In the trust

Bueno, esta vez hubo un lapso de una semana… voy saliendo del trauma… y gradualmente, llegaré a actualizar después de 4 meses.

– Existe un mensaje de mis superiores para el capitán. – Aley se mantuvo de pie, con ambos brazos tras su espalda y una postura recta. Su mirada inspeccionaba cada rasgo del vulcano frente a él. Era más sencillo observarlo a él que a su padre, Chekov.

Spock asumió la gravedad del asunto que ameritaba desestimar los sistemas de comunicaciones.

– Adelante. – indicó hacia el ascensor que los llevaría fuera puente.

Aley agachó ligeramente su cabeza, mirando en dirección de su padre, pero sin musitar palabra. Siguiendo al vulcano, salieron de aquel sitio.
Con la nueva encomienda de Jim

O*O*O*O*O*O

– ¡No!, no, yo no voy… ¡no! – El rubio dio un paso hacia adelante, rompiendo todo espacio entre él y el vulcano. En otro tiempo eso hubiera sido una invitación a un beso, pero en un momento como ese, con un Jim tan enfadado, lógicamente se trataba de una invitación a pelear. – Mi lugar está en la Enterprise, ¡ahora mas que antes!

– La amenaza que sufre la Flota Estelar es suficiente para considerar…

– No voy a dejar a James, a Chris ni a ti… ¡no lo haré!, yo… diles que ya no estoy aquí…

– Los vulcanos no mienten – En algún punto, Spock había dejado de recordarle aquella importantísima información al rubio, pero tanto tiempo separado hizo necesario que se lo recordara… al menos 2 veces al día.

– ¿Y es lógico seguir una orden que pone en riesgo esta nave o toda la Flota? – Esa pregunta se dirigió más al joven tras Spock, que hacia el vulcano en si.

Jim seguía pensando que alucinaba… pero aquel jovencito le recordaba mucho al Chekov que conoció al integrarse a la Enterprise, bajo el mando del capitán Pike. No preguntó nada, pues el coraje e indignación que lo llenaban era suficiente como para olvidar cualquier otro detalle, pero eso no evitaba que se sintiera incómodo. Como en otra de esas visiones.

– Fui enviado para escoltarlo personalmente a un refugio de la Flota. Está resguardado y listo para ser habitable…

– ¿Oíste la palabra "habitable"? – Preguntó indignado a Spock.

– Es una orden, Jim… – La mirada de "No me jodas, no eres mi jefe" de Jim hizo saber al vulcano que no seria fácil sacarlo de ahí por las buenas.

– ¿Papá? – En ese momento, entraron Christophe y James. El mestizo miró con asombro a su padre vulcano alejado de sus obligaciones. James se sobresaltó al mirar a Aley, el ruso sonrió ligeramente, pero no dejó su postura rígida. – ¿Que pasa?

– James… nada, es un error.

– No hay error en la orden de los…

– ¡No me voy a ir, Spock!, no me voy a ir y no pueden obligarme… ¡y cuidado con hacer lo que creo! – El vulcano alzó ligeramente la mano, pero de inmediato la volvió a bajar. No quería dejar inconsciente a Jim, pero parecía la única salida a esa pelea. Casado con ese sujeto aprendió que no todos los problemas se resolvían con lógica… mucho menos los que lo incluían a él.

– ¿Abandonar la Enterprise?, ¿usted quien es? – Chris caminó hasta quedar frente al castaño, este dejó de observar a James por primera ocasión desde que llegó y observó al vulcano.

– El teniente Christophe Kirk y el cadete James Kirk – Introdujo Spock. – El Coronel Aleksei Zulovich

– Vengo a escoltar al señor Kirk y a su hijo hacia un refugio de la Flota Estelar, donde pueda aguardar hasta que los altos mandos eliminen la amenaza que se cierne sobre su misión.

Christophe se giró para buscar una explicación en Jim, pero este seguía mirando "feo" al vulcano al mando. James anduvo alrededor de Aley con una sonrisa divertida, pero después analizó lo que acababa de escuchar.

– Eso… – Caminó hasta el ruso y ladeó la cabeza como un ciervo. – ¿Tiene algo que ver con la tripulación robada de Khan?

Tanto Spock, como Jim y Aley cruzaron miradas atónitos, con velocidad.

– ¿Cuál es tu conocimiento al respecto? – Spock fue el primero en preguntar.

