Izuku llegó al departamento de Mocchi y cerró la puerta de golpe. Llegando hasta su cuarto donde comenzó a tirar todo al suelo.

– ¡Maldición, maldición! - tiró sus libros, sus laptop, todo lo arrojó al suelo con violencia - ¡Mierda!

Incluso tiró aquel retrato que tenía en su mesa. El cual se quebró al caer al suelo.

– ¿Por qué?... ¡Maldita sea ¿Por qué?! - golpeó su escritorio, partiendo el mueble en dos - ¡¿Por qué carajos tenían que ser héroes?!

Izuku lo sabía, sabía que odiaba la profesión de héroe.

Lo hizo desde aquel día…

Aquel día en el que su padre se sacrificó por él.

Aún lo recuerda y…

– los odio… ¡Los aborrezco! - quería destruir todo con sus poderes. Levantando sus manos lentamente hasta la altura del pecho y…

"Ya no eres un niño"

La voz de su madre resonó en su mente.

"Debes superarlo"

Impotente, cerró sus manos antes de bajarlas para ver su habitación destrozada. Solo para que las lágrimas salgan de sus ojos y se abrace a sí mismo para caer de rodillas. Llorando por aquel momento para sentir el dolor con el que cargaba. Ese que ignoró durante cinco años.

Gritando fuertemente, se desahogó en medio de aquel desastre. La frustración de no poder hacer nada, de no tener la situación bajo control o siquiera a quienes amas a salvo.

Ese sentimiento de dolor Izuku lo convirtió en miedo y ese miedo en odio y ese odio lo llevó a este punto, el punto del sufrimiento. Izuku se sentía solo, ignorado y hasta marginado. Podía tener un poder muy fuerte y poderoso, y sin embargo desearía poder cambiar aquel poder por verlo a él… tan solo por un momento…

Estaba perdido, solo y sin rumbo.

– papá… - susurró entre llanto y lágrimas - ¿Qué hago?...

Izuku solo pudo estar ahí, solo en medio de su dolor sin saber que hacer o cómo actuar.

Su madre trató de ayudarlo, y él sólo le escupió en la cara…

Se sentía despreciable e inmundo. Cómo si fuera una sabandija y quizás lo fuese en el restaurante.

Pero lo hecho, hecho está

Y sabe que remediarlo será bastante difícil…

Pero…

– ¿Por qué? - se repitió - ¿Por qué no fui yo… el que murió ahí?


Inko se encontraba en una sala privada de un bar, con alguien frente a ella.

Habían pasado un par de horas desde lo que pasó en el restaurante. Anko se había ido a casa para pensar sobre lo que pasó, aunque no cree que ella la perdone tampoco. No tras ver cómo le dio una bofetada a Izuku.

– no sé qué hacer y, sinceramente… no sé si ir a casa… - dijo Inko sentada. Con la frente apoyada sobre sus manos entrelazadas, con los codos sobre la mesa frente a un vaso con whisky en las rocas y una actitud de derrota absoluta. - realmente soy una terrible madre… y un asco de persona…

– normalmente te diría que estás equivocada, Midoriya-kun - la voz de la persona ante ella llamó a la mujer por su apellido de casada - ¿O debería llamarte Magnetic-san?

– No. Mi traje de héroe está colgado en el armario. Donde siempre debió estar - Inko suspiró al recordar lo que le dijo su hijo - sabía que aún no era tiempo para hablar con ellos sobre eso… creí que podrían entender… pero…

– Aún son muy jóvenes para comprender temas como estos, Midoriya-kun - respondió aquella persona, con una voz grave y masculina, pero podía notarse un acento mayor - pero crecer es parte de la vida, y puede que los jóvenes tarden en hacerlo.

– siempre sabes qué decir… sensei - Inko miró al hombre frente a ella.

Un hombre demacrado, casi esquelético, vestido con un traje amarillo con líneas blancas, camisa blanca con una corbata roja.

Aunque pareciera ridículo, el traje le quedaba un poco grande, quizás y hasta holgado por qué evidentemente no era de su talla. Traía el cabello de color rubio algo largo, alborotado y con una especie de mechones largos que caían a ambos lados de su rostro. El cual luce como el de alguien demacrado y con dos cuencas sombrías donde podían verse un par de ojos azules.

Este hombre demacrado no era otro más que el mismo All Might, quien bebía zumo de tomate debido a su condición actual de salud.

Un secreto para el mundo que es resguardado por solo unos cuantos.

– nuevamente, lamento mucho el haberlo llamado a esta hora - dijo Inko rendida tras todo lo que pasó.

– descuida, no hay de qué preocuparse - habló el rubio demacrado - además, creo entender un poco lo que estás pasando.

– la verdad, no estoy nada segura sobre todo esto - Inko cerró los ojos - creí que conocía mejor a mis hijos… pero veo que no es así…

– sabes, lo mismo pensé contigo, Midoriya-kun - habló el rubio - eras impredecible, tenaz y sobre todo, sabías sorprenderme.

– pare con eso, sensei, ambos sabemos que he envejecido - Inko sabía que muchas personas tratarán de convencerla para que ella regrese a la acción. Pero no… su familia la necesita ahora más que nunca - mi lugar ahora está con mis hijos… aunque ya no sé si eso sea lo correcto…

– sabes tan bien cómo yo que nuestro trabajo nos aleja de quienes amamos y queremos - dijo el viejo decrépito - aunque estamos haciendo lo posible por mantener el orden en el país, nos alejamos de quienes más nos necesitan y en los momentos más críticos, esos donde debemos estar con ellos - miró a su antigua alumna y sucesora - hiciste lo correcto al anunciar tu retiro, más al saber el problema de tu hijo y, por lo que me contaste, puede que aún puedas ayudarlo.

Inko suspiró cansada y sumamente agotada.

– lamento mucho el no poder cumplir con su legado, sensei - se disculpó la mujer - creí que podría ser el próximo símbolo de la paz… pero, tras lo de Hisashi e Izuku… no creo poder llenar tus zapatos. Digo… - Inko miró su mano derecha con la que golpeó a su hijo - si ni siquiera puedo ayudar a mi propio hijo… con qué derecho puedo cargar con tu legado…

– es entendible… por eso mismo no te entregué el One For All - Inko miró a su maestro a los ojos, demostrando que decía la verdad - ¿Sabe el joven Mochirou sobre lo ocurrido? - Inko desvió la mirada rápidamente.

– no… está ocupado con un caso desde hace un par de semanas. No creo que decirle sobre lo ocurrido ayude - Inko mintió, sabía que su hijo mayor pondría al rebelde en su lugar - no quiero hacer este problema más grande.

All Might entonces comenzó a comprender mejor la situación actual de su antigua aprendiz.

– Es entendible tu situación. Sin embargo, hablar con el joven Izuku es importante para que supere un trauma como el que carga - habló el símbolo de la paz - cuando perdí a mi maestra, no podía rendirme, ya que la gente esperaba demasiado de mí. Y eso lo supe cuando regresé de Estados Unidos. Llegando a ser el símbolo de la paz… sin embargo, debes saber cómo terminó todo…

– ¿All For One? - Inko sabía todo el tema de su maestro y la lucha que llevan librando el bien y el mal desde el inicio de la era de las individualidades.

Miró a su maestro y notó el rostro de preocupación que siempre mostraba tras saber sobre su archienemigo jurado.

