La verdad, el mundo cambia constantemente, ya sea para bien o para mal.
Durante años, la gente comenzó a desarrollar diversos poderes. Habilidades súper humanas que parecían irreales. Salidas de un cómic o algún manga.
Pero con ello, vino la desigualdad.
Gente sin escrúpulos empezó a usar sus dones para el mal, robando bancos, amenazando a gente inocente, destruyendo todo a su paso.
Igual que un cáncer terminal, la gente con poderes comenzaron a convertirse en villanos. Superando a las fuerzas del orden quienes no podían controlar a estos súper hombres.
Hasta que un día, alguien se levantó.
Civiles con poderes se alzaron contra la nueva y creciente ola de súper criminales, poniendo un frente de resistencia que se fue haciendo cada vez más fuerte.
Y así, tras años de contener a los villanos, la formación de héroes fue reconocida oficialmente. Logrando el sueño de muchos y las ilusiones de otros.
La profesión como héroe había sido incluida como un Oficio más en la era moderna. Logrando así reducir el crimen a niveles ridículamente bajos.
¿Y cómo es qué se esto?
Bueno, no es como si fuera ajeno a este mundo.
Ya que yo…
– ¡Bien, pequeños rufianes! - clamó el maestro de turno frente a toda la clase, golpeando el escritorio con ambas manos, golpeando así unos documentos sobre este -. Todos ya entregaron todos sus reportes de solicitud para el bachillerato… pero - tomó los papeles para simplemente arrojarlos al aire - ¡Acaso importa!
Pronto todos los alumnos presentes demostraron su individualidad.
– ¡Todos ustedes aspiran a ser héroes! - el maestro sabía las aspiraciones de cada alumno de su clase.
– ¡Por favor, profesor! - uno de ellos habló tras el escándalo en el salón - ¡No me incluya en el mismo saco que estos extras!
Dicho estudiante no era otro más que Bakugou Katsuki, un rubio cenizo de aspecto fiero que, en términos realistas, es el más obvio para ingresar a la práctica profesional de héroe.
– ¡De nuevo Bakugou! -
– ¡Eres detestable! -
– ¡No lo lograrás! -
– ¡Silencio, extras! - habló el rubio al dar un salto y hablar de pie desde el escritorio - ¡Hice la prueba técnica para la U. A.! ¡Soy el más calificado para ello! - luego apuntó al cielo con su dedo índice de la mano derecha - ¡Seré el primero y el único de esta secundaria en ingresar a la U. A. Y así estar a un paso más de superar a All Might!
Sus palabras hicieron que todos lo vieran con impresión, miedo, envidia y algo de celos.
Bakugou, para ser realistas, era el más apto en términos de combate cercano para ingresar a la U. A., la preparatoria con el mejor curso de héroes del país.
Su meta era alta, pues su ilusión es superar a aquel que está en la cima del top 10 de héroes a nivel nacional. All Might, el símbolo de la paz.
Y aún así…
– ¿Es así? - dijo el maestro impresionado por el sueño de su alumno -. Felicidades entonces, pero también supongo que estás enterado de que Midoriya va a ir por recomendación ¿Verdad?
Eso último dejó como piedra a todos, más a Bakugou, quien salió del estupor para luego girarse a ver al susodicho.
Detrás suyo, se encontraba un chico de apariencia no muy destacable. De hecho, era más que raro el que destacara en algo.
Midoriya Izuku, de aspecto simple, con cabello rizado de color verde oscuro, pecas en las mejillas y ojos verde olivo; miraba con detenimiento un vídeo gracioso de internet en su teléfono. Ignorando a todo el mundo quién posó su mirada en él.
Más aún con los audífonos rojos que nunca dejaba de usar. Concentrado en lo que estaba viendo antes de mirar a su alrededor y notar que era el centro de atención.
– ¿Qué? - preguntó cómo si nada mientras se quitaba los audios de diadema con cuernos para ponerlos detrás de su cuello - ¿El profesor ya pasó lista?
En ese momento, Bakugou, furioso, bajó de su pupitre y, sin dudarlo, creó una explosión de su palma izquierda sobre el pupitre del peli verde, quien sólo cayó de espaldas con todo y silla.
– ¡No te hagas el idiota, Deku! - gritó el rubio al peli verde en el suelo quien miraba al techo con un gesto aburrido. Soltando un suspiro de resignación.
– ¿Puedo saber qué es lo que hice esta vez? - preguntó cómo si nada desde el suelo.
– ¡¿No me oíste, nerd de mierda?! - volvió a gritar el rubio explosivo. El Don de Bakugou era Explosión, que consiste en segregar una sustancia similar a la nitroglicerina en las palmas de sus manos.
Pero eso no es relevante, ahora, regresemos al tema.
– ¡¿Cómo es eso de que entrarás por recomendación a la U. A., tú, maldito estorbo de mierda?! - Bakugou quería respuestas y las quería ahora.
– ahhh… eso - Izuku se levantó rápidamente de un salto para quedar de pie frente al rubio - sólo pasó…
– ¡Eso no me dice nada, maldición! - Bakugou estaba, literalmente, a segundos de estallar si este payaso de Deku no le daba lo que quería.
– Yare yare - Izuku suspiró antes de hablar con un gesto serio, cosa que tomó por sorpresa a más de uno - ¿Realmente quieres saberlo?
Su voz adquirió un tono sereno pero cauteloso. Cómo si fuera a comentar alguna especie de secreto de gran importancia.
Pero…
– ¡Habla ya, con un demonio! - Bakugou no entendió la advertencia.
Izuku y Bakugou se quedaron mirando uno al otro, como si se fueran a pelear en ese mismo instante.
La presión era tal entre ambos que los demás alumnos se empezaron a agobiar. Era tal la tensión que podría cortarse con una navaja de afeitar oxidada.
Izuku entonces abrió su boca para simplemente responder…
– Mi hermano lo hizo… -
Un silencio incómodo reinó durante unos momentos antes de que gritaron un simple:
– ¿¡QUÉ?! -
– ¡Es verdad! - dijo uno de los alumnos recordando algo importante - ¡El hermano de Midoriya es Fire Breather! ¡El héroe dracónico!
