X-Men no me pertenece.

ADVERTENCIA: Errores de dedo, perdida de elocuencia por mis desvaríos, uso de la palabra "celo" para referirme a los días fértiles de alfas y omegas porque no me gusta la palabra que usan con los alfas… me desagrada tanto que ni la recuerdo, uso excesivo de la palabra "incomodar" en todas su variantes… nopor que se me fue de las manos.


A Moira no le agrada Erik Lensherr.

No lo considera un secreto, sus personas de confianza conocen tal hecho, aunque nunca lo ha dicho en voz alta en presencia del alfa mutante, sabe que este puede percibirlo también, justo como ella percibe el descontento de parte de él.

No hay realmente una razón en particular. Sí, Erik Lensherr es un asesino… ella también.

Moira es un adulto, con suficiente inteligencia emocional considera, como para ser capaz de decirse a sí misma que no le agrada el líder de los mutantes y aun así esforzarse por mantener una relación armoniosa y diplomática con el hombre, eso no es ser hipócrita, es ser un adulto medianamente funcional; además, son las decisiones que debe tomar como líder de los no mutantes.

Pese a no agradarle, en cierta medida, entiende a Erik Lensherr, quién sabe, tal vez al ser ambos líderes en este mundo post guerra, sean los que más pueden llegar a entender al otro.

Así que no le agrada, pero confía en el criterio del alfa mutante y en su capacidad de hacerse cargo de cualquier… "problema", fue por eso que le otorgó total libertad con el temita de "Bolivar Trask"

No pudo evitar el notar que esta vez ni Raven ni Logan acompañaban a Erik, si no que en esta ocasión se trataba de un par de omegas.

No iba a mentir y decir que no se sentía muy amenazada, incluso si hombre y mujer lo miraban con expresiones mucho más amables que las de los alfas que tendían a acompañar constantemente a Lensherr.

Vio a Erik lanzar una mirada de soslayo a la fotografía sobre la mesa entre los dos, para finalmente deslizarla en dirección a Moira.

Pensó en cuestionar a Lensherr, porque sinceramente le gustaba más usar el lenguaje hablado, pero después de tanto tiempo, sabía que el alfa disfrutaba de usar la menor cantidad de palabras posible, como si tuviera un contador personal que no debía sobrepasar, fue por eso que se limitó a tomar la fotografía y acercarla a su rostro.

Su compañero (y amigo) no mutante soltó un grito ahogado de sorpresa, Moira a veces deseaba no haber perdido su capacidad de sorprenderse, pero incluso la fotografía de un cadáver desmembrado no era algo que no hubiera visto antes… en múltiples ocasiones.

Se concentró en el rostro del cadáver. Suspiró (porque se sentía tremendamente aliviada), abrazando el pequeño instante de paz que la inundó y bajó la fotografía colocándola de tal forma que su pobre compañero no tuviera que seguir siendo sometido a tal imagen.

—Entonces está muerto— Comentó, porque necesitaba una confirmación verbal, incluso si la imagen recién grabada en su retina debía ser más que suficiente. Lensherr asintió.

—Dijiste que su destino era mi decisión—

—Y no me arrepiento de mi decisión— Se apresuró en confesar ante el ligero toque de reproche en las palabras del mutante.

Erik Lensherr asintió con la cabeza, ella lo imitó.

Moira sonrió, Lensherr la imitó.

—Había algunos no mutantes en el laboratorio de Trask, les dije que tú vendrías eventualmente y que podían hablar contigo y tomar la decisión de si quieren seguir viviendo en Genosha o ir contigo—

Moira no pudo combatir la expresión de sorpresa que luchó por aparecer en su rostro.

—¿Permitirías que no mutantes vivan en Genosha? —

—Por supuesto— Le respondieron sin ningún rastro de duda.

Y era por eso que, aunque no le agradaba, simplemente no podía odiar a Erik Lensherr.

—El día de hoy tenemos una pequeña celebración, todos los habitantes de Genosha estaremos reunidos, comeremos, conversaremos, pueden quedarse— Explicó Lensherr haciendo contacto visual con el acompañante de Moira. —Y ahí puedes aprovechar para hablar con los no mutantes que te comento—

Moira miró a su compañero, claramente descolocado luego de haber sido el único destinatario de la atención del líder de los no mutantes... era gracioso.

Sonrió mostrando todos sus dientes superiores, enfocando su mirada en Lensherr.

—Nos va a encantar hacer eso—

Caminó a pasó tranquilo por el camino que Erik Lensherr les mostraba.

Nunca antes había recibido este trato por parte del alfa, este nivel de confianza mostrado en el que le permitían recorrer Genosha como una invitada… ¿debería ponerse paranoica? Sí, probablemente, pero su naturaleza alfa estaba tranquila, el otro alfa no olía a amenaza… de hecho, Erik Lensherr nunca había portado un aroma tan… feliz y en paz, como si la vida ya no le pesara tanto como antes.

Lensherr siempre olía como un bosque de pinos, pero ahora también olía a un ligero toque de… si Moira tenía que decirle de alguna forma, diría que era como cuando alguien estaba preparando un té de plantas aromáticas.

No había notado que el aroma de Lensherr solía estar agriado con tristeza e ira… hasta ahora que estaba ausente.

De hecho, su rostro endurecido y su ceño fruncido igualmente estaban ausentes.