– Temo que aún siga ahí afuera, planeando su regreso o peor aún - Inko rápidamente vio el temblor de sus manos - que haya elegido un sucesor…

– dudo que alguien con cerebro lo siga - recordó las palabras que decía aquel hombre - ese sujeto está más trastornado que cualquier otro ser en el planeta… podría incluso ser considerado un peligro para la misma humanidad.

– Es por eso que volveré a la UA como profesor. Midoriya-kun - sus palabras sorprendieron a la mujer - incluso tengo ya a un posible candidato…

– así que también vas a colgar la capa, ¿eh? sensei - Inko tomó un sorbo de su bebida - supongo que nuestros tiempos ya han terminado definitivamente…

– sí, pero aún podemos guiar a las próximas generaciones para un mejor futuro - dio un sorbo para luego ver a su mejor alumna - por cierto, oí de Endeavor que estás saliendo con alguien ¿Es eso cierto?

– si… se llama Kakashi Katase… es de la misma agencia - sonrió al recordar a la mujer - aunque esto es nuevo para mí, parece que ambas logramos congeniar a la primera - suspiró - traté de hablar con Izuku y Anko… pero no sé si fue lo correcto…

– ¿Es así? - All Might no es de los que critican estas cosas, ya que sabe que son otros tiempos - entonces supongo que el joven Izuku está pasando por el duelo aún.

– jejeje, cinco años y aún no lo supera, incluso en ese aspecto, Anko es más madura - Inko sonrió triste - supongo que el alejarme de ellos fue mi mayor error…

El símbolo de la paz suspiró al ver a la mujer tratar de no caer en llanto nuevamente.

– soy la peor madre del mundo - tomó un sorbo de su vaso nuevamente. Solo para que All Might le de un buen consejo.

– por lo que me comentas, el joven Izuku vive con el joven Mochirou… supongo que pensaron que vivir un tiempo con su hermano le haría superar su trauma - Inko desvió la mirada, era verdad - de ser así, ¿Qué opinas si regresas a ser profesional?

– ¿Y que las cosas empeoren? - Inko sonrió ante la broma - no gracias… Actualmente no puedo volver a ponerme el traje a menos que Anko tenga novio.

– no, no, descuida, no es nada de eso - All Might sacó de su bolsillo un panfleto - me refería a esto…

– ¿Eh, qué es? - Inko tomó el papel y al leerlo no dudó en abrir los ojos.

Aunque pudo sonreír, quizás y…


– ¡Heaaaahhh! - Izuku se encontraba en la azotea del edificio, con las armas de su padre, lanzando cortes, golpes y patadas al aire con un gesto de furia, gritando fuertemente con cada movimiento que realizaba.

Desde aquella vez que vino aquí volvía todas las noches, tratando de aligerar su carga emocional con el entrenamiento que su padre y hermano usaban.

Sin embargo, durante todas las noches su estilo era limpio y su respiración relajada. Pero ahora mismo era fiero y respiraba igual que una bestia salvaje.

Tras llegar y hacer su berrinche tras oír que su madre no sólo había conseguido a alguien más en su vida, sino que ese alguien era una mujer y una amiga de la familia.

Conoció a Kakashi Katase hace tres años, en los cuales se ganó la confianza de ellos. De Mochi y de Anko.

Sin embargo, jamás creyó que su relación fuera más allá de una amistad. Pero que ella y su madre...

– ¡Heyaaaahhh! - dio un corte doble con ambas armas seguido de un salto para luego dar un corte de hélice en el aire y aterrizar sobre un pie, lanzando una patada para luego lanzar ambas armas al suelo y…

– ¡GRAAAHHHHHHH! - de su boca lanzó una llama verde la cual más bien parecía una especie de pilar de fuego se alzó sobre él, el cual se extendió hasta cinco metros de altura.

Tras dejar de gritar, la llamarada de fuego verde que lanzó se extinguió de golpe. Quedando solo de pie, respirando fuertemente, mirando al suelo mientras caía en una rodilla.

– ¡Maldita sea! - golpeó el suelo sin fuerza, logrando así llegar a crear un pequeño cráter en el suelo del doble de su puño.

Había usado su poder, aún cuando juró...

– ¿Hasta cuándo… estarás ahí… mirando? - habló como si hablara con alguien.

Y curiosamente, lo estaba.

– ¿Cómo...? - a los pocos segundos le respondió una voz femenina, claramente asombrada por su tono de voz - ¿Cómo es que…?

– lo noté... la tercera noche - dijo levantándose para luego mirar detrás suyo - el olor al tabaco es algo que no puedo ignorar…

Detrás suyo se encontraba una chica. Un poco más alta que él. Vestida con un chándal de color gris, una sudadera de color crema que deja el vientre expuesto y una capucha la cual estaba usando. Zapatillas deportivas de color rosa con blanco terminaban de completar sus vestimentas.

Notando mejor, tenía una perforación en su ombligo la cual es una borla dorada.

La chica estaba sorprendida por lo que dijo Izuku. Quién al recuperarse un poco pudo ver a la chica y su rostro.

Un rostro lindo, con un par de ojos negros hermosos y una perforación en la ceja derecha. Más otra en el labio inferior del lado izquierdo.

Izuku notó en sus manos una cajetilla de cigarrillos y le señaló a la chica.

– puedes darme uno - dijo sin dudar.

Tiempo después, ambos jóvenes se encontraban sentados. Recargándose sobre la barda de metal en el borde del edificio.

Los dos tenían un cigarrillo encendido en la mano de cada uno. Izuku solo se dedicó a inhalar aquel dañino humo para exhalar una bocanada de nicotina.

La chica hizo lo mismo solo que ella tiró la ceniza con un elegante toque. Cómo si estuviera acostumbrada a ello.

– no pensé que fueras fumador como yo… - dijo aquella chica aún con la capucha puesta.

– he tenido una vida de mierda y problemas familiares, lo último que necesito es que se enteren de esto - dijo volviendo a inhalar del cigarro - este día ha sido uno de los peores que he tenido en la vida… y vaya que los he tenido…

– ah… ya veo… - la chica siguió con su cigarro, mirando a la nada mientras el silencio los invadía. Uno que incomodó a Izuku en más de un sentido.

– normalmente alguien me pregunta si estoy bien o si he tenido un problema… incluso me dan una plática motivacional sobre la vida - Izuku recordó que desde aquel día, todo el mundo le decía la misma mierda día tras día - pero tú no lo hiciste… ¿Por qué?

Tras esa simple pregunta, la chica pasó a mirarlo directamente. con un gesto calmado y sereno. Alejando el cigarro de sus labios por un momento antes de responder:

– ¿Y por qué lo haría? - Su respuesta le hizo abrir los ojos - Tú tienes tus propios problemas… ¿Ganaría algo diciendo que no hicieras estupideces como lo que hago ahora mismo? - aquella chica sin dudas sabía de la vida… o por lo menos de las partes malas.

– eres rara… en el buen sentido - Izuku sentía qué, por primera vez en cinco años, podía ser él mismo frente a alguien de su misma edad.

– normalmente me dicen que soy una genio y que soy muy buena como para tener esto ¿Sabes? - señaló sus perforaciones - aunque supongo que es parte de mi esencia el tenerlas. Algo así como una marca de mi propia identidad.

