X-Men no me pertenece.

ADVERTENCIA: Uso de la palabra suicidio, lágrimas de macho ficticio casi todo el capítulo (no estoy hablando de las mías).


Definitivamente tenía que levantarse en ese momento, si no lo hacía no alcanzaría a realizar todas las actividades que debía llevar acabo cada mañana para iniciar un día normal de trabajo; pero hoy no era un día normal.

Las horas que llevaba despierto eran muy diferentes a otras que había vivido y no era que Erik no estuviera acostumbrado a que las cosas cambiaran de un momento a otro, sin aviso, como si el viento hubiera decidido soplar en otra dirección, justo como siempre ha imaginado su muerte. Sorpresiva.

A diferencia de él que ni siquiera intentó conciliar el sueño otra vez, Charles tenía unas dos horas dormido, más o menos. Erik honestamente creía que no había sido la intención del omega (que no había detenido su llanto desde que él le dijera que conocía su pasado), pero el peso del cansancio que venía cargando de años pudo con él y simplemente cerró los ojos con su estado consciente escapando de entre sus dedos, todo mientras de tanto en tanto soltaba un suspiro lleno de dolor, y que cada vez que pasaba hacía que Erik terminara cuestionándose si realmente era un dolor emocional y no físico, porque con el físico podía tratar de hacer algo y obtendría un alivio relativamente rápido, pero no podía hacer mucho por aliviar el dolor emocional del otro, ya ni siquiera hablar de hacerlo rápidamente. Así que al final lo único que Erik sentía que podía hacer era concentrarse en seguir respondiendo al abrazo en medio del cual llevaban desde que ambos comenzaron a tratar de ofrecer consuelo al otro.

Charles odiaba que Erik no hubiera cumplido con su parte del trato… ok, Charles odiaba a Erik no solo el acto de no cumplir su promesa, pero aun así le ofreció consuelo, cuando estaba herido, cuando tenía derecho de decirle cosas hirientes, cuando tenía conocimiento de cómo hacerlo hincarse de rodillas porque el dolor de los recuerdos era demasiado y sin embargo hizo todo lo que estuvo en sus manos para buscar hacerlo sentir… bien.

Un sonoro suspiro se le escapó (sin darse por enterado de que puso más fuerza en el abrazo que mantenía en el cuerpo de Charles).

Sintió sus ojos humedecerse, porque las palabras de Charles habían sido crueles, crudas, pero sobretodo, catalizadoras de una extraña paz que comenzaba a apoderarse de él en forma de una curiosa calidez que iniciaba en su nuca y se extendía lentamente por todo su cuerpo, pero aquello se entremezclaba con una sensación agria casi como tener ganas de vomitar al recordar a Charles decir que debería haberse suicidado cuando tuvo la oportunidad.

Percibió un poco de movimiento en el cuerpo que estaba contra el suyo, recordando cómo Charles reaccionaba cuando era tocado de repente, así que decidió darle espacio para lograr recuperar su estado de alerta en sus propios términos, buscando darle control de la situación, porque después de vivir como Charles lo hizo, claramente sentir que no tenía el control de algo era algo que lo aterraba.

Charles abrió los ojos, tallándolos un poco, su esclera estaba irritada y sus párpados se notaban un poco hinchados en los bordes, claro que debía sentirlos extraño, siendo su primera acción el tallarlos.

Tenía esta necesidad de hacerlo parar, de colocar sus manos sobre las de Charles y detenerlo o al menos poder decir algo, pero sentía que cualquiera de esas acciones no haría más que exaltar al telépata, por lo que se mantuvo callado e inmóvil incluso si podía sentir como una parte de él se removía con incomodidad en su interior.

Charles detuvo sus acciones el momento suficiente como para notar que Erik estaba sentado relativamente cerca. Podía sentir que Charles estaba buscando algo para decir, pero en su lugar volvió a tallar uno de sus párpados.

—Te vas a irritar más los ojos— Comentó, logrando que Charles detuviera su ataque a sí mismo.

—¿Es…? — La voz de Charles se escuchó un poco ronca por recién despertar, pero también un tanto rasposa y eso era claramente a causa de los sollozos y gimoteos que hacía unas horas habían acompañado al llanto del omega. Al escuchar su propia voz, carraspeó un poco como si quisiera limpiar su garganta, antes de continuar con su pregunta. —¿Es muy tarde?, ¿dormí mucho? —

—No, puedes tratar de dormir más si quieres, es temprano e incluso si fuera tarde, está bien— Charles negó con la cabeza.