– Yo… de hecho, estuve frente a Khan, hace unas horas… él me transportó hacia su escondite y ahí los vi… las personas criogenizadas estaban de nuevo…

Spock y Aley miraron detenidamente al rubio, este buscaba respuesta a ese comportamiento en su padre, pero Jim se encontraba tan perplejo como el resto.

– ¿Y cuando pensabas proporcionar esa información? – Chris se unió al resto y miró con verdadera indignación al rubio.

– Yo, en realidad, no iba a hacerlo… ¿debí?

– Cualquier información respecto a un asesino buscado por la Federación es de vital importancia… – Dijo Spock con un tono evidentemente de reproche.

– Tuvimos horas para poner en aviso a la Flota y ahora seguramente está perdido. – Chris secundó al vulcano mayor.

– ¿Sabes la ubicación exacta del sitio al que fuiste transportado?, ¿Cómo lo hizo sin activar los sensores de la Enterprise?

– Tu frente… – Señaló Jim hacia el rubio mas joven. Resolvió sus dudas en tan solo un segundo. – Eso fue, ¿cierto?, te hizo daño…

James miró con pesar a Jim… y agachó la cabeza como afirmación. No quería preocuparlo, no quería ver sufrir a Jim… pero, al parecer, solo podía ponerlo más y más en peligro. Si tan solo supiera como protegerlo todo el tiempo.

– Debido al compuesto de nuestra sangre, el puede llevarnos a casi cualquier lugar del universo… – Comenzó en voz baja y con la vista aun agachada. Chris y Spock intercambiaron una mirada que bien translucía algo parecido al miedo. – No importa donde estemos… el no se va a detener… –…Hasta matar al vulcano, pensó para si mismo.

– ¿Lo ven? Es mejor permanecer aquí…

– ¡No! – Asustándolos a todos, James caminó hasta el otro rubio y apoyó sus manos sobre el brazo derecho de Jim. – El final será a bordo de esta nave, papá… el busca al capitán Spock… – Jim se sobresaltó con angustia al escuchar esas horribles palabras. – Quiere al capitán, a la Enterprise y a ti, todo en un mismo sitio…

– Si eso es cierto, ¿Por qué no nos ha llevado hacia él aun?, en este momento nos encontramos todos a bordo…

– Necesita un núcleo, un sitio donde mantenernos atrapados para usar nuestra energía… hasta que lo reconstruya… estará a salvo…

Tanta información retenida por el rubio realzaba las sospechas de los dos vulcanos ahí presentes, respecto a su participación en los hechos y complicidad en el asunto.
Aunque Spock se mantenía más inseguro que Chris respecto al hijo de Khan, ambos coincidían al pensar que James podía estar siendo utilizado para ambos bandos.
El joven de mirada celeste no quitó su vista de su padre. Era la única opinión que le importaba y estaba perfectamente consciente de los pensamientos que recorrían la mente de los vulcanos. El sentimiento que mas lo invadía era el de la decepción… seguía sin comprender a Chris.

– Está bien… ambos iremos a la Tierra… iré a buscar a Uhura, no puedo quedarme tranquilo allá mientras todos los que viajan a bordo de la Enterprise corren peligro…

– Entonces recomiendo que partamos de inmediato. – Aley buscó la aprobación de Spock y Jim, pero el vulcano no podía apartar su mirada de ambos Jims.

¿Que estaba buscando Khan exactamente?

O*O*O*O*O*O

– Te pareces mucho al señor Chekov… ¿son familiares?

James caminaba lentamente junto al coronel. Aley ladeó la cabeza y esbozó una sonrisa divertida. Escuchaba todo el tiempo respecto a su parentesco físico con su padre, inclusive llegó a fastidiarlo, pero viniendo de aquel chico, extrañamente le resultaba divertido.

– Es uno de mis padres. – Ante la curiosidad reflejada en la mirada del otro, Aley cedió el paso a este para que se adentrara al ascensor delante de él. – Mi otro padre trabaja a bordo de la USS Newton NCC-1727 - B.

– ¿También es un navegante?

– No… en realidad es capitán… – La manera tan incomoda en la que Chekov hablaba, hizo notar (incluso para James) que no debía preguntar demasiado al respecto. – Tu padre también fue capitán, es extraño, ¿no?