– ¿Identidad? - le preguntó algo extrañado por su último comentario.

– bueno, normalmente en este mundo la gente se fija en lo que haces más que en lo que eres o quieres demostrar - inhaló de su cigarro y miró al cielo nocturno - día a día no sabes si estás cumpliendo el capricho de alguien más o estás siguiendo tu propio camino… y cuando menos te das cuenta, al final ya eres lo que muchos esperaban de ti o, por lo menos, eres lo más próximo a ello.

– hablas con mucha madurez como para tener esa apariencia de chica problema - Izuku era sincero en esta clase de situaciones.

– ¿Acaso no te has visto en un espejo? - le preguntó - pareces un chico con el que suelen meterse todos en la escuela… pero estás aquí, fumando junto a mí.

– antes lo era… debido a que oculto mi don del resto… - Izuku, para sorpresa de la chica, terminó su cigarro antes que ella. Sacando otro de la cajetilla y encendiéndolo con una pequeña llama verde en su dedo - después de un tiempo, se aburrieron de mí, así que simplemente comencé a ignorarlos y ellos a mí.

– Ya veo. Pasaste del ojo público al don nadie que a nadie le importa - dijo la chica cerrando los ojos con una sonrisa.

– eso último no era necesario - Izuku rió. Era la primera vez que hablaba con alguien de este modo.

No, de hecho, era la primera vez que hablaba con alguien siquiera… y ese alguien era una chica.

– jejeje, ¿Quién lo hubiera pensado? - dijo tras exhalar humo - yo, el hijo de una familia de héroes, actuando como un delincuente con serios problemas.

– ah, entonces eres tú - dijo la chica mirando a Izuku - el que se mudó con Midoriya-san en el departamento de arriba. ¿Eres un pariente suyo?

– ¿Conoces a Mocchi? - le preguntó sorprendido - es mi hermano mayor...

– solo de vista y nombre, nunca he hablado con él - inhaló profundamente para soltar una bocanada de humo - aunque tampoco es como si quisiera hacerlo. Después de todo, es un héroe ¿No?

– héroe… si, claro - dijo Izuku, con un tono de voz tal y como si le hubieran dado un takoyaki podrido - aunque no lo creas, ser un súper no es tan genial como suena.

– lo sé - eso llamó la atención de Izuku - mi padre es inversionista en varias empresas de tecnología para héroes así como también en varias agencias en todo el país.

Decir que Izuku no estaba sorprendido era como mentir. Claramente no estaba seguro si lo que está chica dice es verdad o no.

Así que solo va a indagar más en la conversación.

– no te preocupes, no miento para nada - le dijo ella como si leyera su mente - aunque no lo creas, mi padre es Yaoyorozu Tadashi - dijo ella, entonces Izuku pudo notar cierto parentesco con el mencionado Tadashi.

Izuku no era ignorante del conocimiento sobre el mundo lucrativo detrás de los héroes. Compañías de equipamiento y apoyo para héroes. Desarrolladores de tecnología de punta. Proyectos de inversiones y nóminas para los asociados. Todo un mundo empresarial detrás de una fachada de niños bonitos salvando a gente en peligro.

Un buen negocio sucio dirían algunos, aunque actualmente parecen ser el principal motor de la economía global de hoy en día.

Yaoyorozu Tadashi era, por así decirlo, el hombre más poderoso de todo Japón debido a las increíbles inversiones en fábricas y demás empresas de héroes, así como de múltiples agencias las cuales reciben cierta bonificación al usar sus productos de las empresas afiliadas a ese hombre.

Prácticamente era el dueño de toda la economía de Japón.

– mi madre solía decir que ese hombre gasta más en los héroes que el gobierno mismo - comentó Izuku algo decaído. Odia hablar de ese tema.

– bueno, es entendible - la chica parecía no importarle su padre el peso en el nombre de su padre - es un hombre muy excéntrico y sumamente carismático. Aunque… - la chica pareció recordar algo malo y aunque al principio pareció negarse a decirlo, finalmente lo hizo - … fue eso lo que alejó a mi madre de él…

– … - Izuku se quedó en silencio mientras trataba de pensar sus palabras. Pero ella se adelantó antes de que siquiera pudiera hablar.

– mi madre no era la mejor del mundo - rió secamente - es alguien muy estricta y perfeccionista. Pragmática y sumamente fría. Aunque eso solo hizo que tuviera cuánto amante podía tener.

– … debió ser difícil - Izuku entonces comprendió que su madre no era la peor. Había gente muy adelante de la lista.

– es una perra - eso fue cruel - siempre ladrando y queriendo controlar mi vida… - la chica de pronto apagó el cigarro al presionarlo contra el suelo - queriendo que fuera una dama cuando solo es una zorra con mucho dinero… menuda porquería de mujer…

– quizás solo no sabe expresar su amor - Izuku trató de entender a la persona que describe esta chica.

– Claro. Un amor que se refleja en enviarme a un internado para señoritas en Londres - escupió ante lo dicho - como dije, es una perra que solo me ve como un objetivo de su vida fallida… como si fuera desechable…

Izuku entonces abrió los ojos al oír lo que dijo esta chica y recordar la escena de hace horas en el restaurante.

"¡Solo somos desechables para tí! ¡Igual que papá!"

Fue lo que dijo. Pero…

– supongo que tengo suerte - dijo el chico algo triste, haciendo lo mismo que la chica y apagando su cigarro - mi madre es una heroína, bueno, lo era hasta hace un mes…

– lo ví en las noticias - Izuku suspiró - tu madre es Magnetic ¿No?, La heroína que fue entrenada por el mismo All Might para ser su sucesora…

– eso no fue más que una pantalla - dijo Izuku, ignorando la verdad detrás de eso - mi madre solo quería ser popular en los medios hasta llegar a las grandes ligas… aunque dudo que eso importe ahora con su retiro.

– supongo que también la tienes difícil - aseveró la chica.

– no al mismo nivel que tú, pero sí - dijo Izuku mirándola a los ojos - ellos quieren que yo siga el legado familiar, llegando a ser un héroe…

– ¿Y eso qué tiene de malo? - se preguntó la chica haciendo que Izuku abra los ojos al oír aquella simple pregunta - digo, incluso yo quiero ser una heroína.

– bueno… es algo complicado - dijo el peliverde - pero, no creo poder llegar a cumplir con sus expectativas…

– ¿Entonces qué quieres ser tú? - le preguntó la chica, cosa que le sorprendió bastante a Izuku, pues nunca se había hecho esas preguntas que está chica le estaba haciendo - digo. Por lo que pude ver sabes pelear mejor que el promedio y pude ver que tienes un poder genial. Entonces… ¿Qué te detiene de ser lo que quieras ser?

Esa pregunta le hizo sentirse como un estúpido, pues nunca se la había hecho antes. Por lo que se rascó la cabeza con la mano izquierda.

