Star Trek no me pertenece. Es una creación original de Gene Roddenberry y la película, de J.J. Abrams.
In the Growth
Jim tenía la impresión de que alguien más se encontraba ahí con él. Al igual que esa sensación perturbadora cuando se entra en una habitación amplia, donde la luz no alcanza los límites de cada esquina. Algo flotaba a su alrededor, una extraña miasma que no lo dejaba tranquilo, de cierta forma lo guiaba y lo obligaba a pensar en ciertas cosas que de ninguna otra forma se le habrían cruzado por la cabeza.
— Kirk… — Susurró para sí mismo, pero con el silencio que había inundado el puente de aquella nave después de la demostración intensa de ira por parte de Spock, su voz fue audible para todos. El vulcano mayor, su amigo de otra dimensión, se acercó hasta él, pero de inmediato notó algo extraño en su mirada.
— ¿Señor? — Chris, quien se encontraba sentado junto a McCoy, intentado sanar su herida, miró la forma en que Spock observaba a su padre terrestre.
Spock dio un paso en dirección de ambos, cuando la voz de Jim lo hizo detenerse.
— James… la estación casi… casi está lista…
Su voz hizo a todos los presentes sentir un tremendo escalofrío. Era casi igual a la de Khan.
Los ojos de Jim se tiñeron de un azul tan oscuro que le dio un aspecto más sombrío.
Spock, el Spock de Jim, caminó en dirección de la escotilla que permitía observar el espacio que los rodeaba. No había rastros de la Vengeance, pero tal como había ocurrido en la Enterprise antes, quizás era una señal por parte de Khan para alertarlo, hacerlo temer. Y en tan solo unos segundos, sus miedos se vieron confirmados cuando una luz parecida a la de la transportación comenzó a iluminar al rubio.
Spock Prime y Chris intentaron tomarlo del brazo, pero la luz se volvió demasiado brillante y en tan solo unos segundos, Jim había desaparecido.
— ¡Pronto!, ¡rastrea el área más extensa que sea posible, naves de la Federación y externas! — Ordenó Spock a Legión, entonces el joven se dio a la tarea con rapidez.
Khan no debía estar muy lejos de ellos… y Jim y James con él.
O—O—O
Varias imágenes recorrieron su cabeza con una velocidad abrumadora.
El capitán Pike, sus últimos instantes de vida.
La explosión de Vulcano.
Su prueba en la Academia, la Kobayashi Maru.
La vida en la Tierra.
Su infancia rebelde.
Entonces, aparecieron imágenes de distintos matices. Dulces, cálidas, tristes, dolorosas, lejanas, actuales, esperanzadoras, divertidas, sombrías y destructivas.
Spock, Bones, la tripulación de la Enterprise, sus amigos en Nuevo Vulcano y en la Tierra… entonces una tenue luz blanca cubrió a dos personas que lo hicieron sentir una tremenda necesidad de salir corriendo tras ellos.
Eran Christophe y James. Ambos lo esperaban… que diera un paso más de entre aquellos torbellinos de recuerdos y memorias incompletas. Esperaban que volviera a ser él mismo.
O—O—O
— ¿Padre?
Sus ojos se abrieron lenta y muy penosamente. Había luces celestes y verdosas alrededor de su cuerpo.
¿Dónde estaba?, ¿Qué había sucedido?
— ¿Chris?
—Claro… — La voz del rubio sonó decepcionada. Aun en ese extremo, sentirse de esa forma, era por demás patético. — No, señor Kirk. James. ¿Se encuentra bien?
— ¡James!, ¿Dónde está Khan?, ¿Dónde estamos?, ¡Spock!, ¡SPOCK!
— Es inútil gritar en este lugar… antes, esta era la cámara de experimentación que Khan ideó para la Vengeance.
Jim se puso de pie tambaleante y caminó por esas oscuras paredes de azul, con ciertas manchas que parecían comenzar desde la mitad del largo, hacia arriba. ¿Qué color podía ser tan oscuro y rojizo al mismo…?
