Bueno, esto son una serie de drabbles, 3 en este caso, o como yo los llamo cariñosamente, "mis experimentos", cuyos títulos serán reconocibles para cualquiera que haya visto el anime. Van desde lo más estúpido hasta…bueno, véanlo por si mismos XD

Gracias por los reviews, espero que me dejéis más con vuestras opiniones, sobretodo para motivarme a subir los capis, que soy un tanto vaga y me da pereza XP (si, es un poco como eso de "si no me dejáis reviews no pongo más capis" pero para que nos vamos a engañar, es la verdad, soy vaga y los subo solo por amor a mis lectores y a mi ego XD)

Ala, espero que os guste, y si no, me lo decís también.

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D- Tecnolife

- Kyoraku taicho ¿qué es esto?

Shunsui sonrió y señaló con la mano abierta el objeto en cuestión, que brillaba bajo la luz del mediodía que entraba por la ventana.

- Esto, Nanao-chan, es lo último en tecnología en el mundo de los vivos. – paseó la mano por la superficie metálica con expresión satisfecha, provocando que su teniente rodara los ojos – Esto, mi adorable Nanao-chan, es un microondas.

- No soy su Nanao-chan – contradijo ella rápidamente antes de volverse hacia el aparato en cuestión. - ¿Y para qué queremos un microondas en la división?

- ¿Para qué? – Shunsui parpadeó, como si fuera obvio – Pues para calentar nuestros corazones, por supuesto.

- ¿Perdón? – la teniente le dedicó una mirada de extrañeza.

- Un microondas es más sencillo de utilizar y menos peligroso que encender un fuego – sonrió divertido. – Kurotsuchi dice que todas las divisiones deberían tener uno.

- ¿Y usted hace caso de lo que dice el doctor Franke… - Nanao se mordió el labio – digo, al capitán Kurotsuchi?

Shunsui sonrió divertido, pensando que tanto tiempo en compañía de Yachiru empezaba a afectar a su encantadora teniente.

- Oh vamos, Nanao-chan, seguro que nos resultará útil. Mira, lo probaremos – el capitán pulsó un botón y la pequeña puerta se abrió con un "clic".

- ¿Está seguro de que sabe utilizarlo? – musitó ella, mirándolo con desconfianza.

- ¡Por supuesto! Es la mar de sencillo, mira, ponemos este vaso lleno de té dentro, cerramos la puerta, apretamos el botón y…

- No pasa nada. – observó Nanao.

- Que extraño – Shunsui se rascó la barbilla y volvió a apretar el botón. – He hecho todo lo que me dijo Kurotsuchi.

La teniente suspiró mientras su capitán le daba pequeños golpecitos al microondas.

- ¿Y no tendrá que ver con ese cable que sale por detrás del aparato? – le preguntó, señalando.

- ¡Oh! Siempre aguda mi Nanao-chan – Shunsui tomó el cable y observó el enchufe al final del mismo – Oh, sí, hay que meterlo en los agujeritos para darle energía.

- Supongo que se refiere a una toma de corriente eléctrica. – dijo ella, ajustándose las gafas – Cosa que, por si no lo recuerda, no tenemos.

- ¿Queeee?

- Es obvio, taicho, no tenemos aparatos como estos, por lo tanto, no tenemos toma de corriente. Así que dejemos ese microondas como está, quizás sea lo mejor.

- Mmmm – Shunsui puso gesto pensativo un instante y acercó el dedo al enchufe – bueno si lo único que necesita es energía, quizás con un poco de kidoh…

- ¡No, taicho!

¡PUM!

Sin duda, era demasiado pronto para que la tecnología llegara a la división ocho.

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Life is like a boat

- La vida es como un barco a la deriva.

Nanao arqueó una ceja ante la declaración de su capitán.

- La marea te puede arrastrar a los mares más peligrosos o a las calas más hermosas y tranquilas – apuró el contenido de su vaso y sonrió – y nunca sabes cual será tu próximo destino.