– supongo que… quizás el hecho de que mi padre… - se detuvo. No quería decirlo, quería olvidar ese recuerdo, mantenerlo sellado y reprimido. Pero… esta chica solo vino a él y fue sincera desde el principio ¿Qué le detiene entonces? Suspiró antes de soltar aquella carga y… - … de que mi padre murió frente a mis ojos…

– oh… - la chica miró al suelo al entender aquel dolor con el que este chico cargaba. Y no lo culpo - lo siento mucho, yo olvidé que…

– pasó en las noticias, lo sé… aunque suelo olvidarlo todo, ese día sigue ahí - sin darse cuenta, Izuku comenzó a llorar - me ha atormentado cada día por cinco años. Día tras día, cada noche… cada vez que duermo o cierro los ojos… cada vez que parpadeo incluso… lo veo, lo veo y escucho y yo… - sus lágrimas comenzaron a caer al suelo - revivo cada maldito segundo de ese momento una y mil veces. Mirando solamente con impotencia como él se sacrificó por mí… aunque yo… aunque yo…

– … - la chica no supo cómo, pero instintivamente abrazó al chico, quien parecía soltar todo el dolor que cargaba en su corazón. Y no lo puede culpar. Ella aún tenía a su padre y, pese a vivir junto a una prima suya en este lugar, sabe que igual él seguiría en la mansión.

Recuerda que se mudó aquí debido al caso de divorcio que ya lleva tres años en los cuales su madre ha intentado quedarse con su custodia. Por eso ella vino aquí desde hace un año y, pese a ser una chica lista y con calificaciones de primera. Se sentía sola. Bastante sola.

No podía ver a su padre debido al maldito trámite que esa perra estaba realizando. Una batalla de desgaste con abogados para que ella haga lo que desee con su vida. Sin siquiera saber algo de ella.

Solo quiere deshacerse de ella al verla más como una falla más en su vida de casada que como a una hija. Y lo sabe al escuchar de la boca de su padre en las llamadas que hace que su deseo de enviarla al extranjero aún no sale de su cabeza.

Pese a eso, ella ha logrado estar aquí, de pie y consciente del peligro que es su madre. Una zorra que solo busca su propio beneficio, gastando la fortuna de su padre en placeres mundanos.

No quiere estar ni cerca de esa cosa. Pero este chico era totalmente diferente a ella.

Por lo que podía entender, él sí es un chico problema. Lo pudo notar al ver aquella llama verde emerger desde su boca hasta el cielo.

Tenía una familia que lo quería, pero él no podía quererlos de la misma manera debido a un trauma, trauma que pudo conocer y no de una forma muy placentera.

La muerte del héroe de fuego, Fire Breather fue un escándalo total. En medio de una batalla entre All Might y un villano muy poderoso pero desconocido fue la distracción suficiente para que un villano llamado Muscular ingrese a un evento de la UA donde mató al héroe el cual se sacrificó al ver a su hijo ahí mismo.

Un acto de amor y heroísmo puro, que cobró la vida de uno de los mejores héroes del país.

Y ahora mismo, ella estaba consolando a aquel niño que en aquel entonces vio a su padre darlo todo por él… y él aquí, desperdiciando aquella segunda oportunidad.

no lo entiendo aún del todo - se dijo - pero… siento que él es igual que yo… alguien muy solo en este mundo de fantasía…

Y así era.

Tras varios minutos, Izuku logró tranquilizarse lo suficiente para disculparse con la chica.

– l-lamento esto - se limpió las lágrimas - que tú me veas así…

– no, de hecho, soy yo la que debe disculparse - comentó la chica algo apenada - por observarte todo este tiempo.

– por el contrario - dijo Izuku con una sonrisa tranquila - puede que no lo parezca, pero eres la única con la que he hablado de esto. No soy muy abierto con las personas.

– ¿Es así? - la chica sonrió al ver cómo el chico tenía ya más confianza en sí mismo - supongo que lo único que necesitabas era hablar con alguien de esto… después de todo - se llevó las manos a la capucha y se la quitó.

En ese mismo instante, un viento leve pasó por aquel edificio, sorprendiendo a ambos chicos.

Izuku entonces abrió los ojos al ver el cabello negro suelto de aquella chica el cual ondeaba gentilmente con el viento.

– no podemos guardar nuestro dolor para siempre - dijo mirando al chico y su cabello ondear...

El tiempo pareció detenerse para Izuku al ver a aquella chica que, por azares del destino, se tomaría en este lugar.

No lo noto antes, quizás por el estrés acumulado o por el exceso de entrenamiento. Pero sin dudas aquella chica era sumamente…

linda - pensó en aquel instante. Siendo franco, Izuku jamás había estado interesado en el sexo opuesto hasta aquella noche. Frente a aquella chica que al parecer fue la única persona con la que pudo hablar tranquilamente sin miedo alguno.

– bueno, me tengo que ir ya - dijo la chica antes de levantarse e ir directamente a la puerta - supongo que estarás aquí mañana ¿No?

– eh… este, claro… Después de todo, aún no tengo un estilo propio - dijo con una sonrisa, sentía como parte del peso que cargaba se desvanecía y era reemplazado por un alivio en su corazón.

Y esa sensación le agradaba mucho.

– entonces, nos vemos mañana… este… - la chica pareció olvidar preguntar su nombre. Pero…

– Izuku - dijo mientras se levantaba y miraba a la chica con una sonrisa - Midoriya Izuku.

– oh, ya veo - la chica sonrió y moviendo parte de su cabello dijo: - Soy Momo… Yaoyorozu Momo, aunque mis amigos me llaman Yaomomo…

– entiendo… Entonces, nos vemos mañana, Momo-chan - se despidió el chico al verla irse.

– hasta entonces, Izuku-kun - ella hizo lo mismo antes de irse. Notando que dejó la cajetilla a un lado suyo.

Izuku estaba por tomar otro pero rápidamente lo dejó en su lugar. Luego fue por las espadas de madera para irse también de la azotea.

Mañana era sábado pero tenía muchas cosas que hacer.

Aunque, realmente se siente más aliviado tras hablar con esa chica. Momo…

– Momo-chan… - susurró con una sonrisa - es un lindo nombre.

Mientras que, Momo en el elevador sonrió al pensar en ese chico…

– Midoriya Izuku-kun ¿Eh? - sonrió al decir su nombre - es raro… en el buen sentido…

Una chispa de amistad había surgido entre estos dos… pero puede que sea solo lo único para encender algo ahí…

¿Será posible?


Era domingo por la tarde y Mochi regresaría a casa con cara de pocos amigos. Mientras que Izuku jugaba en su Nientiendo Swichy. Estaba tratando de completar el templo del agua hoy.

Sin embargo, su juego sería interrumpido por su hermano quien de un movimiento le quitaría la consola para que lo vea.

– oye, al menos déjame guardar el progreso - le dijo Izuku, ignorando el rostro iracundo de Mocchi.

– Izuku… - oh, no - ¿Me puedes explicar por qué Anko me llamó muy preocupada el viernes por la noche tras oír que tú y Mamá pelearon?

Y aquí vamos ahora...

– sí… discutimos sobre su nueva novia - Izuku notó que Mocchi no tenía ninguna reacción ante sus palabras cargadas de sarcasmo. Esto solo significa una sola cosa… una sola - ¿Lo sabías?

Mocchi no respondió ante ello, simplemente desvió la mirada. Por lo que Izuku se levantó del sofá, aún vestido con las prendas del viernes, encarando a su hermano mayor.

– ¿Sabías de esto y no me lo dijiste, o a Anko? - al ver que no habría respuesta verbal, Izuku tomó a su hermano por el abrigo - ¡Tú lo sabías!

– ¡Claro que lo sabía! - Mocchi se quitó a su hermano de encima - sabía de su relación…

Izuku se llevó las manos al rostro, tratando de no explotar en irá como el viernes. Tuvo que limpiar su cuarto y ordenar muebles nuevos.