Vio a un gran grupo de personas reunidas, los sonidos de conversaciones que era incapaz de entender por la lejanía, una música suave de fondo, unas cuantas personas haciendo pasos lentos de baile…

Y después una niña pelirroja estrellándose con todas sus fuerzas contra el cuerpo de Lensherr es lo que atrapó toda su atención.

El alfa rio, Moira estaba segura de que nunca lo había escuchado reír, alzando a la menor y abrazándola contra él.

—Mhm, ya me desocupé y también te extrañé— Escuchó que Erik decía, pensó que estaba hablando con ella, pero al procesar realmente lo recién dicho entendió que el verdadero dueño de aquellas palabras era la pequeña niña pelirroja.

—No sabía que tenías una hija— Exclamó, segura de que su conclusión era acertada.

Erik le dedicó una mirada de soslayo y una sonrisa de medio lado.

—Porque no confiaba en ti— Moira se sintió satisfecha con la respuesta, permitiéndose sonreír, siendo acompañada por las risas suaves de los omegas que no se habían alejado aún.

—¡Hermano! — Escuchó que exclamaba esta vez un pequeño niño de cabello castaño, que corrió a abrazarse al omega masculino que loas había estado acompañando.

—Scott— Dijo el omega, probablemente como saludo, para, al igual que Lensherr, alzar al menor en sus brazos.

—Te extrañé mucho, Hank estaba triste porque no estabas— Informó el pequeño castaño, el rubio rio en respuesta y Moira se distrajo con la llegada de dos niños más.

—Hola, señor Erik, señor Alex, señorita Angel— Dijeron el pequeño de piel azul y la pequeña de cabello blanco de manera descoordinada, para luego enfocarse en ella y en su compañero.

—Hola señor y señorita que no conozco— Exclamó el pequeño de piel azul, muy sonriente.

—Ah— Escuchó a Erik exclamar. — Ellos son Moira MacTaggert y Black, son… unos amigos—

—Hola señor Black y señorita Moira— Dijeron tres de los cuatro menores de forma escandalosa.

Moira se concentró en imitar el saludo de la hija de Lenhserr, que agitaba ambas manos con mucho entusiasmo.

Y entonces toda su atención fue atraída por una risa. No estaba segura del porqué, pero tenía que encontrar al dueño de aquella risa.

Y cuando lo hizo, no había forma de que apartara su vista. Cabello castaño, ojos demasiado azules, sonrisa encantadora, además de la forma en que el hombre acomodaba un mechón de cabello detrás de su oreja… no tenía idea de que un gesto tan simple podía llegar a parecerle tan… sensual.

El hombre miró en su dirección, todo su rostro se iluminó y su sonrisa se tornó casi insoportablemente perfecta.

Solo fue capaz de alejar su mirada al ver como Erik se movía, aun con su hija entre sus brazos, caminando a paso firme hacia el hombre de ojos azules, para inclinarse y besarlo.

—Charles, ella es Moira MacTaggert, la líder de los no mutantes, Moira, él es mi pareja, Charles y ella es nuestra hija, Jean—

Claro, Raven y Logan estaban junto al omega a una distancia que denotaba la necesidad de proteger que sentían para con el hombre de ojos azules, pero si aquello no lo dejaba claro, la misma mirada amenazante que le dedicaban siempre que estaban ahí para custodiar a Erik estaba igualmente presente en este momento.

—Mucho gusto, señorita MacTaggert— Respondió la atractiva pareja de Lensherr. La pequeña volvió a hacer su saludo doble.

Moira sonrió de manera honesta.

—Es un placer—

Había una nueva razón para alimentar su no agrado por Erik Lensherr, pensó con decepción y resignación.

Ojalá y hubiera conocido a ese atractivo omega antes que Lensherr… estúpido universo.

Era hora de ir a casa.

Moira y Black se quedarían en casa de Darwin y Angel porque pesé a toda la confianza que Erik podía desarrollar hacia la líder de los no mutantes, tampoco iba a ser tan estúpido como para dejarlos sin vigilancia.

Confiar en los miembros de su manada implicaba que ahora que la reunión había llegado a su fin, Erik solo tenía que preocuparse por tomar a Jean en brazos, acomodarla en el regazo de Charles e iniciar el camino hacia su casa que se había vuelto un hogar.

Su calma se disipó al ver a Raven sonriéndole alegremente. Eso nunca era bueno.

La miró lleno de sospecha.

—Jean dormirá en nuestra casa esta noche—Erik frunció el ceño, posando su atención en Azazel que se limitó a sonreír con nerviosismo.

—¿Quién decidió eso? — Cuestionó, tenso.

—Nosotros— Afirmó Raven con seguridad. —¿Cierto, Charles? — Su pareja, que hasta el momento había estado entreteniendo a los niños con choques de manos repetitivos, se giró a ver a Raven de inmediato, ni bien su nombre terminó de ser formulado.

Charles lució ligeramente sorprendido, para luego mirarlo a él con una sonrisa radiante.

—Cierto— Erik continuó con el ceño fruncido, pero esta vez con confusión.

"¿Por qué?" pensó en formular, pero ni bien abrió la boca para hablar su compañero destinado ofreció una respuesta, muy seguramente porque la pregunta había escapado de la mente de Erik.

—Porque Jean disfruta mucho pasar tiempo con sus amigos, ¿Cierto, Cariño? — Explicó el omega con llaneza, su hija sonrió dando unos cuantos aplausos.

Erik no pudo evitar sonreír ante lo adorable que era su hija.

