2- El encuentro...

He llegado, me encuentro en un barrio al que jamás hubiera puesto el pie si no fuera porque existen unas fuerzas mayores que actúan en contra.

Me acerco al número cuatro de Privet Drive. Es muy temprano y no creo que nadie haya despertado aun, me coloco detrás de un coche Honda de color rojo, el cual no esta nada mal. A las 8, supongo que es esa hora ya que mucha gente ha empezado a salir de sus casas y se suben a los coches para empezar un nuevo día en sus trabajos. De la casa que tengo enfrente, y de la cual llevo horas vigilando ha salido una mujer delgada, muy huesuda con una cara saliente, muy parecida a un caballo deformado. Detrás suyo un niño bastante rechoncho llevaba una mochila último modelo, en la mano sujetaba un doonut de chocolate, y en la otra un bollycao (hace años que no me como uno o ) pero, cuando ya había perdido la esperanza de que Harry se encontrara en esa casa, de todas maneras habían pasado 6 años y algo y lo que había dicho Dumbledore en ese momento quizás no se cumplió. Pero no, de repente un niño bajo, escuálido y muy despeinado sale corriendo de la casa para alcanzar a mujer y niño que ya se encontraban a medio camino de acabar la calle. El chico era moreno, con el pelo negro azabache y una curiosa cicatriz en forma de rayo en medio de la frente, él era sin duda Harry Potter, el niño que vivió. Al contrario que su primo el llevaba una bolsa de cartón y nada de comer.

Durante el camino hacia el colegio de los dos chicos, el perro negro se mantuvo a una prudencia distancia, no tuvo problemas para seguirlos, el único momento que dudo en continuar con su objetivo fue al sentirse observado por otro animal, un felino blanco a rayas, pero a penas le dio más importancia de la que se merecía. El colegió donde acudían los jóvenes era bastante feo. La escuela daba la vuelta a la manzana, eran como 4 edificios de diferentes épocas puestos en unos metros cuadrados de tal manera de aprovechar al máximo el espacio. Visto desde fuera, se podía observar pasillos que daban al exterior, con puertas a lo largo, todas de color verde y enumeradas. Por pisos, en el primero 10-19, en el segundo del 20-29... y así sucesivamente, hasta un 6º piso. Había dos patios uno delantero con dos rampas a cada extremo de la calle principal, desde donde se entraba al recinto. Y alrededor de todo el colegió verjas altas y verdes, y en la entrada del colegio, en el hall, se podía apreciar un monumento, una enorme bola a rayas verde y amarillo. (NA: vaya una especie de descripción de mi colegio, muy verde...)

Los dos chicos se despidieron de la mujer y bajaron la rampa principal hacia el interior del recinto. Yo desde fuera los observaba como poco a poco la distancia entre ellos iba aumentando y como enseguida mi pequeño Harry se quedaba aislado del resto de personal allí presente. Espere, espere lo suficiente hasta que tocaron las 11 del mediodía y los chicos salían a tomar su segundo desayuno, tenia ganas de ver allá a Harry, quería volver a verlo para apreciar el perfecto parecido que existía entre él y su padre.

Lo observe, ya lo veía, su clase se encontraba en el tercer piso, salía de los últimos y solo, una vez llego abajo, se acerco hasta la rampa opuesta por donde había entrado antes, la cual tenia como un sitio más elevado para poderse sentar durante el recreo. Me acerque lo máximo que pude, me puse justo detrás suyo. No me veía, intente captar su atención, pero estaba muy absorto en sus pensamientos hasta que un balonazo se le estampo en al cara, tirándole las gafas unos metros.

SERÁN CAPULLOS!

Todos los que se encontraban por la zona se empezaron a reír, lo señalaban con el dedo cuando él, tantear con la mano el suelo en busca de las gafas redondas. Nadie dio la más mínima señal de querer ayudarlo, y pronto un grupo de chicos entre los que se encontraba su primo lo rodearon. Uno de ellos, que era alto, delgado y rubio recogió las gafas del suelo y se las alargó a Harry. Bueno alguien educado. Pero no, en cuanto Harry hubo alargado la mano el muchacho que le sacaba por lo menos 2 cabezas levantó la mano impidiéndole coger-las. Yo empecé a ladrar hacia los chicos, pero poco podía hacer, entre ellos y yo había una gran verja de por lo menos3 metros de altura. En ese momento algo sorprendente pasó, las gafas que minutos antes el chico rubio sostenía en las manos desaparecieron para volver aparecer en las manos de Harry el cual se había quedado tan de piedra como sus compañeros.

