In the beauty

Star Trek no me pertenece. Es una creación original de Gene Roddenberry y la película, de J.J. Abrams.

Al abrir los ojos, todo era diferente. Un parpadeo y estaba dentro de aquel estudio. Dos parpadeos y estaba de nuevo en la Enterprise.
Un parpadeo… y estaba rodeado de aquellos personajes. Dos parpadeos… seguían ahí. Fue transportado a ese lugar desconocido. El entorno era diferente… Claro, los suyos.

– James. – Era una oficina con pantallas táctiles apagadas cubriendo todas las paredes. El lugar no tenía luz, pero aun así podía distinguir las siluetas y los entes que llenaban ese sitio. Su cuerpo estaba de pie frente a ellos. Su líder, un hombre de mirada celeste y cabello negro, con una traje del mismo color que su cabellera y una tablet entre sus manos, extendió su brazo por encima de la cabeza del menor y en tan solo unos segundos, todas las pantallas a su alrededor se encendieron.

– Khan. – Pronunció el menor al escuchar la voz de ese sujeto.

Las pantallas mostraron imágenes de Jim, de Spock, de la Vengeance y de todo el interior de la Enterprise. Cualquier lugar que el rubio había visto hasta ese momento. James se giró para inspeccionar cada personaje ahí… deberían estar criogenizados en la Tierra, no en aquel sitio.

– Tu misión, el motivo por el cual fuiste creado, fue destruido junto con toda la tecnología a bordo de la Vengeance, que fue entregada a la Federación. – Khan dio un paso hacia el frente y acortó la distancia entre el y su… "experimento". – Por ti…

– Es lo que mi padre deseaba. Debo mi lealtad a él…

– Debes tu lealtad, servicio y existencia a mí. – El hombre comenzó a caminar en círculos alrededor del joven, inspeccionándolo, contemplando su primer experimento y lo lejos que llegó después de abandonar aquella nave. – Todo en cuanto a ti hay en el mundo, es gracias a mí… y por eso estás destinado a obedecerme, a seguir mis órdenes...

– Papá Jim no piensa así…

Por primera ocasión en todo el tiempo que existió, James observó con aquella "rebeldía" humana heredada por su padre y característica en los adolescentes de su especie, a ese sujeto frente a él.

15 años atrás, Khan lo creó, se suponía que sería un simple organismo sin consciencia, una especie de maquina con características biológicas… pero Jim no lo permitió.
A pesar del encierro, de la desesperación, del dolor físico y del cansancio… tenía esperanza. Volvería… algún día, de alguna forma… Spock volvería por él, lo encontraría… y podría vivir de nuevo. Mientras Khan no estaba, podía acercarse a ese "experimento" y tratar de sacar a flote su humanidad.
Jim lo olvidó… pero James jamás lo haría.
A ese hombre hablándole como a una de esas criaturas humanas que denominaban "niños". Enseñándole todo de aquel hogar que él llamaba Tierra.
Haciéndole sentir… lo que fuera. Porque con Jim, siempre experimentaba los sentimientos, solo con él, era alguien que podía crear sus propias emociones, sus propias ideas y sus propios deseos.
Jim le enseñó a querer algo, a desear algo, a pelear por algo, a defender algo, a creer en algo, a esperar algo, a soñar por algo, a seguir por algo, a ser algo.
Entonces… Khan colocó a Jim en el núcleo. Le arrebató a su único "algo". Antes de poder enfrentarlo, le dejó claro que el cuerpo de Jim comenzaría un nuevo ciclo que necesitaría de un ambiente mas estable, a menos que estuvieran listos para enfrentarse a un desastre tan grande que, de ser activado, podría destruir desde el interior de la Vengeance, la materia alrededor de al menos 10 años luz.
Entonces… se resignó a ser un guardián.
A… destruir… a quienes le intentaran arrebatar aquel núcleo. De todas las formas, Jim era su núcleo. De todo lo bueno… de todo lo que era necesario.
Una nave extraña se acercó hasta ellos… ¿la Vengeance la llamó?, ¿su padre la llamó?, ¿por qué?
Todos los que la invadieron eran intrusos… tuvo que encargarse de cada uno. De cada uno, a excepción de ese vulcano… ese vulcano era llamado por el núcleo una y otra vez.
Jim dejó de existir muchos años atrás, pero sus emociones seguían atadas a ese cuerpo, la consciencia seguía ahí, perdurable, inquebrantable…
Al dejar avanzar a ese sujeto, de pronto el núcleo fue desalojado, su padre ya no estaba y… el vulcano tampoco. A donde quiera que fuese aquel sujeto, su padre debía seguir con él.

