Y aquí estoy actualizando tal cual prometí y tengo un problema, me he quedado atascada en el capítulo 15 en la segunda página, es muy triste el saber cómo va a acabar y no saber cómo llegar a ello ¬ ¬.

En fin supongo que con suerte en un par de días me vendrá la inspiración y podré decir que el fic está terminado, más que anda porque a este paso me veo teniendo que volver a la Universidad sin haber acabado el fic, y allí no tengo ordenador, snif snif.

Muchas gracias a todos por los rewievs y espero que os guste el capítulo.

REWIEVS PLEASE!

CAPÍTULO 4: LOS PROBLEMAS CRECEN

Las cosas no podían ir peor en el Going Merry. Robin se había ido a dormir al camarote de los chicos porque no aguantaba los llantos de la niña por la noche, Usopp estaba mosqueadísimo porque no le dejaban acercarse a Arashi, Chopper se ponía histérico cada vez que la pequeña lloraba o vomitaba creyendo que estaba enferma y que era por su culpa ya que él no estaba especializado en pediatría, Sanji no paraba de cocinar todo el día pues a parte de la comida de "adultos" tenía que preparar una gran variedad de papillas y leche con distintos tipos de cereales y apenas tenía tiempo para descansar, Zoro estaba desquiciado porque no podía echarse sus siestas en la cubierta porque cuando no gritaba Arashi gritaba su capitán jugando con ella. Puede decirse que el único que salía beneficiado con la situación era Luffy, que tenía a alguien con quien jugar y que le riera las gracias.

Pero, con diferencia, quien peor lo estaba llevando era Nami. Ya quedó atrás esa jovial navegante, enérgica que no paraba quieta y que a la mínima saltaba furiosa y te daba un capón. Ahora sólo quedaba una sombra. Para desgracia de los chicos del barco la Nami que vestía diminutas faldas y escuetas camisetas y tops había desaparecido, dejando tras de sí a una chica con unas profundas ojeras, pálida y sin vida. Con los ojos apagados por el cansancio y su normalmente brillante suave y suelto pelo naranja, completamente enmarañado, seco y recogido en una desastrosa coleta que tenía que rehacerse cada poco pues se le deshacía. Su atuendo habitual se basaba ahora en una ancha camiseta blanca que le arrebató a Zoro para evitar que su propia ropa acabase llena de restos de papilla seca y otro tipo de extrañas manchas de distintos colores que no llegaban a desaparecer de la prenda por mucho que esta se lavase, y unos pantalones vaqueros llenos de parches y agujeros que estaban aún más destrozados que la camiseta. La pobre chica tenía la espalda y los brazos doloridos de tener que coger durante tanto tiempo a la niña

, y sus piernas estaban cansadas de tanto tener que pasear por la cubierta acunando a la pequeña para que se durmiese. Si a todo esto le añadimos que no tenían ni los utensilios, ni la ropa ni los recambios para que la niña comiera y se vistiera correctamente. Ni el lugar más adecuado pues la única cama que había era en la que dormía Nami, que era evidentemente ocupada por ella ya que era demasiado grande para Arashi y si se caía de ella en mitad de la noche se podría hacer daño.

Pero sin duda, alguna, lo peor de todo, es que según los últimos cálculos que había hecho la navegante antes de convertirse en un espectro ambulante, todavía quedaban tres días hasta llegar a la siguiente isla.

La navegante caminaba como un fantasma por el barco todo el día, normalmente con Arashi en brazos y cuando conseguía que ésta se durmiese caía en redondo fuese donde fuese, pero normalmente fuera de su camarote. Ya era la quinta vez en tres días que Sanji se la encontraba dormida en la cocina sentada en una silla y con la cabeza prácticamente encima del plato, y era la tercera vez en ese día que Zoro se la encontraba tirada en la cubierta, teniéndola que llevar a su habitación sin despertarla para que pudiese descansar algo. La navegante ni podía comer con el resto, siempre comía después, cuando la niña dormía la siesta, por suerte tenía a su querido Sanji, que le hacía la comida que quisiese en un momento, sólo y exclusivamente para "mamá" como ya la llamaban Luffy y él afectuosamente.