—¿Tú dormiste? — Le dijo con voz suave, ausente de ira, odio o dolor. Pensó en evadir la pregunta, en mentir, pero los ojos irritados y de irises azules no le permitió decir otra cosa que no fuera la verdad.

—No— Charles apartó la mirada un momento, para comenzar a sentarse sobre el futón. Erik se acercó, pidiendo permiso con sus acciones para ayudar al otro, no estaba muy seguro de cómo lo supo, pero sintió que su permiso había sido concedido por lo que ayudó presuroso. —Debería preparar el desayuno— Agregó cuando el otro se encontró sentado correctamente. —¿Tienes hambre? — Charles respondió negando con la cabeza, agregando palabras cuando aún no terminaba con el movimiento de su cuello.

—¿Tú? — Erik prefirió no responder.

—Voy a preparar el desayuno—

—¿Puedo… puedo bañarme antes? — Solicitó el omega suavemente, Erik no sabía porque estaban pidiéndole permiso, no le gustaba.

—Claro— Dijo con seguridad, para después sentirse inseguro acerca de cómo actuar a continuación. —Te cargaré hasta el baño— Su pregunta de "¿Eso está bien?" terminó flotando entre ellos.

—Ok— Contestó Charles en un susurro para que él iniciara con el proceso de acomodar sus manos en los sitios correctos, justo después de apartar la cobija, levantarse con su preciada carga entre sus brazos y caminar hasta el baño, siendo Charles quien abrió la puerta del pequeño e improvisado baño, para ser acomodado en la silla de plástico que finalmente Erik decidió debía estar ahí en todo momento.

Ayudó al otro a quitarse la ropa, estando convencido de que era mejor que mantuviera la ropa interior como cada vez que lo había ayudado a tomar un baño.

—Iré a preparar el desayuno, si necesitas algo…—

—Mhm— Exclamó Charles con un ligero asentimiento.

Salió dejando la puerta ligeramente entreabierta, para asegurarse de escuchar cualquier llamado de auxilio por parte del telépata.

Al tiempo que comenzó a escuchar el agua caer, sollozos mucho más silenciosos y espaciados que el día anterior iniciaron también.

Erik caminó hasta colocarse junto a la puerta entre abierta sintiendo como sus propios ojos ardían.

—Charles— Llamó casi en un susurro, rogando porque el omega no parara su llanto de golpe. —Estoy aquí, si necesitas algo— Trató de decir sin permitir que su voz saliera rota pesé a la horrible presión en su garganta. Un nuevo sollozo se dejó escuchar.

—Lo sé— Le murmuraron y Erik no pudo parar las lágrimas que corrieron por su rostro.

Su mente debería estar en caos, abrumada por todo lo que había ocurrido más temprano.

Había lastimado a Jean.

Fue un accidente.

Fue cruel con Erik.

No había sido su intención, estaba enojado y asustado, las sensaciones a su cuerpo, los ruidos alrededor, la luz, todo se sentía como demasiado doloroso.

Erik le permitió abrazarlo y lo escuchó cuando Charles le explicó que lo que había pasado con su familia no era su culpa.

Porque Erik no merece tener ese peso, esa sensación de angustia por algo que claramente no había sido su culpa, pues aquello había sido una injusticia.

De repente, sin aviso, comenzó a ser el receptor de palabras de consuelo que no merecía, porque él sabía que si se hubiera suicidado antes de que lo atraparan…

¿No lo merecía?

—¿Puedes tratar de comer un poco? — Le dijo Erik en voz baja, haciéndolo notar de golpe el plato frente a él. Charles vio que, así como su comida estaba intacta, la del alfa también. Le dedicó una extensa mirada a Lensherr hasta que sintió sus ojos humedecerse, decidiéndose finalmente por tomar el tenedor próximo al plato y llevar una pequeña porción del alimento hasta su boca.

Probablemente no debía sentirse tan complacido ante la acción de Erik imitándolo.

—¿Quién cuida de Jean? — Decidió preguntar, tratando de darle tiempo a su estómago para que dejara su rebeldía y finalmente aceptara el alimento.

—Raven y su pareja— Concedió Erik y Charles no tenía otra respuesta más que un sonido suave con su garganta, buscando que entendiera que lo había escuchado. —Iré por ella después de dejarte con Hank—

Charles lastimó a Jean.