– ¡¿Eh? Imposible! - secundó otro - ¡Oí que está en la misma agencia de héroes que Endeavor! ¡Está en el número 23 del top nacional y en el puesto número 7 de los héroes con pinta de villano!
– Siendo así, no me sorprende mucho su recomendación, pero… - todos miraron nuevamente al peliverde como si fuera un bicho raro - ¿Midoriya siquiera tiene una individualidad?
Era una buena pregunta, ya que en todo este tiempo, nadie había visto o sabido cuál es la individualidad del peliverde.
Ni siquiera el propio Bakugou que lo conoce desde el preescolar.
Un día solo se sentó a jugar con la arena tras saber su particularidad. Y fue todo.
Nunca supo cuál era, o si es que tenía una. Izuku era alguien muy reservado que prácticamente su vida es un misterio.
Incluso para alguien tan obstinado como Bakugou le era difícil, por no decir imposible saber lo suficiente del nerd aquel. Solo sabía que era un cerebrito aplicado y que no tenía amigos.
Aunque sí una buena posición económica como para ir a Soimei, la escuela para la élite.
Y aún así, estaba aquí. En esta escuela pública y que dio la mejor excusa del mundo.
"Queda cerca de casa" fue lo que dijo.
Bakugou lo único que hizo fue apretar los dientes en pos de controlar su cólera en aumento. Cada palabra que salía de este imbécil le hacía sentir ganas de darle un puñetazo limpio en toda esa cara promedio.
Así que actuó como sólo él podía actuar.
– ¡Escucha bien, nerd! - como un bully - ¡Más te vale que rechaces esa recomendación! No, ¡Mejor aún! - le apuntó a su rostro con el dedo índice de su mano derecha - ¡Te reto a tomar el examen junto a mí! ¡Demostraré que soy mejor que tú y te haré morder el polvo! ¡Adelante, acepta el reto!
– Este… - Izuku se rascó la mejilla derecha algo avergonzado.
Al finalizar las clases, Izuku se encontraba saliendo de la escuela mientras marcaba un número en su teléfono.
Suspiró antes de llamar. Siguiendo su camino con un gesto amargo.
– [...] - esperó hasta que alguien tome la llamada y… – [¡I-chan! ¡Que bueno que llamas!] - al otro lado sonó una voz juvenil, pero madura y bastante jovial - [¡Te extraño mucho, ¿Sabes?!, A tí y a An-chan]
Izuku, pese a tener a su hermano al otro lado de la línea, no habló ni respondió al jocoso saludo de su hermano mayor.
Y él sabía que había algo si no respondía.
– Mocchi, yo… - antes de hablar, escuchó a su hermano suspirar.
– [Supongo que estás molesto] - Izuku miró a otro lado mientras esperaba en un semáforo la luz verde - [Lamento mucho si te estoy presionando con esto]
– Mocchi… la verdad es que… - Izuku continuó por la calle tras cruzar - No lo sé… sé que tú y Mamá están preocupados por mi, Anko-chan también… pero yo no…
– [Izuku] - el peliverde se detuvo al oír su nombre de boca de su hermano. Indicio de que habla en serio - [Debes superar lo de papá y… ]
– Sabes que no puedo - dijo con pesar en su voz - aún no me perdono ese día… y no creo que pueda hacerlo nunca…
– [Izuku, ya pasaron cinco años] - habló su hermano con preocupación - [Ya te lo hemos dicho, ese día no fue tu culpa, ¿Lo entiendes?] - Mochirou, su hermano mayor, habló con seriedad -. [Deja de culparte por eso, papá quería que tú… ]
– Lo sé, Mocchi, pero… - apretó su puño izquierdo - cada vez que lo intento superar… su rostro regresa a mi mente. Escucho su voz y… no puedo, Mocchi… simplemente no puedo…
– [I-chan… ] -
– Agradezco de corazón la recomendación, de verdad lo hago… -
– [Izuku, yo… ] -
– Pero no creo que pueda ser un héroe como tú, mamá o papá… - dijo con tristeza en su voz - simplemente… no puedo… entiende por favor…
– [...] - escuchó a su hermano suspirar antes de volver a hablar - [entiendo… no voy a forzarte a seguir nuestro legado] - sus palabras hicieron que Izuku mire con tristeza al suelo - [si deseas cambiar de opinión, solo avisa… después de todo, tu hermano mayor está aquí] - Izuku rió por la mala imitación de All Might - [dale mi saludos a mamá y a An-chan, probablemente vaya a casa en la Golden week]
– Está bien, estaremos aquí esperándote - entonces cortó la llamada mirando al edificio en frente suyo.
Una estructura de 30 pisos en la zona más lujosa de la ciudad. Con las ventanas similares a espejos y un lobby con un tanque de peces enorme.
Aunque a Izuku esto no le importaba mucho. Pues una vez entró al edificio fue hasta el elevador y sacó una tarjeta donde al pasarla por el tablero a su derecha se quedó esperando hasta que las puertas de este se abrieran e ingresé al elevador.
Tras eso solo esperó hasta que el ascensor se detuvo en el piso 27. Dónde abrió sus puertas y mostró una especie de estancia de gran tamaño con sofás de lujo, alfombra de color negro, cuatro pantallas en el muro con bastantes consolas y dispositivos debajo de estas ordenados en un mueble amplio. Un candelabro hecho de pequeños cristales verdes cortados colgando con forma de conejo y una increíble cantidad de películas, libros y juegos en estantes alrededor de la sala.
Aunque eso no era lo más destacable.
– ¡Llegas tarde, Onii! - sino la chica que estaba cruzada de brazos zapateando descalza en la entrada del elevador privado.
Usando un uniforme de marinero con un listón rojo, medias negras hasta las rodillas, falda color azul marino y una camisa blanca.
De cabello verde claro liso y corto con estilo Short Bob y una especie de listón color verde esmeralda en su cabeza a modo de diadema con un nudo similar a las orejas de un conejo.
Sus ojos eran iguales a los de Izuku, color verde olivo aunque su rostro era más infantil. Ya que tenía el gesto fruncido por la tardanza de su hermano mayor.
– Perdón, Anko-chan, tuve que quedarme por algunas cosas - dejó su mochila en el sofá y se dirigió a la cocina - ¿Quieres que ordene algo o prefieres ayudarme?