Si bien no quería contradecir a su pareja, porque de todas formas no podía ya que era verdad lo que acababa de decir, de cierta forma aún era renuente a simplemente aceptar y continuar con su vida.

—Pero…—

—Scott y Ororo también van a quedarse con nosotros— Continuó informando Raven. Los menores soltaron gritillos felices para abrazarse entre ellos, como si no hubieran sabido las noticias ya previamente. —Así sus padres podrán disfrutar de su noche a solas, la necesitan— Yukio sonrió sin ningún rastro de vergüenza, Ellie no hizo ademán de siquiera estar escuchando, Hank se ahogó con su bebida y Alex se enfocó en intentar ayudar a su pareja a dejar de toser (aunque Erik podía notar lo rojo que estaba).

—Papi, ¿Por qué los papás y mamás de Scott, Ororo y Jean necesitan estar solos? —Quiso saber Kurt, interrogando al instante a su padre. Cada uno de los menores lució muy interesado en la respuesta ante la pregunta de su buen amigo.

Incluso Jean que se decantó entre mirar a Erik, Charles y el mismo Azazel.

—Ah, bueno…— Azazel, siempre elocuente y elegante… como Erik.

—Es que…— Soltó él con torpeza, Hank continuó ahogándose con su bebida.

Ellie abrió la boca, dispuesta a decir algo. Erik sintió un escalofrío al ver la seguridad en la mirada de la mujer alfa.

—Necesitamos hablar de cosas que los niños no deben escuchar— La explicación simple y segura de Charles, fue más que suficiente para apaciguar la curiosidad de los niños, que asintieron totalmente convencidos, haciendo ruidillos de entendimiento.

Raven ahogó una risa. Logan no escondió la suya.

—Ciertamente, cosas que no deben escuchar— Agregó Raven de forma maliciosa.

—Así que tienen muchas cosas de qué hablar, ¿eh? — Cuestionó Logan en su dirección de forma casi susurrante.

—Así es Logan, no seas chismoso, por más que preguntes, no te contaremos nada— Respondió Charles de forma educada, segura y directa.

Era tremendamente sexy.

Mariko adornó la escena con su risa, al tiempo que Logan fruncía el ceño.

—No te metas con Charles, ya te lo he dicho, alfa— Dijo la omega en dirección a su compañero vinculado.

Después de dejar a su pequeña en casa de Raven, Azazel y Kurt. Erik caminaba a paso tranquilo, empujando la silla de Charles.

No tenía prisa por llegar, tenía toda la noche para…eh… disfrutar de la compañía de su compañero destinado, así que ahora podía concentrase en el suave rechinido que hacía la silla de ruedas, el ligero viento que movía su cabello y en observar a su amado.

—Erik— Nombró Charles, interrumpiendo la comodidad de su silencio.

—¿Mhm? —

—En realidad si hay algo de lo que quiero hablarte— Comentó su pareja riendo suavemente, Erik se permitió sonreír porque no parecía ser que le contarían algo malo.

—¿Qué sucede? —

—Es algo que pasó… mientras estabas con la señorita Moira— Erik estaba intrigado por lo que le contarían. —Cuando estaba con Raven y los niños, Mariko llegó de repente, luciendo nerviosa y diciendo que necesitaba estar… conmigo— Erik estaba confundido. —De todas las personas en la manada, ella necesitaba estar conmigo— Incluso en esta situación, Erik sintió un calorcillo en el estómago al escuchar a Charles usar palabras que implicaban que sin ninguna duda él sabía que era parte de esta gran manada. Dejó pasar aquel pensamiento y se centró.

Lensherr sabía lo que Charles estaba tratando de hacerle ver. La única razón por la que Mariko, una omega embarazada, iría toda dominada por su instinto a buscar a otro omega con tal urgencia sería si dicho omega era su… omega líder.

El calorcillo creció, llenándolo de sentimientos positivos, queriendo explotar en la forma de una risa boba.

Detuvo su andar, rodeando la silla de ruedas, para mirar apropiadamente a su compañero destinado.

Charles no solo era parte de la manada, era el omega líder.

Recibió un golpecillo suave en un brazo que lo sacó de golpe de los confines de su mente.

—¿Por qué sonríes? — Lo cuestionaron, aunque Charles también estaba sonriendo, por desgracia el omega luego desvió la mirada luciendo incómodo. —Sé que has llegado a la misma teoría que yo, que Mariko estaba buscando el consuelo de su "omega líder"— Seguía sin entender porque Charles lucía tan incómodo.

Lo pensó por un momento, sintiéndose un poco hipócrita de golpe, porque él entendía, ser un líder era difícil, al principio él había querido rehusarse a ser el alfa líder.

—Pero, incluso si soy la pareja del alfa líder yo ya no soy un…— Eso era completamente diferente a la razón que Erik había creído había detrás de la reticencia de su amado compañero destinado.

Ni siquiera pudo permitirle el terminar su frase.

—Pero lo eres, eres un omega… incluso si te quitaron…— Decidió que no lo diría, no quería. —Eres un omega— Afirmó con seguridad.

Charles lucía sorprendido y en su rostro podía haber muchas cosas, menos felicidad. Lensherr se dio cuenta de que tal vez había dicho algo incorrecto.

—¿T-te molesta que diga eso?, perdón, no creí que…— Charles negó rápidamente con la cabeza y se apresuró en rodearlo de la cintura acercándolo a él, comenzando a llorar de forma silenciosa, estaba por entrar en pánico, pero una sola palabra de su omega lo contuvo.

