X-Men no me pertenece.

ADVERTENCIA: Nada sigue sin ser explicado, alguien tiene que llorar en cada capítulo porque si no me da algo en mi patata


Sabía que algo raro estaba pasando, pero jamás pudo prever esto. Intentó inspirar profundo, pero eso solo le provocó una terrible punzada.

—¿La lastimé? — La cuestionó Hank, sin detener sus movimientos, continuando con la curación que realizaba a la herida de Moira.

—No, para nada Hank— Respondió con poca fuerza en la voz. El médico mutante había salvado su vida, y si bien le esperaban días de tortuosa recuperación, no exenta de posibles secuelas, jamás podría quejarse de las atenciones del doctor.

Pudieron fácilmente dejarla morir, aunque no planeó nada de lo que ocurrió, era indirectamente culpable, cayendo en la trampa de las personas que orquestaron todo lo que ocurrió con aquellos mutantes heridos que ahora estaban muertos; pero Erik ofreció su ayuda y la de sus seguidores para intentar reorganizar un poco el desastre en el que habían terminado.

—Todo listo— Informó Hank, reacomodando la ropa que la cubría.

—Gracias— Murmuró, no porque no lo sintiera, si no porque era la poca fuerza que le quedaba. Hank asintió, mostrándole una sonrisa un tanto incómoda.

Ahí fue que escuchó el toque suave a la puerta. El mutante esperó a que ella autorizara con un ligero movimiento de cabeza el dejar entrar a quién sea que estuviera del otro lado, concedió agradeciendo la amabilidad del beta.

Erik ingresó a la habitación acompañado de Raven.

Moira sintió un escalofrío ni bien hacer contacto visual con Lensherr. No podía explicar por qué, pero, incluso aunque siempre ha sabido que el líder de los mutantes es un ser demasiado poderoso (gracias a él la guerra acabó), nunca había lucido tan imponente, tan superior, emanaba cierta aura que no podía terminar de explicar, como si de golpe su cerebro no pudiera procesarlo y eso la aterraba.

—Lo siento, yo no sabía que…— Se encontró a sí misma intentando decir, sintiendo que rogar era lo único que podía hacer.

—Sabemos que no fue tu culpa, Moira— La interrumpió Lensherr y ella sabía que era ridículo de su parte el pensarlo, pero casi sentía que no estaba hablando con el mutante alfa. —Hicimos todo en nuestras manos para ayudar a controlar un poco el caos actual que se generó—

—Estaré siempre agradecida por eso— A Moira le hubiera gustado mirar a Raven, siempre trataba de mostrarse segura ante la alfa, pero era incapaz de apartar su mirada del hombre.

—Por el momento, hasta que no sepamos quién está detrás de todo esto, no atenderemos tus llamadas de auxilio—

—Entiendo— Intentó evitar el temblor en su voz.

—Y por ahora tendremos que borrar de tu mente el conocimiento de la ubicación de Genosha— Lensherr la miró con un deje de tristeza y otro tanto de culpa y ella sintió que estaba hablando con Charles, incluso si eso era imposible.

—¿Cómo…? —

—Solo cierra los ojos— Moira fue incapaz de negarse a la petición, obedeciendo al instante, perdiéndose en la voz del alfa. —No va a doler—

Fue verdad, incluso si el deje de miedo no la abandonó.

Erik vio a Jean correr, con un pequeño ramo de flores de papel entre sus manos, hacia él. Lensherr la alzó en sus brazos, meciéndose suavemente y abrazándose con fuerza a su hija.

Charles se quedó de pie en su sitio, un poco alejado de ellos, hizo contacto visual con él, para apartar su mirada un instante en dirección a Angel, la cual era abrazada con delicadeza por Darwin.

Los labios de Charles se separaron, como si fuera a decir algo, para parecer pensárselo mejor.

—Para ti, papi, "bienevenido"— Explicó Jean colocando el ramo contra el rostro de Erik, pese a lo que había pasado los días previos, pese a su preocupación, pese a su culpa, rio ligeramente, sopesando la idea de corregir la palabra mal pronunciada de su hija, tomo la decisión de no hacerlo.

—Muchas gracias, Jean, ¿son para mí?, son muy bonitas— Ofreció notando la felicidad en su hija ante su respuesta, para iniciar el camino hacia Charles, pues su compañero vinculado no parecía que se movería de su sitio.

Erik se colocó frente a él, con Jean abrazada a su cuello, quien lo imitaba en eso de observar al omega, y un ramo de flores de papel en su mano dominante.

