In the down

No he superado a Loki... perdonenme. Es todo lo que diré :S

Star Trek no me pertenece. Es una creación original de Gene Roddenberry y la película, de J.J. Abrams.

– Jim, viejo amigo… nuestro encuentro me resulta tan extraordinario… hace más de 10 años que me informaron de tu descenso a bordo de la USS Vengeance.

– ¡Spock!, no sabes cuan feliz estoy de verte… me has salvado de las garras de Khan… ¡ese tipo es un…!

– ¿Khan Noonien Singh? – El vulcano de avanzada edad caminó alrededor y Jim, sorprendiéndose al comprobar que lucía exactamente igual a la ultima ocasión en que lo vió personalmente. – ¿Es ahí donde estuviste todo este tiempo?

– Tengo cientos de cosas que decirte, pero antes… ¡debes ayudarme a contactar la Enterprise!

O–O–O

– Deme su mano.

El rubio extendió su extremidad en dirección de Spock. Tanto él como Chris se encontraban encerrados en la cabina del teniente Kirk. No se suponía que sufriría daños, pero aquella misión podía destruir la Enterprise si tan solo se acercaba a la desconocida nave de Khan. Si había abandonado la Vengeance, sin dudas no era por algo igual o inferior.

– ¿Cómo funciona esto?, ¿Cómo podemos saber que realmente te enviara al señor Kirk? – Chris detuvo con un gesto el alcance de aquellas manos. Era cierta su preocupación implacable por encontrar a su progenitor, pero aquello solo abría mas dudas, misterios que no le detenían el paso a las malas ideas que le ocasionaba la imagen de su padre junto a Khan y al hijo de este con Kirk. No le confiaría su vida a nadie. No podía volver a perder a alguien importante.

– No puedo asegurar que nos llevará hacia papá… pero si hacia Khan…

– Y ahí está Jim. – Concluyó Spock.

– Yo también quiero ir…

– Tú debes permanecer a bordo de la Enterprise y obedecer todas las órdenes que la Federación ha dado mediante el coronel Zulovich.

Chris parpadeó perplejo. Ahí estaban de nuevo… esos sentimientos humanos desbordándose en la imagen de un adolescente enfadado. Un adolescente al que le decían: NO.
Concentración… necesitaba aplacarse a si mismo.

– Si, capitán…

James observó intrigado a su hermano. Tal cual Kirk lo describió, siempre doblegaba su voluntad ante la de su padre. En ese aspecto, ¿ambos eran tan distintos?... lo único que los diferenciaba era el "poder". Chris podía desobedecer a Spock, pero su educación vulcana se lo impedía… y él, no podía desobedecer a Khan sin importar cuanto lo deseara…

Su hermano no sabía cuan libre era en realidad.

– Entonces, vayamos…

Esa misión no era de nadie más que suya… debía encontrar a Jim y llevar a Khan a donde no pudiera volver a dañarlos. 10 años pasaron antes de volver a encontrarse, 20 después que le robó a Jim… y en tan solo unos momentos, el tiempo dejaría de correr de esa forma. No más ciclos de desesperación. No más tiempo lejos de Jim.

Justo en el momento en que sus cuerpos comenzaron a brillar con una desconocida luz roja, parecida al reflejo de un laser en el interior de cualquier habitación, una voz llamó desesperadamente afuera del lugar.

– ¡Capitán Spock!, ¡el señor James se ha comunicado hace unos segundos!

– ¿Que? – Chris dejó entrar a Aley, pero con una terrible suerte, pues tanto James como Spock habían desaparecido ya. – ¿Cómo?, ¿desde donde?

– No lo sabemos, la comunicación fue breve, pero se encuentra bien… está con un embajador de vulcano… la señal se perdió, debió haber una clase de interferencia en aquel espacio…

"Un embajador de vulcano" – Se repitió Chris mentalmente. No necesitó reflexionar mucho al respecto.

