X-Men no me pertenece.

Advertencia: Mención de infanticidio, ¿ideación suicida?, depresión, ansiedad.


Erik sintió un suave cosquilleo arrullador en su brazo no dominante.

Debía ser Nina, haciéndole dibujos de sus amigos otra vez. Levantó lentamente su mano dominante, buscando aún con ojos cerrados hasta encontrar una cabecita llena de cabello, buscando despeinarla más de lo que debía estar al finalizar una noche de sueño.

Con un poco de dificultad abrió los ojos encontrando un cabello rojo, no el castaño de Nina. Apartó su mano de la cabeza pelirroja asustado y confundido. Claro, recordó de repente, esa no era Nina, porque su hija estaba muerta, era la niña telépata. Era Jean. No era Nina que hacía dibujos de animales en cualquier parte de piel descubierta que encontraba, si no Jean, la que se entretenía juntando lunares con líneas imaginarias trazadas por su pequeño dedo índice.

Inspiró profundo, dos, tres, cuatro veces, hasta que lentamente su mente fue despertando por completo y pudo relegar hasta el fondo la imagen de su hija siendo asesinada.

—Buenos días— Logró decirle finalmente a Jean, quien sonrió abrazándose a su brazo, para posteriormente verla levantarse de golpe y correr por uno de los pocos libros aptos para niños que Erik había encontrado, mostrándole cuatro nombres escritos con líneas finas y seguras a pesar de haber sido escritos con crayones, para luego dar vuelta a la página y mostrar "Jean" escrito repetidamente con letra chueca y temblorosa. —¿Aprendiste a escribir tu nombre? — Jean asintió emocionada logrando que su cabello despeinado se agitara con cada movimiento. —¿Charles te enseñó? — La pelirroja desvió la mirada al telépata aun durmiente en su propio futón, para volver a mover su cabeza afirmativamente. Erik regresó a la página anterior, apuntando a su propio nombre junto al de Logan. —Mi nombre— Afirmó a lo que Jean sonrió. Volvió a pasar su mano por el cabello rojo. —Me alegra que te hayas divertido con Charles anoche, también me alegra que puedas usar tu telepatía con él— Por respuesta Jean se mantuvo recibiendo las caricias a su cabello sin dejar de sonreír. —¿Tienes hambre? Te haré de desayunar, después iremos a bañarte, ¿sí? — Explicó dejando el cabello de Jean en paz, retirando la cobija de su cuerpo y sentándose para ponerse pie.

Jean apuntó en dirección a Charles, como si preguntara sobre qué harían con él.

—Vamos a dejarlo dormir— Informó finalmente levantándose, para dirigirse a la estufa mientras Jean caminaba detrás de él (igual que cada mañana).

Cuando el desayuno estaba casi listo, vio a Jean, quien hasta ahora había estado escribiendo su nombre una y otra vez sentada a la mesa, desviar su mirada a Charles, el cual despertó de golpe, luciendo desubicado y un poco aterrado.

Jean bajó de la silla con un toque de torpeza y corrió a sentarse junto al telépata, quien, aunque aún lucía algo asustado, le sonrió a la menor.

—Hola, Jean, buenos días a ti también—

—Desayuno— Dijo Erik sirviendo comida en tres platos, manteniendo sus palabras al mínimo, porque entre más palabras usaba más parecía hacer enojar a Charles. Jean tomó una de las manos del telépata. —¿Quieres comer ahí o a la mesa? — Charles lo miró para en un parpadeo mirar a Jean, suavizando su mirada y su rostro.

—Jean dice que todos debemos comer en la mesa, que tú le dijiste antes que eso es importante y de buena educación—

¿Él había dicho eso?

—Ah— Soltó él, acercándose e hincándose frente al telépata. —Ve a sentarte Jean— Ordenó, siendo obedecido al instante. —Voy a cargarte— Informó para colocar sus manos en los lugares correctos que le permitirían cargar al otro, quien esta vez lució menos incómodo que las veces anteriores.

El día previo había tratado de evitar mirar a Charles a los ojos mientras lo cargaba, porque suponía que eso haría que el otro se enojara aún más con él si se atrevía a hacer contacto visual mientras estaban en esa posición, pero, hoy, aun con la mente un poco lenta y más que nada como un reflejo pues al fondo de su mente podía percibir que estaba siendo observado, colocó su mirada sobre los ojos azules del otro, notando como estos se abrían un poco más con un toque de sorpresa, para que se desviaran hacia Jean.