Charles finalmente se enfocó en él, inspirando profundo, como si el oxígeno en el aire no pudiera ser suficiente, finalmente siendo envuelto por los brazos de su compañero destinado. Colocó su cabeza sobre la de Charles.

—Tenías razón— Murmuró con sus labios siendo acariciados por el sedoso cabello de su compañero vinculado. El omega se apartó ligeramente permitiéndole ver sus ojos enrojecidos y labios que se rehusaban a hacer un mohín, para ser nuevamente escondido entre el abrazo.

—¿Estamos seguros que MacTaggert no sabe nada de la persona detrás de todo esto? — Cuestionó Alex.

—¿De que no está trabajando con ellos? — Agregó Sean. Raven negó con la cabeza, Logan continuó con la mirada perdida.

—No había nada en su mente— Respondió su Charles.

—Eso es bueno, ella no nos traicionó— Aceptó Azazel.

—Además los no mutantes que nos atacaron no recuerdan nada— Agregó Logan

—Esto es mucho más complicado de lo que podemos imaginar— Comentó Hank con la mirada en el suelo.

—Claramente, alguien está haciendo experimentos con mutantes, otra vez— Respondió Raven irritada.

Hank se enfocó en Charles.

—Mutantes a cuyas mentes no pude entrar—

—Tal vez… había muchas cosas ocurriendo a la vez y por eso no pudiste— Comentó Alex, a lo que Xavier negó al instante.

—No, simplemente no pude, fue como… como con el casco de Shaw— Un silencio sepulcral se formó.

—¿Podían haber estado usando algo similar, pero no demasiado obvio? — Cuestionó Mariko.

—No había nada en ellos que pudiera justificarlo— Informó Logan.

—Tal vez, lograr incrustar en sus cuerpos ese mismo material del que esta hecho ese jodido casco, de alguna manera…— Quiso saber Ellie.

—Podría ser… podría intentar saber haciendo algunos experimentos, pero…— Agregó Hank no muy convencido.

Charles no agregó nada más, concentrándose en conectar su mirada con Erik, pues él sabía la otra posibilidad en la que su compañero destinado estaba pensando, habían pasado horas conectados, era imposible para Lensherr no saberlo, pero ninguno de los dos estaba listo para compartir sus suposiciones con el resto de la manada.

—Estamos cansados, descansemos unas horas y continuaremos la reunión más tarde— Informó Erik, poniéndose de pie sin dar paso a intentos de negarse. —Estén al pendiente.

—Sí, jefe— Escuchó al unísono.

—Debí hacerte caso— Dijo Erik con Jean durmiendo sobre él, sin permitirse apartar su mirada de Charles, quien no dejaba de dar suaves palmaditas en la espalda de la menor, acostado de lado junto a él.

—Si no hubiéramos atendido la solicitud de ayuda de Moira, quién sabe cómo habría concluido el ataque a los no mutantes, tal vez… muchos habrían muerto y de ser así, no podríamos haber dejado en claro que nosotros no estábamos detrás de ese ataque y en consecuencia quién sabe a que panorama podría haber llevado toda esa secuencia de acontecimientos— Erik dejó que las palabras de Charles envolvieran su mente dejándolas asentarse apropiadamente, centrándose en la peor consecuencia… una nueva guerra. —Por otra parte, si hubiéramos mandado únicamente a algunos de los miembros de la manada, si no hubieras estado ahí…—

—Si no hubiéramos estado ahí habríamos visto todo como una traición de los no mutantes… de MacTaggert—

—Sí— Un corto silencio los envolvió, tal vez porque ambos necesitaban procesar demasiado. —Estamos lejos de entender toda la situación, pero de no estar presentes…— Sabía perfectamente a lo que Charles quería llegar.

—Estaríamos aún más lejos—Lo dijo en voz alta porque necesitaba escucharse a sí mismo para buscar realmente creerlo.

—Así que tu decisión de ir… pese a las consecuencias y peligros, fue la mejor opción—

Entendía, lo que su pareja (más inteligente que él) decía era verdad, estaban quizás en el mejor de los escenarios considerando la situación.

Pero eso no quería decir que estuvieran "bien".

Por qué era que sin importar cuánto Erik lo deseara, la paz nunca era una opción.

—Raven, Logan, Hank… Angel… los puse a todos en peligro— Liberó, en voz baja. Charles no habló de inmediato, pero cuando lo hizo, Erik no pudo no mirarlo.

—Si alguno te hubiera dicho que no quería ir, ¿lo hubieras aceptado? —

—Por supuesto— Dijo con su mirada conectada a su compañero vinculado.

