X-Men no me pertenece.

ADVERTENCIA: Depresión, ansiedad, insomnio, sentimientos de culpa, mención de querer morir, las lágrimas de macho.

—Podemos seguir construyendo casas en este terreno— Ante sus palabras, Logan alzó la mirada, dejando de ver el suelo.

—Es una buena localización—

—El terreno es apto— Agregó Darwin. Erik asintió, considerando que la conversación había concluido. Lo mejor era posponer el inicio de la construcción hasta el día de mañana, el atardecer pronto llegaría, así que era mejor usar las pocas horas de luz que quedaban para enfocarse en pequeñas reparaciones de casas ya hechas y en dar una rápida supervisión a los cultivos.

—Bien, entonces iniciamos mañana, ¿cuáles son las reparaciones que urgen? — Logan desdobló la hoja que había estado todo este tiempo arrugada en su mano dominante, dispuesto a comenzar con la lista, cuando Darwin dio un paso para estar más cerca de él, atrayendo su atención.

—En realidad, Erik, Angel quiere hablar contigo, si tienes tiempo— No, Erik no quería tener tiempo para hablar con nadie, ojalá los mutantes a su cargo estuvieran contentos con hablar con Mariko o con Raven (Logan no era muy bueno tratando de calmar las preocupaciones de otros), pero no, un gran porcentaje quería siempre hablar con él, sí o sí.

—Angel es… de los nuevos, ¿verdad? — Darwin asintió con una sonrisa discreta pero sincera. Erik siempre trataba de conocer las circunstancias de todos los mutantes en la isla, sus relaciones, sus preocupaciones y en qué momento se habían unido a él. (Claro que saber todo eso era sencillo cuando todos insistían en no mantener secretos de su alfa líder, incluso si Erik no había solicitado estar tan bien informado, ciertamente era ventajoso). Así que Erik sabía que había cierta atracción ocurriendo entre Darwin y Angel. —Seguro, Darwin, ¿dónde está? — Y porque al parecer la mujer omega había estado todo este tiempo esperando el momento en que Darwin hiciera la pregunta, el omega encargado de manejar el correcto cuidado de los cultivos solo tuvo que alzar una mano para que Angel se acercara.

—Hola, jefe— Saludó con sonrisa discreta, pero con mucha seriedad. Erik se recordó que explotar con ira que realmente no sentía al cien por ciento con Hank, Sean y Alex era correcto porque ya les había dicho a esos tres hasta el cansancio que no lo llamaran "jefe" sin embargo seguían insistiendo, Angel no lo sabía, tampoco era su culpa que Erik no tuviera muchas ganas de hablar, así que debía ser amable.

—No tienes que llamarme "jefe", Erik está bien— Angel asintió suavemente. Erik decidió que alejarse un poco de los otros dos sería suficiente privacidad. —Alejémonos un poco para…—

—No es necesario, no voy a decir nada que no quiera que Logan y Darwin no escuchen, además Darwin ya conoce la petición que quiero hacer— Explicó dedicándole una mirada corta al alfa y omega. Darwin sonrió.

—Bien— Si eso era lo que ella quería, Erik no tenía nada en contra.

—Me gustaría hablar con el telépata— Dijo y Erik no supo cómo reaccionar, su instinto alfa le estaba exigiendo que amenazara a la omega solevada, ¿quería herir a su compañero destinado?, ¿cómo se atrevía?, pero su parte racional podía notar que Angel estaba tranquila, no podía percibir ira u odio. La mujer pareció notar su dilema. —No planeo ofenderlo o herirlo— Aseguró rápidamente. —Solo quiero hacerle algunas preguntas, conocerlo y hay algunas cosas que me gustaría decirle— Dijo comenzando a lucir un poco incómoda. —Si él no quiere hablar conmigo lo aceptaré, lo mismo si usted no quiere que hable con él, no lo haré o si quiere estar presente mientras yo hablo con el telépata, eso también… estaré de acuerdo— Darwin dio un discreto paso hacia ellos, como si creyera que tal vez tendría que proteger a Angel de Erik.