— Sangre…
— En todas las paredes… hubo muchos experimento aquí… hubo mucho… "progreso". — Murmuró el rubio menor, cuando Jim se posó de pie a su pado y lo tomó fuertemente por la muñeca, haciéndolo girarse en su dirección. Sus ojos parecían estar molestos, pero había lágrimas en ellos.
— ¡Nunca vuelvas a abandonarme!...aun si crees que estoy en peligro o que debes salvar a otros… yo a ti… te quiero… — El otro no mostró mayor reacción que si una mosca hubiera volado alrededor suyo. Sus ojos ya no eran celestes, pero Jim no lo había notado aun. — Perderte sería horrible… no podría vivir si algo les sucede a cualquiera de ustedes.
Jim, el joven frente a él, parpadeó sencillamente y después miró en una dirección que no parecía relevante. Ni siquiera una de esas extrañas sonrisas maquinadas se dibujó en su rostro.
— Entiendo. Ahora, debemos irnos…
— ¿Cómo?, no veo una acceso o salida por ningún lugar… solo, paredes… ¿ir hacia dónde?
— Hacia Spock. — Dijo el joven, antes de tomar de una forma brusca al rubio y comenzar el proceso de transportación.
O—O—O
Cuando aparecieron ante el resto de la nave secuestrada, todos se alegraron al contemplar que tanto Jim como James se encontraban bien. Jim los tranquilizó diciendo que Khan había escapado una vez más, pero agregando que James se encontraba bien y que lo había rescatado.
Ambos Spock cruzaron miradas sospechosas. Christophe corrió cerca de su padre y su hermano, pero se detuvo antes de hacer alguna "reacción emocional irracional" que su cultura le había enseñado a manejar. Pero su felicidad podía reflejarse en esos ojos celestes…
"ojos celestes"
— ¿Qué le ha sucedido a tus ojos, James? — Todos, a excepción claro, de Jim, habían notado el notorio cambio. No solo lucían más opacos, también eran negros. Solo Bones se atrevió a hacer la pregunta en voz alta. Ya se encontraba mejor de su "encuentro" con "papá gallina".
— Son… negros… — Finalmente, Jim lo notó. — ¿Lo ha hecho ese bastardo?, ¿te duele?... ya no son azules.
Jim parpadeó casi confundido, hizo una mueca extraña con sus labios y frunció el ceño. Finalmente hizo cambiar el color de nuevo a azul, pero ese tono ni siquiera se asemejaba al que había tenido antes.
— ¿Esto?... no lo sé. Debe ser temporal. Aun no conozco los límites y las funciones totales de mi cuerpo. — Segundos después de esa pausa, el color volvió a ser negro.
— ¿Qué le sucedió a tu herida? — Spock dio un paso entre Jim y el joven recién llegado. Su seriedad puso tenso el ambiente. — Khan te perforó cuando me ayudaste a escapar…
— Eso es sencillo, me reconstruí, Spock.
"Lo llamaba señor" — Pensó Bones.
El doctor y el vulcano se miraron de la misma forma en que se habían visto antes ambos vulcanos. Algo no terminaba de encajar ahí.
— ¿Sabes a donde fue Khan, James? — El más joven de los vulcanos observó a su hermano expectante de ver algo, lo que fuera… una señal de sí mismo. Lucía tan distraído y aunque eso era lo único que Jim realmente aparentaba todo el tiempo, en realidad comenzaba a preocuparlo ese "desinterés" general que jamás había visto.
— No lo sé, Christophe. Como suele, simplemente… se fue.
"Christophe"
— Bueno, entonces debemos regresar a la Tierra y avisar a la Federación, ¿no lo creen? — Jim agregó un poco entusiasmado, pero la seriedad en el rostro de todos lo sacó de su pensamiento. — ¿Está todo bien?
— Nos dirigimos a la Tierra. — Avisó Legion desde la posición del mando. Spock Prime caminó en dirección del moreno y miró por encima de su hombro.
— Debemos considerar que la amenaza no ha ido demasiado lejos… ¿Podrías acompañarme a Nuevo Vulcano para conseguir nuevos estudios de lo que comentamos hace poco?
Jim intercambió miradas con el Spock de su universo y después con James y Chris.