– heee, que flojera - dijo algo aburrida llevando sus manos entrelazadas detrás de su nuca - aún no entiendo porque quieres que te ayude con la cocina sabiendo que soy pésima.
– Bueno, Mamá quiere que seas buena esposa un día - dijo comenzando a ponerse un delantal y sacó lo necesario para cocinar - Además, no siempre podrás depender de mí.
– Pero, Onii, eres bastante bueno en la cocina, sabes administrar bien el dinero - dijo Anko desde la puerta de la cocina -... Y eres buen prospecto…
– ¿Dijiste algo? - preguntó antes de ponerse sus audífonos.
– ¡Qué te apures, tengo hambre! - gritó antes de salir corriendo a su cuarto y cerrar la puerta de golpe.
Izuku suspiró.
– ella está en esa edad - dijo antes de seguir con lo suyo.
Tiempo después.
– ¡Es el Katsudon especial de Onii! - gritó Anko al ver el tazón de cerdo frito frente a ella - ¡Gracias por la comida!
Ni corta ni perezosa, Anko comenzó a devorar el plato con gusto - ¡Felicidad pura!
– Vamos, no es para tanto - dijo Izuku tomando los palillos para comer lo mismo - por cierto, ¿Te llamó Mamá?
– sí - Anko respondió con la comida en la boca - dijo que llegaría tarde o posiblemente mañana, la agencia está investigando a un delincuente babosa o algo así - dijo antes de atascarse la boca con más comida.
– Anko-chan, masca bien - Izuku reprendió a su hermana menor, aunque esta lo ignoró - cielos, mamá lo hace ver tan fácil…
– oh, vamos, Onii - tragó el bocado y habló nuevamente - no es como si fuera el fin del mundo.
– dios, Anko-chan - su hermano se rindió - si sigues así, nunca encontrarás novio…
Sus palabras hicieron que ella se atragantara.
– ¡Toma algo! - le dio un vaso con té helado y esta lo bebió como si su vida dependiera de ello - por dios, te dije que masques bien… pareces una niña aún.
– ¡Cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate! - azotó el vaso en la mesa y le gritó a su hermano para luego levantarse e irse de la mesa - ¡Terminaré en mi cuarto, tengo tarea para mañana!
– no olvides llevar el plato a la cocina cuando acabes -
– ¡Cállate, cállate, cállate! ¡Onii, idiota! - y nuevamente, azotó la puerta, dejando solo a Izuku en el comedor.
Izuku entonces meditó un poco y dijo: –. También tengo tarea.
Se llevó su comida a su cuarto para cerrar la puerta con calma, a diferencia de Anko. Quién al ver que su hermano también había ido a su cuarto no dudó en abrir la puerta antes de ver cómo Izuku cerraba la suya.
– … Tonto - susurró antes de cerrar la suya.
Mientras tanto, en la agencia de héroes Mustafar, se encontraban trabajando varios héroes en la oficina central. Donde se tenía ahora mismo una junta importante.
– bien, creo que ya están todos aquí – habló Utopía, un héroe con un traje blanco de cuerpo completo, usando un cinturón del mismo color con una hebilla con forma de U, más un escudo rojo en su pecho con un búho dorado con las alas abiertas en forma de U, capa de color rojo al igual que sus botas y grebas doradas.
Utopía era el más viejo de los nueve presentes en la sala de juntas, pues posee cabello blanco canoso y barba cerrada bien cuidada del mismo color.
– daré comienzo a la reunión, la cual se centrará en buscar a éste sujeto - con un control en mano, Utopía mostró una diapositiva en la pantalla detrás suyo, la cual mostró imágenes de una criatura amorfa similar a una enorme mancha la cual huyó de nada más y nada menos que el mismo All Might, perdiéndose al ingresar a una de las alcantarillas en mantenimiento.
– el sujeto es aún desconocido, pero la descripción de su habilidad parece ser más compleja de lo que se cree - Utopía terminó con las diapositivas y entregó unos papeles con la información que tenían hasta el momento - aparentemente, el ignoto puede convertirse en una masa viviente y poseer a sus víctimas, potenciando aparentemente sus dones.
– En otras palabras, tratamos con un parásito de individualidades - masculló Berserk, una mujer de mediana edad que usa un traje negro con blanco y detalles en rojo ceñido que expone sus piernas y brazos. Zapatillas Nike adaptadas y guantes blancos a juego con su traje.
Su piel era de un tono rosa mexicano, mostrando una musculatura bastante desarrollada. Cabello blanco largo y lacio con una especie de diadema con dos rombos blancos con negro y detalles en rojo.
– No debemos subestimar al enemigo, aunque esté sea una vil sabandija - habló The Wizard. Un chimpancé con un traje de gala con una capa negra con el interior rojo. Zapatos negros y un pelaje marrón oscuro - si logró huir de All Might, puede que sea más escurridizo de lo que suponemos.
– aparentemente huyó al entrar en las alcantarillas de la red secundaria de la ciudad, tan estrechas que solo una rata pasaría por ahí - esta vez tomó la palabra una mujer madura. De cabello verde claro atado a una coleta con bollo alto. En su cuello se encontraba una especie de mascarilla con un collarín de un metal especial.
Vestía un traje de cuerpo entero color verde pasto con detalles en negro, botas de combate con placas de metal color rojo, guantes blancos hasta el bicep con líneas verdes y un cinturón con varios cartuchos en este.
Lo más destacable eran sus ojos, de color verde olivo y una mirada sería, indicativo de ser una madre respetable. Aunque su físico y su rostro lucen muy jóvenes, en su mirada se refleja la experiencia.
Y vaya que la tiene.
– quizás esté escapando, pero la red de ductos se extiende solamente sobre este sector - mostró un mapa en la pantalla con una circunferencia de color rojo -. Por lo que está limitado a esta zona. Así que no se moverá hasta que encuentre otro huésped o salga para huir.
– Magnetic tiene razón. Si el tipo desea ocultarse, lo hará usando el drenaje de la ciudad - está vez habló Miss Bubble Gum, la más joven del grupo. Una chica castaña con un traje similar a un vestido amarillo sencillo con detalles en rojo, una especie de cinturón con la palabra Miss de color verde. Hombreras rojas y grebas de color negro con verde así como coderas y rodilleras rojas. Botas hasta el muslo con el mismo diseño de las grebas y un antifaz amarillo con el borde verde.