– Supongo… el desea volver a serlo… pero no se si pueda… – James agachó su cabeza, meditando respecto a lo que había visto junto a Khan. Conocía sus intenciones, pero no las propias. Iba a proteger a Jim a como diera lugar, pero de no ser capaz… ¿que mas podía ofrecerle? – Nada es sencillo…

Aley observó con seriedad al rubio. James era tan diferente y más humano que cualquier otra persona en su mundo.
Sonrió al escuchar sus propios pensamientos… ahí estaba, de pie, mirando como un bobo a un chico que acababa de conocer y que tenia una existencia al menos un millar de veces mas complicada… y aun así sentía pena de si mismo.

– Tu también sonríes cuando estoy confundido… – La voz de James lo sacó de sus pensamientos.

– ¿Lo hago?... perdona, no me divierto de tu malestar… es solo que… eres tan directo y parece que dices siempre lo que estás pensando… no sabes lo difícil que eso resulta…

– ¿Por qué?, ¿hay cosas que debería ocultar?

En ese punto de la conversación, James condujo al ruso hacia su habitación. Justo al pronunciar la última oración, la puerta se abrió y la imagen que el coronel tuvo fue, por mucho, la más desconcertante respecto a cualquier otra habitación que había visto hasta ese momento…

– ¿Que es este lugar? – No había muebles por ningún sitio… Nada. Solo algo parecido a una cama o algo así, justo en medio de aquel espacio vacio.
James echó una mirada rápida alrededor. No veía nada extraordinario ahí dentro.

– Es mi habitación… seguramente mi padre espera que yo aguardé aquí hasta que venga a buscarme.

– Pe… pero… aquí no… bueno, no es que no sea… este, es poco común. – Sin palabras para definir la "decoración", Aley caminó un momento alrededor de aquel espacio, para finalmente sentarse al borde de la cama. – ¿No sientes que falta algo?

– Papá Jim no quiso que durmiéramos juntos…

– ¡No me refiero a tu padre!... espera, ¿qué?

James se sentó justo al lado de Aley y recargó su cabeza sobre el hombro del más alto. El corazón del ruso se detuvo por unos segundos. Era sumamente vergonzoso tener una manera tan "a la ligera" de manejarse, tal y como James lo hacía.

– ¿Tienes sueño? – Finalmente rompió aquel agotador silencio entre ambos. La respiración pausada de James comenzaba a causarle dos sensaciones muy distintas: una ligera somnolencia y un deseo estremecedor por robarle un beso. – Si quieres puedo irme…

– No tengo sueño, jamás duermo… – Admitió el rubio, aun con los ojos cerrados.

– ¡Ja!, claro… ¿y como recuperas fuerza?

– No se puede recuperar lo que no se pierde… ¿tu tienes sueño?

– No… bueno, no aun… yo si duermo… – Dijo con un tono de broma y una sonrisa divertida. Aquel gesto hacia sonreír a James por igual. – Pero hace mucho que no descanso igual… viajo a casi cualquier sitio por orden de la Federación… dormir mientras cruzas el universo no es precisamente "reconfortante".

– ¿Viajas mucho? – Apoyando con mayor familiaridad su cabeza contra el hombro del otro chico, James restregó ligeramente su mejilla contra Aley. El moreno de cabello rizado comenzó a sentirse a gusto también con aquel contacto.

– Algo… más bien… estoy huyendo…

– ¿Y te está funcionando? – Huir… la palabra le parecía tan maravillosa a James… a la vez que imposible. Deseaba con tanta fuerza poder aplicarla.

– No tan bien como quisiera… huyo de mis padres y termino a bordo de la Enterprise junto a uno de ellos… y según mi padre Hikaru, solo busco excusas para no casarme… pero creo que ahora… – Musitó sin apartar la vista del rubio. Al escuchar aquella pausa tan prolongada, James abrió sus ojos y miró en dirección del más alto. ¿Acaso esperaba que el asumiera el resto? – No estoy tan seguro…

James sintió un extraño malestar en el estómago. Había algo moviéndose en el interior de su pecho, algo que lo hacia sentir confundido y agitado.

– Creo que me descompuse… – Dijo con una leve angustia. Aley se rió de aquella expresión tan infantil.

– ¿Que?

– Digo que… creo que me descompuse… quizá necesite apagarme un momento…

– ¿"Apagarte"? – Aley miró intrigado al otro chico retirándose de su lado y recostándose tal cual si la cama fuera un sarcófago. – ¡Tienes que estar bromeando! – No sabía si era divertido de muerte o lo más terrorífico hasta ese punto. – ¿No dijiste que no dormías?

