X-Men no me pertenece.
ADVERTENCIA: Sentimientos de culpa, pesadillas, depresión, machos llorando. Los personajes hasta el momento han estado "sobreviviendo por pura ansiedad" como diría Anahí.
Yo siempre quiero solo escribir nopor mpreg, pero los fics siempre se ponen en plan "excelente, me encanta, pero ¿y mi trama?" y por eso es su culpa que todo sea tan lento.
Erik Lensherr iba a estar tan enojado cuando se enterara de lo que había pasado con su compañero destinado.
¡El pobre omega!
Yukio no creía que podría olvidar nunca lo asustado que se veía.
Detuvo a Ellie antes de que entraran a la casa, tomándola del brazo. Su novia la miró confundida y aun con la ira que había mostrado antes, pero no hizo ningún intento por liberarse. Yukio centró su mirada en Ororo.
—¿Puedes ir a jugar adentro, Ororo?, Ellie y yo tenemos que hablar— Ororo las miró confundida, pero aceptó su petición, yendo a tomar la perilla de la puerta, pero justo antes de entrar se giró a verlas.
—Charles no me hizo nada— Dijo la menor, como si buscara defender al omega, pero también con un toque de que claramente buscaba entender lo que pasaba.
—Lo sabemos Ororo, ve adentro, por favor— Una vez segura que la menor estaba levemente protegida por las paredes de la casa, conforme con la aparente privacidad, segura de que no intentaría escuchar sin permiso, se centró en Ellie.
—Explícame— Pidió, buscando no sonar enojada, esperando que sus palabras no estuvieran excesivamente impregnadas de un tono demandante, a pesar de eso, sus palabras parecieron avivar los sentimientos negativos que embargaban a su novia.
—Él es un telépata— Respondió en voz alta, sin llegar a gritar, remarcando cada una de sus palabras. Yukio no se amedrentó.
—Uno que no nos ha hecho nada, que si realmente hubiera estado del lado de Shaw no estaría aquí porque…—
—Esta aquí porque es el compañero destinado de Erik Lensherr— Aun recordaba cuando Ellie le explicó que ser compañeros destinados no era solo sentir una conexión única con esa persona especial, implicaba no poder herirlos, implicaba no poder ir en contra de sus deseos. Eso podía ser algo muy beneficioso, pero si se hacía un mal uso de eso, ¿qué pasaría?
"Ella ya no era la persona que yo conocí, porque ya no podía ser ella misma"
Eso era todo lo que Ellie había murmurado, dejando zanjado el tema.
—No sabemos si es una mala persona, ¿cómo pudiste gritarle así en frente de todos?, fuiste muy amenazante y… ¿no escuchaste lo que las personas alrededor empezaron a decir? — Ellie se notó confundida, definitivamente no había escuchado nada, muy ocupada estando enojada. Yukio mordió levemente el interior de su boca. —Charles se veía muy asustado— Decidió decir.
—No me voy a disculpar—
—¿No?, ¿y qué pasa si ya no nos dejan vivir aquí?, ¿qué pasa si fuiste así de cruel con alguien bueno? — Ellie se cruzó de brazos, haciendo un berrinche vergonzoso.
—No me importa, no quiero vivir en un lugar que protege a un telépata— Estaba a punto de hablar nuevamente en favor de Charles y en el por qué no podía seguir actuando así cuando Ellie la interrumpió. —¡Él podría lastimarte a ti, a Ororo! —
Yukio entendía el miedo de su novia, entendía lo protectora que era y que al ser alfa sentía que debía cargar con la responsabilidad de protegerlas siempre, pero, pese a su instinto alfa, a Yukio le gustaba Ellie porque su novia entendía que ella era capaz de protegerse a sí misma y de proteger a otros (Ellie y Ororo por ejemplo), pero ante la amenaza de un telépata, ¿qué podría hacer cualquiera de las tres?, por eso también entendía que su novia no podía controlar su instinto alfa, mantenerlo a raya, al no poder encontrar una solución pensando racionalmente.
Podía entender su miedo.
¿Pero Erik Lensherr entendería?, ¿Charles merecía que ellas tuvieran miedo, que le hubieran mostrado tanta ira?
…
Debió tener más cuidado, debió haber hecho está explicación desde antes.