No estaba muy seguro de porqué de golpe sintió el rostro algo caliente, y no, no tenía nada que ver con el esfuerzo de cargar a Charles, porque el hombre pesaba muy poco (cosa que lo hacía querer alimentarlo con toda la comida en su casa).

Hank vio al jefe aparecer en su laboratorio, con Charles (Scott afirmaba que ese era el nombre del "mutante sin pelo") en brazos y con la pequeña (Jean, le dijo también Scott, información confirmada por Alex) aferrada a su pantalón con una sola mano.

—Buenos días jefe, Charles, Jean— Saludó siendo el destinatario de un abrazo entusiasta que respondió de inmediato, un ceño fruncido y una sonrisa discreta, lo calmaba el no haber visto molestia en el rostro del telépata, quien parecía estar de acuerdo en ser llamado por su nombre. —Lo siento, Erik— Dijo tratando de corregir el título previamente usado y que claramente irritaba al jefe en sobremanera.

Erik caminó a través del laboratorio para acomodar al telépata sobre una de las dos camillas del lugar.

Hank no era muy bueno entendiendo a las personas, pero había visto la forma en que esos dos interactuaban y justo ahora parecía que habían llegado a una especie de entendimiento, o tal vez ninguno de los dos era una persona de mañanas y estaban cansados como para discutir tan temprano.

—Me da mucha alegría conocer tu nombre Jean— Le dijo a la niña que sonrió luciendo tremendamente feliz. —Scott estuvo toda la noche hablando de eso— La niña movió sus manos y cabeza adorablemente, remarcando su felicidad. —También…— Inició girándose a ver al telépata. —Me da gusto conocer tu nombre Charles, espero que no te moleste que lo use— Dijo solicitando permiso después de ya haberlo usado, Charles volvió a sonreírle.

—Para nada Hank, claro que puedes usarlo— Se sintió aliviado. Erik suspiró.

—Me voy, entonces, Hank, me dijiste que regrese en una hora, ¿sí? — Él asintió, decidiendo que eso no era lo suficientemente respetuoso para con el jefe.

—Sí, una hora será suficiente, lo importante será hacer los ejercicios todos los días para que Charles vaya recuperando masa muscular— Erik asintió y pese a que el telépata no parecía muy conforme con la situación, no se estaba negando a lo que Hank había dicho, así que decidió continuar con el plan.

—Ok, vamos Jean, ¿quieres jugar con Kurt y Scott? — Le dijo ofreciendo su mano dominante en dirección a la niña, solicitándole sin palabras de por medio que la tomara, notándose un poco distraído como si no estuviera pensando demasiado en lo que hacía, como si el jefe estuviera acostumbrado a hacer eso.

Hank, que sabía de la hija del jefe que había muerto antes de que iniciara la guerra, sintió que su corazón dolía.

El ceño ligeramente fruncido de Charles, así como su mirada un tanto triste le hizo sospechar a Hank, que tal vez el otro mutante estaba experimentando una sensación parecida.

Jean tomó la mano de Erik con confianza, imitando su caminar, pero deteniéndose de golpe al notar que estaban dejando a Charles ahí, girándose a ver al telépata confundida, para seguidamente mirar a Erik.

—Charles se va a quedar un rato con Hank— Jean comenzó a lucir como si fuera a llorar.

—Oh, no, cariño, aún voy a vivir con ustedes, solo será una hora— Agregó Charles, atrayendo la atención de la niña y Erik eligió ese momento para hincarse frente a la pelirroja.

—Charles necesita que Hank lo revise para asegurarnos de que está bien, solo tardará una hora y después podrá pasar el rato con nosotros afuera, ¿de acuerdo? — Jean asintió para correr a abrazarse a Charles con torpeza y dificultad, pues para alguien de su tamaño era difícil alcanzar correctamente al hombre sentado en la camilla.

—No estoy realmente enfermo, pero es algo así— Explicó el ojiazul, claramente contestando a una pregunta que solo él podía escuchar. —Estoy bien, por eso ya puedo vivir contigo y con Erik, pero Hank me está ayudando a estar mucho mejor, por eso voy a estar un ratito con él, ¿sí?, mientras tú vas a jugar con Kurt y Scott, muéstrales cómo se escribe tu nombre— La niña, finalmente luciendo convencida, asintió.

Charles apartó la mirada de la niña y se centró en Erik.

—La ayudas a comunicarse con Kurt y Scott— Le dijo al jefe en la forma menos golpeada y agresiva que Hank los había visto comunicarse.

