X-Men no me pertenece.
ADVERTENCIA: Depresión, ansiedad, clichés, clichés, clichés, faltas de ortografía, perdida de elocuencia, mi necesidad patológica de escribir de forma interrogativa, clichés, la historia sigue avanzando lento, al punto que parece que no lo hace, clichés.
Tenía que relajarse, finalmente podía permitírselo, ahora que finalmente había decidido qué hacer con Warren, ahora que el jodido alfa ya no estaba en Genosha.
Sabía perfectamente lo que debía hacer, regresar a su rutina previa, resolver conflictos personales de los habitantes de la isla, por aquí y por allá, continuar con reparaciones, cuidar que los cultivos estuvieran siendo atendidos apropiadamente, mantener buenas relaciones con las ciudades costeras para el intercambio apropiado de bienes y alimentos, asegurarse de que los pocos animales en la isla estuvieran recibiendo los cuidados correctos, que la pesca siguiera realizándose con responsabilidad, prepararse para la salida de Azazel y Janos en su misión de búsqueda de Bolivar Trask; pero en lugar de eso Erik estaba ahí, ansioso, incapaz de dormir más de 4 horas seguidas y sin poder borrar de su mente la respuesta de Charles cuando Alex insinuó que el telépata debía saber cómo se sentía tener "un compañero destinado".
"Para… yo no…" Suponía que la frase completa sería algo como "Para mí no se siente nada, porque yo no he conocido a mi compañero destinado".
No era que Erik no hubiera imaginado que Charles no podía sentirlo, al menos no como Lensherr sí podía.
Lo había hecho, lo había imaginado, se preparó para ello y aun así dolió. No había querido que doliera porque permitirse sentirse herido con estos acontecimientos lo hacía sentir como si se estuviera victimizando y eso era algo que odiaba.
Sabía que Charles no podía sentirlo, por eso, aunque estaba seguro de que lo eran no quería decírselo, porque no estaba seguro de si ese era un conocimiento que al compartirlo traería felicidad.
Tampoco creía que ayudaría en algo el decirle a Charles que lo amaba.
Sí, podía sentir que el telépata lo apreciaba, se preocupaba por él, vamos que lo había llamado "Su regalo", pero era eso mismo lo que más lo preocupaba. Su compañero destinado había pasado por mucho, no había tenido a nadie en quién confiar, en quién apoyarse.
Pero Erik podía sentir que confiaba en él, que comenzaba a apoyarse en él sin un rastro de miedo o duda y él en toda su estupidez iba a salir con algo como "Te amo".
Tal vez había una posibilidad de que sus sentimientos fueran correspondidos, tal vez no. Pero por lo que conocía de Charles, fuera positiva o negativa su respuesta respecto a los sentimientos de Erik, temía que el omega se obligara a corresponderle, tal vez sintiéndose en deuda, después de todo lo que había hecho por él.
Y no, no quería que Charles se obligara a sí mismo a nada, porque nada de lo que Erik había hecho por el telépata era con la intención de recibir algo a cambio.
Todo era porque lo quería feliz, lo quería a salvo, lo quería vivo.
Todo era porque lo amaba.
Sintió un ligero toque en la mano que sostenía el tenedor aun recargado en el plato repleto de comida sin tocar. Se exaltó, para conectar su mirada con la de Charles y percibir alivio al instante.
—No quise asustarte, lo siento, es solo que te llamé y no respondías— Le habló el omega sentado a su lado.
Erik respondió desviando su mirada un instante a Jean, quien tenía las mejillas infladas con comida pero que los miraba casi como si no quisiera parpadear, porque al hacerlo podría perderse de algo.
—¿Pasa algo malo? — Terminaron por decir él y Charles a la vez. Erik se quedó callado sin saber qué decir o hacer, probablemente se debía a su cerebro con falta de sueño conciliador. El omega le sonrió no como si estuviera feliz o como si esto le pareciera divertido, lo cierto era que se veía preocupado.