Ahora Charles se sentía culpable.
"Las personas comenzaron a hablar de que él no debería estar aquí" Es lo que le comentó Raven que había escuchado, después del evento con Ellie, Yukio y Ororo; si Raven pudo escuchar, Charles también.
Erik había querido mantener a Charles a salvo, feliz… quería que dejara de sentirse culpable y que ya no deseara morir.
Falló.
Ellie tenía los brazos cruzados, pero le estaba poniendo atención, con un toque de odio en la mirada, pero tanto ella como Yukio estaban dispuestas a escuchar. Ororo se encontraba en casa de Logan y Mariko por petición de él.
También le había pedido a Logan estar presente, porque suponía que sería más fácil que las dos mujeres confiaran en su palabra si llevaba al hombre que una de las dos consideraba familia.
—¿Qué pasó ayer con Charles? — Cuestionó. Yukio abrió la boca, pero al final fue Ellie la que habló rápida y presurosamente.
—No voy a confiar en un telépata cuidando de Ororo— Erik asintió. Sus suposiciones habían sido correctas. Ellie parecía muy segura de su respuesta, Yukio por el contrario no parecía estar de acuerdo, pero se mantuvo callada.
—Entiendo que con todo lo que se dice de los telépatas no puedan confiar en Charles, pero él no…—
—Si vas a decir que no estaba del lado de Shaw, no me importa, de parte de Shaw o no, eso no cambia que un telépata es peligroso, puede hacer lo que quiera con nuestras mentes o tú puedes pedirle que haga lo que quieras— Erik estaba enojándose con las palabras de la alfa cada vez más. —Si estás por pedirnos que confiemos en…— Terminó golpeando la mesa, obligando a todos los presentes a ponerse de pie (él no lo hizo), Ellie inmediatamente adquirió una pose defensiva, Yukio, si bien no parecía del todo convencida, imitó a su novia.
Logan mostró sus garras, pero tampoco parecía estar muy dispuesto a pelear.
—Van a escuchar lo que tengo que decir y si después de eso se quieren ir de la isla o quieren seguir viviendo aquí, me importa una mierda— Dirigió su mirada directo a Ellie, buscando calmar su ira pues estaba provocando un leve temblor en la casa.
Para él los telépatas no eran una amenaza desconocida, eran su familia; para Ellie no significaban lo mismo, igual que para muchos de los habitantes de la isla. No quería, pero tenía que ser civilizado y tratar de entender, incluso si quería sacar de la isla a todos los que no vieran con buenos ojos a su familia.
—Primero, Charles no estaba a favor de Shaw. Igual que la mayoría de los telépatas, fue encerrado y obligado a usar su mutación, segundo Charles no puede usar su mutación en contra de nadie porque usamos anti-mutágeno con él, así que no puede usar su telepatía contra ustedes, pero, ¿saben quién sí puede llegar a usarla? — No deseaba realmente una respuesta, por eso continuó luego de una breve pausa. —Mi hija, Jean— Yukio lo miró con sorpresa, Ellie se veía pasmada. —Pero ni ella ni Charles lastimarían a nadie, igual que tú— Dijo apuntando a Ellie con la cabeza. —O Logan o yo, controlamos nuestras mutaciones para no dañar a menos que lo consideremos necesario, esa forma de pensar aplica a mi familia— Finalmente logró calmarse un poco, incluso si el ambiente seguía tenso. —Yo no les estoy pidiendo que confíen en mí o en Charles y definitivamente no voy a obligarlas a nada. Si deciden quedarse, no tienen que hablar conmigo ni con mi familia, lo prefiero, siempre y cuando hagan su parte para que la isla siga funcionando correctamente y no le hagan daño a nadie más, pero si se acercan a Charles o a Jean y los lastiman de cualquier manera— Las miró, poniéndose de pie lentamente. —Las destruiré— Ellie lucía molesta, pero claramente entendía que su amenaza era real. Yukio miraba al piso.
—Deberíamos disculparnos con Charles— Dijo de repente, dirigiendo su mirada a su novia.
