor James y el capitán… ni del resto de los asistentes.
– Solo cumplí una petición de Jim trayéndote hacia aquí, el resto es desconocido, aunque asumido de antemano, para mí.
– Pero, ¿no fue usted quien dijo: "la verdad incompleta es un engaño, el engaño mentira…" y…?
– Si, si… ya lo sabes ahora, también le enseñé el truco a él – Concluyó Jim cansado. ¿Por qué vulcanos?, ¿Por qué no formó una familia con… no lo sé, chimpancés? – Y aun no conoces lo peor… ¡en fin!, creo que necesitamos entablar esta conversación entre los 4… justo ahora que he regresado después de tanto tiempo confinado al núcleo de la Vengeance… creo que seria justo para mi y para todos el comenzar una nueva vida juntos, alejados de todo ese drama y… lo que conlleva…
– Me niego. – Chris miró de nuevo con rencor al rubio frente a él, pero a considerable distancia. Ahora, hasta su padre vulcano le mentía por su culpa. No podía odiarlo más.
– No espero que encuentres dificultades en cuanto al trato de nuestra relación, papá… – Comenzó James con una sonrisa amable. Robó la atención de Spock y Chris, pero Jim seguía preocupado por los sentimientos de Chris. Sabía que debía estar pasándola mal al sentirse tan irracional. – Y en cuanto a Christophe, respetaré su decisión… se lidiar con su elección, no debes preocuparte por ello.
– ¿Ah si?, ¿a que te refieres? – Jim miró con admiración a su hijo mas joven. Según el propio James, debía tener alrededor de 15 años, pero mostraba mucha mas madurez que el joven vulcano. Spock miró a su hijo pensativo. Comenzaba a preguntarse si había cometido un error al aceptarse equivocado en su decisión de volver vulcano al joven. Si de esa forma, aun era tan condenadamente irracional… educado por humanos, quizá la Enterprise ya se encontraría enterrada en el océano de algún mar terrestre.
– Es sencillo lidiar con el rechazo, papá. – Chris caminó hasta la mesa y tomó asiento junto a Spock y frente a Jim. De esta forma, Chris pudo acercarse ligeramente hacia el respaldo de Kirk. – Encontré a bordo de la Vengeance una solución inmediata y definitiva a él. Verás… el rechazo conlleva dolor, el dolor sufrimiento y el sufrimiento es un sentimiento que he decidido no experimentar más… cuando "Khan", como ustedes conocen a mi otro progenitor, comenzó a darme mas y mas objetos iniciadores de lazos y comunión, uno tras otro, estos desmentían las enseñanzas que tu me diste respecto a los hermanos y sus relaciones…
Spock y jim coincidieron en miradas de asombro. Chris observó la manera tan tranquila en la que el rubio tomaba un fruto pequeño que había sobre la mesa, lo olía y después lo comía tranquilamente.
– ¡Es-espera!, ¿estas diciendo que tu…? ¿Tú no fuiste…?
– ¿Eh? – James dejó de comer unos segundos y miró curiosos a su padre. Spock guardó cierta distancia, aun sentado, del rubio y él. – ¿Que cosa?... oh, eso… – Sonrió tranquilo y feliz… muy feliz de poder explicarle a su padre algo. Le encantaba ser útil a los otros. – No asumiste que, tras encontrar su experimento satisfactorio, yo seria el único espécimen que Khan crearía, ¿cierto?
Jim comenzó a ahogarse de nuevo con su respiración. Spock miró sorprendido a Jim y después a Chris. ¿Cuánto más podía sorprenderlos ese sujeto?
– ¿Lo creíste? – Jim también lucía sorprendido, pero por motivos mucho mas oscuros. – Oh, vaya… no se que decir… claramente, es obvio que no. Yo fui el primero… después hubo mas.
– ¿Cu-cu-cuántos mas? – Jim cerró los puños con fuerza y un temblor extraño invadió su cuerpo.
– Muchos… cientos… – Admitió con una tranquilidad que, mas allá de lo extraordinaria que resultaba, era macabra. – Cada uno mejor que el anterior. Khan estaba listo para comenzar de nuevo a su especie y, reviviendo los miembros de su tripulación que aun conservaban en la Tierra, podría regresar a su raza al gobierno de… todo, supongo.
