X-MEN no me pertenece.

ADVERTENCIA: Nopor gratuito de mala calidad, mención vaga de trastorno de ansiedad, sus ya conocidísimas lágrimas de macho claro que sí como de que no, comportamientos erráticos, perdida de elocuencia, errores de dedo, ¿errores de continuidad? No lo sé y lo siento.


Había un eco hasta el fondo de su cabeza, demasiado lejano para entender totalmente de qué se trataba; ni siquiera estaba seguro de si era una voz o simplemente el ruido de algo, ¿una puerta rechinando?, ¿el sonido de unas pisadas?, ¿un puño golpeando una pared repetidamente?

Tal vez si intentaba enfocarse un poco más, lograría descubrir qué era.

Mhm… no era un simple ruido, no… era una voz, llamando.

Una voz que repetía una y otra vez…

—… ¿Charles? — El nombrado se giró para encarar a Azazel apropiadamente, sintiéndose exaltado, el corazón golpeteando contra su pecho. —¿Estás bien?, te he estado llamando por un rato— Le sonrió al alfa, intentando calmar el instinto que claramente se había activado en él: "proteger a su omega líder".

—Estoy bien— Afirmó. Sin dar más explicación. Azazel entrecerró los ojos.

—¿Es una de tus cosas de telépata? — Charles cerró los ojos sonriendo con un deje de diversión.

—Yo no lo llamaría "cosas"—

—Fue eso, definitivamente—

—Sí, ok, fue una de mis cosas de telépata— Azazel asintió cruzándose de brazos y notándose muy satisfecho.

—¿Esta todo bien?, ¿no nos están atacando o sí? —

—¿Qué?, no, no, es que…— Hizo una pausa pensando en cómo explicarse mejor. —Algunas veces, logró conectar con mentes fuera de mi alcance y no puedo entenderlas por completo y mi telepatía lo toma como un reto y se hiper enfoca en tratar de conectarse apropiadamente y termino siendo incapaz de percibir nada más— el alfa había puesto atención a su explicación, apenas permitiéndose el parpadear.

—Wow— Se limitó a decir lentamente.

—Pero no importa, ¿qué querías decirme? — Azazel, con ceño ligeramente fruncido, parecía inquieto de dejar el tema de la telepatía de Charles así nada más, pero Xavier ya no tenía nada más que decir al respecto, no era la primera vez que escuchaba "ecos" y no sería la última. Sobre analizar aquello siempre lo lleva al borde de un nuevo ataque de pánico, así que trataba de simplemente dejarlo ir y, por suerte, Azazel era una persona bastante empática, pareciendo entender su deseo no dicho, quizás era una habilidad desarrollada gracias a la paternidad, o quizás y él siempre había sido así.

—Dije que creo que el recreo ya debe terminar—

—Oh— Charles miró su reloj. —Es verdad—

—Bien, les diré a Janos y a Yukio que empecemos a traerlos al interior del aula—

Charles asintió para ver alejarse a Azazel y volviendo a enfocarse en los trabajos descansando sobre su escritorio.

Iniciar una "escuela" como Mariko había sugerido (ordenado) no había sido sencillo (seguía sin serlo el mantenerla), pero lo mantenía ocupado, a los niños les encantaba y ciertamente estaban haciendo algo bueno por el futuro de Genosha.

Solo había nueve niños en la actualidad acudiendo a la escuela, porque no es que hubiera muchos niños en la isla, y pese a su creciente popularidad a lo largo de los últimos tres años, luego de convertirse en el omega líder de la manada, aun había miembros reticentes a su presencia, que se mantenían a sí mismos y a sus hijos lo más lejos posible de Charles.

Jean ingresó al aula corriendo (la pudo ver gracias a que Azazel había dejado la puerta abierta) hasta llegar a la pequeña oficina de Charles.

—¡Papá, piedrita corazón! —Explicó su hija en voz demasiado alta, alzando justo lo que había descrito.

Al inicio del uso del suero milagroso en Jean, Erik había sido una bola de nervios que solo podía pensar en todo lo que iba a salir mal, lo que se acrecentó cuando Jean presentó el efecto secundario de "somnolencia", pero las preocupaciones de Erik se fueron disipando conforme la voz de Jean volvió de a poco.

Aunque su adorada hija había recuperado la voz exitosamente, aun presentaba algunos problemas de dicción y pronunciación, lo que era completamente esperado, Jean no tenía problemas para transmitir sus pensamientos apropiadamente porque tenía años practicando, su cerebro, por el contrario, no había desarrollado correctamente la comunicación verbal, pero progresaba maravillosamente.

—Es verdad, es como un corazón, es muy bonita, cariño— La pequeña pelirroja sonrió efusivamente.

—Tuya, amo a papá— Exclamó la menor besando su mano libre y luego haciendo ademán de lanzárselo.

Charles rio, impresionado por lo hecho por su hija, pues nunca la había visto hacer algo parecido.

—Yo también te amo, cariño, pero ¿Quién te enseñó a hacer eso? —

—Anna Marie— Y como si hubiera escuchado su nombre, la recién mencionada asomó levemente su cabeza, siendo esta vez ella la que lanzara un beso, para inmediatamente salir corriendo.

Charles sonrió, negando suavemente con la cabeza, para tomar la piedrita.

—Gracias, Jean, la voy a guardar por siempre— La respuesta hizo feliz a su hija. —Ahora regresa con los demás, tienes clase con Azazel.

Jean asintió, para esta vez correr y abrazarse a Scott, que rio sin tapujos, para que luego Ororo y Kurt se lanzaran igualmente hacia ellos.

Azazel les enseñaba arte, Yukio les daba una clase de deportes, Janos les enseñaba matemáticas, Angel les enseñaba canto, Charles continuaba enseñándolos a leer y escribir, todos juntos intentaban explicarles un poco de ética, geografía, y ayudar a quién necesitara un poco de enseñanza sobre el control de una mutación.

No había exactamente un protocolo o metas bien definidas, eso le preocupaba a Charles, por lo que con ayuda de Mariko estaban intentado definir metas, planes de trabajo. Aún estaba en proceso, mientras tanto así lo estaban haciendo funcionar.

Al final de cada día, Charles les leía algún cuento a los pequeños, había que repetir historias pues no había muchos libros, pero, aun así, la actividad actual parecía ser lo más divertido del mundo para los menores.