– ¡Sígame, coronel! – Ya sabía donde estaba uno de sus padres… pero…

…¿Entonces, Spock?…

O–O–O

– ¿Que sucedió?, ¿Por qué fallan los controles?

– Es una alteración que he estudiado desde hace un tiempo… creía haber encontrado su localización desde Vulcano, cuando partí hasta estas coordenadas exactas, pero al contactar con la anomalía, lo que conseguí fue traerte hasta aquí…

Jim había tenido poco tiempo para explicarle a Spock los pormenores de las últimas semanas… ni siquiera el terminaba de aterrizar esas ideas… pero si de algo estaba seguro, era que de entre todas las personas que pudiera contactar en ese o cualquier universo, en ese momento se había topado con la única que podía comprender lo que le sucedía.

–…Y es extraño, no, bueno… ¡si, es incómodo y muy raro!, digo… ¡un hijo!, ¡tuve un hijo con Spock! ¡Y OTRO CON KHAN!, ¡y no lo entiendo!... no recuerdo haberme sentido atraído a ninguno nunca… y ahora están estos extraños recuerdos… de pronto están y al momento desaparecen… ¡y estoy consiente que existen cosas dentro de mi cabeza que permanecen ocultas… pero no se como o porqué… ¡estoy muy confundido!... ¿que se supone que debo sentir?

Spock miraba con paciencia increíble a Jim. Cuantas veces no lo metió en problemas esa misma cabeza confundida… cuantas veces no tomó decisiones irracionales que terminaron por empeorar las cosas… cuantas veces no le preguntó lo mismo.
Los humanos usaban la expresión "Te amo" con mayor frecuencia de la que tenían derecho… pero cuando escuchó a Kirk, al Kirk de su tiempo, decirlas… le hizo creer que lo hacían por motivos tan extraordinarios que no podían perder su valor… ni siquiera con el tiempo.

– Yo sé que puede sonar extraño y estarías en todo tu derecho a negarte, ¡pero!... – Jim sacó a Spock de sus pensamientos. – ¿Existe un motivo para que…? digo… se que vienes de un universo alterno y todo eso… pero… ¿existe un motivo para creer que va a funcionar?, ¿puedes contestar eso?

– ¿No puedes ser mas claro?, ¿que debe funcionar?

– ¡Esto!, es decir… – Se exaltó por tan solo un segundo… pero de inmediato recordó frente a quien estaba. – Tu lo sabes… el Spock de este universo me exaspera… es tan correcto, es siempre tan maldito… – Spock alzó las cejas con intriga. Si no fuera vulcano, sin dudas habría sonreído a la vez que mostrarse ligeramente indignado. – ¡Perdona, yo…! Lo que trato de decir es que… ¿Cómo se que esos recuerdos son míos?, ¿realmente amé a Spock?... eso no se supone que…

Dentro de aquella nave de tonos cerúleos, Spock, quien vestia un uniforme negro de una tela parecida al algodón terrestre, con una gabardina de unos ligeros verdes y marrones, caminó en dirección de un lugar cómodo para que Jim descansara. Con su mano indicó al rubio el camino fuera de la cabina de control y anduvieron con lentitud, pasando a unos cuantos tripulantes en aquella pequeña nave espacial.

– ¿Me permites? – Preguntó el mayor, haciendo su característica posición de dedos sobre la cara de Kirk.

El rubio parpadeó ligeramente asustado. ¿Estaba bien?, ¿se encontraba listo para conocer sus verdaderos sentimientos sobre Spock?, ¿y si descubría algo con lo que no pudiera lidiar?

No sabría nada hasta intentar.

– Si… adelante.

Con todas sus armas enlistadas, Jim se dejo caer derrotado sobre la suave cama en la que durmió todos esos días.

¿Que hacía falta?, algo que estaba dentro de él, algo que era parte de su persona y que dentro de poco, no estaría más. Se sentía incompleto en una forma indescriptible. Nadie mas podría entenderlo y explicarlo seria complicado… pero necesitaba llenar ese espacio en su conciencia.

