X-Men no me pertenece.
ADVERTENCIA: Depresión, ansiedad, sentimientos de culpa, todo sigue avanzando leeeeeeentooooo (Inserte voz de Belinda).
Erik fue el primero en despertar esa mañana, dándose cuenta de que se había quedado dormido del lado equivocado; él siempre dormía a un lado de Jean, el lado derecho de la niña para ser específicos, para que así la menor quedara entre él y Charles, pero esta vez estaba acostado junto a Charles y eso había sido porque estúpidamente se había quedado dormido mientras abrazaba al omega la noche anterior, después de escucharlo decirle que lo había extrañado; Erik se permitió sentirse cálido por dentro, para finalmente permitirse avergonzarse por dormir mientras rodeaba el cuerpo de su compañero destinado con un brazo, incluso si su compañero dormía cómodamente. Desde la posición en la que se encontraba (de medio lado y con Charles frente a él) era difícil poder divisar apropiada y completamente a Jean, pero no imposible.
Estiró un poco el cuello para mirar a su hija, asegurándose de que se encontraba bien. Satisfecho al ver su rostro plácidamente dormido y pegada lo más que podía a la espalda de Charles, decidió que era momento de iniciar el día (y así tal vez evitar miradas incómodas con el omega o explicaciones que no quería dar ante preguntas o comentarios de Jean).
Se tomó un momento más para ver los rostros durmientes de su hija y su compañero destinado y finalmente se apartó de la comodidad del sitio en el que había dormido, pensando que esta había sido la noche de sueño más reparador que había tenido en mucho tiempo, incluso si había terminado con la mitad de su cuerpo fuera de un futón.
Una vez de pie, fue al baño a descargar su vejiga, después regresó sobre sus pasos para ir y servirse un vaso de agua, al saciar su sed, se estiró despreocupadamente, hasta que sintió el dolor punzante y urente en su herida suturada. Claro, la había olvidado. Tocó por encima de las gasas, buscando manchas de sangre fresca, pero su mano regreso limpia a su campo de visión.
—¿Estás bien? — Cuestionó la voz adormilada de Charles. Él se giró, mientras bajaba la playera que había portado para dormir, topándose con su compañero destinado sentado sobre el futón, con una mano tallando uno de sus ojos y con la otra sobre la cabecita despeinada de Jean que se había pegado un poco más a Charles. —¿Te duele? — Le preguntó esta vez, porque Erik había sido incapaz de responder al ser abrumado por una sensación de plenitud y felicidad que quiso ser opacada por recuerdos pasados, porque Erik antes tuvo plenitud y felicidad y lo perdió todo…
"Hiciste todo lo que pudiste, hiciste todo lo que estaba en tus manos, no fue tu culpa, no lo fue"
Le arrebataron todo.
Sintió que podría ponerse a llorar.
No quería pasar por tanto dolor otra vez.
Charles lo miró preocupado ante su ausencia de respuesta y Erik intentó sonreír para tranquilizarlo.
—Me olvidé de la herida y me estiré sin tener cuidado y me dolió, solo quería asegurarme de que no provoqué que se me soltara algún punto— Charles lució poco convencido unos momentos y él decidió aprovechar para actuar juguetón. —¿No me crees?, ¿quieres revisar? — Pese a haberse sonrojado levemente y notarse apenado con sus preguntas, Charles contestó con seguridad.
—Sí— Ante la respuesta, esta vez fue su turno de apenarse, pero él había sido el que hizo la pregunta, él sugirió la idea.
Caminó hasta hincarse frente a Charles, para alzar su playera y darle la espalda. Sintió al omega pasar su mano por el sitio en el que estaban las gasas que cubrían su herida, sintiéndolo despegar la tela adhesiva con cuidado.
—Se ve bien, tampoco hay sangre—
—Mhm— Soltó Erik sintiéndose algo así como… ¿cuidado? Nadie lo hacía sentir como el destinado a ser cuidado y protegido, excepto Charles.
Charles lo hacía sentir fuerte, capaz de proteger sin fallar, pero también lo hacía sentir protegido.
—Hank dijo que te haría curaciones diarias, ¿verdad? — Erik no estaba seguro, pero sentía que Charles le había hecho esa pregunta como si lo estuviera retando a negarse, como si tuviera un regaño preparado.
—Sí— Aceptó al percibir la mano de Charles que buscaba acomodarle la ropa a lo que él terminó ayudando, topando con la mano del omega con un ligero toque de torpeza.