—Te ves cansado— Le dijo Xavier, en voz baja y al escucharlo hablarle así, con un extraño toque de dulzura y cariño que nadie más se atrevía a usar con él (no desde su madre, no desde su padre, no desde Magda), sentía que quería dormir. Cerró los ojos y suspiró sintiendo un toque casi imperceptible en el rostro, un roce de dedos que generó un cosquilleo.
¿Charles se enojaría si se abrazaba a él y dormía todo el día?
No, no podía hacer eso, tenía responsabilidades.
—Lo estoy, pero estoy bien— Respondió una vez que se obligó a sí mismo a abrir los ojos nuevamente. El telépata lo miró claramente en desacuerdo con lo que acaba de escuchar.
Alguien capaz de ver a través de sus mentiras era aterrador, pero al mismo tiempo sanador. Le sonrió a su compañero destinado.
—¿Estás durmiendo bien? —
—¿Qué es dormir bien? — Contestó, haciéndose el tonto, provocando un ceño fruncido en Charles, haciéndolo enojar de verdad. Tuvo que desviar la mirada y sonreírle a Jean para tomar un poco de valor.
Jean le correspondió de inmediato, recordando de golpe que tenía la boca llena, por lo que se cubrió la boca con ambas manos, haciendo un resoplido que, de poder, su hija habría acompañado de una risa amortiguada.
—No he estado durmiendo bien— Terminó por afirmar mientras le ofrecía a Jean uno de los pedazos de tela que usaban como servilletas.
Había muchas cosas en su cabeza constantemente y bueno, él había tenido sus propias pesadillas que le hacían no estar muy entusiasta con eso de intentar dormir.
Su cerebro era una perra loca y vengativa que a ratos decidía mostrarle el momento en que perdió a Magda y a Nina, el momento en que casi perdió a Charles, para luego combinarlo hasta que llegaba a un punto en que sentía que simplemente los había perdido a todos. A su esposa, a su Nina, a Charles y a Jean.
Un suave masaje a la parte posterior de su cabeza y cuello comenzó, solo eran dedos haciendo presión, pero sería mentira el decir que no se sentía glorioso.
Soltó un suspiro de alivio.
—Quizás deberías tomarte el día de hoy para descansar— Sí, podría, pero no.
—Tengo muchas cosas que hacer—
—Pero Erik, ni siquiera puedes concentrarte en comer sin quedarte dormido con los ojos abiertos— Charles estaba exagerando. Bajó la mirada hasta ver el plato frente a él, cierto, no había dado ni un solo bocado a la comida que él mismo había preparado. —Si no el día, al menos deberías tomarte unas horas para descansar— Dijo el telépata con seguridad.
Y cuando se enfocó en mirar el rostro de su compañero destinado nuevamente, pensó que encontraría aun el ceño fruncido o un gesto con tintes de regaño. Pero solo encontró suavidad, preocupación y aprecio.
Se sintió protegido, se sintió am… apreciado.
Bueno, a la mierda, les diría que se iba a tomar el día.
—Tienes razón— Aceptó en voz alta, haciendo sonreír a Charles. —Me quedaré—
Jean se bajó de su silla de un salto y corrió a abrazarse a su pierna, recargando la cabeza en su regazo en una posición extraña que le permitía seguir viéndolo a la cara.
—Sí, Erik se va a quedar, pero a descansar, nosotros debemos hacerle todo más fácil para que pueda dormir— Explicó Charles a una más de las preguntas que Jean hacía con su mente. Jean le sonrió al omega, que cambió de una sonrisa complacida a una un tanto divertida y avergonzada, para pasar una mano por el cabello pelirrojo.
—¿Qué dijo? —
—Eh…— Charles hizo un curioso chasquido con la lengua. —Dijo que deberíamos cantarte para ayudarte a dormir—
Erik soltó una carcajada para inclinarse, alzar su hija en brazos y acomodarla en su regazo.
—¿Lo harías?, ¿cantar para mí? — Cuestionó no en son de burla, no con tono divertido, sino que, con seriedad, tal vez en lugar de una pregunta más profunda que no se atrevía a hacer.
"¿Me amarías sin sentirte obligado a hacerlo?"
