In the way
¿Que puedo decir que no haya dicho ya? Sexto capitulo… en 2 semanas. Creo que si me obsesioné con Into Darkness.
Christophe caminó lentamente entre los pasillos que conducían al área médica de la Enterprise. Llevaba la cabeza agachada y los ojos distraídos, tanto, que pasó a lado de Bones sin siquiera notarlo. El hombre lo observó, primero intrigado, finalmente con indignación. No era común, hasta rayaba en lo extraordinario, encontrar al joven vulcano de aquella forma.
– Señor McCoy. – Entonces una voz baja y grave lo sacó a él de sus pensamientos.
– Ah, Jim 2… ¿que haces aquí? – El joven rubio de mirada celeste aqua sonrió al observar lo que el doctor miraba, desapareciendo a la distancia.
– Es James… – Corrijió, cansado. Al parecer al único que ese tipo respetaba era a si mismo. – Vine a buscar a Christophe, pero parecer ser que tendré que continuar siguiéndolo… – Dijo el rubio con los hombros caídos.
– ¿Y porque buscas al duende? – Bones retomó su trabajo y caminó en dirección del consultorio. James lo siguió de cerca, sin dejar de mirar su nuca.
– Tengo que matarlo… llamó mentira a todo lo que papá me enseñó y me ofendió.
Y con la misma tranquilidad que mostró frente a Spock y Jim, James admitió, frente al doctor, sus intenciones. A Bones casi se le cae la quijada una vez que lo escuchó, ¡sacó todo de Khan!
Jim estaba haciendo algo TERRIBLEMENTE mal ahí como papá…
– ¡Oye! – Golpeó ligeramente la cabeza del joven con una tablet – Esas cosas no se dicen, mocoso… tu dices que Chris es como tu hermano, ¿cierto?
– Así es… pero el no quiere serlo… – El rubio se mostró confundido. Estaba buscando al medio vulcano por todas partes para poder matarlo y así vivir tranquilamente con Jim, pero el doctor (un humano similar a su padre) lo reprendía por ello. – Dijo que era mejor si no lo éramos, papá Jim dijo que los hermanos se apoyan y se cuidan.
– ¿Y tu manera de apoyar y cuidar es clavándole una espada en la espalda?
– En realidad lo iba a hacer a golpes, pero, ¿que está sugiriendo, señor McCoy?
– Por todos los… – Bones respiró hondo y se restregó los ojos cerrados. Quizá si era hijo de Jim… ¡lo estresaba igual! – Mira, niño… ¡esas cosas siempre pasan!, puedes preguntarle a Jim o a quien sea… los hermanos siempre se pelean, se dicen cosas terribles y luego vuelven a actuar como si nada hubiera ocurrido. Lo importante es arreglar sus diferencias y seguir adelante con todo eso… ¡Anda!, pregúntale a Jim… te va a decir lo mismo…
James agachó su mirada mientras meditaba aquellas palabras. ¿Matarlo no era la solución?, eso explicaría la primera reacción de su padre ante la idea. Quizá el doctor era sabio en ese aspecto.
Después de analizar los pros y contras, James sonrió triunfante y tomó una resolución.
– De acuerdo… creo que su método es práctico, Doctor. Entonces yo debo ponerme a la par insultándolo también y haciéndolo enojar, ¿cierto?
– ¡Que ni se te ocurra!, ese duende de mal humor es la fusión entre Jim y Spock de mal humor… y eso es demasiado terrible… ¡además, ese no es mi punto!, ¿Por qué no intentas apoyarlo en otra cosa para que te acepte?, no lo sé… ¡piensa en algo!, dale algo que a él le guste o espere… bueno, es vulcano, seria mejor darle algo útil, ¡oh o que se!, ahora, ¡LARGO DE MI AREA, Jim 2! Y deja de planear tonterías…
James se giró para salir de ahí, con cientos de ideas dentro de su cabeza… cuando la mejor y mas grande lo golpeó de frente, ¡pero claro!