Hubiera querido tomarla y no soltarla al menos hasta que fuera necesario. Finalmente giró todo el cuerpo, dejando de darle la espalda al otro, porque no podía seguir luchando con la necesidad de verlo.
Charles se veía mucho más saludable que la primera vez que se encontraron, había ganado peso, pero aún no era suficiente (Hank le había explicado), la palidez enfermiza había desaparecido, ahora había un constante tono rosado en sus mejillas y algunas pecas habían aparecido en su rostro a causa del sol, además claro, de su cabello en crecimiento.
Distraídamente llevó una mano al corto cabello en la cabeza de su compañero destinado.
—Tu cabello creció más— Dijo, para darse cuenta de que tal vez había atravesado una barrera que no debía, al ver el rostro enrojecido de Charles, pero el omega solo sonrió tocando por el mismo otra parte de su cabeza con cabello.
—Sí— Le dijo con sonrisa radiante.
Erik quería seguir viéndolo sonreír así, sin pesadez en los hombros ni dolor en la mirada.
Charles bajo la mirada, posándola en Jean que comenzaba a despertar.
—Buenos días— Se escuchó a sí mismo decir, para que Jean se levantara, aún medio dormida, yendo a abrazarse a él, gateando a través de las piernas de Charles.
Se aferró al cuerpecito de su hija, sintiendo como olía un poco como él, recordando cómo durante el abrazo de la noche anterior Charles también olía un poco a Erik.
Su instinto alfa estaba jubiloso por el hecho de que su hija y su compañero destinado olieran a él.
…
Erik no entendía esta aura nerviosa que rodeaba a Logan. Aura desconfiada, totalmente acostumbrado, aura iracunda, perfectamente reconocible.
Logan nunca era alguien que mostrara su nerviosismo y ansiedad tan fácilmente, siempre se ocultaba en capas de ira y desconfianza. Erik solo tuvo que decirle los nombres de las nuevas habitantes de la isla para que Logan empezara a actuar todo raro.
Podría haberle negado el acompañarlo a terminar con los arreglos de la nueva vida de Ellie, Yukio y Ororo en Genosha, pero sentía que no debía hacerlo, además de que podía decir que Logan acompañándolo no causaría problemas.
—¿Entonces ya hablaste con la líder de los no mutantes? — Cuestionó Logan fingiéndose en su estado iracundo normal.
—Sí, dijo que no había escuchado nada parecido y que ella no había mandado a ningún militar en búsqueda de mutantes, pero que investigaría—
—¿Le crees? — Extrañamente, pese a que Moira MacTaggert no le agradaba, sentía que no le estaba mintiendo.
—Creo que deberíamos investigar por nuestra cuenta— Contestó en su lugar.
—Janos sería una buena opción, para enviar a investigar— Erik asintió de acuerdo con Logan. —Aunque, claro, Azazel sería una mucho mejor opción.
Si bien era innegable la enorme experiencia que Azazel tenía al momento de investigar algo en específico gracias a sus años como espía, también era cierto que el hombre apenas había logrado recuperarse por completo de la pérdida de su extremidad. Erik no estaba seguro de querer mandarlo a una misión tan potencialmente peligrosa.
El tema fue puesto en pausa al llegar a la casa indicada. Tocaron a la puerta de la casa recientemente habitada (ni siquiera habían pasado 24 horas) y al instante esta fue abierta por Ellie, con su rostro cuya expresión podía competir con la de Logan y la suya propia, una expresión que transmitía "Limita tus palabras, no quiero escucharte más de lo necesario, te odio".
—Buenos días, vengo a explicarles cómo se maneja la isla, como les comenté ayer— Ellie puso toda su atención en Logan.
—Él es Logan— Dijo, con un pequeño movimiento de cabeza en dirección a su compañero alfa. Logan se limitó a saludar alzando una ceja. Erik consideraba que el imbécil era pésimo comunicándose. —Si llegan a tener algún problema y yo no estoy disponible, Logan o Raven son buenas opciones para buscar ayuda—
—Supongo que como creíste, tu herida no es grave, quiero decir, si tu pareja te dejó venir y todo— Dijo la mujer alfa de manera burlona. Logan dejó salir una carcajada aislada.
Pretendió que su rostro no se sentía caliente.
