Disclaimer: Naruto y todos sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.
Aclaraciones: Esta es una traducción autorizada de la historia "The Sacrificed", escrita por SasuNarufan13. Pueden encontrar su perfil e historias originales en Ao3 y Fanfictionnet.
Advertencias: Ambiente medieval, hombres lobo, contenido +18, violencia, Mpreg, referencias a acoso sexual, parto, lactancia masculina…
Notas: Este fic es la segunda parte de una serie llamada "El lobo y su sacrificio".
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El Sacrificado
Naruto es consciente de no ser importante para la mayoría de los aldeanos, pero jamás pensó que en serio lo fueran a sacrificar a la Bestia.
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Parte 2
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Estaba sentado sobre la piel del oso colocada frente al fuego, sus dedos acariciando con cuidado la suavidad del pelaje. La Bestia había regresado al lugar donde se encontraba el cuerpo del oso cuatro días atrás y lo había arrastrado hasta su cueva, donde procedió a retirarle toda la piel. Luego, la había dejado frente al fuego para que se secara apropiadamente.
Naruto se preguntaba si la Bestia consideraba la piel como una especie de trofeo, ya que había conseguido matar al animal. Estar sentado en algo que había estado vivo hace tan solo cuatro días le causaba cierta ansiedad, pero al mismo tiempo era extrañamente fascinante.
— ¿Por qué pediste un sacrificio? —preguntó de la nada, conteniendo la respiración cuando la Bestia, de nuevo en forma humana y todavía muy desnudo, se volteó para mirarlo.
Llevaba un tiempo comiéndose la cabeza sobre ello. La Bestia había sido clara cuando le dijo que no iba a comérselo pero, entonces, ¿por qué había pedido un sacrificio en primer lugar? Las muertes de antes eran una clara indicación de que a la Bestia no le importaba matar humanos y de que no había nadie lo suficientemente fuerte como para derrotarlo. Entonces, ¿qué había ocurrido para hacerle decidir dejar de matar a la gente del pueblo a cambio de un sacrificio que ni siquiera pensaba matar?
¿Habría decidido que no iba a matar a quienquiera que fuera su sacrificio desde el inicio? ¿O era Naruto especial de alguna forma? Y si lo era, ¿por qué?
—Te tomaste tu tiempo en preguntar. —la Bestia sonrió de lado, cruzándose de brazos.
Naruto mantuvo su mirada fija en su rostro y definitivamente en ningún punto más abajo. La Bestia había estado cambiando entre sus dos formas varias veces en el transcurso del último par de días, pero el rubio seguía sin estar acostumbrado a verlo completamente desnudo. No creía que alguna vez fuera a acostumbrarse a ello y la Bestia no parecía comprender la necesidad cubrirse.
—Solo estamos tú y yo, ¿qué importa? —le había dicho encogiéndose de hombros cuando Naruto le había preguntado tímidamente el día anterior si no pensaba vestirse.
—Es algo que me he estado preguntando desde hace tiempo. —fue todo lo que dijo, dándole al otro hombre una mirada expectante.
Comenzó a preocuparse de si estaba siendo muy bullicioso cuando el silencio perduró, pero entonces la Bestia suspiró y giró los hombros. Caminó hacia la fogata y se sentó sobre la piel del oso, cruzando las piernas y descansando los brazos sobre sus rodillas.
—Dejé a mi familia atrás para buscar a un compañero. Una pareja. —aclaró al ver el rostro confundido de Naruto.
—Una pareja… ¿en sentido romántico? ¿Como un cónyuge? —cuestionó el rubio, intrigado sin poder evitarlo.
No lo había considerado antes, pero la Bestia tenía que haber venido de alguna parte, tenía que al menos tener padres. ¿Habría una familia entera de Bestias como esta allá en algún lugar? ¿Podrían todos transformarse en lobos a voluntad?
La Bestia inclinó la cabeza ligeramente hacia la izquierda.
—Sí, supongo que podrías llamarlo así. Nosotros los llamamos compañeros. Salí en busca de uno y pensé que podría asentarme aquí para mientras. Pero entonces unos humanos se cruzaron en mi camino e intentaron atacarme. —se encogió de hombros. —Así que los maté.
Naruto tragó duro, intranquilo. La manera tan casual en que la Bestia se había referido a matar personas hizo que su estómago se revolviera, pero si había sido en defensa propia como el cambiaformas parecía implicar, ¿realmente podía mantener los asesinatos en su contra? Matar nunca estaba bien, pero sonaba como si esas personas lo hubieran atacado primero.
—Siguieron molestándome, así que simplemente me deshice de ellos. —la Bestia continuó, entrecerrando los ojos levemente. —Y entonces, tu aldea me envió un mensajero para saber qué podrían ofrecerme si les pedía un sacrificio. —la mirada que le dirigió al chico rubio fue pensativa cuando añadió: —Pensé que me enviarían ganado, considerando que nunca especifiqué que tenía que ser humano.
—Y entonces me ofrecieron a mí. —dijo Naruto con un tono vacío, amargura llenándole al pensar en que había sido desechado como basura por ninguna razón.
Lo habían entregado en lugar de a vacas o cerdos; lo habían considerado menos valioso que el ganado que de todos modos habría encontrado su fin bajo las manos del carnicero. Siempre había sabido que no le agradaba a la mayoría de los aldeanos, pero escuchar la confirmación de que habían preferido verlo morir en lugar de una vaca o un cerdo…
Le dolió.
—Y entonces te ofrecieron a ti. —la Bestia confirmó y sus ojos brillaron de manera curiosa. —Lo que me hace pensar que no fueron tan inútiles después de todo.
— ¿Qué quieres decir? —preguntó un confundido Naruto, sobresaltándose ligeramente cuando una fría mano le rozó el tobillo antes de que la Bestia se levantara con un ágil movimiento, alejándose de la piel del oso antes de cambiar a su forma de lobo.