Y cada día al finalizar un nuevo día de clases, mientras padres (de sangre o adoptivos, era igual) aparecían para recoger a sus niños, Erik llegaba también, estuviera ocupado o no, tuviera que regresar después a sus tareas como líder o no (tareas a las que Charles sí o sí se sumaría), siempre aparecía a la hora de salida.

Jean corría, flotando un poco en el aire con ayuda de su telequinesis y abrazándose a Erik como si no lo hubiera visto hacía pocas horas.

—¡Papi! — Siempre gritaría; después Charles se acercaría y besaría a su compañero vinculado en los labios, porque eso era lo que necesitaba, sin importar que hubieran estado haciendo lo mismo durante casi dos años, porque era una de las partes favoritas de su día, justo después Erik pasaría su nariz por su cabeza, luego bajando hasta su cuello, donde Charles podía escucharlo inspirar profundo.

—Té de hierbabuena— Diría Erik, adivinando de qué había sido el té que Xavier había preparado el día de hoy en la pequeña cocina en la parte trasera de la escuela.

—Te has vuelto muy bueno— Expresaría, como forma de felicitación ante la respuesta acertada.

Y podía ser que Erik estuviera tardando unos minutos más de lo usual en el abrazo (incluso bajando a Jean y dejándola despedirse de Scott y Kurt), sin interesarse mucho por la despedida de Alex a lo lejos o la crítica de Raven.

—Me dan asco— Expresado por la mujer alfa de forma juguetona.

Charles rio.

La vida era buena.

Erik cubrió a Jean apropiadamente, dejando unas cuantas cosquillas en el abdomen de su hija, quien se removió riendo abiertamente.

Amaba el poder escuchar su risa (la primera vez que la escuchó lloró, le daba vergüenza admitirlo, pero igualmente lo recordaba con orgullo).

—¿No quieres dormir con papá y conmigo? — Jean, sin dejar de sonreír, negó con la cabeza.

—Jean…— Se nombró a ella misma, frunciendo el ceño un momento como si estuviera pensando cómo formular su frase apropiadamente. —¡Gusta su cuarto! — Exclamó con seguridad estirando sus bracitos al aire.

Erik suspiró derrotado, extrañando los días en los que su pequeña gustaba de dormir entre Charles y él.

No es que no le gustara la privacidad que ofrecía el tener cuartos separados, pero no podía evitar extrañar a la menor, como si la cercanía que tenían antes ya no fuera igual de fuerte.

—Ok— colocó un nuevo beso en la frente de la menor, se puso de pie viéndola acomodarse sobre su costado. —Sueña bonito—

—Bye, bye, papi— Le ofrecieron con ojos cerrados.

Erik apagó la luz y salió de la habitación en dirección a la suya, siendo separado de su hija por una estúpida pared que él mismo había creado.

Ingresó a su propia habitación, encontrando a su amado compañero destinado sentado en su lado del futón, leyendo uno de esos libros demasiado grandes como para no sentir dolor en los brazos luego de todo el tiempo que Charles pasaba sosteniéndolos.

El omega no apartó su mirada del libro en ningún momento, ni siquiera haciendo ademán de que lo había escuchado entrar, Erik (quien no estaba haciendo ningún mohín, obviamente), se acomodó en su lugar habitual y aunque pensó en darle la espalda a su pareja y simplemente irse a dormir (enojado con la situación actual de su hija no queriendo dormir junto a él y de su pareja que prefería leer un libro a conversar con él) sucumbió a sus deseos, acomodando la cabeza en el regazo de Charles, logrando arrebatarle la atención de su ser amado a ese estúpidamente enorme libro.

Su omega se rio discretamente, cerrando el libro y colocándolo a un lado, enfocándose en dejar una caricia suave en su rostro para luego inclinarse y comenzar a besarle la frente y las mejillas.

Erik no había podido ganarle a la "habitación propia" de su adorada hija, pero al menos le había ganado a ese estúpidamente grueso libro.

—Quiero uno aquí— Exigió juntando sus labios, dejando en claro donde quería el siguiente beso. Charles rio obedeciendo a la petición uniendo sus labios.

El beso inició como un suave roce, volviéndose cada vez más y más profundo, hasta que sus bocas parecían la continuación de la otra.

—Mhm— Soltó Charles y Erik entendió que necesitaba alejarse un poco. —Me está empezando a doler el cuello y la espalda— Su pareja lo dijo de forma juguetona y él respondió sonriendo, pero cambió su posición de inmediato, acomodándose sobre su costado y permitiéndole a Charles acomodarse también.

Sabía que las molestias de Charles eran por la posición en que habían estado, pero siempre le preocupaba pues, aunque su compañero vinculado nunca lo terminaba de admitir abiertamente, Erik sabía que siempre había cierto grado de molestia viniendo de su espalda, secuelas de la lesión que le había quitado la movilidad en las piernas, incluso después del exitoso uso del suero milagroso.

Se acercó a su pareja, rodeándolo con un abrazo, comenzando a pasar sus manos suavemente por la espalda de este, dejando un masaje ligero, reiniciando el beso.

Si le pidieran describirlo, Erik sería capaz de hacerlo con cada pequeño detalle, podría describir el sonido que hacían sus labios y los sonidos que hacía el movimiento de la ropa, las sensaciones en su piel, su aroma impregnado en la piel de Charles.

"Así que… ¿querías que Jean durmiera con nosotros?" Le dijeron en su mente, sin detener el beso.

—Me rechazó— Habló contra los labios de Charles, el cual sonrió contra los suyos.

"Han pasado meses y aún no te acostumbras"

—Ya me acostumbré, pero hoy, no lo sé, sentí que quería que estuviera con nosotros— Contestó con simpleza y Charles lo miró como si quisiera entender algo mucho más allá, como si su respuesta escondiera algo más profundo que Erik no podía ver, pero que su compañero destinado sí.

Su compañero vinculado desvío la mirada ligeramente unos segundos para volver a enfocarla en él.

—Jean ya se quedó dormida— Le comentó y Erik alzó una ceja sin terminar de entender porque le decía esto. —Puedo mostrarte—

—¿Qué? —

—Las ventajas de tener habitaciones separadas— Le estaban sonriendo de manera demasiado sensual, que Erik casi se olvida de respirar.

—Sí, me gustaría eso—

Charles le sonrió, muy complacido consigo mismo.

Despertó asustado, mareado, sintiendo un sudor frío cubriendo todo su rostro, con palpitaciones en su pecho y en sus sienes, percibiendo una sombra del dolor en esas zonas.