—No— Dijo Charles, notándose en su voz la pelea con el nudo en su garganta. —Gracias— Erik frunció el ceño un segundo, curioso por el agradecimiento, quería estar confundido y lo estaba, pero no del todo.

—¿Por qué gracias? — Cuestionó, pero su pregunta no fue respondida.

—No creo ser un líder— Murmuró Charles escondido contra Erik.

—Yo creo que sí—

—No he hecho nada por ellos—

—Al contrario, has hecho mucho por todos nosotros—

—Todos ustedes son los que han hecho mucho por mí—

—El instinto de Mariko dice lo contrario— Ahí finalmente su Charles rio, comenzando a limpiar sus lágrimas.

—¿Estaría bien? —

—¿Qué cosa estaría bien? — Charles bufó fingiéndose molesto.

—Que yo fuera… el omega líder— Erik se apartó de su compañero destinado, inclinándose un poco para mirarlo a los ojos y pasándole una mano por su cabello

—¿Por qué no estaría bien? — Y Charles desvió la mirada un segundo, en esa manía que tenía de hacer cuando pensaba en algo que lo molestaba y Erik sabía que estaba por escuchar una aparentemente interminable lista de razones por las que podría "No estar bien", así que se apresuró en interrumpir. —Charles, por supuesto que estaría bien— Lo pensó un momento. —Está bien— Decidió corregir. Charles suspiró, apartando su ceño levemente fruncido para sonreírle con un deje de alivio.

—Igual hablaré con Hank mañana, se supone que iba a revisar a Mariko hoy, tal vez él tenga otra teoría, tal vez hay algo que no estamos viendo— Incluso si había otra teoría, Erik se iba a quedar con esta; Charles era su compañero destinado y su omega líder.

—Estas mostrando esa sonrisa otra vez— Soltó Charles en una queja alegre y desviando la mirada.

—¿Cuál? — Dijo apresurándose en buscar la mirada de su pareja, el cual comenzó a reír.

—¡Erik! —

—Es que quiero saber cuál— Su sonrisa ya no pudo seguir siendo apreciada por su compañero destinado cuando este la cubrió con sus propios labios.

Lensherr no tenía quejas.

Erik acomodó a Charles sobre los futones que simplemente siempre permanecían juntos, para sentarse junto a él.

No estaba seguro de cómo proceder ahora, las cosas normalmente solo surgían en el momento, no lo pensaba demasiado, no como estaba haciendo ahora y siempre había esta sensación de aprovechar el momento de privacidad, aprovechar el hecho de que Jean estaba dormida, aprovechar, no pensar demasiado y actuar.

Charles se inclinó, abrazándose a él y dejando caer todo su peso contra Erik, quien al no estar preparado terminó perdiendo el equilibrio dejándose caer sobre su espalda, con el tórax de su pareja pegado al suyo y la risa de este acariciándole los oídos.

Erik no pudo evitar relajar los hombros y reír un poco también, para notar como Charles movía muy suavemente sus piernas para buscar una posición menos incomoda de cómo habían terminado, ligeramente torcidas.

Lo ayudó, asegurándose de no alejar el cuerpo del omega del suyo.

—Gracias— Le susurraron sobre los labios para ser el receptor de un beso en la barbilla.

Su sonrisa se volvió más amplia.

—Prefiero que ese agradecimiento sea aquí— Informó al tiempo que apuntaba sus labios. Charles torció los ojos, pretendiendo molestia, pero no había dejado de sonreír, así que Erik sabía que su pareja estaba disfrutando el momento tanto como él.

Finalmente comenzó a ser nuevamente besado en los labios.

Los labios de Charles siempre se sentían suaves y ligeramente acolchados, además de que tendía a ser el primero en solicitar la reunión de sus lenguas. Erik comenzaba a acostumbrarse a la forma de besar del omega y se encontraba jodidamente encantado al respecto.

Los sonidos húmedos que sus labios y lenguas hacían al juntarse y separarse estaba generando el interés de su miembro.

—Mhm, Erik— Lo llamó Charles en medio del beso.

—¿Mhm? — Respondió él, abriendo los ojos y enfocándose en el rostro de su pareja y respetando el hecho de que le estaban pidiendo en silencio (con una mano sobre el pecho) que detuvieran el beso, ojalá que solo por un momento.

—Me gustaría que intentáramos tener sexo penetrativo— Solo Charles podía decirle aquello de manera tan poco sensual y aun así provocar un estirón de completo interés por parte de su pene.

—Ok— Respondió de inmediato, aunque había cosas que aún no estaban claras. —¿Tú a mí? — Charles le sonrió apartándole el cabello del rostro. Erik tuvo un el pensamiento fugaz de que necesitaba un corte de cabello.

Acomodó un mechón del cabello de Charles detrás de una oreja.

El omega cerró los ojos un instante como si aquella acción hubiera sido demasiado para no disfrutarla con ojos cerrados.

—Tentador y jodido alfa sexy— Le dijeron haciéndolo reír. —Pero me gustaría más bien tu pene en mí—

Hablando de personas tentadoras y jodidamente sexys.

A Erik realmente no le importaba, le gustaba Charles, le atraía Charles, amaba a Charles y lo tendría como el omega quisiera y en la posición que el omega quisiera.

Pero igual decidió divertirse un poco.