– ¡Usted! – Grito, asustando ligeramente a Bones. Este se giró y observó en dirección de James con indignación – Él lo quiere a usted… – Su mirada dejó de lucir amable, pero aun así era divertida. Miró con malicia al hombre y de pronto…
… todo se volvió oscuro.
O*O*O*O*O*O
– Te pedí "Spock", no "George". – Susurró Jim sentado al borde de la única cama vulcana que adoraba destender. Sabía de antemano que Spock no la utilizaba más que para lo lógico, pero a él le fascinaba llenarla de arrugas, era como mezclarse en todos los aspectos de su vida con el vulcano.
Dentro de la habitación del capitán Spock (no por mucho, claro), Jim observaba al vulcano caminando pensativo en torno a la cama, para finalmente mirarlo a los ojos. Después de tantos años, estar de nuevo a solas en ese lugar… con aquel vulcano. De pronto le invadía el deseo de hacer muchas cosas… y a la vez, solamente permanecer ahí, mirándolo, admirándolo, contemplándolo.
– "George" es razonable si consideramos su primer nombre y apellido humano… lo consideré lógico dado que ambos nombres significan para ti un lazo afectivo padre–hijo además de… – Se detuvo de pronto. Jim lo observó curioso, aun con ambos brazos sobre los bordes de la cama. Sin importar cuanto tiempo pasara, Spock siempre era Spock.
– No me lo digas si no te sientes cómodo… – El rubio se dejó caer de lleno sobre la cama, cerró los ojos cansado y respiró hondo el aroma de aquellas sabanas… le recordaban tanto a las noches que pasaron encerrados ahí por culpa del pon farr… lo mejor que vivió en toda su vida.
– Sentía que, si de alguna forma podía mantener tus recuerdos mas preciados junto a lo único tuyo que me quedaba… de alguna forma, jamás te irías… recién ahora noto lo ilógico que es eso…
Muchas veces, Jim se preguntó si el vulcano era así de abierto solamente con él (por el hecho de ser él) o si había algo en su interior que lo llevaba a ello. Prefería pensar la primera, aunque la segunda era más aceptable.
– No es ilógico… es tierno… – Dijo en un susurro, caminó hasta el vulcano y se recargó por completo sobre su pecho. Spock seguía siendo ligeramente más alto, pero en ese momento parecía descomunal. – Te extrañé tanto… yo, todo el tiempo, deseaba verte… – Admitió con un hilito de voz perdido entre el llanto que amenazaba con surgir.
– Tuve miedo, Jim… durante mucho tiempo. – Primero, el vulcano se limitó a colocar sus manos sobre la espalda de Kirk, sin emplear fuerza, sin "tocar" en realidad. Después comenzó a inhalar aquel aroma tan fuerte, tan característico del rubio, aquella esencia que, seguramente, al igual que a él, tuvo atrapado a cientos de chicas. En ese momento comenzó a crear una leve presión sobre el cuerpo del otro… y esta fue en aumento hasta que aquel gesto se convirtió en un abrazo. – Después… creí que jamás volverías.
– Pero yo te envié nuestro recuerdo perpetuo… del amor que siempre he tenido y tendré hacia ti…
– Christophe… – El vulcano buscó con lentitud la mano del hombre cuya respiración sentía sobre su cuello. Kirk lo notó y la alzó a la altura de su rostro. Spock lo miró directo a los ojos, aun buscando aquel contacto, agachó ligeramente la cabeza y cerró los ojos… entonces su mano se cerró sobre la de Jim, primero envolviéndola toda, después de las caricias, soltándola hasta quedar sus dedos índice y medio. Jim se sorprendió al recordar cuan estúpido se sintió al saber el numero de veces que besó a Spock tal y como los vulcano lo hacían, sin saberlo. Sonrió con ternura recordando la primera ocasión en que lo hizo oficialmente.