Tanteó el futón con miedo sin terminar de entender porque sentía que Charles no estaba con él.

No encontró el cuerpo de su pareja a su lado.

Se puso de pie asustado, caminando de forma un tanto inestable.

"Cariño, tu mente está en caos, ¿qué pasa?" Logró percibir al tiempo que salía de la habitación, deteniéndose al acto, para que su mirada fuera atraída hacia su compañero destinado saliendo de la de su hija.

Charles se acercó a él rodeándole el rostro con ambas manos.

—Hey, ¿estás bien?, ¿tuviste una pesadilla?, ¿te sientes mal? — Al poder estar en contacto con el cuerpo de su compañero vinculado, rodeándole con ambos brazos, Erik recuperó el control sobre su cuerpo y su mente, logrando enforcarse en hacer la pregunta más importante.

—¿Jean está bien? — Charles asintió con la cabeza.

—La telepatía me permitió saber que estaba empezando a tener una pesadilla, así que vine a su habitación para intentar calmarla antes de que se despertara, lo logré, pero luego sentí tu mente, estás…— Pegó su frente a la de Charles, inspirando profundo, sintiendo nuevamente su propio aroma en el omega.

—No estoy seguro, pero supongo que sí fue una pesadilla y no lo sé, me asusté cuando no te vi a mi lado—

—Oh… lo siento, cariño, no quise asustarte—

—No es tu culpa— Le aseguró a su pareja. Un beso fue colocado en la punta de su nariz.

—Intentemos dormir—

—Mhm—

Erik creyó que no lo lograría, pero volver a dormir fue una tarea sencilla una vez que tuvo a su omega nuevamente entre sus brazos.

—¡Hey! —

—¿Mhm? — Balbuceó, centrando su mirada en Logan.

—Te estoy hablando, ¿en qué mierda estás pensando que no pones atención? — Erik suponía que debía enojarse con Logan, porque siempre era importante estar enojado con Logan, en su lugar solo encogió un hombro, volviendo su mirada hacia el camino de dónde venían. —Debí haber ido con Darwin— Se quejó su amigo alfa.

Finalmente dejó de caminar sin estar seguro de porque lo hacía, únicamente viendo el camino que estaban dejando atrás.

—¿Qué estás viendo? — Sabía que le habían preguntado algo, pero no podía preocuparse por contestar. —¿Qué te pasa?, has estado actuando muy raro todo el día—

Entonces vio a Jean correr en su dirección con Charles caminando a paso tranquilo detrás de ella.

—¡Papi! — Igual que siempre, Jean uso su mutación para impulsarse, flotando por unos segundos hasta abrazarse a su pecho.

Sonrió abrazándose a ella, sin apartar su mirada de su omega que caminaba hacia ellos.

Charles se abrazo a ellos, dejándole un beso discreto sobre los labios.

Erik quería más, mucho más, pese a sus deseos, el beso y el abrazo terminaron demasiado rápido.

—Vinimos a visitarlos durante su patrullaje— Explicó yendo a abrazar a Logan, que aceptó el gesto acostumbrado a la situación.

Erik también estaba acostumbrado, una vez que Charles aceptó por completo su nueva realidad como líder omega, la forma en que ya trataba a los miembros de su manada (apreciativo, amable, amoroso) aumentó exponencialmente y eso incluía muestras físicas de cariño; siempre respetuoso de los límites con los que los miembros se sentían cómodos, como los abrazos dirigidos a Logan.

Erik lo sabía, lo entendía, estaba acostumbrado.

Gruñó.

Charles lo miró con los ojos bien abiertos y Logan le dedicó una expresión que combinaba a la perfección el asco y el enojo.

—¿Erik? — Llamó Charles, apartándose del abrazo con Logan, lo que aclaró ligeramente su mente, ¿qué mierda acaba de hacer?

Jean rio entre sus brazos, cubriendo sus labios con ambas manos.

—¿Acabas de gruñir? — Exigió saber Logan con una mueca de disgusto.

—¿Lo hice? — Cuestionó confundido, porque ni siquiera él estaba seguro de qué acababa de pasar.

—¿Qué mierda está mal contigo? — Cuestionó Logan, colocando una mano en uno de los hombros de Charles.

Cuando Erik reaccionó fue por el ardor en la palma de su mano generado por golpear la mano de Logan, obligándolo a alejarla de su compañero destinado.

—¿¡Qué mierda Erik!? — Gritó Logan y Charles se acercó a él, rozando su rostro con el dorso de sus dedos.

—¿Estás bien? — Lo cuestionó con sonrisa nerviosa, no había querido preocupar al hombre que amaba.

—¿Le estás preguntando si está bien?, ¿en serio?, ¡claro que no está bien! — Logan empezó a olfatear. —¿Hueles a…? —El alfa hizo una corta pausa. —¿Estás en celo? —

Charles no dejó de pasar su mirada de él a Logan una y otra vez.

—Eso no puede ser, he estado usando mis supresores apropiadamente— Se explicó, pero Logan continuó viéndolo sin estar conforme (y con un deje de asco).

—Sé lo que estoy oliendo—

Habían pasado años desde que Erik experimentó un celo (antes de la guerra, cuando Magda aun estaba viva), pero ahora que tenía una idea en la cabeza, la picazón debajo de su piel, está sensación de calor y frío al mismo tiempo, la cabeza extrañamente pesada y sintiéndose casi hueca…

—Tal vez deberíamos ir con Hank— Sugirió Charles y Erik asintió sosteniendo a Jean con un solo brazo, para poder acercar al omega en un medio abrazo flojo.

—Es imposible— Afirmó Hank mientras revisaba sus signos vitales.

—Logan parecía muy seguro de lo que dijo— Afirmó Charles para luego buscar a Jean con la mirada. —Cariño, no toques eso— Riñó a la menor, Erik no pudo verla, porque Hank ocupaba todo su campo de visión, solo fue capaz de observar a su hija cuando esta corrió a pararse junto a Charles. —¿Podría ser que los supresores fallaran por todos los años que los ha estado usando? — Sugirió su omega, como una teoría bastante creíble.

—Pero eso no ha pasado con nadie más, si fuera así, todo el mundo estaría experimentando síntomas de celo para este punto— Contrarrestó McCoy.

—¿Qué crees que pueda ser entonces? — Y Erik quería dar opciones también, pero su cerebro seguía sintiéndose curiosamente… enlentecido.