No estoy listo. – Se anticipó a responder la pregunta que el vulcano iba a hacer, tan solo cruzar la puerta.

Spock cerró la boca y caminó en dirección de la cama. Jim siempre sería desconocido para él, de alguna forma. Nunca terminó de entender como nació ese sentimiento.

Después de la pelea contra Khan, cuando sintió que lo había perdido para siempre, su corazón se llenó de emociones que jamás creyó poseer. En tan solo unos segundos, se sintió destruido por dentro. Solo las palabras de Uhura lo salvaron de volverse un asesino. Existía la forma de recuperarlo… y eso fue suficiente.

Después, en aquella misión de 5 años… sus sentimientos se volvieron más confusos. Lo que sentía por Uhura no era tan fuerte como su preocupación cada vez que Kirk se metía en problemas en un nuevo planeta por explorar, la ansiedad cada vez que lo veía junto a una nueva fémina, la felicidad de poder jugar ajedrez a su lado y el deje de celos cada vez que el rubio pasaba horas platicando amenamente con el otro Spock.

Finalmente aceptó sus sentimientos y tuvo que herir los de Uhura para poder comenzar a entenderlos.

Amor… era lo que sentía y negarlo seria igual a mentir. Y no cambió demasiado con el tiempo, solo se intensificó.

Y ahí estaba, 10 años después. Seguía sin comprender demasiado…

Me iré de nuevo… – Fue lo único que pudo decir. Spock lo sabía, Kirk sabía que Spock sabía. Las palabras, como suelen, solo estaban ahí para calmar esa ansiedad silenciosa.
¿Debía hacer algo más?, ¿Había algo, en realidad, que pudiera hacer?
Después de tanto, al volver a encontrar la Vengeance, Kirk tendría que enfrentarse a Khan una segunda ocasión… y las cosas no podrían apuntar a un resultado satisfactorio.

Creo que la Flota Estelar no… – Comenzó el vulcano, sin siquiera creer sus propias palabras. ¿Iba a sugerir una falta a las leyes de aquella organización?, ¿todo por Kirk?
De nuevo aquel terrestre lo volvía en una criatura irracional.

¡Cállate! – De pronto, y sin consideración alguna, Jim saltó de la cama y se sujetó firmemente del cuello vulcano frente a él. Cerró los ojos con fuerza, haciendo más y más presión en aquellos labios que tantas veces le arrancaron suspiros, que lo hicieron estremecerse y que consumían todas sus ansias, sus deseos, la pasión que podía derrochar en tan solo un toque lo enloquecía, lo hacia sentir tan miserable a la vez que en el cielo mismo. Con su otra mano libre, tentado por aquel contacto, acarició el pecho del más alto, lenta, pero calculadamente.
Spock no esperó demasiado, sujetó con fuerza la cintura del rubio y lo atrajo a su cuerpo. Siempre sería mas alto que Jim, siempre tendría esa maravillosa vista superior del hombre que lo enloquecía… lo que lo hacia parecer, hasta cierto punto, ligeramente "vulnerable". Comenzó a empujar con más y mas fuerza en el choque interno de lenguas, no como una competencia, sino como un simple tanteo… ver cual de los dos era el mas deseoso por poseer al otro…
…Hasta lo inevitable…

¡Agh! – Tan rápido como llevó todo a la cúspide, lo dejó caer en el más hondo de los abismos de la decepción. Jim apartó a Spock de su camino, corriendo con presura en dirección del baño privado que había en su recamara.