Imitando el gesto en el rostro del vulcano, Jim cerró los ojos también y acercó sus labios a los del moreno, primero uniéndolos en un beso casto y sencillo, para después aumentar su intensidad, probando primero aquel aroma y sabor tan necesarios, pero lejanos en el mar de sus recuerdos. Después su lengua se sintió mucho más necesitada de lo que jamás estuvo y comenzó a presionar la comisura de los labios que tanto oponían resistencia. Al parecer, el vulcano había olvidado las lecciones humanas que tanto le recalcó años atrás. Tendrían que retomar las clases…
– Te amo, t'hy'la – Susurró Spock tan pronto como sus labios se encontraron separados de los de Jim.
Aquella palabra… llevó a Jim una ola de recuerdos… pero, contrario a lo que eso significaba para él… eran recuerdos…
…tenebrosos…
– ¿Jim? – Spock notó cuan pálido se puso el rubio de un segundo a otro. – ¡Jim! – Hasta desmayarse.
O*O*O*O*O*O
– ¡James! – El joven vulcano de ojos celestes, finalmente se topó con el sujeto a quien menos deseaba ver, pero quien le era más necesario encontrar.
Su no–hermano caminaba ligero y tranquilo por las cercanías de un pasillo secundario. Sus manos se encontraban a sus costados y su mirada permaneció inerte, mirando hacia el universo por una mirilla, mientras meditaba en muchas de las cosas que lo llevaron hasta ese punto, ese lugar en todo el universo, junto a su padre y su nueva familia. Se preguntó porque Khan y Spock eran tan distintos y a la vez ambos apreciaron un valor especial en el mismo hombre, James Tiberius Kirk.
– Oh, Chris… que placer. El doctor McCoy me ha expuesto una nueva visión del destino de nuestra relación. Me parece una conclusión satisfactoria y por eso planeo apoyarte en…
– ¿Dónde está el señor McCoy? – Interrumpió el vulcano, harto del comportamiento amistoso de aquel sujeto. Solo deseaba una cosa… – La doctora Chapel me informó que lo vió charlando contigo antes de dejar su trabajo, lo que no es un comportamiento típico en él. ¿Dónde está? – No quería admitirlo en voz alta (lógicamente), pero el vulcano temía por aquel hombre tan importante. James dejó claras sus intenciones de asesinarlo, así que dañar a sus seres queridos de pronto sonaba bastante lógico. Eso jamás lo permitiría… no a McCoy, a él JAMÁS.
– Justamente de él quiero hablarte, ¿me sigues?
Sin ningún animo de entablar conversación con ese tipo, pero sumamente preocupado por el hombre de su interés, Chris siguió de mala gana y con impaciencia al rubio a donde quiera que lo llevara…
…aunque el camino le resultaba bastante familiar.
DEMASIADO.
…
…
….
– ¿¡Que le hiciste al doctor McCoy!?
Y el motivo por el cual aquel camino resultaba tan conocido para el vulcano, era porque se dirigieron hacia su propia habitación.
Ahí, amordazado y atado sobre su propia cama, Bones observaba con la peor de sus miradas peligrosas al rubio que señalaba con tranquilidad (y hasta un deje de diversión) al hombre secuestrado en aquel sitio.
– Fue idea de él… – Respondió James con una sonrisa amistosa y traviesa.
– Dudo por completo que un secuestro haya sido parte de un plan ideado bajo alguna enseñanza o consejo del doctor McCoy, ¡Ahora suéltalo!
El vulcano, claramente alterado, dio un paso hacia adelante, pero James le ganó con un brinco infantil sobre la cama. Sostuvo la cabeza de Bones y lo ayudó a sentarse en el centro de aquella cama individual, abrazándolo entre sus piernas con fuerza para que no intentara saltar de la cama. Chris dio un paso hacia adelante con cautela, pero se detuvo al instante. Seguramente, en ese momento Bones era el personaje mas peligroso dentro de aquella habitación… no sabia si quería verlo desamarrado.