Charles cambio la sonrisa que le ofrecía a Jean a una sonrisa para él, para volver a pasar el dorso de sus dedos por la mejilla de Erik en un roce que causaba cosquillas.
—Sí— Dijo de forma solemne, para luego agregar en tono juguetón. —No soy bueno cantando ni manteniendo el ritmo, pero si tú entiendes eso y aun así quieres que te cante, sí—
Erik rio.
No hubo problemas para conciliar el sueño y tampoco hubo pesadillas durante su siesta de 6 horas, no recordaba la última vez que se había quedado dormido de día y había despertado con todo oscuro.
…
Raven se abrazó a Azazel.
Odiaba este momento, odiaba el que su cerebro insistiera en decirle que existía la posibilidad de que esta sería la última vez que podría estar así, sintiendo el calor del cuerpo de su amado.
Se obligó a sí misma a apartarse, limpiando con rapidez una lágrima en su rostro, dedicándole una corta mirada a su hijo entre sus brazos, sonriéndole a Azazel cuando todo lo que quería hacer era cerrar los ojos y no estar pasando por esta despedida temporal.
"Es temporal, Raven, no seas dramática".
Mientras ella hacía lo necesario para que Kurt fuera cargado por Azazel para que fuera únicamente abrazado por este, el alfa le dedicó a ella una sonrisa con un tinte de disculpa.
—Te voy a extrañar, papi— Dijo su hijo y el nudo en la garganta de Raven fue aún más difícil de controlar, pero lo logró.
—También te voy a extrañar, amor— Respondió su pareja. —Pero recuerda, nos veremos en dos semanas, no es tanto— Explicó, fingiéndose animado.
Raven se acercó nuevamente a su familia, colocando una mano en el rostro del hombre que amaba y haciendo que su mirada hiciera un constante viaje entre los ojos de Azazel y sus labios, finalmente realizando los movimientos correctos para besarlo de forma lenta y no demasiado profunda, pues no estaba buscando placer sexual (no como la noche anterior al menos), era solo una más de las formas en que podía decirle a Azazel lo mucho que lo amaba, lo mucho que lo extrañaría, una muestra de todo lo que provocaba en su cuerpo y en su mente.
—Te amo— Decidió susurrarle una vez el beso terminó. Azazel le sonrió con felicidad verdadera.
—Te amo, Raven—
—Confío en ti y sé que vas a regresar a salvo— Inspiró profundo, sintiendo como su nariz había estado en sintonía con sus ojos húmedos, pero dejándolo pasar con facilidad, le dedicó una rápida mirada a Erik, sintiendo que necesitaba un poco de valor viniendo de su alfa líder.
Erik no se ocultó de su mirada y ella se sintió apoyada.
Se enfocó en Janos, quien hasta el momento había estado hablando con Sean, procediendo a acercarse a abrazar al hombre que tendía a ser silencioso, percibiendo como de inmediato su abrazo era correspondido.
—Cuida a Azazel, si lo dejas hacer algo estúpido no solo él estará en problemas, tú también, ¿me entiendes? —
—Entiendo— Le dijeron, permitiéndole ver una sonrisa discreta una vez el abrazo terminó.
—Mantente a salvo— Janos asintió.
—Ustedes también— Contratacó Azazel.
Amaba a ese tonto.
Erik tenía esta capacidad de atraer la atención de todos los presentes con el simple hecho de enderezar su postura o dar unos cuantos pasos al frente, en esta ocasión lo había logrado como siempre.
—Cualquier cosa que no les parezca bien, así sea una corazonada, regresen de inmediato. Sin importar el momento o la hora, si necesitan refuerzos…—
—Lo sabemos, Erik— Interrumpió Azazel con una sonrisa entre burlona y confiada. Erik correspondió el gesto.
—Regresaremos pronto con información del bastardo ese— El alfa líder asintió.
Azazel le regresó a Kurt y ella se aferró a su hijo.
Hacía tanto que no había tenido que pasar por esta clase de despedida desde esta posición; no pudo evitar el sentirse mal por Azazel, por todas las veces que lo había hecho pasar por esto al salir en misiones de rescate.