Jim JAMÁS lo abandonaría.
Jamás.
Jamás.

…...

…...

¿Cómo se siente el dolor, papá?

Jim tomaba aire a bocanadas. Un número alto de conexiones nerviosas se encontraban interferidas por pequeñas agujas y tubos quirúrgicos en su cuerpo. Llevaba atrapado de aquella forma por 13 días… aunque a él le parecieron siglos de agonizante y desgarrador dolor. Su piel tenía un tono pálido azulado y sus labios se encontraban partidos en un color mucho más claro que el resto de su cuerpo. Sus ojos despedían ligeras lágrimas imposibles de contener y su frente estaba bañada en sudor. Intentó acomodarse sobre aquella plancha, para poder observar mejor al joven que lucía exactamente igual que como lo volvería a ver dentro de 10 años. James jamás cambiaría ese aspecto de 15 años… porque le era imposible envejecer.
Todo movimiento fue en vano, el dolor le impedía apoyarse sobre sus brazos y piernas.

Es… – Comenzó con un hilito de voz. El dolor simplemente lo partía. – Como si te faltaran… fuerzas para respirar… y el pecho… se… contrajera… ¡agh! – Cerró los puños con fuerza una vez que otro espasmo lo invadió. Simplemente no podría seguir así por mucho.

Ah… – Con los brazos recargados al borde de la plancha, James colocó su barbilla entre sus manos y observó más detenidamente a Jim, quien seguía retorciéndose. – ¿El dolor es malo, papá?

En ese momento, un pequeño instante de cansancio devastador golpeó el pecho de Jim. El dolor había sido soportado por tanto que, de pronto, este ya no era tan terrible. Esos pequeños segundos eran la gloria para él.

Normalmente… si, pero… – Respiró hondo y dejó escapar un gemido. – Hay ocasiones que… te vuelve mas fuerte… si lo afrontas con coraje… te vuelves mejor…

James parpadeó confundido y se alzó de aquella silla junto a la plancha. Jim dijo "volverse más fuerte", a pesar de estar ahí desde hacia 5 años y no haber cambiado ni un ápice.

Hablo del dolor de aquí… – Señaló, intuyendo lo que el menor pensó, hacia su corazón. Las extensiones se movieron de lugar y el dolor regresó, con él, la agonía. – ¡Ah…!

James observó a Jim y colocó su propia mano a la altura que el otro hombre. No sentía nada especial en ese sitio… pero al parecer, ahí se sentía el dolor mas importante de todos, el que "hacia crecer".
Meditó sobre ello unos momentos.

¿Y si no puedo sentir dolor, padre?, ¿jamás me volveré mejor?

James se puso de pie y caminó hacia el otro lado de la plancha, hacia donde Jim tenía dirigido su rostro, mientras gritaba alaridos de dolor con los ojos fuertemente cerrados.
El rubio menor tuvo que esperar casi 10 minutos hasta que el otro se cansara de gritar para que pudiera responderle…

Solo los monstruos… solo… no sienten dolor… tu no eres eso… ¿verdad?

Entonces… le sonrió.
Aquella mueca extraña y muy conocida en los humanos, fascinaba a James. Su padre la hacia siempre que le relataba todo respecto a los humanos y vulcanos, dos especies que al parecer eran cercanos para él. Y la mas maravillosa de todas se mostraba cuando pronunciaba aquella palabra complicada: T'hy'la.
James la imitaba todo el tiempo… de alguna forma, le recordaba aquella tarde junto a la plancha.

Sonreír a pesar de lo que fuera…
…eso lo mantendría cerca de Jim.
Para jamás dejarlo ir.

No, papá. No lo soy.

…...

…...

– No eres necesario a mis propósitos si no puedes traer la Enterprise a este lugar… – Khan colocó su mano izquierda por completo abierta sobre el rostro de James y comenzó a hacer ligera presión… que aumentaba lentamente… muy, muy lentamente.

¿Dolor?

¿Era eso lo que Jim le había explicado?

– ¿Harás daño a mi padre? – Pudo pronunciar antes de sentir que le destrozaba la quijada… de ser humano por completo, seguramente el dolor seria al menos un millón de veces peor.