Acercando sus labios a la oreja izquierda de Charles, dejando un beso suave.

—¿Has fantaseado con mi pene dentro de ti? — Susurró, arrancándole un ligero gemido a Charles que lo lleno de satisfacción y lo hizo desear ya no tener sus pantalones puestos.

Cuando se apartó para nuevamente ver el rostro de su pareja, este estaba repleto del color rojo, pero, como ya sabía y había esperado (cosa que no hacía más que calentarlo más) su amado lo miró sin rastros de vergüenza, si no con exceso de confianza y picardía.

—Obviamente, Lensherr— ¡Dios, necesitaba que estuvieran desnudos justo ahora!, su instinto alfa quería poder tocar cada pequeña parte del cuerpo de Charles, besarle cada una de las pecas de su espalda, llevarlo al orgasmo de una jodida vez; sin embargo, Erik no solo era un ser de instintos, era un ser racional y si había algo en lo que su parte instintiva y su parte racional estarían siempre de acuerdo, eso sería en jamás herir a su compañero destinado.

Su amado omega.

Y es que el problema no era que no lo hubieran intentado antes, las primeras veces que Erik intentó estimular a Charles con sus dedos, el telépata había terminado por simplemente removerse incómodo, para terminar por pedirle que se detuviera (con cejas fruncidas y repletas de preocupación, casi como si temiera que estuviera decepcionando a Lensherr) y sí, las últimas veces parecía que Charles estaba… Erik no diría que lo disfrutaba, pero parecía sentirse más cómodo… lo cierto es que, aunque no podía asegurarlo, a veces sentía como si Charles estuviera en el proceso de volver a acostumbrarse a su cuerpo.

Cuando pensaba en ello, su corazón dolía.

Y aunque cada vez que su exploración concluía en formas placenteras de llegar al orgasmo sin incluir ninguna clase de penetración (Erik no se quejaba, disfrutaba mucho de su vida sexual en compañía de su compañero destinado) era Charles el que cada cierto tiempo insistía en volverlo a intentar.

A Erik le gustaba pensar que era porque Charles se había puesto una meta, porque el omega se lo había dicho "Disfrutaba mucho del sexo" y Lensherr quería pensar que Charles disfrutaba de un pene estimulándolo desde el interior (nuevo tirón de su pene en busca de atención ante el simple pensamiento), pero también estaba esa vocecilla de inseguridad al fondo de su cabeza, la que le decía que ¿qué tal y Charles se sentía presionado por lo que él mismo suponía debía ser algo que Erik necesitaba?...

Porque Erik no lo olvidaba, lo apenado y decepcionado que Charles había lucido la primera vez que lo intentaron.

Erik había hecho todo lo posible por dejarle en claro a Charles que estaba muy satisfecho con cómo se estaba desenvolviendo su vida como amantes, pero a veces sentía que no estaba haciéndolo tan bien al momento de trasmitir su no insatisfacción. Después de todo no era tan estúpido como para pretender que no era terrible en eso de la comunicación verbal.

Charles estrelló cada una de sus manos en una de las mejillas de Erik, no con excesiva fuerza, pero si con la suficiente como para hacer un ruido ante el choque de sus pieles y obteniendo su completa atención.

—Estás pensando mucho y muy rápido— Le dijeron fingiendo un tono ameno, pero Charles se veía realmente preocupado. Continuó hablando sin apartar sus manos. —Erik, nunca me has hecho sentir presionado o como que tengo que hacer algo que no quiero, al contrario, en realidad me haces sentir… muy amado— Las personas mentían con facilidad, Charles podía estarle mintiendo, pero Erik solo podía enfocarse en los ojos azules brillando a causa de lágrimas que no serían derramadas y aceptar lo que sea que el omega le dijera como la total y absoluta verdad, abrazándola y atesorando este momento por el resto de su vida.

Mostro una sonrisa que podía percibir temblorosa, dándose una palmada suave en su propio pecho.

—En ese caso estoy muy orgulloso de mí mismo— Charles rio y fue precisamente la fuerza de su risa la que lo hizo liberar unas cuantas lágrimas que Erik se apresuró en limpiar, para comenzar a pasear su mano por la espalda de Charles, dejando caricias suaves.

—Mhm, enorgullécete— Aceptó el omega, haciendo que esta vez fuera Erik el que riera. —También me haces sentir muy deseado y espero que yo te haga sentir igual— Erik se inclinó para poder besarle los lunares en la nariz.

—Siempre— Afirmó reacomodando su cabeza sobre la almohada. Charles alejó sus manos del rostro de Erik y se movió suavemente hasta acomodarse sobre su costado, Erik lo imitó hasta lograr quedar frente a frente.

—Tienes razón, a veces me siento ajeno a mi propio cuerpo, muchas cosas cambiaron y a veces me siento como un extraño en él— Sabía que decir aquello le estaba costando y entristecía, Erik sintió que su corazón dolió aún más y de forma más terrible que cuando solo era una suposición suya, previo a que Charles se lo confirmara. —Y siento que… a veces siento que…— Charles cerró los ojos con fuerza. —Solo quiero hacerte sentir bien, que disfrutemos juntos… sé que no es realmente tan importante porque definitivamente he disfrutado de todos nuestro encuentros sexuales previos, pero quiero hacer esto sin tener que parar a la mitad porque mi cuerpo simplemente no… quiero hacer esto y no sentirme como si mi cuerpo me estuviera traicionando y no es tu culpa y de verdad, de verdad lo siento por darle demasiado valor a una forma demasiado sobrevalorada de lograr satisfacer a tu pareja cuando hay muchas y muy variadas y creativas formas y…— Erik estrelló con suavidad sus manos en las mejillas de Charles, deteniendo el monólogo repleto de pánico.

