In the doubts
Star Trek no me pertenece. Es una creación original de Gene Roddenberry y la película de J. J. Abrams.
̶ ¿Spock?
El primer oficial terminó de acomodar su uniforme de la manera apropiada. Se encontraba ya correctamente aseado y vestido para presentarse a desempeñar su trabajo a bordo de la USS Enterprise. Miró por encima del hombro al hombre que terminaba de colocarse el par de botas desgastadas que él ya había sugerido reemplazar tiempo atrás.
Quiso contestar a su llamado, cuando la voz de su compañero lo detuvo. Su seriedad era digna de sorpresa pues aquel hombre nunca había sido un orador débil o sumiso, imagen que reflejaba justo en ese momento.
̶ ¿Te casarías conmigo?
Abrió la boca ligeramente, después con un gesto mayor, pero finalmente volvió a cerrar sus labios en tan solo segundos. Su mirada rodeó todo lo que la superficie alcanzaba a delinear, pero esos ojos marrones no mostraban titubeo alguno, en realidad, parecían suprimirse dentro de otra clase de emociones.
Alzó la mirada hasta encontrar aquellos ojos azul cielo mirándolo titubeantes y registrando en completa calma todos los sentimientos que estos desbordaban.
Su gesto no fue emotivo, aun cuando su interior se hallaba en un estado famélico por expresar lo que realmente deseaba. Más no sucumbiría a ello, sus costumbres se lo impedían.
Por lo menos no en ese momento.
̶ De acuerdo.
Fue una respuesta que cualquier espectador habría denominado como "fría" antes que de ninguna otra forma. Quizá hasta "cruel", tomando en cuenta la emoción que el otro hombre derrochaba en sus abrazadoras miradas de ilusión y anhelo, pero solo ellos dos sabían lo que el otro decía en su interior y no solo con los labios.
Así el rubio saltó a los brazos del más alto y lo atrapó como si en ello se le fuera la vida.
̶ ¡Spock!, ¡no sabes cuánto te amo!
"Pero yo sé cuánto te amo a ti, Jim".
O.O.O.O.O.O
̶ Puedes confiar en que mis felicitaciones son completamente sinceras… ̶ La mujer de tez morena y cabello castaño lo abrazó orgullosa, haciendo así contacto con la espalda del vulcano, donde un ramo de alguna especie de flora, adquirida de muy dudosa procedencia, lo tocó. ̶ Son mutaciones genéticas de "Cattleya trianae", una especie de flores humanas que se extinguieron hace casi siglos en la Tierra… a Jim le van a gustar.
El vulcano observó el ejemplar y lo sostuvo con cierta curiosidad. Después inclinó ligeramente la cabeza ante la mujer y colocó el ramo sobre la mesa más cercana a ambos.
̶ ¿Qué sucede, Spock?... puede que no estemos juntos, pero aun puedo reconocer cuando algo no anda bien contigo… ¿no tiene que ver con la boda o Jim, cierto?
El vulcano se giró ligeramente hasta encontrarse con la mirada ligeramente asustada de Nyota.
̶ No es una cuestión de Jim lo que me desconcierta, aunque él sea bastante parte del asunto… encuentro aún más perturbador el poder que tiene sobre mí en ese aspecto, pero en este nivel de nuestra relación, supongo, es un asunto que atemoriza más desde mi perspectiva ofuscada que en ojos de terceros.
̶ ¿Quieres decir…? ̶ El vulcano no estaba siendo claro en lo absoluto, pero no por falta de palabras, sino por lo mucho que le sobraban cuando trataba de explicarse a sí mismo y a los demás cualquier sentimiento ligado a Jim. ¿Había palabras para describirlo siquiera? ̶ ¿Existe algún motivo para que no te encuentres lleno de felicidad y plenitud justo ahora que han definido una fecha para ese evento?... cualquiera que sea tu duda, será mejor que la aclaren inmediatamente, Spock… o alguien más saldrá herido…
̶ Yo sé que intentas decir y creo que no has entendido mi empecinamiento… no es que me encuentre dudoso en la toma de esta decisión… porque conozco tan bien mi persona como se lo desconocido que será para mi Jim el resto de nuestras vidas… es en realidad esta parte la que saca a relucir en mi ese extraño, despreciable y aun así necesario sentimiento. Ya una vez mis padres tomaron la decisión de unir "dos mundos" y no puedo decir que el resultado fuera del todo equivoco, pero… ̶ Colocó su mano derecha sobre su frente ligeramente fruncida, resbalándola así en aquella extensión verde ligero. ̶ Me parece tan irracional tener este miedo, a estas alturas… yo debería…
̶̶ Deberías hablarlo con Jim…
̶ Y el abogará solo en su beneficio… ̶ Aceptó el vulcano, no sin cierta diversión bien oculta.
̶ Entonces tú abogarás en el tuyo y ahí te darás cuenta si estás bien o no. En cuanto a mí respecta, creo que tú y Jim son una pareja hecha en el cielo… ̶ Acomodó la manga que se dobló pro accidente cuando el vulcano restregó su mano contra su propia frente, haciendo así un acercamiento bastante necesario entre ambos. De esta manera, Spock no tuvo otra opción más que mirar a la mujer a los ojos.
̶ Pues nosotros nos encontramos en el espacio…
̶̶ Que mejor. De esa forma Jim te hará mucho más feliz.
Y con una sonrisa amigable, salió de ahí.
Spock contempló la salida en completo silencio, apoyando con nuevos soliloquios a sus pensamientos anteriores.
"¿Y qué tan feliz puedo hacer yo a Jim?"