– Quizá… no lo haré siempre que sea útil…

James quiso agachar la cabeza para concentrar mejor su mente, pero Khan seguía haciendo presión en su cabeza.
Iba a matarlo, probablemente. Esa era la manera en la que se deshizo de todas las copias que Khan creo de él. Esos "hermanos" que no quisieron serlo.
Cerró sus ojos y tuvo un pensamiento, tan fuerte, tan grande… que su conexión mental con el hombre frente a él lo puso en todas las pantallas guiadas por la tablet.

Imágenes de Christophe por todos lados, de su rostro, de sus facciones, escritos de sus propios pensamientos, advertencias mentales, oraciones, enunciados, citas de frases suyas que escucharon, recuerdos de todo en torno a lo que el vulcano giraba.
La palabra… que Khan no soportó.

– ¡AAAHH! – Lanzó a James contra una de las pantallas, rompiéndola por el impacto, pero dándole tiempo al rubio para regenerarse. – ¡El sucio hijo de un vulcano no tiene una relación contigo!… ¡el asqueroso hijo de un…!

"Hermano"
"Hermano"
"Hermano"
"Hermano"
"Hermano"
"Hermano"
"Hermano"
"Hermano"
"Hermano"
"Hermano"
"Hermano"

Cientos de veces en todas las pantallas, después millones, después, simplemente en todo lugar donde pudiera mirar.

Khan apartó a los entes en torno a ellos dos, tomó a James por el cuello del uniforme negro que llevaba encima y lo arrastró por todas las pantallas, haciéndolas estallar, lanzar chispas y pequeñas ráfagas de fuego. Se encontraron por completo en la oscuridad en tan solo segundos.
El rubio alzó la mirada una vez que lo pateó contra el suelo y aquella fue la imagen más aterradora de Khan. Su mirada mas sádica y los recuerdos de todo aquello que Jim le enseñó respecto al miedo, se volvieron detonantes en su mente.
Si algún día iba a sentirlo, sin dudas era aquel.

– Si puede traerme aquí con tan solo desearlo… si puede traer a mi padre con tan solo desearlo… si puede traer la Vengeance con tan solo desearlo… si puede recuperar a su tripulación con tan solo desearlo… ¿para que necesita la Enterprise?, ¿que hay a bordo de ella que le importe?, ¿porqué me creó?

Khan dejó escapar un alarido que más bien pareció un grito de guerra y golpeó la cabeza de James contra el suelo repetidas veces. Esto no lo mató, pero sirvió muy bien su cometido…

No más que miedo… experimentó el dolor.

– No estará completo hasta que mate a ese vulcano… nada lo estará hasta que esa máquina de lógica y racionalidad esté… hasta que él esté…

Y por extraño que resultara creerlo, James dejó de pensar en todo lo que estaba a su alrededor. Un aroma lo llevó hasta… otro sitio. No…
Hacia alguien más.
El aroma de…

O*O*O*O*O*O

–… ¿Papá?

– ¡James!, ¡estás sangrando! – Jim corrió hasta la cama donde se encontraba acostado el rubio mas pequeño. Las sábanas tenían una cantidad increíble de sangre en ellas y el rostro del chico parecía estarse regenerando de una herida terrible y reciente. – ¿¡que pasó!?

– La regeneración será eficaz y breve, como suele. No es necesaria la asistencia médica… – Las palabras eran poco elocuentes gracias a los golpes en la cabeza, que afectaron muy fuertemente su percepción correcta de las cosas. – Yo, si… ajá… bien, estoy… estoy bien.

– Vamos con Bones… – Ignorando lo dicho, Jim tomó con cuidado el antebrazo de James y lo haló fuera de la cama.

– El doctor debe seguir enfadado por la situación de ayer… quizá su percepción de…

– Antes que nada, Bones es doctor, yo también lo necesito, así que… ¡andando! Y si te quiere dar con un hypo, ¡te dejas!

– No temo a los hypo, padre…

– Me lo decía más a mi, que a ti… – Susurró Jim, pero antes de crear una malinterpretación, sonrió divertido a su hijo. James parpadeó y después imitó el gesto.
Aun después de 10 años, seguía haciéndolo. Sonreír conllevaba la felicidad. Sonreír lo mantendría cerca a su padre humano.

¿Pero por cuanto?

Recordó a Khan, su reacción… y a Christophe.
Su hermano vulcano tenía razón…
Los humanos SIEMPRE se referían a actos carnales.