Sin embargo, no sabía qué sentir al respecto, ¿Ira, miedo, rechazo, odio? Es su madre y aún así...

– ¿Desde hace cuanto? - miró a Mochirou, desesperado - ¡¿Desde hace cuanto lo sabes?!

– lo supe cuando estaba de servicio… - dijo sin miedo - desde hace un año… las ví a ambas, a Katase-senpai y a ella en una cita...

– ¿Un año? - Izuku quería reír de lo estúpido que era todo esto - Todo un puto año sabiendo sobre eso… ¡Y claro! ¡Nunca comentaste nada al respecto con nosotros!

– Mamá es una mujer adulta y tiene todo el derecho a rehacer su vida como a ella mejor le convenga - Mocchi dejó en claro que debe respetar a su madre y sus decisiones - y si ella es feliz en esa relación, entonces solo debo estar igual de feliz por ella… y tú y Anko también…

Izuku entonces solo rió de forma seca.

– es increíble - alzó los brazos para reafirmar su punto - claro… todo el mundo feliz por eso… ¿Y qué hay del rebelde de la familia? ¡¿Eh?! ¡¿Del que tienen que tratar como un retrasado o un loco?! ¡¿El que roba drogas para poder conciliar algo de sueño debido a su trauma?! ¡El que todo el mundo trata como a un lisiado o un invalido! - sus exclamaciones sorprendieron a Mocchi, ¿Realmente estaba tratando a su hermano de ese modo? - si vamos a ser sinceros de ese modo, entonces adelante ¡Sorpréndete, hermano! ¡Me encanta fumar!

Le arrojó la cajetilla de Momo al pecho, vacía, causando que Mocchi la viera caer al suelo.

Al ver la cajetilla, Mocchi miró a su hermano incrédulo.

– ¿Qué? ¿Te sorprende que tú hermano menor sea un delincuente? - Izuku miró a Mocchi y como este no respondía, así que iba a sacar todo lo que su corazón mantenía oculto - ni tú ni mamá lo entenderían nunca. A ninguno de los dos les preocupó el que yo haya tenido que soportar lo que pasó con papá. Solo miraron adelante y nunca se preguntaron si yo estaba bien, solo lo asumieron y listo ¡Cómo si él no hubiera existido!

– ¡Eso no es verdad! - Mocchi finalmente habló - ¡Tú sabes muy bien lo que tuvimos que soportar mamá y yo! Nada fue fácil para ambos tras ese día y no sabíamos cómo hablar contigo y…

– Y solo asumieron que lo había superado como si nada - Izuku estaba harto de eso - me trataron como si fuese un enfermo mental o algo así durante cinco malditos años… y ahora de seguro vienes con tu clásico sermón de que todo era para mí bien, claro ¿No? - izuku se burló - tú no lo entiendes… no sabes lo difícil que ha sido para mí tener que lidiar con la muerte de papá y con la crianza de Anko… mientras tú y mamá se iban sin saber si algún día volverían a casa por esa puerta…

Mochi entonces recordó las palabras de su madre.

"Temo un día no volver… y que tú cargues con ellos"

– Izuku… - Mochirou vio cómo su hermano se iba a su cuarto tras esa discusión.

– si no fuera por Anko… yo ya no estaría aquí - eso último horrorizó a Mochi.

Para que su hermano llegue a ese grado…

Izuku solo fue hasta su habitación y se encerró en él. Dejando solo al Midoriya mayor solo en la sala. Quién no sabía si la persona con la que hablaba era realmente su hermano.

Lo desconocía ahora mismo. O quizás solo se negó a conocerlo.

No importa cuánto lo intente, su hermano tenía problemas. Problemas que

No sabía nada de lo que ahora mismo estaba pasando con su hermano y teme que nunca lo sepa.

Pero debía ayudarlo, o de lo contrario jamás se podría llamar a sí mismo un héroe.


Dos días después...

En un lugar oscuro, en una ubicación desconocida para cualquiera al margen de la ley. Podía verse a un hombre de cabello negro vestido con una camisa de manga larga y pantalones de mezclilla negros. Usando una especie de guantes elegantes y una máscara de médico medieval que solo cubre la parte inferior de su rostro. Mostrando una mirada fría y calculadora.

Frente a él se encontraban tres sujetos sentados en un sofá caro.

Uno de ellos era una mujer madura por su apariencia, vistiendo un traje rojo elegante. Camisa blanca y corbata negra a rayas sobre el cual usa un chaleco rojo de botones. Usando el saco de su traje como si fuera una capa y con una especie de casco negro con un visor rojo el cual cubre la mitad superior de su rostro. Guantes de pelea, zapatillas de tacón alto y un cigarro a medio consumir. Se encontraba sentada en el extremo izquierdo del sofá y con las piernas cruzadas, recargando los brazos sobre el respaldo del sofá.

El segundo era un sujeto estaba de pie y con los brazos cruzados detrás del sofá. Era enorme, con la piel verde, musculoso y vestido únicamente con un pantalón militar negro. Usaba una especie de grebas de metal pesado en sus antebrazos y una gorguera a modo de collarín en su cuello. Mirando más de cerca, el sujeto parecía tener una especie de placas similares a la de los estegosaurios en su espalda junto a una pequeña cola con pinchos. Garras afiladas e iba descalzo, mostrando sus feos pies con tres dedos.

El tercero y último era el que estaba en el otro extremo del sofá. Mirando a los otros dos con suma cautela. Sentado con las piernas abiertas y algo inclinado hacia el frente.

El tercer individuo parecía ser un murciélago humanoide de pelaje gris y ojos verdes con las orejas muy grandes. Vestido con una especie de túnica negra con cuello alto con las palabras: "Bad Blood" en blanco detrás suyo. Pantalones holgados y zapatillas deportivas de color blanco con verde. Debajo de su túnica podía verse sus brazos los cuales parecían ser alas de murciélago retraídas. Con una especie de guantes en sus manos las cuales poseen garras afiladas.

El tipo con la máscara de médico entonces decidió hablar al ver la tensión en el aire.

– supongo que saben el motivo para traerlos aquí ¿Cierto? - miró a los tres sujetos frente a él.

– nos llamaste para hablar sobre el número producto ¿No? - habló la mujer con un tono divertido - oí que es una maravilla y que los héroes no pueden rastrearlo.

– yo quisiera saber si es tan poderoso como se presume - el hombre murciélago habló con cautela - no suelo mantener negocios con quién no me muestra el verdadero valor de la mercancía.

– mientras pueda superar a los héroes, por mí no hay problema - habló el estegosaurio humanoide.

– me enferman - el enmascarado suspiró al ver cómo cada uno de estos tipos buscaban lo mismo.

– si se preocupan por POWER, déjenme decirles que pueden estar seguros de su efectividad - el tipo entonces sacó de un maletín cercano una de las cápsulas con la píldora brillante - esto, señores, no es cualquier potenciador… es el futuro…

Tomó la píldora brillante y se la arrojó a la mujer con el casco.

– fascinante - dijo al ver aquella pastilla dentro del contenedor - tanto poder… en la palma de mi mano.

Aunque ninguno de los otros dos se vieron impresionados.

– ¿Y realmente funciona? - preguntó el hombre Murciélago.