—Los amo— Les dijo Azazel una última vez, para acercarse a Janos, tomarse de las manos y finalmente desaparecer en un parpadeo, dejando nada más que una nube de humo detrás.
Se tomó unos segundos para simplemente parpadear y abrazar el miedo y la tristeza, para finalmente obligarse a relegar todos esos sentimientos hasta el fondo de su mente, enfocándose en su hijo descansando entre sus brazos, con su cabecita recargada contra su hombro, se inclinó a besarle la frente al menor, provocándole una sonrisa feliz.
—¿Vienen a cenar con nosotros? — Preguntó Erik, sin que ella se diera por enterada del momento en que se había acercado a su persona.
El atolondrado frente a ella había avanzado tanto; había usado el "Nosotros" como si fuera algo habitual.
A veces, cuando veía lo bien que le hacía a Erik la presencia de Charles y de Jean en su vida, lo feliz que estaba, el cómo había terminado formando una nueva familia para sí mismo, sentía que podría llorar.
—¿Me vas a adoptar como hija también?, estoy bien, no necesito que cuides de mí, ¿te recuerdo quién fue capaz de cuidar de Kurt por sí misma mientras estábamos en guerra? — Contestó, sintiéndose rebelde.
—Sé que puedes hacer lo que te propongas sin ayuda y sola, pero no tiene que ser así— Ante esas palabras se sintió… invencible.
Bastardo.
—Bien— Contestó. —Iremos a cenar a casa de Jean, ¿estás de acuerdo Kurt? — Su hijo, ni bien escuchó el nombre de su amiga, alzó la cabeza recobrando su energía habitual.
—¡Sí quiero! — Sonrió al escuchar el entusiasmo.
—¿Quieres venir a cenar con nosotros, Sean? —
Raven no estaba segura de que hubiera realmente una relación ocurriendo entre Janos y Sean. Janos era demasiado independiente y Sean demasiado relajado y liberal, ella suponía que eran compañeros sexuales o alguna cosa parecida.
Sean se acercó un poco más a ellos, encogiendo los hombros con tranquilidad.
—Sí, por qué no, gracias por invitarme, jefe—
…
—Sí, podría decirse que… eh… puedes resumirlo como "grito sónico"— Explicó Sean una vez la pregunta de Charles fue formulada. Raven estaba tratando de enfocarse en la conversación. —Puedo crear ondas sonoras con mi voz y hasta puedo usar la ecolocalización— Sean sonrió. —Ya sabes, como un murciélago— El telépata correspondió la expresión alegre de Cassidy, desviando la mirada un instante. Raven comenzaba a creer que ese era su "Estoy pensando", algo como el ceño fruncido de Erik o como cuando Hank bajaba la cabeza sin mirar a nadie.
O la forma en que la cola de Azazel comenzaba a balancearse cuando estaba demasiado concentrado pintando.
—¿Puedes volar? — Cuestionó Charles.
—Wow— Soltó Sean como si realmente estuviera sorprendido, incluso si le faltaba fuerza en la voz para realmente parecerlo. —Esa es una muy buena deducción, sí puedo volar, pero no es tan fácil para mí como lo hacen ver el jefe o Angel— Charles puso su atención en Erik y ella pudo ser testigo de una sonrisa rosa y cursi, que obtuvo una sonrisa con sentimientos recíprocos.
¡Dios, la estaban matando!
Sean le sonrió a ella con complicidad.
—Mami, terminé de comer, ¿puedo ir a jugar con Jean? — Pidió su hijo en la forma respetuosa en que siempre hablaba, pero teletransportándose a los pies de la silla porque no tenía la paciencia para esperar una respuesta que de todas formas iba a ser positiva.
Se aseguró primero de confirmar que Jean había terminado de comer también, notando a Erik ponerse de pie para ayudar a la niña a bajar de su silla porque la pequeña pelirroja era telépata no se teletransportaba como su hijo.
—De acuerdo, pero recuerda que si no estamos en casa no debes usar tanto tu mutación— Riñó de forma suave, viendo a su hijo asentir enérgicamente.