O.O.O.O.O.O
̶ Voy… creo que… voy a vomitar…
̶ ¿Es porque son un regalo de Nyota?, ¡que maldito desconsiderado, Jim!
Antes de poder alegar con algún insulto similar al recibido, el rubio salió casi corriendo del comedor, dejando así solos al doctor y al vulcano, comiendo en completa soledad.
El ramo de flores yacía sobre la mesa, justo donde el vulcano las había colocado una vez que dio a su capitán el recuento de la acción que este le pidió realizar en completa discreción con la teniente.
̶ Vaya, iba en serio… ̶ El doctor observó a Jim escapar y sin tomarle mayor importancia, prosiguió comiendo, acción que el vulcano no compartió. ̶̶ Es que a ti también te voló el apetito… su expresión fue exactamente la mía cuando me dijo lo que planeaban, ¿sabes? ̶ Por supuesto, era una broma, pero el doctor en ocasiones olvidaba lo malo que los vulcanos eran en cuestiones de sentido del humor.
̶̶ ¿Por qué un cambio de nuestro estado social alteró su salud física?
̶ Olvídalo…
̶ ¿Era acaso un uso de la figura retórica que alude a la ironía?
̶ Si, Spock, si… era sarcasmo… maldición, ni siquiera imagino como sería un hijo de ustedes dos, con lo irritante que es Jim y con tu… "tu". Espero que si van a hacerlo en serio, adopten… el universo no necesita más tipos como ustedes…
Las libertades que el doctor se tomaba hacia su persona y hacia el capitán frecuentemente disgustaban a Spock, pero aquella era una cuestión que carecía de valor frente a la recién descubierta frecuencia en los malestares, específicamente estomacales, del capitán, su prometido.
Tan sumergido estaba en esos pensamientos que ni siquiera sintió el regreso de su pareja hasta que este retomó su asiento justo a su lado, frente al doctor.
̶ Quizá adoptemos y tú puedas ser la niñera… ̶ Contestó burlón el rubio, dirigiendo una sonrisa de genuina tranquilidad al vulcano junto a él. Intentaba decirle que no había nada que temer.
"Tú tienes el completo control de lo que nos sucede… todo el tiempo, "esto" gira en torno a ti"
̶ Antes tendrían que torturarme, ¡me escuchas!, y hay de mí en este juramento, James… prefiero que lancen mi cuerpo al espacio sin protección alguna y en pleno uso de mis facultades, antes que cuidar un solo hijo tuyo… un demonio sin dudas… ̶ Jim dejó escapar unas carcajadas, pero Spock no dejaba de verlo, de analizar el rostro del rubio. La conversación que ahí se llevaba a cabo no le importaba en lo absoluto.
¿Un hijo con Jim?... las probabilidades ciertamente eran altas debido a su desempeño sexual actual, que no daba duda alguna de porque los humanos se conocían como una raza tan prolifera en un planeta que había sido construido para destruirlos… pero Jim le había dejado en claro que ser padre no se encontraba en sus prioridades y por eso tomaba constantes "medidas" para que dicho suceso no se llevara a cabo… aun…
Su estado físico actual tenía una prioridad mucho mayor en su lista.
̶ Ya lo verás, vas a adorarlo y… ¡y!, le pondremos "Leonard" en honor de su padrino, ¿verdad Spock? ̶ Preguntó el rubio con unas carcajadas entre palabras. El doctor seguía su juego y mostraba verdadero pesar en sus reacciones.
̶ ¡¿Yo su padrino?! ¡Realmente estas afectado por la boda!
̶ ¡Y le comprarás muchos obsequios!
̶ Me irás a dar mucho dinero…
̶ No, claro que no, serán todos de tus bolsillos, ahora realmente sabrás lo que es hallarte en los huesos…
̶ ¡No mutilarás mis fondos de ahorros, cabeza dura!
Spock dejó de mirar directamente a Jim y entonces estudió las reacciones de este y del doctor. De un hombre saltaba al otro, justo como la conversación se desarrollaba.
Ese sentimiento le desagradaba…
La voces seguían, se pausaban, se completaban entre las risas de Jim o los lamentos de Bones.
Todo seguía un patrón, un orden, todo era parte de aquella "convivencia".
No sentía celos en lo absoluto, era un sentimiento por completo distinto… y a la vez completamente similar.
Sentía miedo.
̶ Pues yo digo que tú serás el padrino y tendrás que comprarle juguetes y llevarlo a pasear a muchas partes ¡y le comprarás una motocicleta cuando crezca!
̶ ¿De qué rayos hablas?, ¿planeas que sea su padrino o que lo mantenga?...
Porque cuando vio a Jim tan entusiasmado, tan lleno de vida aun a pesar de sus malestares, con toda esa energía desbordándose en cada una de sus facciones, se preguntó cuánto se tardaría en notar su rostro gélido, en hallar sus facciones distantes, en descubrir lo poco que mantenían en común. Se preguntó cuánto tardaría en notar que el tomaría un tiempo en comprender aquellas demostraciones humanas poco significativas, como una conversación casual o una charla vana sin importancia. Por supuesto que se esforzaría y daría todo de su parte por conseguir, algún día, entender esa clase de relación espontanea que se da entre los humanos, pero… ¿Jim estaría ahí esperando?
"¿Cuánto tiempo puedes esperar a que la persona que amas te alcance?, ¿Cuánto sería justo pedir?"
O.O.O.O.O.O
̶ Pues me parece lógico dudar que hayas comenzado esta conversación si no planeas pronunciar palabras. ̶ Sarek observaba a su hijo de forma contemplativa. La manera en la que Jim daba vueltas como una bestia enjaulada a tan solo metros de ahí no le ayudaba a comprender esa manera de actuar. Spock alzó la mirada hasta encontrarse con la de su padre. No podía ordenar su mente.