—Iré a cazar la cena. —le dijo la Bestia, su voz más grave es esta forma.
—Erm, de acuerdo. —Naruto solo pudo observar perplejo como el gigante lobo desaparecía dentro del corredor para salir al exterior.
Dejándolo con la sensación de que algo se le estaba escapando, algo grande e importante.
Pero, ¿qué?
Considerando que la Bestia no le había atacado la última vez que le había hecho una pregunta, Naruto se sintió lo suficientemente valiente esa noche para volver a preguntar algo, una cosa que se había estado cuestionando por varios días.
Arrancando los últimos trozos de pescado que quedaban en el esqueleto, preguntó tentativamente: — ¿Tienes un nombre?
La Bestia hizo una pausa, desechando su propio esqueleto en una ancha hoja. Estaba de nuevo en forma humana, sentado en la orilla del nido junto a Naruto. —Me llamo Sasuke. Uchiha Sasuke.
—Oh. —a Naruto le tomó por sorpresa lo normal que se oía su nombre. No sabía qué tendría que haber esperado, pero su cerebro parecía incapaz de ligar el normal nombre humano con la Bestia frente a él.
Pero, de nuevo, considerando que el hombre podía volverse humano, no era tan extraño que tuviera un nombre humano, ¿cierto? De todos modos, ¿qué sabía él sobre Bestias?
— ¿Creíste que no tendría un nombre? —la Bestia, Sasuke, preguntó con diversión.
Naruto se encogió de hombros, algo avergonzado. —No lo sé. No es como si supiera mucho de gente transformándose en animales, ¿sabes?
—Bueno, nosotros casi nunca merodeamos por ahí, anunciando nuestra presencia al mundo. —dijo Sasuke secamente. —Las personas tienden a reaccionar de manera bastante violenta hacia nuestra especie.
—Podrían decir lo mismo de ustedes. —soltó sin pensar y se estremeció. Oh, Dios, bien hecho, acababa de ofender al otro hombre directamente. Su estúpida boca podría provocar que Sasuke cambiara de opinión sobre mantenerlo con vida, después de todo.
Sin embargo, el pelinegro no pareció ofendido. En lugar de eso, sonrió de lado. —Probablemente. No voy a pretender ser inocente aquí: a veces es divertido dejarse llevar. No esperas que ninguno de los otros animales predadores se contenga cuando son abordados por humanos, así que, ¿por qué deberíamos nosotros contenernos? Te acercas a mi madriguera y pagas el precio, tan sencillo como eso.
— ¿Y por qué soy diferente? —sus mejillas se colorearon de rojo instantáneamente en el momento en que esas palabras dejaron su boca. No tenía la intención de preguntar eso, mas bien quería saber más sobre el asunto del compañero, pero aparentemente estaba de un humor estúpido, y tragó el último trozo de pescado con dificultad.
Se sobresaltó cuando Sasuke se acercó a él abruptamente, acercando sus rostros.
—Porque lo eres. —murmuró, sus oscuros ojos desviándose del rostro de Naruto a su cuerpo. —Mi gente tiende a enfocarse mucho en los aromas, ya que estos nos dan mucha información sobre los demás. En el segundo en que terminaste en frente de la cueva, pensé que olías estupendo. Divino, incluso. —su voz se redujo a un retumbado al final, su cálido aliento acariciando las mejillas de Naruto, provocándole un escalofrío.
—Estupendo… ¿estupendo para comer? —chilló, su vientre haciendo varios giros divertidos cuando la nariz de Sasuke le rozó la mejilla izquierda antes de olfatear un camino hacia la parte de atrás de su oreja.
Su comentario hizo que Sasuke exhalara divertido. —No del tipo de comer en el que probablemente estás pensando. —sonrió de lado.
Ojos azules parpadearon y Naruto volvió a tener la sensación de que algo se le estaba escapando. — ¿Es que hay diferentes tipos de comer, entonces? —preguntó inocentemente.
Eso, por alguna razón, hizo que Sasuke riera suavemente, el grave sonido provocando extrañas sensaciones en el vientre bajo de Naruto.
—Tal vez te muestre la otra manera pronto. —dijo, alejándose y recogiendo los esqueletos de pescado. —Iré a tirar esto.
—Bueno. —dijo un confundido Naruto, apoyándose hacia atrás con sus brazos. En verdad algo se le estaba escapando, ¿cierto? —Oh, yo soy Uzumaki Naruto. —añadió, recordando tardíamente que no se había presentado aún.
Sasuke le dirigió una rápida pero amplia sonrisa, colocando los restos de su pescado en las hojas antes de envolverlos firmemente. —Es un placer conocerte, Naruto.
Naruto lo observó desaparecer por el pasillo y pensó por primera vez que tal vez quedarse aquí no sería tan horrible.
Al menos a Sasuke parecía gustarle que estuviera aquí, lo que en definitiva no podía decir de los aldeanos.
Pronto se establecieron en una nueva rutina. Aunque Sasuke todavía salía a cazar comida para ambos, ahora solía comer en forma humana con Naruto. Ahora que estaban en mayo y el clima se estaba calentando, comenzaron a pasar más tiempo afuera. Algunas veces Sasuke merodeaba por ahí con él en su forma de lobo, y otras en su forma humana.
Aunque, a decir verdad, a Naruto le gustaba más cuando estaba en forma humana, porque hacía que el leer su rostro fuera más sencillo. Sasuke era capaz de hablar cuando era un lobo, pero dicha forma hacía que para Naruto fuera más difícil descifrar exactamente qué estaba pensando o sintiendo. Y, no iba a mentir: también era mucho más agradable ver su atractivo rostro en lugar de su atemorizante rostro animal.