—Estás pensando demasiado y muy rápido— Repitió lo que le habían dicho, logrando silenciar a su compañero destinado que claramente había estado al borde de provocarse una crisis de pánico. Acarició lentamente la mejilla izquierda con su pulgar.

—Gracias por contarme—

—Te lo debo por leer tu mente—

—Puedes leer mi mente cuando quieras Charles, no me importa, porque sabemos que no soy muy bueno usando mis palabras— Respondió de inmediato, removiéndose un poco, hasta acercarse a su novio lo suficiente para iniciar un nuevo beso, no demasiado corto, pero que igualmente terminó bastante rápido.

—Mentí— Dijo Charles en cuanto sus labios estuvieron libres. —De verdad quería decirte, pero a veces siento que todos estos pensamientos van a abrumarte— Erik negó con la cabeza.

—Siempre voy a querer escucharte, sean pensamientos felices o no— Charles suspiró uniendo sus frentes. —Voy a estar dispuesto a intentar cualquier cosa que quieras experimentar— Charles se apartó, luciendo muy dispuesto en hablar. Erik se apresuró en hacer un ademán de que se detuviera. —Siempre y cuando no nos incomode o lastime a ninguno de los dos, si es doloroso para ti, tienes que decirme—

—Si es incómodo para ti, tienes que decirme— Le respondieron.

Ambos asintieron para sonreírse.

Sentía que había compartido de forma excesiva pensamientos y sentimientos que no deberían ser realmente necesarios considerando en el momento casi sexual en el que se habían encontrado previamente.

Pensó que había arruinado el momento.

Pero después de compartir y sentir demasiado, Erik había comenzado nuevamente con los besos ruidosos que a Charles simplemente le encantaban.

Erik cortó el beso de golpe, poniéndose de pie de un solo movimiento.

—Voy por…— "Condones, lubricante" Le ofreció la mente del alfa muy amablemente. Charles asintió con presura.

—Sí— Aceptó para ver a Lensherr caminar apresurado con la evidencia al nivel de su entrepierna de lo interesado que estaba en su situación actual.

Charles ya no tenía camiseta al momento en que Erik regresó, mostrándole un mohín discreto que ocultó contra el pecho derecho de Xavier, justo por arriba de su areola, donde la marca que Erik había dejado hacía días casi había desaparecido.

Bueno, ahora estaba repleta de color como cuando recién había sido hecha.

—Me gusta quitarte la ropa— Se quejó haciéndolo reír, permitiéndose enredar sus manos entre el cabello con destellos rojizos de su compañero destinado.

—Aun puedes quitarme los pantalones y la ropa interior— Eso le regresó una sonrisa al rostro, incluso si intentó ocultarla.

Se ayudaron mutuamente a quitar las prendas aun presentes y ni bien estuvieron sin ninguna barrera entre ellos, disfrutaron del contacto de piel contra piel, aun en una posición sentada, besándose tomando apenas tiempo para respirar.

—¿Te hago sexo oral? —Cuestionó a Erik que negó de inmediato con la cabeza.

—Mejor te hago yo a ti— Charles se cruzó de brazos, decidiendo usar una voz de reproche, aunque un tanto divertida.

—¿No soy bueno en el sexo oral? —

—¿Qué? —

—Bueno, no quieres que yo…—

—Oh, no, ¡No!, Charles, es todo lo contrario, eres demasiado bueno y… no estoy en mi celo así que estoy seguro de me voy a venir muy rápido y no creo poder tener una nueva erección—

—Oh—

—Siento ser viejo— Charles soltó una carcajada escandalosa.

—¡No eres viejo! —

—Mhm— Usó el alfa como respuesta, para esconderse contra su cuello, pasando de colocar besos a rozar suavemente con sus dientes la piel que se sentía demasiado caliente al contacto con su compañero destinado.

Charles hizo lo propio comenzando a dejar marcas en los hombros de Erik, su lugar favorito para dejarlas, ¿por qué? No tenía idea.

Suavemente Erik fue bajando, dejando un camino de besos, mordidas ligeras y chupetones, bajando por su esternón, pasando por su abdomen, jugueteando con su ombligo, colocando un último beso sobre la cicatriz en su vientre para rodear su miembro con su boca (no sin antes asegurarse de hacer contacto visual con Charles).

Jodido alfa demasiado sensual para el pobre cerebro y cuerpo sobre estimulados de Charles.

No pudo evitar que un gemido se le escapara, trato de detenerse a sí mismo, para recordar de golpe que Jean no estaba y que no tenía que mantenerse callado.

Liberó un nuevo gemido, sin que este fuera cortado a la mitad, seguido de otro y otro.

La calidez y humedad en su miembro desaparecieron de golpe, para que esta vez fuera todo su cuerpo el que fuera envuelto entre la calidez de su alfa.

—Me encanta escucharte, eres muy excitante— Un nuevo gemido se le escapó sintiendo su cuerpo estremecer.

Sentía demasiado de repente, no pudo controlar su necesidad de morder el hombro que estaba justo a la altura de sus labios, escuchando y disfrutando en exceso el gemido gutural que le arrancó a su compañero destinado.