Tu obstinación por negar una consulta con el doctor McCoy resulta infantil y reprochable. – Dijo Spock, dejando caer los hombros y arreglándose el uniforme una vez más. – La constante presencia de tus malestares, sumado a…

¡Ya entendí, ya entendí!... – Gritó fastidiado el hombre que yacía sentado en la superficie del lugar. Estaba harto de vomitar todo el tiempo. – Pero no es nada serio… debió ser esa basura del otro día… les advertí que no tenía buena pinta… aquella galaxia no es…

¿Eso significa que irás a buscar su opinión? – Consultó Spock, de pie justo a un lado del umbral. Jim lo miraba con reproche desde el suelo, intentando limpiar los rastros de aquella horrible costumbre repentina. ¡No era su culpa sufrir nauseas!, McCoy las sufría todo el tiempo y nadie se metía con él…

Eso significa que lo pensaré…

No parece lógico asistir en ese estado a…

Bueno, ¡me voy!, si me permites…

¡Capitán! – Spock detuvo el paso de Jim sosteniéndolo por los hombros. El rubio se dio una rápida media vuelta, liberándose del agarre que el moreno hacia sobre él y lo encaró de frente. Rápidamente tomó sus manos y entrelazó sus dedos con aquellas finas joyas en tonos verdes… esas manos que tantas veces lo hicieron suyo… que lo acariciaron como jamás creyó ser acariciado por alguien de su genero y con tal maestría que lo postró a sus pies en el momento que se lo permitió.
Spock se sorprendió ligeramente, mas su rostro no dejó escapar señal alguna de ello.

No "Capitán"… "Jim". Dilo.

De nuevo, así, entre sus brazos, Jim cerro los ojos con fuerza. Lo sabia… eso que le faltaba en un principio era aquello, su luz de esperanza, su determinación, su "te digo que todo saldrá bien" interior. No, iba a morir… lo sabia… podía sentirlo…

Jim…

Y Spock también.

.

..

Leonard: Tienes que prometerme una sola cosa… que no importará nada más para ti que cuidar a este niño, porque él, McCoy, el es mi hijo. Es mi hijo y es también hijo de Spock. No permitas, nunca, que su padre lo aleje de lo que nos une a él y a mí. Es un vulcano. Es un humano también. Nunca lo desampares, vela por el como lo harías por un hijo tuyo y siempre, siempre, busca estar a su lado. Que sepa cuanto lo amé, que sepa cuan orgulloso voy a estar de él siempre, ¡sin importar cuanto se equivoque!, que recuerde que es un Kirk. Que recuerde que nunca estará solo.
Aun si yo muero, amigo… cuida de él tal y como crees que yo lo haría.
Enséñale a amar, a perdonar, a crecer, a llorar, pero también a tener fe.
Que no olvide nunca cuan lejos llegará con tan solo sus ilusiones y que debe proteger todos a los que ame como un verdadero hombre. Su familia, eso es lo único que importa.
Hazlo crecer lo suficiente para proteger a Spock, cuando necesite ser protegido.
Que nunca me olvide, McCoy. Y recuérdale que yo jamás lo olvidaré a él.

Grabó desesperado en aquella tarjeta de memoria.
A bordo de la Vengeance, faltaban minutos antes que Khan regresara a buscar al pequeño vulcano. No lo tocaría, ni un solo cabello… no a su Chris… nunca.
La otra tarjeta, dirigida a Spock, ya estaba guardada sobre la mantita del recién nacido. Con aquel dolor insoportable recordándole la herida por la cual su hijo pudo ser extraído de él, Jim se arrastró, dejando tras de si un enorme camino rojo que, conforme avanzaba, lo privaba mas y mas de su fuerza. Pero el poseía la fuerza mas grande de todas… la de la voluntad.

.

– ¡Es demasiado! – Gritó Jim en un tremendo jadeo. La voz se le apagó en tan solo un segundo y la poca respiración que guardaba fue apagándose lentamente. Sus ojos se encontraban cubiertos de llanto y pudo ver el desconcierto en el rostro del vulcano frente a él, quien lentamente enderezó su mano para apartarse del rubio. – Es mucho… es… demasiado… dolor…

Las lágrimas siguieron fluyendo de sus ojos, como si faltara poco para que comenzara a llorar a gritos. No entendía como pudieron reprimir tantas emociones dentro de su pecho. ¿Cómo Khan…?

– Era cierto, yo… – El viejo vulcano aguardó a que el rubio terminara su oración, pero no parecía expulsar sonido alguno de su garganta. – Yo amaba a Spock… entonces, ¿Por qué?