—Ok— Aceptó Erik. —Vamos Jean— Y finalmente la pelirroja obedeció, tomando nuevamente la mano de Erik, despidiéndose de él y de Charles con su mano libre, al tiempo que salían del laboratorio.

—Puedes… ¿puedes escuchar todo lo que ella piensa? — Interrogó, porque tal vez así funcionaba una interacción telépata-telépata.

—No, no tengo mi mutación, por eso solo puedo escuchar lo que ella quiere transmitir—

—Es bueno que pueda comunicarse contigo— Concedió honestamente aliviado de poder saber un poco más de Jean. Charles sonrió.

Hank decidió que este era el momento perfecto para hablarle de su plan al telépata.

—Hay algo de lo que quería hablarte— Charles alzó las cejas, mostrando interés en aquello que Hank quería decir. —Anoche me quedé pensando y se me ocurrió que tal vez, si utilizara una muestra de la sangre de Logan, que ya he investigado antes porque su mutación me parece algo fascinante, podría intentar desarrollar un suero, para ayudarte a curar la lesión en tu médula espinal— Charles lo miró en silencio mucho más tiempo del que Hank creyó que sería.

Tal vez, otra vez había dicho algo inapropiado, tal vez a Charles no le había gustado que le diera una especie de esperanza vacía porque ciertamente Hank no había asegurado nada… tal vez y hasta Charles lo había considerado una micro-agresión, tal vez…

—Crees que… si funciona, ¿después podrías usarlo con Jean? — Hank dejó la boca abierta descuidadamente.

—Claro, por lo de sus cuerdas vocales, sí, ¡sí!, cambiando algunas variables, estoy seguro de que si funciona contigo…—

—Ok—

—¿Cómo? —

—Dije que está bien, puedes usarme para experimentar lo de tu suero— Le dijo Charles con rostro ameno y sonrisilla feliz.

—¡Genial!, genial, oh, estoy seguro de que funcionará— Charles asintió, soltando una risa suave ante el entusiasmo que estaba mostrando.

Erik lo llevó en silencio, dedicándole una mirada de reojo de tanto en tanto, hasta un lugar cercano al que habían estado el día anterior acomodándolo en la misma silla que le permitía estar cerca de las plantas y la tierra, notando como en este nuevo lugar había más tierra y menos plantas.

—¿Bien? — Preguntó Erik, a lo que él asintió, porque no había necesidad de hablar sobre lo adoloridos que habían quedado sus brazos, su espalda y hasta su cuello o el hecho de que estar sentado justo ahora no le parecía una buena idea a su cuerpo.

Erik, tal vez luciendo un poco para nada convencido, se alejó en dirección a los cultivos, mientras Kurt, Scott y Jean se acercaron a él con entusiasmo, dejando lo que parecían ser pasteles de lodo de lado.

—Nos enseña a nosotros también, por favor, por favor— Aunque tal vez aquella debía ser una pregunta, carecía de tono interrogativo.

—Sí, quiero escribir mi nombre— Agregó Kurt a lo dicho por Scott.

—Oh, se refieren a aprender a escribir su nombre— Dijo, logrando entender lo que los niños estaban exigiendo de él.

"Diles cómo se escriben sus nombres" Le dijo Jean con mucho entusiasmo y en un alto volumen. Él no planeaba decirle que a veces sus pensamientos eran muy ruidosos dependiendo de cuanta emoción colocara en ellos y que a veces hasta era doloroso para él y su cabeza.

—El señor Erik nos dijo que usted le enseñó a Jean a escribir su nombre— Explicó el hijo de Raven.

—Jean nos mostró— Comentó Scott, sonriéndole a la niña que respondió abrazándose a Charles. Él puso su atención en los familiares de los niños, Alex se encontraba removiendo tierra cerca de una pequeña planta, sintiéndose de inmediato observado, regresándole la mirada para alzar una mano y saludar, él respondió hasta que el más joven regresó a su tarea, después se centró en Raven quien lo miró para cambiar su expresión descuidada a una con molestia, ausente del odio previamente mostrado, apartando la mirada sin hacer ademán de saludar o hablar.

Eso le pareció suficiente permiso para seguir hablando con Kurt y Scott.

—No tengo nada con qué escribir, tampoco papel— Los niños comenzaron a lucir decepcionados y Jean alzó el libro emocionada, para bajarlo y buscar una hoja en blanco, mostrándosela a él.