O*O*O*O*O*O

– Todo parece estar en orden para los dos… pero ese compuesto sigue siendo extraño, al parecer tiene la misma función común de la sangre, pero lo que contiene de ninguna forma puede asemejarse a glóbulos, yo creo que…

Bones alzó la mirada para observar a Jim y James observándolo… pero lo que encontró fue distinto a cualquier otra reacción esperada. Eran un par de rubios con la miradilla de temor e intriga…

– ¿Que?

La tranquilidad del castaño lucía… ATERRADORA.

– Nada, bueno… – Comenzó Jim, dándose cuenta que su hijo estaba en el mismo trance. – Creíamos que estarías… tu sabes, muy enfadado y todo eso… pero… es todo lo contrario… yo diría que… – Se volvió a extender las mangas y caminó en dirección de Bones, acercándose hasta él con una mirada de curiosidad divertida. – Hasta pareces feliz…

Eso ultimo si que indignó al doctor.
¿Un momento?
¿Se tiñó de un color rojizo?
¿Bones?
¡NO HAY FORMA!

– ¿¡Y que carajo quieres que haga, maldición!? Tú y tus hijos son una molestia terrible, pero, ¿¡que más me queda!? – Con toda su mala intención, Bones tomó un hypo y "taladro" a Jim con coraje. El rubio se tomó fuertemente el cuello y jadeó enfadado.

– ¡CARAJO, BONES!

– Ahora si estoy feliz… ¿tú también quieres una, Jim 2.0?

– Es James… y no requiero de medicación por el momento… doctor, ¿seria aceptable asumir que su reacción se debe a la "confesión", como llaman comúnmente a lo que mi hermano expuso en su habitación hace 26 horas?

– ¿Confesión?, ¿que confesión?, ¿de que está hablando James, Bones? – Jim giró la cabeza de uno al otro.

Sin pensarlo un segundo, un hypo fue a parar directo al cuello de James, sorprendiéndolo, mas no lastimándolo. Jim se retorció tan solo al imaginar el dolor. La mirada de Bones lucía mas molesta que de costumbre… y cansada. ¿Llevaba mucho tiempo despierto?

– "Tu y tus duendes y tu Jim 2.0 me tienen harto"… ¡aléjalos de mi!

Y con una fuerza que, Jim creyó, perdería con los años (aunque evidentemente no lo hizo), sacó de ahí a los dos rubios casi a patadas.

Justo por ahí pasaba Chris con la mirada perdida, hasta que encontró a su padre y a su noséaúnsisea–hermano.

– ¿Señor James? – El vulcano vio el estado de los hombres y se aproximó lo considerado aceptable. – ¿Se ha entrevistado con el doctor McCoy?

No iba a negarlo, aquel escalofrío terrible del temor atravesó su espina dorsal. Jim lo amenazó de ir a pelear con Bones si no le aclaraba la relación que mantenía con el hombre mayor. Dado que se negó a aceptar/rechazar relación alguna, la probabilidad de llevar a cabo aquella conversación era peligrosamente alta.

– Casi… pero sigue enfadado… ¿y tu que haces aquí?

– Necesito entregarle unas formas – Señaló su tablet en el momento – Pero, dada la reciente información proporcionada, considero apropiado otorgarle un poco mas de tiempo antes de nuestra propia entrevista. – Fue en ese momento en el que Jim notó la frialdad con la que el joven vulcano ignoraba al otro chico sobre el suelo, que prefirió verlos a ambos en problemas… que odiándose el uno al otro.

– Bueno, yo necesito hablar con Spock… entonces los veré en el comedor mas tarde…

– ¡Pero el capitán no…! – Intentó avisarle Chris, cuando la puerta del ascensor a tan solo un par de metros de ahí, se cerró.

James terminó de sacudirse la ropa y ponerse de pie solo. Chris lo observó rápidamente y se giró en la dirección contraria. En ese momento, la voz del rubio lo detuvo.

– Oye, Chris…

Su paso se detuvo, después se giró para observarlo de frente.
Fue justo ahí… en ese preciso instante… en ese segundo detenido dentro del tiempo, que James lo notó.
Con sus manos tras su espalda, la postura tan recta, la forma en la que sus cejas se mantenían centradas con una expresión completamente neutral…
James pudo notar… cuan parecidos eran Christophe y Spock.