Malditos bastardos, tenía que mantenerlos alejados o no podría con esto.
Estaba por explicar que Charles y él no eran una pareja cuando se distrajo con Yukio asomándose por detrás de Ellie, con su colorido cabello húmedo, indicando que acababa de terminar de bañarse.
La mujer beta mostró un dramático gesto de sorpresa y Logan tensó el cuerpo.
—Logan— Llamó la beta en un susurro, mientras sus ojos comenzaban a humedecerse.
—Yukio— Contestó el alfa, que pese a no mostrar sus emociones tan fácilmente en la voz, Erik pudo notar la añoranza en ese llamado.
Yukio logró rodear a su novia, lanzándose a abrazar a Logan con todas sus fuerzas.
—Creímos que habías muerto— Escuchó que le susurró Logan, en medio del abrazo, que parecía feliz de poder corresponder.
Erik quería respuestas, pero también creía que tal vez debía dar un poco de privacidad.
Ellie no parecía confundida, pero sí sorprendida, terminó por distraerse cuando Ororo apareció en la puerta, procediendo a alzarla en sus brazos, como si necesitara algo qué hacer con sus manos.
Yukio soltó una ligera risa que se convirtió en un sollozo.
—Yo pensé lo mismo de ustedes, ¿Mariko? —
—Mariko está bien, ella está…— Logan pareció perderse un poco en su cabeza. —Va a estar muy feliz de saber que estás viva— Logan centró su mirada en Ellie y ororo. —Y bien— Dijo el alfa, sin nada de sarcasmo en su voz, casi con el tono cálido y cariñoso que le había escuchado usaba con su compañera vinculada.
Yukio igualmente concentró su mirada en su familia, mostrando una sonrisa brillante, al tiempo que limpiaba lágrimas de su rostro.
—Ella es Ellie, mi novia— Dijo casi con un toque de orgullo. —Y ella es Ororo— Agregó acercándose a besar la frente de la niña, que sonrió feliz, aunque tímidamente. —Ellas son mi familia— Explicó con seguridad en la voz. —Él es Logan del que te había hablado— Comenzó a explicarle a Ellie. —Él, Mariko y yo viajábamos juntos cuando la guerra comenzó, nos separamos cuando terminamos atrapados en una batalla con los partidarios de Shaw— La voz de Yukio se entrecortó levemente, como si los recuerdos le provocaran un dolor físico. —Creí que habían muerto, me negaba a creerlo completamente, pero… los busqué por mucho tiempo y en mi búsqueda me encontré con Ellie— Al terminar su frase su mirada volvió a adquirir brillo.
—Nosotros también te buscamos y fue entonces que fuimos reclutados por este bastardo— Eso le arrancó a Ellie una carcajada y a Yukio un ceño fruncido.
—Logan— Riñó la mujer de cabello colorido. Erik se limitó a fruncir el ceño. Logan parecía muy alegre y como si un peso que había estado cargando durante mucho tiempo, de repente se hubiera disipado.
—Ya sé que les ibas a explicar cómo funciona la isla, pero me gustaría que hablaran con Mariko primero—
Erik asintió, porque Logan había sido casi respetuoso y eso demostraba lo mucho que quería que esa reunión ocurriera.
Incluso sin el casi respeto mostrado por el bastardo frente a él, ya había planeado que eso era lo primero que tenía que pasar.
…
Ellie seguía sorprendida por lo felices que se veían las personas en este lugar, lo relajados y enfocados en su trabajo.
Todas estas personas claramente se sentían a salvo.
Suspiró desviando su mirada a Ororo, que caminaba con una de sus manos entrelazadas con la suya y con su vista saltando entre cada árbol, objeto y persona que aparecía frente a ellas.
Sin darse cuenta habían llegado a los cultivos, en los cuales alcanzó a ver a Sean, Alex y Raven, trabajando en estos, sabiendo que a partir de mañana ella estaría ahí también.
Siguió paseando su mirada por el sitio hasta que, un poco más aparte y a la sombra de un árbol, encontró a la pareja de Erik Lensherr, junto a los tres niños del día anterior que aparentemente escribían en un cuaderno mientras el beta les explicaba algo en un pizarrón pequeño.
Ellie tenía rato confundida por lo dicho por Raven, cuando nombró a Charles como el "compañero destinado" de Erik Lensherr, porque solo una relación alfa-omega podían ser "destinados". Hasta ahora había concluido que eso no había sido más que un chiste local o algo. Tenía muchas ganas de preguntarle a alguien si estaba en lo cierto, pero tampoco era que tuviera la confianza de hacerle dicha pregunta a nadie.
