X-Men no me pertenece.

ADVERTENCIA: Clichés de mala calidad, cursilerías, gente que llora a la mínima provocación, depresión, ansiedad, clichés y cursilerías x1000, ausencia de mpreg y nopor, pero ya lo puedo oler acercarse (porque bendito Dios que no hay anosmia en esta casa).


Después de la muerte de su madre, años después de la de su padre, Erik, que sentía que no tenía un hogar ni una familia, había terminado regresando a su ciudad natal.

Era un pueblo pequeño, con pocas personas, al grado de que todo el mundo se conocía y donde la gente, para entretenerse, solía ir al pequeño mercado en el que prácticamente todos los habitantes del lugar tenían un puesto.

Ahí había visto a Magda por primera vez, en su puesto de verduras. Su cabello pelirrojo hacía que con el sol pareciera que tenía una aureola, sus sonrisas eran encantadoras y parecía gustar de conversar con cada cliente.

Erik necesitaba ir casi diariamente a comprar alimentos, porque vivía al día, pero aquello no le había parecido tan malo, después de todo podía ver a Magda. Él se iba a limitar solo a eso, mirarla.

Pero la mujer beta no mutante fue la que terminó acercándose a él, con pasos firmes y sonrisa dulce.

—O amas tanto mis verduras que quieres comprar mi puesto o quieres invitarme a salir, ¿cuál de las dos es? — Cuestionó con voz segura. Erik se quedó mirándola como un tonto. —¿Quieres comprar mi puesto? —

—No—

—¿Entonces es la segunda opción? — Claro, le estaba dando la oportunidad de invitarla a salir.

—¿Te gustaría ir por una bebida algún día? —

—¿Algún día? — Trató de pensar rápido, buscando no perderse en la sensación de lo mucho que le gustaba la mujer frente a él.

—¿El viernes? — Magda hizo una mueca discreta.

—No— Contestó risueña. —El sábado es cuando estoy desocupada, ¿está bien para ti? — Erik le sonrió.

—Está bien para mí—

A partir de ahí, todo se volvió más y más fácil, los pasos siguientes parecían obvios de seguir.

Así de fácil Erik obtuvo una nueva familia, solo que esta vez no eran unos "padres", era unas amadas esposa e hija.

...

Lo había dicho... de verdad lo había dicho y Erik lo estaba mirando con nada más que sorpresa. Sus cejas estaban muy elevadas, párpados apenas visibles y su boca estaba entre abierta.

Ugh.

Se sintió resbalar del agarre que Erik mantenía en su cuerpo y que le ayudaba a mantenerse en pie. Soltó un sonido de sorpresa, imponiendo más fuerza en sus brazos que rodeaban el cuello del alfa.

De inmediato sintió a Lensherr afianzar nuevamente su agarre.

—Mierda, lo siento—Exclamó el alfa para hacer que la silla de ruedas levitara, amoldándola a la posición en la que se encontraba Charles, para que pudiera sentarse en esta, regresándola a estar en contacto con el piso muy suavemente.

Se sentía tembloroso, avergonzado, expuesto, pero más que eso, el que justo después de su confesión Erik hubiera buscado alejarlo de él lo hacía sentir rechazado.

Mierda, no debió decir nada.

Trató de mantenerse en calma, pues no quería que sus emociones escaparan a Jean, por suerte su hija había estado demasiado entretenida coloreando y tarareando una combinación de las canciones que le cantaban, una frase de la de Erik, seguida de una frase de la de Charles.

¿Por qué había creído que Erik correspondería sus sentimientos?

Porque de verdad creyó que el alfa se sentía de la misma forma, había sido un tonto, claro que... ¿por qué Erik amaría a alguien tan dañado como él?

Durante todas las acciones recién realizadas hasta lograr el cambio de posiciones, Lensherr no había dejado de conectar su mirada con la suya.

Podía ser que Charles fuera importante para Erik, pero eso no quería decir que lo amaba. Abrió la boca, dispuesto a hablar, pero luciendo incapaz de hacerlo.

No podía soportar el verlo por más tiempo, por lo que se cubrió el rostro con ambas.