– créeme, te sorprenderás - el hombre entonces chasqueó los dedos. Lo que fue señal para que dos de sus lacayos con máscaras similares llegaran con una pantalla y un equipo de transmisión.

Uno de ellos abrió una portátil para teclear algo y luego mostrar una imagen en vivo de la estación Coruscand.

– ¿Qué es eso? - preguntó el estegosaurio.

– una transmisión directa - dijo sorprendiendo a los presentes - logramos hackear las transmisiones sin ser detectados por la policía.

– ¿Entonces lo que estamos viendo es en vivo y a todo color? - preguntó el hombre murciélago.

– interesante giro de eventos - dijo la mujer con el casco.

– ¿Qué se supone que debamos ver? - el estegosaurio solo miraba todo con duda.


En la estación era todo normal. Sin ningún problema.

[el tren A113 en dirección a Akiba está llegando a la estación] - sonó la voz anunciando por el parlante de la estación.

Dicho tren llegó y tras salir mucha gente del vagón. Se pudo ver a cinco personas saliendo usando abrigos con capucha. Cuatro mujeres y un hombre.

Los cinco individuos sonrieron a la par que, de entre sus bolsillos, sacaron cada uno una píldora de POWER. Giraron la píldora, causando que esta se vuelva verde para posteriormente consumirla y que todos, al mismo tiempo, enciendan un cronómetro en reversa con 5 minutos en sus muñecas…


– comienza el show - dijo Chizaki Kai… el hombre frente a los tres sujetos y líder de la última banda Yakuza en el mundo. Mirando aquel que sería el principio del fin - esto… es solo una muestra del poder y la villania… el preludio del fin de la era de los super…

El mal había hecho su primer movimiento…


Ese mismo día, en la tarde de un lunes cualquiera. Izuku se encontraba fumando junto a Momo. Ambos no habían dejado de verse tras el viernes aquí.

Izuku si bien vestía su uniforme de la secundaria, Momo vestía con uno de la escuela privada para chicas Yavin. El cual consiste en una camisa negra con detalles dorados y cuatro botones al frente. Un pañuelo del mismo color y una especie de gorro de marinero el cual estaba a un lado suyo. Normalmente su uniforme consiste en una falda a la altura de las rodillas, pero ella usaba una más larga a la altura de la espinilla. Zapatos negros y calcetas negras.

Ambos jóvenes se encontraban mirando al cielo mientras hablaban sobre aquel día.

– Entonces, tu madre es gay y cuando te lo dijo te enfadaste - comentó Momo antes de inhalar del cigarro - yare yare, incluso yo hubiera entrado en cólera…

– sí, igual que un balde de agua fría en invierno - Izuku tiró la ceniza de su cigarro al suelo - casi 20 años de matrimonio con mi padre… y de la nada resulta batear para el otro lado.

– ahora entiendo el por qué exhalaste fuego - dijo Momo recordando a Izuku el viernes.

– bueno, normalmente trato de no usar mi poder - dijo levantando su mano derecha sólo para crear una llama de color verde en esta - según mi padre. Nuestra familia era originalmente una de monjes que usaban un estilo de combate llamado El Dragón Danzarín. El cual requiere de un control en la respiración y la agilidad.

– mal nombre para algo tan genial - las palabras de Momo hicieron sonrojar al peliverde - ese estilo que usas es bastante bueno.

– bueno, cuando comenzaron a surgir las súper habilidades, uno de los más jóvenes de la familia despertó un poder de fuego. El cual se combinó con el estilo y de ahí surgió una variante nueva. El Dragón Verde - Izuku manipuló la llama hasta formar un dragón oriental.

– oh, ¿Así que tú puedes manipular el fuego? - Momo sonaba sorprendida.

– Fire Bending, así fue como se le conoció - miró su mano y el dragón de fuego se desvaneció - aunque lo use, necesito de una respiración constantemente y mantener la concentración… ya que como viste, si me dejo llevar por mis emociones puede que me llegue a descontrolar.

– entonces es muy peligroso tu poder - Momo entonces comprendió que ese estilo que le vio usar era para concentrarse y mantener su poder bajo control.

– sí… es muy peligroso - recordó algo desagradable, pero no lo demostró - por cierto, ¿Qué habilidad posees, Momo-chan? - Izuku estaba curioso sobre el poder de Momo.

– no es tan impresionante como el tuyo, Izuku-kun - dijo mostrando su mano y, de esta, salió una muñeca rusa - puedo crear objetos en base a su estructura atómica al transmutar la grasa de mi cuerpo en ello.

– vaya, eso es asombroso - dijo Izuku impresionado por el poder de la chica.

– no lo es tanto - dijo abriendo la muñeca para ver cómo, debajo de esta, se encontraba una navaja de bolsillo - si conozco la estructura atómica de lo que deseo crear entonces podré crear algo más grande y simple o más pequeño y complejo. Por ejemplo, una navaja de bolsillo no es lo mismo que una pistola. Ya que mientras uno es de un solo material. El combinar materiales me es difícil, por no decir imposible - tomó la navaja y se la mostró a Izuku - la pólvora, el casquillo, la bala, los componentes del arma y la forma de estos. Todo eso es muy desgastante y si bien lograse crear una, esta sería imperfecta y su calidad sería pésima. Por lo que solo puedo crear objetos simples.

– entiendo… así que tienes muchos límites - Izuku volvió a inhalar del cigarro - aunque yo lo veo muy útil.

– Mucha gente afiliada a mi padre dice lo mismo… creen que podría ser una heroína - Momo vio cómo la cara de Izuku se tornó en un gesto amargo - oh, lo siento mucho, yo…

– no, está bien - Izuku le detuvo - tienes tus propias metas y yo soy alguien que no lleva ni una semana de conocerte ¿Cómo podría negarte tu sueño?

– oh, bueno… - Momo terminó su cigarro y apagó la colilla en el suelo - Normalmente la gente que odia los héroes suelen ir contra aquellos que desean serlos.

– Eso sería lo normal, pero yo no soy así - Izuku terminó su propio cigarro y lo apagó - mis problemas son mis problemas. Además, no me interesa eso de adoctrinar a otros. Si quieres ser un héroe, selo. Si no quieres, está bien… pero no por eso voy a atacar a la gente. No soy como esos haters de internet que vuelcan medio mundo por una estupidez cómo esa…

Momo vio cómo este chico era más maduro de lo que creía.

– supongo que tienes razón. Nadie tiene derecho a influir en la vida de los demás - Momo le ofreció otro cigarrillo, pero Izuku se negó. Ya se había acabado la cajetilla ayer.

– detesto eso ya que todos en mi familia están acostumbrados a ser héroes. Incluso mi hermana menor desea serlo pese a lo ocurrido hace más de un mes… - Izuku recordó cómo no pudo hacer nada por su hermana en esa situación - aunque son sus deseos, parece que quieren que yo lo tenga también. Incluso me hicieron una recomendación para la UA como si supieran que es mi destino ir ahí... - se recargó sobre la reja del edificio y simplemente miró al cielo - la verdad… no tengo madera para ser un héroe.

Sus palabras hicieron dudar a la pelinegra, más, sin embargo, ella seguía con curiosidad al verlo así.

– ¿Y los odias? - la pregunta de Momo le hizo mirarla - digo, por lo que me has comentado, tu madre y hermano te presionan demasiado con el tema. Así que supuse que odias el que deseen que seas como ellos.