—Son Jean, Kurt y Scott— Ororo ni siquiera había hablado con los niños, pero había captado sus nombres. No tenía idea de cuando había sido la última vez que la menor había visto otros niños, claro que estaba emocionada ante la idea de platicar con alguien que no fuera un aburrido adulto, incluso si dichos niños eran evidentemente más pequeños que ella.
No tenía ganas de conversar con nadie, razón por la que había terminado por salir de la casa de Logan y Mariko, no le desagradaban, podía notar lo mucho que amaban a Yukio y pudo sentir lo emocionados que estaban por conocerlas a ella y a Ororo (porque eran la familia de la mujer que amaban), pero a ella le había parecido tan extraño, tan incómodo, nunca había recibido tal atención llena de tanta calidez, por lo que en cuanto Ororo le murmuró que estaba aburrida, anunció que irían a dar un paseo, lejos de la calidez y conversaciones sobre bebés nuevos.
Yukio había lucido como si hubiera estado a punto de acompañarlas, pero ella la detuvo al instante, pues claramente su novia había extrañado a esa pareja vinculada.
Suspiró, decidiendo que prefería la frialdad cordial del beta a la calidez que le mostraron Logan y Mariko, además de que con eso haría feliz a Ororo.
—Hola— Saludó con Ororo abrazada a su pierna. Los tres niños y el adulto se giraron a mirarlos al instante.
—Hola, Ellie, hola Ororo— Saludó el beta, acompañado de saludos entusiastas de un par de voces infantiles.
La pelirroja hija del líder alfa, alzó la mano con mucha energía.
—Hola, ya sabíamos tu nombre, pero nunca habíamos hablado contigo, Hank dice que siempre debemos decir nuestros nombres primero, aunque las personas ya sepan nuestros nombres, soy Scott— Soltó el niño de cabello castaño, hermano del omega rubio.
—Yo soy Kurt, holi— Agregó el hijo de Raven, antes de que Ororo pudiera agregar algo.
—Y ella es Jean, no habla, pero es nuestra mejor amiga— Volvió a hablar el pequeño castaño.
—Y es muy divertida— Exclamó Kurt con un puño de tres dedos al viento.
—Y la queremos mucho— Informó Scott, con ambas manos al aire. Jean aplaudió, para abalanzarse sobre los dos niños, haciendo que los tres terminaran en el suelo.
—Cuidado— Ordenó Charles de forma suave y amable, probablemente previendo que realmente los menores no se lastimarían al caer sobre el pasto y muy seguramente acostumbrado a que algo como esto pasara constantemente.
—Tú eres Ororo, ¿sí? — Preguntó Kurt aún en el piso, mientras la menor al cuidado de Ellie estaba poco a poco olvidando su timidez.
—Sí, me llamo Ororo— Los niños se sentaron un poco más ordenadamente, mientras Jean se levantó, caminó hasta Ororo, la tomó de la mano y la dirigió a sentarse junto a ellos.
—Estamos aprendiendo a leer y escribir— Explicó Scott, aparentemente el líder de esos tres, colocando la libreta en sus manos en el aire, mostrando unas letras torcidas. —Así se escribe mi nombre—
—Y así el mío— Alzó Kurt su propia libreta, para ver a Jean alzar la suya. —Y así el de Jean—
—¿Quieres que te leamos el cuento que escribimos con Charles? — Y sin esperar respuesta un conjunto de hojas atados con un listón rojo fue colocado sobre el regazo de Ororo.
—¿Entonces les enseñas a leer y escribir? — Decidió preguntar, al asegurarse de que Ororo se notaba feliz sin un solo toque de incomodidad.
El beta asintió con una sonrisa discreta. Ellie podía percibir lo mucho que el hombre olía como Erik Lensherr, se negó a imaginar la implicación de la impregnación del aroma del alfa al beta.
—Sí, fue idea de Erik—
Bueno, considerando el estado del hombre, incapaz de usar sus piernas, claramente el líder le buscaría algo que pudiera hacer, probablemente buscando que no se sintiera inútil.
¿Cuándo habría perdido la capacidad de usar sus piernas? Habría sido durante la guerra, ¿cómo se habría sentido el héroe del mundo moderno?, siendo el salvador del mundo y sin poder proteger a su propia pareja de la crueldad de la guerra.