"Podemos usar el libro como con mi nombre"

Él le sonrió a la pelirroja.

—Sigo sin tener con que escribir— Los tres menores se vieron aún más decepcionados y él dejó caer su mano por uno de los lados de la silla hasta tocar la tierra y entonces se le ocurrió.

La tierra estaba un poco dura, pero... buscó con la mirada hasta ver una vara.

—Kurt, ¿puedes darme esa rama? — Solicitó apuntando en la dirección correcta, el niño se giró de inmediato, para teletransportarse hasta la vara, repitiéndose la acción para mostrarse frente a él con el objeto en mano.

—¿Esto? — Charles asintió.

—Gracias— Dicho eso comenzó a removerse un poco en la silla (lo que le resultó difícil entre el dolor y la debilidad) hasta poder quedar en una posición que le permitiera más fácilmente el trazar líneas en la tierra. —No estoy seguro, pero imagino que Kurt…— Se concentró en escribir el nombre del hijo de Raven dos veces, una vez con "C" y otra con "K". —Puede ser escrito de las dos formas, así que tendrás que preguntarle a tu mamá cuál de las dos formas es correcta—

El niño abrió la boca sorprendido.

—¿Ese es mi nombre? — Charles asintió sonriéndole.

—Se ve genial — Le dijo Scott con emoción a su amigo. —Ahora el mío— Exigió a lo que Charles comenzó a escribir.

—Debe ser así— Explicó al terminar.

—También se ve genial— Dijo Kurt, mientras Jean asentía rápidamente. Sintió una extraña ligereza al ver a esos pequeños emocionados por poder ver sus nombres de forma escrita.

—¿Por qué no intentan copiarlos?, solo consigan más ramas, tú también Jean, ¿no quieres escribir tu nombre en la tierra? — La pequeña asintió.

"Sí quiero".

Otra vez un pensamiento gritado y plagado de sentimiento positivos y cálidos.

Charles le sonrió, entregando la vara a Kurt (después de todo él había ido por ella).

Mientras los niños buscaban ramas, Erik se acercó, estirando en su dirección una especie de botella de plástico no desechable lleno de agua, acción a la que él respondió solo mirando al otro.

—Vamos, debes tener sed— Sí, sí tenía y no quería discutir con el héroe del mundo moderno mientras Jean estaba presente, por lo que tomó el agua sin decir nada. Al intentar abrir la botella notó su mano temblorosa (por el ejercicio previamente realizado en la sesión de rehabilitación de Hank) que simplemente no tuvo la fuerza suficiente para abrir el recipiente.

—Te ayudo— Ofreció Erik después de verlo batallar un rato y Charles no quería entregar la botella, pero esa estúpida tapa no parecía querer hacer lo que él estaba solicitando y su sed estaba queriendo regresarlo a su encierro, así que terminó entregándola con manos aún más temblorosas.

Erik giró la tapa con poco esfuerzo y le regresó la botella abierta.

—Gracias— Dijo, porque pese a todo ese había sido un favor que merecía un agradecimiento, Erik contestó encogiendo los hombros para luego concentrarse en los niños.

—¡Encontré una rama, aunque está un poco chueco! — Dijo Scott alzando la vara mientras declaraba su victoria a viva voz.

—¿Qué estás viendo Jean? — Cuestionó Kurt viendo a la pelirroja hincada con una rama en mano y pareciendo ver algo con mucho interés. Kurt se acercó, hincándose junto a la niña. —¡Es un gusano! — Se escuchó que exclamó mientras Scott se acercaba a sus dos amigos.

—No, esa es una oruga, tiene patitas y pelitos—

—¿No son lo mismo? — Cuestionó Kurt, mirando a Scott con un ojillo achicado exageradamente al notarse poco convencido por lo dicho por su amigo, Charles no podía escuchar lo que Jean pensaba, porque no estaba tratando de comunicarse con él, pero estaba seguro de que ella pensaba algo similar a Kurt por su rostro de incredulidad.

—No sé, Hank dijo que no, el otro día había una oruga en casa y mi hermano grito "¡Un gusano!" — Gritó el castaño con voz aguda claramente tratando de imitar a Alex. —Y Hank le dijo que ese no era un gusano, que era una oruga y se parecía a esta—

—Oh— Contestó Kurt alargando la "O", Jean tenía la boca abierta claramente interesada en la conversación.

Él soltó una risa silenciosa ante la conversación recién escuchada, distrayéndose cuando Erik caminó hasta lo que él había escrito en la tierra.