– Jim, he podido ver algo dentro de ti… es una fuerza que no estuvo ahí en aquella ocasión, cuando nos encontramos por primera ocasión…

– ¿Que era eso?... Khan dijo que… me encontraría en cualquier lugar del Universo… ¿eso podría ser?

– La anomalía que sigo es una amenaza para el ADN de los vulcano, ¡Jim!... creo saber que es lo que ocasiona tu perdida de memoria repentina…

– ¿Eso significa que tengo mas cosas por recordar aun?

– Los nombres "James" o "Christophe" no significan algo para ti, ¿cierto?

– James es mi nombre, por supuesto… Christophe… solo puedo pensar en el capitán Pike… – Agregó con cierta amargura. – ¿Hay algo mas que debería recordar?

– Jim… necesito que escuches con atención… – Repetir aquella palabra al parentesco más grande con el Jim que él conoció no le resultaba tan difícil como había creido en un principio… pero…

– Si… estoy escuchando…

– T'hy'la

…al parecer, si lo era para Jim.

El rubio cayó abrió sus ojos como si estuviera sufriendo un terrible espasmo, contrajo sus músculos en tan solo un segundo y de pronto, perdió la consciencia de nuevo.

– ¡Jim! – El viejo vulcano se inclinó junto al rubio, atrayendo la atención de algunos tripulantes de la nave que se encontraban en el exterior de aquel lugar. Spock colocó su mano sobre la frente de Jim, entonces vió un resplandor celeste casi imperceptible, marcando extraños símbolos que desaparecieron casi tan rápido como habían llegado ahí. Jim recobró la consciencia en ese momento.

–… ¿Dónde…? ¡Spock!, ¡Spock!, ¡viejo amigo! – Saltó aliviado y abrazó fuertemente al mayor, como si no lo hubiera visto en años. – ¿En donde estamos?

Y de esa forma, todas las dudas del vulcano mayor quedaron parcialmente claras.

Aunque eso creara más misterios en sí.

O*O*O*O*O*O*O*O

El lugar al que fueron transportados se trataba de una oficina por completo sola. Las paredes, destruidas por completo, en algún momento habían sido pantallas de plasma táctiles… pero el lugar permanecía en oscuridad, penumbra completa y silencio.

– Se han ido… no siento a papá Jim cerca… – Susurró James, girándose en todas las direcciones. Los seguidores de Khan, los sujetos que descongeló después de más de dos siglos, no estaban ahí más. Spock aseguró el perímetro, pero solo para confirmar lo que ya era demasiado obvio.

– Si Khan ya no se encuentra aquí, ¿Cómo es que tu…?

– No lo sé… el compuesto solo me… – Y atrás de Spock, Khan mismo. – ¡SEÑOR SPOCK!

En un solo movimiento, Khan golpeó el rostro del vulcano, haciéndolo salir disparado contra el muro izquierdo. James se quedó estático antes de poder correr a su lado.

– ¡Detente! – Ordenó al hombre de mirada celeste… tan parecida a la suya, pero tan distinta a la de Jim. Ese sujeto no era su padre… ese sujeto no compartía nada mas que la sangre con él.
Antes que el de cabello negro atravesara a Spock con su mano, extendida cual hoja de espada, James se interpuso en su ataque y fue atravesado por completo, sosteniendo aquel agarre con su vientre y con la mano derecha apoyada en el brazo de Khan. – Te dije… que…

El compuesto comenzó a drenarse de su interior… lentamente…

– No interfieras en mis acciones… ese vulcano debe morir. – Pronunció Khan con verdadera rabia. Primero Spock le arrebataba a Kirk 3 veces… y ahora también a su experimento. Empujó con más y mas fuerza, haciendo un extraordinario esfuerzo por desgarrar el interior de James en el proceso. De esa forma, roto como estaba, ya no le era útil.