Sabía que Sasuke no iba a atacarlo siendo lobo, ya que si en verdad lo quisiera, ya lo hubiera hecho, así que Naruto se consolaba con eso, pero no quitaba el hecho de que su forma de lobo aún era a veces demasiado aterrorizante de ver. Tal vez se acostumbraría con el tiempo pero, por ahora, prefería ver el rostro humano de Sasuke.
Estaba sentado a orillas de un río con las piernas sumergidas hasta las rodillas en el agua y Sasuke descansando en su forma de lobo junto a él cuando, de pronto, vio a dos zorros del otro lado del río. Se estaban olfateando mutuamente, dejando escapar pequeños chillidos. Uno de ellos comenzó a atacar al otro, pero este lo esquivó y saltó encima del primero.
Ambos zorros rodaron, perturbando algunos arbustos con su pelea, provocando que algunas aves alzaran vuelo asustadas, hasta que el alboroto de pronto se detuvo y uno de los zorros yació sumiso en el suelo. Solo entonces fue que desaparecieron juntos debajo de un arbusto, y allí Naruto se dio cuenta de que los dos zorros ahora probablemente formaban una pareja y estaban en camino a hacer bebés zorrito.
Estos pensamientos lo hicieron voltear hacia Sasuke, quien no parecía perturbado por el ruido de los zorros. Sus ojos estaban cerrados, pero las puntas de sus orejas se crisparon levemente, demostrando que no estaba realmente dormido. Seguro que si detectara alguna amenaza saltaría instantáneamente.
Pensar sobre los dos zorros hizo a Naruto preguntarse sobre los planes de Sasuke. Él había dicho que había venido hasta aquí porque buscaba una pareja, pero durante todo el tiempo que Naruto llevaba aquí, solo lo había visto salir para cazar. ¿Acaso ya no estaba interesado en una pareja? ¿O la presencia de Naruto estaba arruinando sus esfuerzos por encontrarla? Si era así, ¿por qué no solo decirle que se fuera?
—Puedo oírte pensar. —Sasuke habló perezosamente, arrastrando las palabras cuando sus rojos ojos se abrieron, enfocándose en él. — ¿En qué piensas?
Naruto apretó los labios y restregó la parte trasera de su mano contra su mejilla izquierda, inseguro. —Solo me preguntaba… Dijiste que estabas buscando una pareja y que por eso viniste hasta aquí desde tan lejos, ¿no?
—Sí.
—Bueno, ¿cómo encontrarás una pareja si estoy aquí? —se mordió el labio inferior. — ¿No te estoy…? ¿No estoy estorbándote?
—Vaya, en verdad eres bastante inocente, ¿cierto? —resopló divertido y, con el sonido de huesos rompiéndose y retorciéndose para reformarse, el lobo desapareció, dejando al hombre tras de sí.
— ¿Qué se supone que significa eso? —demandó Naruto, frunciendo el ceño.
Sasuke se movió tan rápido que no tuvo tiempo de reaccionar. Un segundo él seguía recostado cerca de un árbol, y al otro se inclinaba sobre Naruto. La sorpresa de tener a Sasuke tan cerca (y desnudo) lo hizo gritar sobresaltado y caer de espaldas al suelo, observando ardientes ojos negros como si estuviera hipnotizado. El pelinegro se acercó aún más a él, tan cerca que Naruto tuvo la impresión de ser absorbido por su intensa mirada.
—Ya he encontrado a mi pareja. —murmuró Sasuke, sus manos apoyadas a cada lado de Naruto.
— ¿Oh? Erm, ¿y dónde está ella, entonces? —cuestionó Naruto, su voz más aguda de lo que le gustaría.
No podía mentir: tener a Sasuke así de cerca, encima de él, era intimidante y le provocaba raras sensaciones a su cuerpo, especialmente cuando no podía oler nada que no fuera la pura esencia de Sasuke, matices almizclados mezclados con el olor de un bosque luego de una fresca lluvia.
La boca de Sasuke se curvó en una sonrisa, mostrando sus impresionantes colmillos, que se alargaban ante la perpleja mirada del chico.
—Tan inocente. —exhaló, y Naruto sintió la piel de gallina en sus brazos y espalda. —No estoy hablando de una chica, Naruto.
— ¿D-De quién estás hablando entonces? —apenas consiguió que las palabras abandonaran sus labios, su boca secándose bajo la intensa mirada de Sasuke.
La intensidad dentro de esos ojos negros se volvió calculadora y Sasuke inclinó su cabeza ligeramente hacia la izquierda.
—Me pregunto si debería decírtelo ahora o si debería esperar. —musitó. —Aún eres tan inocente, después de todo…
Eso hizo que Naruto se erizara y que sacara la barbilla, replicando molesto: — ¡¿Cómo puedo dejar de ser inocente si no me dices nada?!
Sasuke le mostró sus dientes perezosamente. —Ten cuidado, Naruto. Las palabras tienen poder, ¿sabes? Y ciertas palabras pueden hacer que uno… reaccione.
Debería ponerle atención a la advertencia implícita, lo sabía, pero desde hace tiempo era obvio que sus habilidades de autopreservación apestaban en presencia del lobo. Así que, en lugar de callarse, dijo: —Tal vez entonces al fin conseguiría algunas respuestas.
—Oho. —dijo Sasuke, impresionado. —No eres tan manso después de todo, ¿hm? Bueno, si estás seguro…—hizo silencio, alzando una ceja.
Naruto se sintió lo suficientemente valiente para dirigirle una mirada desafiante, incluso cuando la pequeña voz dentro de su cabeza lo regañaba, llamándolo idiota por desafiar a un lobo. Dios, sí que era idiota, ¿cierto? ¡Era increíble que todavía siguiera vivo!
—Ya he encontrado a mi pareja. Lo estoy viendo justo ahora. —dijo Sasuke.