No, claramente Darwin no estaba buscando enfrentarse a él, no olía a omega que quería negar la autoridad del líder de su manada, solo olía a omega buscando proteger, así como a sumisión.

Erik inició con el proceso para atraer la calma, no quería atacar a nadie y tampoco quería que nadie supusiera que quería atacar. Se concentró en las palabras dichas por la omega.

Angel dijo algo importante, lo único que era realmente importante en todo esto, al final, quién decidía si hablar o no con la mutante omega no era él.

Ese era Charles.

—Le preguntaré a Charles— Angel lo miró confundida. —Al telépata, le preguntaré si quiere hablar contigo, eso es lo único importante— Angel asintió notándose emocionada, aunque de forma muy discreta.

—¿Así se llama?, ¿Charles? —Erik asintió. —Gracias, Erik—

Él encogió los hombros.

Jean tenía dos intentos de peluches… ¿muñecas?, Erik no estaba seguro de a qué se asemejaban, es decir, tenían una cabeza con ojos y sonrisas, así como extremidades, uno era de color rojo y el otro azul, pero al menos las costuras eran muy resistentes, eso Erik lo sabía porque él había hecho esos… adefesios, pero ni él estaba seguro de qué parecían.

Jean tomó el de color rojo y comenzó a correr mientras cargaba el peluche en una de sus manos con su brazo bien estirado.

Charles rio con el otro peluche en manos mientras esperaba que Erik realizara su siguiente movimiento en el tablero de ajedrez que se encontraba entre ellos.

El telépata estaba sentado en su futón, Erik estaba sentado sobre una almohada colocada en el suelo que había comenzado recientemente a destinar específicamente para eso, porque ahora pasaba tanto tiempo en esa posición que su coxis y el resto de su columna vertebral habían comenzado a protestar. Envejecer era difícil; durante la guerra podía pasar en una misma posición durante horas y horas mientras vigilaba, ahora no podía pasar cinco minutos sentado en el piso de su casa porque todo empezaba a dolerle y rechinarle.

—Dice que está volando como tú— Le explicó el omega sin dejar de sonreír y sin apartar la mirada de Jean que corría por toda la casa, luciendo tremendamente feliz. Bueno, mientras ella estuviera contenta con los peluches deformes que Erik había hecho. Charles se concentró en el muñeco en sus manos. —¿El gatito no va a volar también? — Comentó en dirección a Jean, Erik no planeaba decirle que ese no había sido planeado como un gato, se suponía que esos que parecían "orejas puntiagudas" en la cabeza del muñeco originalmente eran un intento de moño. Jean corrió a tomar el peluche azul, alzándolo con su mano libre para continuar corriendo, esta vez con ambos peluches "volando".

Erik no estaba seguro de cómo reaccionaría Charles al escuchar que una de las mutantes que había estado encerrada en el mismo bunker que él, pedía permiso para tener una conversación con "el telépata".

¿Lo incomodaría?

¿Lo haría sentir aliviado?

¿Lo haría entristecer?

¿Exacerbaría las pesadillas que Charles tenía cada noche?

—No tengo mi telepatía, pero aun sin ella estoy seguro de que estás pensando muy alto— Erik se giró a ver a Charles dejando de fingir que estaba analizando el tablero.

—¿Dije algo en voz alta? — Charles sonrió discretamente.

—No me refería a eso— Erik miró a su hija.

—¿Crees que Jean puede escucharme? — Charles pareció pensar seriamente en la respuesta que iba a dar.

Ambos miraron a Jean, mientras jugaba con los pequeños peluches sentados frente a ella, con platos (que no eran de juguete, pero Erik no podía decirle que no podía jugar con ellos cuando Charles le transmitió el deseo de Jean de jugar a la "comida").