— De… acuerdo… Está bien. Yo voy contigo, Spock puede volver a la Tierra con los jóvenes — Antes que todos replicaran. — ¡Y! pueden informar a Nyota de todo esto… creo que estamos cerca de descubrir que es lo que ese maniaco busca. Chris, cuida a tu hermano… Spock, ¿podemos hablar a solas?
— ¡Perfecto! ¿y que se supone que yo haga? — Replicó Bones, sujetándose el cuello aun con desesperación, pero una palmada en el hombro por parte de Jim lo hizo enderezarse con dificultad.
— Primero, aléjate de mi hijo…
— Hecho.
Chris frunció el ceño ante esa declaración. Legión no quería soltar una carcajada, ahí mismo, frente a todos esos desconocidos sacados de una novela de ciencia ficción y comedia.
— Segundo… tendrás que ir a que te revisen a la Tierra… después, hablaremos sobre esto. Creo que podrías ayudar a Spock con sus estudios. Vayamos…
La facilidad con la que Jim despejó las dudas en todos hizo a Spock recordar cuando su esposo era el capitán de la Enterprise. 20 años después, todo seguía en su lugar… aunque quizás algo sobraba.
O—O—O
Era casi la medianoche y nadie ahí podía irse a descansar.
Legión acompañó a Chris y James hacia el lugar donde se alojaban desde la retención de la Enterprise por parte de la Federación. El vulcano había mirado de reojo algunas veces a su medio hermano, pero este lucía tan relajado que parecía casi perturbador. Solo miraba en una dirección fija, de vez en cuando cambiaba la posición de su cabeza, pero su cuerpo seguía sin perturbaciones. Ni siquiera aparentaba estar respirando.
Una vez en la base, McCoy se separó del trio sin mayor preámbulo. Chris reflejó su tristeza por muy poco tiempo, tenía entonces cosas más preocupantes frente a él.
— Eso, Gigi… fue muy arriesgado. Mi madre tenía razón, ustedes los Kirk tienen algo… — Dijo eso tomando por el cuello al rubio y jalándolo en su dirección, con gesto juguetón. Contrario a lo que Chris supuso, Jim reaccionó mal a ello. Se sacudió al más alto y le dedicó una mirada gélida. Jamás lo había visto tan serio. — Tranquilo… también tienen el temperamento fuerte.
— ¿No deberían haber concluido su reunión hace una hora? — El joven vulcano ignoró los comentarios sin importancia de su amigo y miró en dirección de la calle, justo por aquella enorme ventana que el edificio tenía. Solo ellos 3 se encontraban en aquel departamento.
— Lo dudo… esto ahora concierne a lo más altos mandos. Incluso mi madre luce muy perturbada últimamente… el Imperio klingon parece… — Iba a decir algo que no debería y su pausa lo dejó en claro. Chris lo observó con una ceja alzada, pero no quiso meterlo en un mayor aprieto, sin embargo, Jim lucía mucho más interesado en ese asunto que en nada durante las últimas horas.
— ¿Existe una movilización en la frontera con el imperio Klingon?
— ¿Qué sabes respecto a eso?
— ¿En qué cuadrante ha sido?
— No debería decirlo… — Legión mantuvo un rostro serio, pero amigable. Jim, en cambio, parecía a segundos de fruncir el ceño. Pero no lo hizo. Su postura, tal como hizo sus ojos cambiar de negro a azul, se tornó distinta con tan solo unos segundos y respiración profunda.
— Ya veo.
— ¿Cómo lo has sabido, Chris?, ¿lo escuchaste de Khan cuando te tuvo prisionero?
— Prisionero… ¡sí!, ahí lo escuché. Eso debió ser.
El silencio se hizo presente de nuevo. Chris se giró de nuevo en dirección de la ventana, cuando una nave pequeña, como aquellas de uso familiar, pero con los símbolos de la Federación, se estacionó justo en la entrada de los departamentos.
— ¡Deben ser ellos! — Pronunció antes de correr al ascensor. Quería saber si sus padres regresarían a al Enterprise sin él. Tenía que saber que le sucedería al doctor y aún más importante, que le pasaría a Jim y porque se veía tan distinto.
— No les dijimos cual departamento es, yo tengo la llave, vamos… — Concluyó rápidamente Legión, sin permitirle al vulcano respuesta alguna.