Calor se instaló en las mejillas de Naruto en menos de un segundo, justo en el mismo momento en que su voz parecía haberlo abandonado completamente. Solo pudo quedarse viendo al cambiaformas con la boca abierta mientras este le sonreía con suficiencia y se inclinaba para rozar su nariz desde la mejilla derecha de Naruto hasta su oreja antes de bajar a respirar en su cuello.
—Te dije antes que eres mío, ¿no?
— ¡Pe-Pero eso fue el primer día! —balbuceó en shock. — ¡No puedes decidir que soy tu pareja en el primer día!
Sasuke se encogió de hombros casi lacónicamente. — ¿Por qué no? No estoy atado a tontas costumbres humanas. Me gusta como hueles, como luces, y te sientes correcto para mi lobo y para mí. Eso me basta. ¿En serio crees que te habría dejado vivir si no hubieras capturado mi interés?
La atmósfera alrededor de ambos cambió, el aire cargándose de tensión.
—No tengo reparo en matar humanos, algo que ya deberías saber. Si no olieras así de bien, si no te sintieras correcto, hubiera desgarrado tu garganta con mis dientes antes de que hubieras tenido siquiera la oportunidad de despertar. Hubiera rajado tu vientre y hecho un festín con tus entrañas antes de que pudieras siquiera gritar. —su voz retumbó, sus ojos tornándose rojos.
Naruto no pudo hacer más que quedarse ahí congelado, solo ahora comprendiendo por primera vez lo cerca que estuvo de morir.
—Pero no lo hice. Porque hueles totalmente divino, porque te sientes tan bien para mi lado humano y animal. —Sasuke continuó, su voz ahora ronca y suave, el rojo en sus ojos retrocediendo. —Porque sé que serás el compañero perfecto para mí, porque mi lobo y yo sabemos que vas a darnos cachorros perfectos. No te maté, porque supe que al fin te había encontrado.
—Y-Yo no lo sé…—tartamudeó el rubio, sin saber cómo reaccionar ante tal confesión.
Ni en millón de años se hubiera imaginado que el cambiaformas estaba enamorado de él. A sus diecisiete años de vida, había visto a muchas personas enamorándose las unas de las otras en la villa, pero con su estatus como marginado, nunca había estado en una relación. No es como si nunca le hubiera gustado alguien. Por algún tiempo le había gustado una chica del pueblo, pero ella siempre miraba a través de él como si fuera mero aire y sus sentimientos por ella murieron cuando se dio cuenta que jamás sería correspondido.
Y ahora que escuchaba que a Sasuke le gustaba lo suficiente como para querer tomarlo como compañero, incluso aunque no se conocieran de hace tanto… Era alucinante y algo agobiante por no decir más.
¿Qué pudo haber hecho como para capturar el interés del lobo? Bueno, aparentemente olía bien.
—No tienes que decir nada aún. —Sasuke le dijo, calmado otra vez. Se incorporó, permitiendo que Naruto también se levantara. —Es por eso que te dije que quería esperar un poco más antes de decirte todo esto. Para darte tiempo a que te acostumbraras a mí.
— ¿Estás seguro de que no preferirías a alguien más? —preguntó cautelosamente el rubio.
Claro, olía bien para el lobo, pero… ¿y si había alguien en algún lugar que oliera aún mejor pero Sasuke simplemente no lo sabía aún porque no iba a buscarlo? El lobo había abandonado a su familia específicamente para buscar a un compañero, lo que significaba que debía tener algún tipo de expectativa de esa persona, ¿no?
Ojos negros lo observaron calmadamente. —Estoy seguro. El olor no me miente.
—Oh. —Naruto agachó la mirada, algo incómodo ahora y sin saber qué decir.
No había considerado realmente la posibilidad de gustar de Sasuke en sentido romántico. Definitivamente podía admitir que el hombre era muy apuesto, probablemente el hombre más apuesto que jamás hubiera visto, pero una relación no podía basarse solo en las apariencias.
Un leve toque en su tobillo derecho lo hizo respingar y su cabeza se alzó de nuevo, su mirada fija en el pelinegro.
Sasuke le sonrió con ironía. —No pienses mucho en todo esto, ¿de acuerdo? No te presionaré para que me des una respuesta en este momento.
—Pero, ¿y si no podré darte una buena respuesta? —Naruto preguntó cohibido, sus dedos jugueteando con un hilo suelto de su camisa.
Sasuke se quedó quieto, luciendo demasiado como el predador que era aunque no se estuviera moviendo. Entonces, se encogió de hombros levemente y mostró una diminuta sonrisa.
—Entonces no lo harás. —respondió con simpleza y se puso en pie, estirando los brazos.
Naruto inmediatamente desvió la mirada antes de llegar a divisar algo demasiado privado, sus mejillas ardiendo. Sasuke todavía se rehusaba a usar cualquier tipo de ropa, aunque había aceptado encontrar algo más para sentarse después de que Naruto mencionara despreocupadamente que su trasero estaba entumecido por estar constantemente sentado en el frío suelo de la cueva.
No sabía cómo Sasuke lo había hecho y el hombre se negaba a explicarlo, pero ahora había dos sillas y una mesa talladas a mano colocadas en un rincón de la caverna.
—Me sumergiré un rato. —Sasuke le informó y se paseó hasta el río, metiéndose en la fría agua sin siquiera estremecerse.
Naruto lo observó hundirse más en el agua, gotas en el oscuro cabello reflejando la luz del sol, pareciendo brillar cual diamantes, y se preguntó si algún día sería capaz de darle a Sasuke la respuesta que este claramente deseaba.
—Despierta.
La orden, pronunciada en una voz grave y áspera, hizo que Naruto despertara abruptamente y se sentara, desorientado. La cueva estaba tan oscura que no podía distinguir nada, ya que no se había hecho ninguna fogata aún, y se sobresaltó cuando una nariz helada y húmeda se presionó contra la piel de su brazo.