—Ok— Afirmó para correr en compañía de Jean hasta un pequeño espacio que parecía ser la nueva "área de juego de Jean".
Sintió la mirada atenta de todos los presentes, pero al final terminó girando la cabeza para corresponder a la de Charles.
El omega se notaba muy interesado en lo que ella acababa de decir, pero justo como en otras ocasiones en que había convivido con el hombre, podía sentir que se estaba esforzando por no hacerla enojar, no hablar si ella no iniciaba la conversación primero venía incluido.
Desde que Erik le afirmara que confiaba en Charles y que eran compañeros destinados y por supuesto, luego de que el omega fuera tan amable con su Azazel, ella ya no albergaba ningún sentimiento negativo hacia el omega.
Trató de sonreírle e intentar una conversación casual.
—Cuando no conoce bien el área choca contra paredes y muebles si intenta usar su mutación— Charles sonrió con ese brillo de interés que solo había visto en Hank.
Raven, conforme con la breve, pero exitosa "conversación casual", quiso asegurarse de que todo estuviera bien con Kurt, al pasear su mirada por la habitación antes de llegar a donde se encontraba su hijo, volvió a ver (justo como al ingresar al hogar de Erik, Charles y Jean) tres futones juntos, lo que quería decir que todos en la casa dormían juntos.
La estaban matando.
Quería decir algo como "¿Bueno y cuando se van a decir que se aman y a tener sexo?", eso también contaba como conversación casual ¿no?, pero entendía la razón detrás de no decirlo.
Por todo lo que habían pasado, por la forma en que había estado actuando Charles, sabía que si él y Lensherr se dijeran ahora (o antes) sus sentimientos o el hecho de que eran compañeros destinados todo terminaría mal, no porque no fueran buenos el uno para el otro (incluso si no había querido aceptarlo al principio, no podía seguir negando lo evidente), pero Raven sabía que mantener una relación era difícil, muchas cosas podían llevar la relación a su fin. A veces era falta de interés, a veces era dejar de sentir atracción, a veces era que te dabas cuenta de que la otra persona no valía la pena o era peligrosa, a veces era uno mismo el que no estaba preparado para estar en una relación, a veces era como lo que llevó a que la relación que ella y Erik tuvieron fracasara, una combinación.
Erik y con Charles no estaban en el momento correcto.
Deseaba, así como Charles había ayudado a Azazel a sanar un poco más, ayudarlos a llegar más rápido a ese momento correcto.
Inhalo, se aseguró de que ni Kurt ni Jean pudieran escucharlos y, al confirmarlo, se apresuró en interrumpir la conversación entre el omega y el beta.
—Sé que fuiste tú el que no dejo que Erik matara al bastar… a Warren—
—Raven— Trató de interrumpirla Erik, pero ella lo silencio.
—Shh, déjame terminar, tengo un punto, no quiero ser ofensiva— La mirada que su amigo le dedicó prometía sufrimiento, sin embargo, la dejó continuar. —Entiendo en cierto punto tu razón de querer dejarlo vivir, no cargar con más muertes y lo que sea— Charles no se veía cómodo, pero ella prometió no ser ofensiva no que su conversación no sería incómoda. —Quiero dejarte en claro que fue culpa de él, él es el que se equivocó, él es el culpable de todo lo que te hizo…— No, bueno, eso no estaba del todo bien, porque Erik llegó a tiempo. —De lo que trató de hacerte, no tú, no tienes que cargar con la culpa de lo que él hizo y no le debes nada— Movió la cabeza con un toque de exasperación. — Además creí que ya habíamos establecido que ninguna muerte de la que se te culpa ha sido realmente tu culpa— Charles no le estaba regresando la mirada. Erik la mataría si no la quisiera tanto, eso seguro. Sean soltó una risilla nerviosa y ella tomo esa como la señal para seguir hablando. —No le debes nada ni siquiera el perdonarlo, esas idioteces de "tienes que perdonar a todo el que te hace daño" es claramente algo dicho por alguien que no fue prisionero de guerra, ¡A la mierda con eso de perdonar a los que te hacen daño! — Su última frase que le salió en un grito un poco discreto, había terminado con la paciencia de Erik, Sean finalmente lucía asustado de lo que pasaría, pero todo se detuvo cuando Charles rio.