Cuando la puerta del ascensor se cerró, solo Jim, mirando en dirección de la ventana, permaneció en aquel lugar.
— ¿Qué sucede? — Para Chris, el comportamiento de su amigo era, por mucho, distinto al habitual.
— No me preguntes como o porque, siendo que no lo conozco siquiera, pero casi puedo asegurarte que ese sujeto no es tu hermano, ¡Chris!, incluso el capitán Spock se dio cuenta…
— ¿De qué hablas?...
— No lo sé, yo… — Entonces la puerta se abrió, pero no en el recibidor, sino en un piso cualquiera, Legión empujó a su amigo mestizo fuera del ascensor. — Piensa en todas sus respuestas… tú y tu padre le han dado la respuesta y lo pasan por alto solo porque están desesperados por encontrarlo, ¡tan solo escúchalo!
— ¡Él es así!, es distraído, se ve distante todo el tiempo… ¿y a que respuestas te refieres?
— Ya te lo dije… en la nave, cuando tu doctor le dijo que sus ojos lucían distintos, el señor Kirk le dijo que no lucían azules y ese fue el color que adoptó… justo hace unos minutos, tú le sugeriste que podría haber escuchado sobre lo del Imperio por parte de Khan y eso fue todo lo que necesitó. Y tómame por loco, como sueles, pero… hay, simplemente, hay algo en el que no me da buena espina… Chris, escúchame… tienes razón, no sé quién sea tu hermano, pero si ese tipo realmente lo es, aun así creo que no debes bajar la guardia.
¿Realmente estaba siendo tan emocional?, ¿él?... fallando a todo lo que sabía y había sido desde pequeño. Quizás Legión tenía razón y simplemente se había dejado llevar por el sentimiento de alivio, cuando toda la culpa murió junto a esa horrible imagen de un James muerto a manos del peor enemigo de su familia por nunca haberlo escuchado. ¿Estaba tan desesperado por limpiar su consciencia que no había notado algo tan obvio?... o quizás solo tenía razón y Legión no conocía a James tanto como él. Pero… ¿Qué tanto conocía realmente a James?... parte de saber que Khan y Jim eran sus "padres" de alguna forma, no lo conocía en lo absoluto… era raro y siempre andaba tras él diciéndole que debían ser hermanos y cosas como esa, pero… ¿Qué era lo que realmente era James?, ¿Cuándo lo escuchó decir algo que fuera netamente suyo, no una coacción por parte de Jim o su entorno?... en realidad, no sabía nada de él.
Eso nunca fue importante.
— Creo que debemos… ¡mierda! — El moreno soltó la palabra tan pronto como las puertas se cerraron tras su amigo. Tal como la pantalla externa lo señalaba, había tocado el primer piso y regresó en dirección de su habitación. Legión lo miró durante unos segundos, antes que Chris se girara, ya con el pensamiento más tranquilo y parecido al propio, para contemplar lo mismo que su amigo.
— ¿No dijiste que nadie sabía que habitación era?
— Eso dije… pero, aparentemente… — Presionó el botón dos veces, pero nada sucedió.
Entonces fue momento de ambos para sentir miedo. El ascensor se había detenido en el piso del joven que abandonaron.
— ¡James!
O—O—O
— ¿Tu…?
— ¡Lo sé!, no digas nada… soy un extraño y apenas y nos conocemos, pero… cuando escuché a tus padres hablando en las oficinas centrales… no sé cómo describirlo, pero… me sentí aliviado de saber que estabas bien, ¡que estás bien!, mírame... digo mucho y a la vez no te digo gran cosa. No suelo ser así.
James lo miró de arriba abajo, observando el uniforme de la federación en color negro con tonos grises. Su cabellera negra rizada, aquellos ojos cafés brillantes y esa sonrisa tan conmovida por su presencia. Se dijo preocupado y ahora sufría de diarrea verbal…
— Aleksei Zulovich Chekova. — Pronunció con una voz neutral, casi indiferente.