Sanji, salía de la cocina cuando, por culpa de su cansancio casi se choca con Zoro, que pasaba por allí con la navegante en brazos completamente dormida.

-¿Qué le has hecho a Nami-san?- preguntó alarmado el cocinero al ver a la seriamente perjudica pelirroja en brazos de su rival.

-Nada, me la he encontrado otra vez tirada en la cubierta, y la voy a llevar a su camarote para que descanse un poco- contestó Zoro con un tono de cansancio en su voz y unas ojeras bastante marcadas en su rostro.

-Te acompaño-

Ambos jóvenes fueron hasta el camarote de la navegante y mientras Zoro depositó a ésta en su cama, Sanji cubrió con una sábana a Arashi, que dormía plácidamente como un angelito, abrazada al gorro de Chopper. Posteriormente, el rubio, hizo lo mismo con Nami y ambos chicos salieron de la habitación cerrando cuidadosamente la puerta tras de sí intentando no hacer ruido.

-Tenemos que hablar un momento- murmuró Sanji por lo bajo.

Zoro asintió y ambos de dirigieron a la cocina, una vez allí se dejaron caer pesadamente en una silla y el rubio encendió un cigarro en un intento de relajarse.

-Zoro, ya sé que tu eres muy macho y un gran espadachín y todo eso, pero necesitamos ayudar a Nami-san con esto- empezó a decir el cocinero dándole una gran calada al cigarro y dejando salir el humo lentamente, como si realmente disfrutara con ello.

-Por una vez te voy a dar la razón, no me preguntes por qué porque no lo sé, pero prefiero a la Nami mandona, chillona, déspota y dictadora que a este espectro al que no se le puede llamar persona- contestó el peliverde apoyando la cabeza en la mesa.

-Y además ya no lleva esos trajes suyos tan encantadores, está todo el día con esa camiseta tuya y esos pantalones viejos-

-1:¿algún problema con mi camiseta? 2:ya sabía yo que alguna idiotez así ibas a decir.-

-No estoy con ánimos de ponerme a discutir así que haré como que no he oído nada-

Zoro, que tenía ganas de cualquier cosa menos de ponerse a pelearse con el cocinero asintió y se dispuso a hablar.

-Dado que por diversas razones somos las únicas personas del barco que podemos encargarnos de la niña, pienso que no estaría mal que nos turnásemos, cada noche nos quedamos uno de nosotros con ella-

-La idea no es mala, pero al cosa es dónde, porque Nami-san se quedaría con ella en su habitación, y dudo mucho que quiera que nosotros nos metamos en su camarote no estando ella- dijo Sanji masajeándose las sienes intentando encontrar en su cabeza una idea para resolver el embrollo.

-Pues tendríamos que irnos a dormir allí-

-OH SIIIIIIIIIIIII!DORMIR CON MI NAMI-SWAAAAAAAAN!-por un momento, todo el posible cansancio que pudo sentir el cocinero se esfumó y éste empezó a dar saltos de alegría por la cocina hasta que Zoro le puso la zancadilla y éste cayese al suelo estrepitosamente.

-¿PERO QUE HACES?-

-Para un poco Sanji, que me duele la cabeza y esto es serio. Me estaba refiriendo a llevarnos allí las hamacas, no a dormir en su cama "cocinero salido"-

-Habría que hablarlo con ella a ver que piensa, pero de momento ¿cómo nos apañamos hoy?-

-Pues vete preparando algo para Arashi, a esta hora se suele despertar. Yo iré a buscarla y la traeré, intentaré que Nami no se despierte-

-De acuerdo…por cierto Zoro ¿cómo es que estás tan comprensivo con este tema?-

-En cierto modo hecho de menos a "nuestra Nami", aunque no se lo digas, es capaz de enfadarse, además ver a ese fantasma por ahí no me deja concentrarme –