—No lo creo— Afirmó Charles. Erik estaba de acuerdo. —Erik, ¿Tuviste algún problema hoy? — Lo cuestionó el omega, como si no fuera una pregunta importante, como si fuera una conversación casual, en la cual él preguntaría y Erik contestaría y la vida seguiría su curso, como si estas situaciones fueran algo habitual, como si esto siempre hubiera sido así y siempre seguiría siendo así.

—No— Contestó, para hacer a un lado el tablero de ajedrez.

—Yo iba a ganar, que tramposo eres— Aun estaban lejos del final del juego y lejos de un ganador, pero la sonrisa de medio lado en su rostro fue inevitable.

—Charles— Llamó haciendo desaparecer su sonrisa y dejándole en claro al omega que esta era una conversación seria.

—¿Conoces a una mutante omega llamada Angel Salvadore? — Preguntó, notando de inmediato la expresión de reconocimiento en el rostro del otro adulto en su casa. Charles bajó la mirada.

—La conozco— Murmuró.

—Quiere hablar contigo— Charles no agregó nada y Erik no sabía qué decir para regresar al ambiente relajado de antes. —No parecía enojada y dijo que no quería ofenderte— Charles abrió la boca, pero antes de dar una respuesta, Jean corrió (con peluches en sus manos) hasta abrazarse al telépata, sin dejar de mover los muñecos frente al rostro de Charles, probablemente explicándole algo que Erik era incapaz de escuchar.

Jean se abrazó a Erik esta vez, escondiendo los peluches deformes entre sus cuerpos.

—¿Puedo hablar con ella? — Solicitó Charles, como si temiera que su petición fuera negada. Erik estaba confundido.

—¿Me estás pidiendo permiso? — Charles no dio una respuesta, Jean miró a uno y luego al otro, sin entender.

Erik suspiró, porque no había notado que Charles creía que esa era su situación actual, no imaginó que Charles…

—Charles, no eres un prisionero, no soy tu dueño, tú… p-puedes hablar con quién quieras e ir a donde quieras, te he mantenido aquí conmigo y trato de que no te quedes solo porque sé que hay mutantes que creen que estabas del lado de Shaw así que sé que pueden atacarte, pero no tienes que pedirme permiso para hacer algo—

Erik había cometido un error más con Charles, se había proyectado demasiado en el omega que le pidió "matarlo", recordando un tiempo en que Erik había deseado lo mismo, cuando no tenía a nadie, cuando perdió a su familia, cuando la culpa no le permitía seguir vivo; por eso se enfocó en tratar de ayudar a Charles a estar a salvo, a tratar de que estuviera cómodo y feliz.

¿Y si el omega no le había dicho que quería irse y reencontrarse con alguien a quién amaba, con su familia, porque se consideraba a sí mismo un prisionero?

Erik había estado tan encerrado en el hecho de que su compañero destinado lo hacía sentir a salvo, tan en paz, que no notó que Charles se había sentido atrapado todo el tiempo.

Era un idiota.

Sintió de repente un golpe en el pecho con uno de los peluches, topándose con el rostro fruncido de Jean, además de un leve puchero.

Charles se apresuró en estirarse y tomar la mano más cercana a su persona de Jean.

—No estamos peleando, estamos teniendo una patica seria de adultos— Le explicó Charles a la menor, que aparentemente había pensado que estaban discutiendo. —Tienes que disculparte con Erik por golpearlo con el… eh… perrito— Esas no eran orejas caídas, eran dos coletas, pero Erik no dijo nada de su intento de muñeca con peinado.

Jean lo miró claramente arrepentida y pasando su mano suavemente por la zona en su tórax que había golpeado.

—"Perdón", es lo que dijo— Transmitió Charles sin alzar la mirada. Erik le sonrió a la niña.

—Está bien, Jean— Le dijo pasando una mano por su cabello, tranquilizando a su hija. Y Erik regresó al tema anterior, decidiendo que haría nuevamente la pregunta. —¿Quieres hablar con Angel? —Charles asintió.