– eso hasta que decida buscar un huésped como rehén o que posea un poder muy conveniente para él - el que tomó la palabra fue Capitán Quebec. Un héroe con un traje similar al uniforme de un jugador de hockey ceñido de color gris y negro con detalles en azul, usando un grueso cinturón metálico del cual cuelgan pucks y una especie de bastón de su cadera. Botas metálicas y guanteletes con el mismo diseño y un casco de jugador de hockey con el visor de color azul - Recordemos que ya atacó a tres personas con individualidades simples y él las usó de forma muy peligrosa.
– una verdadera amenaza - Tooths, el héroe camino, habló. Usando un traje rojo con negro, capa de color carmín, guantes y botas rojas, cinturón marrón con bolsillos extras, una máscara con un bosal rojo ocultando su rostro canino y sus ojos amarillos brillantes. - debemos estar alertas y salir a la primera señal de ataque. No hay duda que ese sujeto no caerá sin dar pelea - chocó su puño izquierdo con su pata derecha.
– vamos a tener que estar en coordinación con la policía para reportar cualquier cosa sospechosa en la zona durante las próximas horas - comentó el héroe Sónico, Bass X. Usando un traje similar a una bata de laboratorio color morado con una x al frente y atrás que se unen por los hombros. Un cinturón metálico de color verde, guanteletes y botas del mismo color hasta los codos y rodillas y un casco morado con un visor verde en forma de X -. El sujeto no es un estúpido.
– Sabe que lo perseguimos y estará más que atento a cualquier actividad de héroes por la zona - finalizó la heroína de las sombras, Nightmare. Usando un traje ceñido color negro sobre el cual usa una tela morada similar a las vestimentas tradicionales de Arabia. Solo que estás eran de color morado con bordes rojos. Usando una mascada que tapa la mitad de su rostro y un velo que cae detrás de su espalda a modo de capa -. Hay que mantener nuestra presencia al mínimo o de lo contrario escapará.
– bien, dado que ya saben que hacer, estaremos divididos en tres grupos de la siguiente manera - habló de nuevo Utopía - The Wizard, Nightmare y Berserk irán al norte, Tooths, Quebec y Bass X al oeste, Miss Bubble Gum y Magnetic conmigo al este.
– me parece bien - Declararon todos los presentes al ver la disposición de sus fuerzas actuales.
– recuerden, fingiremos estar en patrullaje rutinario, debemos estar alertas todo el tiempo, si el ignoto se asusta puede llegar a tomar rehenes sin dudarlo - el viejo héroe miró a todos en la sala - eviten el enfrentamiento directo a toda costa, lo que menos necesitamos es llevar a pelea a los civiles. Es todo, pueden retirarse.
Y así, uno a uno de los héroes se fueron retirando hasta que solo quedaron Nightmare y Magnetic en la sala.
La mujer peliverde suspiró profundamente.
– Y yo que quería ir a casa a cenar en familia - dijo ella sacando su teléfono y enviando un texto a su hijo - otro día que voy a trasnochar.
– Es entendible, Inko - llamó la heroína oscura - eres la única de la compañía que tiene hijos. Uno de ellos ya trabaja como héroe.
– lo sé, aunque estoy preocupada por el mediano - dijo cerrando los ojos - sigue reacio a ir a la U. A. por recomendación. Creí que ya lo había superado.
Miró entonces una fotografía dónde se encontraba su hijo, Izuku de 10 años con su esposo, Hisashi, un hombre de cabello verde oscuro rizado con un par de gafas sonriendo con Izuku en sus brazos y una figura de All Might en sus manos.
Inko Midoriya sonrió al ver ese recuerdo de su esposo.
– Han pasado ya cuatro años ¿No? - preguntó Nightmare a la mujer.
– Cinco. Esperaba que Izuku lo supere… pero no creo que aún pueda - sonrió con tristeza antes de guardar su teléfono y mirar a su compañera de trabajo - es hora, vamos a patrullar toda la zona hasta que lo encontremos.
– tenemos toda la noche, hermana - secundó Nightmare - será una larga jornada.
– ya veo, así que no llegará hoy - dijo Izuku en su cuarto tras recibir el mensaje de su madre, sentado en el escritorio mientras resolvía su tarea, era una suerte que él era alguien muy listo como su hermano.
Miró un retrato a un lado suyo dónde estaban todos en el primer día de Mochi en la U. A., Siendo él un niño de 10 años y con su hermana de 9, ambos junto a su hermano que usaba el uniforme de la academia junto a sus padres. Midoriya Inko, alias Magnetic, la heroína Psíquica y su padre, Hisashi, el original Fire Breather, luciendo sus trajes de héroes.
Su padre usaba un atuendo similar al de un bombero con líneas azules y de color negro. En su casco está el logo de una S en una placa, señal de que fue parte de Shinketsu.
Y aún así, Mochirou fue a la U. A. logrando entrar por recomendación de su madre. Lo que hizo seguir el legado de su vida.
Sus padres solían contar historias de sus abuelos, quienes fueron héroes, por lo que el legado está ahí.
Izuku entonces recordó aquel momento, ese dónde él y su padre…
– Sabes… te extraño mucho - habló al marco, tocando el rostro de su padre en la fotografía - siempre creí que estarías ahí para nosotros, para Mochi, Anko-chan, mamá… y yo…
Los ojos de Izuku entonces derramaron un par de lágrimas antes de dejar que el río de sus recuerdos lo lleve a ese momento y…
– ¡MENTIROSO! -
Gritó eso en aquella vez sin pensar por el calor del momento, pero sabe que hizo mal. No era su culpa.
Su padre murió sabiendo que hizo lo correcto y fue fiel a sus creencias. Tanto, que dio su vida haciendo lo que más amaba.
Ser un héroe.
– lo siento mucho, papá - Se limpió las lágrimas antes de dejar el marco en su lugar - pero no creo poder ser un héroe como tú, mamá y Mocchi.
Guardó sus cosas y apagó las luces antes de irse a dormir.
Miró al techo en su cama y recordó la recomendación de Mocchi. Aunque sabía que su hermano era bueno, no creía ser merecedor de algo así.