El espadachín se dirigió al camarote de Nami y dejó a Sanji cocinando. Procurando ser lo más sigiloso posible entró en la habitación donde dormía la pelirroja y se sentó junto a la cama de ésta, preparado para echarse una siestecita esperando a que la pequeña despertase para llevársela de allí y así permitir a la navegante que se tomases su merecido descanso. Zoro no pudo evitar sonreír al ver a la chica acurrucada en la cama, por primera vez con el rostro relajado en lo que iba de semana y con una respiración profunda y con un suave ritmo. Al ver que unos mechones de pelo caían sobre su cara haciéndola revolverse en sus sueños, el espadachín decidió apartarlos suavemente con una caricia rogando porque no se despertarse justo en ese momento.

-"No sólo eres la mejor navegante del Mundo, sino también la mejor madre"-pensó para sí Zoro avergonzándose al instante de las palabras que su propio cerebro había pensado por él.

Cuando el espadachín estaba apunto de quedarse dormido fue cuando empezó a comprender todo por lo que estaba pasando la pelirroja, no falló, así que el sueño empezó a invadir su cuerpo la pequeña Arashi abrió los ojos de par en par y se preparó para ponerse a berrear y llorar, pero por suerte el peliverde se dio cuenta a tiempo y la sacó corriendo de la habitación antes de que pudiese despertar a Nami.

-¡Buf!- resopló Zoro al llegar a la cocina con la niña colgada de su cuello.

-¿Se ha despertado Nami-san?- preguntó un realmente preocupado cocinero a la vez que se acercaba a la pareja para darle un beso en la frente a la niña, la cual sonrió y le alargó los brazos con intención de que la cogiese, lo cual, por cierto, dio resultado.

-No, sigue descansando- Zoro, cansado, se dejó caer en la silla y tras dar un gran bostezo puso los brazos sobre la mesa y se apoyó en ellos a modo de almohada- por cierto Sanji, deberías ir a ver a Nami luego, se te caería la baba-

El cocinero miró interrogante al espadachín sin creerse muy bien las palabras que llegaban a sus oídos y se le dirigió una mirada penetrante esperando una respuesta.

-¿Qué? Es una de las pocas oportunidades que tendrás de verla lo suficientemente tranquila como para que no te parta la cara pero sin que parezca un espectro-

-Si tanto insistes, iré en cuando dé de comer a Arashi,¿ te importa sujetarla un momento mientras termino de hacer la papilla?-

-Trae- Zoro cogió pesadamente a la niña y salió a la cubierta con la intención de dejársela un rato a Luffy, así ambos estarían felices y él podría dormir a gusto.

Se despidió de Sanji y se fue hasta el camarote masculino, acomodándose en seguida en el sofá y quedándose profundamente dormido, por fin, a las 6 de la tarde, Zoro consiguió echarse su primera y única siesta del día.

Al cabo de dos horas, la niña ya había comido, ya estaba jugando de nuevo con Luffy y el pobre Sanji iba a ponerse a cocinar otra vez, esta vez, la cena. Zoro se despertó bastante más descansado y fue a la cocina para ver que se cocía (nunca mejor dicho) y se encontró con su capitán y Arashi-chan jugando a cucú-trastras, y por increíble que parezca se lo estaba pasando mejor el chico que la pequeña.

-Bueno días- saludó Zoro mientras entraba por la puerta de la cocina- ¿Y Sanji?- preguntó el espadachín al ver un montón de platos y cacerolas a medio fregar y al notar la ausencia del rubio, que a estas horas normalmente está cocinando.

-Está con Nami- dijo un Usopp malhumorado sentando al fondo de la sala.

Sin mediar más palabra el peliverde salió de la estancia y se dirigió al lugar donde supuestamente estaba su compañero de fatigas para comprobar si la "bella durmiente", como Sanji empezó a llamarla desde ese momento, seguía, de hecho, durmiendo.