—Ok— Y porque no quería que Charles se siguiera haciendo ideas que no eran, se obligó a sí mismo a preguntar, negando el deseo egoísta de su instinto alfa. —Charles, perdón por no haberte preguntado antes—

Me proyecté en ti y creí que eras como yo, que no tenías a nadie y que en parte por eso me pediste que te matara, y sé lo que es no querer hablar de las personas que amabas y que te amaban y que perdiste, por eso no quería preguntar.

—Pero si hay alguien que quieras buscar, un familiar o…— Una pareja.

Charles no olía a omega, por eso Erik no podía tampoco saber si estaba vinculado a alguien, no parecía tener la cicatriz de una mordida de vinculación, pero ciertamente tenía una cicatriz en el cuello, tal vez y al quedarse sin su glándula de vinculación, si la hubo, la cicatriz de una mordida de vinculación había desaparecido.

—No hay nadie— Contestó Charles sin mirarlo a él o a Jean.

Erik sintió como si su faringe se cerrara, no estaba seguro de si estaba aliviado o triste, tal vez sintió ambas, entrelazadas con enojo dirigido a sí mismo.

—Hablaré con Darwin por el radio para que le diga Angel que aceptas hablar con ella, ¿te parece hablar con ella mañana temprano? — Dijo, notando la hora y recordando que había querido bañar a Jean antes de prepararla para dormir.

Cuando estaba por ponerse de pie, la mano de Charles enredada en su muñeca lo impidió.

—No me siento como un prisionero, tampoco como si tú fueras mi dueño— Le dijo el omega en voz baja, pero con mirada honesta. Y Erik (aunque sabía que le podían estar mintiendo) se sintió ligero, aliviado y como si el ambiente ameno de antes hubiera regresado.

Jean había decidido concentrarse en jugar en sus recién bautizados "gatito" y "perrito" aún en el regazo de Erik.

—Creo que realmente Angel solo quiere hablar contigo, les daré privacidad, pero si estás de acuerdo me mantendré cerca, si algo va mal solo tienes que gritar mi nombre y…— Su discurso se detuvo al ver a Charles sonreír.

—Gracias— La expresión de Charles se ensombreció de golpe, como si pudiera ver algo que Erik no, como si de estar aquí en la habitación junto a Erik y Jean, de repente estuviera muy lejos. —Pero estoy seguro de que todo va a estar bien.

Su instinto alfa rogó nuevamente.

No quiero perder a mi compañero destinado.

Charles no había dormido mucho, lo había intentado porque se sentía muy cansado, debido a que tenía días sin dormir bien e inevitablemente su cuerpo cedía, intentando conciliar el sueño, pero al final Charles solo terminaba con un sueño superficial, despertando cada vez que una nueva pesadilla lo acechaba; sumado a eso había tenido muchas cosas que pensar.

Una de las mutantes que hizo que… que Charles ayudó a atra… Una de las mutantes que fue encerrada por Shaw usando la telepatía de Charles quería hablar con él.

¿De qué podría querer hablar Angel Salvadore con Charles? Tal vez hacer que Charles escuchara todo el dolor y la tortura por los que tuvo que pasar.

Merecía escuchar como ayudo a lastimar a otros.

Tú fuiste una víctima.

Pero ahora sé que eres un héroe también.

Y Charles trataba de pensar en otra cosa, pero luego terminaba concentrándose en Erik diciéndole que él no era un prisionero (Charles no se había sentido como un prisionero desde que Erik le dio la silla de ruedas) y que Erik no era su dueño. No quería ver lo herido que había lucido Erik cuando preguntó si Charles quería que buscaran a alguien por él, casi como si no quisiera que se fuera, casi como si no quisiera que Charles dejara de vivir con él y con Jean… casi como si Charles fuera especial para Erik.

Sabía que Erik confiaba en él y el alfa le había dicho textualmente que "quería que fuera feliz", lo había hasta protegido de Raven (alfa en la que Erik claramente confiaba). Pero con la forma en que Erik lo vio, la forma en que le habló… lo hizo sentir especial de una forma ajena a él.