– Mira, el doctor dijo que los hermanos se pelean constantemente… y tú y yo ya tuvimos nuestra pelea… ENTONCES… ahora viene la parte en la que nos reconciliamos, dejamos todo atrás y te ayudo a obtener algo que tú quieres, ¿te parece?
Christophe analizó cada palabra dicha por el rubio… ¡Pero nada tenía sentido!, solo sabía lo furioso que McCoy lucía y lo peligrosa que era la ignorancia de su no–hermano.
– ¡Pero…! ¡No tienes…! ¡Y eso no es lo que…! – No había forma de culpar al otro… simplemente no podía. En una medida microscópica, Chris pudo entender los deseos de su padre al llevar a James a bordo de la Enterprise… incluso él era mas humano que ese chico y eso ya era decir demasiado. – ¿Y de donde obtuviste información que te llevó a concluir que mi interés se encuentra en el doctor McCoy? – ¿Eso era un leve tono verde en su rostro?
– ¿Es una suposición equivoca? Me pareció bastante evidente, en el tiempo que llevo a bordo de la Enterprise, un interés físico y emocional hacia el doctor por tu parte. – James alzó el rostro de McCoy y después se volvió de nuevo hacia Chris. El vulcano no podía lucir mas apenado (terrible, terrible herencia humana delatora). McCoy, aun amordazado y emitiendo gemidos llenos de coraje a través de la tela que lo mantenía en silencio parcial, se revolvía entre los brazos de James, intentando zafar aquel amarre tan fuerte hecho por el rubio.
Cuando el ojiazul le dijo: "Él lo quiere a usted", se le fue encima y con solo un par de golpes fuertes, aunque poco mortales, consiguió dejarlo inconsciente en tan solo un minuto. Lo único que supo después fue que estaba amarrado, tanto de pies como de brazos, con una tela o algo parecido cubriéndole la boca y completamente imposibilitado para ponerse de pie.
Jim se la iba a pagar… por sus hijos y por ser un asco de padre.
SE LAS PAGARÍA TODAS.
– Eso… no es… – Los vulcanos no mienten, los vulcanos no mienten… Chris intentaba convencer a su lado humano que le pedía, ROGABA que ocultara sus sentimientos hacia el doctor… pero una parte importante de lo que era se lo impedía completamente. Finalmente, aceptó que había decidido hacia muchos años… lo que en realidad era. – Es cierto, pero… ¡eso no vuelve lógicas tus acciones!, ahora desata al doctor McCoy antes de que su coraje crezca…
Bones se quedó suspendido después del "Es cierto…". ¿Acaso ese mocoso…?
– ¡Anda!, mejor ahora que nunca… ya lo tenemos aquí, según las costumbres vulcanas necesitas un detonador para el Pon Farr, pero en cuanto a tu genética humana, creo que no hay problema con…
– ¡Basta!, ¡deja al doctor! – Chris se sintió avergonzado a más no poder, saltó sobre la cama también y comenzó a forcejear por McCoy, mientras James desconocía lo que estaba mal con el plan. – ¡Te digo que lo sueltes!
– ¡Bésalo!, ¡anda, yo lo detengo!, ¡intento ayudarte, pero no estas cooperando…!
– ¡Doctor, enseguida lo suelto…!
En ese preciso instante, la puerta se abrió y dejó a un tranquilo Jim observar la situación.
– Chris… ¿has visto a Bon…?
La tela que cubría la boca de Bones finalmente se cayó entre el forcejeo y pudo, así, detener aquella locura.
– ¡Yo le sostengo los brazos y tu le quitas el pantalón!
– ¡Deja el pantalón del doctor!, ¡Yo…!
– ¿QUE CARAJO SUCEDE AQUÍ? – Jim encontró:
…A James sosteniendo a Bones por al espalda, con sus piernas cruzadas sobre su cintura…
…A Chris sujetando el cinto de Bones y encima de sus piernas, mientras miraba en su dirección…
…A Bones amordazado por donde quiera, entre los dos chicos…
– ¡MALDICION, JIM!, ¡QUÍTAME A ESTOS DOS ENFERMOS ANTES DE QUE LOS MATE!