-Oi,Sanji- murmuró Zoro a la vez que abría lentamente y con sigilo la puerta que daba acceso a la habitación de la chica.

-¿Mmmm?- dijo él sin atreverse a hablar si quiera

-¿Sigue dormida?- preguntó entrando en la habitación y cerrando la puerta

-Hai-el cocinero arropó cuidadosamente a Nami de nuevo, pues al moverse en sueños la sábana se había caído de la cama.-¿No es hermosa cuándo duerme?-

-Sí,sí hermosa como una osa, ya tuviste que saltar con la chorrada- bufó Zoro empezándose a hartar de nuevo de la idolatración que tenía el rubio hacia la chica.

-Y sin embargo lo es.- contestó Sanji ignorando al espadachín y sabiendo que esta vez había ganado él el combate.

Zoro, viéndose sin palabras para recriminar al chico murmuró para sí mismo un insulto para el cocinero y bostezó abiertamente deseando irse a dormir otra vez aun habiéndose despertado hace escasos minutos.

-Mejor vamos a la cocina, que Luffy ya empieza a tener hambre y si no le echamos algo va a venir a ver qué pasa..¿y no querrás que despierte a tu querida "Nami-swan", verdad?- dijo Zoro irónico y mirando al rubio con el rabillo del ojo.

-Sí vamos- Sanji se inclinó sobre Nami y besó suavemente la frente de la chica, que se revolvió y sonrió en sueños, consiguiendo con eso que el rubio se quedase embobado de nuevo y clavado en el suelo junto a la cama.

Zoro bufó y agarró al cocinero por el cuello de la chaqueta arrastrándolo fuera de la estancia, la verdad es que él también tenía un hambre atroz, de hecho su estómago estaba empezando a aprender a hablar rogándole comida. Y no esta dispuesto a tener que esperar otras dos horas para cenar por el simple hecho de que el estúpido cocinero se quedase atontado viendo dormir a la pelirroja.

Una vez en la cocina el espadachín ya se atrevió a soltar a Sanji, el cual se acercó dando saltitos y diciendo "Nami-swaaaaaaaaaaaaaaan" a la lumbre para empezar a hacer la cena y así calmar los ánimos de Luffy que estaba apunto de comenzar su ritual nocturno de "pedir carne a Sanji".

-¿Cómo está la navegante?- Zoro se sobresaltó al oír tras de sí la voz de Nico Robin, y se preguntó cómo se las apañaría esa mujer para pillarle siempre desprevenido, lo que hacía que le diese aún más mala espina.

-Descansando- musitó el espadachín sin demostrar mucho interés en tener ese tipo de conversación con Robin

- Por lo que veo te has metido de lleno en el tema de cuidar de "mamá", he de decir que del cocinero me lo esperaba, pero de ti no- dijo la morena irónica a la vez que miraba inquisitivamente al joven.

-Es una más de la tripulación, y además es la navegante, sino descansa no podrá guiarnos correctamente- contestó él empezándose a mosquear

-Ya….-respondió sarcástica la chica sin mostrando una irónica sonrisa en su rostro.

Zoro la miró confundido mientras la chica se dirigió a la mesa donde Luffy, y Chopper ya estaban sentados jugando con Arashi posteriormente decidió olvidarse del tema y sentarse también en la mesa a la espera de la ansiada cena.

-Musculitos descerebrado-Zoro se levantó furioso dispuesto a partirle la cara al cocinero por haberle llamado eso, pero se detuvo al ver frente a sus narices un plato repleto de ramen de ternera y otro con un montón de trufas de chocolate.-Deja esto en la habitación de Nami, si lo dejo aquí se lo comerán estos y no le quedará nada para cuando se despierte-