¿Por qué Erik no pudo matarlo?, ¿por qué Erik confiaba en él?, ¿por qué quería que tuviera una vida feliz?

Charles no merecía eso.

no fue tu culpa.

Erik insistía en no culparlo de nada cuando Charles sabía que él arruinaba todo, no lo culpó por las palabras de Raven, no lo culpó por la forma en que Raven parecía estar dejando de confiar en Erik, no lo culpó por dejarse atrapar por Shaw, no lo culpó por lastimar a Jean.

Fue un accidente.

Charles no había podido dormir y ahora de repente estaba sentado en el comedor en la silla de ruedas.

Erik parecía nervioso, no estaba haciendo nada particularmente diferente a como actuaba normalmente y eso era lo que más estaba asustando a Charles, ¿cuándo comenzó a conocer tan bien al alfa como para saber que la forma rígida en que estaba manteniendo su cara y toda su postura era porque estaba nervioso?

Hacía unos 10 minutos Jean se había ido con Hank después de que el beta viniera a recogerla, para que la menor no escuchara nada que una niña no debiera escuchar, para que en el caso de que la conversación con Angel Salvadore despertara pensamientos y recuerdos que Charles no pudiera controlar, estos no afectaran a Jean y para que no presenciara una pelea a gritos y/o golpes que tenía la posibilidad de ocurrir.

Un ligero toque en la puerta se dejó oír.

—Erik— Llamó una voz amable de hombre, en su tono no se percibía nerviosismo. Erik se puso de pie de inmediato yendo a abrir la puerta.

Desde su posición Charles pudo ver a un hombre alto con una sonrisa amable y extrovertida y a una mujer de apariencia más tranquila y seria.

Él sabía cómo sonaba la voz de la mujer, conocía perfectamente cómo se sentía su miedo y su desesperación.

Charles debería estar muerto.

—Hola, soy Darwin— Dijo el hombre amablemente y ofreciéndole un apretón de manos. —No nos habíamos presentado— Charles ofreció su mano, pero no tuvo la capacidad de hablar o hacer nada más.

El mutante no pareció ofendido.

—¿Los vamos a dejar solos? — Cuestionó Darwin en dirección a Erik, quien asintió para acercarse un poco a Charles, como si buscara un poco de privacidad.

—Estaremos afuera— Le explicó Erik sin que Charles pudiera hacer otra cosa que no fuera mirarlo. El alfa ahora lucía aún más nervioso. —Si necesitas… lo que sea… solo…— El alemán no parecía que pudiera terminar su frase.

Charles no necesitaba que terminara para entender. Asintió con la cabeza, aunque sabía que pasara lo que pasara no llamaría a Erik.

De repente Erik lució como si no quisiera irse, pese a eso se paró derecho y caminó hasta unirse a Darwin para que juntos salieran de la casa. Charles finalmente quedó a solas con Angel Salvadore.

La mujer caminó con tranquilidad y sin un toque de inseguridad hasta sentarse a la mesa, quedando justo frente a él.

Charles no creía poder hablar y Angel solo lo estaba mirando con completa atención.

Tragó saliva, dándose cuenta de que tenía sed, pero al mismo tiempo sintiendo que vomitaría si intentaba beber agua, y finalmente logró hablar.

—Erik dijo que querías hablar conmigo— La mujer omega no cambió su expresión.

—¿Tú me recuerdas? — Fueron las primeras palabras que la mutante ofreció. Charles sentía que no debía hacer ruidos ni al respirar, porque hasta aquello podría romper la aparente calma reinante.

—Sí— Respondió, porque era la verdad. Angel Salvadore asintió.

—¿Me conoces entonces? — Esa era una pregunta que Charles se hacía constantemente, pero al final siempre concluía que haber estado dentro de la mente de alguien y conocer cosas básicas no significaba que los conociera, no en toda la totalidad que comprendía un ser humano.