—Y ellos saben que pueden negarse, pero aún así fueron, porque esta es su manada, y también quieren protegerla, como tú— Charles se acercó, abrazándose a él, Erik inspiró profundo, sintiendo su propio aroma en el omega, la combinación de bosque y té. —Siento mucho que tengas que ser el responsable de todo, tomar esas decisiones difíciles—

—Me habría rendido hace mucho si no estuvieras conmigo, si no estuviéramos juntos como líderes de la manada— Su compañero destinado le sonrió, para iniciar un beso que le pareció demasiado corto, solo era relativo, porque la verdad es que había sido un beso largo, era solo que Erik quería que se siguieran besando, aún si sabía que la conversación no había terminado.

—Tenemos que investigar—

—Azazel es nuevamente la opción perfecta— Charles asintió.

—Yukio podría acompañarlo—

—Wade también podría ser, es un idiota, pero es bueno si se lo propone—

—Es verdad— Parecía que no había muchas más palabras por decir, notando la tranquilidad del silencio compartido, apreciándolo.

Hasta que de golpe Charles se sentó con una mano presionada contra su propio pecho.

—¿Qué?, ¿qué pasa?, Charles… — Aunque el omega negó con la cabeza, Erik se apresuró en acomodar a Jean a su lado con la mayor delicadeza que su urgencia le permitió, logrando no despertar a la menor, hincándose de inmediato junto a su compañero destinado, listo para la acción. —¿Qué Charles?, ¿te duele? — Cuestionó enfocándose en la mano en el pecho. —¿Es la telepatía? — Charles tenía los ojos cerrados y lucía pálido, cosa que Erik pudo notar incluso con la poca luz presente.

—No, no me duele nada, perdón por asustarte—

—Estás pálido— Refutó como una especie de niño insatisfecho con su padre diciéndole que no a la petición de un juguete nuevo. Charles le sonrió.

—Solo fueron un poco de nauseas— Erik no estaba de acuerdo en la parte de "un poco de…"

—¿Estás enfermo? — Necesitaba saber más, ¿desde cuándo era que su pareja se sentía mal?, ¿cuáles eran todos los síntomas?, ¿qué tan severos eran?

—No, solo he estado muy preocupado— No se sentía muy conforme con la respuesta, aun si confiaba en que le estaban diciendo la verdad.

—Quieres que te ayude a llegar al baño—

—No, ya me estoy sintiendo mejor— Y ahí Erik decidió abrazarlo contra él, arrancándole a Xavier una risilla suave y discreta.

—¿No te da miedo que te vomite encima? —

—Así voy a tener un pretexto para que nos bañemos juntos— Charles rio un poco más.

—Tonto—

—¿Te has sentido mal estos días? —

—Te lo dije, he estado muy preocupado… ansioso con todo lo que está pasando— Erik le acarició el cuello con la nariz.

—Hank debería revisarte—

—Hank está ocupado con algo más importante— Hank estaba ocupado con Angel, era verdad, pero a Erik no le gustaba la parte en que Charles usó "más importante"; "más urgente"… tal vez.

—Hey— Lo llamó Charles, atrayendo su atención exitosamente. —Han sido molestias mínimas, si me siento peor te lo diré y definitivamente querré que Hank me revise, ¿ok? — Erik respondió colocándole un beso sobre la comisura de los labios. —Me gustaría un beso más centrado, por favor— Sonrió notando el color regresar al rostro de su pareja, obedeció la petición/orden, disfrutando cada roce, toque y sonido que hacían sus bocas al unirse.

—¿Quieres agua? —

—Estoy bien— Le respondieron, besándolo nuevamente.

—Ok— Susurró contra los labios carnosos contrarios.

Erik no terminaba de entender la situación, solo sabía que debía de tomar la decisión de atacar o prepararse y tomar a su familia y huir.

"Erik, calma tu mente, está bien, nadie está atacándonos" La conocida voz mental de su pareja lo alcanzó, envolviéndolo en tranquilidad, provocándole el alcanzar un nivel de estado de alerta que finalmente lo llevó a escuchar su respiración levemente agitada, el hecho de que estaba de pie, despierto.

También fue capaz de enforcarse en el insistente llamado a su puerta y en la voz de alguien conocido a través de la radio a un lado del futón.

Jefe, lo siento mucho, cambio—

Charles estaba en el proceso de ponerse de pie, por lo que Erik lo ayudó a tener éxito en sus acciones, sin pensarlo demasiado. Jean estaba hincada frente a ellos, tallándose los ojos, como si quisiera deshacerse del sueño visible en sus ojillos levemente hinchados.

