X-Men no me pertenece.

ADVERTENCIA TRISTE: Cosas tristes, sentimientos tristes, personajes tristes, historia triste, autor triste, ansiedad triste, depresión triste, clichés tristes porque me maman los clichés de todo tipo.


—¿Ororo va a seguir sin venir a aprender a leer y escribir con nosotros? — Charles no quería tocar ese tema, pero los niños no estaban acostumbrados a que se les impidiera convivir con otros, menos con una niña que les había agradado tanto, por supuesto que no podían simplemente dejar ir el tema, así como si nada.

—No, porque sus mamás no le dan permiso— Trató de explicar mientras pretendía que eso no era por un problema personal que tenían con Charles. Los tres menores hicieron un puchero. —Y tenemos que respetar que sus mamás no le den permiso— Ni Scott, ni Kurt, ni Jean lucían satisfechos con la respuesta, pero Charles no quería hablarles de porqué Ellie había actuado como lo había hecho, de lo que implicaba temerle a alguien por su mutación o peor, explicarles lo que él había hecho en… lo que había sido obligado a… que fue encerrado y su mutación fue usada contra otros mutantes durante la guerra.

"Ellie, la mamá de Ororo, está en un lugar nuevo y aún no se acostumbra bien, estuvo mucho tiempo en un lugar peligroso y por eso muchas cosas aquí la asustan y la preocupan" es la explicación que le había escuchado a Erik decirle a Jean (mientras se suponía que él estaba dormido) y sabía que algo similar habían acordado en decir Alex y Raven.

Sí, era suficiente decir que Ororo no tenía permiso y debían respetar eso.

Terminó por distraerse cuando un escalofrío recorrió su cuerpo al sentirse observado.

Al encontrarse con que Angel era la que lo miraba, una incompleta sensación de calma lo embargó. La mujer omega se paró frente a ellos, con una sonrisa apenas visible en su rostro que casi siempre se mantenía relajado, casi aburrido.

—Hola niños, Charles— Jean realizó su saludo habitual con su mano dominante, Kurt y Scott la imitaron.

—Hola, señora…— Scott había hablado con mucha confianza, para detenerse a medio camino. Charles suponía que, al no haber convivido mucho con la mujer hasta el momento, no debía recordar su nombre. Kurt alzó una mano con emoción como si él sí pudiera recordar el nombre, para finalmente lucir confundido, frunciendo un poco el ceño, pareciéndose demasiado a su madre de golpe.

Jean no había ofrecido un saludo con su mente, en su lugar transmitió algo diferente.

"Me gusta su cabello". Le permitió escuchar a Charles y es que la omega portaba un recogido de cabello trenzado que lucía elegante y laborioso. Les sonrió a los niños para proceder a recordarles el nombre de la mutante frente a ellos.

—Se llama Angel— Tomó la tarea en sus manos, porque, aunque Salvadore podía notar que algo raro estaba pasando, no parecía entender qué era lo que tenía a los niños en tal silencio.

—Hola, señora Angel— Lograron decir, finalmente, Scott y Kurt al mismo tiempo, aunque descoordinadamente. Charles fue testigo de la forma libre que la mujer omega tenía de reír.

—¿Ya se va a su casa? — Preguntó Kurt, animoso y conversador como solo él sabía ser. Salvadore asintió.

—Como ya terminé, voy a ir a mi casa a esperar a mi novio allá— Explicó con llaneza.

Charles no sabía si debía permitírselo, pero lo cierto era que estaba muy feliz por ella, por la facilidad con que decía que iría a "su casa", porque tenía a alguien especial a quien podía llamar su pareja, porque Angel se veía relajada y muy feliz.

Charles calculaba que aún faltaba poco más de una hora para que Erik viniera a buscarlos, así que los mutantes trabajando en los campos aún tenían un buen rato para seguir trabajando.

—Eres rápida— Se aventuró en decir, no sin miedo de ser mirado con desdén, con la ira y el miedo con el que Ellie lo había mirado, porque si bien Angel le había dicho que no le interesaba relacionarse con él, también le había dicho que lo perdonaba, aunque no creyera que hubiera algo que perdonar, que debía perdonarse a sí mismo, que Charles ya había pagado suficiente.