—Sé quién eres, conozco tu mutación, tu género secundario, recuerdo… — Cuando me obligaron a estar en tu mente y controlarte. —Cuando entre en tu mente por primera vez, pero no diría que te conozco— Angel hizo un sonido suave con su garganta como si aceptara lo dicho.

—Erik dijo que te llamas Charles— Él asintió.

—Soy Charles Xavier— Decidió decir, porque Angel merecía conocer el nombre completo de quien la… de quien ayudo… de a quien usaron para encerrarla.

—Te recuerdo en mi cabeza— Sus manos estaban frías y temblorosas, sabía que su corazón presentaba taquicardia, esperaba que Angel no notara nada de eso. —Tu voz no parece la de alguien a quien conozco por primera vez— Eso era esperado, Charles había estado en su cabeza antes, después de todo. La omega recorrió el lugar con la vista. —Te vi una vez— La forma en que dijo aquello, confundió al telépata. —Es decir, te recuerdo en mi cabeza como en un sueño…— La mujer tomó aire, como si hubiera querido seguir hablando, pero al final pareció decidir tomar otro camino en su conversación. —Pero te vi una vez conectado a esa… mhm… ¿máquina? — Dijo casi como si quisiera asegurarse de que había usado la palabra correcta, Charles en esos momentos no tenía la capacidad de asegurar o negar nada. —Por un momento creí que estabas muerto— Charles cerró los ojos con fuerza buscando no reproducir la imagen de él conectado a la máquina, imagen que había visto gracias a la mente de personas como Erik. —Estabas inconsciente, apenas con ropa, demasiado delgado— Incluso si era verdad, no quería escucharlo. —Después de ver eso, aunque todos los mutantes con los que estuve encerrada coincidían en tener pesadillas contigo…— No debía sentirse herido, no debía sentir dolor, no debía querer llorar, lo merecía, Angel ni siquiera estaba siendo agresiva u ofensiva, estaba diciendo la verdad. —Yo no podía dejar de pensar en tus condiciones, comencé a pensar que, si yo y otros estábamos siendo obligados a usar nuestras mutaciones para pelear del bando de la guerra con el que no estábamos de acuerdo, ¿qué tal y tú también estabas en esa situación?, todos dicen que los telépatas siempre estuvieron del lado de Shaw en la guerra, pero a la única que yo vi que parecía en serio estarlo era Emma Frost, además no puedo creer que el héroe del mundo moderno trajera a un traidor a esta isla— Después de su largo diálogo, Angel se tomó un momento para mirarlo. —Aunque estoy convencida de la respuesta, quiero que tú me lo digas ¿estabas del lado de Shaw? —

Esta mutante a la que Charles… fue obligado a hacer sufrir, estaba dispuesta a escucharlo, a preguntar…

—No— Contestó con voz grave y profunda, sin permitirse llorar. Angel asintió.

—¿Fuiste encerrado y controlado como nosotros? — Angel no necesitaba explicar a quienes se refería con nosotros.

—Sí— Pero eso no lo eximía de culpa, él se permitió ser atrapado cuando debió de haber luchado hasta morir.

—¿Cómo te atraparon? — No había pensado en todos los detalles desde que Erik le dijo que sabía su pasado.

—Me estuvieron persiguiendo por… un año, tal vez— Ahora constantemente su pasado le parecía algo borroso. —Me hirieron, fue un disparo, me desmayé y eso hizo que no pudiera defenderme de la telepatía de Emma Frost y después de eso siempre me mantenían con medicamentos que me hacían dormir para que siguiera sin poder defenderme. Emma me ordenaba qué hacer con su telepatía y yo lo hacía— Angel suspiró.

—Erik lo sabe, entonces— Charles asintió, pese a que Angel no había realmente formulado su frase como interrogación. —Entiendo, gracias por contestar mis preguntas—

—Lo siento— Terminó por decir, porque Angel parecía considerar que la conversación había terminado.

—¿Te estas disculpando conmigo?, ¿Por qué? Acabas de decir…—

Erik había dicho que Shaw habría buscado otro telépata y todo habría pasado igual.