Sonrió satisfecho consigo mismo, aprovechando para envolver el pene del alfa en su mano dominante.

—Eres… demasiado— Dijo Erik entre gemidos ahogados, haciendo que su sonrisa se hiciera más grande, la que desapareció cuando Lensherr se encargó de hacerlo terminar nuevamente en decúbito sobre su costado.

Una mano se aseguró de unir sus pelvis y por tantos sus erecciones (mano que aprovechó para masajear y apretujar sus glúteos).

Erik hizo algunos movimientos detrás de su espalda que Charles no era capaz de ver, por más que lo intentó, y lo siguiente que supo era que había un dedo húmedo recorriendo los bordes de su entrada.

—¿Ok? — Cuestionó Erik, asegurándose de que se encontraran viéndose a los ojos. Charles asintió de inmediato, pero aun así el alfa no hizo ademán de introducir ningún dedo.

—Ok— Terminó por decir y esta vez sí fue recompensado con un dedo moviéndose de forma tímida hacia su interior.

Como siempre, fue incómodo, raro, ajeno… pero ya no era doloroso.

Se sentía tembloroso, pero aun así se aseguró de unir sus erecciones con una mano, iniciando un movimiento persistente de arriba abajo.

Erik junto sus labios, así como sus gemidos.

Había muchas cosas en las que enfocarse.

El beso experto de Erik y su hiperactiva lengua, lo firme que se sentía la erección del alfa contra la suya, el suave movimiento de sus pelvis al unísono, que cuando se quiso dar cuenta ya había dos dedos en su interior.

Extraño, no incómodo, pero ciertamente no placentero.

Tal vez realmente, ya no podría disfrutar esta clase de acto sexual, ahora que ya no era… ahora que ya no había hormonas omega en su cuerpo.

Y el beso tuvo que ser detenido, su pelvis dejó de moverse, al igual que su mano.

Más que un gemido, le había salido una especie de grito ahogado… todo su cuerpo se había estremecido ante el placer que sintió cuando Erik tocó es punto específico en su interior muy bien conocido por su yo del pasado.

Escuchó la risa alegre de Erik.

—¿Fue aquí? — Un nuevo grito ahogado y un nuevo estremecimiento volviéndose el dueño de todo su cuerpo.

Era un microsegundo de su cerebro apagándose por completo y dedicándose únicamente a sentir placer, microsegundo que Erik se encargó en acumular hasta que se extendió por tanto tiempo que Charles ya no estaba seguro de cuánto tiempo pasó, hasta que pudo tomar una enorme bocanada de aire, re-enfocándose ligeramente cuando un nuevo beso fue colocado en su frente.

—¿Está bien si meto un tercer dedo entonces? —

—Mhm— Asintió sin mucha energía, pero el tonto de su alfa seguía esperando una respuesta hablada. —Sí, tonto—

—Ok, aunque no me gustó el tonto— Dio un golpe demasiado suave (porque solo estaba jugando y porque se sentía debilitado) en el abdomen del alfa, haciéndolo reír.

El placer continuó, pero de nuevo podía enfocarse en dejar besos por el cuello y pecho de Erik, así como en reanudar las caricias a sus miembros unidos.

Los dedos en su interior desaparecieron y nuevamente Erik lo obligo a que conectaran sus miradas.

—Creo que podemos intentarlo ahora con mi pene— Charles asintió. —¿Quieres? —

—Sí, quiero— Fue el turno de Erik de asentir. Para moverse e intentar acomodarlo sobre su espalda, pero esa posición le recordaba cierta situación a Charles que…

Se sentó, apresurándose en detener las acciones del alfa.

—No me gusta esta posición—

—Ok— Aceptó su compañero destinado de inmediato, sin preguntar más. —Mhm… ¿me pongo atrás de ti? — Charles negó con la cabeza luego de pensarlo un momento.

A veces… a veces cuando estaban en medio de un placentero encuentro sexual, su mente le jugaba malas pasadas y tenía que asegurarse varias veces que la persona junto a él era Erik.

—Necesito verte… ver que eres tú— Los ojos de Erik brillaron un poco, pero no mencionó nada al respecto.

—Supongo que podemos hacerlo funcionar en la misma posición en la que estábamos— Charles se tomó nuevamente un momento para pensar, decidiéndose por acepar, porque sí, era lo mejor.

—Creo que sí—

Volvieron a acomodarse, mirándose a los ojos, nuevamente una mano acercó sus pelvis lo más posible, pero esta vez lo que fue diferente fue la mano que alzó una de sus piernas.

—Dobla tu rodilla— Obedeció, para luego dejar que Erik colocara la pierna recién doblada sobre su cadera.

El alfa se movió un poco más cerca de él, para dirigir con una mano su pene hacia la entrada de Charles.

—¿Bien? — Charles no era bueno para controlar su telepatía por el momento, así que todas las emociones más fuertes de Erik escapaban a su mente; podía percibir su preocupación, su nerviosismo, pero también su excitación, su añoranza de que Charles sintiera placer.

—Bien— Se apresuró en decir, deteniendo su reflejo de asentir.

Y suavemente la presión en su entrada aumentó y aumentó.

Un gemido un tanto teñido de dolor se le escapo y cualquier rastro de movimiento de parte de Erik se detuvo.

La verdad es que no había sido realmente doloroso, solo había sentido un ligero toque urente.