Tal vez y era de nacimiento y ella solo estaba haciendo historias telenovelescas en su cabeza.
—Aunque creo que es más el cuidar que no laman piedras y corran con ramas en las manos, mientras sus papás y tutores están ocupados— Agregó con tono divertido y Ellie entendía aquello perfectamente, por lo que no pudo evitar el mostrar una sonrisa de medio lado.
—Claro, como cualquier escuela funcionaría— Charles no dejó de sonreír.
—¿Ororo sabe leer y escribir? — Ellie se enfocó en la peliblanca, concentrada en lo que fuera que Scott, Kurt y Jean intentaban explicarle del "libro".
—No— Dijo con un deje de tristeza, esos cuatro niños ni siquiera sabían lo que era una escuela.
—Podría enseñarle, si tú y Yukio están de acuerdo— Le sugirieron con amabilidad y sin nada de presión.
Ellie sabía perfectamente que estar unas horas conviviendo con los tres niños y además de aprender algo que le sería útil en el futuro era algo perfecto para la nueva vida de Ororo.
—Eso podría ser bueno— Charles sonrió satisfecho con su respuesta que no terminaba de asegurar que lo permitiría, pero que tampoco lo negaba. Primero tenía que hablar con Yukio.
—¿Dónde está Yukio? — Cuestionó el beta y ella no tenía por qué contestar eso, incluso si frente a él estaba la pareja del alfa líder.
—Con Logan y Mariko— Eso era todo lo que debía decir, no debía agregar nada más y no tenía ninguna razón para hacerlo, no le debía nada al beta ese, sin importar que tan amable fuera o que tanto poder tuviera en la isla. —Ellos se conocían desde antes de la guerra y se separaron durante una batalla, ellos creyeron que Yukio había muerto y Yukio creyó que ellos habían muerto, así que se están poniendo al día— Mierda.
—¿Por qué no estás con ellos? — Preguntó el beta, honestamente interesado por saber si ella estaba bien y Ellie lo estaba, no necesitaba que nadie estuviera de chismoso en sus emociones y en sus razones para hacer lo que hacía.
—Es que… no es que ellos no hayan sido…— ¿Tanta necesidad de desahogarse tenía?
Charles, que hasta ahora había tenido el ceño fruncido con concentración, relajó el rostro y asintió.
—Es raro e incómodo, ¿verdad? Que todos aquí sean… tan amables— Ellie sintió un nudo en la garganta que nunca iba a dejar liberarse, pero no pudo evitar perderse en la calidez de la casa de Mariko, Logan y su futuro bebé, en como los mutantes en la isla la saludaron como si la conocieron, en las personas que se habían acercado a conversar con ella y con Ororo, en como nadie las miró con sospecha.
—Sí— Aceptó finalmente. Charles sonrió con un toque de tristeza y Ellie no entendió porque se sintió tan comprendida y por qué un fuerte sentimiento de soledad la embargó al mirar al beta.
Quería esconderse contra el cuerpo de Yukio y deseó que fuera de la clase de persona que podía dar consuelo y decirle a Charles cosas como "Sabes que Erik te ama, ¿verdad?, que no te va a dejar solo"
—Date tiempo, con suerte te acostumbrarás— Asintió, demasiado cansada como para molestarse por alguien presuponiendo y pretendiendo entenderla.
Porque hacía mucho que no se sentía tan comprendida.
…
Ellie y Ororo caminaban por entre los árboles a paso tranquilo de regreso a la casa de Mariko y Logan, mientras la menor le explicaba todas las cosas que Scott, Kurt y Jean le habían explicado y mostrado, al reencuentro con Yukio, notando a un hombre rubio en el camino, recargado en un árbol, creía poder ver un par de alas heridas.
—Son las nuevas ¿no? — Se sentía incómoda en presencia de ese mutante, por lo que prefirió seguir caminando. —Deberías tener cuidado con él—
—¿Qué? — Cuestionó con voz irritada y preparando un plan de ataque en su cabeza. Atacar al hombre primero, esperar que estuviera aturdido, tomar a Ororo en brazos y huir.
—Charles, el telépata— ¿Ese hombre se creía que ella era idiota? —
—Él es un beta— Solo los omegas eran telépatas. El hombre le dedicó una sonrisa falsa.