No fue mi intención.

Su estómago definitivamente no aceptaría otro bocado.

—Probablemente no sea bueno que yo…— Se detuvo así mismo de golpe, sintiendo la penetrante mirada azulada de Erik sobre él, sin atreverse a alzar su vista.

Siga conviviendo con Jean. Terminó la frase únicamente en su cabeza, pues sus labios se rehusaron a formar las palabras y transmitirlas al alfa frente a él.

¿Era realmente eso lo que quería decir? No, claro que no, no quería alejarse de Jean, así como no quería alejarse de… no quería dejar de vivir en esta casa.

—Lo que pasó anoche no fue tu mutación, fue la de Jean, ¿verdad? — Carraspeó un poco, buscando que su voz adquiriera un poco de seguridad, buscando que no se fuera a escuchar temblorosa, pero sabiendo que fracasaría.

—Las mentes tienen barreras de protección, sí, pero hay pensamientos cargados de emociones demasiado fuertes, por lo general son pensamientos llenos de dolor, miedo o ira los que logran traspasar las barreras de sus propios dueños y escapan a mentes receptivas como la de Jean. Eso fue lo que pasó, todo facilitado por el hecho de que mi cerebro al ser el de un telépata como el de ella es un transmisor perfecto para una mente tan joven como la de Jean—

—Mhm— Exclamó Erik, sin calmar un poco el temblor que Charles estaba percibiendo se apoderaba de todo su cuerpo. —Pero esa clase de pensamientos también se escapan de mentes de no telépatas— Dijo Erik después, no del todo como una pregunta, pero tampoco como si estuviera completamente seguro de lo que decía.

—Sí, con el tiempo la telepatía de Jean se volverá más fuerte y podrá percibir con facilidad esa clase de pensamientos de otras personas, así como podrá comunicarse con otros no solo conmigo—

—Algo como lo que pasó con Jean anoche, ¿te ha pasado a ti también? — Erik descifró su expresión confusa con facilidad y terminó explicando para obtener una respuesta apropiada. —Ser el receptor de pensamientos cargados de esa clase de emociones sin querer—

—¡Oh! — Se sintió un poco enrojecer ante el volumen alto que había colocado en su exclamación, pero prefirió concentrarse en continuar su respuesta. —Sí, pero aprendes a poner barreras para proteger tu mente, eh…— Se trabó un momento buscando como explicarse más apropiadamente. —Como con cualquier mutación, aprendes a controlarla, como tú, por ejemplo. Cuando te enojas y tu mutación tiende a escaparse un poco de tu control, pero lo recuperas fácilmente, imagino que mientras crecías tuviste algunos problemas por eso— De golpe se dio cuenta de que había sido demasiado confianzudo, había presupuesto muchas cosas, ¿había llegado a ser ofensivo?, su vergüenza y temor se disipo al ver la sonrisa divertida de medio lado de Erik.

—Sí, bueno, mi adolescencia está llena de anécdotas sobre cosas de metal haciendo cosas muy interesantes e inusuales— Charles sonrió por reflejo deseoso de escuchar esas anécdotas, por desgracia, aunque Erik continúo hablando, no hubo anécdotas de infancias de alfas controla metales. —Entonces lo que pasó se va a seguir repitiendo, pero no solo contigo si no que, conforme Jean vaya creciendo, pasara con cualquier persona con pensamientos con emociones demasiado fuertes—

—Bueno…— No estaba seguro de que estaba pasando (o la verdad es que sabía perfectamente el punto que Erik quería transmitir, pero no quería aceptarlo, porque el otro mutante estaba demostrando que era muy bueno convenciéndolo de cosas que Charles jamás había considerado que podía creer).

—Porque Jean es una telépata y no porque tú seas malo para ella— Charles tuvo que cerrar los ojos e inspirar profundo, rehusándose a hacer un mohín acordé con el nudo en su garganta. —Por el contrario, eres bueno para ella, porque la entiendes y no estoy hablando solo de hablar con… su voz mental, si no que entiendes por lo que está pasando y por lo que pasará porque ustedes comparten mutación—

—Erik— Terminó soltando en un ruego susurrado, mirando en otra dirección, sin esperar que Erik se pondría de pie, hincándose frente a él, mirándolo desde abajo con sus ojos ahora un poco azules y un poco verdes llenos de vulnerabilidad, dándole una curiosa sensación de seguridad que no sabía que podía sentir al estar con un alfa.

