"¡Rápido, corran!"


"¡Fire Breather, espera!"


"¡Inko, sácalos de aquí!"


"¡Izuku, no!"


"¡Papá!"


"¡Jejeje, muere!"


"¡Hisashi!"


"Perdón… hijo"


"¡Mentiroso!"


– ¡! - Izuku abrió los ojos y pasó a ver al frente de la calle.

Vestía unas bermudas de color marrón, zapatillas deportivas rojas y una franela de color verde con la palabra Té escrita en blanco. Usando sus audífonos de diadema con cuernos de color rojo escuchando música rock.

Miró a su derecha, dónde estaba su hermano cargando sus maletas.

Mocchi vestía una camisa negra sin mangas con la palabra dango en verde con un logo de dicho dulce en el estampado. Pantalones negros de tipo militar y botas de combate hasta la rodilla. Cargando una maleta de viaje mientras que Izuku cargaba una mochila normal.

Ambos andaban solos sobre la acera en dirección al departamento de Mochi.

Había pasado una semana desde el incidente llamado The Blob, esto por los medios. Aunque muchos querían una entrevista, su madre y Mocchi hicieron los arreglos para limitar a la prensa y los metiches.

Pese a esto, las cosas iban bien, al menos en su escuela ya que su madre consiguió una suite en uno de los mejores hoteles de Musutafu, lo que hizo que ambos, Anko e Izuku siguieran con sus clases. Aunque en la escuela hubo un par de días de chismes, todo estaba muy tranquilo.

Hasta que hace dos días su madre le pidió vivir con su hermano mayor durante un tiempo hasta que ella se recupere. Según el doctor, su madre se rompió el brazo y tres costillas en el combate contra esa masa viviente. Por lo que tendría que guardar reposo durante algunos meses.

Aunque lo que sí le sorprendió bastante fue la decisión de su retiro. Cuando les comentó sus motivos, los jóvenes de la familia Midoriya lloraron al ver que su madre los prefería a ellos sobre los deberes de ser heroína.

Izuku agradeció esto ya que su madre siempre llegaba tarde y en los últimos años no ha estado y no piensa perderse más tiempo con ellos.

Aunque su decisión fue un martirio para Anko. Pues como su madre y hermano mayor dijeron, Anko estaba demasiado consentida y ya era hora de que empiece a dejar de flojear y ser más que la niña mimada de la familia.

Fue gracioso cuando estaban por irse. Anko se lanzó sobre él y no paraba de decir: "¡Onii-chan, voy a morir! ¡No te vayas, te necesito!" Y cosas así.

Hasta que su madre la hizo soltar y darle un abrazo de despedida. Aunque ahora mismo no estaba seguro de la decisión de su mamá al pedirle vivir con Mocchi.

Aunque eso era bastante agradable.

Al ver la sonrisa en su rostro, Mocchi sonrió al ver que su hermanito estaba contento de venir con él.

– veo que estás feliz, I-chan - su voz sacó a Izuku de su tren de pensamiento. Causando que el Midoriya mediano se quite los audífonos y mire a su hermano.

– sí… bueno - se rascó la mejilla -. Hace mucho que no estamos juntos… siempre eran en tus días libres o feriados.

– Sí, el trabajo de héroe consume mucho de tu tiempo - dijo Mocchi riendo un poco - ni siquiera tengo tiempo para volver a casa… Hay veces que duermo en la oficina.

– ser héroe debe ser agotador - Izuku no estaba seguro si el trabajo al que tanta gente aspira sea tan perfecto como se escucha.

– lo es… pero lo vale - Mocchi entonces se detuvo, cosa que imitó Izuku - ser un héroe no es solo quedar bien ante una audiencia o ser una celebridad que salga en los programas del sábado. Es mantener a la gente a salvo, hacerles sentir que todo estará bien, aunque la situación parezca la peor… debemos mantener la esperanza en sus corazones…

– Mocchi… - Izuku miró los ojos de su hermano, esos que tenía…

– Sé que aún no lo aceptas… y posiblemente también tardes en admitirlo, pero - miró a su hermano y puso su mano sobre su hombro - Izuku… tu odias a los héroes…

– eso no es… - desvió la mirada, en señal de aceptación - … lo siento mucho…

– no te disculpes… si yo estuviera en tu lugar, también los odiaría - las palabras de Mocchi le hicieron abrir los ojos.

– ¿Qué estás…? -

– no intentes negarlo, Izuku - le dijo su hermano con un semblante sereno - día a día, cada vez que hablamos o cuando mamá no llegaba… tu lo odiabas ¿No?

– Yo… - su hermano entonces le dio un abrazo fuerte.

– no eres el único que lo extraña, I-chan - Izuku comenzó a llorar - yo también cargo con ese peso… yo uso su nombre de héroe para sentir que él sigue con nosotros… mamá seguía en su trabajo para protegerlos y aún así… no ha sido suficiente para superar el que él no esté - dejó caer la mochila para abrazarlo aún más - así que deja de culparte por eso… tú no lo hiciste…

– … - Izuku no sabía qué decir ante eso y solo miró al suelo.

– andando, debemos alcanzar el tren - dijo Mocchi tras soltarlo. Adelantándose mientras ignoraba el semblante oscuro de su hermano.

– no es verdad… - susurró Izuku antes de seguir a Mocchi.


Tras un par de horas, ambos llegaron al departamento de Mocchi, ubicado en el distrito de Eadu. Al sur de la ciudad.

Era una zona residencial bastante bien ubicada, cerca de la estación de Tatooine, por lo que Izuku podía seguir en la escuela.

Al entrar en uno de los condominios, Izuku descubrió que no eran muy diferentes del departamento en Utapau, solo que eran más pequeños sin perder esa exclusividad de lujo.

Tras ingresar al elevador privado y llegar al séptimo piso caminaron por un pasillo hasta el departamento y, con una llave electrónica, abrió la puerta.

– lamento que no sea como en casa, pero es muy acogedor - dijo Mocchi tras entrar antes al departamento - lamento mucho el desorden.

Al ingresar, Izuku miró alrededor.

Una sala de estar de la mitad de tamaño que en el departamento de su madre. Una televisión más grande, más consolas aunque algo sucias de polvo. Una cocina del mismo tamaño que en casa y dos habitaciones con minibar, televisor y consolas.

– bueno… realmente no hay mucha diferencia - dijo Izuku. Tomando en cuenta cuánto gana un héroe, no le sorprendió que su familia siempre fuera rica. Si a eso le suma la pensión de su padre y la de su madre ahora está retirada. No había duda que Izuku y Anko podrían no trabajar por el resto de su vida.

– ¿Tú crees? - Mocchi no estaba seguro - quería algo que me recuerde a casa y bueno, es difícil salir al mundo tras la graduación, ¿Sabes?

Izuku no niega que su familia es austera… bueno, su hermanita suele despilfarrar más que nadie. Cosa que cree por ahora no poder hacer con mamá en casa.

– ¿Sigues preocupado por An-chan? - le dijo Mocchi tras ver cómo Izuku dejaba sus cosas en la habitación vacía.

– algo… ¿Crees que mamá se entere de su estado de cuenta? - sabía que su mesada era bastante grande, pero su hermana se la acababa en menos de una hora.

– no quiero ni ver a la pobre, de seguro ahora mismo está sufriendo con las clases de cocina - Mocchi sabe que su hermana menor siempre sacaba ventaja de cualquier situación para zafarse de cualquier situación y salir avante - sin embargo, es hora de que no dependa tanto de ninguno de los dos.