Entonces James Tiberius Kirk lo supo. El momento que ningún padre desea ver, pero que, conforme pasa el tiempo… simplemente llega.
– ¡Ustedes!, ¡los dos a mi cuarto! ¡AHORA!
Era tiempo de LA CHARLA.
O*O*O*O*O*O
– ¡Padre, por favor! ¡NO!
Como vulcano, Chris buscaba por todos los medios (lógicos) de afrontar los obstáculos. Rogar no era uno de ellos… pero aquella situación sacó a flote más su lado humano que cualquier otra.
– ¿Que charla?, ¿tu ya la oiste, Chris?, ¿es buena?, ¿sobre que es?
Jim seguía caminando en torno a la cama de su habitación, tal y como Spock lo hizo tan solo una hora antes. Llevaba mucho tiempo pensando que y como decirlo. Por una parte… Chris tenía 19 años, James debía tener 15 más o menos… Chris era vulcano y probablemente en ese aspecto ya conocía ciertas… "nociones" de lo que… ¡ah!, era difícil incluso pensarlo. Seguro que con James las cosas no serian mas sencillas… el ni siquiera mostraba interés en ninguno de esos temas.
Pero aquella escena le dejó claro lo confundidos que estaban sus hijos. El no necesito ninguna clase de explicación, la vida se encargó de ello… y aunque había sentado cabeza con su primer oficial vulcano, antes tuvo una vida bastante plena en ese sentido. Ese no seria el caso de sus hijos, que al parecer se encontraban condenados al trabajo al servicio de la Federación.
– Ya hemos expuesto los motivos que nos llevaron ha…
– Ajá, esta vez no te librarás tan fácilmente, Christophe George Kirk… – Amenazó Kirk a su hijo mayor. Chris se encontraba sentado en aquella silla giratoria justo al lado de la orilla de la cama, donde James aguardaba con ambos pies pataleando infantilmente.
¿Y cual era el comienzo?
– Bueno… supongo que esto será lo mas incomodo que pasemos los… ¡oye!, ¡deja de meditar! – Con su zapato directo hacia la cabeza del joven vulcano, Jim sacó a Chris de su encierro mental. Él simplemente NO QUERÍA ESTAR AHÍ.
– No hay nada que hablar, señor James.
– Te dije que la palabra es "papá".
– Yo si te digo "papá", papá. – Dijo James con una sonrisa… pero no obtuvo una respuesta positiva. Jim frunció el ceño y lo miró con reproche. Después de oír la historia de Chris y la propia (Bones salió de ahí como alma que lleva el diablo, así que no dijo mucho), estaba seguro que todo había sido culpa del menor. De cualquier forma, no podía culparlo al 100%, pero… – ¿Papá?
– No encuentro necesaria esta…
– ¡Se van a callar los dos! – Finalmente, Jim se enfadó y alzó la voz, para temor (si es que eran capaz de sentirlo) de sus hijos. – O.K…
Chris lo observaba casi con suplica, no lo quería, no iba a oírlo. James tenia un rostro ligeramente entristecido… ¿Por qué Jim lucia tan enojado con él?, solo estaba intentando ser un hermano, tal cual Bones describió.
– Bueno… cuando un chico y una chica se quieren…
– ¡No, papá, NO! – Chris se puso de pie, pero otro golpe de zapato lo hizo caerse de sentón. Se preguntaba si era el único vulcano que debía pasar por esa humillación.
– Espera… ¿y si son dos hombres?, como Chris y el doctor… – James señaló a su hermano y este se sobresaltó.
– ¡Deja de hablar del doctor!
– ¿Lo ves?, por reacciones como esa es que haces evidente tu atracción…
– ¡Bueno!, cuando un chico… es que lo normal, ¡no normal!, no es que esté mal… es mas bien… lo… ¡vaya!, lo común… es que sea un chico y una chica porque…
– ¿En que sentido es común?, todas las personas que forman mi circulo cercano son hombres que se enamoran de hombres… – Corrigió James. Kirk se tiñó ligeramente de rojo y comenzó a mover las manos como si intentara explicarlo todo con sus gestos.