La teniente de la octava suspiró, era uno de aquellos días en los que su capitán se levantaba poético…absurdo, pero poético.

- Firme aquí, taicho. – le dijo ella, colocando uno de los informes bajo la mano que sostenía el pincel.

Shunsui obedeció, cabeceando, y garabateó sobre el papel, sin dejar de balancear la copa de sake en la otra mano.

- Dime, Nanao-chan¿A dónde te ha llevado tu barco?

- ¿Perdón? – la teniente apartó el informe ahora firmado y lo colocó sobre una pila.

- ¿A dónde te ha llevado tu barco? – repitió él, mojando el pincel en tinta - ¿A un mar tempestuoso o a una tranquila cala?

Nanao observó un instante a su capitán, antes de volver a colocar otro informe delante de él.

- A una oficina llena de trabajo – replicó ella.

Shunsui rió suavemente.

- Ah, siempre aguda mi Nanao-chan.- le dedicó una sonrisa divertida – Pues a mí, mi barco me ha llevado a una tranquila playa, con una hermosa sirena. – concluyó dedicándole una mirada de soslayo.

La teniente parpadeó, asimilando el autentico significado de la metáfora, mientras él elevaba la vista al techo y suspiraba.

- Solo espero que mi barco quede varado en esta playa por siempre…

- No se preocupe, Kyoraku taicho – ante la mirada curiosa de su capitán, Nanao se ajustó las gafas, sin perder su gesto imperturbable – como teniente es mi deber conseguirle un buen ancla.

Y él sonrió, agradecido.

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Thank you

- Ise fukutaicho, los informes de la última misión del grupo 3.

- Déjalos sobre la mesa, por favor. – indicó con un gesto de la mano.

- Ise fukutaicho, venimos a por los documentos para la división trece.

- En la estantería, el sobre azul de la izquierda. – señaló hacia el lugar en cuestión.

- Ise fukutaicho¿qué hacemos con los novatos?

- Repárteles esto y que esperen, iré enseguida.- replicó, tendiéndole al tercer oficial un montón de papeles.

- Ise fukutaicho, tenemos un problema…

Shunsui se limitó a arquear una ceja mientras veía a un shinigami tras otro entrando en su oficina, y a su teniente despachándolos rápidamente con su habitual eficacia.

Siempre le asombraba la capacidad de Nanao para mantener el orden, en lo que de otro modo, sería una caótica oficina.

Recordaba perfectamente cuando ella no había ascendido aun a teniente, y aquellas montañas de papeles que le esperaban cada día, igual de amenazantes que un hollow… sintió un escalofrío, no deseaba volver a aquellos días ni por todo el sake del mundo.

Los shinigamis continuaban entrando y saliendo, sin detenerse, sin dirigirse a él salvo para hacerle un rápido y cortés saludo, por lo que Shunsui suspiró. Aunque él no estuviera, nada cambiaría, así que se levantó perezosamente y se dirigió a la puerta, siendo consciente de que allí solo estorbaba.

- Kyoraku taicho- habló Nanao, antes de que el capitán saliera por la puerta – no regrese tarde, debe firmar unos papeles.

- Sí, sí – asintió con la cabeza, obediente.

Incluso ella dictaba lo que él debía hacer, cosa que, por norma general, no le disgustaba. Al fin y al cabo, si su teniente no estuviera ahí para recordárselo, probablemente no lo haría.

- Kyoraku taicho. – lo llamó una vez más.

- ¿Si, Nanao-chan? – se volvió, observándola curioso.

- Antes de irse, le importaría…- Nanao señaló la estantería más alta, ligeramente incómoda por estarle pidiendo ayuda, y su capitán sonrió divertido.

Se acercó a su teniente, cogió el montón de papeles que ella sostenía en su mano, y los colocó en el lugar indicado, allí donde Nanao no alcanzaba.

- Gracias.

- No hay de qué.- respondió Shunsui sin perder la sonrisa, antes de dirigirse de nuevo hacia la salida.

A pesar de todo, sabía que ella siempre le necesitaría, y estaba agradecido por ello.