Zoro no cruzó palabra ninguna con él pero le arreó un capón como pago al insulto de antes, y tras ello salió de la cocina sin dirigirle una mirada a nadie. Se dirigió de inmediato a la habitación de la navegante, que estaba totalmente a oscuras, pues ya había anochecido y la luz de la estancia estaba apagada. El joven se acercó lentamente y en silencio a la mesa donde descansaban todos los mapas, plumas, cartabones y demás instrumental de la navegante. Depositó suavemente ambos platos en ella y echó un ojo a la chica, cuyo rostro era iluminado por un tímido rayo le luz de la Luna que entraba por la rendija de la ventana. La joven se movió poco a poco y Zoro, pensando que era porque tenía frío, cogió una de las mantas que había a los pies de la cama con intención de taparla, pero cuando iba a hacerlo se encontró con los ojos de Nami, que lo miraban fijamente como no creyéndose lo que estaban viendo.

-¿Zoro?-preguntó ella, confusa y dando un generoso bostezo.

-Hai…descansa- contestó el chico dándole la manta a la navegante.

-¿Qué haces aquí?- dijo ella soltando la manta e incorporándose en la cama.

-Sanji me pidió que te trajese la cena…ahora descansa-insistió el peliverde con intención de salir por la puerta.

-¿Cena?¿ya es tan tarde?- la chica se levantó y se dirigió a la mesa cogiendo una de las trufas que el cocinero le había preparado.

-Ya son cerca de las diez – respondió él dándose la vuelta para mirar a la chica.

-Pues entonces he dormido cerca de 6 horas..¡qué bien me ha sentado!- comentó ella estirándose y encendiendo una pequeña luz en la habitación.

Zoro pudo corroborar que en efecto, así era, el sueño reparador había conseguido que tanto sus mejillas como sus labios tuvieran de nuevo ese color rosado que las caracterizaba, en lugar de la piel pálida que había mostrado estos días de atrás. Sus ojeras, aunque seguían estando, habían disminuido considerablemente, y sólo por la pequeña conversación que estaban teniendo, se notaba que el ánimo de la chica también había mejorado. El espadachín miro a la joven de arriba abajo, para darse cuenta de que, para desgracia del cocinero, por mucho ánimo que hubiese recuperado la chica, seguía llevando la misma ropa y su pelo seguía igual de estropeado.

-Cena, te vendrá bien. Le diré a Luffy que saque el agua para que te des una ducha. Por cierto, Arashi está en la cocina con nosotros, no te preocupes por ella y preocúpate un poco por ti, lo necesitas.- dicho esto Zoro salió de la habitación dejando a Nami sentada en su mesa cenando tranquilamente, y se dirigió a la cocina para cenar él, que realmente, también lo necesitaba.

-¡LUFFY! saca agua luego, Nami se va a duchar-dijo Zoro a la vez que entraba en la cocina

-SIIIIIIIIIIII- respondió su capitán con una sonrisa.

El espadachín se dejó caer en al silla y cogió un plato de lo poco que quedaba de cena, pues Luffy prácticamente había acabado con todo.

-¿Qué te ha llevado tanto tiempo en la habitación de la navegante, espadachín?- preguntó maliciosamente Robin haciendo que al joven se le cayese el tenedor que tenía en la mano y que a Sanji ante semejante pregunta y la de respuestas que se le ocurrían, se le cayese la olla que estaba fregando al suelo armando un gran escándalo que asustó a la niña consiguiendo que ésta se pusiese a llorar.

-¿ZOOOROOOOOOO, QUÉ LE HAS HECHO A NAMI-SAAAAAAN?-dijo un furioso cocinero a la vez que saltaba directo a la yugular de Zoro cuchillo en mano.

-SIMPLEMENTE HABLAR CON ELLA- gritó el espadachín a la vez que se apartaba del campo de acción de Sanji y se cubría con sus brazos.

Luffy y el resto, viendo que el ambiente se caldeaba y que el tema no iba con ellos se largaron dejando solos a Sanji y a Zoro que empezaron una pelea de las suyas, que sin saber por qué, se volvió aún más violenta de los que normalmente eran. La lucha entre ambos se prolongó hasta que una conocida voz para ellos apareció de no se sabe dónde haciendo que se detuvieran.