—Hmm— Soltó el hombre, para apuntar con su pie la palabra "Curt". —"Kurt" — Dijo esta vez apuntando a la otra forma en que había escrito el nombre del hijo de Raven. —Esta es la forma correcta, con "K"— Después apunto el "Scott" en la tierra. —Este sí es así, con doble "T"— Charles no estaba seguro de como contestar a eso, por lo que solo asintió al momento en que Erik centró su mirada en él. —Podrías…—

—¿Eh? —

—Podrías enseñarles a leer y escribir a Kurt, Scott y Jean— Sí, podía ser, le gustaba pasar tiempo con los niños, de alguna forma le hacía sentir que todo era más sencillo y las voces llenas de dolor en su cabeza se callaban mientras conversaba con ellos.

Pasar tiempo con Kurt, Scott y Jean no le molestaría, pero… ¿cómo podía permitirse hacer algo que lo ayudara a sentirse mejor?

No debía olvidar que él quería morir.

—¿Ya fue suficiente del telépata paralítico sin mutación que no hace nada? Suficiente inutilidad, ¿ya me tienes que encontrar un uso o no como? — Erik tensó los hombros y su expresión.

Hasta ese momento no había notado que el hombre se había permitido cierto nivel de relajación.

—No lo dije en ese sentido— Charles apartó la mirada. Estaba cansado de fingirse enojado, estaba cansado de estar a la defensiva, estaba cansado de hablarle con desdén a Lensherr, pero no podía dejar de estar molesto porque él era la razón de que él siguiera viviendo. —Es solo que puedo ver que ellos te agradan, también he visto que te gusta enseñarles sobre cosas, como ayer que les hablaste de las diferentes formas de comunicarse y hoy que les estás enseñando a escribir sus nombres como hiciste con Jean, por eso pensé que tal vez podría agradarte la idea de pasar tiempo con ellos— Lo había estado observando, Erik… además habían visto a través de él. —Perdón, no quise hacerte sentir…— No quería que Erik le pidiera perdón otra vez.

—Necesito hojas y mínimo crayones y debes preguntarle a Raven y Alex sin están de acuerdo, no es correcto hacer algo en lo que los padres o tutores no están de acuerdo— Explicó armándose de valor para volver a ver el rostro de Lensherr, quien se encontraba mostrándole una sonrisa pequeña.

—No creo que Alex no esté de acuerdo y hablaré con Raven, aunque también dudo que se niegue, conseguiré hojas y tal vez encuentre algunos lápices y crayones… no quiero quitarle a Jean los suyos— Charles negó con la cabeza, de acuerdo con lo dicho por Lensherr. —Gracias— Dijo Erik al final.

Charles no supo cómo contestar.

Charles nuevamente se había dormido con un sonido metálico que no podía asegurar, pero sentía había percibido en la noche, formando parte de sus sueños de forma curiosa, incluso si al abrir los ojos ya no recordaba de qué iban esos extraños sueños.

Lo primero que notó al despertar, era que aún era de noche, lo segundo que notó fue a Erik de espaldas y un poco inclinado hacia enfrente.

—¿Qué haces? — Cuestionó al otro, pareciendo asustarlo, pues Lensherr se giró de inmediato un poco alarmado.

—Eh…— Soltó elocuentemente. —Yo estaba… bueno— Concluyó para dar un paso de costado, permitiéndole ver lo que se encontraba detrás de él.

Charles se sentó en el futón, buscando acercar un poco más el rostro, confirmando que su vista ligeramente borrosa por el sueño no lo estaba engañando.

—¿Eso es una…? —No pudo lograr que de su boca saliera la palabra.

—Silla… con ruedas… eh… silla de ruedas— Terminó Erik por él de forma levemente torpe y balbuceante. Y Charles no supo qué era lo que debía decir después de aquello, porque esa silla no podía ser para el mismo Lensherr ni para Jean, no conocía a muchas de las personas que vivían en la isla, pero no había notado hasta el momento alguien que necesitara de una silla de ruedas, así que suponer que era para él era la opción más viable, sin embargo, seguía sin saber cómo debía reaccionar y sentirse al respecto.

—Pensé que sería bueno que tuvieras una silla de ruedas para que puedas comenzar a moverte con más libertad, sé que ahora mismo aún no tienes tanta fuerza después de estar en... pero con la rehabilitación de Hank irás recuperando más fuerza y podrás moverte en la silla por ti mismo— Había muchas cosas que él podía decir para torcer las palabras de Erik, sintiéndose humillado y humillando y sabiendo que era una carga y volver a repetirle al otro mutante que todo se habría solucionado si lo hubiera matado como lo pidió.