—¿Qué? — Ellie miró a su novia con confusión. —Ni siquiera…—
—No importa si decidimos confiar en él o no, pero lo que es verdad es que merece una disculpa después de lo que lo hicimos pasar—
—Te dije que…—
—Si no te vas a disculpar, no me importa, yo sí lo haré— Exclamó Yukio con seguridad y con un discreto mohín. —¿Puedo hablar con él? — Solicitó Yukio.
—Primero le preguntaré si quiere hablar contigo— Concedió él. La beta lució totalmente de acuerdo.
—Por supuesto, jefe—
—No me digas jefe— Pidió con sus emociones en control.
…
Charles no entendía.
—¿Yukio quiere hablar conmigo? — Erik asintió. Se notaba algo molesto, Charles se sentía incómodo con solo considerar la posibilidad de que esa molestia era por su causa.
Charles no pudo evitar que su mente reprodujera lo acontecido el día anterior, sintiéndose tan avergonzado, tan culpable, quería esconderse de todos, no quería ese par de ojos centrado en su persona.
—Quiere disculparse por lo que pasó— Se sintió aún más confundido.
—Pero si lo que las incomodó fue el hecho de que soy un telépata— Comentó, incluso si sentía que era algo obvio y porque en parte no quería escuchar más, no quería saber si había una razón más allá de su naturaleza como telépata.
Ya no quería conocer más de sus errores, porque era un cobarde, incluso si merecía sentirse culpable por cada una de las cosas que había hecho mal.
El ceño fruncido de Erik se remarcó.
—Sí— Seguía sin entender, además de que se sentía mal el ver al alfa tan enojado.
—No tienen que disculparse, no hicieron na…— Buscó explicarle al hombre parado frente a él, porque Charles no podía juzgar a nadie por incomodarse con su telepatía o incluso temerle, era algo que desde hacía mucho había entendido que pasaría el resto de su vida. Lo que pasó con Sebastian Shaw solo hizo peor un problema que ya existía.
—Ellas no debieron tratarte así— Afirmó Erik y él sintió que no debía seguir hablando, pese a que siguió haciéndolo, huyendo cobardemente de la atenta mirada del alfa.
—Erik, no puedo culparlas por sentirse incómodas con mi mutación o incluso por temerme, la telepatía es una mutación peligrosa— Se obligó a sí mismo a alzar el rostro, topándose con que Lensherr ya no estaba frunciendo el ceño.
Observó al alfa apartar la mirada, soltar un suspiro agotado, ir por una silla del comedor, colocarla frente a él y finalmente sentarse en ella, quedando a la misma altura.
Charles sabía que no sería posible rehuir a la mirada del alfa.
—Mi mutación también es peligrosa— No podía decir que Erik estuviera equivocado, esa era la verdad, pero no se refería a eso cuando dijo que la telepatía era "peligrosa"; podía llegar a ser usada incluso cuando no lo tenía planeado, podía robarles su voluntad a las personas, podía ordenarles matar y matarse sin mover un solo dedo, sin salir de casa. —Cualquier mutación usada con ese propósito es peligrosa. No se trata de temerle a la mutación se trata de temerle al mutante y tú no eres un mutante que debe ser temido— Su pecho se estrujo con dolor al sentir la honestidad en las palabras de Erik, al ver la vulnerabilidad en su mirada. —O es que estás de acuerdo en que haya personas que le teman a Jean, solo por ser una telépata, ¿que ella se tema a sí misma? — No se atrevió a girarse a ver a Jean. Sintió una lágrima recorrer su mejilla.
—Claro que no— Afirmó, porque jamás, jamás iba a permitir que alguien le hiciera a Jean sentirse así, iba a hacer todo lo que estuviera en su poder para nunca permitir que Jean se sintiera de esa forma sobre sí misma. —Pero no puedes compararme con Jean, incluso si nuestra mutación es la misma, yo soy alguien que dejó que Shaw…—
—Fuiste obligado, encerrado, te arrebataron tu voluntad, peleaste, tú no querías eso— Exclamó el alfa, en una sola exhalación, sin dudas. Con total seguridad en sus palabras. Su mirada se suavizó. —Perdón por haber usado el anti-mutágeno cuando recién te traje aquí, no sabía qué tipo de mutante eras. Pero ahora lo sé y no volveremos a usarlo contigo—
Sentía que debía enojarse, gritarle nuevamente a Erik "¡Nunca te pedí que me trajeras!, ¡te pedí una cosa!", pero en lugar de eso, solo pudo sentirse pleno y cálido, enfocándose en las emociones positivas que lo inundaban perdiéndose en la mirada llena de confianza, disfrutando de la mano entrelazándose con la suya.