"Todo en cuanto a ti hay en el mundo, es gracias a mí… y por eso estás destinado a obedecerme, a seguir mis órdenes..."

"Solo los monstruos… solo… no sienten dolor… tu no eres eso… ¿verdad?"

"Tú no eres mi hermano… no confío en el hijo de un sujeto que me quitó a mi padre durante 20 años, no creo en tus intenciones y no me encuentro interesado en crear lazo alguno con un tipo tan molesto como tu"

´´´
"¿Que harías por Christophe, mi hermano?... ¿que haría el por ti?... ¿no podría yo hacer lo mismo?"
´´´´

Al mirar la forma pensativa en la que el rubio se mantuvo, Chris terminó por dar media vuelta y continuar con su camino.
James se quedó ahí, de pie… preguntándose… ¿Cuál diferente era él de Khan?

– Algún día… – Dijo en voz alta. Solamente el y Chris se encontraban dentro de aquel pasillo. El vulcano se detuvo, pero esta vez sin girarse para verlo, solo para escuchar las palabras de un sujeto al que seguía sin soportar del todo. – Por papá Jim…

Chris abrió los ojos con asombro, se giró rápidamente en la dirección de la que provino aquella voz… pero ya no había nadie más en el pasillo.

No había absolutamente nadie cerca.

"…Será necesario… que… me destruyas…"

O*O*O*O*O*O

Jim caminó tan solo un par de metros fuera del ascensor, cuando una persona pasó a su lado tranquilamente y entró en él sin mayores complicaciones. No habría sido importante para el rubio, de no ser por un escalofrío extraño al sentir la presencia de aquella persona a su lado. Una jaqueca fuerte lo golpeó directo a la cabeza, haciéndolo poner su mano encima de su frente. Se giró para observar el interior del ascensor, pero… se aseguró a si mismo que debía estarlo soñando.

Simplemente, era imposible creerlo.

No… todo lo imaginó. Sería mejor descansar, antes de seguir alucinando. Después de 20 años, su aspecto debería ser muy diferente…

O*O*O*O*O*O

Después del desatinado encuentro con su hermano, James caminó sigilosamente por los pasillos cercanos a la zona médica. Todos estaban tan ocupados que apenas y notaban su presencia. Con los días se volvió así, claro que a esas alturas ya a nadie sorprendía la presencia del hijo "inesperado" del ex capitán Kirk (y vaya que le molestaba el mote: "ex capitán"). Y ya que solo Spock, Bones y los líderes de la Federación sabían de su lazo sanguíneo con Khan, todos lo veían como otro estudiante de Bones. Al parecer, había varios a bordo.
Suspiró cansado, observando hacia afuera por una pequeña mirilla.
El espacio… lejos de ser su ultima frontera, era la primera y mas grande. Su único "alto".
La desilusión más grande jamás concebida.

– Es maravilloso… – Una voz tras él se dejó oír fuerte y clara. Un hombre, joven, quizá su edad o un poco mas. Sin dejar de mirar en dirección del espacio, James ladeó la cabeza e hizo un gesto parecido al de alguien que está a punto de preguntar algo, ¡sabes que lo desea!, mas no lo hace…

Finalmente, se ahorró sus comentarios.

– Claro que… el espacio es maravilloso también… – Habló de nuevo.

Eso sorprendió al rubio. Después de parpadear extrañado y analizar aquel comentario, se giró para ver de donde provenía aquella voz.
Era un chico, como supuso, de probablemente su misma edad, un cuerpo de al menos 2 tallas mas grande que la suya y unos ojos de un café oscuro brillante; su cabello estaba ligeramente rizado, era de un color negro azabache y su piel lucía ligeramente rosada, a pesar del color blanco en mayor parte. Su sonrisa era tan limpia, tan dulce… que muy fácilmente, James sintió aquella comodidad que solo había experimentado con su padre… aunque, de una forma difícil de explicar… era diferente.
Esas cosas que Jim llamaba emociones… comenzaron a recorrer su conciencia.

– Te refieres a mí…

– No veo a nadie mas cerca… ¿que es tan fascinante que ocupa tu atención allá afuera?

El chico se colocó a un lado de James, pero este no lo observó demasiado. Aquel joven parecía humano, así que siguiendo la lógica vulcana de su hermano, seguramente le estaba coqueteando o algo así.