—No, es un omega y es un telépata, pregúntale a quién quieras, hasta a él mismo, pero no te lo recomiendo, porque podría mentirte y aprovechar para controlarte con su mutación— El rubio apartó la mirada de ella, centrándola en Ororo. —O a tu hija— Agregó.
—Erik Lensherr no permitiría que un telépata…—
—Oh, pero lo hace, porque es su puta, ese omega primero fue la puta de Shaw y ahora es la puta del héroe del mundo moderno— Dijo con falsa admiración. —Solo creí que te interesaría saber— Concluyó para empezar a alejarse.
¿Eso era verdad?, Charles era un telépata… ¿Cómo Emma?
"Tienes que irte, no quiero lastimarte, pero si él me lo pide no voy a poder negarme"
Un telepata cuyo compañero destinado era un alfa líder.
—Ellie, ¿qué es eso de pu…? —
—¡No lo digas!, es una palabra muy ofensiva—
—¿Por qué ese señor dijo eso del papi de Jean? —
—No lo sé—
…
Yukio no podía creer que se hubiera reencontrado con las dos personas que habían sido su familia antes de Ellie y Ororo. Aunque se negaba a creerlo, en el fondo siempre pensó que debía convencerse a sí misma de que estaban muertos, de que nunca más los vería.
Pero, por suerte, había estado equivocada, sin saber que ellos habían estado viviendo con un pensamiento similar en sus mentes, pero con respecto al destino de Yukio.
Ahora habían podido reencontrarse en esta isla que parecía como un sueño, Logan y Mariko siendo felices, con un bebé en camino. Y Yukio había podido presumir a su amada novia y a su Ororo.
Ella y Ellie habían podido dejar atrás el incidente de mandar la llamada de auxilio en contra de los deseos de Ellie, con la conversación que tuvieron una vez que Ororo se durmió. Yukio terminó exclamando algo parecido a "No me importa vivir sola y en la miseria, mientras sepa que ustedes están bien y felices", la verdad es que no lo recordaba bien, lo había dicho en el calor de la discusión, pero lo que sí recordaba a la perfección, palabra por palabra, fue la respuesta de su novia.
"¿Por qué creíste que podría ser feliz sabiendo que tú estarías viviendo sola y entre la basura?"
Después de eso hubo lágrimas, disculpas, incontables besos y un abrazo que no fue disuelto hasta la mañana siguiente, cuando Erik Lensherr se presentó en la puerta de su nueva casa en compañía de Logan.
Así que Yukio había concluido que el tema había sido dejado atrás. Ellie había lucido un tanto incómoda de pasar tiempo con Logan y Mariko, pero ella lo entendía, a su novia le costaba acostumbrarse a las personas y en lo que respectaba a Yukio, podía tomarse el tiempo que necesitara, sabía que sus amigos vinculados le darían a su novia ese tiempo y que, ahora viviendo en esta isla, podían darse el lujo de eso, pero a pesar de los problemas ya conocidos, sentía que a Ellie le preocupaba algo más, algo que no le estaba contando.
Quería exigir respuestas, pero tampoco quería obligarla a decir algo que no quería. Tal vez en esto también debía darle tiempo y esperar o… ¿la decisión correcta sería exigir?
Llegaron a los cultivos, donde comenzarían a trabajar a partir de hoy, solo con Ororo y ella conversando.
—¿De verdad puedo ir con los niños y con Charles? — Cuestionó la peliblanca y Yukio asintió feliz de que Ororo pudiera convivir con niños. Ellie se aferró a la mano de la menor más tiempo del necesario, con facciones llenas de tensión.
¿Sería solo que su novia estaba tratando de acostumbrarse a la nueva vida que tendrían aquí?
Ororo finalmente corrió a sentarse junto a los otros tres niños, mientras ella respondió el saludo de la pareja del alfa líder. Ellie solo ofreció un asentimiento de cabeza.
Cuando llegaron a los cultivos, un omega llamado Darwin (y el que era encargado del control del trabajo de esta zona) comenzó a explicarles lo que debían hacer. Procedieron con su trabajo, incluso si Ellie se la pasaba constantemente girándose a ver en dirección a Charles, Ororo y los tres niños, con un toque de desconfianza.
¿Eso también era porque estaba tratando de acostumbrarse a su nueva vida?