—¿Me detengo?, ¿lo saco? — Como se tomó un momento para realmente decidir si no sentía dolor o solo estaba haciendo menos su propio dolor, no dio una respuesta rápida y Erik se desesperó. —Lo voy a sacar—

—¡No! — Exclamó apresurándose en detener el movimiento de la cadera del alfa. —Estoy bien, solo fue un poco molesto— Erik lo miró con ceño fruncido en concentración como si buscara cualquier ínfimo rastro de mentira.

Charles pasó una de sus manos por el costado de la cabeza de Erik.

—No estoy mintiendo— Explicó sonriendo, Lensherr terminó por aceptar.

—Me voy a mover otra vez—

—Por favor— Eso hizo que el nervioso alfa sonriera.

Charles comenzó a sentirse extrañamente… lleno, seguía sin ser doloroso, solo estaba esa discreta sensación urente, no había placer hasta el momento.

—¿Me muevo? —

—Sí— Contestó no lo suficientemente rápido, pero Erik definitivamente confiaba en él, por lo que hizo un movimiento lento sin sacar su pene por completo, para volverlo a meter (Charles sospechaba que no por completo). —Mhm—

—¿Continuo? — Charles le sonrió al alfa.

—Sí— Y ante su permiso, comenzó a ser nuevamente besado con calma y pasión, comenzó a perderse tanto en el beso que casi ni puso atención cuando los suaves movimientos de vaivén se reiniciaron, no hasta que finalmente Erik introdujo su pene por completo y toco nuevamente ese punto que antes había alcanzado con sus dedos.

Pero la sensación placentera previa se multiplicó, ya no hubo más grito ahogado, esta vez fue un escandaloso gemido, escalofrió recorriendo por completo su cuerpo y dedos curveándose en sí mismos.

Alcanzó a escuchar a Erik reír suavemente.

Sintiendo como su piel no hacía más que erizarse más al sentir suaves besos detrás de su oreja.

—¿Aquí? — Le susurró su compañero destinado al oído para luego estimular el mismo punto previo.

—Erik— Gimió ruidosamente.

—Me gusta que digas mi nombre— Le susurraron como respuesta.

Los movimientos de vaivén comenzaron a aumentar en velocidad y los destellos de placer se volvieron un solo túnel demasiado brillante, podía escuchar y sentir los gemidos de Erik en su oreja y cuello.

—Charles— Dijeron con una voz repleta de placer, acompañado de un pensamiento cargado del placer de su pareja.

Sintió que su cuerpo fue por completo inundado de demasiadas sensaciones. Demasiado calor, demasiada humedad, demasiado placer.

Podía sentir como estiraban y estimulaban su interior y al mismo tiempo presión, calidez y humedad estimulando su miembro.

Gimió de forma más prolongada y ruidosa, sintiendo a Erik rodearlo con sus brazos con mucha fuerza escuchando el gemido igualmente prolongado y ruidoso del alfa.

No estaba seguro de haber eyaculado, pero definitivamente había tenido un orgasmo.

Uno demasiado fuerte, a decir verdad.

Erik respiraba de forma agitada contra la piel del hombro de Charles y el movimiento de su cadera se había detenido, así que sabía que el alfa también había llegado al orgasmo.

—Conec…— Intentó su compañero destinado en medio de su intento por recuperar el aire. —Conectaste nuestras mentes—

—¿Eh? —

—Charles… Dios… la telepatía es… eso fue…— De repente se volvió el receptor de un beso demandante y ligeramente desesperado. —Eres jodidamente perfecto—

Charles se cubrió el rostro, estaba avergonzado, incluso si no podía dejar de sonreír, eso no quería decir que no se sintiera avergonzado.

—¿Así que no habías hecho algo así antes? —

—Para cuando inicie mi vida sexual ya tenía bastante control sobre mi mutación, así que no, nunca me había pasado que perdiera el control así… algunas veces, jugaba un poco con mi telepatía, ya sabes, pero todo era siempre consensuado y hablado previamente, nunca… nunca había experimentado algo como ahora— Pese a todo, Erik lucía complacido con la situación. —No fue…— Trató de preguntar, saber si aquello había incomodado al alfa de alguna forma.

Aunque Erik se veía demasiado feliz como para hacerle suponer que albergaba algún sentimiento negativo con respecto a la mutación de Charles saliéndose ligeramente de control.

—De verdad lo disfruté—

—Te creo... lo sentí— Erik rio. —También lo disfruté—

—Te creo, también lo sentí— Exclamó Lensherr.

Charles no supo qué más hacer aparte de besar a su compañero destinado.


Muchas gracias por leer y comentar, espero y hayan disfrutado el capítulo.

Al fin parece ser que he regresado a tener un solo trabajo, entonces tal vez y las actualizaciones vuelvan a ser no tan lejanas, no sé si pueda regresar a publicar cada semana, pero espero que ya no sea cada dos meses jaja

La venganza de Deadpool:

(Esto no tiene nada que ver con la historia, pero es una anécdota que solo ustedes pueden entender por qué me da tanta risa)

Yo: *Caminando por el pasillo de uno de mis trabajos mientras tarareo*

Compañera de trabajo: *Se acerca preocupada* ¿Por qué está llorando?

Yo: No estoy llorando, estaba cantando…

Compañera de trabajo: Oh

¿Es acaso la Spider-man de mi Deadpool?, la respuesta es no, porque es casada y yo no le hago a eso, bueno… ¡Bye!