—Fuiste encerrada y te robaran tu voluntad, porque no pude evitar que me atraparan— Tomó aire, buscando mantener su voz tranquila y falta de emociones, porque él no tenía permiso de sufrir al decir estas palabras. —Soy un telépata, soy un mutante omega, debí tener la capacidad de evitar que ellos me atraparan— Angel suspiró.

—Quiero que entiendas que no me importas tú y no me importa lo que pase contigo, pero también quiero dejar en claro que no creo que seas culpable— Charles abrió la boca para refutar. —Yo soy una mutante omega también, ¿estás diciendo que soy culpable? — Cuestionó con ceño fruncido.

—No— Se apuró en decir. El rostro de la mujer se relajó.

—También me siento culpable, no maté a otros conscientemente, pero al final fue mi cuerpo y mi mutación, estoy trabajando con eso… Darwin ayuda— Dijo en voz baja y suave como si fuera un secreto, como si fuera un pensamiento muy preciado que Charles no se sentía digno de haber escuchado. — Entiendo lo que quieres decir, pero, tampoco creo que sea cuestión de "tú haciendo algo diferente", fue Sebastian Shaw, era muy poderoso y aunque muchos fuimos controlados, muchos otros sí lo seguían voluntariamente— Charles no quería a alguien más tratando de convencerlo de que él no era culpable. —Para mí no eres culpable y no vine aquí porque quisiera escucharte pedirme perdón, quería saber la verdad, es todo— Angel lucía un poco hastiada, y como si estuviera debatiéndose entre seguir hablando o no.

Charles sentía que sería el destinatario de un nuevo secreto que no estaba seguro de merecer.

—Escucha— Llamó con seriedad e inclinándose hacia él. —Yo te vi ser un prisionero, pero otros no te vieron, ellos no van a pensar como yo, te van a culpar porque necesitan sacar su ira y solo quedas tú para culpar—

—Eso está bien— Charles lo estaba esperando, pensó que esta conversación con Angel se desarrollaría en esa dirección. La omega colocó una de sus manos sobre las de Charles, quien ni siquiera había notado las había colocado sobre la mesa entrelazadas.

—Si quieres escucharlo, lo diré, te perdono— Sintió que le robaron el aire de golpe para regresárselo igual de rápido. —Pero más que escucharlo de mí o de alguien más, creo que lo más importante, al menos lo que yo estoy tratando de hacer, es perdonarte a ti mismo, para mí no eres culpable, pero incluso si no puedes convencerte a ti mismo, si no puedes dejar de pensar que cometiste un error… ¿no crees que ya pagaste suficiente? — Charles mantuvo su mirada en las manos entrelazadas. —¿Cuántos años estuviste conectado a esa máquina? — No sentía que la omega esperaba una respuesta, parecía que solo quería que él se diera cuenta.

Charles era culpable de no lograr evitar que alguien más usara su mutación contra otras personas.

Pero había pagado el precio, ¿era cierto?

No, ¿cuántas personas habían muerto a causa de él?

—Pero aún estoy vivo, ¿cuántas personas mutantes y no mutantes no pueden decir eso? — Angel asintió alejando su mano de las de Charles.

—Pero también es verdad que perdiste tu vida de antes, ya no puedes regresar a como eras, en ese sentido, ¿no perdiste una vida también? Y ahora tienes la suerte de que se te ofrezca una nueva con personas que claramente están comenzando a apreciarte— La mujer endureció el rostro no con ira si no que con determinación. —Yo planeo usar mi nueva oportunidad—

Erik sentía que no podía continuar sentado, pero estar de pie sería insoportable y seguramente comenzaría a caminar en una línea fija como un loco, así que prefirió mantenerse sentado, sin darse cuenta de que una de sus piernas se movía ansiosamente.

—¿Es tu compañero destinado? — La pregunta hecha por Darwin lo hizo caer de cara a la realidad.