—No debí decir eso— Dijo de forma amortiguada a causa de las manos frente a su cara, sintió a Erik acercarse.

—Charles— Lo llamaron.

—No lo dije porque espere que pase algo...— Eso era mentira, una jodida mentira, claro que lo dijo porque esperaba algo, esperaba escuchar que también era amado, esperaba... Xavier hizo un sonido extraño con la garganta, descubriéndose levemente el rostro. —No, eso no es... realmente espero que... quiero decir— Ni siquiera sabía lo que quería decir, inspiró profundo y se descubrió el rostro por completo, sentía la cara y las orejas demasiado calientes, un nudo en la garganta y los ojos llorosos, pero no tenía derecho a llorar, él se había buscado esta situación, Erik no estaba obligado a ofrecer nada más de lo que ya le daba, él había sido el avaricioso, el que creo ilusiones en su cabeza y ahora los había puesto en esta situación.

El alfa se notaba inquieto, agitado.

Charles era un estúpido.

—No quise hacerte sentir incómodo, no volveré a decir...— El nudo en su garganta estaba impidiéndole el seguir hablando, pero lucho fieramente contra este. — ¡Erik, lo siento tanto! —

—También te amo— Escuchó ni bien su disculpa fue transmitida. El alfa había lucido un tanto desesperado al decir aquello, dando un paso al frente y hasta estirando una mano en su dirección, incluso si no lo tocó.

Su cerebro se bloqueó.

Erik acababa de decirle que... no, debía haber escuchado mal.

—Te amo— Le dijeron más suavemente, sin la urgencia con que se lo habían dicho antes, notó como los ojos de Erik se humedecieron.

No podía con todas las emociones intensas que recorrían su cuerpo, él cuyo plan de vida había sido el suicidio, ahora estaba viviendo esta vida feliz, en familia, se atrevió a ser avaricioso y acababa de ser recompensado con el hombre que amaba diciéndole que también lo amaba.

¿Todo esto era verdad?

—No es amor de amigos — Quiso dejar en claro Charles, para escuchar a Erik reír.

—Eso es bueno, porque el mío tampoco— Sus ojos se desbordaron. El alfa se acercó a él con presura y él, ni bien lo tuvo cerca, lo rodeó con sus brazos, escondiendo el rostro contra el cuerpo contrario.

—¿Crees que te gustaría si te besara? — Cuestionó en voz baja, escuchando lo rápido que el corazón de Erik latía.

—¿Crees que te gustaría si yo te besara? — Le regresaron su pregunta.

Aflojó su abrazo levemente, para que pudieran verse el uno al otro. Se concentró en la sonrisa que le mostraban, sabiendo que él hacía lo mismo.

—Sí— Respondió con simpleza, pero no de forma vacía.

Erik se inclinó y unió sus labios con los de Charles, cerró los ojos y disfrutó de la explosión en su interior. Este estaba lejos de ser su primer beso, pero se sentía como el primero, como si fuera un adolescente inexperto, la perfecta combinación de emoción e incertidumbre.

Charles había llegado a un punto en su vida en el que veía este tipo de gestos como algo cotidiano, casi aburrido. Adjetivos que no podía usar para describir el beso que estaba compartiendo con el hombre que amaba, sintiendo un estómago hecho nudo y un corazón regocijante bailar en su pecho.

Se alejó un poco del alfa, percibiendo un chasquido realizado por sus labios separándose. Erik lo miraba como si no quisiera volver a alejar su mirada de él, Charles se sentía igual.

"¡Qué divertido!" Escuchó desde la mente de Jean, inevitablemente bajando su mirada y notando como la silla de ruedas estaba elevada a la altura suficiente como para que la cabeza de Charles quedara la altura de la de Erik.

No había notado cuándo aquello había pasado, y por el gesto de sorpresa de Erik, aparentemente él tampoco.

Quería seguir besándolo, pero notó a Jean correr hasta ellos, abrazándose a las piernas de su papá alfa.

"También quiero volar en la silla y darles besitos"

Sintió el rostro aún más caliente.