-PARAD YAAAAAAAAAAAAAAAA- ambos chicos se detuvieron al instante y miraron hasta la puerta de la cocina, en la cual había una figura muy conocida para ellos, con un aura maligna a su alrededor y fuego saliendo de sus ojos.

-OHHHHHHHHHHHHHH NAMI-SWAAAAAAAAAAAAAAN- Sanji se lanzó hacia ella para abrazarla, pero ésta, temiéndoselo, se apartó en el momento justo haciendo que el joven cocinero se estampase contra el suelo.

-¿Ya estás mejor?- preguntó Zoro intentando aguantarse la risa tras la ridícula escenita que acababa de hacer su rival.

-Sí gracias-

Efectivamente, se le notaba. Sus ojos ya volvían a tener su habitual brillo, su corta melena, aún mojada tras haberse duchado, caía por su cuello. En su rostro, había una sonrisa y gran parte de sus ojeras habían desaparecido, el color había vuelto definitivamente a su piel y desde luego, su mal genio también había regresado.

-Nami-swaaaaaaaaaaaaan, estás guapísima, ese traje te queda genial- dijo el cocinero levantándose del suelo y rodeando los hombros de la chica con su brazo. Ella lo miró amenazadoramente haciendo que el chico la soltase de inmediato pero le agradeció el cumplido. Zoro echó un ojo a la navegante, y tal y como el cocinero decía, comparada con estos días de atrás estaba guapísima. Enfundada en esos pantalones piratas negros y ajustados, que marcaban todas sus curvas, y acabando el conjunto con una camiseta de tirantes, roja, con un pronunciado escote en pico y atada al cuello, dejando gran parte de la espalda libre. Como broche final, en la parte delantera de la camiseta, un gran símbolo de berri, en color dorado adornaba la prenda con un definitivo y único "toque Nami".

-Te queda bien- dejó caer Zoro, pasando inmediatamente a observar la interesantísima pared y sentándose junto a la mesa de nuevo.

-Gracias..¿y Arashi?- preguntó preocupada la chica al no ver a la pequeña por ninguna parte.

-Fuera con Luffy y Chopper…..tranquila- dijo el espadachín al ver a la alterada navegante.

-Ahora que recuerdo…Zoro y yo habíamos pensado en ayudarte con ella- dijo Sanji encendiendo un cigarrillo y dando una gran calada.

-¿Ayudarme?- preguntó ella curiosa y sentándose en una silla junto al peliverde.

-Sí, turnarnos para cuidarla por las noches, para que puedas descansar- añadió en espadachín respondiendo a su pregunta.

-Sí y además así podré dormir con mi Nami-san- comentó Sanji dando saltos de alegría y prácticamente derritiéndose ante la pelirroja.

-¿QUÉ?- se alarmó ella y miró a Zoro buscando respuestas.

-dado que no nos la podemos llevar a nuestro camarote, habíamos pensado que las noches que nos toque a alguno de los dos, podríamos ir a dormir a tu camarote, CADA UNO EN SU CAMA- Zoro dijo esto último mirando al cocinero de forma amenazante y dejando bien claro que ni se le pasase por la cabeza el dormir con Nami.

-Por mi vale- dijo ella resuelta - Me haríais un gran favor-

-Pues decidido entonces, está noche me toca a mí. Sí Nami-san así si te entra miedo por la noche me pedirás que me meta en tu cama para abrazarte a mí, y yo te protegeré y luego haremos cositas y…adem..AUCH!- Sanji se frotó el chichón que Nami acababa de provocarle de un puñetazo y decidió no proseguir con su discurso por miedo a recibir más golpes. La navegante, por su parte fue a vez que se cocía en la cubierta, seguida por Zoro, el cual no pudo evitar musitar un bien audible "idiota" al pasar junto a Sanji, el cual seguía sujetándose la cabeza dolorida mientras pensaba todas las cosas que podría hacer esa noche con Nami en la habitación de ésta.

REWIEVS REWIEVS REWIEVS!