La atención de la castaña se colocó en él, sin dejar de notarse tranquila y hasta feliz de conversar.

—Poder volar es muy útil, no tengo que estar hincada lastimándome las rodillas y tampoco necesito tomar tantos descansos por el dolor de espalda por pasar tanto tiempo en una misma posición— Explicó con tono ameno.

—¿¡Usted puede volar!? — Cuestionó Kurt en un casi grito.

"¡Como Erik!" Jean, si desde antes se había notado interesada, ahora lucía aún más si eso era posible.

Charles estaba a punto de transmitir lo dicho por Jean, cuando fue interrumpido por la voz de Scott.

—¡Como el papá de Jean! — Charles estaba seguro de que Jean aun no podía comunicarse con otras mentes, porque Scott era al único que le había escuchado repetir los pensamientos de Jean… ¿sería que el hermano menor de Alex era un telépata también?, pero ningún pensamiento se le había escapado hacia la mente de Charles, tal vez la respuesta era otra.

—Sí puedo, como Erik— Concedió la morena. —Pero a diferencia de él yo tengo alas— Y la mujer se notó pensativa un instante para mostrar una sonrisa juguetona. —¿Quieren verlas? — Charles no pudo evitar el liberar una carcajada discreta al ver el brillo de júbilo en cada uno de los ojos de los menores.

Angel dio media vuelta, mostrando como la blusa que portaba había sido arreglada para que su espalda se mantuviera descubierta, evidenciando un par de alas con la apariencia de un tatuaje con intrincado diseño, para que el aparente dibujo se separara de la piel de la mujer, convirtiéndose en unas hermosas alas de colores llamativos.

—¿Puedo tocarlas? — Preguntó Scott con una mano ligeramente estirada en su dirección.

"También quiero tocarlas".

Kurt cerró sus puños con emoción, anticipando el poder tocar las alas de Angel.

La omega se hincó aun dándoles la espalda.

—Con cuidado— Advirtió él, pues, aunque dudaba que las alas de la mujer fueran frágiles, los niños podían ser demasiado bruscos y descuidados y de una u otra forma podían terminar lastimándola.

Scott, Kurt y Jean hicieron lo posible por obedecerlo, pasando sus manitas suavemente, por toda la extensión de las alas.

Jean, porque probablemente había esperado este momento durante todo el rato, después de satisfacer su curiosidad, buscó satisfacer también la otra, estirándose un poco para poder alcanzar el cabello trenzado de Angel, la cual se giró a ver a la menor en cuanto sintió que era tocada en un lugar más allá de sus alas.

—Le gusta mucho tu peinado— Le explicó a la mujer que no hizo otra cosa que sonreírle a Jean.

—Gracias, a mí me gusta el color de tu cabello— Concedió, haciendo tremendamente feliz a la menor.

—Se ve muy difícil, ¿cómo hiciste para que tu pelo esté así? — Cuestionó Kurt, mientras Scott enredaba sus brazos como si buscara imitar la forma de la trenza.

—En realidad no es difícil, solo se necesita un poco de practica— Jean, aun después de saciar su curiosidad tocando, seguía muy enfrascada en mirar el cabello de la mujer mayor.

Jean siempre estaba con el cabello suelto. Una vez presenció a Erik intentar peinarla y aunque no le pareció que el alfa fuera brusco o torpe al hacerlo, Jean no había estado satisfecha con el nuevo estado de su cabello, deshaciendo el peinado en menos tiempo de lo que le había costado a su padre hacerlo.

Pensó que a Jean no le interesaba tener el cabello recogido, pero suponía que se había equivocado. Sabía que al menos Erik podía hacer coletas y chonguitos, ¿podría hacer trenzas?, él no sabía hacer ningún peinado, pero vaya que quería hacer feliz a la pequeña pelirroja.

—¿Crees que podrías enseñarme a trenzar el cabello? — Cuestionó. Angel lo miró y entonces él recordó que no tenía derecho de pedirle nada a la omega que estuvo encerrada en contra de su voluntad porque alguien uso su telepatía para…

"¡Yo también quiero aprender a trenzar cabello!".