– ¡Esta bien!, ¡esta bien!, cuando dos chicos se enamoran…
– Padre… por favor… – Dijo Chris casi en un susurro. Jim se sorprendió al escuchar aquella palabra en boca del vulcano… fue tierno. – No… – Pero ese no era momento de sentimentalismos.
– ¡Si, por favor si!... ¡les decía!... cuando… ¡ah, ya lo olvidé!, ¿lo ven?, por eso no…
– "Cuando dos chicos se enamoran" – Citó James.
– ¡Si, eso!... cuando dos chicos quieren… ya saben… – Comenzó a mover sus manos de arriba abajo. Primero como si juntara sus palmas para aplaudir, entrelazando sus dedos… después como si intentara describir alguna figura. Tanto Chris como James alzaron la ceja derecha… en un gesto que, por primera ocasión, los hizo lucir como hermanos. – Bueno, cuando… ellos quieren estar juntos.
– ¿Casarse?
– Se refiere a actos carnales. – Corrigió Chris a su (ya no tan seguro) no–hermano.
– ¿Cómo lo sabes?
– Porque los humanos SIEMPRE se refieren a eso. – Afirmó con los ojos delatadoramente resentidos. Jim se sorprendió del profundo conocimiento que su hijo tenía sobre ello… y lo anormal que le parecía.
– Bueno… si, pero ¡eso no es todo el tiempo!... como sea, lo importante y lo que en realidad intento decir es que… cuando quieres mucho a alguien… y quieres estar con ese alguien… puede que tus sentimientos te hagan creer que estás siendo… correspondido… pero no siempre es así porque, NO TODOS, pero… algunos hombres no quieren o esperan una relación mas profunda… ¡y no significa que sean malos!, solo que… ellos solo quieren… bueno… "eso". – Finalmente, resultó más difícil de lo que esperaba, pero lo dijo.
James y Chris meditaron por unos segundos lo que su padre acababa de decirles. Al final, ambos alzaron las manos como si estuvieran en un salón de clases. Jim suspiró entre divertido y avergonzado… así serian las cosas, ¿eh?
– ¿Chris?
– Eso quiere decir que… los humanos, NO TODOS, pero… algunos… – Extrañamente, sus palabras derrochaban un poco de pesar. Jim entendía perfectamente porqué. – ¿No quieren una pareja?
– NO TODOS… pero si… no sería extraño.
Chris agachó la mirada, sin intentar siquiera ocultar su mirada, llena de pesar y sufrimiento. Jim se sintió fatal por hablarle con la verdad a su hijo y romper sus ilusiones, si es que las tenía. James miró a Chris y después volvió a alzar la mano como en una clase.
– ¿James?
– Pero si no quieren tener una pareja, ¿por qué establecer un encuentro sexual con alguien a quien no verás después?, ¿eso no te convierte en un promiscuo?
– ¡NO! – Jim saltó en su propia defensa. Un momento… eso mismo lo delataba. – Digo, no, eso no te… ¡claro que no!, es… experimentación… – "Sobre todo si terminarás con un vulcano que se aparea cada 7 eternos años… necesitas reservas", pensó para si mismo.
– Experimentación… – Repitió James, meditando sobre ello. – Entonces tengo que dormir con cualquiera, como dices… y no casarme necesariamente…
– ¡No dije que tenias que!, solo… que podías, eso no lo vuelve correcto…
– Pero tampoco es incorrecto…
– Bueno, no… ¡es que!, eso ya depende de cada persona, ¿lo entienden?
Ni James, ni Chris lucían como si estuvieran entendiendo palabra alguna… mucho menos la importancia de aquella conversación. Pero claro que aun tenían cientos de dudas.