—Para empezar, Erik, ¿te sientes bien? —

—¿Eh? —

—Bueno, estás taquicárdico, temperatura de 37.3°C, presión arterial 130/90, estás taquipneico también— Quería responder, pero ya había olvidado la pregunta, todo lo que quería era abrazarse a su hermoso compañero vinculado, ¿dónde estaba?

—¿Mi amor? — Escuchó que llamaron con voz suave y sí, ahí estaba, su perfecto y bellísimo compañero destinado.

Todo lo que podía ver, oler y sentir era a su amado omega.

—¿¡Erik!? — Lo llamaron con urgencia.

—¿Qué? — Quiso saber, sin entender por qué (y desde cuándo) Charles estaba de pie frente a él, ligeramente inclinado y con sus manos enmarcándole el rostro, se veía muy asustado. —¿Qué? — Repitió porque todo estaba demasiado silencioso.

—No respondías, solo te quedaste… viéndome— Medio explicó su pareja.

—Deberíamos hacer una prueba rápida de hormona activadora de celo— Dijo Hank, pareciendo calmado, pero luciendo igual de nervioso que Charles.

—Es un gran plan Hank, gracias— Aceptó su omega en su nombre.

Erik estaba agradecido porque aun no podía hablar apropiadamente.

De repente tenía un momento de claridad, el embelesamiento al ver a su pareja estaba a un nivel habitual no ese en que no podía centrarse en nada más, bien, podía mantener una conversación.

También sabía la severidad de lo que ocurría.

Mierda, mierda, mierda.

—Creo que estás en el inicio de tu celo, sí— Comentó Hank en la forma más dramática que le había escuchado en meses.

—¿El supresor no funcionó? — Cuestionó sabiendo cuál sería la respuesta.

—Eso parece— Respondió Hank luciendo tan consternado como Erik se sentía.

—Bien— Necesitaba una solución y rápido. —Dame otro tipo— Exigió, McCoy suspiró pasando una mano por su cabello liberando un poco de su energía nerviosa.

—No tenemos otro tipo— Explicó el beta.

Erik necesitaba una solución y Hank no le estaba dando nada.

—Doblaré la dosis entonces— Lo había hecho una vez, lo haría de nuevo.

Hank hizo un sonido curioso con la garganta.

—Eso no es saludable para el cuerpo y tampoco aseguro que vaya a funcionar— Le informó con un deje de preocupación y otro tanto de enojo.

Lensherr sentía que sus hombros estaban demasiado tensos, miró un momento a Charles que tenía a Jean en brazos. Su amada familia, su amado omega.

Solo quería estar con su omega y no pensar en nada más, abrazar, besar…

"Erik" Lo llamaron a través de la telepatía, exaltándolo, pero obligándolo a regresar a la situación actual.

Charles lucía sonrojado, Erik bajo la mirada a su propio regazo.

—¿Por qué está pasando esto ahora? — Hank se acercó un poco más a él.

—No… no lo sé, pero lo voy a descubrir— Ok, no había respuestas y sin importar qué tanto preguntara eso no iba a cambiar el hecho de que estaba entrando en celo.

Miró a su familia y se enfocó en lo que sí podía hacer.

—Ok, ok, me encerraré en una de las casas nuevas que hemos hecho, mi aroma…—

—Eres un alfa vinculado, no vas a atraer a nadie más, en teoría no deberías activar el celo de nadie tampoco—

—Perfecto, entonces…—

—No, espera— Interrumpió Charles. —¿Dijiste "me encerraré? —

—No puedo andar por ahí como si nada, aparte de que voy a ser incapaz de siquiera caminar apropiadamente, además como dijo Hank, en teoría no voy a activar el celo de nadie, pero…— Charles lo miró consternado.

—¿Pero? —

—Erik es el alfa líder, no sabemos si el hecho de que otros terminen expuestos a sus feromonas en celo pueda activar el celo de otros, incluso siendo un alfa vinculado—

—Todo se se volvería un caos…—

—No, no, entiendo la parte en la que tienes que apartarte de todo, pero no entiendo la parte en la que insinúas que estarás solo—

—Charles…—

—Voy a ayudarte con tu celo— Afirmó su omega.

—No— Se negó él, pese a que su alfa interno estaba regocijándose de escuchar a su omega decir que estaría con él.

—¿Cómo que no? —

Hank siempre sabía cuándo facilitarles privacidad.

—¿Quieres un jugo Jean? —

—¡Sí quiero! —Aceptó de inmediato corriendo en dirección al beta. —¿Hank? —

—¿sí Jean? —

—¿Dónde está Scott? —

No alcanzó a escuchar la respuesta de Hank, porque estaba demasiado lejos para sus oídos y porque los ojos de Charles no le permitían concentrarse en nada más.

—¿Por qué no me quieres contigo? —

—Porque así es mejor—

—¿Cómo va a ser mejor pasar tu celo sin tu compañero vinculado? —

—Charles…—

—No, no explícamelo porque no lo entiendo— Y entonces los hombros de Charles lucieron caídos y su rostro se notó entristecido. —Crees que… tu instinto alfa no va a reconocerme porque…—

Ay, mierda, ¡mierda!, siempre haciendo todo mal.

Se apresuro en abrazar a su compañero destinado, negando con la cabeza con ahínco.

—No, no es eso, eres perfecto, hace media hora ni siquiera podía concentrarme en lo que Hank decía porque estaba demasiado ocupado viéndote— Miro en todas direcciones asegurándose de que ni McCoy ni su hija estuvieran cerca. —Te deseo… mucho— Las inseguridades de su compañero vinculado estaban apaciguadas, podía notarlo por la forma en que le regresaban la mirada. —Soy yo el problema— Charles frunció el ceño. —No he tenido un celo en años, no sé cómo voy a actuar, qué tanto voy a perder el control— Se armó de valor y finalmente se obligó a decir lo que no había querido. —¿Qué pasa si te lastimo? — Charles soltó una risa amortiguada.

—No vas a lastimarme— Aseguró y Erik de verdad quería confiar tanto como Charles lo hacía.

—No sabemos eso— Murmuró.

Solo de imaginarlo le provocaba un estremecimiento, el miedo quería paralizarle el cuerpo.

Sabía que Charles era un mutante omega muy poderoso, su telepatía había crecido luego de que se vincularan y ahora que había recuperado la capacidad de tener un control tan certero de sus habilidades, pocas cosas, si no es que ninguna, representaban un peligro para Charles. Erik lo sabía y racionalmente lo entendía, pero pensar que su compañero destinado tuviera que recurrir a protegerse de él… La idea en sí lo llenaba de culpa, un sentimiento abismal de devastación.