—¡Yo también quiero aprender! — Agregó Scott.

—¡Yo también! — Aseveró Kurt.

Angel volvió a reír.

—Claro que puedo enseñarles— Aceptó con simpleza, para sentarse con las piernas cruzadas sobre el pasto. —Puede ser ahora— Charles se sentía aliviado de obtener una respuesta positiva, sin miradas de sospecha o llenas de desdén (No puedes estar aliviado, porque no lo mereces, no lo mereces, no lo…).

—¡Yei! —

—¡Yuju! —

Jean aplaudió con todas sus fuerzas sonriendo con todos los dientes.

—No tiene que ser justo ahora, debes estar cansada y seguramente preferirías estar en tu casa— Comentó, deseando que la omega no se estuviera forzando a nada.

—No, me gustaría más estar en compañía de ustedes— Explicó Angel con voz que buscaba no sonar demasiado compungida, como si le hubiera costado en exceso decir aquello, sonriendo con un toque casi temeroso.

Y podía ser que estaba viendo cosas donde no, porque seguía sin poder usar su mutación y tal vez terminaba proyectando su propio sentir en otros, pero creía que no se estaba equivocando y lo cierto era que entendía perfectamente lo que era no querer estar solo.

Cuando el tiempo esperado pasó, Erik y Darwin fueron los primeros en acercarse.

Jean de inmediato corrió a ser alzada por su papá, mientras Darwin se acercó a ayudar a Angel a ponerse de pie, para unir sus labios en un toque corto y superficial.

Erik miró con mucha atención el cabello recién trenzado de su hija que tenía una trenza hecha con experiencia y otra hecha y rehecha incontables veces y que aun así había terminado un poco chueca y despeinada (Charles tenía que practicar más), para mirarlo a él, a Angel y finalmente el cabello con trenzas pequeñas y despeinadas en las cabezas de ambos niños.

—Me gusta como se ve tu cabello Jean, el de todos en realidad, Kurt, Scott— Concedió con un tono divertido, pero no burlón.

Jean escondió el rostro contra el cuello de Erik, como si no supiera qué hacer con tanta emoción. Erik le sonrió a él, con un discreto toque interrogante en la mirada.

—Muchas gracias, señor Erik— Ofreció Scott para ver a su hermano y correr a abrazarse a él.

—Gracias— Dijo Kurt mientras tanto. —Vamos a esperar a que el pelo de Charles crezca más y entonces lo vamos a peinar también, ya nos dio permiso, ¿verdad Jean? — La pelirroja dejó de esconder el rostro para asentir emocionada.

"Sí, Charles ya dijo que podíamos".

Sintió el calor en el rostro que acompañaba un sonrojo, acción que solo se volvió más evidente al notar la mirada de Erik sobre su persona, acompañada de una de sus sonrisas de medio lado. Decidió concentrarse en Alex y Scott, para buscar calmar las sensaciones que experimentaba.

—¡Oh, wow! estás peinado— Soltó el Summers mayor.

—Angel nos enseñó— Explicó, provocando que Alex le sonriera a la omega.

—Me encanta— Concedió el hombre omega, haciendo reír al niño. El siguiente en correr a saludar a su mamá fue Kurt.

—¿Sabes hacer trenzas ahora? — Cuestionó Raven al medio escuchar la conversación previa entre los hermanos Summers.

—¡Sí! — Exclamó con emoción el pequeño.

—Vas a tener que enseñarle a mami, porque yo no sé—

—Yo te enseño mami— Aceptó el menor feliz.

"Charles, peinemos a Erik". No pudo evitar reír ante la petición de Jean.

—Jean quiere peinarte, así que prepárate— Erik amplió su sonrisa.

—Lo espero con ansias, ¿crees que me voy a ver tan bien como tú? — La pequeña pelirroja asintió con fuerza.

Erik se estaba acostumbrando a dejar a Charles en el laboratorio de Hank, despedirse con un corto "vendré por ti en una hora", aceptando el asentimiento de cabeza del omega y la sonrisa que cada día se volvía menos discreta, para luego tomar la mano de Jean y dejarla en los campos al cuidado de Alex y Raven y en compañía de Kurt y Scott.