Yukio sintió que ya no podía dejar más tiempo sin preguntarle a su novia sobre lo que la tenía tan preocupada, tan tensa, porque tal vez y no era solo por su recién iniciada vida en la isla, cuando fueron interrumpidas por la llegada de Raven.
—Hey, ¿cómo lo llevan?, ¿todo bien? — Ambas se giraron a ver a la alfa de piel azul.
—Este lugar es increíble— Respondió Yukio, porque Ellie no parecía querer hablar.
—Aún es novedad para ustedes, pero esperen a acostumbrarse a la rutina y comenzaran a aburrirse—
—No me importaría aburrirme— Dijo Ellie en voz baja y ella entendía perfectamente a lo que se refería, hasta ahora habían llevado una vida al borde del peligro, siempre con miedo y siempre con la adrenalina a tope, aburrirse no sonaba tan mal.
Raven igualmente les sonrió como si entendiera, porque seguramente lo hacía.
Yukio tal vez estaba preocupándose por nada, tal vez el que Ellie estuviera actuando un poco extraño solo se debía a su nuevo inicio en un lugar desconocido, como consideró al principio.
—Quiero confirmar algo— Exclamó Ellie con voz llena de seguridad. Raven las miró expectante. Y entonces su novia hizo una pregunta que cambió todo y le hizo comprender finalmente. —¿Charles es un telépata? — Hasta esa pregunta, Raven se había notado bastante relajada. No se veía enojada con la pregunta, pero claramente era algo que no le complacía responder.
—Lo es— Contestó a secas y sin titubeos.
Ahora Yukio sabía cuál era el problema con Ellie.
Su novia hizo fuerza con las manos, tal vez mostrando un chispazo de poder, porque estaba teniendo problemas para controlar sus emociones. Pareció buscar calmarse al ver en dirección a Ororo.
—¡No la toques! — Gritó Ellie, exaltando a todos los mutantes cercanos y a Yukio.
Para cuando ella centró su mirada en la misma dirección, Ellie ya estaba corriendo en dirección a la niña y al telépata.
Yukio la imitó, no por miedo a lo que podía haberle pasado a Ororo, si no por miedo a lo que pudiera hacer Ellie.
Raven igualmente corrió, llegando a la par que ella, colocándose entre Charles y Ellie, buscando proteger al hombre de su novia alfa.
Pese a los temores de Yukio, Ellie se había limitado a tomar a Ororo en sus brazos, alejándola de los demás.
Los niños parecían asustados, Jean y Scott habían corrido a abrazarse a las piernas de Charles, Kurt corrió a abrazarse a su mamá, que continuó en una pose protectora. Yukio podía ver a Alex caminar a paso rápido en su dirección, también podía ver todas las miradas de las personas que estaban cerca.
—Solo quería quitarle una hoja del cabello— Explicó Charles suavemente, como si buscara calmarlos a todos, claramente estaba nervioso con la situación, también lucía culpable.
—No me importa, no la toques— Remarcó Ellie con ira. Yukio no sabía que se suponía que hiciera, mientras escuchaba las voces de los que se limitaban a observar.
—¿Qué fue lo que hizo el telépata? —
—¿Quién sabe?, ¿intentó lastimar a la niña? —
—Con razón sus mamás están molestas—
—¿Raven y Alex de verdad lo están protegiendo? —
—Nunca debieron traer a un telépata a la isla— Si ella podía escuchar esos comentarios, todos podían.
Ellie, Ororo, los niños… y Charles.
El telépata solo bajó la mirada sin apartar sus manos de su hija. Estaba temblando.
—Lo siento mucho— Terminó por decir ella, realizando una pequeña inclinación de cabeza, después tomó a Ellie de la mano y comenzó a jalarla en dirección contraria a los presentes.
—Vamos, Ellie— Su novia parecía estar a punto de decir algo para negarse. —¡Dije vamos! — Exigió con autoridad y finalmente logró que su novia iniciara el camino en dirección a la que se suponía era su casa.
¿Qué desastre acababan de provocar?
…
Jean jugaba un poco alejada de ellos, mientras él y Erik estaban sentado sobre los futones, frente a frente.
Sabía que Erik ya tenía el conocimiento de lo que había ocurrido más temprano y estaba seguro de que eso era de lo primero que el alfa quería hablar, incluso si no lo había hecho durante el camino de regreso a la casa o durante la cena.
—Raven me dijo lo que pasó con Ellie, Yukio y Ororo— Eso era lo que esperaba, aun si Erik no lucía realmente molesto, como imaginó.