̶ He escuchado toda clase de opiniones últimamente… eso es una parte de ello.
̶ Difícilmente se encuentra una respuesta absoluta en este tipo de situaciones, pero sigues sin decirme cual es el motivo de nuestro encuentro aparte de anunciarme sobre su boda, pues has pedido al capitán Kirk un momento de soledad para nuestra conversación y hemos conversado en vulcano por los últimos 20 minutos.
̶ Me gustaría saber cuál crees que sea la concepción adecuada de esta relación.
̶ ¿Solo como una consulta?, eso me parece ajeno a tu naturaleza, Spock. ¿Existe algún motivo para que dudes de tu proceder con el capitán Kirk?
̶ No es eso… es en realidad… un temor de otro origen. Me parece adecuado mencionar antes de ciertos temores que me han atacado constantemente y siento contradictorios a mí obrar vulcano común.
̶ El temor es lógico para cualquier especie, pero eso no significa que debas permitirte someter tu juicio a él. Pero decías, es miedo, ¿ciertamente?, pero ¿a qué?, con exactitud.
̶ Espero intente tomar como referencia su experiencia en este campo, el de comunión con los terrestres… no me mire por favor de esa manera, sé que, asume, mi conocimiento es quizá mayor al suyo por mis constantes contactos con semejante raza, pero es completamente equivoca esta idea, pues encuentro que entre más los conozco, entre más doy por hechas ciertas circunstancias, ciertas acciones, más me resultan desconocidos. He encontrado a mi prometido, el capitán, como una persona de la que puedo esperar toda clase de acciones; es impulsivo e impetuoso, de carácter solemne solo cuando la situación así lo solicita, pero completamente incapaz de tomar una decisión basada en cualquier mensaje que no sea directo de sus paciones. No confunda mi propósito, que a él me dirijo con esta breve aclaración. Si reconozco este comportamiento, lo admito e incluso he llegado a admirar ciertos aspectos de él, me turba la idea, pequeña, casi breve, pero constante de un acercamiento al único y más grande obstáculo de nuestra relación. Me he preguntado constantemente en los últimos días si me he conducido correctamente hacia Jim, es decir, el capitán… yo amo esa compostura en su persona por completo, si incluso he podido admitirlo públicamente y me encuentro a semanas de oficiar una ceremonia terrícola que lo catapulta en nuestra principal presentación social, la de su esposo… pero puedo creer, y es bien sabido que la desconfianza, en ocasiones, protege al ser que la emplea aún más que la confianza absoluta de sus acciones, que él no está del todo enterado de mis perfiles. ¡Me doy cuenta de su reacción de perplejidad!, perdone si lo analizo más de lo frecuente, pero es una característica humana que he aprendido bastante bien, noto en usted una reacción que todos han mostrado hacia mis inquietudes… Jim, más que cualquier otro, está capacitado para llamarse a sí mismo la persona "que mejor me conoce en el Universo", pero… quizá solo busca la imagen que cree conocer en el exterior… es… una manera de decirlo… que quizá él esté exteriorizando lo que cree ver en mí… ¿ha quedado claro mi punto, padre?
El más viejo de los dos vulcanos ahí presente miró a su hijo con cierta tranquilidad seguida de un estudio veloz, pero eficaz, para finalmente hacer lo mismo con su "futuro yerno", quien yacía a no menos de 3 cuerpos de distancia, fingiendo lo que no podía fingir y actuando como si no prestara atención a su conversación. Parecía que la curiosidad por lo que los vulcanos charlaban estaba por consumirlo en medio de un fuego creciente.
Su opinión acerca de ese capitán cambió drásticamente en ese momento.
Sin inmutarse en las facciones de su rostro, Sarek dedicó una mirada más a su hijo, tan fría como el resto de ellas y se alejó tan solo un paso en dirección contrario a él. Spock no podía interpretar ese gesto de ninguna otra forma más que contemplación, así que esperó a que el vulcano dictara su veredicto en aquella situación que llevaba fastidiándolo días.
El vulcano se alejó de su hijo y emprendió un breve camino en dirección de Jim, acto que hizo al rubio exaltarse con mal disimulado miedo. ¿Qué podrían haber hablado su prometido y su futuro suegro con tanto ahínco?, ¿acaso Sarek se opondría a su matrimonio?, ¿Qué tanto poder podría ejercer sobre Spock aun?, ¿Qué opinión tenía su suegro de él?, habían hablado en varias ocasiones antes, pero siempre pensó que era parte del conjunto de vulcanos que consideraban a los terrícolas (muy específicamente a él) como torpes niños con el poder de manipular armas destructivas que poco provecho representaban para el Universo, caprichosos e irracionales. ¡Cuánto se arrepentía en ese momento de no haberse preocupado más por cambiar esa terrible (aunque ligeramente acertada) imagen negativa!
Sarek llegó hasta Jim y comenzó una conversación a la que Spock no tuvo invitación siquiera, en su lugar, se alejaron platicando de ahí, lejos de sus oídos vulcanos y de su percepción del miedo hasta entonces conocida. Su padre y Jim… platicando… solos…
Aun con cierta crueldad, Spock anhelaba con verdadera fuerza interna el poder estar ahí, entre ambos seres tan distintos, para impedir que Jim dijera o hiciera algo que molestara al vulcano.
Después de los 30 minutos más agonizantes de su joven existencia, Spock vió a Jim sonriendo como su atolondrada costumbre lo hacía reaccionar y a su padre tan tranquilo como de costumbre. Le habría encantado que su madre formara parte de aquel cuadro tan imaginativo… aun cuando comenzaba a creer en una tonta convicción terrícola de que todos los seres amados permanecían de cierta forma junto a ellos, había algo en su interior que no lo permitía abrazar la idea por completo. Ilógicas creencias humanas.