Pero le estaban regalando una silla de ruedas pensando en un futuro en el que pudiera moverse con libertad por la isla, le estaban dando un regalo... ¿cuándo fue la última vez que recibió un regalo?, ¿cuándo fue la última vez que alguien pensó y se preocupó por sus necesidades?, él no merecía tanto porque arruinó la vida de muchas personas, facilitó muchas muertes, pero...

Abrió la boca sin saber ni él mismo que era lo que diría a continuación, pero se interrumpió al sentir la mente despierta de Jean.

"¿Qué es eso?"

—Es una silla de ruedas— Explicó en cuanto la niña se acercó hasta ellos, caminando mientras se tallaba uno de sus ojos. —Es para mí— Le dijo a la pequeña pelirroja en un susurro. Jean sonrió mirándolo feliz, para ver a Erik con admiración.

"¿Erik te la regaló como me regalo mis crayones y mi cama?" Charles asintió sonriendo, para notar la mirada dudosa de Erik, que hacía saltar su atención entre él y la pequeña pelirroja.

—Preguntó si tú me la regalaste como a ella que le regalaste crayones y su cama—

—Oh— Exclamó Erik sonriéndole a Jean, acercándose para acariciar suavemente su cabeza, sin poder evitar despeinarla un poco más, Jean se dejó felizmente. —¿Quieren salir un rato a probar la silla? — Sugirió Lensherr. —Aquí es muy pequeño para probarla correctamente, tengo que reacomodar para darte más libertad de movimiento— Agregó al tiempo que Jean corría a hincarse junto a él.

"Vamos Charles, vamos un ratito afuera" Solicitó Jean con emoción y provocándole una leve punzada.

Entre ojitos brillantes infantiles y ojos un tanto temerosos de un adulto, Charles no supo que debía hacer.

—De acuerdo—

Todo pasó bastante rápido después de aceptar. Erik lo ayudo a salir del futón, cargándolo para acomodarlo en la silla de ruedas.

—¿Estás cómodo? — Cuestionó yendo a tomar la cobija con la que dormía cubriéndolo completamente.

—Lo estoy— Para luego observar a Erik ir a tomar una chamarra pequeña que ayudó a Jean a ponerse.

—Está fresco por las noches— Contestó Erik incluso aunque Charles no exteriorizó su pregunta. No dijo nada ante la explicación.

—Jean, ¿quieres usar la silla de ruedas junto conmigo? — Solicitó ante lo que Jean no esperó que dijera más apresurándose a intentar subir y sentarse en sus piernas, al final Erik tuvo que ayudarla, porque más que subir, Jean comenzó a jalar la cobija destapándolo momentáneamente.

Charles rio mientras era casi destapado y Jean finalmente era acomodada procediendo a abrazarlo.

Finalmente, el camino fuera de casa pudo iniciar. Al salir, lo primero que notó fue una rampa de metal que no había estado ahí esa mañana.

—Eso... ¿lo hiciste tú? —

—Fue sencillo con mi mutación— Explicó Erik en voz baja mientras recorrían la pequeña rampa, para continuar su camino por el área de tierra y plantas y rocas, que Charles sentía estaba un poco más plana que más temprano.

Decidió que no diría nada al respecto.

Recorrieron lentamente un camino aleatorio aledaño a la casa de Erik y Jean, hasta que la niña de repente miró el cielo.

"¡Son muchas estrellas!, ¡Me gustan!"

Charles alzó la vista sonriendo ante la felicidad de la niña.

—Jean dice que le gustan las estrellas— Decidió explicar incluso si no podía ver el rostro de Erik para saber si estaba poniéndoles atención.

—Se ven mucho aquí— Murmuró Erik, siendo su voz adornada por el ligero rechinido que hacían las ruedas de la silla.

Charles pudo notar la calma detrás de las palabras del otro adulto y entre la felicidad que emanaba de Jean y la paz que emanaba de Erik él sintió que su mente no podía concentrarse en nada más que ver estrellas.


Muchas gracias por leer, perdón por errores de dedo y falta de elocuencia, tengo prisa y quiero subir esto ya porque si no lo vendría subiendo mañana hasta la madrugada tal vez jaja.

Espero y el capítulo haya sido disfrutable, ¡nos leemos!