La ira de Erik se calmó y Sean miró todo con expectación.
—Sé que no le debo nada— Dijo el telépata para permitirle notar sus ojos claros, sin el desgastante dolor y el enorme peso que le había transmitido la primera vez que conectaron sus miradas, cuando ella lo amenazó de muerte si siquiera se le ocurría dañar a alguien en la isla.
—Solo quería estar segura—
Parecía que Erik no la mataría el día de hoy, incluso parecía que quería abrazarse a Charles y besarle hasta las pestañas.
Cuando lograran ser una pareja iban a ser tan jodidamente empalagosos… extrañaba a Azazel.
…
— Si la sensibilidad ya regresó para este punto, preveo que una dosis más de suero milagroso y tu capacidad motora regresara…— Hablaba Hank con rapidez y concentración en su primera sesión de regreso a rehabilitación. Nuevamente se había sentido eterna, dolorosa y agotadora, pero al mismo tiempo, sus piernas le había parecido a él, habían dejado de ser el peso muerto de antes. —Contracciones musculares o tal vez un discreto movimiento de dedos—
Hank había estado sonriendo en todo momento, sin dejar de hablar de planes a futuro, de cada cuando serían aplicadas las siguientes dosis de suero milagroso, de los cambios que le había estado haciendo al líquido para que el dolor al ser aplicado desapareciera por completo, para finalmente poder utilizarlo en Jean en el futuro.
—Creo que debemos esperar al menos un año más para comenzar a usarlo en Jean, aún es muy pequeña y temo que no usemos la cantidad correcta— Explicaba su buen amigo y él se estaba limitando a sonreírle.
Sin atreverse a expresar que esto lo aterraba, pensar en el futuro.
Pasó mucho tiempo sin permitirse imaginarlo, sin permitirse sentir que merecía un futuro. Ahora quería hacerlo, pero su cerebro seguía bloqueándose con culpa que no quería sentir, con miseria que ya no quería experimentar.
Con voces al fondo que le murmuraban "Dijiste que morirías", "Dijiste que pagarías".
—Hank—
—¿Sí? — Cuestionó sonriente.
—¿Puedo hablar contigo sobre algo muy… personal? — Preguntó, haciendo que el rostro de Hank se llenara de seriedad, para que el médico se pusiera de pie y alzara la silla en la que se había encontrado, llevándola desde el sitio junto a las piernas de Charles hasta quedar al nivel de su cabeza.
—Por supuesto, ¿qué sucede? — Sintió la garganta tan seca que hasta casi podía percibir un sabor metálico.
—Quiero hablar contigo como mi médico, no como mi amigo— Hank arrugó las cejas marcadamente.
—Por supuesto, Charles— Tomó aire profundamente, por un momento se sintió como si toda la terapia pulmonar nunca hubiera ocurrido.
—Hank, tengo un problema de… bueno, ciertamente es más de un problema, pero…— Estaba parloteando, como un cobarde porque, aunque había tomado la decisión de decirlo, no era fácil realmente hacerlo.
McCoy se mantuvo en silencio, sin exigir nada, permitiéndole hablar a su ritmo.
Mierda, quería llorar otra vez.