Jim dejó a Sarek luciendo más feliz que nunca y se despidió apenas con un movimiento de mano hacia su prometido, colocándose así su gorra del uniforme y saliendo con rapidez, pues había un cierto encuentro que realizar antes de volver a bordo de la Enterprise. Spock respondió con un gesto similar y se encaminó al encuentro con su padre, visiblemente perturbado.
̶ Luces nervioso, Spock.
̶ Es evidente que… esperaba, espero que tu visión de Jim no haya trastocado aquella que tenías de él anteriormente.
̶ Un análisis erróneo, el capitán Kirk luce para mi tal como en realidad es y no he creado visión alguna de su persona.
̶ ¿Le parece que he tomado la decisión correcta?
̶ Difícilmente, Spock… no hay opciones "correctas" o "incorrectas", una decisión es tal cual, el acto de decidir. Son los caminos que elegimos, las acciones que perseguimos lo que representa lo bueno o lo malo de nuestras metas. Si, por otra parte, lo que intentaste expresar con esa pregunta, obviamente intervenida por tu constante contacto terrícola, es tu indecisión en cuanto a mi posición respecto a tu boda, te puedo asegurar que no conozco a una persona que te merezca menos y a quien tu merezcas más.
Spock guardó silencio, reflexionando sobre las palabras de su padre. Este tuvo que volver a retomar la conversación casi perdida de su hijo.
̶ Tú lo amas, Spock… y puedo leer en su comportamiento típico humano, pero sobre todo, en sus palabras, respaldadas por completo en sus acciones, que él te ama igualmente. Ambos están listos para pactar ese acuerdo social terrícola que llaman matrimonio, pero, Spock, ¿estás listo para ser su t'hy'la?, ¿crees que ambos lo estén?
̶ Si. ̶ Afirmó sin mayor preámbulo. Quizá sin pensarlo siquiera. Una reacción por demás ilógica que generó una respuesta lógica. ̶ Lo estamos.
̶ Entonces no temas ser insuficiente para él. Encontrarán la manera de arreglar sus diferencias, siempre que ambos se esfuercen en ello ̶ Algo sencillo, pensó Spock. ̶ Y ambos estén dispuestos a retroceder al menos una vez. ̶ Algo NADA sencillo, pensó de nuevo el vulcano.
Antes de abandonar al más joven para emprender su regreso al edificio donde se encontraba el alojamiento temporal, Spock detuvo a su padre una vez más, pues había decidido seguir a Jim en su tarea y quizá después no podría despedirse apropiadamente del mayor.
̶ Entonces, nos veremos hasta el día acordado con Jim.
̶ ¿Jim? ̶ Spock encontró curioso aquel nombre en boca de su padre.
̶ El y yo hemos acordado ciertos parámetros a nuestra nueva condición social y una de sus peticiones ha sido que me dirija a el de esa forma, aun cuando le he advertido que al comienzo puede que sea difícil para mí. Ha prometido aguardar con tolerancia la transición.
̶ "Parámetros" ̶ Se repitió el más joven. ̶ Eso significa que usted también ha demandado alguna acción en contribución, ¿es correcto?
̶ Spock. ̶ El mayor dedicó una mirada a su hijo que este nunca había visto. Por primera ocasión en su vida, incluso cuando había crecido junto a sus padres y estos vivieron juntos hasta la muerte de su madre y en ningún otro momento este había cedido a sus costumbres humanas, más específicamente, a verse víctima de los sentimientos que estos más temían, en ese momento lo único que podía interpretar en sus ojos era el obvio sentido del reproche. Así era, le reprochaba su ingenuidad. ̶ Es bien sabido que un matrimonio significa la comunión de las partes que lo involucran…
̶ Así es, padre…
̶ Pues bien, ¿me preguntas si tomé alguna medida para proteger mis intereses ante una persona que proviene de la raza más irracional de todas las que existen en el universo explorado? Así que… mi respuesta es afirmativa. Mi desosiego más grande desde que Amanda murió has sido tú, mi único hijo y cada vez que nos conocemos más, encuentro que eres el digno hijo ella. Eso es lo único que me preocupa. Pues bien, mi hijo está a semanas de unir su vida a una especie que inventó la palabra "divorcio". La única que lo practica, en realidad. Creo que es motivo suficiente para desarrollar… "medidas". Si estas han sido tus dudas, no encuentro algo más conveniente que desearte un viaje provechoso para que su empresa se lleve a cabo. Larga vida y prosperidad, Spock.
El joven vulcano pensó tan solo unos segundos más, pero de inmediato respondió apropiadamente al otro vulcano, dedicándole una mirada que asemejaba más a las acostumbradas por él.
̶ Larga vida y prosperidad, padre.
O.O.O.O.O.O.O
Completamente seguro que la negatividad solo llevaría malestar a su vida, Spock continuó su viaje en completa calma, con todas las dudas disipadas por completo y sus ideas bien claras.
̶ No me has dicho que te pareció el salón, Spock… ¿acaso dije algo a tu padre que les ocasionara un conflicto?, ¿no preferirías casarte en Nuevo Vulcano?
̶ Por el contrario, tu boda, con el estilo y las características que deseas, sería poco acorde a las tradiciones vulcanas, será mejor que realicemos esta ceremonia en la Tierra y la unión vulcana en el lugar correspondiente.