Erik confiaba en él. Logan antes lo había insinuado, pero ahora que Erik lo estaba diciendo también, sentía que las palabras tenían mucho más peso.
Limpió las escasas lágrimas que brotaron de sus ojos.
—Así que sí mereces esa disculpa de parte de Yukio, pero si no quieres hablar con ella, no tienes que. Si no quieres que ellas se vuelvan a acercar a ti, me aseguraré de eso— Soltó una risa corta y sofocada.
—Hablaré con ella— Erik asintió, acercándose lentamente, rodeándolo con uno de sus brazos.
Él se enfocó en recargar su cabeza sobre uno de los hombros del alfa.
"Erik, Charles, hice arte" Transmitió Jean sonriendo y corriendo hasta ellos.
Charles se apartó un poco de Erik, para poder ver los coloridos dibujos en el piso de la casa, sin poder retener una nueva risa.
—¿Esos son dibujos? — Cuestionó Erik. Jean dio un salto lleno de emoción.
…
Yukio estaba sentada en el comedor frente a él, Erik la miraba con seriedad, de pie una clara forma de buscar imponer autoridad, la mujer beta a su vez miraba a Charles con mucha insistencia, ni un poco intimidada por el alfa.
La mujer de cabello colorido hizo una pequeña inclinación de cabeza.
—¡Siento mucho lo que pasó ayer! — Le dijo con algo que solo podía ser catalogado como honestidad pura. —Hicimos que pasaras un momento muy incómodo— Charles se sentía extraño, un poco fuera de sí mismo.
—Estoy seguro de que tienen sus razones para…— Trató de decir con una sonrisa incómoda.
—Sin importar si la tenemos o no, te mereces una disculpa— Afirmó Yukio con seguridad. Él ya no tuvo la fuerza para seguir hablando.
—Yo no sé mucho, aunque entiendo que Ellie tiene sus razones para dudar de ti, pero eso no justifica la forma en que te habló—
Charles se obligó a sonreír.
—Yo creo que eres una buena persona, Mariko y Logan lo creen también, pero a Ellie le cuesta confiar en las personas, por eso le va a tomar un tiempo y por eso… por ahora— Remarcó la mujer. —Decidimos que es mejor que no le enseñes a Ororo a leer y escribir, pero en el futuro…—
Yukio claramente estaba tratando de no incomodarlo, de no hacerlo sentir mal, de ser amable.
Ofrecer una disculpa honesta.
—Por supuesto, lo entiendo— Respondió sin dejar de sonreír.
Sintió la mano de Erik entrelazarse con la suya debajo de la mesa.
Se aferró al enlace.
…
Era momento del descanso programado para una merienda rápida. No tenía muchas ganas de hablar con nadie por lo que se alejó un poco. Normalmente las personas entendían cuando él quería estar solo y lo dejaban ser, pero esta vez Logan lo siguió, sentándose a su lado, ofreciendo uno de los cigarros que él hacía personalmente.
Antes había bromeado con mandarlo a vender cigarros a las calles de las ciudades de no mutantes, a Logan no le había parecido muy gracioso, pese a que Raven, Sean y Alex rieron hasta llorar. Mariko también había lucido divertida, aún si no le gustaba que Logan fumara.
Aceptó el cigarro, aunque no le agradaba el sabor. Cuando era joven lo había intentado, pero nunca le encontró lo interesante al hábito.
Logan lo ayudó a encenderlo, para después encender uno propio.
—¿Cómo está Charles? — Lo cuestionó sin un toque de sarcasmo o enojo fingido. Parecía honestamente interesado.