Le gustaba su nueva rutina, le gustaba mantener un patrón diario. La guerra provocaba un estrés constante, un estado de alerta que no debía ser dejado de lado. Ahora odiaba cualquier cosa que pudiera perturbar su rutina y por desgracia, ese día, con Janos apareciendo detrás de él cuando apenas había alcanzado a saludar a Hank y bajar a Jean de su lugar destinado de viaje en el regazo de Charles, toda su vida simple fue definitivamente perturbada.

—La líder de los no mutantes está aquí— Erik primero vio a Charles, dedicándose una expresión de seriedad, después de abrazar la paz que le provocaba estar en presencia de su compañero destinado, miró a su hija, acercándola suavemente al omega y finalmente dejó que su mente comenzara a idear posibles escenarios catastróficos, seguidos de formas en que podría resolver todo.

—¿Cuántos son?, ¿están amenazando con…? —

—Solo es ella y otro hombre, ambos no mutantes, dice que solo quiere hablar con usted, Logan y Raven se quedaron vigilándolos, afuera de su helicóptero al este de la isla, les quitamos todas sus armas, no se resistieron— En ninguno de sus escenarios imaginarios estaba esa opción.

Entrecerró los ojos levemente, para mirar a su familia, abrió la boca dudando de lo que estaba por decir, cuando notó a Charles rodeando los hombros de la menor.

—Ve, que Jean se quede conmigo— El telépata no le estaba solicitando ni preguntando, le estaba diciendo lo que harían.

Amaba a su compañero destinado.

Asintió y pasó una mano suavemente por el cabello de su hija.

—Manténganse alerta— Ordenó en dirección a Hank. —Todo va a estar bien— Le dijo después al omega, incluso si él ya había aprendido en el pasado que algo así nunca podía asegurarse.

Charles le sonrió y él deseó poder cargar siempre con las sonrisas del telépata.

Se encargaría de que sus palabras se cumplieran.

—Me adelantaré— Le dijo a Janos al salir del laboratorio para comenzar a volar, llegando mucho antes que el otro mutante.

Moira MacTaggert se veía un poco ansiosa, como si tuviera prisa, pero no parecía temerosa. El hombre a su lado por el contrario sí que se notaba asustado.

La líder de los no mutantes se acercó a su persona, ni bien él alcanzó a colocar sus pies contra el suelo.

—Hola, Lensherr— Inició y aunque Erik trató de tener un momento para contestar, Moira habló nuevamente, sin permitírselo. —Perdón por venir así sin avisar, pero hay información que quiero compartir contigo que no creo sea correcto no hacer en persona— Él desvió su mirada hacía Logan y Raven, buscando tener su opinión.

Raven dio un asentimiento ligero con la cabeza y Logan simplemente alzó una ceja para bajar la mirada, es le indicó que ambos consideraban que conversar con la mujer era seguro.

—Bien, síganme— Invitada o no, tampoco se iba a poner a hablar ahí en medio del campo.

Trató de sonreír y seguirle el hilo a la conversación de Hank, pretendiendo que no estaba desviando demasiado su atención a Jean, buscando asegurarse de que la menor estaba bien, igualmente negando el hecho de que el conocimiento de la presencia de la líder de los no mutantes en la isla lo había dejado muy preocupado.

Janos no lo había dejado ver como una amenaza, parecía que honestamente la mujer solo estaba ahí de manera pacífica, pero todo podía cambiar en un instante.

—Erik…— Sabía que Hank había dicho el nombre del alfa líder, pero no escuchó lo que había dicho.

—Lo siento, Hank, ¿qué dijiste? — El beta le sonrió con mucha consideración.

—Dije que Erik va a estar bien, la líder de los no mutantes siempre ha sido muy centrada y nunca nos ha considerado una amenaza, si dice que viene a hablar, solo viene a hablar— Y Charles de verdad quería tranquilizarse, buscar dejar de sentir su corazón demasiado acelerado y sus manos un poco temblorosas, dejar de anticipar algo malo ocurriendo, pero y qué si lo de lo que sea que la líder de los no mutantes quería hablar con Erik terminaba siendo algo realmente…

Simplemente no podía calmarse, pero tenía que intentarlo, porque no servía de nada, tenía que estar enfocado para cuidar de Jean apropiadamente y porque justo ahora Erik necesitaba apoyo, no más problemas.