– No voy a dormir… me voy a apagar. Te veré cuando papá Jim venga a buscarme…

– ¿Me estás corriendo?

– Claro que no… puedes quedarte si quieres… aunque… considerando lo mal que papá Jim se puso cuando supo que Chris buscaba la compañía carnal del doctor McCoy, puede que no sea bien recibida tu presencia en este lugar si es que el viene…

No supo que parte de todo eso lo desconcertó más…
…lo único que Aleksei Zulovich supo…
…fue que no comprendería a James NUNCA…

– ¡Espera! – Antes de salir de ahí por demás confundido, Aley se giró para mirar una última ocasión (por el momento) al rubio de rodillas en el centro de la cama.

– ¿Que pasa?

Con la mano derecha extendida, James mostró al ruso sus dedos índice y medio. El chico alzó una ceja, cuestionando por completo aquel gesto.

– Papá Jim lo hace todo el tiempo con el señor Spock… y eso lo hace sonreír…

Aleksei miró aquella mano… meditó el asunto… y conectó cabos…

– ¿Siquiera sabes lo que significa?

– Significa que me haces feliz, ¿no?

No podría decírselo… no él. Con un suspiro agotador, Aley extendió su mano y acarició con sus dedos índice y medio los dedos de James. Era JODIDAMENTE tierno.
Al ver el rostro sonriente de James, olvidó toda indignación posible… porque, ¿cómo no estar indignado al respecto?... el primer beso robado a ese enternecedor muchacho… tuvo que ser vulcano. Y aunque ellos dos no lo eran… pudo comprender sus sentimientos… y esa verdad era mejor que cualquier otra cosa.

O*O*O*O*O*O

– ¿Por qué estas tan enojado, duende?

Aquella pregunta resultó intrigante para el joven vulcano. Creía estar ocultando a la perfección sus emociones.

– Mis emociones no se encuentran… – Quiso corregir pero sería mentirle a Bones. Y él jamás lo haría. – ¿Cree que sea demasiado evidente?... no quiero preocupar a mi padre.

– ¿Spock?, ¡que mas da!... de cualquier forma tiene suficiente casado con Jim, como para preocuparse el resto de su vida… ¿pero que es tan molesto?

Dentro del cubículo donde Bones estudiaba el compuesto en la sangre de Jim, Christophe buscaba los archivos de su computadora para transferirlos hacia su propia maquina.
Tan solo unos instantes atrás, Spock lo envió junto a Jim en su misión de contactar con Uhura y los líderes de la Federación. No quería dejar la Enterprise, ni alejarse de sus verdaderas obligaciones. Había extrañado por tanto tiempo a su padre Jim… que le resultaba parte de una pesadilla lo complicada que se volvió su vida una vez que lo recuperó. En todos los sentidos, dejó de ser él mismo.

– Últimamente no hago más que cometer errores… – Reconoció con la cabeza agachada. Incluso el admitirse cansado era un error. Era un asco de vulcano. – Estoy muy cansado de todo…

Bones quitó su mirada de aquel aparato y caminó hasta el joven vulcano, puso su mano con fuerza sobre su frente ligeramente esmeralda; alzó su rotro y lo obligó a verlo directamente a los ojos.
La respiración de Chris se alteró… sus sentidos perdieron agudeza y su mente comenzó a dar vueltas en torbellinos de pensamientos ilógicos… condenado a sentirse preso de sus propias emociones humanas. Concentraciónlógicaracionalidad… debía expulsar todas las emociones que…

– Eso es normal, George… que seas vulcano no te vuelve invulnerable. Tienes la libertad de rendirte cuando lo desees, pero ese no eres tu… eres fuerte y muy valiente… y sé que saber lo que es "suficiente" jamás es demasiado bueno para ti… eres mejor que eso, todo el tiempo.