– ¿De que manera… desmentían lo que el señor James…? – Chris finalmente se dignó a hablar con el rubio. Aquella parecía una de esas historias morbosas de suspenso que los humanos tanto disfrutaban. Y el era mas humano que vulcano.
– Igual que tu. – Completó, ya sin la sonrisa amable. Por primera ocasión desde que regresó Jim a la Enterprise, Spock tuvo un miedo real y de gran magnitud por el bienestar de su hijo. Kirk alzó la mirada e intentó adivinar las intenciones del otro rubio. Tampoco era que no estuvieran suficientemente claras… pero aun así… mantenía la esperanza. – El me dijo que los hermanos se apoyan, se cuidan y se mantienen unidos… pero ellos aceptaron su papel de armas mejor que yo y se rehusaban a crear los lazos que papá describió… no necesito hermanos si no piensan serlo…
– ¿Que hiciste, James?... – Jim abrió los ojos con un asombro extraordinario. – ¿Tu…?
– Los maté a todos.
Y… ahí murió la esperanza.
Spock y Chris se sobresaltaron lo suficiente como para dejar de lucir tan tranquilos, como de costumbre. Jim abrió la boca como si estuviera a punto de gritar algo, pero la voz simplemente no salía de sus cuerdas vocales.
– Por eso, papá… no te preocupes por mí. – Tomó con dulzura las manos de Jim y las envolvió en las suyas. Jim no podía sentirse mas aterrado por aquel tacto. Spock los observaba como si esperara que algo terrible ocurriera en ese momento y Chris… seguía sin creerlo. – Si Chris no quiere ser parte de esta familia… pues no podemos obligarlo. Lo intenté muchas veces, pero me quedó claro que no se puede obligar a nadie a sentir… supongo. Seremos tu, yo… y el señor Spock, si tu y el así lo desean… ¿está bien?
Los tres hombres miraron la tranquilidad de James con horror.
La vida era sencilla… cuando no se tenía nada que perder.
Pero era más horroroso de lo que imaginaban. ¿Que tan peligroso es alguien que puede asesinar a quien solo se le puede dormir… centenares de veces?
James dijo: "Cada uno mejor que el anterior"… eso, si había sido el primero, ¿en que lo volvía a él?
…
…..
Como dije antes, me asusta la velocidad con la que actualizo, pero como dijo James Junior: "En fin" XD. James es toda una fichita, ¿pero que esperaban del hijo de Jim y Khan?
Muchas gracias por todos sus reviews. Es agradable leerlos (sobre todo que, con la velocidad que actualizo, ustedes comentan, me impresiona ese aspecto). :D
Paso a… ¿aclarar?, algunos aspectos.
P1: ¿Que onda con lo de la sangre de Jim?
R1: La verdad, cuando volví a leerlo, noté que no me expliqué con claridad. Está medio raro, pero ¡juro que tiene un poco de sentido!, solo permítanme aclarar la idea y la introduzco de nuevo.
P2: ¿Este Fic está ubicado después de la película Into Darkness?
R2: En realidad, si y no… todo es fiel hasta la parte final. Según este Fic, Khan no fue criogenizado de nuevo, pero el resto es 100% Into Darkness. Perdonen si escribí SPOILERS y no puse un anuncio al inicio del Fic respecto a ellos... pero no fueron demasiados y ni tan espectaculares… quiero creer.
P3: ¿Habrá SPIRK lemon?
R3: (Esta duda es por si la tuvieron… porque no leí que nadie la expusiera, pero me gustaría aclararlo). SI. Eso es todo, lo habrá, pero mas adelante.
Por cierto!, les regalo una imagen que explica como es que Jim llegó a encontrar a Chris y Bones besándose al principio del capitulo 3. Por si se lo preguntaron.
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Quiten asteriscos (y posibles espacios, si es que aparecen, chequen eso, por favor). De nuevo, gracias por leer, comentar o simplemente husmear el Fic. Nos leeremos pronto (espero que no demasiado). Cuídense mucho!
By: Roglia15