– ¿Eso crees? - Izuku comenzó a desempacar.

– oh, créeme, si sigue así, pronto será una Hikkikomori o peor aún… - su rostro se tornó de miedo - puede que acabe casada con el primero idiota que vea y resulte ser un Otaku pervertido que guste de niñas…

– Mocchi, estás exagerando - dijo Izuku con una gota de sudor en su nuca - aunque admito que últimamente ha sido muy mimada… de hecho, dejé de comprarle su leche favorita y los dulces los guardé bajo llave… aunque ahora mismo deben estar destruidos - recordó cómo quedó la cocina tras el ataque del villano - es una suerte que el departamento tenga seguro de daño por villanos.

– por alguna razón, mamá sabría que esto pasaría - suspiró al recordar cómo la aseguradora le ofreció el mejor plan de su catálogo - imagínate cómo se puso cuando nació An-chan…

– lo recuerdo bien - Izuku sabía que Anko era la favorita de todos. Incluso en el preescolar y en la primaria su padre amenazó a todos los niños que querían jugar con ella.

Quizás eso influyó en su actitud altanera y prepotente.

– bueno, dime - la voz de Mocchi lo sacó de sus pensamientos - ¿Quieres cocinar algo o pedir comida? Yo invito esta noche.

Izuku pensó un poco y entonces…

– ¿Qué opinas de pedir pizza, Mocchi? - Izuku sabía que casi no ordenaba comida rápida, pero su hermana sí. Así que podía darse el lujo esta vez.

– bueno, conozco un lugar que tiene 2x1 todo el año - y así, Mocchi ordenó dos pizzas de queso con pepperoni y salchicha americana.

En lo que esperan que orden, decidieron jugar ese juego de peleas con todos los personajes de Nientiendo.

– por cierto… trabajaré en Mustafar - dijo llamando la atención de Izuku mientras realizaba un combo especial - pedí el cambio con el retiro de mamá.

– ¿Estás seguro? - Izuku lo bloqueó y comenzó un contraataque feroz - No se supone que trabajabas con Endeavor ¿Realmente está bien eso?

– sí, no hay mucha acción por allá, además, aquí parece haber más actividad - Izuku casi lo vence, pero Mocchi logró saltar a tiempo - además, legalmente tengo que estar contigo.

– no soy un niño como Anko-chan, Mocchi - Izuku tomó el orbe y lanzó el ataque especial, sacando el personaje de Mocchi del escenario.

– pero eres menor de edad, así que, técnicamente hablando, estás bajo mi supervisión - su personaje reapareció en el escenario y regresó a la pelea - además, mamá me va a presentar este lunes.

– ya veo - esta vez Izuku perdió a la par que el timbre sonó, por lo que la pizza había llegado y Mocchi fue a recibirla.

Izuku entonces recordó unos momentos de su pasado…


– ¡Es un mukosei! -

– ¡Perdedor! -

– ¡Ni siquiera tiene poderes cuando su papá es un héroe! -

Un grupo de niños de cuarto grado molestaban a un Izuku de primero. Quién sólo podía llorar sin poder defenderse.

No quería que…

– ¡Oye! - una voz llamó a su sus espaldas, mirando con horror cómo llegaba…

– ¡Es Mochirou! -

– ¡Va en sexto grado! -

– ¡Rápido, huyan! -

Los niños salieron corriendo cuando vieron a Mocchi, más joven y con una mirada de miedo.

– ¡Regresen aquí, cobardes! - Mocchi miró como huían de él con la cola entre las patas - ¡No se metan con mi hermano!

Y como todo valiente, fue a enfrentar a esos chicos.

Tiempo después, Mocchi caminaba por las calles con Izuku en su espalda. Justo cuando el sol estaba por ponerse.

– Perdón, Mocchi-nii - se disculpa Izuku - siempre te causo molestias…

– ¿De qué hablas, I-chan? - su hermano pasó a verlo - eres mi hermanito ¿No? Es normal que te defienda…

– pero… incluso mamá y papá me dijeron que… -

– no te preocupes, solo fue un reporte más - Izuku se sintió culpable cuando la maestra lo regañó por golpear a esos tres, aunque Mocchi tampoco salió ileso - además, estos golpes no son nada…

Izuku miró al suelo triste y con pesar habló.

– mamá y papá se molestarán contigo -

– no importa, I-chan - Mocchi sonreía pese a faltarle un par de dientes - recuerda que cuando estés en peligro ¡Onii-chan estará ahí!

– sonaste como All Might - dijo Izuku un tanto más animado.

– bueno, siempre estaré ahí para cuidar de tí cuando lo necesites, I-chan - dijo Mocchi con confianza.

Izuku entonces sonrió al ver a su hermano con ojos de admiración.

– ¡Así que no estés triste, I-chan! -


Izuku recordó aquel instante dónde su hermano le demostró que la familia siempre estará ahí para él.

– oye, ¿Estás bien? - Mochi miró a su hermano sonreír con tristeza.

– solo recordaba el pasado, Mochi - Izuku cerró los ojos - siempre causándote problemas…

– ¿Ja? - Mochi entonces no tardó en comprender las palabras de su hermano, causando un suspiro - no importa cuántas veces te lo diga, ¿No? - se sentó a su lado con las pizzas en el suelo y luego le acarició la cabeza - eres mi hermanito, y tengo que cuidarte, después de todo...


Izuku de pequeño se encontraba sentado con un juguete de All Might mientras que Mocchi le acariciaba la cabeza.

– ¡Onii-chan está aquí! - Mocchi sonrió con los ojos cerrados…


Izuku entonces veía a su hermano mayor actualmente, por lo que dió una sonrisa y dijo…

– gracias, Mocchi-nii… -

Mochirou se sorprendió levemente por ser llamado así, hace cinco años que él no le dice…

Sonrió y luego abrió la caja de la primera pizza.

– bueno, de ser así ¡Tomó la primera rebanada! - dijo al tomar un trozo de la pizza.

– oye, ¡No es justo! - Izuku entonces trató de quitársela pero entonces Mocchi la alzó - ¡Por eso odio que seas alto!

– ¡Jajajaja, te falta mucho por crecer, I-chan! -

– ¡Oh, vamos! -

Y así siguieron jugando mientras se podía ver un retrato en la pared, una foto con Izuku y Mocchi ese mismo día.

Izuku estaba en el regazo de Mochirou con su figura de All Might y ambos sonreían.

Sin dudas Mocchi es el mejor hermano del mundo...


Tras una semana de la mudanza de Izuku con su hermano. Las cosas parecían mejorar bastante.

Izuku parecía estar mejorando gracias a estar cerca de Mocchi. Por lo cual se podía entender que estaba superando aquel trauma, aunque sea lentamente.

En cambio, en casa, Inko recibió a Recovery Girl, quien le ayudó con sus heridas, por lo que ahora mismo podía quitarse el cabestrillo y las vendas de sus costillas.

Por lo que Anko ahora mismo estaba pasando un infierno.

Aprendiendo a cocinar, a realizar las labores domésticas y a administrar su dinero. El cual era básicamente su mesada la cual solía gastar en dulces y bebidas azucaradas.

Sin mencionar que sus calificaciones debían mejorar bastante, así que debía de hacer más ejercicio. Realizando así una rutina de entrenamiento todos los días para, según su madre, estar en mejor forma.