El coronel recorrió todo el camino hasta encontrarse a centímetros del rubio y lo abrazó, simple y sencillamente. Sus brazos estaban alrededor de su cuerpo y su cabeza descansaba sobre su hombro, pero el rubio no lo miraba a él, sino en dirección de la ventana. Allá afuera, esperaba la pequeña nave de la Federación.
— Eras tú… — Susurró el rubio. No había movido sus brazos ni por la presión. Sin corresponder al coronel en lo absoluto, apartó al hombre casi con brusquedad e inspeccionó todos los rincones de la habitación casi como si la vida se le fuera en ello.
— ¿Qué pasa, James?, ¿hay alguien más hospedado aquí?... ¿Qué le sucedió a tus ojos?
— ¿Cómo obtuviste esta dirección?
— Aparece en la base de datos, cuando usan la tarjeta que la Federación les da a los miembros cuando están en… ¿me estás escuchando?, ¿Jim?
El rubio se asomó por una ventana que había en la habitación al fondo. Un escape en caso de incendios, justo lo que buscaba.
El ascensor se cerró y marcó el número donde antes se había detenido, entonces James lo entendió todo.
— ¿Cómo rastreaste la tarjeta?
— Tu padre dijo que te encontrabas con tu hermano, Christophe Kirk… supuse que el…
— ¿Cómo la rastreaste? — El rubio tomó del brazo a Aleksei y corrió en dirección del escape.
— ¡Ah, pero que estás…! En la biblioteca central, ahí tienen un rastreador, es una herramienta de…
Ambos se desvanecieron sobre el objeto circular, reapareciendo sobre la superficie similar que había justo del otro lado, en la entrada.
Sin soltar al hombre de cabellera rizada, James lo empujó en dirección de la nave.
— Necesito tu ayuda, Zulovich…
O—O—O
— ¿Cómo que se fue?, ¿A dónde se supone que iría?, no conoce a nadie en… de acuerdo, escucha esto… — La asamblea había tomado un receso mientras los altos mandos discutían como abordar esta nueva situación.
Jim había recibido al menos 12 llamadas perdidas de su hijo y eso no pudo alarmarlo más, hasta escuchar lo que tenía que decirle.
— ¿Quién se ha ido? — Spock se acercó a su esposo, pero en aquella distancia era difícil escuchar lo que su hijo decía al otro lado. Sin embargo, tenía una idea bastante clara de lo que había sucedido.
— De acuerdo, háganlo y nosotros volveremos lo antes posible. Colgó. Era Christophe, una nave de la Federación llegó al departamento donde se hospedan y desapareció, junto a James.
Spock y Bones intercambiaron miradas. Eso último no lo esperaban.
— ¿Estás seguro que era de la Federación?
— Legión estaba con él, ambos la vieron… las cosas, de ser posible, son más extrañas ahora. No puedo esperar tranquilamente mientras…
— Espera, Jim, hay algo sobre ese chico, estoy seguro que no se trata de James…
— ¿Qué rayos dices, Bones?, ¿Qué no es Jim?, ¿Cómo es posible?
Spock y el doctor intercambiaron miradas de manera intranquila, Jim estuvo por contestar a esa aclaración con enojo, cuando la alarma de todo el edificio se encendió de un momento a otro.
— ¿Pero qué ca…?
Antes de poder exclamar nada, un muro que medía lo que un rascacielos, estalló a tan solo unos metros de ellos, haciendo que todos dentro del auditorio escaparan en distintas direcciones. Bones, Spock y Jim salieron disparados en distintas direcciones, siendo el vulcano aquel que se encontraba más lejos. Una parte del muro golpeó su cabeza, dejándolo inconsciente en el momento. Bones comenzó a jadear por el humo que inundó la habitación, entonces descubrió con horror que una gran porción de escombros se encontraban sobre Jim y este también había perdido el conocimiento.
— ¡SPOCK!, ¡SPOCK! ¡MALDICIÓN! — Una sección de la pared había caído sobre su pierna derecha y no podía más que arrastrarse en dirección del rubio, con una lentitud espantosa. — ¡James!, ¡Despierta!
En ese momento, lo que ocasionó el colapso entró por el agujero abierto en la parte más alta del edificio de los altos mandos. Una nave militar de gran envergadura, completamente armada, comenzó a disparar en dirección del techo y los restos que quedaban pendientes de él, terminaron por cubrirlo todo, haciendo que el doctor perdiera el conocimiento también.