—Erik me dijo que soy una víctima, que lo que pasó con Shaw no fue mi culpa, Angel también lo dijo, que no debía disculparme y por supuesto está lo que dijo Azazel— Comentó buscando sonreír, esperando notar esa expresión que hacían las personas ante el recuerdo de una situación en la que habían estado presentes. Hank se veía preocupado, pero le sonrió al verlo a él hacerlo. —Y yo…— Su voz salió como solo aire siendo expulsado, las palabras casi inentendibles. Intentó reacomodarse en la camilla y aclarar su garganta. —Comienzo a creerlo que…— Cerró los ojos, dándose cuenta de que así se sentía más fácil decirlo. —Que merezco ser feliz y estar vivo— Inspiró profundo, abriendo los ojos y mirando a Hank nuevamente, sabiendo que todo este tiempo no había perdido una pizca de la atención del beta. —Y lo intento, pero algunas veces es más difícil sentir que lo merezco— Tuvo que apartar su mirada borrosa nuevamente. —O mantener esa sensación de culpa lejos o no estar asustado, constantemente—Sintió la humedad de sus ojos extenderse a su rostro. —No quiero sentirme así, ya no— Se sentía tan aliviado de que su amigo le estuviera permitiendo decir todo lo que había en su cabeza, sin interrumpirlo, sin intentar hacerlo callar, simplemente escuchando. —Necesito ayuda— Hank tomó una de sus manos, asintiendo unas cuantas veces con infinita calma.
—Te ayudaré Charles, como amigo y como médico— Permitió que más lágrimas se desbordaran de sus parpados inferiores.
…
Observó a Erik continuar con sus intentos de arreglar nuevamente su silla de ruedas, mientras pasaba su dedo pulgar por el borde de la tapa del pequeño recipiente entre sus manos una vez más.
Le gustaba ver como el hombre que amaba arrugaba la frente y sacaba levemente los labios cuando estaba muy concentrado, sonrió preguntándose si debía volver a pretender leer el libro entre sus manos, pero antes de eso terminó por distraerse con el tarareo mental de Jean.
Tarareaba más que lo que intentaba reproducir la letra, pero era fácil reconocer la canción presente en su cabeza, mientras hacía su décimo cuarto barco de papel. Era la canción de Erik.
—¿En qué está pensando? — Preguntó el alfa sin interrumpir el trabajo que hacía con sus manos, obligando a Charles a mirarlo.
—Está tarareando la canción que le cantas— Erik sonrió con un deje de orgullo y otro tanto de diversión.
—¿En alemán y todo? — Cuestionó Lensherr.
—En alemán y todo— Afirmó.
—¿Es un buen alemán? — Charles rio.
—No lo sé, no sé alemán— Le respondió, concentrándose en la forma tranquila en que Erik se desenvolvía, en cómo las ojeras habían perdido color, en cómo finalmente estaba dejando de lucir tan tenso y estresado.
Charles sabía que la misión de Azazel y Janos iba según lo esperado, también sabía que todo había regresado a cierta normalidad, como si lo ocurrido con Warren no hubiera pasado.
Se sentía cansado, aunque era un cansancio diferente al habitual y también era diferente al efecto del suero milagroso. Efecto secundario del medicamento que Hank le había dado recién.
Tenía que decirle a Erik.
Hank le dijo que realmente no le debía explicaciones a nadie, que debía entender que su pedido de ayuda y la obtención de la misma era por y para él, pero también le dijo que, aunque no era una obligación podía hacérselo saber a quién quisiera, porque al final, las personas que lo amaban, y que sabían cómo amar correctamente se sentirían felices por él.
No le había gustado que Hank usara la palabra "amar", pero sabía que usarla dejaba más en claro el punto al que el beta quería llegar.
No lo sentía como una obligación, sabía que Erik no le exigiría nada, ni siquiera le exigió "Ser feliz", solo le dijo que eso era lo que quería para Charles, pero quería dejarle en claro al alfa, porque le gustaba verlo tranquilo, sin estar tan estresado, sin estar tan preocupado todo el tiempo.
¿Explicarle a Erik lo haría sentir aliviado o por el contrario lo haría sentir más preocupado?
—Erik, quiero decirte algo— Dijo, sin flaqueo en la voz. El alfa alzó el rostro, sonriendo, para lucir un tanto confundido cuando el estiró una mano en su dirección ofreciéndole un botecito.
Lensherr se aceró hasta él, tomando el pequeño recipiente ofrecido.
—¿Qué es esto? — Cuestionó Erik con el ceño fruncido en concentración. Charles se apresuró en responder.