Esto obviamente era un suplicio para la Midoriya menor, quien lloraba lágrimas de sangre al ver que también sus días libres fueron llenados por clases suplementarias debido a que iba mal en lengua materna y matemáticas.

Inko sabía que su hija era floja y sumamente consentida. Por lo que empezó a enseñarle los valores necesarios para sobrevivir sin ser dependiente de nadie. Menos de Izuku quien prácticamente la consentía.

Tras una semana desde que Izuku las dejó, Inko vio un poco de mejora en su hija, así que decidió darle el domingo a lo cual ella lloró al verse libre, al menos por un día, de tantas labores domésticas.

Aunque Inko también quería un respiro, así que planeó reunirse con unas amigas suyas en un restaurante donde se juntaron todas para cenar y hablar un poco.

– Entonces siempre sí te retiraste - habló una mujer rubia ceniza, con una mirada afilada y una sonrisa divertida, vistiendo una blusa roja, falda negra y un saco corto y elegante, con una cartera colgando de su hombro derecho, sentada en una mesa exclusiva y con una copa de vino en su mano izquierda - sabía que un día lo harías, Ko-chan.

– ciertamente, Mitsuki tiene razón - está vez habló una mujer madura, de cabello largo blanco como la nieve con un rostro bello y sin expresión, aunque parecía sonreír. Usaba un vestido azul con un saco blanco que solo hacía resaltar su belleza, tomando una Brisa del mar - aunque admito que también lo he pensado yo.

– bueno, no es como si lo hubiera pensado antes - Inko vestía con una blusa verde pastel con una falda larga es color negro y un chaleco rojo, tomando una cerveza de vaso alto - además, creo que es mejor dejar que Mocchi sea quien siga el legado, ya no soy tan fuerte como antes.

– sabes, te tengo envidia - habló la rubia de nombre Mitsuki meneando la copa - tus hijos son bastante responsables… el mío solo sabe gritar todo el tiempo.

– ¿Por qué no me sorprende? - la peli blanca sonrió al cerrar los ojos - con eso qué siempre golpeas esos cacharros en la escuela…

– oh, cállate, Rei - Mitsuki cerró los ojos - además, quisiera que mejore su actitud pronto, de lo contrario temo que no encuentre novia.

– bueno, en mi caso, Fuyumi ya nos presentó a su novio - dio un sorbo a su cóctel - fue gracioso ver a Enji mirar con intensidad al joven…

– Aún no entiendo que fue lo que viste en él - Inko jamás comprendió el gusto de su amiga por su marido.

– me hace reír - contestó con una expresión sería - además, es muy dócil en la cama… - se tomó la mejilla con una línea de rubor.

– eso explica bastante por qué tienes cinco hijos - dijo Inko avergonzada por el rostro pervertido de su amiga - aunque no soy quién para hablar.

– Ciertamente, es increíble que de nosotras tres, te hayas graduado antes que el resto - las palabras de Mitsuki le hicieron recordar su primera vez - y que haya sido con Hisashi de Shinketsu…

– era alguien muy lindo, listo y valiente - sonrió al recordar a su esposo - atento y sobre todo… daba todo por aquellos que lo necesitaban…

– era un buen hombre - las tres chocaron sus copas - y un buen padre…

– sin dudas - las tres tomaron un trago antes de volver a hablar - aunque Anko me va a sacar canas verdes…

– es una niña, ya crecerá - Rei miró a su amiga - Fuyumi tardó bastante en superar su etapa rebelde, incluso Enji la consentía demasiado.

– mi hija es igual - Inko suspiró - y pensar que Izuku la estaba malcriando.

– bueno, no todos tienen un manual para ser padres - Mitsuki tomó la palabra - mira que yo no sabía qué hacer cuando Katsuki nació… y ahora mismo se está esforzando para entrar en la UA.

– bueno, Enji quiere que Shoto sea médico como Touya tras su retiro, pero él quiere ser un héroe y ya le conseguí la recomendación - habló Rei.

– Así que sus hijos quieren ser héroes ¿Eh? - Inko miró su jarra casi vacía - tienen suerte… Izuku no quiere serlo.

– es entendible - habló Rei con serenidad - tras aquel evento, dudo que quiera aceptar seguir el mismo oficio.

– sí, incluso se alegró muchísimo con mi retiro - miró su brazo curado - debo admitirlo, ya no soy tan joven.

– oh, vamos, no digas eso, sigues siendo bastante hermosa - dijo Mitsuki con un gesto divertido - por cierto, escuché que ahora bateas para el otro bando… - ambas mujeres vieron como Inko desvió la mirada, señal de que es verdad.

– ¿Entonces es cierto? - Rei se unió al ver el chisme.

Mujeres.

– No es nada seguro - tomó su cerveza hasta terminarla - solo es una amiga del trabajo y no es nada serio. Además, ¿Qué debería decirle a mis hijos? ¿Que su madre se volvió lesbiana? Admito que Mocchi podría aceptarlo, pero Izuku y Anko me preocupan - no sabía si estaba segura de presentar a su familia a su "novia".

– Cierto, pero son otros tiempos - Rei miró a su amiga - Natsuo nos presentó a un amigo suyo y luego nos dijo que era su novio. Aunque discutió con Enji, al final lo aceptó… creo...

– seguro que lo aceptarán - Mitsuki estaba segura de ello - aunque espero que mi hijo no sea así… quiero ser abuela y tener nietos

– hablas como una anciana - se burló Rei - aunque espero conocerla pronto.

– yo también, aunque conociendo a tus hijos, lo aceptarán, ya sea tarde o temprano - Mitsuki entonces vio que las tres se terminaron sus bebidas y ordenaron más.

– eso quisiera - Inko recuerda que su segundo hijo aún no supera su trauma - esperaré un tiempo para decirles… quizás y su estadía con Mocchi le sirva de algo.

– bueno, en nuestra compañía no ha habido mucho movimiento así que no le veo inconvenientes en su traslado - a Rei no le sorprendió el hecho de que el hijo mayor de su amiga se fuera cerca de ellos, más cuando pasó el accidente hace dos semanas - aunque me sorprendió ese último evento…

– Sí, Anko no pudo dormir bien en dos días - dijo Inko preocupada - teme que ese moco vuelva en las noches. Aunque parece superarlo poco a poco - dijo con serenidad y una sonrisa - me retiré a buen tiempo… ya no quiero pasar más tiempo lejos de ella.

– un tiempo de calidad madre e hija ¿No? - Mitsuki vio la sonrisa de tranquilidad en su rostro - desearía eso… debe ser lindo tener una hija.

– no lo es - Mitsuki se sorprendió por la sincronización de ambas mujeres.

La voz de la experiencia habla por sí sola.

– bueno, veré si mi querido lo desea también - Mitsuki pareció estar planeando algo, o eso dice su mirada - quizás y Katsuki necesite una hermanita.

– Yo sugiero que tenga una novia - dijo Inko, sorprendiendo a ambas mujeres - no sé si lo comenté, pero deseo que Mocchi eche raíces pronto..

– ¿No me digas que ya hablaste con una casamentera? - Rei se llevó la mano a la boca ¿Por qué no pensó eso para Touya? bueno, no es que tampoco se queje de su nuera y de su nieto…

– no, solo le presentaré a alguien del trabajo, es una chica nueva y creo que podría haber algo entre ellos - Inko rápidamente sonrió con maldad - él no será como Hisashi y se casará antes de los 25…

– vaya, realmente eres de temer en ciertas cosas - Mitsuki entonces se le ocurrió una idea bastante absurda - ¡Ya sé! ¿Qué tal si tu hija se casa con mi hijo?