—Gracias, Hank— Ofreció, al tiempo que otra voz se dejó escuchar desde, al parecer, la puerta del laboratorio.

—¡Hank!— La urgencia con la que la voz femenina exclamó el nombre de su amigo beta, incrementó su sensación ansiosa.

Vio a Hank correr, alejándose de su campo de visión por un momento.

—Ven conmigo Jean— Solicitó a la niña que había estado jugando en el suelo con sus crayones y libreta, para tenerla lo suficientemente cerca y poder subirla a la cama.

Justo cuando tuvo a su hija junto a él, Hank regresó cargando a Mariko inconsciente, siendo seguido de cerca por Yukio, portando un par de ojos llorosos y a Ororo en brazos.

—Estábamos caminando— Explicaba Yukio, alejando una mano de Ororo de tanto en tanto, para limpiar su rostro. —Y entonces se puso pálida y se desmayó—

—¿Se quejó de dolor, sangrado? —Cuestionó Hank mientras acomodaba a Mariko en la camilla libre.

—No— Contestó Yukio de inmediato.

El médico comenzó con su protocolo de revisión, para luego preparar todo para canalizarla.

—Está bien, seguramente su presión bajo demasiado por el calor de afuera, tranquila, los desmayos durante el embarazo son esperados, ¿cayó al suelo? — Yukio negó rápidamente con la cabeza.

—No, yo la detuve de caer— Hank continuó revisando a la mujer embarazada.

Charles quería hacerse pequeño y no molestar, pero también le preocupada lo afectada que se veía Yukio y lo asustada y perdida que se veía Ororo.

—¿Por qué no te sientas?, Hank se encargará de Mariko, descuida, es el mejor médico— Ante sus palabras, la mujer beta finalmente apartó la mirada de su amiga, tragando saliva y tal vez, un nudo en la garganta junto a esta, finalmente yendo a sentarse a una silla libre en el lugar.

Yukio se tomó unos minutos para calmar su llanto, respirando profundo, para enfocar su mirada en la niña entre sus brazos.

—Lo siento, Ororo, ¿te asusté? — La morenita parecía haber estado esperando que Yukio pudiera hablar para hacer sus propias preguntas.

—¿Mariko está bien? —Yukio volvió a verse muy preocupada, pero finalmente pareció llenarse de valor.

—Va a estar bien— Afirmó.

"¿Qué le pasó a Mariko?". Quiso saber Jean y él no quería interrumpir o incomodar ni a Yukio ni el trabajo de Hank, pero tampoco quería dejar sin responderle a Jean, ¿qué pasaba si la niña creía que ahora no podía ser escuchada ni por Charles?

—Se sintió mal porque va a tener un bebé y eso es normal cuando vas a tener un bebé— Buscó explicar con simpleza y en voz baja.

Jean asintió y él se sintió aliviado, pero luego volvió a fruncir el ceño.

"¿Dónde tiene al bebé?".

Charles pensó un momento en su pregunta, distrayéndose con Mariko despertando, viendo a la beta correr hasta su amiga, aun con Ororo en brazos.

—Mariko— Llamó entre un gimoteo. La mujer omega miró en todas direcciones.

—Hola Hank, ¿estoy bien? —

—Estás bien—Aseguró el hombre de lentes.

—Hola Charles, hola Jean— Agregó luego y él se limitó a saludar con una mano, imitando a su hija y permitiendo que Mariko se enfocara en la conversación más importante. La omega sonrió para centrarse en Yukio y Ororo —Perdón por asustarlas— Y ante el intento de la beta de explicarle a su amiga porque no tenía nada que perdonar, supuso que ya no molestaría si le contestaba a Jean su pregunta.