Kirk mostró una sonrisa melancólica al vulcano, cosa que no pasó desapercibida por el primer oficial. Había aprendido a leer en Jim la mayoría de sus expresiones faciales, pero esa no era una de ellas. Como la cobardía y el temor nunca se mostraban reflejadas en su rostro, fue lógico para él asumir que uno de esos sentimientos era el que se manifestaba en su cara y como el temor no parecía algo sensato en aquella situación, lo otra opción era la única posibilidad.
̶ ¿Qué te entristece?, ¿he dicho algo inapropiado?
̶ No se trata de eso… es que… no es nada. Estoy bien. ̶ El rubio cambió la dirección de su mirada, pero Spock no dejó de observarlo contemplativo. Después de varios segundos de silencio, Jim se giró visiblemente molesto. ̶ No te importa nuestra boda, no quieres tener nada que ver con esto… solo escucho "tu boda", "lo que quieres para tu boda", "la boda que deseas"… ¿no te estás casando conmigo acaso?, ¿seré yo el único que participará en esto?
̶ Nunca ha sido mi intención que…
̶ Para ser alguien que intenta ocultarme sus… ̶ Y continuó y continuó… jamás tuvo a Jim en un concepto tan histérico, pero por alguna razón, él lo volvía irracional. Curiosidades de la vida. Pero eso no lo molestaba… ya no más…
Tan rápido como había comenzado el sonido, desapareció.
̶ S... S… Spock… ̶ El vulcano había robado un beso a Jim. Juntaron sus labios, solo como un leve roce, un toque que apenas y se sintió. Kirk mantuvo sus ojos abiertos durante los pocos segundos que eso tomó, pero Spock los tenía por completo cerrados, casi como si la vida se le escapara en el acto. Finalmente, el rubio cedió y, acercándose ligeramente, respiró tranquilamente, así, a quizás apenas 2 milímetros de su rostro, haciendo que Spock abriera los ojos ligeramente, pero aferrándose a su rostro en el acto. Lo sujetó de las mejillas, haciendo una presión que detonaba verdadera hambre, uniendo sus labios, probando la calidez de aquel lugar, jugando con su lengua en un compás que parecía justo por primera ocasión, pues Spock lo buscaba con la misma necesidad, tomando así el rostro de Jim y atrayéndolo con la misma presión que el otro ejercía sobre el suyo. La respiración les falló después de tanto y exigía volver a surgir en sus cuerpos, así que ambos tuvieron que separarse y recuperar su cordura natural.
La nave se detuvo un momento en frente de donde las instalaciones de la Federación comenzaban, así que todas las cabinas comenzaron a ser desalojadas. Justo a tiempo se habían separado.
̶ Te amo, Spock. ̶ Dijo Jim, aguardó unos segundos en silencio y después de sonreír como acostumbraba, bajó de la nave antes que él. ¿Desde cuándo perdió la esperanza de escuchar algo similar de vuelta?
̶ Y yo a ti, Jim. ̶ Soltó con seguridad, Jim se giró, pero su rostro no parecía feliz en lo absoluto. Era terror… y luego… ¿se estaba riendo?
̶ ¡Oh, Dios mío…! ¡Spock!
El vulcano encontró aquello terriblemente ofensivo y bajó de ahí sin volver a dirigirle la palabra a su prometido en todo el día.
Jim podría haberse preocupado, pero en su lugar estaba lleno de dicha, de alegría… y eso le causaba tantos conflictos que solo podía romper en más risa. Era un manojo de emociones. Corrió para alcanzar a su novio reservado y acarició ligeramente su mano con la del vulcano, justo en aquellos dedos que algo más significaban, lo sabía perfectamente. Spock lo observó con cierta indignación, después de toda aquella burla, intentar reconciliarse de esa manera le pareció absurdo, pero no tuvo tiempo de reproches, pues Jim lo abandonó por correr en dirección de la zona desde la que serían transportados a la Enterprise. Finalmente, Kirk seguía a cargo…
"Y así debería ser siempre…"
O.O.O.O.O.O
̶ Debe existir algún error… es… imposible… ̶ Sentado al mando de la nave, Jim comenzó a sudar por completo frío. Todos en la cabina de mando tenían la misma expresión siniestra en el rostro.
̶ No hay forma… ¡capitán! ̶ Spock apenas y tuvo tiempo de voltearse, cuando observó a Jim caminando en dirección de la pantalla por la que veian aquel espectro fantasmal, como recién salido de su pesadilla más grande.
̶ Teniente Uhura, intente comunicación con la nave…
Era la USS Vengeance, por completo reconstruida y a tan solo una breve distancia de ellos.
̶ Diez años después, esa cosa… ̶ Jim intentó leer en alguna parte de aquella maquina la breve, casi segura, pero aterradora idea de… de que aquel siguiera vivo…
̶ Capitán, parece ser una nave sin tripulación. ̶ Informó Sulu, al instante Nyota hizo un movimiento con la cabeza que afirmaba para el rubio lo que su teniente acababa de afirmar.
̶ No… es imposible. Él nunca se rendiría asi. ̶ Susurró para si mismo, pero a una distancia tan corta del vulcano que pudo prevenir el siguiente movimiento del hombre.
̶ ¡Capitán! Explorar una nave desierta no es su obligación y si el resto de… ̶ Comenzó el vulcano, pero Jim ya había emprendido su viaje en dirección del teletransportador.
̶ ¡No enviaré a nadie ahí a morir, Spock! Y usted y yo sabemos que ese… ¡bastardo! sigue con vida… 10 años después, aun busca recuperar a sus aliados, ¿es que no lo ve?
Spock caminó apresuradamente al lado de Kirk, pero había tanto temor en su proceder que ni siquiera sabía que podría decirle para calmarlo. Iba a ir a cazarlo, podía verlo en sus ojos. Aun después de una década seguía ahí el odio por el tipo quie mató a Pike… que destruyó su familia hasta ese momento… y allá iba él.