—Son Hank, Angel y Darwin— Le dijo Charles, Erik solo pudo mirarlo confundido, una vez que su mente no se estaba moviendo con puro instinto, abrazó el sopor ocasionado por despertarse de golpe durante la madrugada después de días sin dormir apropiadamente. —Los que están en la puerta— Erik giró su cabeza en dirección a la puerta de la habitación. —Ve a abrirles, te alcanzo en un momento, trataré de que Jean vuelva dormir—

Erik, que estaba casi en modo automático, asintió y se dirigió al exterior de la habitación, no sin antes apreciar por unos instantes la forma en que su compañero destinado se hincaba frente a su hija, pasando una mano suavemente por entre el cabello de la menor, comenzando a susurrarle algo que Erik fue incapaz de convertir en palabras, para que su amada hija se acomodara nuevamente en el futón con ojos cerrados.

Llegó a la puerta de la casa en corto tiempo (la casa era pequeña después de todo), abriendo y deteniendo finalmente el incesante y molesto sonido que Angel (o Darwin o Hank) se encontraban haciendo.

Se encontró a Hank con radio en mano y respiración agitada de pie junto a Darwin abrazando a Angel contra sí, casi como si quisiera ocultarla del exterior, como si estuviera usando su cuerpo para protegerla de todo… Erik entendió con un solo vistazo (mente aun estuporosa o no) que eso era inútil porque es difícil proteger a las personas que amas de sus propias mentes.

—Jefe, necesitamos a Charles— Llamó Hank, pero Erik estaba atrapado en la desesperación en la mirada de Darwin.

Erik escuchó los pasos de Charles dirigiéndose hacia ellos y eso fue suficiente para que Angel, que hasta ahora había lucido como una marioneta sin nadie que la controlara, se apartara del abrazo y consuelo de Darwin, pasara a un lado de Erik y se aferrara a los brazos de Charles, quien lució como si supiera perfectamente que esto pasaría, su compañero destinado respondió el gesto, teniendo cuidado de la herida en la espalda de la omega.

Angel, terminó con el silencio que había mantenido, liberando escandalosos sollozos contra el cuerpo de Charles.

—Lo siento, lo siento…— La escuchó decir una y otra vez.

—No te disculpes, cariño— Respondió Charles en voz baja.

—¡Dolió mucho! — Erik apartó su mirada un momento de los omegas abrazados, para ver a Darwin intentar limpiar las lágrimas en su rostro y a Hank con la mirada en el suelo, claramente intentando ofrecer privacidad. —Mi-mi ala—

—Hank te va a ayudar— Charles la apartó un poco de él, lo suficiente para lograr verla a los ojos. Erik pudo notar el cariño con el que su compañero vinculado veía a la omega, casi como si estuviera viendo a su Jean. —Como me ayudó a mí—

—Fracasé, me volví una carga durante la misión—

—Claro que no, yo vi todo lo que ocurrió y si algo no hiciste, fue fracasar— Respondió su omega líder con autoridad.

Erik quería pedir perdón, decirle a Angel que no debía sentirse culpable, disculparse por llevarla a una situación en la que fue herida de tal forma, pero sabía perfectamente que no era el momento, terminaría luciendo como si buscara su propio consuelo y no era precisamente que sus palabras traerían consuelo a Angel.

Sintió la cálida protección de la conexión que mantenía siempre con Charles multiplicarse, sabía que su compañero vinculado estaba intentando reconfortarlo, cuando debería estar concentrándose en quien realmente necesitaba las atenciones del omega líder.

"Tonto" Transmitieron a su mente. Conectó su mirada con la de su compañero destinado.

Charles le sonrió suavemente y él respondió instantáneamente.

Te amo.

Eres perfecto.

Se enfocó en transmitir una y otra vez, porque él no era un telépata pero definitivamente sabía como comunicarse con su amado telépata.

Charles cerró los ojos por un momento con rostro relajado, por lo que Erik sabía que había tenido éxito.

Angel eligió ese momento para esconder el rostro contra el cuello del mayor, pues esa era la forma en que una manada buscaría la protección, unión, interacción de otro de sus miembros, estar cerca de la glándula de vinculación, pues era la zona donde el aroma estaba más concentrado, incluso si Charles había perdido su aroma y no tenía glándula, el instinto le ordenaba a Angel hacer aquello.

Charles hizo presión en el cuello de la mujer con una de sus manos, en un intento de calmar el instinto omega de Angel, que buscaba justo eso, consuelo de su omega líder.