— ¿Sasuke? —susurró, su voz ronca por el sueño y claramente confundida. ¿Acaso ya había amanecido? Pero entonces, ¿no deberían encender una fogata? Eso era lo único que le permitía ver dentro de la cueva, ya que no tenía la visión nocturna especial que Sasuke sí poseía.
—Súbete a mi lomo, hay algo que quiero mostrarte. —el lobo le dijo y su voz retumbó, pelaje rozando la piel de Naruto cuando Sasuke se acercó.
— ¿Ya es de día? —preguntó Naruto perplejo, pero subió al ancho lomo de Sasuke de todos modos, enrollando sus brazos alrededor de su cuello.
Esta era únicamente la segunda vez que se sentaba en el lomo de Sasuke, y la primera vez que podía catalogar lo que sentía en lugar de estar en shock luego del ataque de un oso. El pelaje de Sasuke era largo, pero suave, y se sentía increíblemente agradable al tacto, como si tomara baños regulares con mucho jabón.
La imagen mental de un lobo gigante todo mojado, lleno de espuma cubriendo su cuerpo le hizo sonreír y casi no escuchó la respuesta de Sasuke.
—… todavía de noche, pero quiero mostrarte algo antes de que salga el sol. —dijo mientras trotaba por el pasadizo.
—De acuerdo. —murmuró Naruto y bostezó, dejándose caer sobre el lomo del lobo. Aún tenía mucho sueño y Sasuke se sentía increíblemente cálido debajo de él, dificultándole el mantener los ojos abiertos.
Afuera estaba todavía algo caliente a pesar de que era más de medianoche y frunció levemente el ceño, el bochornoso clima poniéndolo de mal humor. Estaba mucho más agradable en lo profundo de la cueva, donde el aire estaba más fresco.
Algunos arbustos se alborotaron con los movimientos de un animal, pero Sasuke los ignoró, caminando hacia la izquierda de la cueva. Había un búho ululando suavemente en algún punto sobre ellos y, si Naruto se concentraba lo suficiente, creía que podía oír el aullido de un perro a la distancia.
— ¿Adónde vamos? —preguntó, sus ojos divagando en la oscuridad.
Había suficiente luz de luna colándose a través de los huecos entre las hojas como para que pudiera vislumbrar las siluetas de los árboles y de incluso algunos grandes arbustos, pero seguía estando demasiado oscuro como para que pudiera reconocer el camino por el que iban, si es que iban tomando un camino conocido. Aunque ahora Sasuke y él pasaban la mayoría de los días en el exterior, no era como si Naruto se hubiera familiarizado aún con el entorno y lo más probable es que terminara perdiéndose si se alejaba mucho de Sasuke.
Aunque no era como si el cambiaformas le permitiera alejarse mucho tampoco.
—Ya verás. —fue la frustrante y misteriosa respuesta y Naruto bufó, haciendo un pequeño puchero.
Había algunas luciérnagas volando por ahí a pesar de lo tarde que era, y Naruto decidió invertir su tiempo observándolas revolotear cerca del suelo, divirtiéndose con el pensamiento de que los pequeños insectos actuaban como una especie de minilinternas, haciendo lo mejor que podían para iluminar el camino.
Luego de un rato se dio cuenta que iban cuesta arriba y esto lo hizo enderezarse, interés reemplazando los últimos vestigios de sueño. ¿Adónde lo estaba llevando Sasuke?
Pronto llegaron a la cima de la colina, sin árboles que taparan la vista del cielo, y Sasuke se detuvo cerca del borde.
—Mira.
Al principio, Naruto no tenía ni idea de dónde mirar. El cielo era bastante hermoso, sin duda, con su innumerable cantidad de estrellas titilando y la luna llena decorada por un luminoso aro de luz. Luego bajó la mirada y soltó un sonido de sorpresa, bajándose del lomo de Sasuke mientras observaba maravillado la vista que lo recibió.
Un lago se extendía en el fondo de la colina, reflejando la luna hermosamente, como si fuera ella misma la que se hubiera sumergido en el agua. Justo sobre la superficie había docenas de puntos brillantes bailando y dando vueltas. Cada vez que danzaban demasiado bajo, rozaban la superficie del agua, haciendo aparecer ondas perfectamente circulares. Las ondas aumentaban de tamaño antes de desaparecer y los puntos luminosos bailaban en círculos sobre dichas ondas.
Con una mano sobre el hombro de Sasuke, Naruto exhaló: —Esta es una vista tan maravillosa. ¿Qué son? ¿Acaso son alguna especie de criatura?
Sasuke soltó un "hum…", sonando algo gracioso en su forma de lobo. —Son del Otro Lado. En las lunas llenas se reúnen aquí para realizar sus danzas.
—Nunca los había visto antes. —murmuró Naruto con admiración, sus ojos fijos en la bella visión de las hadas bailando sobre el agua.
—No podrías. Son muy cuidadosos para esconderse.
Azules ojos se desviaron de la hermosa visión alarmados. —Espera, ¿está bien que los veamos? ¿No deberíamos irnos y dejarlos en paz?
—Estamos dejándolos en paz. —le respondió Sasuke con voz calmada, su mirada enfocada en las creaturas allá abajo, sobre el lago. —Saben que estamos aquí. Mientras no los molestemos, no les importa que observemos. —sus labios se curvaron. —Les gusta demasiado que los vean bailar como para pedirnos que nos vayamos.
El chico rubio titubeó, sus ojos intercambiando su enfoque entre las hadas bailarinas y el gran lobo a su lado. —Entonces, ¿en verdad está bien que veamos?
Ojos rojos se dirigieron hacia él. —No te hubiera traído hasta aquí si no fuera seguro.