—Mejor— Decidió decir, incluso si él podía notar como Charles estaba fingiendo ya no sentirse afectado por lo que había pasado antes. Erik estaba tan preocupado, tratando de llegar a la respuesta correcta de qué hacer, ¿cómo podía ayudar a Charles a estar mejor? —Hoy fue la segunda dosis del suero que Hank hizo con tu sangre—
—Oh, ¿el que Alex llama "suero milagroso"? — Erik asintió, centrándose en que los arreglos que Hank le había hecho al suero habían logrado que esta vez no fuera doloroso para Charles, su compañero vinculado había lucido casi feliz ante el acontecimiento.
Dio una profunda calada al cigarro, sostuvo el aire un momento y después expulsando el humo lentamente.
—Sabes que situaciones así van a seguir pasando— Erik posó su mirada en Logan. —Personas atacándolo por ser un telépata, por suponer que estuvo del lado de Shaw— Erik lo sabía. —Lo mismo va a pasar con Jean en el futuro— Estaba preparado para hacer pagar a cualquiera que hiriera a su hija o a su compañero destinado.
—Lo sé— Soltó, decidiendo cambiar el tema. —¿Cómo estás con lo de tu hijo? —Cuestionó, notando el momento justo en que la mirada de Logan se suavizó, incluso si primero únicamente encogió los hombros. Erik sonrió levemente.
Recordando a Magda diciéndole que tendrían un bebé, la forma en que los ojos de su esposa parecían brillar con felicidad.
Las extrañaba, a Magda y a Nina, su corazón se estrujaba con añoranza, pero últimamente ya no sentía el dolor paralizador que experimentaba antes de tener a Charles y Jean en su vida.
—¿Feliz? — Preguntó más directamente, regresando de estar perdido en su cabeza. Logan sonrió sin girarse a verlo.
—Sí, bueno…— Se enredó un poco con sus propias palabras. —Sí— El rostro feliz de Logan, se disipó, como si de repente se hubiera estancado en un recuerdo negativo. Erik se preguntó si debía decir algo o permitir que Logan saliera solo. —Creí que no era posible— Por suerte Logan volvió a hablar, por desgracia lo que dijo no hizo más que confundirlo. —Que Mariko y yo pudiéramos tener un hijo— Explicó su contraparte, pero eso solo lo confundió más.
—¿Por qué?, ¿que no tú mutación no te hace ser el bastardo más sano del planeta? — Dijo en son de broma y aunque la sonrisa de medio lado de Logan le demostró que había funcionado, sabía que el tono serio no había desaparecido. —¿Es por lo de los experimentos que hicieron contigo? Pues claramente no fue ese el caso— Aseguró, buscando ofrecer seguridad a uno de los miembros de su manada.
Porque pese a actuar como si se odiaran el 90 por ciento del tiempo, lo cierto es que se preocupaban por el otro… a su manera.
Logan asintió.
—En realidad yo… originalmente era un omega— Erik había estado ocupado con el cigarro en su mano, se ahogó un poco, terminando tosiendo, además el cigarro se le cayó y le quemó por la parte interna de uno de los muslos.
—¡Mierda! — Soltó alejando el cigarro y provocándole una de las carcajadas más verdaderas que le había escuchado a Logan. —¡Esto es tu culpa imbécil! — Terminó diciendo sin mucho sentido. Una vez que la risa de Logan se calmó un poco y que él decidió recuperar el cigarro porque uno no quería incendiar la isla y dos quería seguir fumando, volvió a hablar. —¿En serio naciste omega? —
—Para eso eran realmente los experimentos a los que me sometieron, no me lo dijeron en su momento, pero el objetivo era convertir a un omega en un alfa, funcionó— Erik buscó, pero como siempre el aroma de Logan no hacía otra cosa que gritar alfa en toda la extensión de la palabra. —Así que creí que no era posible, también creí que no podríamos vincularnos, pero eso también funcionó—
Al ver a Logan, lo feliz que era con Mariko, lo mucho que era amado por la mujer omega, nunca pensó que habría experimentado esa clase de dudas, ese tipo de preocupaciones.
—Mariko siempre dijo que nosotros éramos compañeros destinados— Erik se mantuvo en silencio escuchando. —Yukio está convencida también, pero yo les dije que era imposible, porque solo soy un alfa artificial, ya sabes, con eso de que solo un alfa y un omega pueden ser destinados, pero ella siempre estuvo segura— Y esa fue la primera vez durante toda la conversación en que Logan lo miró a los ojos. —Amo a Mariko, sé cómo se siente mi amor por ella y es diferente a la sensación que tengo cuando me doy cuenta de que es mi compañera destinada— Logan tragó saliva sonoramente. Erik quería hacer una broma tonta, pero al mismo tiempo no quería eso.