Angel inspiró profundo y su llanto finalmente se volvió uno más silencioso.

"Me llevaré a Angel a la habitación de Jean, cuida de Darwin, Hank y Jean, Te amo"

Erik asintió con la cabeza para ver a su pareja dirigir con tranquilidad y paciencia a Angel al destino previamente comunicado.

Darwin aunque claramente nervioso, no hizo preguntas.

Darwin estaba enfocado en la taza humeante con té recién preparada frente a él, acomodando por enésima vez la manta que su alfa líder le había proporcionado.

Lo llenaba de culpa concentrarse en Hank, el pobre médico sentado junto a él y que estaba perdiendo la batalla en la lucha contra el sueño. El beta había estado de misión hasta hace poco y ni bien llegar solo pudo saludar de manera corta a su familia para enfrascarse de lleno en el cuidado de Angel.

Apartó la vista de la taza al escuchar el sonido de una puerta abriéndose, sintiendo su corazón acelerar, sabía racionalmente que solo era el jefe, saliendo de la habitación que compartía con su compañero destinado, lugar en el que se encontraba descansando Jean, pero no pudo controlar las reacciones de su cuerpo.

—¿Jean está bien? — Decidió preguntar, Erik asintió.

—Está durmiendo— Respondió acomodándose en el comedor, del lado contrario al que Darwin y Hank se encontraban.

Había un silencio que él no quería apartar, estaba nervioso, preocupado, quería estar con su amada, pero sabía que justo ahora esto era precisamente lo que tenía que hacer y estar en compañía de su alfa líder le generaba cierto nivel de calma.

—Hank— Llamó Erik, provocando un sobresalto en el beta.

—¿Qué?, ¿qué pasa? — Cuestionó el médico, exaltado.

—Ahora que todo esta un poco en calma, deberías aprovechar e ir a descansar—

—No, debo estar aquí en caso de…—

—Hank estás agotado— Decidió aportar él, porque era verdad, ¿cuál sería el máximo de horas seguidas que Hank había dormido desde que inició la misión? Darwin dudaba que fuera más de tres.

—Dudo que puedas incluso pensar correctamente— Agregó Erik en un muy ligero (y seco) tono ameno. —Ve a descansar, si necesitamos algo te lo haré saber—

—No, yo… es que…— Hank miró al jefe y después a él. Darwin se apresuró en asentir y sonreír.

—Ok— Terminó por aceptar Hank, aunque por la forma en que lo dijo, parecería que más bien lo habían condenado a una tortura que a un merecido descanso.

Erik acompañó al beta a la salida de la casa y Darwin nuevamente se enfocó en la taza frente a él, sin alzar la mirada aun cuando el jefe regresó a su sitio previo.

Darwin estaba cansado, asustado, quería abrazarse a Angel… cosa que pudo no volver a ser posible si no fuera porque…

—Jefe— Llamó, para enfocar su mirada en la del alfa, que le respondió apropiadamente. —Gracias por traerla de vuelta— El jefe lució todo lo contrario de feliz, bajando la mirada unos segundos, para volver a conectarla a la suya.

—Lo siento mucho, Darwin—

—¿Qué es lo que sientes, jefe? —

—No tener la capacidad de darles una vida sin guerras, sin batallas, sin peligros—

—Jefe, no es realmente algo que puedas prometernos, no puedes controlar las decisiones que toman terceros—

—Soy su alfa líder—

—Sí y cumples con tus responsabilidades excelentemente, pero pretender que solo porque eres nuestro alfa líder eres automáticamente responsable de todo aquello que es y que puede ser potencialmente dañino para la manada… es un berrinche infantil, jefe— Erik tragó saliva con dificultad.

—Voy a hacer de todo y más allá, para mantenerlos seguros, siempre— Darwin sonrió, moviendo suavemente su cabeza.

—Lo sabemos jefe y nosotros haremos lo mismo por ti, por Charles y por el resto de la manada—

Hank ingresó a su casa en silencio, se dirigió primero a la habitación de Scott observándolo dormir tranquilamente en posición fetal (su posición favorita) en su futón, se acercó a colocar un beso en la frente del menor, sabiendo por experiencia previa que eso no interrumpiría su plácido sueño, salió cuidadosamente e ingresó a su propia habitación (la que compartía con Alex) encontrando a su pareja durmiendo en la misma posición que su hermano menor.