El abrazo con Erik terminó en un acuerdo mutuo y la silla de ruedas y él descendieron lentamente

—Dice que ella también quiere volar en la silla— Explicó viendo al alfa sonreír mientras él se inclinaba para acariciar la cabeza de la menor. —Y darnos besitos— No podía dejar que los pensamientos de Jean no fueran transmitidos apropiadamente, incluso si al decir aquello quería soltar una carcajada torpe.

El rostro de Erik adquirió color.

—Supongo que eso puede hacerse— Afirmó el alfa.

Charles lo amaba mucho.

...

Cuando Charles dijo que lo amaba, Lensherr había estado demasiado sorprendido, casi incrédulo, demasiado ocupado en aceptar que eso realmente estaba pasando al punto que hizo que su compañero destinado se notara avergonzado y arrepentido, en el momento que notó lo que había provocado su mente lenta, incapaz de dar una respuesta más rápida, no hubo ningún pensamiento que no exigiera el dejarle en claro al omega que sus sentimientos eran correspondidos, no había otra opción, aún si antes había estado reticente a compartir su sentir, aún si antes había estado preocupado por incomodar a Charles.

Cuando se besaron había estado demasiado ocupado con todas las emociones positivas y placenteras en su interior que no hubo pánico, ni miedo ni rastro de la reticencia previa.

Cuando Jean solicitó unirse los sentimientos felices se habían mantenido.

Ahora era de noche y Jean y Charles estaban dormidos y era el momento perfecto para entrar en pánico y sobre pensar todo de manera pesimista.

Su compañero destinado le dijo que lo amaba, sin lucir incómodo, sin lucir como si se sintiera en deuda con Erik, sin lucir como si se estuviera forzando a besarlo.

Después de todo lo que había hecho, después de fallarle a su Nina y a su Magda, ¿de verdad merecía esta clase de felicidad?

Cerró los ojos con fuerza.

"No fue tu culpa"

¿Y si esta era la primera parte de un castigo?, hacerlo sentir feliz y a salvo, darle esta hermosa familia, darle la felicidad de que su hija lo amara, de que sus sentimientos fueran correspondidos, para arrebatárselos y recordarle que él no era más que un monstruo y que no estaba hecho para amar, solo para destruir y matar.

Se sentó en su futón, girando el rostro para ver a su familia durmiendo, tranquilos y ajenos a su crisis de ansiedad.

Quería abrazarse a Charles.

"Necesitaba refugiarse en su compañero destinado."

Solo le habían dicho que lo amaban y ya no podía detenerse de incomodar al omega y actuar mimado, no debía hacer eso, él era un alfa, debía ser fuerte.

"No podemos ni tenemos que ser fuertes todo el tiempo, jefe, permitirnos ser vulnerables es importante". Era una de las tantas cosas que Hank le había dicho desde que Erik le pidiera ayuda.

Charles lo hacía querer protegerlo, pero también lo hacía sentir protegido.

Se puso de pie, caminando hasta el otro lado del lugar de descanso de su familia, quedando del lado libre de Charles, tocó suavemente uno de los hombros de Xavier, al mismo tiempo que lo llamaba en un susurro.

—Charles— Ni bien dijo su nombre el telépata, abrió los ojos con un toque de presura.

—Erik— Murmuró, para girarse a ver a Jean con un deje de miedo, el cual se disipó al ver a la niña dormir en perfecta armonía.

—¿Tuve una pesadilla? — Lo cuestionaron y él de inmediato se sintió mal por la situación.

—No— Aseguró al instante, concluyendo que debía decirle a Charles que lo sentía, desearle buenas noches y pretender que no acababa de despertarlo por nada.

—¿Tú tuviste una pesadilla? — Lo cuestionaron y de repente él sentía que quería llorar.

—No— Logró responder pese al nudo en su garganta. Charles, luciendo un poco más despierto, lo miró como si su telepatía no estuviera adormecida por el anti-mutágeno.

—No puedes dormir— Debería molestarle que no le estuviera preguntando, pero este era su compañero destinado, el hombre que amaba... y el hombre que lo amaba, en lugar de aquella supuesta molestia que debía sentir, todo en lo que podía pensar era en estar cerca, abrazarse al cuerpo contrario.