Entonces Naruto se relajó y se giró a ver a las hadas otra vez. En verdad que eran un espectáculo para la vista, reflexionó observando sus alas brillantes y sus cuerpos luminosos. Se movían en perfecta sincronía mientras comenzaban a dibujar ochos sobre el agua antes de volar en espirales.
—A veces vengo a verlas bailar. —murmuró Sasuke, su cola agitándose de un lado al otro ociosamente. —Me gusta este lugar porque está lo suficientemente profundo en el bosque para que nada me moleste. Aquellos del Otro Lado bailando bajo la luna llena son un bono adicional.
El estómago de Naruto se revolvió graciosamente al darse cuenta de que Sasuke lo había invitado a su lugar privado. Claro, la cueva era la madriguera de Sasuke, por supuesto, así que era privado en su propia manera, pero este lugar en la colina se sentía diferente, más íntimo a pesar de estar al aire libre.
—Gracias por mostrarme esto. —murmuró el rubio con suavidad, sus dedos enrollándose distraídamente en mechones de oscuro cabello.
—Creí que podrías apreciar la vista. —dijo Sasuke y, si un lobo pudiera sonreír, lo estaría haciendo ahora.
Naruto sí apreciaba la vista pero, al dirigir una mirada de soslayo al lobo junto a él, no pudo evitar pensar que, aunque las hadas bailarinas eran preciosas, no podían compararse con el cambiaformas lobo junto a él.
La confesión de Sasuke a orillas del río se mantuvo presente en la mente de Naruto y, mientras pasaban los días, con el clima calentándose y la ocasional lluvia refrescante, comenzó a pensar más y más sobre ello.
Nunca había considerado tener a un hombre como pareja antes pero, a decir verdad, tampoco había esperado que la villa lo hubiera abandonado sin pestañear, arrojándolo a lo que ellos consideraban un monstruo despiadado y asesino, así que su perspectiva del mundo había cambiado un poco en el último par de meses.
Pero, ¿cómo funcionaría, en el caso de que decidiera aceptar la confesión de Sasuke? ¿Tendría que convertirse en lobo también? Y si sí, ¿cómo funcionaría eso? ¿Y qué hay de una familia? ¿Sasuke querría hijos? A juzgar por su comentario sobre los cachorros, sí, sí querría una familia.
Pero, de nuevo, ¿cómo funcionaría? Naruto era un chico, no tenía las partes necesarias para gestar a un niño. Su estado corporal técnicamente arruinaba todo el asunto de los cachorros, ¿cierto?
— ¿Cómo funcionaría? —preguntó de la nada una noche.
Suponía que debían estar ya en junio. Se encontraban ambos sentados justo en la entrada de la cueva, el humo de la pequeña fogata alejando a los insectos. El sol se ocultaba despacio, sus rayos de colores rojo oscuro y rosa reflejándose en los árboles y haciéndolos lucir como si estuvieran en llamas.
Sasuke se removió, girando su cabeza para mirarlo. Estaba acostado junto al rubio sobre la hierba frente a la cueva, esta vez en forma humana luego de haber recorrido el bosque como lobo un rato atrás.
— ¿Cómo funcionaría qué? —cuestionó, los rayos del sol chocando contra el brillo azulado de sus cabellos.
Naruto se relamió los labios, sintiéndose avergonzado por alguna razón.
—Si yo… Si yo decidiera decir que sí, ¿tendría que convertirme en un lobo como tú? ¿Cómo funcionaría eso? Y bebés, dijiste que querías bebés, pero no es como si yo pudiera tenerlos, ¿no? Soy un chico y los chicos no pueden tener bebés, entonces, ¿cómo sería posible que tuviéramos hijos juntos? —todas las preguntas se le escaparon de una sola vez y tuvo que recuperar aire al terminar, sus mejillas levemente arreboladas.
—Una pregunta a la vez. —Sasuke rio con suavidad y eso hizo que se sonrojara más. El mayor se sentó y se revolvió el cabello con una mano, estirando sus brazos para luego girarse y quedar de frente a Naruto. —Aunque el que te convirtieras en lobo aseguraría que vivieras tanto como yo, no tienes que hacerlo si no quieres. Sé de otras parejas de las cuales uno de ellos decide seguir siendo humano y lo hacen funcionar.
—Pero si decidiera convertirme en uno, ¿cómo sería? —Naruto se mordió el labio inferior, una parte de él preguntándose qué cantidad de años podría llegar a vivir Sasuke si transformarse en lobo le aseguraría a Naruto llegar a esa misma edad.
—Primero, haría una impresión en la tierra con mi pata y la llenaría con sangre de mi muñeca, mezclándola con agua que haya sido purificada por la luna llena. —Sasuke le explicó, dibujando una línea imaginaria en su muñeca derecha con una de sus afiladas garras. —Tendrías que beber esa mezcla y luego te daría la Mordida que te transformaría completamente. También puedes morderme de regreso si quieres, pero no es necesario. Una vez que la Mordida se asiente, serás un lobo como yo.
¿Beber la sangre de Sasuke de una huella en el suelo? Naruto no pudo evitar hacer una mueca de desagrado ante el pensamiento.
—Eso no suena muy… apetitoso. —remarcó cautelosamente, sin querer ofender al otro hombre, pero honestamente la idea de tomar de la sangre de alguien más era bastante desagradable.
Sasuke no pareció ofendido, ya que rio alegremente, sus ojos brillando. —Supongo que desde el punto de vista de un humano no sería muy agradable, pero es lo que es. Aunque, como dije antes: si no quieres convertirte en lobo, no voy a obligarte. Pero la opción está ahí en el caso de que quieras tomarla.
En este punto en el tiempo, Naruto sinceramente pensaba que jamás escogería ser un lobo, porque todo parecía bastante desagradable y doloroso. Pero, tal vez, si Sasuke y él se volvían más cercanos en el futuro, ¿podría cambiar de opinión? Especialmente si el transformarse en lobo le garantizaba la misma extraordinaria expectativa de vida que Sasuke aparentemente tenía.