Hank abrazó la ternura que lo embargó al ver a su familia y sus hábitos similares, para centrarse en desvestirse para ponerse algo más apropiado para dormir (en estos tiempos no era exactamente que uno se pudiera dar el lujo de tener un pijama, pero tener más de tres cambios de ropa y un cambio específicamente para dormir lo volvía alguien excesivamente afortunado, lo sabía).

A pesar de su presencia en la habitación, de los ligeros ruidos que no lograba amortiguar con movimientos lentos y delicados, Alex no hizo ademán de despertar y eso en sí era razón de gozo, Hank recordaba cómo era todo durante la guerra incluso como era aún hace unos dos años, nadie podía permitirse un sueño profundo, su pareja no era la excepción, despertando ante el más mínimo cambio, además de que siempre parecía estar alerta en caso de que Scott lo necesitara.

En la actualidad ya tenían algunos años bastante pacíficos, la paranoia postguerra no había desaparecido, pero definitivamente había disminuido, además de que Scott estaba más grande, dormía toda la noche sin problemas y Hank no podía estar más feliz de observar a su novio dormir con tanta paz.

Y Hank volvía a estar al borde del miedo, porque después de lo que acababa de pasar en los territorios de los no mutantes, su paz recién adquirida nunca había lucido tan efímera.

Nuevamente tenía que volver a pensar en las posibilidades, los diferentes grados en los que su paz se veía amenazada.

Alguien haciendo experimentos con mutantes, lo que era horrible y que podía llevar a que la persona (u organización) detrás de todo pensara que era una buena idea buscar Genosha, encontrarla y atacarlos directamente en su territorio.

¿Estaba exagerando en sus cavilaciones? La guerra le enseñó que nada de lo que puedas imaginar es demasiado exagerado.

¿Estaban preparados para una guerra? Siempre, tenían una manada sólida, tenían experiencia, tenían un líder alfa demasiado poderoso y sobresaliente al momento de planear estrategias, además de tener un líder omega (cosa que no tenían antes) que era un poderoso telépata y que los mantendría emocionalmente estables mucho más de lo que alguna vez estuvieron durante la guerra contra Shaw, pero eso no quería decir que saldrían victoriosos, eso no quería decir que no tendrían perdidas, eso no quería decir que los recursos mínimos para sobrevivir no comenzarían a escasear… eso no quería decir que quería estar nuevamente en una guerra….

No era justo.

La necesidad de esconderse contra el cuerpo de su pareja fue tan grande que terminó por olvidarse de ser cuidadoso y silencioso, sino que se volvió un poco brusco y torpe, escuchó algo caer al suelo, sin estar seguro (y sin querer saber) que había sido, un vaso tal vez, cuando utilizó sus brazos para envolver el cuerpo de Alex alcanzó a ver un ligero tinte azulado en la piel de sus antebrazos, cerró los ojos con fuerza.

Alex se removió entre su prisión (abrazo).

—Creí que no vendrías esta noche— Le susurraron con la voz ligeramente más gruesa por el tiempo sin uso.

Hank deseó poder regresar el tiempo al momento en que se acostó sin ningún tacto, para así evitar el despertar a su amado novio, pero esa no era su mutación y la verdad es que escuchar la voz de Alex lo estaba ayudando a anclarse en el aquí y el ahora, evitándole así el perderse aún más en su cabeza.

Se hizo lo más pequeño que su cuerpo le permitió, escondiendo el rostro contra el pecho de Alex, moviendo su cabeza una y otra vez contra la suavidad de la playera que su omega portaba, inspirando profundo alcanzando a percibir el aroma natural de su novio.

La combinación perfecta entre dulce y cítrico.

Alex no le preguntó si estaba bien, en lugar de eso colocó un beso en lo más alto de su cabeza, envolviéndolo apropiadamente con sus brazos, Hank se sentía de golpe protegido, como si nada pudiera salir mal nunca más.

—Te extrañé— Le dijeron en tono claro, sin un solo toque de vergüenza.

—Yo también— Dijo de forma amortiguada, sin tener la capacidad de alejarse del cuerpo de su amado.

—Feliz aniversario— Le dijeron en seguida. Hank había tenido tantos planes de celebración antes de la misión, ahora casi lo había olvidado por completo.

—Feliz aniversario— Dijo avergonzado, escuchando a Alex reír, no había un rastro de tristeza o enojo en su aroma, Hank, incluso siendo beta, podía fácilmente reconocer ambos en su omega.

Quería poder ofrecerle a su novio todo lo que merecía y más.

—¿Angel está mejor? —

Sí… y no.