—Lo tiene en su abdomen, las mujeres alfa, beta y omega y los hombre omega tienen una especie de bolsa por aquí— Dijo presionando con uno de sus dedos en la zona debajo del ombligo de Jean, provocándole encogerse sobre sí misma ante las cosquillas que sintió. —Se llama útero y es un órgano como tu corazón o tu estómago, ahí se guardan los bebés hasta que están listos para nacer— Jean llevó sus manos a su propio vientre.

"¿Yo tengo un bebé?".

—No— Contestó con diversión.

"¿Tú tienes un bebé?"

—No—

"¿Erik tiene un bebé?". Esta vez no pudo evitar reírse.

—Erik no es un hombre omega— Jean encogió los hombros sonriendo para mostrar todos sus dientes.

"Ah, sí". Exclamó con seguridad, para cuestionar con extrañeza. "¿Qué es?".

—Es un alfa—

"Ah, ¿crees que la mamá de Ororo le dé permiso de jugar conmigo?".

Charles no podía responder a eso, porque sinceramente creía que no le desagradaba a Yukio, pero también había creído que no le desagradaba a Ellie; ¿y si Yukio se negaba a siquiera bajar a Ororo porque no quería que se acercara a él o a su hija?

Al pensar en eso se perdió de la conversación de miradas entre Yukio y Mariko, girándose a ver a las mujeres cuando Ororo fue colocada en el suelo.

—¿No quieres jugar con Jean? — Cuestionó Yukio, provocando que el rostro de la menor se iluminara.

—¿Puedo? — Interrogó la peliblanca.

—Si Charles está de acuerdo— Él respondió bajando a Jean de la cama, siendo apenas ayudado por Hank.

Le sonrió a Yukio agradecido.

Suponía que estar sentados hacía todo más profesional, incluso si Logan se estaba rehusando a hacerlo, probablemente sintiendo que mantenerse de pie junto a la puerta del lugar le concedía control ante la situación.

Raven estaba sentada a su lado, mientras Moira y su acompañante estaban frente a ellos.

Erik alzó una mano con la palma hacia arriba en dirección a los no mutantes, pidiéndole hablar. La mujer suspiró colocando sobre la mesa la carpeta color amarillo desgastado que había estado cargando hasta ahora, abriéndola y permitiéndole ver unas cuantas fotos de militares, claramente tomadas sin que estos lo notaran; pero al centro de todo estaba la foto de un hombre con vello facial y lentes, vestido de forma formal.

—Tenía que investigar sobre lo que me habías preguntado antes, porque no suena bien la existencia de no mutantes buscando mutantes y reclutándolos—

Erik estaba de acuerdo, no sonaba bien. Azazel lo había dejado muy claro antes.

¿Esos bastardos se estarían preparando para una nueva batalla? Y si no era así, ¿Qué estaban tramando?

—No, no suena para nada bien— Afirmó Raven con un toque de amenaza. Moira no se amedrentó, en su lugar alzó un poco más el rostro.

—Acabamos de lograr tener paz nuevamente, una nueva guerra terminaría acabando con todos nosotros, solo quiero enfocarme en rehacer las vidas de los sobrevivientes, no en estar preocupada por una nueva guerra— Era por esa forma práctica de pensar de MacTaggert que, pese a no agradarle, no podía negarse a confiar en ella y cooperar.

—Entiendo— Concedió, logrando que Raven disminuyera su aroma amenazante y que Moira se enfocara en él.

—Por eso encontré a alguien con información— Dijo para mirar al hombre sentado a su lado. El sujeto beta tragó saliva con un toque de nerviosismo para limpiar su rostro de expresión y llenar su mirada de determinación, colocando un dedo sobre las fotos contenidas en la carpeta abierta en medio de la mesa.

—Durante la guerra este hombre no mutante llamado Bolivar Trask se encargó de llevarse a mutantes gravemente heridos del campo de batalla— Para Erik lo que acaba de escuchar no tenía sentido.

¿Mutantes secuestrados por no mutantes durante la guerra?, no, él se habría dado cuenta de algo.

Miró a Raven y a Logan, que, a pesar de ser buenos para ocultar sus emociones durante este tipo de reuniones, Erik los conocía bien, sabía dónde mirar y podía notar como estaban igualmente confundidos.