Charles lo miró con ojos humedecidos, sabiendo perfectamente que reflejaban los suyos.

A Erik le quedó en claro que Charles acababa de escuchar sus últimos pensamientos tumultuosos, le sonrieron como afirmándole sus conjeturas.

—Soy tu compañero vinculado, no puedes lastimarme—

Erik tenía muchas objeciones, porque ¿qué pasaba si se perdía por completo en las hormonas de celo y su instinto alfa terminaba olvidándose de…?

—Amor— Lo llamaron suavemente. —Tu instinto alfa no pudo dispararme— Estaba muy agradecido de que Charles usara el verbo "disparar" y no "matar". —Incluso cuando se lo pedí—

Erik cerró sus ojos con fuerza.

Jodido omega inteligente que pateaba sus preocupaciones y sus miedos lejos en cuestión de segundos.

Escondió el rostro contra el cuello de Charles.

—¿Y si… te muerdo? —

—Bueno, sí, siempre te ha gustado morder—

Ok, Erik no podía defenderse, más de una vez había mordido a Charles en variadas partes de su cuerpo durante el sexo, pero no se refería a eso.

Hablaba del área donde antes había estado la glándula de vinculación de Charles, a un alfa vinculado le encantaba morder nuevamente la cicatriz de vinculación, Charles tenía una cicatriz, sí, pero no era por una mordida de vinculación, Erik nunca había actuado como si la cicatriz no existiera, besaba a Charles en esa zona, también la acariciaba, igual que la cicatriz en su abdomen e igual que el resto del cuerpo de su amado compañero vinculado, pero no tenía la misma implicación si lo mordía.

¿incomodaría a su omega con aquello?

—Cariño, ¿sabes porque nunca te he pedido que no me muerdas? — Erik no entendía bien porque le estaban preguntando eso justo ahora. —Porque me gusta— Le dijeron de manera sensual. —No importa donde muerdas, me gusta—

Ahora entendía perfectamente.

—Omega sexy— Charles rio.

—Lo soy— Dejó de esconder el rostro, suspirando con fuerza, recibiendo un beso en uno de los ángulos de su mandíbula. —Tan bonito mi alfa—

Erik farfulló y Charles lo miró con seriedad.

—Lo único que podría incomodarme de tu celo es no ser un compañero vinculado apropiado— Erik mostró una sonrisa de medio lado con un deje de tristeza.

—No hay manera de que puedas ser "no apropiado", jamás— Afirmó, besando los lunares en la nariz de Charles. —Más que suficiente, eres perfección— Charles rio limpiándose rápido las lagrimas que estaban por descender por su rostro.

—Todo estará bien entonces—

Sí, Erik podía creer en esas palabras.

Charles le sonrió a Jean, estaba listo para explicarse, sabiendo exactamente lo que quería decir, el que no se veía muy seguro era Erik.

Xavier no creía poder culpar únicamente al cerebro de su alfa semi controlado por hormonas de celo de la forma en que, claramente, no sabía qué decir o hacer.

—Jean— Llamó incluso si su pequeña ya estaba mirándolo atentamente. —Te vas a quedar con la tía Raven, el tío Azazel y Kurt por unos días—

—¿Pijamada? — Preguntó luciendo emocionada.

—Sí, pero esta vez es por algo diferente y tal vez vayan a ser más días—

Normalmente las pijamadas de los niños eran por un día, máximo dos, el mismo tiempo que tomaba el celo de un alfa en concluir, pero ahora, al ser el primer celo de Erik en años, ni siquiera Hank estaba seguro de qué tanto duraría y de cómo se sentiría Lensherr al término de este, por eso Charles quería preparar a su pequeña por si tenía que estar más tiempo al cuidado de sus tíos.

—¿Por qué? —

"¿Por qué es diferente y por qué van a tardar más tiempo?" lo cuestionaron al mismo tiempo por medio de la telepatía.

—Porque…— Miró a Erik. Su alfa estaba claramente en pánico, buscando palabras que simplemente su cerebro se rehusaba en producir. —Porque papi está en celo— El rostro de su compañero vinculado se lleno de color. Charles quería apretarle las mejillas y decirle lo mucho que lo amaba, pero se contuvo, tendría tiempo de hacer aquello más tarde.

Jean lució sorprendida.

—¿Sabes lo que significa? — Quiso saber, a Charles no le gustaba que su hija se quedara con dudas.

—Jean sabe que es "celo"— Afirmó la menor con emoción.

—¿En serio? — Charles no le había explicado y… dudaba que Erik lo hubiera hecho, ¿quién…?

—Tía Raven…— Comenzó Jean con entusiasmo para continuar por medio de la telepatía. "…nos explicó, sientes calor y a veces molestias en tu pancita y quieres estar con tu compañero vinculado y también tienes…". —¡Sexo!— Exclamó en casi un grito y con las manos al aire.

Erik ya no se veía rojo, Charles no estaba seguro de poder nombrar el color que había adquirido el rostro de su pareja.

Rio nervioso.

—¿Cariño, sabes lo que es el sexo? — Le preguntó a su hija, la cual asintió al instante con seguridad desbordante.

—Cuando dos adultos se aman mucho, mucho—

Bueno, eso no era exactamente necesario para todos…

Miró a Erik.

"¿Le explicamos otro día apropiadamente?" Cuestionó a su pareja.

"Por favor" Imploró su alfa.

—Bien, cariño, ahora papi y yo necesitamos que te quedes con los tíos y con Kurt por ahora por eso, ¿entiendes? — Jean asintió comprensiva, incluso si Charles no estaba conforme con la nula explicación, la menor parecía bastante satisfecha.

Erik se acercó a abrazarla contra él. Un toque en la puerta se dejó oír.

—Te amo— Le dijo su alfa a su adorada hija.

Charles fue y abrió la puerta a Raven que le ofreció un saludo en forma de abrazo, aprovechando para susurrarle al oído.

—No soy religiosa, pero por ti mi querido omega líder, voy a rezar por la seguridad de tu trasero, que solo haya placer en tu futuro— Sintió el rostro caliente.

—Gracias Raven, sé que siempre puedo contar contigo en las cosas importantes— Raven le sonrió alejándose de él y colocándole un apretoncito en los brazos.

Charles sintió el apreció de la alfa, aún en ese comentario burlón.

—¿Lista Jean? — Habló en voz alta, aceptando el abrazo de la menor, para posteriormente tomar la mochila con ropa y juguetes que Erik había preparado antes.