… debía expulsar todas las emociones que…

…las emociones que…

…las emociones que…

que…

Con los ojos fuertemente cerrados, completamente confundido y perturbado, Chris saltó encima de Bones y unió sus labios con fuerza junto a los del doctor.
No quería pensar, no quería saber, no quería analizar, no quería creer que era bueno o malo…
Solo quería, deseaba, pedía, rogaba, buscaba y entregaba su alma entera por aquel contacto. Por probar una vez, SOLO UNA MALDITA VEZ, lo que sus mas reprimidos deseos le suplicaban a gritos.
Esperaba lo que fuera… ¡cualquier cosa!
Un golpe, un grito, un golpe acompañado de un grito, posiblemente una montaña de ofensas golpes y gritos…

Pero, al abrir sus ojos celestes, encontró una imagen… distorsionada… de un Bones mirándolo con pánico. En serio, era temor… miedo… terror. Lentamente separó sus labios de los de Bones. Este seguía ahí, suspendido frente a ese contacto, sin respirar siquiera. Chris se asustó ante la falta de respuesta. ¡Lo que fuera!, quería escuchar algo.

…Pero no iba a mentir… era vulcano y encima terco como el verdadero hijo de James Tiberius Kirk que era… si algún momento iba a ser "el momento", ese era aquel.

– Lo amo… me gusta, siempre… desde que era un niño y usted me visitaba en Nuevo Vulcano… me intriga, me atrae… y se que desprecia mi herencia vulcana, pero también soy humano y no puedo contenerlo mas, lo quiero… en serio… ¡diga algo!, ¡AAAHHHH! – Con el rostro cubierto de llanto, Chris apartó a Bones de su camino y ocultó su mirada entre sus manos. Odiaba su debilidad emocional, pero mas aun aquel silencio… quería saber que estaba pensando.

Bones tomó aire con urgencia.
De todas las malditas personas en el universo… todas esas criaturas que eran cada vez más y más y aun quedaban por descubrir… ese vulcano… ¡ese bendito vulcano…! ¡ESE DUENDE…!

– Christophe – Su nombre completo… no podía ser bueno. El vulcano miró entristecido al hombre y permitió que se acercara a él. Sostuvo sus muñecas con fuerza, mientras él cerraba los ojos. Bones esperó a que quitara esa expresión infantil de su rostro y lo miró directamente a esos pequeños fragmentos de cielo. – Soy viejo, divorciado y me fastidian los vulcanos, tu padre es mi amigo, tu otro padre es el capitán de la nave en la que trabajo, fácilmente triplico tu edad y mucho mas, tienes 19 años, a mi no me gustan los hombres y probablemente a ti tampoco, solo estás confundido… ¿me entiendes?, una parte de ti, aunque mas débil, pero fuerte, sabe que lo que digo es lógico, ¿cierto?, no es normal. Lo que sientes está mal…

Los ojos de Chris se habían mantenido ocultos entre pequeñas lagrimas cristalinas que brotaban a cada segundo frente al otro, escuchando sus motivos… hasta que dijo eso último.
Su padre Jim tuvo la razón al enseñarle una cosa… y el creía firmemente en eso.

– Tiene razón… – Su mirada entonces se tornó fiera. No era un Kirk solo de nombre. – Es viejo, pero muchos otros también lo son y yo lo seré algún día… precisamente porque está divorciado es que puedo asegurar que no tiene un compromiso de ningún tipo con otra persona, lo que lo vuelve disponible… si le fastidian los vulcanos, no es mi problema, soy mestizo y mi sangre es, en su mayoría, de descendencia humana… mis padres podrían ser completos desconocidos para usted y aun así los utilizaría como una excusa, nuestro desempeño dentro de la nave no tiene porque verse afectado por una relación, así que es un argumento inválido… tengo 19 años y usted 61, pero eso lo beneficia a usted de casi todas las formas, no veo porque detenerme ante algo tan irrelevante como la edad, no estoy confundido respecto a mi sexualidad y si fue un contacto incómodo para usted también, ¿por qué no lo interrumpió?

La indignación no podía medirse… ¡de ninguna forma!
Aquel duende que siempre contempló como sumiso ante Spock, valiente tanto el resto y en extremo amable hacia él, se le estaba revelando. Y a pesar que su mirada decía: "No jodas conmigo, viejo", sabía perfectamente qué lo había ofendido en realidad.

– Usted y el señor James me dicen todo el tiempo que "los sentimientos no se pueden manipular", que no puedo dejar de sentir o evitar emocionarme por algo… pero justo ahora me dice que "Está mal", ¡yo no estoy mal!, lo que siento no está mal… ¿Cómo puede estarlo si es lo que siento?