Yo que sabía lo que era, la magia, la magia que corre por sus venas. Volví con mi intento de distraer al personal pero fue inútil, en ese entonces los chicos alrededor de Harry empezaron a empujarlo de uno a otro como si fuera una peonza de juego, era lamentable. Cada vez que Harry caía al suelo empezaba a recibir una bandada de puntapiés. Observe a los demás, algunos se tapaban la cara, otros reían de lo que pasaba, y otros simplemente se quedaban inmóviles.

Lo decidí, aunque eso supusiese que más de un auror estuviera en vigilancia constante lo decidí, nadie tocaría a mi ahijado por muy muggle que sea. Me dirigí hacia los conteineres que había al final de la calle y allá, controlando que no pasará nadie me transforme en mi forma humana.

Una vez volví al lugar de la agresión, Harry ya llevaba un labio partido y algunos cortes en las manos de las caídas que había sufrido.

-Vamos Harry! Eso es lo único que puedes hacer... Gallinaa!

-cocococcococo cococo cococ – imitaba otro muchacho a la gallina, acompañado de un ridículo baile moviendo las manos y brazos.

-YA VALE! – grité! – dejadlo! – por primera vez, Harry se giró para mirarme, al verme al igual que todos retrocedieron unos pasos hacia atrás, sin duda daba miedo. Estaba muy delgado, sucio, mi pelo largo y andrajoso me bajaba por los hombros hasta los codos, y mis ojos echaban chispas de enfado. Una vez los chicos hubieran retrocedido lo suficiente, me acerqué más a la verja.

-Estas bien Harry?

-Lo conoces?- preguntó entonces el chico rubio. Harry lo miro y luego me miro a mi. Se le veía indeciso. Así que me adelante.

-Soy su padrino y espero que esto que hace un rato he visto no se repita. Sino vosotros y vuestras familias sufrirán las consecuencias. No tentéis a la magia! –dije y le guiñe un ojo a Harry. Por lo que pareció funciono, todo el mundo hecho a correr excepto Harry que se le veía bastante confundido.

-Como va?

-eeh... perdone pero nos conocemos? – dijo un poco temeroso.

-jaj – reí, mi risa le asusto – no te preocupes no soy malo, y bueno lo de conocernos es relativo. Tu no te debes acordar de mi eras muy pequeño la última vez que te vi.

-cuando fue? – esa pregunta me sorprendió y a la vez me dolió.

-pues...- dije y me pase una mano por el pelo, instintivamente la retire, me había recordado a James ese movimiento, siempre lo realizaba cuando estaba punto de contar algo o estaba nervioso o quería impresionar, yo muy bien no sabía lo que ahora quería. – la última vez que te vi fue cuando tus padres murieron. Te tocaba venir a vivir conmigo y...

-contigo? Y porque no fui? – la distancia entre los dos se iba acortando. A lo lejos vi que la gente empezaba a subir las escaleras, Harry noto que miraba detrás suyo y se giró. – debo irme. Pero cuando te puedo volver a ver? Y como te llamas?

-nos podemos ver si quieres cuando acabes tus clases. Estaré aquí, cuando vengas busca un perro negro...

-el que estaba antes aquí?

-si ese, el te conducirás hasta donde yo estoy. Y Soy Sirius, o Canuto como prefieras. – deje que mis palabras entrasen bien en su cerebro. – ahora vete no quiero que te castiguen por mi culpa. Nos vemos luego. – dije. Harry me despidió con un movimiento rápido de manos y se alejo camino de las escaleras...

oooooooooooooooooooo

Buenoo! Otro capítulo! Estero que os este gustando y si queréis que añada algo que os apetezca decídmelo, dentro de un par de capítulos saldrá el amor...! No tardará!

Un beso a todo el mundo.

Lil-Black/Lil-Black-Kate