—Diviértete alfa— Le ofreció a Erik guiñando un ojo.

—Gracias— Dijo Erik, incluso si aquello había sonado más como un gruñido.

¿Charles se estaba escondiendo en el baño?

No, sí necesitaba un baño, porque ni Erik sabía cómo reaccionaría durante su celo completo, así que necesitaba estar listo por si su alfa completamente controlado por hormonas terminaba por penetrarlo sin ningún interés por una preparación previa.

Erik no había lucido para nada feliz cuando le explicó aquello, pero finalmente su compañero destinado lo había dejado a solas.

Ok, sí, también se estaba escondiendo un poco, porque Erik estaba increíblemente preocupado, pero Charles no podía evitar estar emocionado con la situación, ni siquiera recordaba el nombre del último alfa en celo con el que había tenido sexo.

Le encantaba el sexo con su alfa, ¿tener sexo con su alfa en celo?, esto era como una fantasía cumplida, pero de cierta forma se sentía mal de estar disfrutando tanto de la situación a expensas de la preocupación de su alfa.

También, claro, seguía estando la duda de qué había llevado a Erik a tener un celo así de repente después de años de uso efectivo de supresores de celo.

La puerta del baño fue abierta de golpe, porque él simplemente nunca la cerraba, porque era lo que acostumbraba al ser el padre de una niña que siempre necesitaba tener a sus padres a su alcance, porque su alfa a veces necesitaba asegurarse de que estaba bien y porque la costumbre le quedó de cuando el suero milagroso aun no le había proporcionado este nivel de independencia.

Su alfa lo observó apenas parpadeando.

Charles sabía que era imposible que su temperatura subiera con solo ser mirado, pero vaya que así se sentía.

—Aún no termino— Explicó, pero en lugar de recibir una respuesta verbal, lo que obtuvo fue a su alfa envolviéndolo con su cuerpo.

Erik había tomado un baño previo a él, por lo que todo lo que cubría su cuerpo era ropa interior, así que Xavier (primero disfrutando la vista) fue capaz de sentir su pecho contra el de su compañero destinado, sintiendo la calidez de su piel, un poco más elevada de lo que era normal.

Las manos del alfa bajaron lentamente por su columna, provocándole un escalofrío placentero, que solo se intensificó al sentir delicados besos en su cuello y hombro.

Podía sentir el miembro de Erik rozando contra el suyo, aún si había una delgada tela separándolos.

Las manos bajaron hasta presionar tranquilamente su trasero, empujo al alfa sin usar mucha fuerza.

—Dije que aún no termino— Pero al conectar su mirada con la de su amante lo entendió. Podía ser que hubiera pasado mucho tiempo de la última vez que estuvo en presencia de un alfa en celo, pero esa mirada repleta de deseo y ligeramente perdida era difícil de olvidar.

El celo de Erik había llegado por completo.

Suspiró (frustrado y excitado), tomó la toalla que había dejado cerca, acercándola a su cuerpo de manera descuidada, era solo para no dejarla caer, pues no era como que quisiera cubrir algo, más que nada la quería para controlarse a sí mismo y recordarse que era importante secarse antes de meterse al futón y dejarlo todo húmedo (cosas que probablemente más tarde no serían ni un poco importantes, pero justo ahora debían serlo), muy dispuesto a tomar la mano de Erik y salir del baño.

No contaba con su alfa tomando sus propias decisiones.

La toalla fue arrebatada de su mano no dominante para ser lentamente secado con ella, su cuerpo fue recorrido de tal forma que Charles tuvo que morder ligeramente sus labios para que sus gemidos no fueran demasiado ruidosos a causa del eco del baño.

Erik bajo lentamente por su pierna, hincándose frente a él, obligándolo a elevar un poco su pie, retirando el agua a conciencia.

Charles se volvió el receptor de un beso en el tobillo y eso fue suficiente para que obligara al alfa a ponerse de pie, entrelazara sus manos y lo obligara a regresar a la habitación.

Tener un orgasmo provocado por un beso en el tobillo sería increíble y vergonzoso a partes iguales.

Estaba tan agradecido de que su alfa no opusiera ninguna resistencia, ni siquiera cuando lo obligó a quitarse la ropa interior, incluso sentándose por decisión propia en el futón. Charles se acomodó en su regazo, rodeándole el cuello con los brazos, conectando sus miradas y sonriéndole como alguien que tenía aire en lugar de cerebro.

Erik respondió rodeándolo al acto con sus brazos, acercando de esa manera un poco más sus cuerpos.

Charles movió suavemente sus caderas disfrutando de la sensación que se generaba en él al toque de la erección de Erik contra la suya (esta vez sin ropa interior en medio).

Erik pegó su nariz al hombro izquierdo de Charles, subiendo con tranquilidad y dejando piel caliente a su paso.

—Mi omega— Lo llamaron y al instante sintió sus ojos humedecerse y un horrible nudo en la garganta, porque incluso alguien ro… dañado como él, podía ser reconocido por su compañero destinado, podía ser un compañero vinculado, así como ayudar a su amado durante su celo.

Se apartó con lentitud, pues no quería asustar al alfa, era solo que necesitaba conectar su mirada con su amado nuevamente.

Erik le sonrió para luego verlo extrañado, tal vez por la humedad en sus ojos, quizás y hasta se habían enrojecido, Xavier negó con la cabeza para envolver con sus manos sus miembros juntos, aprovechándose del líquido pre seminal para no tener problemas con la fricción.

Beso sin prisas a su alfa, disfrutando de no permitirle gemir apropiadamente.

Rozó su nariz contra la de Erik dejándole un beso pequeño en la punta de la nariz, para acomodarse y hablarle muy cerca del oído.

—Quiero hacerte sentir bien— Le susurró, para sin más explicaciones obligar a Erik a acostarse, para él mismo acostarse sobre su propio abdomen, acomodando su cabeza al nivel de la entrepierna del alfa, envolviendo el miembro de este en la calidez y humedad de su boca.

Como su boca estaba ocupada en subir, bajar, lamer y succionar, no podía detener los gemidos y suspiros de Erik y, puta madre, vaya que amaba la forma de gemir de su alfa, y por supuesto amaba ser el que ocasionara que liberara tales sonidos.