– No me refería a…

– Y puede que sea mas joven o mas inexperto en las emociones humanas y que no tenga la menor idea de cómo expresarme frente a los humanos irracionales como usted y mi padre James… pero debe contemplar que también soy vulcano y se lo que es lógico y lo que no lo es… y si para mi es lógico amarlo, ¡no me importa lo que nadie mas piense!, ¡no me importa nada!, solo buscaré la oportunidad para poder demostrarle que lo que siento no es una confusión ni nada parecido… lo he amado cada día desde el momento en que lo conocí y nunca dejaré de hacerlo… no me importa su edad o si está casado o divorciado o si mis padres se oponen o si a usted solo le atraen las mujeres, ¡yo lo voy a amar!, ¡lo voy a amar!, ¡siempre…!, ¡yo! ¡A usted…!

Lentamente se fue el coraje y las lágrimas regresaron.
Bones se preguntó una y otra vez porque a él… porque PRECISAMENTE a él… jamás debió saludar a Jim en la Academia. Su vida se volvió un huracán desde entonces. Conoció la desesperación, el dolor, la tristeza y la confusión en niveles insospechados. Pero sobre todas las cosas… conoció a ese vulcano.

– Me exasperas… – Comenzó con una voz apagada que lentamente aumentó su volumen. Sin apartar la vista del suelo, Bones comenzó lo que seria la mas desesperante discusión con cualquier otro ser vivo (eso incluía a su ex esposa). – Me… ¡me vuelves loco!, no sabes cuanto… ¿Por qué no puedes ser un fastidio como ese duende de sangre verde?, ¿Por qué no puedes ser una simple molestia como Jim o Jim 2.0?, ¿Por qué carajo me miras con ese molesto brillito en los ojos?, ¿Por qué no puedes ser como el resto de los vulcanos y aguantarte lo que sientes?...

Chris finalmente dejó de llorar y apoyó sus manos sobre el rostro de Bones, más alto que el suyo. Alzó la mirada del hombre y la hizo contemplar la propia.
Bones abrió los ojos perplejo… ¿eso era…?

– Porque te amo.

Una sonrisa. Y sinceridad.

Chris dio un paso hacia el frente y apoyó su cabeza contra el pecho del doctor, cerrando los ojos frente al contacto y volviendo su respiración mucho mas tranquila, acoplándola a la de él. Su pecho comenzó a sentirse mucho mas relajado y sus piernas temblaban como si hubiera cargado todo el peso del universo sobre ellas… ilógico.
No lo apartó… Bones no lo apartó. Solamente aguardó a lo que fuera. Que alguien los interrumpiera… que la alarma sonara… que su consciencia volviera a llevar sus funciones con normalidad.
Sin embargo, nada.
El vulcano seguía ahí, recargado contra él. ¡Vulcano un carajo!, una criatura que se guiaba por la lógica JAMÁS haría lo que Christophe hacía.
Amarlo.
Incluso las criaturas no-racionales se mostraron reacias al concepto.

Quizá si lograba convencerlo… de alguna forma… aun tendría tiempo para dejarlo ir.

– En 20 años yo tendré 81 y tu 39…

– Y cuando usted tenga 122 yo tendré 80, conozco perfectamente las matemáticas básicas, doctor.

– ¿Crees que llegue a tanto?

– No puedo afirmarlo, pero le sugiero no mencionar conceptos irrelevantes en este momento… – Tan vulcanamente mandón, como solían ser, Chris abrazó a Bones con fuerza justo por encima de su cintura. El hombre suspiró cansado… tendría que dejarse si no quería volver a entrar en una batalla que, muy posiblemente, perdería.

– Siempre vas a ser un niño para mí…

– Pero voy a crecer…

– Y yo también…

– Doctor. – Interrumpió el vulcano con una miradita que detonaba cierta molestia. – ¿Sufre algún complejo de la edad?, puedo asegurarle que me atrae de cualquier forma y no voy a desistir en mi deseo de estar a su lado. Además, su aspecto físico aun es considerado dentro de los estándares humanos para lo considerado atractivo.

Vulcano… tuvo que rendirse ante un MALDITO VULCANO.

– ¿Sabes algo?, ¡olvídalo!, no puedo... ¡vete! – De pronto, empujó al joven vulcano y comenzó a guiarlo hacia la salida. Tenerlo abrazado era como abrazar a Spock… ¡y eso si que lo jodía!

– ¡Pero…!

– ¡LARGO DE AQUÍ DUENDE O LE DIGO A SPOCK QUE ANDAS DE RESBALOSO!

– No encuentro relación entre la demostración de las emociones con la fricción de mi cuerpo… ¡doctor!