– rechazado - Inko rápidamente negó la petición.

– oh, vamos, sé que es algo temperamental pero es bueno en el fondo. Incluso la otra vez me gritó por no permitir que adopte un perrito de la calle - la rubia dio un sorbo a su copa.

– en ese caso, quizás a Shoto le interese - eso sorprendió a ambas mujeres - no me miren así, yo también deseo asegurar el legado de nuestra familia.

– ¿Lo dices por eso o por temor a que tu hijo nunca tenga novia? - Mitsuki la miró como si fuera un reto.

– ambos en realidad - Rei tomó de su cóctel - ya que tú lo pensaste primero ¿Cierto?

– ¿Dices que estoy desesperada? -

– ¿Y no es así? -

– tú… -

Ambas mujeres se vieron a los ojos, como si un relámpago se viera entre ellas.

– saben, mi hija no es otro de sus trofeos - Inko suspiró al ver esto - no es una competencia. Además, Anko es sumamente floja y vaga - eso llamó la atención de las dos mujeres mientras que ella sonreía - Incluso si alguno de sus hijos queda como su novio, dudo que duren más de una semana.

– ¿Dices que es muy dependiente? - preguntaron ambas.

– ni siquiera puede hacer su tarea sola - recuerda cuando vio que estaba perdiendo el tiempo en el teléfono en lugar de estudiar. Dicho aparato fue confiscado hasta nuevo aviso - y es muy floja y haragana, no tiene reparo en dormir todo el día, es mala en la cocina y una inútil en lo que respecta al aseo, gasta todo su dinero en basura otaku. Y ni siquiera han leído su diario y sus fantasías con…

– ok, entendemos ¡Entendemos! - Mitsuki detuvo a su amiga al ver cómo habla de su hija como si fuera un caso perdido.

– ¡Temo que ella no encuentre novio y se vuelva una Hikkikomori o peor… ! - Rei se sorprendió al ver cómo su amiga se golpeó contra la mesa - ¡Que ella se case con un vago que la maltrate y la obligue a vender su cuerpo por una miseria para subsistir!

– ¡Tranquilízate, Inko! - Rei trató de calmar a su amiga. Sabe que está igual o más desesperada que ella cuando tuvo a Fuyumi.

Tras unos momentos de vergüenza, las tres se tranquilizaron y ahora estaban un poco avergonzadas por el actuar de hace unos minutos.

En ese momento de incomodidad, Rei carraspeó antes de continuar hablando.

– dejando eso de lado. Inko ¿Ya conseguiste otro departamento o es el mismo? - preguntó para cambiar el tema.

– logré encontrar otro en el edificio Endor - dijo llamando la atención de las dos mujeres - me voy a mudar este jueves, además, pude cobrar el seguro del departamento y conseguir uno más grande.

– a veces las odio a ambas - Mitsuki sabía que sus amigas eran ricas, pero no tanto.

– Yo prefiero un estilo más clásico - mientras que Inko y su familia vivían en la zona rica, la familia Todoroki vivía en la zona clásica, dónde tenían una mansión clásica estilo Edo - aunque estamos pensando en mudarnos a una zona más grande.

– ustedes dos… - Mitsuki, pese a haber estudiado en la UA en el curso de apoyo y graduarse como una de las mejores de su generación, trabajaba en una compañía de tecnología. Sin embargo, sus ingresos no eran tan grandes como los de sus dos amigas.

Ella y su familia vivían en la zona residencial al este. Nada lujoso pero sí bastante grande.

– bueno, ¡Vinimos a beber ¿No?! - Mitsuki gritó - ¡Vamos, dejen la charla de dinero!

No iba a admitir que su esposo ganaba más que ella. Antes muerta.

Sus amigas se vieron y, sonriendo, pidieron otra ronda. Esta noche era solo de chicas.

– por cierto, ¿Ya han tenido relaciones? - preguntó Rei curiosa.

– no voy a hablar de eso - Inko cortó el tema - de hecho, es muy buena…

Y así siguieron las tres hablando toda la noche.


Ha sido una semana muy pesada, sin embargo, Izuku se había acostumbrado ya a vivir con su hermano.

Tenía una rutina donde ambos se iban a ejercitar temprano y luego ir cada quien a la escuela y al trabajo. Por lo que en la tarde Izuku hacía su tarea hasta que Mocchi regresaba. Ambos preparaban la cena y el desayuno.

Aunque, a Izuku los días le parecían más largos debido a estar junto a su hermano mayor constantemente.

No tiene nada en contra de él, ni de su madre. Pero el hecho de ver a su hermano trabajar le hace sentir una buena especie de hueco en el estómago, como si le dieran un golpe.

Sabe que esto es para curar su estado… y aún así… aún así…

– ¿Estás bien, I-chan? - Mocchi miró a su hermano con duda al ver su rostro de tristeza.

Izuku apenas había tocado la cena. Se mostraba pensativo y sumamente disgustado. Cosa que antes no pasaba del todo.

– si te sientes mal puedes descansar - su hermano le dijo, aunque a Izuku eso no le ayudaría.

– no, estoy bien, gracias - Izuku picó la comida con los palillos, cosa que Mocchi reconoció.

– veo que hoy no tienes mucho apetito - Mocchi terminó su comida sólo para recibir un mensaje en su teléfono -. Oh, vaya. Tengo trabajo qué hacer ahora mismo.

– ¿Eh? - Izuku vio cómo recogía los platos rápidamente - ¿Vas a la oficina, a esta hora?

– ya sabes lo que dicen, el mal nunca descansa - tomó su abrigo y las llaves - si quieres comer algo tengo dulces debajo del horno. Y hay comida en el refrigerador.

– ah… gracias - Izuku no sonaba animado como solía estarlo. Y eso Mocchi lo notó.

– bueno, me voy - salió corriendo del departamento. Era un asunto importante.

– ve con cuidado - Izuku lo vio irse y simplemente se quedó solo.

Pasó un tiempo y la noche ya había envuelto a la ciudad con su manto y la luna no era más que una cuchilla afilada entre las estrellas que brillaban como diamantes.

Izuku se encontraba recostado sobre la cama, mirando al techo. Eran las ocho y aún así no podía conciliar el sueño.

Cada vez que lo intentaba, algo le impedía dormir. Y al no saber qué hacer, decidió salir de su habitación para ir a la de Mocchi en busca de alguna pastilla que le intente ayudar a dormir.

Sabe que su hermano suele desvelar durante días y no logra dormir. Su madre solía tener el mismo problema con su trabajo en la agencia. Así que normalmente guardaban unas píldoras para dormir.

Izuku nunca se los decía pero cada semana al menos tomaba una de estas para dormir bien y sin problemas. Por lo que comenzó a buscar entre los cajones y muebles en busca de algo que le ayude a dormir.

Tras unos minutos no logró obtener nada.

no importa cuánto busque, no hay - dijo en su mente - supongo que al final mamá se dio cuenta y le advirtió a Mocchi.

Su madre de seguro notó que faltaban píldoras en el frasco y al ser Anko la única que no tenía problemas para dormir, quizás fue él el único culpable.