Entonces las luces de la Enterprise se apagaron, parpadearon y de pronto algo extraño la sacudió.
̶ ¡Capitán!, La Vengeance ha comenzado la comunicación, es urgente que se presente en el puente… ̶ La voz de Uhura resonó en su intercomunicador, haciéndolo regresar a aquella sala, seguido a la brevedad por Spock.
̶ James Tiberius Kirk. ̶ En aquella pantalla, con exactamente el mismo rostro y una expresión de gozo, el enemigo más grande que Kirk había enfrentado jamás.
̶ Khan Noonien Singh ̶ Contestó Kirk, con una mirada salvaje, contemplando como ciertas sus sospechas. El monstruo seguía vivo. ̶ Has vuelto para entregarte a la Federación, supongo.
̶ Tus sospechas jamás habían sido tan erróneas, pero dudo mucho que con tu… inteligencia, ¿podemos llamarlo asi?, ¡tu capacidad intelectual, digamoslo de esa manera!, pudieras siquiera creer que eso sería sencillo.
̶ No tienes salida, Khan. Si te entregas ahora, puedes recibir mi oferta y pasar criogenizado junto a los tuyos el resto del tiempo que les quede. Es lo único que te ofrezco… o bien puedes morir ante una nueva confrontación.
̶ Lamento tener que rechazar tu oferta, James ̶ Agregó con ironía. ̶ Lo que se está negociando aquí es mi misericordia para tu tripulación. ̶̶ Las luces parpadearon una vez más.
̶ ¡Teniente Sulu!
̶ Es inútil intentar arreglarlo… justo ahora soy dueño por completo de sus sistemas de energía y planeo poseer mucho más… ¿ha visto la Federación alguna vez a una de sus naves destruyéndose por si misma?
Kirk intentó sostener su mirada, pero al ver que todos en los controles lo miraban con verdadero pánico, buscando en el una respuesta a eso, el se giró en dirección de Spock y este inmediatamente se abrió paso hacia la pantalla.
̶ La Vengeance no ha sido actualizada para montar un acto similar… en cuyo caso, la USS Enterprise se ha…
̶ ¡No voy a negociar con el vulcano, Capitán Kirk!... James… preséntate solo ahora mismo ante mi presencia y tu tripulación vivirá un día más… ya sea para esconderse o para morir.
̶ ¡Corten la comunicación! ̶ Uhura actuó al instante y Khan desapareció de la pantalla por completo. ̶ No podremos comunicarnos con la Federación si ese maldito no establece las conexiones… ̶ Las luces parpadearon en todos los visores, pero esta no desaparecía pro completo. Uhura intentaba hacer su mejor trabajo, pero precisamente su unidad era la que sufría mayores problemas, obviamente por trabajo de Khan.
Jim se mantuvo sentado, con ambos codos sobre los posa manos, pero en tan solo segundos, el supo lo que tenía que hacer.
̶ No… ̶ Y Spock también lo sabía…
Todos en el puente observaron a Jim con cierta esperanza, pero sus intenciones se vieron oscurecidas al escuchar las últimas órdenes de su capitán.
̶ Señor Spock, queda usted a cargo temporalmente hasta mi regreso… el señor Sulu será su primer oficial…
̶ ¡Capitán!
Todos en el lugar se giraron con temor para ver a Jim saliendo de ahí. El resto de la tripulación lo observaba caminando con velocidad en dirección de la sala de tele transportación. Un silencio sepulcral se hizo escuchar en todo el recinto, por los pasillos y en cada sala.
̶ ¡Capitán!, asistir a sus exigencias resulta ilógico, debemos contactar a la Federación… ̶ Spock alcanzó a Jim antes que partiera de su lado. De que fuera en busca de una muerte segura.
̶ Spock, ¡basta!... te he dicho que no podremos contactarnos a menos que la Vengeance nos permita establecer de nuevo las conexiones… soy el capitán, yo iré en busca de Khan… estaré bien.
̶ Las probabilidades de que esa afirmación sea correcta, son…
̶ ¡Spock!, no está a discusión, tranquilo… ̶ Jim tomó el rostro del vulcano con ternura y robó un beso ligero de sus labios. ̶ Estaré bien.
Y el vulcano, mirándolo con miedo nada disimulado, lo sostuvo de la mano y lo abrazó, contraria a cualquiera de sus costumbres.
̶ No vayas…
Quería llorar, simple y sencillamente llorar. Tal como lo vió morir 10 años atrás, sin remedio, frente a su impotente mirada, justo en ese momento lo veía igual… en el único camino que no podía vencer en su pelea por retenerlo. Iba a morir… si lo dejaba ir moriría. Reteniendolo, al menos ambos lo harían juntos.
Jim lo alejó y le dio un beso en su frente, parándose de puntitas necesariamente, pues el vulcano era más alto a él. Acarició sus manos una última ocasión y finalmente entró en la sala de teletransportación, diciéndole "Adiós" con la mirada al vulcano.
Y separándose de el por 20 años.
….