Y frente a su cara, la puerta se cerró de golpe. Sin embargo, ya nada podía doblegarlo… Jim tenía razón, sentir no estaba mal…

…y ser irracional, en ocasiones tampoco…

O*O*O*O*O*O

Jim aguardó en silencio unos segundos. Tenía cientos de cosas que pensar y no sentía el mínimo interés en regresar a la Tierra antes de encontrar a Khan. Aun tenía un aspecto importante que recobrar. Entonces, sus sentimientos se volvieron una marea de extrañas imágenes yendo y viniendo… y todo daba vueltas rápidamente.
De nuevo, la imagen de la Vengeance… no, era otro sitio. Rodeado de esas personas, con aquel sujeto mirándolo directamente a los ojos.

"Pronto dejarás a ese vulcano… y a historia volverá a ser…"


"He hecho algo mucho peor que matarle. Le he herido. Y deseo seguir hiriéndole".

Un recuerdo que lo hería y sanaba una y otra vez. Una palabra que…

T'hy'la

…lo borraba todo.


¿Que estaba pasándole?
Justo ahí…
Ahí…
¿Que sitio era…?

– Jim… – Una voz conocida lo sacó de sus pensamientos.

– Hey, Bones… ¿que pasa? – Era la voz de su amigo Len… eso significaba que… ¿había sido todo un sueño? Su respiración se vio fuertemente afectada y la presión se le disparó por los aires. Fue un sueño, todo… ¿jamás estuvo en la Vengeance?

– Creo que tengo que hablar contigo… ¡antes de que digas nada, escucha!

– ¿Bones? – Con la mano restregándole la frente, Jim abrió los ojos y el asombró se asomó por aquellos cristales azul cielo. – ¡BONES, AH!, ¿¡que rayos te pasó!?

El doctor se indignó ante la reacción del otro. ¿Que carajo estaba…?

– ¡Khan!, ¡yo…! Tengo que…

Y empujándolo con un golpe, Jim salió corriendo de ahí.
¿Que rayos le sucedía?
Entonces Bones se cuestionó algo poco probable, pero no imposible…
… ¿perdió sus memorias de nuevo?

¡No!, ¡si veía a Spock en ese estado…!


Pues voy saliendo del trauma lentamente… pero sigo mal, sigo mal jaja.
Gracias por leer/comentar/husmear este Fic. Es genial.
Paso a explicar ciertas cuestiones:

P1: ¿De donde saqué la edad de Bones?
R1:
Se supone que Bones nació en el 2227 y Kirk en el 2233, eso crea una diferencia de 6 años. Si han pasado 20 desde que Jim desapareció y tuvo a Chris aproximadamente a los 35… pues de ahí saquen sus conclusiones. Está medio complicado… pero creo haber echo bien las cuentas. En fin, no creo que sea demasiado relevante… ¿cierto?

P2: (De Juna Izumi) ¿Cómo le hicieron Spock y Jim para concebir a Chris?
R2:
Como no creo explicarlo en el Fic (quizá si, quizá no) lo respondo de manera superficial. Creo que en el futuro (bueno, no lo creo, pero es la explicación "lógica"), los chicos podrán pasar por el proceso biológico de la gestación, con ayuda medica y tecnología… (De echo hoy en día se puede permitir que un hombre guarde a su hijo mediante un implante y un proceso medico… ¡imagínense en el futuro!). En el caso de Jim, probablemente después de… su encuentro con Spock (no necesariamente el Pon Farr, los vulcanos pueden tener relaciones cuando sea, algo que siempre pasan por alto en los fics), su cuerpo pasó por un proceso de acomodamiento de órganos en su interior (doloroso, seguramente) y la fecundación no la sabría explicar muy bien… quizá en el futuro los chicos y chicas pueden producir ambas células sexuales (no me juzguen! XD la evolución podría llevarnos a cualquier parte!)
…Lo sé, no expliqué nada… pero al menos lo intenté XD (¿Cuántos otros MPREG lo intentan, eh?... no me respondan…)

Y pues… eso es todo por mi parte. Tengo un problema, lo sé… ¡pero seguiré esforzándome!
Las partes mas enredadas, creo que son las que rodean a Khan y James, pero se solucionarán en breve. Ya muero por escribir el SPIRK! , quizá lo haga pronto.
Nos leeremos pronto, cuídense.
By: Roglia15