Charles era el compañero vinculado de Erik Lensherr, el alfa líder, él mismo era el omega líder de Genosha, era el padre de una adorable y talentosa mutante omega y además era profesor en una escuela en proceso… multitasking era lo suyo, por lo que mientras le ofrecía el mejor sexo oral que podía llevar a cabo a su alfa, llevó una de sus manos a su propia entrada, la cual por suerte había alcanzado a humedecer con lubricante durante su estadía en el baño.

Dos dedos entraron con facilidad, por lo que estaba por introducir un tercero, cuando fue detenido por Erik, quien se sentó de golpe, empujándolo con muy poca fuerza, únicamente rozando la punta de sus dedos contra el hombro de Charles y tomando el brazo de la mano que había estado ocupada.

Erik lo observaba con ceño fruncido y Charles, sin una pizca de miedo, no pudo evitar reír sin poder creer lo que creía entender de la situación.

¿Su alfa estaba enojado de no ser él el que lo estaba "preparando"?

Esta vez fue él el que fue obligado a acostarse, siendo el receptor del sexo oral proporcionado por la experta boca de su alfa, sintiendo como a la vez su entrada seguía siendo preparada.

Ahora eran sus gemidos los que podía escuchar.

Erik liberó su miembro, iniciando un camino de besos por el interior de su muslo derecho, abriéndole las piernas sin ningún pudor, empujándoselas para tener fácil acceso a su entrada, volviendo a recibir calidez y humedad, pero esta vez en su entrada.

¿Era la primera vez que Erik hacía esto por él? Claro que no, ¿seguía siendo placentero y excitante como la primera vez? Pero claro que sí.

—Oh— Liberó de forma suspirada. —Erik—

Disfrutó las penetraciones hechas por la lengua de su alfa a tal punto que su voz comenzó a tornarse un poco ronca y casi alcanzando el orgasmo, pero logrando mantener el suficiente contacto con la realidad como para flexionarse y lograr enredar el cabello de su alfa entre su mano derecha, jalándolo suavemente, obligándolo a detenerse.

—No, no— Ordenó. —Quiero tu pene, por favor— Solicitó, sonriendo de forma coqueta y parpadeando más de la cuenta.

Su alfa le sonrió, alzándose de su posición previa y volviendo a inclinarse, ahora para besarle la cicatriz en su abdomen, luego su ombligo, luego al nivel de la apófisis xifoides, uno de sus pezones fue posteriormente atacado sin mucho cuidado, terminando enrojecido y un poco inflamado.

Apenas estaba dejando de enfocarse tanto en las sensaciones de su pezón abusado cuando sintió como la dureza y calidez del miembro de su amado tocó su entrada, para abrirse camino hacia lo más profundo de su interior. No había sido en la forma lenta y temerosa de siempre, había sido de una, con fuerza y sin piedad.

Ambas versiones de su amante le gustaban, no iba a mentir, pero la verdad es que esta vez si que había quedado un ardor intenso que lo obligó a inspirar profundo y quizás a ahogar un grito… tal vez si no fuera un omega dañado…

Como si su compañero vinculado hubiera sentido que sus pensamientos se estaban tornando oscuros, fue besado con cariño en la frente, se dio cuenta de que el alfa no se estaba moviendo, enfocado en mirarlo con cierta añoranza que quiso humedecerle los ojos.

Sus labios fueron acariciados por unos ya conocidos, una lengua se aventuró a explorar su boca a la que su propia lengua se unió en la exploración de una nueva cavidad doble, la exploración concluyó con un juguetón mordisqueo a su labio inferior.

—Te puedes mover— Ofreció sabiendo que eso era lo que estaban esperando de él.

Y el tonto de su alfa creyendo que su instinto iba a lastimarlo.

El pene en su interior se movió, sin salir por completo, para volver a entrar con velocidad y fuerza, acción que fue repetida una y otra vez, siempre en el ángulo adecuado para hacerlo que no pudiera callarse.

El único momento en el que Erik le dio un momento para respirar fue cuando se detuvo unos segundos para hacerlo cambiar de estar acostado sobre su espalda a hacerlo acostarse sobre su costado, obligándolo a abrir más las piernas pues el alfa había llevado una de ellas hacia su hombro.

Esta nueva posición, aunque lo había creído imposible, aumento su placer y lo profundo que podía sentir el pene de Erik.

—Beso— Dijo agitado y casi en un susurro. —Quiero un beso— Exigió, siendo recompensado al instante.

Erik le soltó la pierna que le había hecho elevar, inclinándose sobre él para unir sus bocas, todo sin dejar de mover sus caderas, ya no estaba llegando tan profundo, pero él seguía sintiéndose tan bien.

Alcanzó el orgasmo mientras sus labios estaban satisfactoriamente atrapados contra los de su compañero destinado.

Su orgasmo no amedrento al alfa, que luego de concluir el beso, lo volvió a reposicionar discretamente, acomodándole las piernas, juntas y flexionadas, regresando luego a estocadas enérgicas, inclinándose a susurrarle al oído.

—Mi omega—

Su sensibilidad estaba al máximo, los gemidos y suspiros de Erik directo en una de sus orejas, el sonido de chapoteo que hacían sus caderas al chocar, la forma en que su interior se expandía y ese punto adecuado y perfecto era estimulado una y otra vez sin parar.

Era demasiado, demasiado.

Comenzó a sentir como los movimientos de Erik se volvían más erráticos, poco coordinados y entonces supo lo que realmente estaba pasando cuando una presión nueva y apremiante inició desde su interior.

Bajo la mirada, quizás un poco asustado, miedo y preocupación que fue alejada por un nuevo pico de placer generado por el nudo del pene de su alfa acomodándose tranquilamente en su interior como si este hubiera sido su lugar de descanso desde siempre, seguido de una calidez y presiones diferentes, Erik estaba eyaculando y no parecía que se detendría pronto (Charles lo sabía, pero su cerebro estaba resbalándose feliz desde el pico más alto que había alcanzado con su orgasmo).

Y Erik lo mordió en donde antes había estado su glándula de vinculación, justo como ambos habían sospechado.

El alfa gimió bajito aun mordiendo su piel.

Charles sintió todo su cuerpo estremecerse, los dedos de sus pies contraerse, sus muslos temblar ligeramente, su pene sobre estimulado intentar liberar más semen, escondió la cara contra el futón, sabiendo que su último gemido había salido más como un grito que otra cosa.

Respiró agitado, pues el oxígeno a su alcance no parecía ser suficiente; la presión continuaba estimulándolo e iba en aumento.

Erik beso su cuello y hombro una y otra vez.