…
"Muchas ocasiones me detengo a contar las oportunidades que tuve antes de prevenir que todo esto sucediera. Debí escucharme a mí y solamente a mi cuando me decía que por algo no te merecía… debí presionarte para desistir… debí ser más fuerte en todos los aspectos. Pero "esto", lo que había entre tú y yo, siempre fue sobre ti. No es que no sea parte de nuestra boda… es solo que me hace feliz poder complacerte en todos los niveles, verte sonreír y divertirte me da una dicha que no creía capaz de experimentar y sé que tú lo sientes de igual forma al ver lo que en mi haces sentir... No es que no te quiera… es que te amo, simple y sencillamente. Es tan difícil para mí expresarlo en palabras, me encantaría que todas las emociones estuvieran descritas en un enorme libro que me dijera como debo proceder ante cada una… mi inexperiencia en este campo solo me vuelve mucho más torpe y tú… tú simplemente me eclipsas. Por eso... ¿por qué habría de decírtelo todo el tiempo?, debes saberlo ya… que eres la criatura más fascinante de todas y que solo pienso en ti todo el tiempo, que robas mi atención, canalizas mis deseos e intervienes irrefutablemente en todos mis sueños. Sin embargo, si aún no terminas de entenderlo, entonces sí, te lo diré a diario. Que te amo, Jim. Te amo. Te amo a ti. Solo a ti, Jim.
Y no es que no me crea suficientemente bueno para ti.
Es que lo sé…
…no lo soy".
O.O.O.O.O.O
̶ ¿Será realmente…?
̶ Tiene rasgos vulcanos…
̶ Pero eso no significaría que…
Los murmullos llenaban la enfermería, al momento en que la entrada emitió el sonido de alguien llegando con velocidad hasta esa parte de la Enterprise.
Spock entró con el aliento ligeramente entrecortado, hbaia corrido como loco para llegar hasta ahí.
̶ Es un bebé, Capitán… ̶ La doctora Chappel repitió las palabras con las que llamó al vulcano en primer lugar. ̶ El venía dentro del contenedor de basura marcado con origen como la Vengeance… junto a esta…
̶ ¿Cuál es su estado? ̶ El vulcano rodeó la cuna improvisada de sabanas, observando así en plenitud la imagen de aquel pequeño. Su escaso cabello era negro como el ébano, sus orejas eran demasiado largas para el promedio humano y su piel era ligeramente verdosa.
̶ Se encuentra bien, pero…
Algo… una pequeña señal… una pequeña imagen… ¡lo que fuera!... algo que lo relacionara a Jim.
Sin embargo, nada. Era un bebé vulcano, aparentemente.
̶ Es tu hijo, Spock…
La voz de Bones hizo a todos guardar silencio y mirar en dirección del doctor, quien recargado contra una mesa de estudio, se secaba unas lágrimas casi invisibles, pero que parecían haber sido el resultado de un dolor realmente intenso para su alma.
̶ ¿Qué?
̶ Esa memoria… ̶ Apuntó al objeto retenido por Chappel y que el vulcano no le permitió mostrarle. ̶ Y está… ̶ Mostró un objeto similar entre sus manos. ̶ Fueron grabadas por Jim.
¡Finalmente!, casi un año después, ¡ahí estaba de nuevo!
Los sentimientos lo golpearon en el pecho, con gran fuerza y una tremenda convicción nueva embriagándolo. Jim, su Jim, seguía vivo, ¡vivo! Y además, justo ahí estaba…
Spock caminó de regreso al bebé y lo observó más detenidamente… pero nada había de Jim en aquel pequeño… aun asi ¡Cuánto llegó a amarlo en tan solo segundos!, ¿era acaso eso posible?
̶ La Vengeance debe hallarse cerca… ¡señor Sulu! ̶ Encendió el intercomunicador, cuando algo bajo su mano lo sobresaltó ligeramente. Se trataba del roce de una pequeña piececilla de carne.
El bebé sobre la camilla lo observaba con enormes ojos celestes claro, puros, como el agua de un riachuelo, como el cielo de un dia limpio en la Tierra, como la profundidad y como un rayo de los más brillantes que obsequia el Sol. Brillaban como lejanas estrellas que entre más se alejan, más se desea poseer. Lo miraban embelesados, atraídos por lo que podían encontrar en aquel vulcano tan cercano.
Spock aguantó la respiración por casi un minuto, mientras la voz de Sulu lo llamaba en repetidas ocasiones al otro lado de la transmisión.
Una solitaria lagrima recorrió su mejilla… pues después de meses de agonía, finalmente tuvo una respuesta su más grande suplica. Habían vuelto a él aquellos desarmadores ojos celestes que solo sabían provocar en el los más dulces sentimientos.
Y con ellos, regresó el miedo.
O.O.O.O.O
Pasó un año… después dos… cinco… diez…
Imaginar la condición de un hombre que ha perdido a su ser más querido, preguntarse cuando dejará de sufrir por aquel es similar a imaginarlo día tras día, poniéndose de pie por las mañanas, ingiriendo mil agujas de un vaso roto, levantándose de una cama de clavos y andando descalzo por entre brazas incandescentes, siendo azotado en el transcurso del día y encontrando el alba de este sumergido en un líquido que corroe su interior hasta la parte más profunda de sus entrañas. El dolor nunca se irá… solo son reemplazadas la calma y la tranquilidad por la resignación y la costumbre.
Al decimoquinto año, James Tiberius Kirk fue dado oficialmente como una baja más dentro de la Federación Unida de Planetas y cualquier búsqueda debía darse por terminada.
La vida se acaba con tan solo un soplo del viento, similar o más débil que aquel que arrastra las hojas de otoño hacia un destino desconocido… pero la esperanza, la más dolorosa de las esperas, jamás muere. La esperanza lo es todo. La esperanza es eternidad.
Spock aguardó así, por completo derrotado, junto al único motivo que tenía para continuar peleando por un mejor futuro.
̶ ¿Padre?
̶ ¿Qué sucede, Chris?
̶ ¿Me permitirías ir a la Tierra?
̶ ¿La Tierra?, ¿Por qué habrías de hacer un viaje tan peligroso a un planeta que ni siquiera conoces?