— ¿Y qué hay de los bebés? —insistió, inclinándose un poco hacia adelante, apoyando su peso en sus manos. — ¿Cómo podría ser capaz de darte bebés si no tengo las partes para ello?
Sasuke sonrió, sus ojos ahora reluciendo como gemas. —Eso requeriría de otro tipo de Mordida. La llamamos la Mordida de Apareamiento. Las Mordidas se tratan de intención y, si te doy la Mordida de Apareamiento, tu cuerpo se ajustará para que seas capaz de parir cachorros.
Cejas rubias se fruncieron.
— ¿Es como magia, entonces? —concluyó tentativamente.
Una Mordida para convertir a alguien en lobo y otra Mordida para otorgar la habilidad de tener hijos, ¿hm? Si era honesto, sonaba algo complicado y peculiar. Una parte de él se rebelaba contra esas ideas, no queriendo creerlas, pero estaba viviendo con alguien que podía literalmente transformarse en lobo a voluntad, y había visto con sus propios ojos a hadas bailando bajo la luna llena, así que Mordidas que eran capaces de cambiar el cuerpo de alguien ya no parecían ideas tan descabelladas.
Sasuke inclinó la cabeza. —Si quieres llamarlo así, entonces sí, es un tipo de magia.
Uh, bueno, al menos eso al fin explicaba de dónde vendrían los cachorros. Disimuladamente, bajó la vista a su estómago, preguntándose cómo se sentiría llevar a un niño en su vientre. Allá en la villa, las mujeres embarazadas lucían felices todo el tiempo. Si aceptaba convertirse en el compañero de Sasuke y tener sus hijos, ¿él también se sentiría así de feliz?
Nunca más tendría que sentirse solo, eso era seguro…
— ¿De dónde vino el repentino interés? —murmuró Sasuke, observándolo con ojos entrecerrados.
Naruto se encogió de hombros y miró al suelo, jugueteando un poco con la hierba. —Lo que dijiste hace tiempo me hizo pensar.
— ¿Pensar en una buena o mala manera? —preguntó Sasuke y, aunque su voz se oía neutral, había esperanza asomándose en la profundidad de sus oscuros ojos.
Es extraño, pensó Naruto distante, como pareciera que tengo tanto poder aquí aunque él sea un lobo.
Sasuke podría molestarlo a veces sobre que aún era muy inocente e ingenuo, pero no estaba bajo el encanto de ninguna ilusión. Dada la gran diferencia de poder físico entre ambos, Sasuke podría subyugarlo en cualquier momento y obligar a Naruto a hacer lo que él quisiese. No había forma en que Naruto pudiera pelear contra él o resistirse, incluso aunque ahora estuviera comiendo mucho mejor que durante todos sus años en la villa.
Si Sasuke quería tomarlo, lo haría, y no había nada que Naruto pudiera hacer para evitarlo. Algunos de los aldeanos incluso dirían que Sasuke estaba en su derecho, considerando que Naruto era su sacrificio.
Pero Sasuke no lo hacía. A pesar de haberse confesado allá a orillas del río, dejando claro que lo deseaba, no había hecho ningún otro intento de acercarse. Nunca forzaba sus límites y, aunque ahora tocaba a Naruto con más libertad, dichos toques nunca se dirigían a partes privadas ni se mantenían lo suficiente como para volverse incómodos.
De hecho, Naruto estaba descubriendo que le gustaba que Sasuke lo tocara, ya fuera con sus manos humanas o el grueso pelaje rozando su piel. Allá en la villa, el que alguien lo tocara casi nunca pasaba. Kakashi no era una persona muy afectuosa, aunque lo compensaba de otras formas y, aunque Tsunade nunca se había reprimido para abrazarlo cada vez que la visitaba, Naruto siempre había sentido esa obvia falta de afecto de la que la mayoría de los niños gozaban mientras crecían.
Los abrazos de Tsunade y la compañía de Kakashi no podían hacer mucho después de todo, no luego de ser obligado a crecer sin ningún tipo de cariño fraternal y con la mayoría de los ciudadanos prefiriendo ignorarlo.
Esa era la razón por la cual se encontraba a sí mismo empapándose en las atenciones de Sasuke y la libertad con la que este le ofrecía afecto ahora, aunque hubiera sido cauteloso al principio.
Sasuke podría hacerle tantas cosas malas sin que nadie pudiera detenerlo, Naruto no tenía poder alguno para refrenarlo. Y aun así, todo lo que hacía era ofrecerle su compañía y otorgarle cariñosos toques libremente sin nunca pasarse de la raya.
Puede que fuera considerado una Bestia, pero le había mostrado a Naruto más respeto y atención en los últimos meses que la mayoría de los aldeanos en esos diecisiete años que vivió con ellos.
—En una buena manera. —admitió, y como recompensa se ganó la oportunidad de ver una hermosa sonrisa dibujarse en el rostro de Sasuke, haciéndolo brillar desde dentro.
La vista inquietantemente hermosa hizo que a Naruto se le entrecortara la respiración y desviara la mirada, preocupándose de que sus mejillas estuvieran permanentemente teñidas de rojo.
Puede que aún no estuviera allí, pero con algo más de tiempo…
Sasuke dormitaba junto a él, su gran cabeza acomodada sobre el regazo de Naruto, evitando que pudiera levantarse, cuando a Naruto le golpeó el pensamiento de toda la confianza que el cambiaformas le demostraba en ese momento. A pesar de ser el más peligroso depredador habitando este bosque, que se mantenía vigilante todo el tiempo y estaba listo para atacar en el momento en que algo estuviera fuera de lugar.
Pero aquí estaba: durmiendo sobre las piernas de Naruto, poniéndose a sí mismo en una posición muy vulnerable sin pensárselo dos veces.