Pero no podía preguntar, no debía.

"Pero lo necesito."

—¿Pu-puedo acostarme a tu lado? — Charles le sonrió.

—Pero no te acuestes en el suelo, trae tu futón y deberíamos poner una almohada al borde del futón de Jean, para que no se vaya a salir y ella sea la que termine durmiendo en el suelo—

Erik lo amaba mucho.

Asintió ante las órdenes que recibió.

Una vez las acciones realizadas, con Jean segura en su propio futón y con el suyo acomodado, ahora se sentía raro simplemente acostarse, pero cuando Charles le sonrió palmeando suavemente el futón, apremiándolo, se movió en automático, acostándose sobre su costado, de forma que pudiera observar al omega.

Su compañero destinado le sonrió, estirando una mano, buscando entrelazarla con una de las suyas.

—Te amo— Le susurraron y él sintió que no podía hacer otra cosa que comenzar a llorar.

El omega se movió para acercarse, al mismo tiempo que él, terminando por recibir un beso en la frente, para luego ser envuelto entre los brazos de su amado, quedando con su cabeza oculta entre el pecho del telépata.

—Te amo— Pensó en decir, cuando el sueño estaba por vencerlo.

(Charles lo escuchó perfectamente).

...

Hank no terminaba de entender qué era, pero definitivamente algo estaba raro con el jefe y con Charles.

Se concentró en Jean, la pequeña telépata parecía estar perfectamente, saludándolo animadamente, siendo bajada por su papá omega para correr y abrazar a Hank.

Le sonrió a la menor.

—Buenos días, Jean, también me da gusto verte— Ofreció sin poder dejar ir por completo la sensación extraña que lo embargaba al observar a los mayores, no podía asegurar que algo malo había pasado, pero tampoco estaba seguro de si era algo bueno.

El jefe apartó su mirada de Charles solo por el tiempo suficiente para asegurarse de que Jean estaba a salvo, regresando su atención al omega, notándose como si hasta parpadear fuera algo que no quisiera hacer.

Sí, Erik siempre miraba a Xavier con mucha devoción, cariño; Alex decía que era "amor y deseo", pero Hank no quería afirmar aquello (incluso si también lo pensaba).

Charles igualmente le regresaba la mirada al alfa, mientras que Lensherr no sonreía, el omega sí que lo estaba haciendo. Al mirar al jefe, Hank no podía estar seguro de nada, pero al mirar a su amigo cercano, podía asegurar que Charles estaba muy feliz.

Erik hizo ademán de hablar, pero antes de eso se aclaró la garganta y se enfocó en él y en Jean.

—Entonces, vuelvo en una hora, vámonos Jean— Informó, estirando su mano dominante en dirección a su hija.

La menor sonrió, corriendo a abrazarse a Charles rápidamente, recibiendo un beso en la frente.

—Te amo— Le dijo Xavier a su hija, para que luego esta corriera a tomar la mano de su papá alfa.

El jefe se giró a ver a Charles una última vez, el telépata alzó una mano realizando una despedida con la mano, siendo recibido por una sonrisa discreta que se volvió una ligera mueca cuando su portador se dio cuenta de que Hank también lo observaba.

Una vez finalmente a solas con Charles, McCoy se animó a exteriorizar sus cavilaciones.

—¿No está el jefe actuando algo raro? — ¿Quién más podría afirmarle a o negarle sus ideas si no Charles?

—¿Tú crees?, ¿raro malo? — Le respondió su amigo.

—No diría malo— Explicó, porque sinceramente así lo creía. Fue breve, pero Hank pudo notar perfectamente la sonrisa discreta y pasajera en el rostro del telepata.

—No sé qué pudo haber pasado— Si Charles decía eso, entonces tal vez Hank estaba viendo algo donde no... —A menos que...— Esa respuesta sí que avivo su curiosidad, frunció el ceño en son de interés.

Charles sonrió justo como Scott lo hacía después de hacer alguna travesura.