– ¿Y si no quiero tener relaciones con nadie? – Preguntó James con la mano aun alzada.
– Pues si puedes, adelante… no sabes los problemas que te ahorrarás – Susurró más para si el rubio mayor. Se giró para ver a Chris, pero este seguía pensativo… de pronto alzó la mano de nuevo. – ¿Si, Chris?
– Pero… si esa persona duerme con… bueno, con la otra persona, es porque la quiere, ¿no?, es romance… ¿no?
– No necesariamente… te puedo garantizar que en los humanos no siempre es así… pero, de nuevo, todo depende de la persona… – Un momento… su hijo intentaba decirle que… – Christophe George… ¿tu aun no…? ¿Cierto?
El vulcano parpadeó confundido, James se giró para verlo también. Kirk sintió que, de comprobar aquello, iría personalmente para matar a Bones por aprovecharse de su vulcano.
– ¿No, qué?
– ¡Oh!, ya, ya, ¡ya!, ya entendí… – James sonrió feliz de la vida y se giró para ver a su hermano. – Ahora él esta hablando de sexo…
Chris se giró hacia su padre y agachó la cabeza ligeramente, sin quitarle la mirada de encima. Jim afirmó tan solo con la mirada.
– ¡Eso no es algo que les incumba!
– ¡¿Fue Bones?! ¡Si fue el, lo mato!
– No entiendo… entonces, ¿por qué no querías besarlo cuando lo atrapé para ti?
El vulcano se puso de pie y caminó en dirección de la salida, completamente molesto y sintiéndose tan humillado que creyó jamás poder perdonar a su padre de nuevo.
Jim caminó tras él y lo sostuvo del hombro.
– ¡No hemos acabado!
– Yo no tolero seguir aquí… y no quiero que me sermoneen sobre el valor de las emociones… se controlar mi propia vida y lo que hago…
– ¡Pero no se trata de ti!, precisamente porque son mas vulnerables, ¡ambos lo son!, es que les advierto… no quiero que te hagas ilusiones y después te sientas mas confundido cuando no seas correspondido… puede que termines arrepintiéndote y no habrá vuelta atrás.
– No me voy a arrepentir… no me haré ilusiones… eso es ilógico, es… irracional y… – ¿Por qué quería llorar?, ¡era una locura! – Y… ¡y yo!
Era humano… maldita sangre… ¿por qué?, ¿Por qué su padre vulcano eligió a un…?
– ¿Por qué te enamoraste de mi padre? – Preguntó ya con el rostro cubierto de llanto por completo incomprensible para él. – ¿Porqué se enamoró de un humano?... es… – Si Spock hubiera elegido a un vulcano o una vulcana… su vida no seria un tormento. Al menos, eso se repitió todo el tiempo…
– ¿Extraño?... para ambos, quizá, si… nunca podría decirte porque me eligió, eso solo podría decírtelo él, pero… a mi me pareció lógico elegirlo.
Lo mismo que Spock le dijo cuando era pequeño y vivía en Nuevo Vulcano.
James recargó su cabeza sobre el hombro de Jim, como si algo extraño lo llevara a pensar que lo necesitaba.
– ¡No hay nada de lógico en un humano amando a un vulcano! – Gritó enfadado el moreno. Jim se exaltó del susto y James abrió los ojos con sorpresa. El chico agachó su rostro y lo ocultó con sus manos. ¡Odiaba ser tan vulnerable a las emociones! – ¿Quién querría…?
Y así permaneció… frente al silencio de los otros dos.
No necesitaba decir nada más… todo había sido dicho, ¿cierto?
…
…..
Este capitulo fue particularmente sencillo porque son temas mas comunes que naves espaciales, aliens, guerras interestelares, física, espacio y no se que mas… además que no avanzó demasiado la historia, pero finalmente podré abordar el Bones/Chris
Espero que no se aburran demasiado y pues… ¡gracias por seguir leyendo!
Y también, claro, por sus comentarios.
Nos leeremos pronto!
By: Roglia15