– bueno, no es como si fueran muy directos con el tema. Pero, en ciertas ocasiones tratan de verse bien y de mejorar mi opinión sobre los héroes, y… es muy frustrante, la verdad - Izuku quiere a su familia, sin embargo - a veces son un fastidio.

– ya veo - Momo también iba a tomar otro cigarrillo, pero se detuvo y mejor guardó la cajetilla.

– no me malentiendas, quiero a mi familia… Sin embargo, no quiero seguir con eso de ser héroe sabiendo lo que pasó con mi padre y mi hermana - Izuku tenía un semblante triste - Aunque al principio admiré a muchos héroes, como All Might o Endeavor. Pero hoy en día…

– ya… entonces amas a tu familia pero odias el que ellos sean héroes y todo lo relacionado con ello - Momo dedujo eso con estos cuatro días de hablar con Izuku.

– sí… es complicada mi situación - Izuku suspiró - la verdad, odio esta sociedad… llena de poderes y todo eso. Héroes y villanos, sería mejor si no existieran.

Izuku realmente odia esa relación bilateral del bien y el mal. Esa que debió quedarse solo en los cómics y en lugar de salir a este mundo.

Sin embargo, Momo tenía otro punto de vista.

– sabes, hay gente que está de acuerdo contigo - la chica llamó su atención - muchas de las compañeras de la escuela se suelen burlar de mi apariencia. Pero más del sueño que tengo - miró a Izuku con una sonrisa - quiero ir a la UA y demostrar que puedo ser una heroína. Es mi sueño y pienso seguirlo sin importar lo que digan de mí...

Izuku realmente estaba sorprendido por eso. Que ella con esa apariencia…

Entonces se dio cuenta.

Momo, en este corto tiempo, pudo demostrar que era alguien que sabe escuchar. Incluso a gente como él.

Claro, ella puede estar cargando sus propios problemas y puede que incluso sean más fuertes de lo que puede pensar. Sin embargo, ella se detuvo a verlo y a escucharlo. Bien podría haberle ignorado como lo hacían todos los demás.

Pero no lo hizo.

De hecho, fue ella la que le propuso reunirse aquí y hablar con él.

Izuku primero pensó que ella era una gal como cualquier otra chica, o incluso una JK problemática. Pero no, ella era bastante agradable y por lo que dijo, ese aspecto era algo así como su aspecto destacable. Parte de su esencia y un reflejo de su personalidad para romper las expectativas. Expectativas puestas por la perversa de su madre.

Y aún así…

– te envidio, Momo-chan - sus palabras hicieron que Momo abra los ojos con sorpresa - por tener el valor de seguir tu camino… - miró a sus manos - no sé si yo llegué a tener ese mismo valor un día…

Momo entonces desvió la mirada, algo avergonzada por las palabras de Izuku.

Un leve sonrojo se adueñó de sus mejillas, pero una sonrisa se formó en sus labios. Cerrando los ojos para decir...

– eres el primero que me dice algo así, aunque fuese algo vergonzoso, pero… - abrió los ojos para verlo e Izuku, sin saberlo, se sonrojó al ver esa mirada - muchas gracias. Izuku-kun, por tu sinceridad…

En el rostro de Izuku se formó una línea de rubor. Impactado por el rostro de la chica.

Momo sin dudas era alguien muy linda. Pese a tener perforaciones, eso solo hacía resaltar su belleza en un grado que a Izuku parecía gustarle.

Pero…

– de nada, Momo-chan - Izuku sonrió al regresar a su personalidad. Evitando así cometer alguna estupidez.

Así, ambos quedaron sonriendo, mirando al cielo.

Esa chispa de amistad estaba convirtiéndose en algo más… una llama pequeña que pronto crecerá…

Pero por ahora…

realmente agradezco que la haya conocido - Izuku le agradaba su compañía - pero… por ahora solo quisiera ser su amigo…

Y así sería...


De regreso en la estación…

BOOOOM

El quinteto que había arribado a la estación y consumido POWER ahora mismo acababan de destruir una de las paredes de la estación. Siendo evacuada inmediatamente ya que la gente huyó al oír el estruendo.

Saliendo de esta se encontraba el único hombre del grupo el cual mostraba tener una especie de armadura con forma de caparazón de langosta color azul que salen de debajo de sus clavículas y cubren sus hombros y brazos.

– ¡Jajaja! ¡Es genial este poder! - dijo usando una máscara negra que cubre su rostro - ¡Y potenciado...! - se cruzó de brazos - ¡Es mejor!

Sus brazos rápidamente comenzaron a ser cubiertos por placas de un aspecto similar al de las hombreras que usaba. Sin embargo, ambos antebrazos fueron cubiertos por una especie de pinzas enormes las cuales parecían similares a las de los crustáceos.

Las patrullas y héroes no se hicieron esperar y rodearon al sujeto rápidamente.

– ¡Alto ahí, no te muevas! - dijo un miembro de la policía apuntando con una escopeta. Siendo seguido por todos los demás a la par que Utopía miraba al sujeto desde el cielo.

– ¡Será mejor que te entregues amigo! - Utopía miraba con cautela al sujeto - ¡Estás rodeado!

– ¡Jooo! - El tipo cangrejo se burló de la advertencia - de ser así… ¡Tragate esto, héroe!

El sujeto entonces apuntó sus pinzas al héroe en el cielo. Abriendo en un ángulo de 90 grados para después cerrarse rápidamente y…

BOOOOM

Una ráfaga de presión y calor salió disparada a Utopía. Quien desgraciadamente no pudo reaccionar y salió disparado al aire en la misma dirección que el disparo.

Uno de los policías, al ver cómo cayó un héroe de un solo ataque, pasó a llamar a los refuerzos.

– ¡Aquí la unidad 118, solicitó apoyo de emergencia, código 343, héroe caído, requiero servicio de emergencia. Repito, código 3… ! -

BOOOOM

No pudo terminar debido a que el sujeto volvió a lanzar una onda de presión caliente, esta vez en dirección a las unidades, logrando destruirlas e herir a algunos policías.

– ¡Jajajaja, es increíble este aumento de poder! - el sujeto entonces salió a la calle para ver a una heroína llegar junto a un mono con traje de catrín.

– ¡Detente ahora mismo! - advirtió The Wizard junto a Nightmare - ¡Lo pedimos por las buenas!

– ¡Ja, estúpidos! - el sujeto apuntó a ambos - ¡Intenten detenerme si pueden!

Volvió a disparar una ola de presión caliente. Sin embargo, con las sombras y la energía dorada, ambos héroes lograron crear un escudo lo suficientemente fuerte para resistir el ataque. Logrando desviarlo al cielo.

– supongo que será por las malas - Nightmare sabía que esto sería difícil. Pero también que pueden ganar, aunque no será rápido - si tan solo Inko no se hubiera retirado…

– luego, ahora mismo tenemos una langosta que cocinar - ambos se prepararon.

– espero que hayas traído la mantequilla - Nightmare creó una espada de sombras.

– tengo el traje, eso ya es algo - The Wizard miró a su colega y siguió con su broma, creando un escudo de energía dorada.

La batalla había comenzado.


– Wow, impresionante - la mujer del casco aplaudió al ver al sujeto langosta tener esa habilidad.

– su poder es increíble - el estegosaurio también admiró el nivel de destrucción.