– no tengo madera para esto - suspiró resignado - yo… no quiero ser un héroe.
Sí, ese era el deseo de Midoriya Izuku, un chico cuyo linaje le estaba agobiando.
Aunque más tarde descubriría su potencial…
Pasada la noche, debajo de las calles, en las cloacas de la ciudad. Podía verse una especie de masa amorfa deslizándose en la suciedad del canal de desagüe.
– ¡Malditos héroes! - masculló mientras dos orbes amarillas se formaron encima de esta - si ese desgraciado de All Might no hubiera estado ahí, ¡Podría haber robado todo ese banco!
Miró a la tapa sobre él con las orbes amarillas y se estiró hasta llegar a esta para levantarla levemente, mirando a todos lados atento a algún héroe o policía. Notando a un grupo de héroes pasando por ahí, causando que el regrese a la alcantarilla.
– maldición, ya me están buscando - masculló mientras pensaba - los héroes están alerta, no puedo salir por la acera.
Entonces miró sobre él, los tubos en los muros y ahí notó una especie de agua potable.
Una sonrisa siniestra se mostró debajo de sus ojos.
– ¿Quién dice que tengo que salir a la calle? - riendo con suficiencia, la masa asquerosa saltó hasta los tubos y se internó en estos por medio de las uniones y desaparecer.
– ¿Aquí es dónde vive Midoriya-san? - The Wizard miró el edificio de lujo en la zona rica de Utapau -. Vaya que es bonito.
El primer grupo de Mustafar se encontraba en la zona del posible sospechoso.
– y eso que no has visto su departamento - Nightmare señaló el edificio - tiene elevador privado.
– cómo envidio a los ricos - Berserk estaba de brazos cruzados antes de ver a un oficial - reporten en quince minutos.
Y así, siguieron en alerta, ignorando por completo el peligro en las sombras.
Era más de media noche, y en el departamento 27, Anko había salido del baño, yendo a la cocina a beber algo para poder dormir.
Había estado estudiando bastante para mejorar sus calificaciones, logrando así llegar a ser la segunda mejor del curso y ser la mejor de su clase.
Aunque ello implique noches en vela, su esfuerzo se verá recompensado en su mesada.
Y por ahora, no lograba conciliar el sueño.
– ugh, no entiendo cómo es que Onii y Mochi-nii pueden dormir tras tanto estudio - era una de las más grandes dudas suyas.
Revisó el refrigerador pero solo se encontraba latas de refresco sabor cereza que tanto le gustan a su madre.
– de nuevo se acabó la leche con chocolate - su bebida favorita - maldición… tendré que tomar agua.
Tomó un vaso y fue al lavabo para llenarlo.
Sin embargo, cuando abrió la llave no salió ni gota de agua. Solo se escuchó el sonido de la tubería siendo atascada.
– ¡Ay, por favor! - se quejó ante su predicamento actual - vivimos en un penthouse y ni la tubería es decente. Maldita sea…
Dejó el vaso en la mesa y se dio media vuelta sin notar la baba goteando del grifo seguido de una orbe amarilla. Mismo que la miró y su pupila se dilató con éxtasis.
– tendré que beber té - se dirigió al refrigerador de nuevo para sacar el té helado de Izuku - Onii no se enfadará si tomo un poco.
Anko estaba ignorando la masa viscosa que salió del grifo y lentamente se acumuló detrás suyo silenciosamente. Mostrando dos ojos amarillos brillantes y una sonrisa sumamente siniestra.
– bien, solo un vaso e iré a… - cerró el refrigerador con el té en la mano y tras cerrarlo y darse vuelta… lo vio.
Una masa amorfa y dos orbes amarillas más una sonrisa demencial.
– un recipiente perfecto… - habló el villano - kukukuku… ¡Ven aquí!
– ¡No! ¡Onii…! - Anko fue rápidamente atrapada por el villano baba, soltando el vaso el cual al caer se estrelló en el suelo.
La menor de los Midoriya fue envuelta por la masa gelatinosa, callando sus gritos mientras que el ente amorfo superpuso su boca sobre la de Anko, tratando de asfixiar a la chica, colocando sus ojos a ambos lados de su cabeza, dando la apariencia de que sólo el rostro de Anko emerja de en medio del rostro de la babosa gigante mientras que su masa cubría el resto de su cuerpo, limitando sus movimientos.
– Interesante huésped encontré, kekekeke - rió mientras extendía una parte de su cuerpo para formar un brazo con una mano de cuatro dedos - veamos qué puedes hacer…
Anko trató de resistirse al sentir como este desgraciado usaba su cuerpo para después sentir como iba a usar su poder.
Apuntó a la venta y…
Una oleada de poder transparente salió disparada en dirección a la venta, destrozando la sala entera tras crear una explosión de poder. La ventana fue destrozada y los vidrios explotaron como si fueran pompas de jabón.
Desde abajo, los tres héroes vieron como uno de los pisos del edificio había explotado.
– ¡Allá! - The Wizard llamó rápido mientras un aura dorada le empezaba a rodear para luego levitar y, desde su cuerpo, tentáculos hechos de la misma energía se extendieron rápidamente sobre los civiles debajo de la explosión.
– ¡Cuidado! - Nightmare movió los dedos como si estuviera manipulando títeres. Mostrando cómo las sombras de la calle se extendieron fuera de la acera, como si cobrasen vida y se extendieron rápidamente sobre los peatones que estaban lejos del escudo de látigos de The Wizard.
Berserk entonces rápidamente dió varios saltos para tomar a la gente entre sus brazos y alejarla a una cuadra lejos de los escombros. Poniendo a la gente a salvo del peligro.
Bubajiko Toki, alías The Wizard. Posee el poder de usar su fuerza vital en forma de un aura dorada y moldearla a su antojo. Aunque esto le hace dormir demasiado para recuperar fuerzas.
Kakashi Katase, alías Nightmare. Puede manipular las sombras a su alrededor en un rango de díez a veinticinco metros. Aunque depende del nivel de refracción de luz para lograrlo.
Yamahime Kokko, alías Berserk. Tiene una super fuerza que aumenta dependiendo de sus emociones y nivel de cordura. Si pierde los cabales o se enfada demasiado, puede ser un desastre imparable.