̶ Quiero ver al doctor McCoy… quiero saber cómo es el planeta donde vive… y el planeta donde nació mi padre James.
Spock observó a su hijo. Medía quizá un metro, un poco más. Su cabello estaba perfectamente arreglado al estilo vulcano, sus orejas eran tal como la del resto en Nuevo Vulcano, su apariencia no difería en el resto. Sus pequeñas manos jalaban nerviosamente aquel traje de cuello alto que lo protegía de los rayos del Sol. El menor encontró la mirada inspectora de su padre, pero de inmediato desvió la mirada, cambiando su posición a una que reflejaba mucha más seguridad. Realmente moría por salir de ese planeta opresor… y ver al doctor humano que lo fascinaba tanto.
Una vez tuvo así, justo como en ese momento su hijo se lo recordaba, a una persona amada. Su seguridad en que sería imposible no fiarse de él lo hizo perderlo.
¿Podría hacerlo una segunda vez?
̶ Escucha con atención, Christophe. ̶ Se inclinó hasta encontrarse a la misma estatura del vulcano, doblando una rodilla en el acto y tomando con fuerza sus pequeños bracitos, algo a lo que el menos no sabía cómo reaccionar. Su padre jamás lo había tocado. ̶ Nada bueno hay para ti entre los humanos. Son irracionales y se guían solo por sus sentimientos ilógicos. Eres un vulcano, tal como nosotros, es aquí a donde perteneces, este es tu hogar. No hay sitio más seguro para ti que en mi cercanía. Viajo constantemente porque soy el capitán de una nave, pero eso jamás me impedirá cuidar de ti. Si deseas contactar al doctor McCoy, él sabe dónde encontrarte y sabe que puedes recibirlo todo el tiempo en casa, nuestra casa, Christophe. ̶ El pequeño vulcano quiso llorar, se vio reflejado en sus acuosos ojitos celestes, pero el mayor de inmediato le ejerció ligera fuerza en su agarre. Si tan solo hubiera sido asi de firme con Jim todo el tiempo… si lo hubiera podido retener un poco más… ̶ No llores, Christophe Kirk. No muestres sentimentalismos típicos de la raza humana… somos vulcanos. No sufras si es ilógico hacerlo. Suprime tus emociones… elige sentirte bien y algún día aprenderás a ser feliz de esta manera y así el resto te aceptará.
El pequeño vulcano abrió sus ojitos con una nueva ilusión. Quiso abrazar a su padre, buscar otra clase de consuelo a ese dolor… pero lo observó con seriedad y finalmente retrocedió, por completo tranquilo en completo silencio.
No quería preocupar a su padre nunca más por ser el hijo de dos mundos.
No quería ser una decepción más en su, ya de por sí, torturada existencia.
̶ Eso haré, padre.
O.O.O.O.O.O
̶ ¡DIME!, ¿tú también me amas?
̶ ¡SI, DE ACUERDO!, ¡TE QUIERO!, ¡Te amo demasiado, maldición…!
Irracionalidad.
Incoherencia.
Barbaridad.
Pasión.
Desmesura.
Necedad.
Simpleza.
Todos los sentimientos que le arrancaron al hombre que amó durante 20 años… ahí mismo, siendo ofrecidos a su hijo. El recuerdo de ese amor. Entregados a él para destruirlo y arrasarlo tal y como esas impías emociones hacían en todos los humanos.
20 años… 20 agonizantes años… 20 años de sufrimiento… 20 años de angustia… 20 años de esperanza… esperanza… ESPERANZA… ¡ESPERANZA!
OH NO, NO DE NUEVO…
̶ ¡PADRE, DETÉNGASE!
̶ ¡Spock!
Lo iba matar sin falta. Spock tenía que matar a Bones antes que lo enloqueciera una vez más.
…
Pues que puedo decirles. Muchas gracias por sus comentarios, fueron la mayor gratificación de todas y eso me animó a terminar el capítulo que llevaba meses arrastrando inconcluso.
Tuve toda clase de obsesiones en estas semanas y ya casi termino de planear un fic CHERIK (Erik x Charles de X ̶ MEN) crossover con THOR que traigo en mente, así que por poco y se me vuela el corte para esto. Por suerte no pasó y aquí estoy de nuevo, actualizando n_n
Esta fue la breve (16 paginas en WORD de pura brevedad) perspectiva de Spock, quien había estado bastante ausente en el fic. Antes de que me o lo juzguen solo aclaro algo sobre mi punto de vista: el Spock de Zachary Quinto me parece muy débil. Lo dije ya, eso es todo.
No me malinterpreten, NO TIENE NADA QUE VER CON EL BELLISIMO ZACK, es algo sobre el personaje en este remake que no me recuerda al anterior y que no termino de aterrizar… no sé porque, pero siento que lo describen demasiado débil emocionalmente y aunque sé que los factores en ST 2009 para que lleguemos a ver a Spock adulto son abismalmente distintos a los de ST: OS, como quiera siento que a veces se pasan y este Spock es un 80% terrestre y 20% vulcano en lugar del acostumbrado 60%-50% de la serie original, lo que lo hacía un personaje fascinante.
De cualquier forma, RECUERDEN, es solo mi humilde opinión.
Por eso este capítulo de trató de dudas, debido a mi concepción de Spock. Cada uno es libre de juzgar.
Cuidense mucho, gracias por sus comentarios y ya nos leeremos pronto.
Oh! Y por supuesto, Feliz Navidad y Año Nuevo atrasados!, tómenlo como mi regalo hacia ustedes n_n (asi yo esperaré mi regalo de cumpleaños en días venideros :D)
By: Roglia15