Logan dio una calada a su propio cigarro.
—Nadie tiene pruebas— Logan soltó una carcajada suave —Supongo que Raven, pero no nos va a decir nada, de todas formas todos lo creemos, que Charles es tu compañero destinado, yo lo creo— Su compañero alfa no lo dijo como si esperara que le aclarara su duda, Erik sentía que eso solo era el vehículo del punto que realmente quería tocar. —¿Pero ya lo has pensado?, ¿Charles es solo tu compañero destinado o sientes algo más por él? —Erik se sintió atacado de repente, sentía que debía protegerse. —No te estoy juzgando, tampoco creo que tu compañero destinado sea alguien malo, es claramente alguien de admirar, solo creo que deberías considerar la pregunta, ¿qué quieres que pasé en el futuro con él y contigo? —
—Esa no es una decisión que me corresponda tomar a mí solo—
—No, tienes razón, lo sé, pero ¿qué es lo que quieres tú? Independientemente de si puede ser hecho o no, creo que eso te ahorrará problemas en el futuro—
—El descanso terminó— Dijo poniéndose de pie y tirando el cigarro a la tierra, apagándolo con el pie.
Logan lo imitó.
…
Erik le sonrió a Sean, mientras aceptaba el abrazo que Jean le ofrecía como saludo.
—Gracias por cuidarlos Sean— Ofreció al tiempo que alzaba a su hija en brazos.
—Es divertido cuidar de ellos, bailamos y todo, ¿cierto? — Cuestionó Sean en dirección a Scott y Kurt.
—¡Sí! — Exclamó Kurt, para distraerse al ver a Raven acercándose. Erik alzó una mano para saludar a la alfa, siendo imitado por la mujer.
—Me gusta bailar— Comentó Scott. —A Jean también, ¿verdad? —Erik centró su atención en su hija.
—¿Te gusta?, ¿te divertiste con Sean y tus amigos? — Jean asintió enérgicamente.
—Fue divertido estar con Sean, pero, ¿Charles sí va a volver? — Quiso saber Kurt luego de dejar de estar distraído con su mamá.
—Quiero que nos siga enseñando a leer y escribir— Comentó Scott en un tono demandante, para luego comenzar a correr al encuentro con su hermano.
La clase de vida que Erik había llevado hasta llegar a este punto de su existencia, le enseñó que asegurar cosas no era algo que podía hacer. No podía asegurar que siempre estaría, no podía asegurar que las cosas saldrían como se esperaba, no podía asegurar que, de repente, no se pondría todo mal.
Pero deseaba hacerlo, deseaba poder decir, nadie desaparecerá, todo va a estar bien y siempre va a seguir estando bien.
—Sí, Charles les va a seguir enseñando a leer y escribir, solo se tiene que tomar unos días— Los niños respondieron felices con la respuesta, pero más bien distraídos por sus cuidadores.
Erik decidió enfocarse en Jean.
—¿Vamos a buscar a Charles? — Jean asintió con su entusiasmo creciendo ni bien Erik dijo el nombre de su compañero destinado.
No tardaron mucho en llegar a la clínica.
—Hola otra vez jef-Erik, Jean— Saludó Hank, él se sintió conforme con saludar con un movimiento de cabeza, parándose junto a la camilla donde Charles estaba sentado, permitiéndole a Jean sentarse sobre un espacio libre de esta, para que pudiera abrazarse al telépata.
—Yo también te extrañé, Cariño— Dijo el omega a la niña. Charles se notaba un tanto agotado, pero sonrió y respondió al abrazo de la menor al instante.
—¿Cómo estás? — Cuestionó, obteniendo la absoluta atención de Charles puesta en su persona. Esta vez fue Erik el que se convirtió en el receptor de la sonrisa del omega.
—Bien— Charles se permitió un momento para pensar y después agregó. —Somnoliento— Erik sonrió discretamente, no porque le pareciera algo bueno que su compañero destinado experimentara los efectos secundarios del suero milagroso, sino por la honestidad con la que habían respondido su pregunta.