—¿Cómo que ustedes secuestraron mutantes? — Cuestionó sintiendo como la forma tosca en que habló terminó lastimando su garganta.

—Nosotros no, Bolivar Trask— Afirmó Moira. —Vine aquí porque sé que eres alguien racional y porque mereces saber esta información, no porque quiera hacer una amenaza o provocar una disputa contigo, con ustedes— Explicó la mujer alfa, aparentando calma. Erik sentía como la ira constante que lo mantuvo vivo durante la guerra quería apoderarse de él.

Pero se recordó que las circunstancias eran diferentes, había mucho que perder si iniciaban una guerra.

Recordó cómo se sentía tener a Jean entre sus brazos y la calidez y paz que lo envolvía al ver la sonrisa de Charles.

Él tenía mucho que perder y estaba seguro de que Moira y los no mutantes también. Decirle esto no beneficiaba en nada a la alfa líder, al contrario, la perjudicaba a vista de él, el líder de los mutantes, con quien ella decía querer mantenerse en buenos términos.

La única razón que podía justificar el darles esta información era la que ella misma estaba dando. Ella y su mandato no tenía nada que ver con esa basura y quería dejarlo en claro al compartir su conocimiento con él.

—Continua— Ordenó con sequedad. Moira asintió en dirección al beta que se apresuró en seguir hablando.

—Sus abducciones las llevaba a cabo gracias a un grupo de militares que solo lo obedecían a él, además de que pudieron ser enmascaradas por las de Sebastian Shaw y por la devastación que él provocaba con su mutación, algunas veces solo dejando cenizas o miembros, no cuerpos— Explicó, afectado, pero al mismo tiempo sin darle demasiada carga emocional a sus palabras. —Los secuestraba para hacer experimentos y… bueno, es bien sabido para nosotros que él es el responsable de la creación de los centinelas, siempre hemos conjeturado que lo logró por los experimentos hechos a mutantes—

Los centinelas con los que los no mutantes primero trataron de usar para defenderse para al final, ser afectados por estos mismos cuando Shaw utilizó a los científicos de su lado y terminó volviendo a los centinelas en contra de los no mutantes también.

Hizo fuerza con los puños, sintiendo como la estructura de la casa de Logan temblaba levemente por su causa. Buscó calmarse cerrando los ojos unos instantes.

—Después de la guerra su paradero se desconoce—

—No tengo pruebas de que sea él, solo tenemos unas cuantas fotos de militares no afiliados a mi mandato, cuyas apariencias corresponden a militares conocidos como parte de los seguidores de Bolivar Trask—

—Así que esperas que nosotros lo busquemos y nos encarguemos de él por ti— Comentó Logan transmitiendo su molestia.

—No, quiero que nos unamos y lo busquemos juntos y cuando lo localicemos dejaré la decisión de qué hacer con él en tus manos, si quieres matarlo o si quieres encerrarlo— Informó la alfa no mutante.

Erik sintió las miradas de Raven y Logan sobre su persona.

Asintió.

—Estoy de acuerdo en que busquemos juntos y en compartir al otro cualquier información que podamos obtener—

—Gracias— Ofreció Moira, luciendo honestamente aliviada, demostrándole a Erik lo preocupada que había estado de una respuesta negativa.

Después de que su rehabilitación terminara y de que Hank lo ayudara a acomodarse nuevamente en su silla, ya no se sentía tan nervioso por la razón detrás de la líder de los no mutantes llegando a la isla. Aún estaba preocupado, porque quería que Erik estuviera bien y a salvo, pero ahora podía manejarlo. Suponía que la llegada de Mariko, Yukio y Ororo había sido una distracción perfecta.

Justo ahora se estaba limitando a leer unos de los libros de Hank, mientras supervisaba a Ororo y Jean y mientras el médico revisaba nuevamente a Mariko al fondo del laboratorio.

Sonrió, feliz de que Yukio le hubiera permitido a Ororo jugar con Jean. Su hija se veía muy feliz y la niña peliblanca parecía igualmente feliz de poder estar en compañía de Jean. Mientras pensaba en eso, sintió a alguien entrando en el laboratorio.