Los tres héroes, al ver a los transeúntes a salvo, miraron hacia arriba para sorprenderse.
– ¡¿El departamento de Inko?! - exclamó Nightmare asustada.
– ¡Imposible! - The Wizard entonces recordó algo sumamente importante - ¡Solo están sus hijos!
– ¡Andando! - Berserk se preparó al ver que la situación actual es de vida o muerte - ¡Nightmare, contacta con el resto! ¡The Wizard!
– ¡Ok! - el chimpancé de traje se preparó para lanzar un Home run.
De regreso al departamento destruido.
– ¡Anko! - Izuku salió corriendo de su cuarto solo para observar su casa destruida - ¿Q-Qué fue lo que…? ¡!
– oh, así que hay otro - Izuku abrió los ojos al ver al ente de baba con su hermana dentro de esa cosa y su rostro en medio de su rostro - perfecto… ¡Más poder!
– Onii… huye… - La masa extendió sus tentáculos de baba en dirección a Izuku.
Sin embargo, alguien lo detuvo.
– ¡Sobre mi cadáver! - Berserk llegó hasta el lugar y preparó su puño derecho para lanzar un golpe.
– ¡No, alto! - Izuku se metió en su trayectoria.
Berserk se sorprendió por esto y más al ver a una chica en medio de ese moco gigante, solo para que éste le apunte tras cambiar de dirección los tentáculos, juntándose en la forma de una mano.
Cambiando de estrategia rápidamente, Berserk entonces tomó al chico en medio de ella y el villano y lo cubrió con su cuerpo.
– ¡No, onii-chan! - gritó Anko impotente en su mente. El villano moco entonces disparó una onda de presión directa a ambos con tal potencia que lanzó a la heroína y a Izuku juntos contra el otro edificio, destruyendo la pared al cruzar por esta - no…
Anko lloró al ver que su poder fue usado para lastimar a su familia.
El desgraciado moco entonces miró su trabajo y rió con suficiencia.
– ¡Jajajaja, este poder es asombroso! - se deslizó hasta el borde de la ventana y observó a los medios de emergencia actuando en el suelo - ¡Tch! Esos héroes no pierden el tiempo…
Sonrió con malicia.
– ¡Pero yo tampoco! - rió una última vez antes de saltar por el borde del edificio.
– ¡Espera, senpai! - Miss Bubble Gum trataba de seguir el paso de su compañera, quien saltaba de pared en pared a grandes distancias, brincando de edificio en edificio literalmente.
Cuando escuchó que su departamento había explotado por la radio, inmediatamente salió corriendo sin detenerse. Y Miss Bubble Gum trataba de alcanzarla al crear una sustancia similar al chicle en sus pies generando burbujas para rebotar como su superiora, quien llevaba bastante ventaja.
– ¡Es inútil, Miss Bubble Gum! - dijo Utopía volando a la par de su igual - ¡Ella, junto con Québec son los más rápidos de la compañía!
– ¡Pero ella! - la nueva integrante apenas lleva un año en la empresa y aún así esto era nuevo para ella - ¡Jamás la había visto ir a esa velocidad! - vio cómo dobló a la derecha y siguió corriendo por las paredes - ¡Es increíble!
– ¡Yo sí! - las palabras y el tono serio del miembro y ex líder de la compañía le sorprendieron - ¡Fue hace cinco años!
– ¡Entonces ella…! - se sorprendió ya que vio el incidente en las noticias en ese tiempo. Mirando a su senpai saltar del edificio donde corría hasta otro.
– ¡No importa cuánto la admires tú o el público! - habló Utopía - ¡Una madre es una madre!
Inko, ahora mismo, apretaba los dientes mientras su rostro reflejaba su estado actual. Uno que mezcla preocupación, ira y angustia.
– ¡Anko… Izuku! - debía apurarse - ¡Por favor… que estén bien!
No iba a perder a nadie más de su familia…
Eso se lo había prometido…
– ¡Hisashi! - recordó aquel momento y…
– ¡Juré que los protegería! - siguió su camino hasta llegar a una calle y llegar a la escena - ¡A cualquier costo!
Nadie tocaría a sus hijos…
Lo juró en su tumba.
– cuídalos… Inko -
– nadie toca… - gritó antes de salir corriendo por uno de los muros, sin importarle las advertencias de los policías, bomberos o sus propios compañeros - ¡A mis hijos!
En el edificio, tras el ataque del moco parásito. Berserk e Izuku habían atravesado el muro del edificio enfrente.
Sin embargo, Berserk protegió al pequeño Izuku al ser más grande, por lo que ambos rodaron hasta que se separaron, quedando inconscientemente la heroína mientras que el peliverde se encontraba recostado en una oficina, levantándose escuchando un pitido largo mientras sentía cómo el mundo le daba vuelta.
– Anko… chan - miró al resto de lugar, pero entonces se desmayó, ignorando lo que estaba pasando afuera, no sin antes susurrar: -. Papá…
– ¡Jajajaja! - el moco parásito rió al ver a una heroína correr por el muro del edificio en contra de él - ¡No importa cuánto lo intentes, no podrás contra este poder!
Dijo al momento en que creó dos manos y apuntó a Inko. Quién de inmediato abrió los ojos al ver a su hija entre los ojos de ese tipo.
– ¡Mamá! - eso la tomó por sorpresa a la heroína pero entonces se cubrió de un escudo de presión. Recibiendo el impacto del ataque de presión, causando que sea lanzada al suelo, dejando un cráter en la acera - ¡No!
Anko solo pudo observar como su propia madre era vencida como si nada, usando su poder.
En el suelo, Inko se levantó del suelo con heridas en todo su cuerpo y algo de su traje rasgado. Miró entonces arriba solo para ver caer al moco sobre ella, comenzando a envolverla con su cuerpo.
– oh, vaya - el moco parásito sonreía con interés genuino - sobreviviste a este poder… ¡Jejeje, no hay duda que eres una profesional!
Inko, rápidamente, se dejó envolver hasta extender su mano derecha dentro de esta cosa hasta alcanzar a su hija.
Sin embargo, su plan fue descubierto por el moco parlante.