—¿Qué? —

—Me refiero al telépata, es tu compañero destinado, ¿verdad? — Jamás imaginó que Darwin sería de los que escuchaban conversaciones privadas (incluso si estás habían sido hechas al aire libre). Darwin soltó una risa ligera. —Nadie me ha dicho nada ni he escuchado nada, es solo que me pareció que era una posibilidad viendo como actúas con él, además creo que has cambiado un poco— Darwin no se explicó más, tampoco le facilitó el saber si el cambio era para bien o para mal.

Estaba aún tratando de decidir si continuar con la conversación de Darwin o si debía pretender que aquel intento de conversación nunca había existido, cuando la puerta de su casa fue abierta a sus espaldas, instándolo a ponerse de pie rápidamente encontrándose con Angel saliendo a paso tranquilo.

La mujer omega se quedó parada un momento viéndolo con un toque de calma.

—Gracias por permitirme hablar con él— Erik frunció el ceño.

—Te lo dije, él quería hablar contigo, que yo estuviera de acuerdo o no, no influyo en nada— Angel asintió.

—Estoy feliz de que te tenga, jefe—

Erik quedó tan impactado con las palabras que insinuaban que él y Charles tenían una relación mucho más allá que la que realmente existía en la que eran… ¿personas compartiendo casa?

¿Podrían ser amigos?

Eran compañeros destinados, pero eso no era algo que pudieran controlar o cambiar, pero Angel lo había hecho sonar como si Charles y Erik estuvieran juntos, como en una relación más allá de la amistad.

Ni siquiera le importó ser llamado jefe.

Darwin y Angel se despidieron y Erik se apresuró en entrar a su casa cuando la despedida no había terminado del todo.

Angel no lucía culpable o preocupada de haber hecho algo mal, pero las personas que creían tener razones para herir a otros así lucían, Erik necesitaba asegurarse de que Charles estaba bien.

Encontró al omega donde lo había dejado, sentado sobre su silla de ruedas, a la mesa, con sus manos colocadas sobre esta, entrelazadas y su mirada instalada en la unión.

Cuando lo sintió acercarse, Charles alzó la mirada, parecía estar calmado, no parecía triste ni como si fuera a llorar o hubiera llorado. Erik sintió la boca seca queriendo hablar, pero sin saber qué era lo que debía decir.

—¿Irás por Jean? — Cuestionó Charles con voz suave, pero Erik aún estaba decidiendo si debía preguntarle a Charles si estaba bien, sintiendo esta abrumadora sensación de "No lo dejes solo". El omega sonrió con un toque de burla. —¿Quieres saber que me dijo Angel? — Erik quería saber porque quería asegurarse de que nadie había lastimado a Charles, que él no le había permitido a alguien entrar a su casa para herir a su compañero destinado, pero al mismo tiempo no quería saber, porque era algo privado de Charles, algo personal.

Finalmente se dio cuenta de qué era lo que realmente quería preguntar.

—Quiero saber si estás bien— Charles dejó de sonreír, apartó la mirada de Lensherr colocándola en la puerta y de repente Erik estaba en presencia de un explosivo llanto con montones de lágrimas y gimoteos.

Erik se apresuró en acercarse a abrazar a Charles, deteniéndose en el camino porque tal vez eso no era lo que el otro quería, sus dudas se evaporaron ante la forma en que el omega se aferró a su abrazo que se quedó a medio camino, escondiendo el rostro contra el cuerpo de Erik.

—Ella fue muy amable— Dijo Charles en medio de su llanto.

—Eso es bueno— Dijo sin alejarse del abrazo, tratando de encogerse un poco para refugiar a su compañero destinado apropiadamente contra él.

Charles continuó llorando.

Nota: Originalmente quería que Darwin fuera alfa, pero escribiendo este capítulo decidí que prefiero que sea omega, no cambia en nada la historia, pero lo pongo por si en alguna parte antes insinué que era un alfa, cambie de parecer jaja.

Muchas gracias por seguir leyendo esta historia y por dejarme saber su opinión, los amo, muchos abrazos virtuales para todos ustedes.