—Hank, ¿qué es lo mejor?, ¿quedarnos aquí o…? — Cuestionó, confiando en el criterio de su médico. El beta negó con la cabeza mostrándole una sonrisa amable.
—Opinó que irse a casa es la mejor opción, así estoy seguro de que Charles estará más cómodo y ya saben, si ocurre algo que los preocupe pueden llamarme por la radio— Concedió Hank y Erik se sintió más tranquilo. Jean se notó feliz al escuchar que podían irse a casa.
—Ok, gracias Hank— Le respondió al hombre más joven, para volver a concentrarse en Charles. —¿Nos vamos ya? — Cuestionó al omega con amabilidad. Charles asintió de inmediato.
Erik se apresuró en acomodar la silla de ruedas cerca de la camilla.
—Jean, ven, voy a ayudar a Charles a pasarse a la silla de ruedas para irnos a casa— Ni bien hizo su petición Jean gateó por la camilla, alejándose del telépata y permitiéndole a Erik cargarla para poder ser bajada y colocada sobre sus propios pies.
Una vez su hija en un lugar donde no estorbara en lo siguiente que debía hacer, se acercó a Charles, dejando un momento sin movimiento y sin palabras, para permitir que Charles se negara a su cercanía si es que así lo quería.
Charles apartó la sabana que lo cubría en espera de que Erik lo cargara para acomodarlo en la silla de ruedas, como si ya considerara a esta situación algo rutinario, algo que nunca sería incómodo.
Acostumbrado a Erik, confiando en que nunca haría nada para lastimarlo.
"¿Charles es solo tu compañero destinado o sientes algo más por él?"
Charles era su compañero destinado, por eso lo quería a salvo, feliz… se sentía comprendido, se sentía acompañado.
Pero Charles no era solo su compañero. A Erik le gustaba la forma en que el omega hablaba, lo que le dejaba entrever que rondaba en su cabeza, sus ideales, su forma de pensar y su forma de expresarse. ¿Cómo podría no gustarle alguien que amaba tanto a su hija?
Además, le gustaba la clase de persona que podía ser en presencia de Charles, pudiéndose mostrar vulnerable y sabiendo que no sería visto como alguien débil por ello, le gustaba el tipo de padre que Charles le estaba ayudando a ser para Jean.
Le gustaba lo fuerte y libre que se sentía cuando estaba con su compañero destinado.
Ayudó a Charles a acomodarse correctamente sobre la silla de ruedas.
—Gracias— Le dijeron con una sonrisa discreta acompañada de una mano que se paseó por su brazo izquierdo como una muestra de cariño que no sabía que provocaría que su corazón latiera rápido tan de repente y que le provocaría esa extraña combinación de calidez y nerviosismo en el estómago.
Erik antes dijo que Charles era importante para él, pero sabía que tal expresión se había quedado corta.
Recordaba cómo se había sentido amar a su esposa, aún la amaba.
Extrañaba a su Magda y a su Nina cada día, pero antes el recuerdo de su familia estaba acompañado de un dolor paralizante, de una culpa ensordecedora, del deseo de solo quedarse acostado y llorar hasta que ya no sintiera nada, el deseo de arrancarse el corazón lo había abrumado tantas veces.
Aun había mucho dolor, pero cada día, podía sonreír un poco más al recordar, podía quedarse un momento disfrutando el recuerdo, permitirse añorarlas, pedirles perdón, para después enfocarse en su presente.
Extrañaba a Nina, la amaba, pero eso no impedía que amara a Jean.
Extrañaba a Magda, la amaba.
Erik había aprendido a conocerse bien a sí mismo y sabía perfectamente que amaba a Charles.
Le sonrió al omega, buscando colocar en esta todo lo que sentía por él.
—¿Quieres ir con Charles, Jean? — Cuestionó a su hija, quien se acercó buscando ser apropiadamente acomodada.
"¿Qué quieres que pasé en el futuro con él y contigo?"
Permitiéndose ser egoísta, sin querer pensar en que probablemente el omega solo deseaba poder ser finalmente autosuficiente, mucho menos queriendo pensar en Charles pidiéndole que lo matara, mencionando que debió suicidarse, Erik no quería que Charles dejara de ser parte de su vida.