—Esta con Charles—

—Oh— Su respuesta fue suficiente para que Alex no necesitara más explicaciones, si alguien podía entender la necesidad instintiva de la naturaleza omega de Angel de estar en compañía de su omega líder, de buscar su consuelo, ese podía ser otro omega, como Alex.

Hank quería exteriorizar sus miedos, sabía que necesitaba hablarlo con alguien y su pareja era su primera opción, además de que la mejor y la más importante (con perdón de sus líderes), pero justo ahora no quería hacerlo, solo quería estar así, escondido contra el cuerpo contrario, sintiendo como su mente dejaba de moverse tan rápido de pensamiento aterrador a pensamiento pesimista.

—Perdón por despertarte—

—Está bien, pude verte y escuchar tu angelical voz— Alex había hablado con verdad y con un toque de burla, la suficiente para hacerlo resoplar en un intento de risa. —¿Quieres seguir hablando o dormir? — Lo cuestionaron, Hank sabía que diera la respuesta que diera, esta sería respetada y su decisión cumplida sin quejas.

—Dormir— Murmuró para sentir un nuevo beso sobre su cabello.

—Ok, buenas noches—

Hank utilizó las pocas fuerzas que le quedaban para dejar de esconder su rostro y besar los labios de su novio, un toque corto, pero que lo hizo sentir amado, esperando que hiciera lo mismo por Alex. La sonrisa de su pareja le hizo entender que funcionó.

Volvió a esconderse.

A la mañana siguiente se sorprendería de lo rápido que su cerebro se apagó.

Sonido incesante, molesto.

Quería que dejara de escucharse.

Tal vez si intentaba escucharlo mejor dejaría de escucharlo finalmente, se esforzó, se enfocó.

¿Qué era? No, esa pregunta no era correcta.

¿Quién…?

Era alguien que conocía, ojos familiares, sonrisa familiar, esa postura.

Abrieron la boca aun sonriéndole. Odiaba esa sonrisa victoriosa… porque le provocaba tanto miedo.

Charles despertó agitado, sintiendo una arcada apoderarse de él, se inclinó levemente, pensando que vomitaría, pero nada salió de su boca.

Las nauseas transitorias se disiparon y no hubo una nueva arcada haciendo acto de presencia.

Se centró en sus alrededores, recordando que había estado sentado junto al futón donde Angel se había, finalmente, quedado dormida, velando el sueño de la omega.

¿Se había quedado dormido sentado?

Escuchó los suaves toques a la puerta, concluyendo con su telepatía que se trataba de su compañero destinado.

"Ahora salgo"

Se puso de pie con lentitud, sabiendo que podía tomarse todo el tiempo que necesitaba, pues se trataba de su amado, el cual se molestaría si Charles hacía las cosas apresuradamente y terminaba lastimándose.

Esperó a que sus piernas respondieran apropiadamente y salió de la habitación de su hija.

Erik lo recorrió con la mirada, como si buscara algo que estuviera mal.

—Me llamaste con la telepatía— Exteriorizó su alfa. Charles no tenía idea de aquello.

—¿Lo hice? — Erik pareció alarmarse más de lo que había estado previamente. —¿Qué dije? —

—No fue… algo en específico, fue… esta sensación de que tenía que estar aquí— Charles sintió el rostro caliente, seguramente su subconsciente al sentirse asustado por la pesadilla previa, llamó a la persona que lo hacía sentir como si todo fuera a estar bien, la persona que lo hacía sentir protegido.

—Me quedé dormido un rato y tuve una pequeña… pesadilla, sin darme cuenta debí haberte llamado durante ella— Explicó sonriendo abiertamente, sabiendo que Erik entendería, sin juzgarlo.

Erik respondió rodeándolo por la cintura, acercándolo un poco hacia sí.

—Charles, ¿crees que puedo estar con Angel? — Preguntó Darwin con poca fuerza en la voz, como si buscara no exaltarlos.

Charles cerró los ojos unos instantes, ingresando a la mente de Angel superficialmente, sintiendo la calma que había estado completamente ausente cuando recién se presentaron a la puerta de su casa.

—Su instinto se ha calmado, no debe haber ningún problema de que cambiemos lugares, pero llama si necesitas ayuda— Concluyó dando unos golpecitos en su propia frente. Darwin asintió sonriendo, confiando en lo recién escuchado, para desaparecer en el interior de la habitación prestada.

—¿Quieres dormir?, ¿comer algo? —

—Comer algo suena bien— Respondió sonriendo, recibiendo a cambio un gesto similar. Tal vez esa sensación nauseosa repetitiva tenía algo que ver con gastritis y tal vez la molestia dejaría de aparecer si era un poco más estricto con sus horarios de comida.