—Le dije que lo amo—

—¿¡Lo hiciste!? — Exclamó, con una sonrisa grande de felicidad y sorpresa. Charles soltó una carcajada.

—Hank, muy mal, ¿por qué no actúas sorprendido de que lo amo, solo de que le dije? — No había manera de defenderse, por lo que no lo hizo, fue su turno de reír.

—¿Y el jefe...? — Charles era su amigo, había confianza, pero ¿se le permitía preguntar? No tuvo que pasar más tiempo dudando en si terminar o no su pregunta, pues Charles respondió a su cuestionamiento incompleto.

—Me dijo que también me ama— Hank había tenido miedo, de que Charles nunca se atreviera a decirle al jefe sus sentimientos, porque la culpa le pesaba y lo hacía sentir nada merecedor de amor o felicidad, pero también conocía el estado mental del jefe y había temido que su alfa líder nunca le dijera a Charles sus sentimientos o que no se atreviera a corresponderle, porque el hombre temía mucho a la perdida, a abrirse nuevamente, a sentir, porque implicaba abrirse a sentir el dolor de la perdida.

Se sentía tremendamente aliviado de que ambos se permitieran compartir sus sentimientos, porque Hank podía ver que, con el esfuerzo correcto, podían ser muy felices juntos.

—Estoy muy feliz por los dos, Charles— El omega le sonrió, adquiriendo un poco de color en las mejillas.

Hank pudo notar el momento en que, lentamente, Charles fue perdiéndose en sus pensamientos. La sonrisa desapareció.

—¿Crees que estuvo bien decirle? — Hank inspiró profundo y después exhaló, tratando de ser silencioso.

—¿Quieres que responda como tu amigo o como tu doctor? — Charles le sonrió como acostumbrado a esa clase de pregunta.

—Como mi doctor primero— Hank sonrió.

—¿Tú crees que estuvo bien? — Charles soltó un suspiro exasperado.

—Sé que no se supone que me des una respuesta sencilla, porque no es así como funciona, pero a veces lo deseo— Hank generó una risa discreta. Xavier se cruzó de brazos y bajo la mirada. —No estoy bien y sé que Erik tampoco y eso hace que me preocupe sobre lo que pasará en el futuro, ¿vamos a estar bien?, ¿no vamos a arruinar esto?, no lo sé y quiero saber—

—Entiendo que quieres saber, pero yo no puedo darte una respuesta, porque tampoco lo sé y la verdad es que tú tampoco puedes responder ni el jefe... nadie puede— Charles cerró los ojos, soltando un nuevo suspiro al tiempo que una lagrima recorría su rostro. —Todo lo que puedes hacer es esforzarte para que funcione, para que estén bien, pero incluso así nadie puede asegurar nada—

—No quiero herirlo, no quiero hacerle las cosas difíciles, no quiero ser una razón para que él esté asustado—

Charles era observador, era inteligente, y definitivamente era bueno leyendo a las personas, habilidades desarrolladas con ayuda de su telepatía, creía Hank, claro que podía leer el miedo del jefe.

—Ambos pueden esforzarse al máximo, pero de todas formas puede pasar, también puede pasar al contrario. Sabiendo que el jefe puede herirte, hacerte las cosas difíciles, ser una razón para que estés asustado, ¿querrías no tenerlo en tu vida? — Charles hizo presión con sus labios dejándolos en una línea fruncida.

—No— Hank sonrió al escuchar la repuesta sin rastro de dudas.

—Si lo que dijo el jefe el otro día es verdad...—

"Mi vida es mucho más fácil contigo en ella... mucho más feliz también..." Había dicho el alfa con honestidad.

—...que estoy seguro de que lo es, entonces para él la respuesta también es obvia— Charles limpió su rostro y él los obligó a regresar a la pregunta inicial. —Así que, ¿crees que estuvo bien, decirle? — Charles inspiró profundo, para sonreírle radiantemente.

—Estoy asustado, pero estoy feliz de que le dije, pude escucharlo decir que me ama— El omega rio en voz baja.

Hank sonrió.

Se suponía que no debía asegurarlo, pero si podía "creer" y ciertamente creía que todo saldría bien.