—Mi compañero, mi destino, mi vínculo— Lo llamó esta vez y en medio de todas esas sensaciones que eran demasiado, demasiado…

Charles comenzó a llorar.

Erik lo miró preocupado y claramente asustado, obligándolos a cambiar su posición hasta quedar frente a frente, sobre sus costados, aún unidos por el nudo.

Charles no pudo evitar el quejarse ante los movimientos que tuvieron que hacer, porque había sido un tanto doloroso, pero al mismo tiempo placentero y justo ahora ambas cosas estaban siendo registradas igual.

Erik le rodeó el rostro como si quisiera disculparse, pero incapaz de hacerlo porque cerebro de celo, pero su alfa se veía tan asustado y como si quisiera tirarse de un avión o algo.

"malo, malo, malo…"

Transmitía su mente sin parar.

—Estoy bien, estoy bien— Aseguró aun sintiendo el cerebro un poco flotando en las aguas del orgasmo, por lo que las palabras le salieron un tanto entorpecidas. —Me siento muy, muy bien, en realidad— Terminó por agregar en medio de una risa y soltando un poco más de lágrimas por la fuerza de esta.

Su alfa se acercó a olfatear y lamer su cuello.

Provocándole una nueva tanda de escalofríos.

—Eres demasiado bueno conmigo— Un beso fue dejado sobre la mordida en su cuello. —Te amo, mi alfa—

Una voz lejana decía algo, pero él no estaba seguro de lo que decía, estaba demasiado lejos.

Incluso sin entender lo que decía, le parecía familiar. Sí, definitivamente la había escuchado antes, no sabía de quién era, pero era una voz que no había querido volver a escuchar nunca más.

Intentó alejarse, dio media vuelta y apareció frente a él, cabello rubio, ojos claros, una sonrisa sardónica.

—Cha…—

¡…rles! —

Despertó sobresaltado, dándose cuenta que estaba acostado sobre su costado, con el pecho en contacto con la espalda de Erik, quien parecía dormir profundamente, Charles abrazándolo de forma floja a nivel del abdomen.

¡Charles!, ¡Charles! — Miró a su alrededor sintiéndose desorientado, hasta que lentamente los recuerdos de dónde estaba y qué había estado haciendo regresaron a él. —Si no responden en los siguientes diez segundos voy a ir hasta ahí— Escuchó que decía la voz de Hank de forma entre amenazante y temerosa, una curiosa combinación. —No se han reportado en 48 horas—

¿Ya habían pasado dos días? Se sentó en el futón sintiendo dolor en distintas y variadas partes del cuerpo, además de sentir como semen comenzaba a salir de su entrada.

Se sonrojo para apresurarse (al menos todo lo que su adolorido cuerpo permitió) y tomar la radio.

En serio voy a ir hasta ahí, no le tengo miedo a Erik y…— Charles presionó el botón, interrumpiendo la voz de Hank.

—Hank, estamos bien, cambio—

Ay, gracias al cielo, no quería ir, la verdad es que sí me da miedo aún el jefe— Charles sonrió pues era un hecho que conocía, miedo presente o no, eso no era impedimento para que Hank le dijera sus verdades a Erik si lo consideraba necesario, una razón más para admirar a su amigo favorito, quien no se dejaba controlar por el miedo.

—¿De verdad han pasado dos días?, cambio —

¿Qué?, sí, Charles, ¿perdiste la noción del tiempo?, ¿estás seguro de que…? — La voz de Hank fue interrumpida por la de Alex, escuchándose un poco alejado.

Charles perdió la noción del tiempo, debe estar divirtiéndose mucho entonces— Su rostro adquirió demasiado color, lo sabía, pero incluso así no iba a negar lo que Alex dijo, porque no podía y no quería.

Alex, no es gracioso—

Yo no dije gracioso, dije divertido—

Pero perder la noción del tiempo…—

Es normal… ¿o no beta? — Hank se aclaró la garganta ruidosamente.

¿Seguro de que están bien?, cambio — Volvió a cuestionar su amigo beta.

—Hasta el momento eso creo, cambio— Afirmó Charles.

¿Ya terminó el periodo de celo de Erik?, cambio — Cuestionó McCoy en seguida.

—Ahora está dormido, pero te avisaré en cuanto sepa si término o sigue en celo— Hank hizo una pausa más prolongada de lo que Charles había esperado.

Ok, Charles, cambio y fuera—

Charles decidió que su cuerpo estaba demasiado adolorido como para intentar asearse, tomar agua, considerar comer algo de lo que habían preparado de comida, necesitaba unos minutos más de estar acostado y abrazado a su alfa.

Regresó a su posición previa, sintiendo a Erik despertar.

Su compañero giró el rostro en su búsqueda, aun con los ojos entrecerrados.

Charles sonrió ante lo adorable de su alfa, quien se giró para acostarse sobre su otro costado quedando así frente a frente.

—Charles, ¿estás bien? —Cuestionó ni bien pudo abrir un poco más los ojos.

—Mi nombre, ¿eso quiere decir que tu celo terminó?, sí estoy bien, mi alfa es un amor, ¿por qué no iba a estar bien? — Erik le mostró una sonrisa de medio lado, colocándole un beso en la frente y comenzando el proceso de ponerse de pie. —¿A dónde vas? —

—Necesitamos agua y comida— Sí, admitía que era verdad.

—¿Estás bien? — Erik se giró a verlo completamente desnudo y sin intenciones a la vista de querer ponerse siquiera ropa interior.

Jodido alfa sexy, lo amaba muchísimo.

—Por supuesto— Afirmó su compañero vinculado para continuar su tarea.

Todo estaba bien, perder la noción del tiempo no tenía nada de malo, recordaba todo perfectamente, los sonidos, los besos, las caricias, las mordidas, incluso los descansos para tomar agua y comer algo, también recordaba el sexo en el baño.

Sintió su cuerpo acalorarse.

Se reacomodó en el futón.

También recordaba el sueño extraño de antes. Sabía que había visto a una persona que conocía, pero no recordaba quién había sido, bueno, había sido solo un sueño, no era importante.

Vio a Erik regresar con un vaso de agua y un plato con fruta y galletas, con su pene libre y mostrándose en todo su esplendor.

Sí, todo estaba perfectamente bien.


Muchas gracias por leer y comentar, espero y el capítulo haya sido disfrutable.

Felices fiestas, navidad, año nuevo, rosca, tamales, ah… ¡Feliz cumpleaños!

Espero nos leamos pronto otra vez.