Pateó entonces la base de la cama y al hacerlo escuchó el ruido de dos bastones de madera golpearse. Solo para ver un par de espadas de madera sobresalir debajo de la cama.

– esas son… - Izuku creyó que esas boken las habían tirado. Pero… - Mocchi…

Su hermano las tenía ahí. Ambas.

Las espadas de entrenamiento de su padre.

Las contempló en el suelo un momento, pero entonces salió del cuarto y cerró la puerta. Aunque luego regresó y tomó ambas armas.

Izuku estaba arrodillado mirando ambas espadas. No eran más que simples trozos de madera. Pero Izuku sabía que eran realmente estás cosas.

– Mocchi los conservó - pensó el peliverde - aún tras tanto…

"Mira bien, I-chan. Este es un arte de tus abuelos"

Recordó la voz de su padre, apretando estas cosas.

Sin dudarlo y con un gesto de desesperación tomó estas cosas y salió del departamento con la llave electrónica. Vistiendo una camisa sin mangas con unas bermudas, ambas prendas de color negro con sus clásicas botas rojas.

Fue al elevador pero en lugar de bajar, subió a la parte más alta del edificio de veinte plantas.

Subió más escaleras y ahí salió a la azotea y ahí sintió el viento de la noche. La ciudad brillando con las luces a todo color, mostrando una bella imagen.

Aunque esto a Izuku no le complace. Quizás por estar demasiado distraído últimamente, o quizás sean las hormonas a su edad. Una fase rebelde o cualquier excusa que tratase de inventar para estar aquí a esta hora.

Miró a todos lados en busca de alguien, confirmando que estaba solo en este lugar. Así que fue hasta el centro de la azotea, donde se arrodilló para colocar ambas armas en el suelo a buena distancia en paralelo. Con él en medio de estas con metro y medio de separación, dejando un rango de tres metros entre una espada y la otra.

Se colocó en medio de estas sin importar el frío viento que mecía sus prendas.

Izuku entonces cerró los ojos recordando aquellos movimientos que había visto realizar a su hermano y a su padre.

Separó sus pies a la altura de los hombros y levantó sus brazos lentamente hasta cruzarlos en frente de su rostro. Controlando su respiración.

"Solo deja fluir todo y no pienses en nada"

Bajó sus brazos lentamente hasta cerrar sus puños y colocarlos cerca de su cadera.

"Una vez la controles, no dudes en que tu cuerpo fluya. Pues tu poder es como el agua, déjalo fluir"

Izuku entonces abrió los ojos y con una mirada seria dio un paso al frente con el pie derecho seguido de un golpe con su mano izquierda, dando otro paso al frente para dar otro golpe pero con la derecha.

Regresó a la pose original solo para darse vuelta y alzar la pierna izquierda junto con ambos brazos con las palmas hacia arriba, dando un salto al frente para luego cambiar de pierna y dar una patada con la derecha. Girando sobre sí mismo para lanzar una patada de barrido con la misma pierna.

"No te limites y sigue tu corazón, como si fueras un ave volando"

Se levantó rápidamente para lanzar dos golpes, izquierda y derecha dos veces para después realizar otra barrida pero con la pierna izquierda. Logrando así apoyarse sobre el suelo con ambas manos.

"Tus manos no son las que guían, son tus pies"

Apoyándose sobre ambas manos y aprovechando el torque, Izuku alzó ambas piernas para usarlas en círculo, logrando así girar igual que un bailarín de break dance. Tras dos vueltas se apoyó sobre su mano izquierda para cambiar de posición y seguir balanceando sus piernas al aire. Apoyándose sobre sus manos para intercalar el apoyo con el giro, logrando mantener el ritmo.

"Nunca pierdas la concentración. Siempre ten la mente en blanco"

De un movimiento se apoyó sobre su pierna derecha para después girar sobre esta y lanzar dos golpes con ambos puños. Seguido de un giro y una patada con la izquierda y después realizar un giro invertido para patear con la derecha.

Dio un salto hacia atrás, logrando aterrizar sobre sus pies en cuclillas para luego apoyarse nuevamente sobre su mano derecha, lanzando una patada doble.

Se impulsó con su mano para dar un giro en el aire y una patada de guillotina invertida con el talón. Logrando así aterrizar de pie para ponerse nuevamente de cuclillas hasta rodar y lanzar un golpe doble con los puños al aire.

"Nunca pierdas el equilibrio, siempre se firme, constante, balanceado"

Se levantó rápidamente para después dar un salto hacia la derecha, inclinarse y tomar la espada de madera del suelo. Saltando nuevamente dos veces girando en el aire hasta tomar el segundo arma.

Se levantó rápidamente para después, con ambas armas, lanzar una serie de cortes los cuales rápidamente iban y venían, hasta que Izuku se encorvó hacia atrás, mostrando una flexibilidad increíble para luego posar sus manos y alzar sus piernas dando dos patadas giratorias gracias al juego de manos. Logrando impulsarse para quedar de pie nuevamente dando cortes giratorios mientras giraba y después lanzó una estocada frontal doble para finalizar con un tajo en X.

"Si logras concentrarte… podrás llegar a entender el verdadero límite de tu poder"

Papá… - Izuku cerró los ojos. Él, pese a la rutina que acaba de realizar, no se sentía cansado.

Abrió sus ojos, miró a su alrededor y notó que el cielo comenzó a nublarse.

– va a llover… - dijo para luego tomar las espadas de madera con una mano e irse de la azotea.

Sin notar que alguien más lo observó todo…


Mocchi se encontraba en una reunión con la agencia. Mientras Izuku se quedó en casa.

temo que empiece a usar drogas - pensó el peliverde, suspirando por la situación actual de su hermano - mamá me contó sobre las píldoras para dormir, así que me deshice de ellas. Y aún así no me siento seguro…

Mochirou no era un estúpido. Sabe que su hermano está inestable y trata de aparentar que no ha pasado nada. Quizás no debió abandonarlo… quizás eso agrande el problema o…

no, no es momento para pensar en eso - se dijo a sí mismo - si llegase a eso, no me lo perdonaría…

El hijo de una familia de héroes tomando drogas… es lo último que quiere en los diarios e internet.

quisiera llamar y saber cómo se siente… pero - apretó los puños - esto es más importante.

Actualmente estaban siguiendo un caso bastante peculiar…

– durante los últimos dos meses, un grupo de delincuentes han estado distribuyendo una droga capaz de aumentar las habilidades de quién la consulta durante cinco minutos - explicaba Utopía.

– creemos que la droga es de procedencia europea y no de china como se pensaba - Bass X pasó unos documentos a los miembros en la sala - descubrimos su composición la cual es mucho más refinada y potente así como de mejor calidad.

– ¿Qué tanto sabemos? - preguntó The Wizard - por lo que entendemos, están tratando de hacerla pasar como una droga del mercado asiático debido a su duración.

– tal vez solo sea para no levantar sospechas y dominar el poco mercado en el país - habló Miss Bubble Gum - o puede ser que sólo intentan atraer a los pocos peces gordos del bajo mundo.

– no sabemos con seguridad cómo operan, ni tampoco si son parte de algún cartel internacional o solo son mediadores entre los criminales o algo más - las palabras de Québec llamaron la atención del resto.

– ¿Cómo estás tan seguro de eso? - preguntó Nightmare.

– Trabajé con la policía en un caso similar con un cartel brasileño que distribuían una droga de baja calidad - sus palabras hicieron que todos murmuran entre ellos - sin embargo, dudo que este sea el caso.