– ¿Allá afuera?... – Enfocó su mirada en un punto lejano del espacio… a donde sus sentidos le hacían sentir la presencia lejana de Khan. – No hay nada. Ni tampoco aquí dentro…

Fue momento del otro chico para parpadear confundido. Observó por la mirilla, al igual que James, después al rubio, muy de cerca a su rostro. Notar que ni siquiera lo incomodaba… lo atraía.

– Quizá allá afuera no haya nada… – Comenzó el chico con una voz que derrochaba cierta impaciencia. Después suspiró cansado y, con un movimiento que asombró ligeramente al rubio, colocó su mano sobre el pecho de James. Justo encima de su corazón. –… pero seguro que aquí adentro existe algo que es más grande y poderoso…

Los ojos celestes de James brillaron ante la idea del otro.

¿El dolor es malo, papá?

Hay ocasiones que… te vuelve mas fuerte… si lo afrontas con coraje… te vuelves mejor…

Fuerza, poder en su interior.

Solo los monstruos… solo… no sienten dolor… tu no eres eso… ¿verdad?

No, papá. No lo soy.

¿Que harías por Christophe, mi hermano?... ¿que haría el por ti?... ¿no podría yo hacer lo mismo?

Será necesario… que… me destruyas…

Quizá el también estaba creciendo… lentamente.

Por primera ocasión en 15 años, su sonrisa no fue la copia voluntaria para fingir una emoción que era incapaz de comprender… sino una extraña sensación en el pecho que lo hacia respirar con una dificultad ligeramente incomoda, mas no sobrecogedora, una molestia en la boca del estomago y una estimulación en su rostro. Todo fue tan real, tan preciado… que ¡apareció!, estaba ahí en su rostro. Una sonrisa real.
Sus mejillas cambiaron su tono ligeramente y sus ojos se cerraron por inercia, ladeó la cabeza en un ángulo ligero y sus brazos adoptaron cierta soltura que lo hizo lucir aun más pequeño de lo que realmente era.

– Si, es cierto… ¡seré mejor!

El corazón del otro se detuvo frente a aquella imagen. Fue difícil, incluso para él, vislumbrar a un hombre tan encantador en un ambiente como aquel.

– Necesito saber… – El joven dio un paso hacia el frente, rompiendo así todo espacio personal y distancia entre ambos. James se exaltó con aquella cercanía, pero no se movió ni un ápice. – ¿Cuál es tu nombre?

– James… me llaman James.

– Jim… – El rubio notó por primera ocasión el acento tan extraño y distinto a los que acostumbraba escuchar, en voz de aquel chico. Pronunciaba las palabras con mucha fuerza, con ligera dificultad. – ¿No hay nada después de eso?

– ¿Tu como te llamas? – También era la primera ocasión en que alguien se acercaba a charlar con simpleza hacia él. Alguien que no fuera su padre.

– Mi nombre es Aleksei Zulovich Chekova… pero todos me llaman Aley.

– Aley… – Repitió en voz baja y para si mismo el rubio frente a ese joven. – Me gustas… no te voy a dejar ir jamás. – Dijo con tranquilidad, mientras caminaba en dirección del ascensor.

Aley se quedó ahí, de pie… petrificado.
¿¡Que rayos significaba eso!?

Reaccionó, aunque demasiado tarde… el ascensor ya se había cerrado.
No llevaba ni una hora a bordo de su nuevo hogar… y ya se le habían… ¿declarado?, ¿eso contaba?
Se maldijo por enamorarse con tanta facilidad… de una sonrisa tan atractiva.

Cerró los ojos con fuerza mientras recargaba su cabeza contra la pared, por completo resignado.
Su padre tenía razón… seguía siendo un niño.

….

Creo que es bastante evidente de quien es hijo este muchachito. Los apellidos son transcripciones rusas a los apellidos masculinos y femeninos, por eso lucen distintos, ¿de acuerdo?
No se como agradecerles el que sigan leyendo esto. Quiero llegar al mismo numero de capítulos de otro Fic que estoy escribiendo y entonces si, ¡me perderé por un tiempo! Jaja.
Sus reviews son geniales y pues… ¿que mas puedo decir?, me animan a seguir actualizando.
Espero que nos leamos pronto! cuídense mucho… Ah!, por cierto, jaja, iba a subir una imagen en este capitulo de un chibi James sosteniendo una pancarta que dice: "Hermanos antes que zorras" frente a Chris y Bones, pero el cable de mi celular pasó a mejor vida, así que se las debo… lo escribo para no olvidarlo.

By: Roglia 15