– ¡Hoy no! ¡Perra! - inmediatamente se alzó en cuatro extremidades de forma similar a la de un gorila y escupió a Inko en dirección a un edificio, destruyendo la pared en el proceso.
Anko solo podía llorar impotente al ver a su madre ser lanzada como si nada.
– ¡Tu, maldito! - Nightmare entonces actuó al ver cómo su amiga fue derrotada y entonces, de las sombras, salió una especie de serpiente que iba en dirección al cráter.
– ¡Esquivado! - el moco con forma de gorila saltó de donde estaba, evitando el golpe.
Sin embargo, una ráfaga de viento lo derribó, causando que vuelva a ser amorfo para después regresar a su forma de gorila, mirando al cielo donde Utopía estaba flotando con los brazos cruzados.
– ¡¿Qué intentas hacer, anciano?! - clamó el moco.
– obviamente distraerte - Utopía sonreía.
En ese momento, detrás suyo aparecieron Miss Bubble Gum y Magnetic.
La señora Midoriya tenía un rostro de furia y la menor del equipo tenía una especie de burbuja de goma rosa enorme en sus manos.
Inko rápidamente se impulsó de un salto a la masa verde.
En un movimiento rápido, Miss Bubble Gum aprisionó al moco al presionar la burbuja con ambas mujeres dentro.
– ¡¿Qué carajos?! - El moco se sorprendió al estar en medio de una esfera rosa transparente. Sin sentir como Inko rápidamente nadó dentro de él hasta llegar con su hija y abrazarla.
El moco rodó sus orbes hacía dentro, viendo cómo la heroína que creía derrotada logró su objetivo - ¡Perra desgraciada!
Inko apretó los dientes y entonces se preparó para darle una señal a Utopía.
El héroe entonces inhaló profundamente para después lanzar un vendaval increíblemente potente para después arrojar la esfera directamente a Nightmare. Logrando así crear una rampa de sombras.
La esfera rodó y salió volando a la par que alrededor de Inko se creaba una burbuja de presión, lo que hizo expandir la burbuja rosa. Logrando así separar a la chica de la baba y comenzando a levitar.
– ¡Malditos héroes! - el moco era aplastado por la presión dentro de él. Sumado a la esfera de goma dentro suyo.
– sostente, Anko - susurró al oído de su hija. Quién se aferró a su madre.
Al ver eso, Inko rápidamente aumentó la presión en la burbuja y a tal punto que estuvo a punto de explotar.
Sin embargo, alguien más llegó.
– ¡¿Alguien llamó a la caballería?! - Capitán Quebec llegó deslizándose entre los edificios con un brillo especial de color azul debajo de sus botas, a la par que sacaba un bastón el cual se extendió hasta formar una especie de palo de hockey aunque en lugar de tener una desviación en el otro extremo tenía una especie de hoz corta la cual empuñó para dar un corte a la esfera. Saltando del muro para luego lanzar un golpe en la burbuja la cual reventó.
Sin embargo, desde abajo. The Wizard y Nightmare se prepararon al crear tentáculos de luz dorada y sombras, las cuales rodearon antes de que Québec rompa la burbuja.
Está explotó e incontables partes del moco salieron volando a todas partes.
O eso sería de no ser por un domo de viento causado por el aliento de Utopía, el cual mandó toda la baba a los brazos de cuchara de Nightmare y The Wizard. Logrando encapsular al villano baba y reducirlo.
Québec se deslizó tras caer al suelo como si estuviera patinando sobre hielo. Mirando a Inko aterrizar rápidamente con su hija en brazos.
Nightmare y The Wizard juntaron al resto del villano en una burbuja de Miss Bubble Gum. Mientras que Tooths bajó del edificio donde estaban Berserk e Izuku con ambos en sus brazos.
El héroe canino entonces fue ayudado por Bass X al recibir a su compañera y dejó a Izuku con Inko.
– ¡Mamá, mamá! - La mujer tenía en sus manos a su hija, quien lloraba por toda esta experiencia traumática ya que estaban solo ambos - ¡Tenía mucho miedo, perdóname!
– ya, Anko, ya - decía la heroína para calmar a su hija - todo está bien… estoy aquí… estoy aquí.
El ver a su hijo desmayado le hizo soltar lágrimas, el simple hecho de ver cómo uno de sus hijos fue usado como arma y escudo y el otro casi resultó herido.
Al recibir a Izuku, Inko abrazó a ambos chicos, como si al soltarlos fueran a desaparecer.
Miró entonces a su colega y este asintió, justo en el momento en que un camión de la policía tomaba al delincuente y lo succionaron en una cámara especial. Dónde lo condujeron para ser llevado a Tártaro. Acabando así con esta situación de pesadilla.
Y así, la situación está bajo control nuevamente. Gracias a los héroes en turno.
– ¿Realmente crees que esté bien? - Mocchi hablaba con su madre, quien traía ropas de civil y uno de sus brazos enyesado. Mirando en la habitación del hospital donde estaban Anko e Izuku.
Mocchi estaba usando su traje, uno similar al de su padre pero con la diferencia de no usar casco y traer la casaca de bombero a modo de capa con una especie de armadura gris debajo de este que consiste en peto y gargantilla con rendijas y hombreras que mantienen el uniforme como capa.
A diferencia de sus hermanos, Mocchi tenía el cabello color verde pastel y peinado Mohawk. Mirando por detrás del cristal a sus hermanos dormir tras el ataque de anoche.
– lamento mucho llamarte - dijo Inko avergonzada de la situación actual - es mi culpa el que ambos…
– mamá, por favor - Mocchi posó su mano en su hombro derecho - los protegiste, a ambos…
– por poco, diría yo - miró a sus hijos y las lágrimas salieron - juro que cuando los ví a los dos… ví a tu padre y…
No pudo terminar debido al abrazo de su hijo mayor.
– mamá, lo hiciste, cumpliste tu promesa - su madre lloró sobre su pecho.
– no puedo, Mocchi… No puedo seguir así - dijo entre el llanto - aunque se lo prometí a tu padre… simplemente no puedo… - el dolor de ver a sus hijos en grave peligro que había estado cargando era liberado ahora mismo - temo un día no volver a casa… dejarte a tí a ambos… solos… el que no vuelvan a verme nunca… temo eso cada día que salgo… cada noche que no llego a casa y cada segundo que estoy lejos de ambos...