—Tú eres bueno para ella—

—Pero la lastimé y no puedo prometer que no va a volver a pasar y ni siquiera sé qué fue lo que vio— Charles suponía que debía sentirse patético por estar llorando otra vez, pero también parecía ser que estaba muy cansado para sentirse patético. Erik lo estaba mirando con tristeza y Charles buscó y buscó lástima en cada uno de los rincones del rostro del alfa, pero su búsqueda fue infructífera. —No sé qué hacer— Porque pesé a todo, ya sentía que amaba a esa pequeña niña y quería seguir junto a ella, quería ayudarla, quería ser su soporte, su consuelo, su protector, tal como Erik lo era.

—Te disculpas— Le contestó Erik suavemente, tomándole las manos. —Jean es inteligente, así que le explicas que fue lo que pasó, puedes tratar de darle una explicación no muy detallada de lo que vio y después te disculpas— Erik hizo una pausa, notándose pensativo, como si estuviera sopesando los pros y contras de algo que diría a continuación, llenando su rostro de seguridad, claramente habiendo tomado una decisión. —Como hiciste conmigo— Charles nuevamente se sintió avergonzado por las palabras crueles que uso para herir a Erik, liberando una de las manos del agarre del alfa, llevándola a cubrir su boca.

—Lo siento— Le susurró y Erik negó con la cabeza.

—Eso ya lo dijiste, además de hacerme considerar cosas que jamás me había permitido pensar—

Y antes de que Erik hiciera ademán de cambiar su posición hincada frente a él, Charles sabía que pasaría a continuación, por lo que cuando Erik se puso de pie y lo abrazo contra sí, Charles enredó sus brazos por la cintura del otro al momento.

Erik caminaba a paso tranquilo en dirección a casa de Raven, justo después de dejar a Charles en el laboratorio de Hank, el beta solo los había mirado con un montón de preguntas en el rostro, porque tal vez Raven ya se había comunicado con él, porque claramente el ambiente entre él y el telépata estaba diferente, porque los ojos de Charles denotaban todo el tiempo que su dueño había estado llorando.

A pesar de su notoria curiosidad, del evidente conocimiento que poseía de que algo había pasado, Hank simplemente saludó, para ofrecerle una sonrisa y mano alzada como despedida ante su explicación de que debía ir a recoger a Jean.

Ni bien los terrenos de la casa Raven-Azazel-Kurt estuvieron en su campo de visión, pudo ver a Raven desde una de las ventanas, para que ella se pusiera de pie y fuera a abrir la puerta; en lugar de invitarlo a pasar como en otras ocasiones, esta vez su mejor amiga salió de su casa cerrando la puerta tras de sí.

Erik no se acercó más, limitándose a ver a la mujer, tomándose un tiempo (como no había hecho hace mucho) para apreciar la belleza que su amiga era, pero también podía apreciar la autoridad que emanaba, su capacidad durmiente de liderazgo. Una alfa completa que se había sometido por decisión propia al liderazgo de Erik.

—¿Ahora sí tienes tiempo de explicaciones? — Preguntó Raven cruzándose de brazos. Erik respondió viendo en otra dirección y rascándose la nuca (aunque pareció más un masaje para sí mismo).

—Charles tuvo una pesadilla— Dijo de forma escueta y pudo ver a Raven hacer mucha fuerza con la mandíbula, casi pudo escuchar un rechinido de dientes.

—¿Y qué más? —

—Eso fue lo que pasó—

—No, necesito que me expliques exactamente y con detalle qué tiene que ver el que el telépata tuviera una pesadilla con que la niña haya llorado hasta quedarse dormida— Erik se preguntó si Raven usaba el nombre de Jean cuando estaban a solas o si por el contrario insistía en llamarla niña como cuando estaba en presencia de él.

—Quiero ver a Jean— Dijo, porque de repente no podía controlar la necesidad de abrazarla, consolarla, cantarle si era lo que necesitaba. Raven endureció el rostro.

—No— Le contestó con autoridad y Erik solo atinó a pararse muy derecho con puños apretados.