—¿Quieres hablar de tu pesadilla? — Negó con la cabeza de inmediato.

—No, fue algo tonto, ya ni siquiera la recuerdo—

—Acuéstate un rato mientras nos preparo algo— Era temprano aún, sabía que a Jean aun le faltaban unas dos horas más de sueño.

—Mejor te ayudo—

—No, ve a descansar, estaré bien, haré algo sencillo— Dijo Erik apartándose de él, Charles se apresuró en detenerlo con manos entrelazadas.

La mano de Erik respondió al instante entrelazándose con la suya.

—Quiero estar contigo— Erik no preguntó más, incluso si lucía como si quisiera hacerlo, le sonrió y asintió con su cabeza.

—Ok— Respondió acercándose a dejar un beso corto sobre sus labios seguido de otro aún más corto. —¡Qué suerte para ti que me gusta estar contigo! —Agregó el alfa de forma juguetona.

Charles rio en voz baja.

—Soy muy afortunado en definitiva—

Charles trató de ignorar las palabras dichas en su pesadilla, palabras que recordaba perfectamente.

Eran un eco del pasado estaba seguro, su cerebro conectando eventos traumáticos en su vida con la situación actual que lo tenía preocupado.

"Te encontré".

Extra:

—¡…Y así todos seremos superhéroes! — Exclamó Kurt con emoción lanzando al aire el osito que el papi de Jean le había hecho, Jean lanzó a su gatito y perrito, Ororo lanzó a su Leon y él estaba apunto de lanzar al aire a su conejito rosa, pero perdió la oportunidad al pensar demasiado en lo que Kurt acababa de decir.

Kurt amaba contar historias, Scott también, pero Scott amaba escuchar las historias de Kurt.

Ahora había estado contando esta gran historia en donde ellos salían de su casa y tenían una super duper increíble jamás vista aventura en la que derrotaban malos y salvaban a todos, porque ellos eran superhéroes, pero Scott no pude evitar pensar por un momento… ¿él podía ser un superhéroe? Jean podía, por supuesto, Jean tenía dos poderes… no, ¿cómo era que Hank dijo que se decía?... ¡Mutaciones!, 2 mutaciones y era tan, tan super genial que podía hacer a Scott volar, Kurt tenía una de las más geniales mutaciones de la vida, algunas veces hasta podía hacer que él y Jean viajaran con él, ¿Ororo?, ¡Ororo podía hacer que lloviera si quería!, era, ¡Era…!

Scott no tenía mutación.

Su hermano siempre le decía que eso estaba bien y Scott también creía que estaba bien, pero sin una mutación no podía ser un superhéroe.

—¿Scott? — Lo llamó Jean, tomando su mano. Él giró a ver a su mejor amiga en el mundo, para asustarse cuando Kurt se acercó demasiado a su cara.

—Estabas haciendo así— Le explico Kurt apuntando a sus propias cejas, haciendo esa cara de enojado que al papi de Jean le gustaba tanto hacer. —¿Tienes hambre?, mami a veces hace esa cara cuando tiene hambre— Explicó Kurt.

—Ellie hace mucho esa cara— Agregó Ororo sin parar de reír.

—¿Triste? — Preguntó Jean.

Y Scott se preguntó si tenía hambre, tal vez comenzaba a sentir un poco de hambre, luego se preguntó si estaba triste…. Tal vez y sí.

—No sé si puedo ser un superhéroe—

—¿¡Qué!?, claro que puedes, tenemos que ser superhéroes juntos, no será divertido si no— Dijo Kurt poniendo de pie de golpe y colocando sus manos en su cintura; estaba seguro de que había visto a la mamá de Kurt pararse así.

—¡Juntos! — Gritó Jean.

—Sí, ¿por qué no podrías? — Cuestionó Ororo.

—No tengo mutación— Sus amigos lo miraron sorprendidos como si no hubieran pensado en eso antes.

Ororo se puso de pie colocándose junto a Kurt.

—Yukio no tiene mutación, pero ella es muy poderosa con su katana, ella puede ser una superheroína, entonces tú también puedes Scott— Dijo Ororo.

—Sí, es verdad, no necesitas una mutación para ser un superhéroe— Afirmó Kurt.

—Scott superhéroe— Exclamó Jean abrazándose a él, siendo de inmediato imitado por Ororo y Kurt.

Scott rio, poniéndose de pie en compañía de sus tres amigos.

Scott podía creer que podía ser un superhéroe si sus amigos podían creerlo también.


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