—Lo siento—
—¿Qué sientes? — Charles no estaba seguro de poder seguir hablando, porque no podía explicarle a Erik la razón por la cual Ellie se había enojado, no entendía qué había hecho mal, incluso si estaba seguro de que había hecho algo mal. —¿Qué hiciste? — Cuestionó el alfa, pero no de forma demandante, si no como una petición en voz baja. —Raven estuvo ahí y me dijo que no te vio haciendo nada que pudiera haber molestado a Ellie o a Yukio— Pero claramente Charles había hecho algo, él siempre hacía algo. —¿Hiciste algo que crees que pudo haberlas molestado? — Cuestionó Erik.
Charles no se había dado cuenta de que hizo algo malo, pero eso es lo que debió pasar, porque tendía a ser tan egocéntrico que a veces, aunque creía que estaba ayudando, hacía todo peor; incluso si estaba la posibilidad de que no había hecho nada malo, siempre estaba la posibilidad de lo que Charles tenía mucho tiempo esperando que molestara alguien, la razón por la que Erik insistía en mantenerlo protegido.
Él era un telépata que el mundo creía había estado del lado de Shaw.
—Debí hacer algo— Insistió.
—¿Recuerdas si alguna vez fuiste obligado a controlar la mente de Ellie o de Ororo? — Charles ya lo había pensado, lo pensó una y otra vez, tratando de encontrar algo en su mente, pero no había nada. Negó con la cabeza.
—Pero fue mi culpa que actuaran así—
—Pero no hiciste nada para que actuaran así— Le dijo Erik con más insistencia, pero controlándose de no hablar demasiado alto y exaltar a Jean. Él se giró a ver a la menor, encontrándola en su propio mundo, eso lo ayudo a sentir un poco de calma, incluso en la situación en la que se encontraba. —Raven me dijo que Ellie le preguntó si eras un telépata y justo después actuó como si fuera a atacarte, así que creo que es eso, solo la idea de que al ser telépata estuviste del lado de Shaw, eso es lo que pudo molestarlas, igual hablaré con ellas—
Sus sospechas habían sido verdad.
Él nunca debió haber estado en esta isla, viviendo una vida tranquila y feliz, haciendo que otros tuvieran que vivir tensos y enojados por su presencia.
—Lo siento— Volvió a decir en un murmullo, para ser abrazado por el alfa y aunque no debía, aunque merecía hundirse en la vergüenza y en la culpa, rodeó al otro con sus brazos, buscando esconderse entre el cuerpo de Erik.
—¿Por qué te estás disculpando?, no hiciste nada malo, ser un telépata no te convierte en alguien malo y tampoco te vuelve culpable de algo. Puedo entender la molestia de Ellie y de Yukio y de todos los mutantes y no mutantes que suponen que estuviste del lado de Shaw y que te culpan de herirlos, pero nada de eso es verdad y eso es algo que tengo que explicarles, me crean o no—
No quería llorar, pero fue inevitable, al sentir la calidez y protección de Erik, igual que había sido inevitable esconderse en su abrazo.
—Me alegra que Raven y Alex estuvieran ahí y no permitieran que te lastimaran por algo que no hiciste— Continuó el alfa, liberando palabras, al igual que él continuó liberando lágrimas.
En medio del abrazo sintió como un cuerpo pequeño chocaba contra ellos.
"¿Están tristes?, ¿por qué están tristes?, yo también puedo abrazarlos" Le transmitió Jean y tanto él como Erik liberaron uno de sus brazos para abrazar a la menor contra ellos.
Charles no había notado lo mucho que se había acostumbrado a la amabilidad que le mostraban las personas de la isla, hasta que no la sintió.
Nota: Este anuncio es para avisarles que no continuaré con la historia, eso es porque la verdad… naaaaah, no es cierto, perdón, la pandemia me hace querer ser graciosa.
Nada más para decirles que tal vez la siguiente semana no haya capítulo porque voy a hacer turnos dobles en mi trabajito, porque muchos trabajadores andan en sus casitas por incapacidad por el "coronavairus" y luego se enojan cuando alguien sugiere que los trabajadores de sustitución les andamos sacando la chamba, pero bueno, ya veremos a lo mejor y sí alcanzo a subir capítulo.
Muchas gracias por leer, ¡El fic y yo los amamos!