O*O*O
— ¡Bones!, ¡Bones!, ¡señor Spock, está despertando!
El doctor apenas podía sentir su cuerpo, tenía la sensación de estar flotando en diferentes partes del mismo universo.
Intentó decir algo, pero solo jadeos salieron de su boca, todo tenía un aroma horrible y un asqueroso sabor metálico inundaba su paladar.
— Doctor, ¿puede escucharnos?
Sin responder más que un jadeo, Bones movió los ojos de un lugar a otro. Finalmente descubrió donde se encontraba, pero el resto aun no llegaba a él.
— Doctor, es importante que intente escucharnos. — Comenzó el viejo Spock que conoció muchos años atrás. Era una voz inconfundible. — Usted fue víctima de un ataque hacia la Federación. Su cuerpo fue encontrado entre los escombros junto a… — La pausa fue más de meditación que por la falta de coraje. — Es necesario que intente responder algunas preguntas. Lleva inconsciente 5 semanas… ¿tiene alguna idea de lo sucedido con el capitán de la Enterprise?
— Es demasiado pronto, aún no está bien… debe descansar…
La otra voz femenina, sin dudas era de Nyota. Ambos, Spock y la dama Scott, lo acompañaban en el hospital.
Bones jadeó de nuevo y cerró los ojos, definitivamente no podía moverse ni pensar correctamente. El accidente… Spock y Jim… era demasiado en ese momento.
O—O—O
— Me alegra escucharlo… si, yo se lo diré. Gracias por todo, viejo amigo. Seguiremos en contacto.
— ¡Capitán, la nave enemiga fue localizada!, parece estar abandonada…
— Esa siempre es la señal…
— ¿Señor?
— Comandante Scott, prepárese y llame al teniente Kirk — Jim se encontraba más decidido que nunca antes. Miró en dirección de aquella tétrica fusión entre la Vengeance y otro artefacto similar, justo frente a sus ojos de nuevo.
— ¿Capitán? — Tan pronto como Chris entró al puente, su camino fue seguir a Jim y Legion por los pasillos de la Enterprise a toda velocidad.
— Recibí noticias de la tierra, Bones se encuentra consiente y fuera de peligro, sin embargo, debe continuar en terapia intensiva. De cualquier forma, es mejor que su estado anterior y parece que ahora solo podrá mejorar… — Una vez dicho esto, el rubio miró a su hijo, que parecía haber escuchado que el cielo era real y que estaba a su alcance. Legion se alegró honestamente por su amigo.
Sin demostrar demasiadas emociones, Chris volvió a poner esa expresión pasiva en su rostro y redirigió la mirada a la nave que abordarían para interferir en lo que parecía Vengeance.
— Capitán, ¿usted cree que el capitán Spock…?
— Tengo que creer, Chris… — La mirada de Jim no podía traslucir más preocupación. — Es lo único que tengo. Cuando la nave interrumpió en la asamblea, tomaron a Spock y desde entonces no tenemos noticias ni de Chris o de Zulovich. Bones me lo dijo y aun así he tenido dudas al respecto, pero lo que sea que realmente haya ocurrido, está por aclararse en el interior de aquel lugar… aquel sitio solo me ha arrancado seres queridos desde que despegó por primera ocasión y ahora ya solo puedo seguir esperando… como tu padre… y bien sabes que a los Kirk no se nos da la espera…
Legion se sintió un tanto incomodo por interrumpir semejante conversación entre padre e hijo, pero la misión los llamaba y sin toda su concentración, probablemente no saldrían vivos de aquella. Chris, por su parte, asintió con la cabeza y ajustó su traje espacial de la mejor manera posible.
— Vamos. — Ordenó el capitán sustituto.
— Sí. — Y ambos jóvenes lo siguieron.
O—O—O
Cuando entraron a la nave enemiga, todo lo que esperaban ver era diferente a lo que realmente veían en ese momento. El lugar no solo estaba completamente reconstruido y era diferente en cada pequeña sección. Aquella no era la Vengeance.