Nadie nunca había confiado así en él. Incluso Kakashi y Tsunade lo consideraban más un niño que necesitaba protección, aún mientras crecía y demostraba que no necesitaba que lo trataran como a un bebé.
Si Naruto quisiera, podría fácilmente lastimar a Sasuke ahora que el hombre se había dejado a sí mismo en una posición muy vulnerable. Todo lo que le tomaría sería un golpe preciso con una afilada roca y todo se habría acabado.
Esta gran muestra de confianza hizo que un nudo se le atorara en la garganta y, despacio, estiró la mano para acariciar el oscuro pelaje levemente. Sasuke era tan paciente con él, lo seguía tratando como si fuera algo valioso que atesorar, incluso cuando no tenía manera de saber si Naruto alguna vez correspondería sus sentimientos. Le daba todo el espacio y tiempo que necesitaba, jamás presionándolo o recordándole que tenía una decisión que tomar. Por todo lo que sabía, podría estar esperando por años a que Naruto tomara una decisión y algo le decía que el lobo estaría más que dispuesto a esperar todo ese tiempo.
Sasuke podría tener a quien quisiera. Todas las chicas e incluso algunos chicos saltarían de emoción ante la oportunidad de ser su pareja y, de alguna forma, él había escogido a Naruto.
El chico al cual la ciudad había estado más que dispuesta a ofrecer como sacrificio, el solitario huérfano con solo dos personas de toda una villa dispuestas a cuidar de él, aquel al que todos consideraban inservible y estúpido aunque se había esforzado tanto en demostrar que podía ser de utilidad, que era capaz de aprender habilidades útiles.
De todos aquellos entre los que Sasuke pudo haber escogido, había elegido a Naruto. Este hombre tan increíble y atento sería suyo en el segundo en que abriera la boca para decir que sí.
¿Cómo había cambiado tanto su vida en tan solo cuatro meses? ¿Cómo había pasado de ser el perdedor de la ciudad, el huérfano inútil al que todos estuvieron ansiosos de arrojar al lobo malo, a alguien deseado por el mismísimo lobo? A una persona querida, que era atesorada sin siquiera ofrecer nada a cambio.
Lo hacía sentir tan abrumado y tan feliz al mismo tiempo. Después de todos estos años, al fin había encontrado su lugar al lado de alguien, alguien que lo trataba con el amor y el cariño que tanto había añorado desesperadamente por años. Alguien que sería solo suyo, que no lo lastimaría, que no lo traicionaría o lo haría a un lado como si no valiera nada. Alguien que no lo perseguía para burlarse de él solo porque no entendía algo inmediatamente, alguien que no pensaba que era inútil o incapaz de ser amado.
Alguien que lo hacía sentir cálido y difuso por dentro, que lo hacía sonrojarse y sonreír, que cuidaba de él cada día incluso cuando Naruto aún tenía miedo de él, incluso cuando había intentado escapar.
Alguien que gustaba de él por ser quien era, por ser solo Naruto.
Era extraño pensar que solo cuatro meses atrás la vista de un enorme lobo negro lo había espantado, lo había llevado hasta el punto de llorar lágrimas de terror. Solo cuatro meses atrás había hecho todo lo posible por no ser notado, por mantenerse alejado del lobo lo más que pudiera. Solo cuatro meses atrás apenas se había atrevido a hablar, temiendo que cada palabra pudiera incitar a la Bestia a atacarlo.
Ahora, si veía hacia atrás y pensaba en su yo del pasado, lo consideraba un bobo, porque ya no podía imaginarse no despertando junto a Sasuke acostado en algún lugar cerca de él. Ahora, el solo pensar de no volver a ver al hombre de nuevo, de separarse de él, le causaba más temor que nada y lo hacía aferrarse a su suave pelaje algunas veces.
Ya no podía imaginar su vida sin el lobo pelinegro en ella.
Era curioso cómo la vida podía cambiar rápidamente en solo cuestión de meses.
Fueron estos pensamientos los que lo hicieron hundir las manos en el negro pelaje, agarrando los gruesos mechones con fuerza.
—Sasuke.
El lobo despertó inmediatamente y se sentó. — ¿Pasa algo?
—No. —Naruto murmuró, enrollando los brazos alrededor de su cuello. —Solo quería decirte que he decidido quedarme. Si todavía me quieres.
El cambio fue instantáneo. Un segundo Naruto estaba viendo y abrazando a un lobo, y al otro fue atraído sobre firmes muslos, obligándolo a sentarse en el regazo del mayor cuyas manos inmediatamente descendieron hasta su espalda baja, reposando ahí como hierro caliente.
— ¿Lo dices en serio? ¿Serás mío? ¿Mi compañero? —preguntó Sasuke urgentemente, casi sin aliento, sus ojos negros escaneando el rostro de Naruto como si tratara de cacharlo en una mentira o broma cruel.
Mariposas revolotearon en su estómago como locas ante dichas palabras y se mordió el labio inferior, siendo incapaz de evitar sonreír. Afianzando su agarre en el cuello de Sasuke, asintió, aún algo tímido.
—Sí, seré tu compañero.
Nunca había sido besado antes pero, cuando la boca de Sasuke cubrió la suya ansiosamente, pero gentil, otorgándole los besos más suaves a sus labios, decidió en ese momento que definitivamente no le importaría besar a Sasuke una y otra vez.
Y justo así lo hizo, una y otra vez.
Nada se había sentido tan correcto como el estar juntos en ese momento.
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N/T: Esa última escena creo que es mi favorita de todo el fic XD Y eso que apenas es el segundo capítulo.
¡Nos vemos en el que sigue!
PD. Recuerden que, si quieren, pueden buscar la historia original y dejar un comentario sobre que la han leído en español y si les ha gustado para apoyar a la autora. 😊