—Como tu amigo, estoy muy feliz por ti y creo que serán felices— Charles rio más abiertamente.

—Gracias— Le dijeron.

Su amigo lucía radiante.

...

Erik no sabía qué estaba haciendo.

Amaba a Charles y Charles lo amaba a él. Se habían dicho lo que sentían, se habían besado, la noche anterior había dormido abrazado a su compañero destinado.

Estaba feliz, tremendamente feliz, pero había cosas que debía aclarar con el omega. Primero debía decirle que eran compañeros destinados, si Xavier le había dicho sin mayores problemas que lo amaba, debía ser fácil para él aceptar que eran compañeros destinados, ¿cierto?

No sabía, no sabía porque una cosa era amar y otra cosa era estar ligado a alguien más, por el destino, por el resto de tu existencia; una relación que aparte de todo Charles no podía sentir y nunca podría debido a que le habían quitado su parte omega.

¿Qué pasaba si escuchar aquello solo provocaba sentimientos negativos en Charles?, rechazo hacia a Erik o hacia sí mismo... tal vez primero debía preguntarle a Hank su opinión, después de todo era el que mejor entendía el estado mental del telépata.

Aparte de eso, había algo más de lo que Erik creía debía hablar con el omega... ¿debían hablar del estatus en que querían que estuviera su relación ahora?

Se suponía que eran amigos... ¿podían considerarse ahora una pareja?

¿cómo se hacía eso?, literalmente la gente de su edad preguntaba, como niños de secundaria, ¿quieres salir conmigo?

No lo había hecho con Raven y menos con la lista de personas con las que se había acostado a lo largo de su vida y en los últimos años.

Con Magda había preguntado, pero él había sido otra clase de persona en ese tiempo y había sido incómodo, se había puesto en vergüenza; su esposa se había reído tanto en ese momento, pero al menos había aceptado.

Entró al laboratorio, encontrándose a Charles en su silla de ruedas junto a la barra paralela en la que ahora había comenzado a hacer su rehabilitación, barra que le habían pedido a Erik hacer con el uso de su mutación.

Hank no estaba.

—Hola— Saludó Charles al notar su llegada. Erik sonrió, apunto de responder el saludo y cuestionar sobre la localización de McCoy, cuando escuchó otra voz.

—¡Ay, me estás matando! — La frase podría haber sido hecha con más sentimiento, pero, aunque el dueño de la voz se percibía adolorido, le había faltado más emoción.

—¿Ese es...? — Antes de terminar su pregunta, su respuesta ya había sido dada.

—Sean, aún no te hago nada—

—Me estás tocando, es suficiente— Charles rio ante la conversación entre Sean y Hank que se escuchaba a lo lejos.

—Al parecer Sean se cortó esta mañana— Se preocupó, sabía que no podía ser graves, si Sean estaba quejándose tan abiertamente, aun así, preguntó.

—¿Es grave? —

—No, son dos heridas pequeñas, una en su índice y otra en su pulgar, pero profundas y requieren sutura— Charles rio ligeramente. —No quería venir, pero Darwin lo obligó— Erik giró los ojos, exasperado, para terminar por mostrar una sonrisa de medio lado.

—¿Ya habías terminado con Hank? —

—Casi— Le respondieron. —No sé si deberíamos irnos, no quiero irme sin asegurarme de que Hank está de acuerdo, pero tampoco quiero interrumpirlo y distraerlo— Erik asintió.

—Esperemos entonces— Ante su respuesta, Charles sonrió. Erik sentía que lo había complacido.

Quería besarlo.

Se aclaró la garganta, buscó una silla con la mirada, encontrando una al instante, acercándola hasta donde estaba el omega y sentándose a su lado.

—¿Quién cuida de los niños hoy? — Le preguntó el telépata.

—Raven— Su compañero destinado asintió, dejándole en claro que lo había escuchado.

Quería preguntarle a Charles si podía besarlo, si estaba bien querer besarlo afuera de la casa, porque eso haría que su relación fuera algo de conocimiento público... pero cómo preguntaría si para empezar no sabía si Charles quería "una relación" con él.