— Andando… — Susurró Jim y tanto el, como Chris y Legion caminaron lentamente cubriéndose de la forma más segura para inspeccionar todos los rincones de la nave. No se oían pasos, no se veían personas en él. Algo parecido a un murmullo que se perdió en un eco sonoro, llamó la atención del trio. Jim se reportó hacia la Enterprise, pero continuó avanzando lentamente.
Y justo en el centro de la siguiente sala, donde antes vivió y murió muchas veces, donde Christophe y James nacieron y en el lugar donde creyó terminar con sus días en la más insufrible agonía, James Kirk, Christophe y Legion Scott encontraron el nucleo de la Vengeance, el origen de las pretensiones oscuras de Khan y un cuadro pintado en tonos negros, grises, un azul percudido y rojo carmesí: en el centro, donde el cilindro que contuvo a Jim durante años se partió gracias a Chris, había una pequeña estructura parecida a la de un asiento deshecho, con plástico negruzco quemado y corroído por un líquido azuloso, el suelo se encontraba inundado por un líquido celeste, azul fosforescente y un rojo que se perdía, entre manchas negras y cobres. Sentado en medio de aquel lugar, con una mano sobre el pecho del cuerpo que lo acompañara y con la otra sosteniendo el rostro pálido sin vida del sujeto, James, el hijo de Khan y el antiguo capitán de la Enterprise, sostenía en un agarre macabro lo que era el cadáver de Aley Zulovich. Este se encontraba recostado de espalda al rubio, con los ojos cerrados, tal como si fuera un sueño, con su pecho abierto y cubierto de sangre que no dejaba de fluir por extraño e imposible que pareciera, tenía el cabello perfectamente peinado, pero el color de su piel se había tornado en algo blanco y ligeramente azul, probablemente se llevaba largo tiempo descompuesto.
Legion no apartó la mirada solo por milagro, porque el asco y el terror lo estaban invadiendo más que en ningún otro momento de su vida, mientras que Chris solamente temblaba en una combinación de ira e incertidumbre.
Jim tomó su arma con mayor fuerza y apuntó el láser a su hijo, sin estar seguro que era realmente lo que pretendía con ello. No creía poder matarlo… pero…
— ¿No es… el amor… una debilidad bastante curiosa?
La voz de James sonaba por completo distinta, casi era el tono grave y seguro de Khan.
— ¿James? — Preguntó el joven vulcano, con entera convicción de que, aun a esos extremos, existía una explicación. Algo que indicara que lo que era, realmente no era y que lo visto era una ilusión de algún tipo.
— No… — Susurró Jim, esperando a no tener que disparar. — ¡Detente!, ¡no más, James!, ¿Qué es esto?, ¿Qué hiciste?, ¡ESTE NO ERES TU!
Cuando pronunció aquellas palabras, Jim cerró los ojos con fuerza, olvidando por completo lo básico en defensa personal. Simplemente era demasiado para él. A veces solo deseaba jamás haber conocido a Khan. Ese bastardo…
James se puso de pie tan rápido que pareció insignificante, cuando el cuerpo de Aley azotó el suelo, haciendo saltar el líquido oscuro en distintas ondas. Caminó por encima del cadáver y bajo un par de escalones de los 10 que los separaban. Su sonrisa lucía tan sincera, malévola y despreocupada y sus ojos parecían seguir soñando. Eran de un azul oscuro, casi negro.
— ¿No es esto para lo que todos me crearon?, ¿usted?, ¿Khan?, ¿el señor Spock?, ¡incluso tú, Christophe, hermano!... ¿no era lo que tanto deseaban probar? Que yo era un mosntruo… aquí estoy y ustedes siguen de aquel lado…
— Tú no eres un asesino… no eres como Khan…
James regresó al núcleo y alzó a Aley con una facilidad que solo su superfuerza le proporcionaba. Y justo frente al trio horrorizado, comenzó a bailar con él en la cima de aquel cilindro. Sus pasos fueron tan tranquilos y calculados que parecía disfrutar más que con un baile en cualquier entorno común.
Jim dejó escapar una lágrima, pero también un láser de su arma. Era demasiado. No permitiría que terceros sufrieran por una pelea que el debió terminar con su propia muerte, 20 años atrás.