No creía que sobreviviría esa pérdida.
…
Erik abrió los ojos, sintiéndose nervioso, palpitaciones incómodas en el pecho y una extraña sensación ansiosa. Una vez su vista se aclaró pudo ser capaz de ver el rostro de Jean, notando las lágrimas que estaban a punto de recorrer su rostro.
Se sentó de inmediato.
—¿Qué pasa? — Cuestionó, lanzando una mirada rápida a Charles, notando como lloraba aun durmiendo. Jean apuntó en dirección al omega, incluso si Erik ya entendía lo que pasaba.
—Charles— Llamó, al tiempo que abrazaba a su hija contra su cuerpo, preguntándose si sería correcto tocar al hombre omega o si eso haría las cosas peor como con Jean. —¡Charles! — Llamó con más fuerza en la voz, pero ante la ausencia de respuesta, sucumbió ante la necesidad de tocar para poder ayudarlo a salir de su pesadilla.
Pese a sus temores, su idea obtuvo resultados favorables, Charles despertó finalmente, sentándose de golpe y tomando una gran bocanada de aire de manera escandalosa. Se notaba desorientado, continuaba llorando y estaba un tanto agitado.
—Charles— Nombró con torpeza, porque, aunque sabía que Charles tenía pesadillas casi todas las noches, no era tan común que lo afectaran tanto o que terminara afectando a Jean (solo había pasado una vez antes).
Su compañero destinado mantuvo su mirada perdida un momento, para finalmente enfocarse en él y en el rostro con rastros de lágrimas de Jean, quien había calmado su llanto una vez Charles despertó. Y el llanto del omega se volvió más y más ruidoso, acompañando el rápido caer de lágrimas con gimoteos que se notaba buscaba hacer menos escandalosos.
—L-lo siento— Dijo de manera entrecortada entre su llanto.
—Charles, no…— Buscó decir él, acercándose un poco al otro. Deseando abrazarlo.
—Lo siento— Repitió moviendo su mirada a Jean y de regreso a él. Antes de que él pudiera decirle nuevamente que no tenía que disculparse por nada, su hija se abalanzó contra Charles, abrazándose a él con toda la fuerza de sus cuatro extremidades.
El adulto correspondió el abrazo al acto, incluso si no parecía poder dejar de llorar.
Erik decidió que era suficiente de tratar de resistir la necesidad de consolar al otro, por lo que se acercó, lentamente (dando tiempo a que Charles se negara si no era lo que quería), pero todo lo que ocurrió, fue que su compañero destinado recargó su cabeza contra el pecho de Erik.
Se aseguró de rodear a su familia con sus brazos correctamente.
—Dije que no— Erik escuchó la voz amortiguada de Charles, creyó entender las palabras correctamente, incluso si no entendía a qué se refería.
—¿Dijiste que no? — Repitió, buscando saber la razón de esas palabras.
—Dijo que no habría tenido que hacer eso si no me hubiera negado en un principio, me dispararon, me encerraron, me drogaron, porque dije que no— Y entonces entendió que Charles estaba hablando de Shaw. —¿Por qué él pensó que…?, ¡Le dije que no! — Exclamó en voz alta. —Yo no quise…— Y su voz nuevamente se quedó sin fuerza. —Yo nunca quise lastimar a nadie— Susurró como si toda la culpa y el dolor fueran tan pesados que no le permitían siquiera hablar. —¿Por qué tenía que obligarme a lastimar a otros?, ¿por qué tenía que hacerme eso? —
Erik no pudo controlar el que sus ojos no produjeran lágrimas.
—Él ya no está, ya no puede obligarte a lastimar a nadie— Le contestó, sin permitir que su voz se escuchara temblorosa o flaqueara. —Lo matamos— Afirmó con seguridad.
Nadie, nunca más, lastimaría a su compañero destinado, al hombre omega que amaba.
Erik nunca lo permitiría.
¡Sí pude escribir!, porque, pues, no es como que tenga algún lugar a dónde ir o una vida social que mantener con esta pandemia jaja.
¿Pueden sentir el nopor acercándose?
¡Muchas gracias por leer, espero el capítulo haya sido disfrutable!