—...Erik— Lo llamó el telépata, notándose preocupado.

—Sí— Dijo, queriendo dejarle en claro que lo escuchaba. Charles tenía el ceño levemente fruncido, mostrando la arruga leve que se le hacía al centro de su frente.

—¿Estás bien? —

—Sí, estoy... lo estoy— Confirmó de inmediato. —¿Por qué? — ¿Qué estaba mostrando para hacer que Charles creyera que debía preguntar eso?, debía serenarse y ponerse alerta.

—Pareces algo distraído y no contestaste la primera vez que te hable—

—Lo siento— Ofreció, sintiéndose avergonzado de no ponerle atención al omega por estar pensando en... el mismo omega.

Quería besarlo y quería hablar con él, pero lo mejor era esperar a estar solos en su propia casa...

—Estaba pensando—

—¿Puedo preguntar en qué estabas pensando? — Lo cuestionaron con amabilidad, como si Charles creyera que estaba pensando cosas negativas y quisiera aligerar su carga.

Lo amaba tanto.

—Sé que... lo que dijimos ayer es una cosa, pero quería que dejáramos en claro lo que queremos— Se sentía raro, se concentró en mantener su voz firme y su espalda recta. —Así que, ¿quieres estar en una relación conmigo? — Charles lo miró con ojos sorprendidos, Erik se apresuró en asegurar. —A mí me gustaría eso— Charles le sonrió adquiriendo una tonalidad rojiza intensa en las mejillas.

—A mí también me gustaría eso— Erik sonrió, asintiendo unas cuantas veces.

—¿Puedo besarte? — Interrogó, siendo recibido por una risa amortiguada, un asentimiento de cabeza y el cuerpo de Charles inclinándose hacia el suyo.

Rodeó el cuerpo de Charles con sus brazos al tiempo que disfrutaba de sus labios tocando los contrarios.

Una vez el beso terminó, con sus rostros aún demasiado cerca, hizo la otra pregunta que deseaba hacer desde esta mañana.

—¿Podemos darnos besos de despedida y bienvenida? — Cuando la pregunta salió de su boca se sintió muy avergonzado, como un niño tonto que apenas descubría el amor.

Charles rio, volviendo a asentir y quitándole su vergüenza.

—Eso me encantaría, ¿puedo darte un beso de bienvenida justo ahora? — Erik terminó por reír, aunque de forma más discreta, comparada a la forma en que su... su pareja, hacía.

Su boca volvió a encontrarse con la de Charles. Sintió un escalofrío recorrerlo y como si no pudiera dejar de sonreír, incluso entre el beso.

—¡Ay, mierda! — La voz de Sean, siempre con la ausencia de emoción que implicaban las palabras que utilizaba, lo obligó a detenerse.

Al alejarse del rostro de su compañero destinado y girarse, se encontró con un Hank que claramente regañaba a Sean con la mirada, mientras este último no se notaba ni sorprendido ni avergonzado.

—Perdón, no esperaba verlos besándose más que nada porque nunca los había visto no porque no estuviera seguro de que lo hacían, pero... eh... no se fijen en mí, continúen, ya me voy, entonces que no me toque el agua o la tierra, curación diaria, me tomo las pastillas y vengo en 7 días, ¿verdad? —Cuestionó en dirección a McCoy, el hombre beta abrió la boca como si quisiera dar una de sus extensas explicaciones, lanzándoles una mirada de reojo a ellos, cerrando la boca de golpe y asintiendo unas cuantas veces. —Genial— Y así sin más, Sean continuó su camino, Hank los miró, sonrió, pareció querer decir algo, se giró a ver sus manos, dándose cuenta de que tenía medicamentos que probablemente Sean debería haberse llevado.

—Tengo que darle esto a Sean— Explicó para correr en dirección a la puerta.

Una vez a solas, Charles comenzó a reír.

Erik terminó haciendo lo mismo, contagiado de la felicidad del otro, sin sentir vergüenza o enojo.


Muchas gracias por leer.

Ya no aguanto este sufrimiento llamado "Mi compu tóxica que se traba no me deja terminar el capítulo desde antes".