—¿Necesitas a Hank?, está ocupado con una paciente ahora, pero le avisaré que…— Detuvo su explicación al girarse a ver al recién llegado, topándose con un hombre con alas y con casco puesto.

El conocía ese casco.

Sintió que de repente no podía moverse, sus manos temblaban y lo único que podía escuchar era el sonido de su respiración agitada.

El hombre se movió con rapidez hasta él, golpeándole el rostro, haciéndolo caer de la silla de ruedas, pudo percibir el impacto del puño contra su cara y su cuerpo chocando contra el suelo, pero no el dolor, todo se sentía irreal, tan rápido, pero a la vez tan nítido.

Aun en su posición en el suelo, el casco fue acomodado sobre su cabeza. De inmediato se sintió encerrado, no quería estar en contacto con ese maldito objeto, porque esa cosa había pertenecido a…

"Ahora vas a hacer lo que yo quiera".

—¡No te lo quites! — Le gritaron y él detuvo sus manos a medio camino de su cabeza cubierta.

—Señor Charles— Escuchó de repente la voz infantil de Ororo, siendo finalmente capaz de notar su alrededor.

Jean de pie junto a Ororo, mirándolo con ojos llorosos con los brazos estirados hacia él, luciendo como si estuviera a punto de correr hasta Charles, como si estuviera transmitiéndole muchos pensamientos juntos, pero él no era capaz de escuchar nada.

—No vengas— Le dijo a la menor, para notar como el cuerpo de Jean daba un estremecimiento temeroso, quería esconderla, quería abrazarla, quería protegerla.

El hombre rubio frente a él miraba a Jean y a Ororo con desinterés, Charles quería obligarlo a dejar de verlas. El desconocido apartó la vista, enfocándose en él, para hacer ademán de cargarlo.

—¿Q…? — Trató de cuestionar, mientras trataba de apartar al otro con intentos rígidos que ni siquiera podían ser nombrados como movimientos, siendo interrumpido por la voz de Hank.

—¿¡Qué estás haciendo!? — Gritó el beta, corriendo hasta ellos, viéndose detenido por un ala golpeándolo en el pecho.

Hank cayó hacia atrás, golpeándose fuertemente contra la pared el otro lado de la habitación y perdiendo el estado de alerta por completo, desde su sitio Charles podía ver sangre comenzar a brotar de entre una rasgadura en la ropa de su amigo y ahí fue que notó las puntas afiladas en las alas del mutante desconocido.

Yukio apareció en ese momento desde lo profundo del laboratorio, sacando un par de cuchillos de entre su ropa.

Y Charles solo pudo enfocarse en Jean en sus ojos llenos de lágrimas y miedo.

—Espera— Susurró. —Esp-espera, ¡Detente! — Exclamó con su mano alzada en dirección a Yukio y su otra mano jalando del brazo al desconocido. —¿Qué quieres? —

—Tú vendrás conmigo— Le dijo con voz cargada de odio.

—¡Él no irá contigo! — Exclamó Yukio volviendo a intentar dar un paso al frente.

—No, ¡No!, Yukio— Miró en dirección a Jean y Ororo, esperando que la beta entendiera a lo que se refería, pelear aquí implicaba heridas sangrantes, huesos rotos, la posibilidad de alguien muriendo, incluso si ellos eran los vencedores, eso no quitaba que todo ocurriría en presencia de las menores.

Vio a su amigo aun inconsciente, su herida era superficial ¿verdad?, ¿Cuál sería la reacción de Alex y de Scott cuando se enteraran de que Hank estaba herido?

Sentía su boca seca.

Y su niña se veía tan… Jean no debía lucir tan asustada, nunca debería haber sido puesta en tal situación peligrosa.

Erik…

—Voy contigo, pero no… ya no lastimes a nadie— Murmuró, para ser alzado en brazos por el desconocido.

—Está bien— Dijo en dirección a su hija para sonreírle, deseando poder asegurar que realmente todo estaría bien, su hija lloraba con los brazos aun alzados en su dirección.

Jean no sería herida.

Nadie más sería herido a causa de él.


Muchas gracias por leer.