El arma apenas si hirió al otro rubio, pero fue suficiente para cambiar su ánimo. Lanzó el cuerpo que lo acompañó sabia el universo cuantos días, y comenzó a bajar los escalones a una velocidad que hizo retroceder al trío considerablemente.
— Oh… ¿es que merezco morir?, ¿es porque no soy tu adorado Christophe George Kirk, el hijo de tu querido vulcano? — Las palabras salían escupidas de su boca como veneno. Su rostro se encontraba distorsionado por el odio. — ¿Ya no soy útil para tu querida Federación?
— ¡Detente James!
— ¡Que buen padre resultaste ser!
— ¡Basta!
— ¡Haz hecho todo este viaje solo para encontrarte con el maldito vulcano y reunirlos y tener esa familia que no mereces y que no estás destinado a tener, con tu sucio hijo mestizo y el resto de los asquerosos e inferiores humanos que te rodean!
— ¡JAMES!
— ¡MÁTAME! — Su grito se escuchó en todo el piso. Era tan sonoro y cargado de odio que por sí solo, causaba miedo. — ¡MÁTAME, PADRE!, ¡ACABA CON ESTO!, ¡NUNCA ME DESEASTE, YO NO SOY CHRIS!, ¡HAZLO! — Su furia se apaciguó de un segundo a otro, para acompañar el coraje con sufrimiento y llanto. — ¡HAZLO, A MI!, ¡YO…! ¡AHORA! ¡YO!... Yo… Yo… Yo no quería hacerlo… — Llorando inconteniblemente, como un niño. — No quería… no quería matar a Aley… ni al señor Spock… ¡mátame!... por favor…
Sus ojos volvieron a ser celestes, como si las lágrimas con las que se empaparon, lavaran los males de su alma. Entonces, fragmentos de luna se reflejaron en ellos… y la oscuridad ocupó su cabello. Justo en ese momento, James parecía el reflejo de su otro padre biológico.
Legion pidió a Jim una orden, algo, tenían que actuar en ese momento, pero el capitán solo podía ver el cuerpo de Aley y a su hijo convertido en el monstruo que secuestró a su esposo y lo mantuvo preso de torturas durante dos décadas.
Jim alzó su mano, apuntó justo al punto donde el núcleo personal de su cuerpo debía estar y respiró hondo antes de soltar el último disparo hacia James.
Entonces dos disparos cubrieron el silencio de la nave entera, pero no trajeron muerte consigo, sino la inconciencia de dos hombres y el espanto de otro.
— ¿Christophe? — La voz casi en hilo de James se escapó por sus labios, que aun jadeaban en lamentos. Sus ojos dejaron de llorar y sus manos bajaron de su cabellera negra, que llevaba tirando con fuerza unos segundos. — ¿Qué hiciste?
— ¡Vamos, James!, aún hay algo que se puede hacer… pero antes, debes llevarme ante mi padre… — Entonces el joven vulcano tomó del brazo a su hermano y lo arrastró fuera de aquel sitio.
—o—o—
Seguramente este giro no se lo esperaban, aunque en sí, no debían esperar nada realmente porque cumplí mi amenaza (sin planearlo) y me tardé 4 meses en actualizar.
Pido sinceras disculpas si esto parece demasiado, pero el tiempo que he tenido para descansar ha sido por mucho, casi inexistente. Imaginen que ni deseos de teclear tenía. De cualquier forma, no deseaba dejar esto inconcluso y el resto de la historia debe de seguir. Aquí les dejo algo que resumí de 3 capítulos consecutivos que mejor no subiré porque es alargar demasiado algo que ya lleva un año escribiéndose y nada más no avanza al punto final. Ahora con esto, creo que ya me acerco a la recta final.
Todo tiene una explicación y un porqué, pero eso tendrán que leerlo después. Espero que no les cree demasiada confusión todo lo escrito en este ENORME capitulo (lo hice largo para recompensar la espera) y si de cualquier manera se quedan con la duda, puedo responderles siempre que me lo hagan saber.
Gracias por leer a estas alturas, espero que nos leamos pronto (pronto realmente, no hasta Noviembre xD)
By: Roglia15