– ¿Qué te hace pensar eso? - Mocchi habló esta vez - no sé cómo funcionan esos carteles. Así que sería mejor si explicas acerca del tema.

– bueno, la red de distribución es bastante compleja pero no muy grande - dijo - normalmente traen las drogas por contrabando en barcos de carga o con ayuda de empresas fantasma para luego conseguir un mediador entre los grupos criminales del país quienes se encargan de distribuir el cargamento. Normalmente pasan por cinco o seis vendedores, terminando en las manos de delincuentes o menores de edad. Algunos llegan a venderlas como drogas de determinado país debido a que la droga es casi la misma fórmula, pero sus efectos, duración y calidad son completamente distintas. Un ejemplo de ello es la droga de Sudamérica la cual llega a durar dos horas y la de china que es de un minuto su efecto.

– entiendo. Pero eso no explica tu postura - dijo el peliverde, a lo que Québec respondió:

– normalmente así es como operan. Sin embargo, este no creo que sea el caso - dijo mirando a Utopía - Cada que una droga nueva llega al mercado, tarda años en ganar clientes debido al nivel de seguridad del país. Japón tiene un 13% en índices delictivos, a diferencia de países como Albania o México cuyo nivel es de 67%. Por lo que la distribución de drogas puede llegar a ser un problema, incluso entre los compradores y revendedores los cuales actúan con mucha cautela. Por lo que se estima un lapso de uno o dos años para que la droga sea lo suficientemente popular en el país para ser distribuida como si fueran dulces en Halloween.

– pero esta droga llegó al mercado en menos de dos meses y hemos sido los primeros en reportarla - dijo Tooths llamando la atención de todos - según los reportes que recibí de mi contacto con la policía, hubo un caso de peleas de pandillas las cuales usaron una droga capaz de mejorar sus poderes durante cinco minutos exactos - eso sorprendió a algunos - el altercado ocurrió en una zona abandonada, por lo que no pasó a mayores y no hubo víctimas inocentes involucradas. Tras la redada contra estos criminales y una vez que el efecto terminó, se logró recolectar tres maletines con esta droga. Descubriendo que era una composición extraña.

Sacó algo entonces y lo puso en la mesa. Era una cápsula cilíndrica la cual contenía solo una píldora que brillaba de color amarillo.

– está es una muestra de lo que había en los maletines - Tooths la pasó a todos en el salón para que la observen mejor - los delincuentes la llamaron POWER. Aún se investiga de dónde la obtuvieron.

– Aún no hay una línea clara de distribución, pero esperamos que podamos averiguar pronto quien es el responsable de esto - Bass X miró a Mochi - aparentemente, esta droga es europea debido al nivel de complejidad en su fórmula. No es lo que un traficante común haría.

– eso es seguro - Nightmare miró la muestra - no parece algo que un cartel común fabrique, y menos que se distribuya como si fueran dulces en un festival.

– es por eso que creo que no estamos tratando de encontrar a un cartel o un grupo de delincuentes - Québec miró al resto - solo piensen, una nueva droga con una composición nueva es distribuida debajo de nuestras narices mientras hablamos y no creo que alguien haga una sustancia tan compleja para venderla de manera común.

– Al menos no con ese nivel de producción y calidad. Esto más bien parece algo que se vendería en algún país en plena guerra - comentó Utopía - bien, el plan será monitorear la zona roja ya que era parte del territorio de las dos pandillas. Si alguien encuentra algo sospechoso, solo investiguen y no ataquen, posiblemente sea una trampa o peor.

– en eso estamos de acuerdo todos - The Wizard miró a Mochirou - además, contamos con alguien entre los mejores treinta del país. Estaremos bien.

– daré lo mejor de mí para no manchar el legado de mis padres en esta empresa - Mocchi se inclinó levemente.

– nos diremos en parejas - esta vez habló Berserk - contaremos con alguien más para completar el recorrido.

– solo debemos monitorear. Evitar un enfrentamiento directo a toda costa y reportar cualquier indicio de lo que buscamos - Nightmare confirmó eso.

– bien, eso sería todo por ahora - Utopía dió por terminada la reunión.

Mientras Mochi se retiraba, suspiró.

quiero evitar el tema de las drogas y me veo envuelto en esto - sin dudas su vida no era muy justa actualmente.


Los días pasaban y el viernes por la tarde Izuku se encontraba en un café con su hermana y madre.

– ¡Finalmente! - celebró Anko, vestida con una blusa verde y overol a cuadros blanco y verde - ¡Un día donde no tengo que cocinar!

– Solo es por hoy, Anko - reclamó su madre - lamento que su hermano no esté presente, está atendiendo un caso ahora mismo.

– lo sé, me comentó algo de eso - Izuku entonces decidió revisar el menú.

Inko vestía un pantalón negro con tacones altos, una blusa verde pastel con rayas negras verticales y un par de aretes de anillo.

Izuku por su parte usaba una camisa gris con mangas largas de color negro. Pantalones del mismo color y sus zapatillas rojas.

Inko miró como su hijo estaba algo distraído con el menú. Mientras Anko cantaba algo sobre carne asada.

La familia se encontraba en un restaurante algo caro. Pero con un ambiente familiar donde decidieron reunirse debido a que no habían salido los tres en mucho tiempo.

Aunque los planes de Inko eran más el observar cómo estaba su hijo al estar en constante contacto con el Oficio de la familia. No es ciega al saber que Izuku no estaba bien mentalmente y eso lo sabe ya que Mochi le reporta cada noche.

Aunque sabía que robaba sus pastillas para dormir, temía que él consumiera alguna otra cosa.

Se retiró para estar con su familia antes de que esta se quiebre. Y sabe que hizo bien al ver cómo Izuku estaba tomando un camino que ella jamás se hubiera perdonado.

Debía corregirlo cuánto antes.

– Izuku - llamó a su hijo - dime, ¿No has tenido problemas con Mocchi?

– No, ninguno - respondió rápidamente para volver al menú - aunque una vez me perdí pero de ahí en fuera, nada relevante.

– ya veo… ¿Y qué tal la escuela? - Inko también tomó un menú para saber que ordenar - ¿Imagino que tus amigos te molestan por lo de hace un mes?

Anko abrió los ojos al ver cómo su madre tocaba "ese tema".

– este… mamá - trató de decirle a su madre algo pero su hermano mayor habló primero.

– no tengo amigos - habló sin dejar de mirar al menú. Sorprendiendo un poco a su madre.

– ¿Es así? - preguntó Inko ocultando su sorpresa muy bien - ¿Y qué hay de Katsuki-kun? Según sé, eran inseparables en preescolar y…

– no le hablo, de hecho, trató de ignorarlo, es muy ruidoso y arrogante - expresó como si nada.

– oh… ya veo - Inko entonces sonreía, tratando de ocultar su preocupación por Izuku - es peor de lo que creía… pensaba que tendría al menos un par de amigos. Pero veo que no es así, supongo que preguntar sobre alguna relación con alguien está fuera de discusión.

Sabe que su hijo es muy reservado… bueno, se volvió así tras aquel día. Pero no sabía que era un lobo solitario, incluso pensó que era igual de popular que Anko. Sobre todo sabiendo que tipo de poder tiene y…

– ¿Ya saben que escoger? - preguntó a sus hijos - por el momento trataré de no tocar el tema. Pero no podré evitarlo por siempre.