– usó una habilidad similar a la del camarón pistola, mejorada ampliamente con esa súper droga - el hombre murciélago tenía entre sus manos datos sobre el sujeto - pasó de lanzar pequeñas balas a ser un cañón de alto calibre…

Chizaki solo miró a estos tipos y no pudo evitar negar con la cabeza. Típico de los matones de poca monta - dales un poco de poder y se sienten como dioses… Esa actitud me enferma…

Siguieron mirando sólo que ahora en una dirección diferente.


En el andén de la estación, muchas personas estaban en el suelo con espuma saliendo de sus bocas y presentando convulsiones.

A la escena arribaron Québec y Tooths, mirando con miedo el lugar.

– ¡¿Un ataque químico o un gas tóxico?! - preguntó el héroe hockey al ver a todo los civiles con los mismos síntomas a plena vista.

– ¡No, es otro tipo de envenenamiento! - Tooths sabe que no es el aire, él lo hubiera detectado. Revisó a una mujer y notó una especie de roncha del tamaño de una pelota de ping pong en el cuello - lo suponía, alguien debe haber usado una habilidad venenosa para esto…

– así es… - Tooths abrió los ojos y rápidamente pateó a Québec antes que una cola de escorpión pase en medio de ambos y se clave en el suelo del concreto - vaya que eres rápido para ser un perro sarnoso.

– y tú muy cuidadosa para ocultar tu presencia - Tooths no pudo detectarla a tiempo.

La mujer estaba sentada una estructura en el techo, con lo que parecen ser tres colas de escorpión de color negro con la punta roja. Usando un manto que cubre su cuerpo y una capucha que cubre su cabeza, más una máscara de Hockey con una sonrisa pintada en esta.

– supongo que es la sospechosa - Québec sacó su bastón y lo convirtió en su hoz para hockey.

– ten cuidado con sus colas - dijo Tooths al ver los tres apéndices de la mujer - a juzgar por su posición, su rango es de 30 o 40 metros.

– eso explica a los civiles - Québec miró a la mujer la cual solo rió ante la deducción del héroe - no pudieron huir y ella los atacó.

– debemos detenerla antes de que alguien aquí sufra de una reacción alérgica - Tooths llamó a su colega.

– basta de charla - la mujer se puso de pie para luego saltar en dirección a los héroes - ¡Duerman!

Para sorpresa del par heroico, el número de colas se duplicó a seis. Los cuales fueron en dirección de los héroes.


– ¿Seis colas? Una habilidad bastante fuerte, considerando también el efecto de veneno aumentado - el hombre Murciélago notó la información de la mujer - aunque ella solo puede usar una cola y el veneno solo causa dolor leve…

– vaya aumento de potencial - el estegosaurio se llevó una mano a la barbilla y sonrió complacido.

– Supongo que eso no es todo ¿Cierto? - la mujer sonrió.

Pasaron a ver otra parte de la estación.


En las vías, se podía ver un situación un tanto complicada.

Dos mujeres se encontraban frente a una herida Berserk mientras se encontraba frente a una mujer peligrosa.

– esperaba más de la heroína que puede igualar la fuerza de All Might - dijo aquella mujer la cual la miraba desde arriba.

Su cuerpo había cambiado para ser el de una mantis de color púrpura, usando una especie de vendajes que cubren su rostro y una capucha, estando sobre cuatro patas largas y afiladas. Sus brazos fueron reemplazados por enormes guadañas las cuales poseen una segmentación de sierra.

– ¿Qué pasa? ¡¿Acaso tú no estabas diciendo que me pondrías en mi lugar?! - la mujer mantis pasó a dar una estocada con sus cuchillas, pero fue detenida por la heroína quién atrapó a la mujer mantis.

– ¡Ahora, Bass X! - gritó la mujer solo para que detrás de la mantis aparezca el héroe.

Bass X apuntó a la mujer ambas manos y…

– ¡Toma esto! - Bass X entonces lanzó una onda de choque sónico en dirección a la mujer mantis.

Sin embargo, está rápidamente se movió a una velocidad increíble, incluso para su tamaño y dejó que el ataque del héroe le dé a su compañera. La cual, al recibirlo, fue lanzada hasta uno de los trenes, impactando en estos.

– ¡Berserk! - Bass X no creyó que esa loca fuera así de veloz, fuerte e inteligente - ¡Tú!

– ¡Jajaja! ¡Héroes de pacotilla! - la mujer se dispuso a ir contra el héroe a gran velocidad - ¡Les mostraré el verdadero poder!


– jooooo - el hombre Murciélago se sorprendió felizmente - así que también aumenta las habilidades físicas al punto de alterar el cuerpo.

– oh, eso eso es bueno, una gran ventaja por lo visto - el estegosaurio estaba complacido por lo que acaba de ver.

– no esperaba eso, me parece bastante bien - dijo la mujer no muy convencida - aunque eso también puede volverse una desventaja.

– sigan viendo - Chizaki ordenó cambiar de escenario.


– ¡Esquívalo! - Mocchi se encontraba usando su traje de héroe junto a Miss Bubble Gum, quienes estaban enfrentando a una mujer mariposa y a una mujer mosquito respectivamente.

Ambos héroes se encontraban en el techo de la estación, tratando de salvar a unas personas que fueron tomadas como rehenes. Sin embargo, esto solo era una trampa ya que las personas fueron asesinadas por esas dos psicópatas.

– ¡Jajajajaja! - reía la mujer mosquito la cual volaba tratando de matar a la chica, quien arrojaba sus burbujas para atraparla. Aunque está solo lanzaba un golpe con sus zarpas para explotar las burbujas - ¡Necesitarán más que eso para detenernos!

La mujer parecía una especie de híbrido entre una mujer y un mosquito gigante, con las extremidades más largas que terminan en garras de tres dedos tan afiladas como para cortar el metal. Usaba un manto y con una máscara de calavera para ocultar su cara y lanzaba cortes de aire que cortan el cemento. Obligando a la heroína a esquivar cada ataque.

– ¡Deja de jugar y acabala de una vez! - decía la mujer mariposa, usando un manto más largo y una máscara de mimo que lloraba con una sonrisa - ¡Y tú, mocoso, déjate matar!

La loca poseía alas de mariposa de colores rosa, magenta, blanco y amarillo. con un diseño similar al de la mariposa monarca. Solo que está lanzaba una especie de proyectiles de luz a Mochi. Estos al impactar se quedaban en el lugar, mostrando ser una especie de agujas de color morado.

– ¡Muere de una vez! - la mujer no paraba de disparar proyectiles contra el héroe bombero.

– ¡Quiero seguir viviendo, muchas gracias! - Mochirou seguía esquivando. Esta mujer no le dejaba ni sudar - ¡Maldición! ¡Esta loca no me deja de otra!

Mocchi se detuvo y entonces, dio un salto para después extender ambos brazos y crear una llamarada enorme que envolvió a la mariposa loca. Aunque esta salió del fuego y con un aleteo deshizo las llamas.

– ¡Fufufu! - miró el rostro de sorpresa del héroe - ¿Sorprendido?

– no… solo algo confundido - Mochi sudaba frío - maldición… tendré que usar eso…

La situación no era favorable para nadie.

¿Quién ganará esta batalla? ¿Los héroes o POWER?

La respuesta pronto se sabrá...