– Ja-a-ames… – Jadeaba Spock por el dolor… entonces pudo desenfundar su arma laser.
La apuntó directo al cuello de Khan, el único sitio que podía lastimar desde su posición y disparó con gran fatiga.
En el instante, Khan sacó su mano del interior de James y se sacudió ligeramente aturdido. No era lo suficiente como para matarlo, pero le impediría moverse al menos un minuto.

Spock pudo, finalmente, ponerse de pie y ayudar a James… el rubio comenzó a empalidecer en un tono azulado muy profundo. El líquido azul celeste no dejaba de brotar de él.

– Encuentre a mi padre… y sálvelo. – Dijo al mismo tiempo que colocaba su mano sobre el hombro de Spock, manchándolo así de azul y permitiéndole transportarse de nuevo a al Enterprise. Cerró los ojos con fuerza y, cansado, recargó su cabeza sobre el muro más cercano.
Khan extendió ambos brazos y recobró la postura. Ese disparo no sería capaz de dañarlo de ninguna forma.
James hizo mayor presión a su estomago, intentando reconstruirse tan rápido como lo había echo en cientos de ocasiones… pero completamente en vano. Se le había extraído una cantidad riesgosa del compuesto. Un terrible momento para pensar en las palabras de Jim:

"¿El dolor es malo, papá?
Normalmente… si, pero… Hay ocasiones que… te vuelve mas fuerte… si lo afrontas con coraje… te vuelves mejor…"

El debía ser entonces mucho muy fuerte…
…porque morir justo cuando comenzaba a crecer, era terriblemente doloroso.

O*O*O*O*O*O*O

– ¡Señor Jim! – Christophe entró corriendo desde la zona de abordar al interior de aquel lugar. Jim estaba sentado junto al embajador Spock. Se encontraba rodeado de aparatos médicos y toda clase de herramientas clínicas. McCoy fue junto a él, además de Aley.

El rubio se puso de pie con cuidado, volteó a ver a Spock con sincera preocupación. Este correspondió a su mirada con amabilidad. Entonces quiso volver a llorar.

– ¿Christophe?

El joven vulcano se confundió aun más… y las cosas solo podían empeorar cuando Spock, el Spock de ese universo, apareció arrodillado y sosteniéndose una herida en el hombro derecho, justo frente al asombro de todos.
La alarma de un intruso en la pequeña nave alertó a todos justo cuando el vulcano terminó de aparecer ahí.

– ¿¡Spock!?

– ¡Padre!

– ¿Que haces aquí, Spock?, ¿Dónde está James? – McCoy corrió junto al vulcano al confirmar su temor. Era una herida terrible que no dejaba de emanar sangre.

Todos guardaron silencio en espera de una respuesta medianamente gratificante. Aley se acercó hasta el vulcano y se inclinó frente a él, con un semblante que traslucía a la perfección su miedo.

– ¿Capitan?... ¿el teniente está…?

Pero Spock no pudo sino agachar su cabeza.

– Salvó mi vida enviándome aquí, pero…

Aley ahogó un gemido de angustia y el resto permaneció así, de pie, sin musitar palabra alguna.
Christophe alzó la vista, mirando a través de una enorme ventana de cristal que permitía mirar hacia el exterior, hacia el universo.
En algun lugar, allá afuera… sin falta, él aun estaba vivo.
En un punto de aquel sitio tan basto, misterioso y desconocido…

…Khan tenía a su hermano.

Pues, repito, no fueron 4 meses, pero se nota que va lento jaja.
Agradezco a quienes siguen leyendo esto. Me sorprende cuando abro el correo y me aparecen notificaciones respecto a este Fic, aun y cuando ya pasó tiempo desde la ultima notificación.
Me gustaría dibujar algo divertido para gratificar esto, pero tendría que vérmelas con el tiempo. Mi nuevo empleo no me deja vida social DX, pero bueno, así es la vida.
Cuidense mucho! Espero actualizar pronto! (mas que nada para ya no recibir tantas amenazas de muerte, claro n_n)
Nos leeremos

By: Roglia15