Así, los tres se dispusieron a cenar, ordenando así carne asada para Anko, un bistec rebozado con ensalada para Inko y una pizza individual de salchicha, pepperoni y tocino para Izuku.

Hablaron un rato sobre temas triviales, cómo Anko había mejorado en la cocina y los quehaceres domésticos. Cómo Izuku estaba mejorando sus calificaciones y como Inko se sentía más cerca de su familia en ese momento.

Por lo que, quizás y debía superar aquel evento y hablar con sus hijos sobre el tema que tocó con Mitsuki y Rei hace un par de semanas.

No será nada fácil y menos con la situación actual de Izuku, pero sabe que debe hablar con ellos sobre esto. Tarde o temprano, lo tendrían que hablar.

Terminaron de comer y ahora disfrutaban de un café cada uno. Así que Inko entonces decidió tomar al toro por los cuernos.

– niños… saben, he querido hablar con ustedes dos - habló Inko llamando a ambos, tomando un semblante sereno y tranquilo - sobre un tema importante… muy importante para mí.

– ¿Qué es madre? - preguntó Anko antes de sonreír con gracia - ¿Acaso nos vas a hablar sobre tu novio?

– Anko-chan, no bromees con eso - dijo Izuku seriamente - no creo que ella vaya a…

– es precisamente de eso que quiero hablar con ambos - Izuku entonces miró a su madre con sorpresa y horror, mientras que Anko solo tenía la boca abierta al oír eso de su madre.

Inko suspiró, aunque no le sorprendió su reacción, sabía que este era solo el primer acto.

– verán, niños… - cerró los ojos y entrelaza sus dedos mientras trataba de buscar las palabras correctas - saben que su padre ya no está aquí, con nosotros… y se que…

– para... - Izuku le interrumpió. Sorprendiendo a su madre y hermana con un gesto furioso. Uno que ninguna de las dos había visto nunca - lo que sea que tengas que decir… no lo digas…

– Izuku… -

– Onii-chan… -

Inko quiso hacerle caso a su hijo, quien estaba en una etapa bastante inestable.

Sin embargo, debe aprender a qué no puede estar en ese estado todo el tiempo y debe superarlo.

Después de todo, ella lo hizo… entonces…

– lo siento mucho, Izuku… pero esto es algo que tú hermana y tú deben… - Izuku entonces golpeó la mesa con la palma derecha, en señal de que su madre se detenga - ambos me van a escuchar…

– mamá… - Anko entonces notó que muchas personas del restaurante empezaron a mirarlos.

– Izuku… se que tu ahora mismo estás deseoso de salir corriendo y no hablarme en un buen tiempo - Inko entonces endureció su mirada y vio directamente a los ojos de su hijo - pero te recuerdo que soy tu madre y así que vas a callarte y a escucharme… te guste o no…

Izuku entonces mantuvo su mirada hasta que no pudo y la desvió hacia la mesa.

Le hizo caso a su madre, más por ver la mirada de preocupación en Anko que por otra cosa.

– sé cómo te sientes ahora mismo… hijo - habló Inko con seriedad - pero es hora de que superes eso… ya no eres un niño…

Izuku entonces apretó los puños hasta que sus nudillos se tornaron de color blanco.

– entiendo que aún te culpes por ello, pero debes entender que la situación era impredecible en ese momento… y quieras o no… también tengo parte de la culpa - Inko entonces suavizó su mirada, tornándose en una triste y melancólica - aún no olvidó a su padre y sé que ustedes tampoco. No hay día en que no piense en él y tampoco hay noche en que no desee estar en su lugar, aún sabiendo que no los vería a ustedes de nuevo.… pero no quiero que eso los ate de por vida - suspiró con pesadez - no como a mí… fue tanto el remordimiento y la tristeza, que estuve a punto de cometer una estupidez.

– mamá… - Anko no sabía qué decir. Pero Izuku sabía a qué se refería.

– traté de suicidarme, Anko - sus palabras hicieron que la menor de la familia se tape la boca de la impresión - quise hacerlo una y otra vez… pero, lo único que me impedía eso eran ustedes dos… - Izuku entonces entrecerró los ojos - no quería que estuvieran solos… o que Mocchi cargue con ustedes él solo - Inko rápidamente se recompuso de un ataque de tristeza - día tras día, la idea de morir al no tener a Hisashi a mi lado… con nosotros, pasaba a sonar como una muy tentadora ya que lo amaba demasiado... - Inko no soportó mucho antes de sucumbir ante las lágrimas en su corazón - Estuve así por tres años en los que ustedes tres me dieron la fuerza necesaria para vivir… pero - apretó sus manos.

– mamá… - Anko comenzó a llorar al saber que pasó por tanto…

Pero a Izuku, cada palabra le daba más y más rabia. Llegando a desear salir de aquí corriendo y no mirar atrás.

Pero Inko no se daba cuenta de esto y siguió hablando.

– fue entonces, hace dos años que… - tragó saliva tras limpiar sus lágrimas - ella llegó a mi vida…

– ¿Ella? - Anko entonces abrió los ojos impactada por esa palabra… - mamá, tú…

– no sabía qué era lo que había hecho ella - sonrió levemente al recordarla - pero con cada día que pasaba, algo empezaba a crecer entre nosotras. Y un día… simplemente pasó…

– Pero… tú - la Midoriya menor no sabía qué hacer ahora mismo. Izuku solo ocultó sus ojos con la sombra de su fleco.

– al principio no era nada serio… creí que era solo una etapa… pero ella - Inko notó que su hijo se había relajado. Aunque sabía si eso era bueno, así que continuó - ella me hizo sentir lo mismo que su padre y… al final lo acepté… - miró a sus hijos antes de suspirar - Izuku, Anko… Estoy saliendo con Katase.

Ninguno de los dos sabía qué decir ante eso. Anko solo estaba sorprendida, algo asustada. Pero sobre todo… desconcertada.

Izuku… era otro asunto.

– ¿Es todo? - preguntó con un tono que no le gustó a Inko - ¿Ese es el gran tema que tenías que tratar? ¿Decirnos que te volviste una lesbiana? - Izuku sintió algo romperse dentro suyo… algo en su interior se quebró.

– ¡Onii-chan! - Anko trató de decir algo, pero la mirada furiosa de Izuku le detuvo.

– ¡Bien! ¡No es genial! - exclamó con dramatismo y sarcasmo - ¡La grande y poderosa Magnetic, que dejó a su familia por su oficio de heroína a tiempo completo revela ser una pervertida de closet!

– ¡Izuku! - su madre alzó la voz para luego hablar con un tono peligroso - no me hagas hacer una escena, así que abstente de…

– ¿De qué? ¿De decir la verdad? ¿Qué harás entonces? ¿Abandonarnos otra vez? - sus palabras hicieron que Inko abra los ojos - adelante, vete… vete como lo hiciste cuando Anko tenía problemas de depresión en la escuela, cuando Mocchi reprobó un semestre por cuidarnos y de cómo yo tuve que mantener la casa mientras tú te ibas como si nada.

– no te atrevas a hablarme así, Izuku - Inko se levantó de la mesa con un gesto de seriedad pura - no tienes idea de lo duro que fue para mí el dejarlos a ustedes…

– ah, claro… - Izuku no pudo soportar más. Toda la presión que tenía lo hizo estallar - ¿Y crees que para mí lo fue? ¡¿Qué yo estaba en un lecho de rosas?! ¡Tuve que criar a Anko por cinco años mientras tú jugabas al superhéroe junto a Mocchi! ¡¿Dónde estuviste entonces cuando ella lloraba por las noches?! ¡¿O cuando fue su recital en el conservatorio?! ¡¿La vez que casi la atropellan?!