—Es un antidepresivo— La mirada del alfa se alejó al instante del pequeño bote, enfocándose en él. —Hank me lo dio, porque le pedí ayuda— Bajó su mirada enfocándose en el burdo jugueteo nervioso que estaba realizando con sus manos. —Porque no estoy bien, no he estado bien en mucho tiempo— Explicó sintiéndose torpe, y aun así admirándose con el hecho de que su voz no hubiera salido más temblorosa.
Erik de repente se veía como si quisiera llorar o tal vez vomitar.
Charles sentía que quería esconderse, pero no lo hizo, porque estaba cansado de huir y pretender y fingir que no sentía nada.
—Lo sien…— Trató de decir el alfa, pero lo interrumpió.
—No tienes que disculparte, Erik, porque no es tu culpa— Explicó colocando sus manos en los hombros de Lensherr, bajó la mirada una vez más, animándose a sí mismo. —Al contrario, tú me haces querer estar bien— Dijo, enfocándose en los ojos brillantes del alfa. —Tú y las cosas que me dices y las personas que me has permitido conocer— Apartó su mirada un momento para ver a Jean entretenida en su propio mundo imaginario. —Me haces querer ser feliz, me haces… querer estar vivo— Erik lo abrazó, no de golpe, si no que se acercó lentamente, envolviéndolo con calma entre sus brazos, haciéndolo sentir revitalizado.
Sintió que se derretía cuando un beso fue colocado en la parte justa en que su cabello y su frente se unían.
—Gracias por decírmelo— Le susurraron y él, abrumado, solo pudo cerrar los ojos.
El abrazo tuvo que llegar a su fin y Erik limpió algunos rastros de lágrimas, para sonreírle.
—Creo que tu silla de ruedas ya está— Explicó yendo a sentarse en ella y dando unos cuantos saltos como si quisiera asegurarse de que era segura. —Sí— Afirmó poniéndose de pie. —¿Quieres sentarte? — Asintió feliz de poder regresar a la compañía de su silla.
Erik lo cargó, provocando que su corazón actuara como un loco de nuevo y que su temperatura se sintiera como si acabara de subir de golpe.
Una vez de nuevo en su silla, Jean corrió hasta él.
"¡Charles, tu silla con ruedas ya no está rota!"
—Erik la reparó— Y la pequeña pelirroja sonrió con total admiración a su papá alfa, como si no pudiera creer lo increíble que era.
Charles coincidía.
—Jean, ¿te gusta la canción que te canto para dormir? — Ante la pregunta de su papá alfa, la menor asintió feliz. —Sabes, esa canción tiene un ritmo rápido, es fácil bailarla— Charles sonrió.
—¿Cómo es el ritmo original? — Y aunque pensó que Erik lo dejaría pasar con un encogimiento de hombros o una sonrisa que mostraba todos los dientes, en su lugar un tarareo comenzó rápido comenzó, diciendo algunas cuantas palabras importantes, lentamente iniciando con un discreto balanceo de brazos más que nada.
Jean, quien amaba bailar a causa de Sean y sus cuidados en compañía de música, imitó a su papá ni bien el discreto baile y tarareo tuvo lugar, dando saltos y moviendo las manos no con la mejor coordinación, pero definitivamente con grandes cantidades de pasión por lo que hacía.
Él rio comenzando a aplaudir al ritmo de la canción.
Erik lo miró, para alzar a Jean, colocarla en el regazo de Charles y mover la silla con su mutación en giros no demasiado rápidos, pero definitivamente divertidos y que imitaban un baile con algo de torpeza.
Estiró una mano en dirección a Erik, que fue interceptada al instante por una del alfa.
Mientras reía escuchando los aplausos de Jean y la canción con voz un tanto sofocada de Erik, no pudo evitar pensar con total seguridad que todo iba a estar bien.
Que él iba a estar bien.
Esta vez no usé las letras, pero recuerden que la canción que Erik le canta a Jean es "irgendwie irgendwo irgendwann" de nena.
¿Qué dijeron?, "Ya es sábado y no va a haber capítulo :c", naaambre, claro que no.
Destruida pero jamás vencida :p
Muchas gracias por leer, espero y el capítulo fuera disfrutable.