– Está bien, mamá - Mocchi también comenzó a llorar con su madre.
– los amo… los tres son lo único que tengo y… no quiero perderlos… ni dejarlos a su suerte - Inko había tomado una decisión en aquel momento - debo estar con ustedes… aún si tengo que retirarme…
– ¿Mamá? - Mocchi se separó un poco de su madre para verla mejor y sorprenderse por sus palabras.
– lo he decidido, Mocchi… - dijo limpiando sus lágrimas - voy a retirarme…
Mochirou estaba sorprendido, pero luego pasó a ver a su madre con seriedad.
– ¿Estás segura? - el Midoriya mayor vio a su madre y notó esa mirada decidida que siempre tiene cuando se propone a hacer algo.
– mis días de gloria deben acabar, Mocchi - Inko bajó la mirada triste - Izuku y Anko me necesitan más que nunca y… no estoy segura de que ambos estén bien tras esto…al menos Izuku.
– mamá… yo -
– sé que no esperabas que fuera tan pronto… pero debo colgar el traje de héroe y ponerme el de madre… - suspiró con una sonrisa triste - mis hijos me necesitan… - luego miró a su hijo mayor - después de todo… tú eres quizás el único que siga el legado familiar…
– … - Mochirou, por primera vez, no sabía qué decir ante ello. Solo pasó a ver a sus hermanos y tras un breve silencio decir - sí… creo que sería lo mejor…
Ambos estuvieron en silencio hasta que Mocchi habló.
– ¿Y dónde se van a quedar? - le preguntó a su madre - te recuerdo que ese departamento quedó destruido.
– Bueno… - meditó un poco antes de responder: - por el momento, nos quedaremos en un hotel por ahora. Después hablaré con bienes raíces, no te preocupes…
Mochi entonces pensó un poco antes de dar un chasquido y mirar a su madre.
– ¿Qué te parece si me quedo con I-chan? - dijo sorprendiendo a su madre.
– ¿Estás seguro? - Inko sabe que su hijo tiene un departamento en la ciudad, pero… – sabes que aún sigue con el duelo y creo que el estar cerca tuyo…
– te recuerdo que tienes el brazo y tres costillas rotas - su hijo tenía un buen punto, luego se cruzó de brazos - además…
– ¿Sí? -
– An-chan podría aprender algo de independencia - sus ojos se afilaron, al igual que los de su madre.
– jooo, ya veo - al ver que planeaba su hijo mayor empezó a pensar un poco más en la situación - de hecho, creo que ha sido muy consentida…además, sus calificaciones en educación física han bajado…
– además, I-chan la mima demasiado - Mocchi admite que ama a su hermana menor. Pero esta ha abusado de ello con Izuku al grado de ser completamente dependiente de él.
Inko sabe que su hija es algo floja en casa, por no decir una inútil.
Así que ambos estaban tratando de hacer algo para remediar a la Midoriya menor. Pero la situación nunca se daba.
Sin embargo, ahora la cosa era distinta. Además…
– podría servir esto como una especie de terapia de exposición, mamá - dijo Mochirou con seguridad - si Izuku está más en contacto con los héroes quizás pueda superar su trauma.
– eso espero, Mocchi… Eso espero - dijo su madre preocupada por el actuar de su hijo mediano.
Ambos miraron a Izuku, quien dormido susurró…
– mentiroso -
Dos días después…
En medio de los callejones estrechos de la ciudad, una niña corría como si fuera a morir.
Y así era.
Su cabello largo y rizado de color blanco ondeaba por la velocidad a la que huía de algo o alguien, vistiendo una sucio y gastada prenda a modo de vestido que una vez fue blanca y ahora mismo era tan gris con manchas de sangre seca en varias partes de esta.
Sus brazos y piernas estaban envueltos en vendajes sucios y mal puestos, llenos de sangre algo fresca y sumamente gastados.
Su rostro estaba lleno de tierra y llagas abiertas con algo de sangre seca. Con rastros de lágrimas secas en sus mejillas junto a una herida en el lado derecho de su cabeza vendada de forma muy rudimentaria e inexperta, pues mostraba una gran mancha de sangre.
En sus ojos de color rojo solo se mostraba un sentimiento de miedo, tanto que no sabía si sería posible encontrar otra emoción o sentimiento.
Está niña realmente parecía haber salido del mismo infierno para nunca volver.
O eso creyó.
La pequeña de ocho años resbaló y cayó a un charco de agua sucia, tratando de levantarse inútilmente, pues las fuerzas la abandonaron a la par que unos pasos se escucharon detrás de ella. Haciendo que su rostro se torne en una muñeca de desesperación.
– ¿Por qué insistes en huir, Eri? - clamó una voz seria e insensible. Perteneciente a la persona que la perseguía -. Todos los días son lo mismo, uno tras otro…
Su voz carecía de empatía a la par que su paso lento y firme no era otra cosa más que un indicio desesperanzador para la pequeña. Quién tenía miedo de siquiera ver a su perpetrador.
– sin importar cuántas veces te lo diga, tú no eres parte de este mundo, Eri - habló aquel sujeto, que se detuvo en las sombras del callejón -. Tú eres una amenaza andante. ¿Lo sabes, cierto? - su voz era como la de un demonio que la hacía desear la muerte aquí y ahora mismo que ir con él de regreso a ese infierno que él llama hogar -. No importa cuánto lo intentes o a dónde huyas… tú solo traes dolor y muerte a todos a tu alrededor…
Impotente, la pequeña solo pudo cerrar los ojos ante aquel discurso macabro que lleva escuchando casi toda su vida… llorando con dolor de no poder responder ante ello ya que era la verdad…
No importa cuánto lo intente o cuántas veces escape… él la encontrará tarde o temprano.
Siempre lo hace…
Siempre…
Y aún así… aún así…
– por favor… alguien… quien sea… - pidió entre susurros inaudibles.
– ven a casa… Eri - aquel sujeto se acercó lentamente hasta ella, ignorando sus súplicas de auxilio. Pues sabe que nada ni nadie podría salvarla.
– ayúdenme… -
Y así, el cuervo atrapó al armiño herido en el oscuro y lúgubre bosque…
Sin esperanza alguna en ella…
¿O no?...