– ¡Hermano, ya basta! - Anko estaba al borde de las lágrimas.

– ¡¿No lo ves Anko?! ¡No somos más que un lastre para ella! - miró a su hermana menor, quien no sabía que hacer - ¡Un estorbo que le impide ser la heroína de siempre! ¡Cómo si eso fuera más importante que sus propios hijos!

– ¡Estaba salvando vidas! - respondió su madre con el mismo tono de voz - ¡Mi trabajo y mi sueño era ser una heroína y siempre lo ha sido desde que tengo memoria! ¡Así que no tienes derecho a juzgarme por hacer lo correcto! ¡Hice lo mejor que pude por esta familia y lo seguiré haciendo!

– ¡Claro, solo se necesitó de que un villano secuestre a tú única hija y destruya tu hogar para que sepas que estamos ahí y no sólo ser otra victoria para tu registro! ¡Igual que con papá, solo somos desechables para tí! - Izuku entonces miró a su madre con odio - si así son las cosas, por mí puedes irte y revolcarte con esa…


SLAP


– … - Anko solo pudo observar como su madre le dio una bofetada a su hermano en la mejilla izquierda.

Ambos quedaron en silencio durante unos segundos, uno pesado y tenso.

– podré tolerar todo lo que quieras decir de mí - dijo Inko apretando los dientes y tratando de contener sus lágrimas - pero no permitiré que insultes a tu padre… no en mi presencia…

Izuku, solo pudo ver a su madre con una mirada de ira y…

– te odio… - dijo con un tono despreciable - odio a todos los héroes… ¡Por mí pueden irse al demonio todos! - Izuku salió corriendo del restaurante sin mirar atrás.

– Onii… - Anko quiso salir corriendo para alcanzarlo, pero entonces escuchó como su madre se sentaba en la silla llorando desconsolada tras aquella pelea - ¡Mamá!

Era la primera vez que golpeaba a alguno de sus hijos.

Le dolía, le destrozaba.

No el hecho de que su hijo le había insultado… sino que tenía razón.

Había abandonado a su familia… lo había hecho y sin saberlo ella misma.

Pero lo que más le dolía en el fondo… es el no poder ir tras su propio hijo…

– soy de lo peor… - se dijo en un susurro. Mientras se cubría el rostro.

Anko no pudo hacer nada más que llorar y abrazar a su madre. Quien siempre se mostraba como una mujer fuerte, ahora mismo era solo una madre destrozada.

Pues puede ser que haya perdido la confianza de su hijo…


En otra parte de la ciudad, una niña se encontraba recargada sobre el muro de un callejón, llena de cortes en sus brazos y piernas las cuales, a pesar de llevar vendados, estaban más que teñidos en sangre.

En su cabeza, la herida que tenía fue reemplazada por un pequeño cuerno el cual había desgarrado el vendaje de la zona.

Sin embargo, mostraba señales de heridas y golpes en todo su cuerpo, como si hubiera sido torturada de formas atroces y abominables.

Y así era.

Miró al fondo del callejón, estaba cerca… tan cerca de la calle.

Y aún así tan lejos de la libertad que tanto ansiaba.

Pero…

– no lo hagas más difícil, Eri - se tensó al oír su voz detrás suyo nuevamente - ¿Hasta cuándo entenderás que tú egoísmo solo traerá muerte a quienes te rodeen?

Trató de resistirse, trató de seguir avanzando.

Pero…

– no importa cuánto o quienes te ayuden, todos terminan igual - dijo aquel hombre que la había llevado al infierno y la mantendría ahí hasta que su plan se complete - supongo que te habías encariñado bastante con Komi-chan ¿Cierto?

En ese momento, Eri cayó al suelo, sintiendo como el frío la llenaba y el calor se despedía de ella.

La sangre que había perdido en su huida ahora mismo sería la misma que la lleve de regreso con ese monstruo. Quién se acercó hasta ella lentamente, hasta quedar justo detrás suyo y arrodillarse.

– Komi-chan me comentó que te había ayudado a escapar, que ella te había dado una mano - sacó algo de entre sus ropas - aunque es curioso, ¿Sabés? - entonces le mostró lo que había sacado a la niña antes de que esta se desmaye y abra los ojos con terror al ver… – supongo que olvidó darte una de verdad al ayudarte…

Era una mano que pertenecía claramente a una mujer, la cual parecía haber sido cortada sin problemas. Pues no mostraba daño en la extremidad que la afecte. Por el contrario, parecía estar llena de vida.

Y eso solo puede significar una cosa.

– y aún así amablemente me ofrecí a dártela - dijo aquella persona con un tono de voz muy persuasivo - ya que ella no podía venir por tí…

Eri entonces comenzó a llorar. Queriendo mantener algo de esperanza en su corazón.

Y sin embargo… sentía que aquel monstruo tenía razón con cada palabra que salía de su boca.

– Eri - el sujeto extendió su mano izquierda hasta la pequeña, acariciando su cabeza - entiende que este mundo está enfermo… podrido hasta la médula - la pequeña dejó de escucharlo ya que estaba en shock al ver cómo otra de las pocas personas que le mostraron afecto se había ido para nunca volver - tú corres peligro con esta gente… y esa gente corre peligro contigo…

Al ver cómo la pequeña se volvió más dócil, la tomó entre sus brazos y la levantó para volver a las sombras… dejando caer la mano al suelo sin saberlo.

– tranquila, Eri… - los ojos de aquel hombre eran más que los de un demonio, eso podía observarse desde las sombras - esta vez… conseguiré a alguien más… responsable. Que se encargue de tí apropiadamente...

Y así, aquel monstruo regresó a las sombras… escapando entre los callejones de los edificios.

Sin saber que, sobre ellos, Mocchi había visto todo y miró a aquel repugnante ser con asco.

Llevó su mano izquierda al Inter comunicador que porta en su oído y dio el reporte.

– Aquí Fire Breather, he localizado al posible ignoto… - miró a aquellas sombras en la noche -... Cómo lo sospechamos… el sospechoso es Chizaki Kai…

[Entendido, evita todo contacto directo] - Nightmare habló desde el otro lado de la línea.

– Regresaré a la agencia… - mascó un poco antes de volver a hablar - necesito hablar con la división de personas desaparecidas y con los forenses de la policía.

[¿Eh, encontraste algo más?] - Nightmare sonaba sorprendida.

– sí… lo encontré por desgracia - Mocchi miró aquella extremidad cercenada y no pudo evitar darse cuenta de que la persona con la que posiblemente vayan a tratar pronto sea más vil y cruel de lo que pudiera imaginar - les explicaré todo en el cuartel… cambio y fuera.

Y así, Mocchi bajó desde donde estaba para ver la mano de aquella mujer y tomarla para luego meterla en una bolsa de evidencia.

– a veces... - miró con pena y tristeza aquella extremidad… - detesto este empleo...

Y así, salió de aquel callejón.

Las piezas de este juego poco a poco comenzaron a colocarse lentamente por sí solas…

La pregunta ahora era… ¿Quién hará el primer movimiento?

¿El Bien… o el mal?