—Es por la telepatía, Charles me explicó que los telépatas tienen problemas para bloquear pensamientos con emociones fuertes como el odio o el miedo y Charles tuvo una pesadilla, así que sabiendo lo poco que Azazel pudo contarnos, puedes imaginar que todas esas emociones terminaron en Jean, por eso era importante alejarla— Raven dejó de lucir enojada un instante, notándose triste, casi como si estuviera por ponerse a llorar, pero así como apareció, la cara enojada regresó, acompañada de un movimiento de cabeza que le permitió a la mujer ver hacia atrás un momento, como si estuviera tratando de tomar una decisión.

—Y tú creíste en lo que él dijo, así nada más— Comentó Raven impregnando sus palabras de un marcado sarcasmo.

—Solo vine por Jean, no a pelear contigo— Raven lamió suavemente sus labios, viendo al suelo.

—No lo sé, tal vez y la niña estaría mejor viviendo conmigo, Azazel y Kurt—

—¿Qué estás…? — Erik se dio cuenta de que su voz salió un poco falta de aire. —No— Trató de decir con autoridad, pero terminó soltándolo de forma temblorosa y pudo notar en el rostro de Raven que sabía perfectamente que estaba despertando en él sentimientos negativos, pudo notar que parecía no querer hacerlo, pero continuó haciéndolo.

—Solo digo que no parece ser lo más importante para ti en este momento, cuidar de ella, creo que los más importante para ti ahora es cuidar del telépata—

—Eso no es así—

—¿No? ¿Y dime cuántas veces he tenido que cuidar de Jean desde que trajiste al telépata a Genosha? —

—Iré por Jean— Dijo caminando con seguridad hasta la puerta de Raven, buscando pasarla y entrar a la casa. Raven colocó una mano sobre el pecho de Erik, deteniéndolo, pensó que sería nuevamente atacado con palabras o que tal vez recibiría un golpe en el rostro o un ataque en las piernas para hacerlo caer, en su lugar Raven lo miró con preocupación y con tristeza. —Voy a ir por Jean— Le susurró a su amiga. La mutante cerró los ojos un instante para abrir la boca y decir algo, pero viéndose interrumpida cuando la puerta fue abierta, encontrando a los otros dos habitantes de la casa en compañía de su niña.

Jean sonrió enorme y brillantemente al reconocerlo, para correr a abrazarse a él. Raven se apartó de su espacio personal y Erik no pudo controlar las ganas de tomar a Jean en brazos escondiéndola con su cuerpo. Jean de inmediato ocultó el rostro contra su cuello como si eso fuera todo lo que hubiera querido hacer todo este tiempo.

Y Erik luchó con su cabeza que quería recordarle que justo así se escondía Nina contra su cuello, que justo así se había sentido el peso de su niña entre sus brazos, porque su hija estaba muerta y no iba a volver, porque Jean no era Nina.

Nina había olido a flores.

Jean aun no tenía un aroma completamente definido.

—Hola Erik— Saludó Azazel obligándolo a abrir los ojos que no sabía que había cerrado, presenciando una sonrisa teñida de disculpas.

—Hola señor Erik— Saludó Kurt, feliz y entusiasta, bendecido con la incapacidad de notar la tensión a su alrededor.

—Hola Azazel, hola Kurt— Ofreció permitiendo que Jean se mantuviera abrazada con fuerza a él.

—Yo creo que Jean los extrañó mucho, mucho, a usted y a Charles— Terminó de agregar Kurt sin notar el regaño con mirada al que estaba siendo sometido su padre.

—Yo…— No, eso no era del todo correcto. —Nosotros también la extrañamos— Le respondió al niño, que pareció más que satisfecho con su respuesta. —Gracias por cuidar de ella— Ofreció, dejando que el dar media vuelta fuera explicación suficiente para dar a entender que esta conversación había terminado para él y era su momento de irse, siendo medianamente detenido por un brazo de piel azul aferrado a una de sus extremidades.

Aunque no continuó caminando, no se giró a ver nuevamente a la mujer alfa.

—No estoy diciendo que no cuides bien de ella Erik, solo quiero que sea feliz y que esté a salvo y no estoy segura de si tú puedes lograr eso—

Erik se concentró en parpadear rápidamente buscando reabsorber las lágrimas que querían escapársele, porque no, él tampoco estaba seguro de poder hacer feliz a Jean, de mantenerla a salvo, porque eso era todo lo que había querido para su Nina y fracasó.

—Ya desayunó— Fue lo último que se permitió escuchar de voz de Azazel.


Muchas gracias por leer, espero haya sido disfrutable.