Actualización por fin :D. Gracias por su infinita paciencia y sus lindos comentarios 3
Ya saben, este fick está basado en la canción "Reina del pop" ;)
Stan Marsh yacía tirado en el suelo con el ceño fruncido y una sábana que estaba bajo su espalda, estirada hasta la cama. Sí, Randy le había dado una certera patada ninja que lo había hecho caer desde hacía un buen rato, pero ese no era el motivo de su irritación. Desde que había sucedido el encuentro con su exnovia, era obvio que su novio no estuviera del mejor humor con él por su actitud de ese día (y no lo culpaba).
- Así Sharon, más abajo... - balbuceó el mayor sumido en sus sueños, con sus extremidades extendidas sobre la cama, en perfecta figura de "x".
El menor hastiado se levantó del suelo, rengueando hasta salida por un estúpido calambre en la pierna por la posición tan incómoda, con la intención de ir a dónde sea para llamar al sueño hasta el alba. Ni le daban ganas de recordar el certero almohadazo en la cara que le dio Kyle cuando intentó ir a dormir al cuarto que compartían.
Cerró con cuidado la puerta detrás de él, no quería despertar a Randy. Al mirar al pasillo, vio de pie al causante indirecto de su desvelo. Kyle llevaba un vaso de leche en la mano y lo observaba con escrutinio. Stan sentía que intentaba adivinar la situación y antes de que pudiera irse, debía hablarle y tratar de bajar el mal humor de su novio.
Y no, no tenía nada que ver con dormir con su padre. Tal vez solo un poco.
- Kyle...
- ¿Qué? - le respondió huraño.
El pelinegro intentó buscar cualquier tema y se le ocurrió mencionar que iba al sanitario.
- ¿Dejaste de orinar en la ducha? - le respondió el chico frente a él en respuesta, poniendo un pie atrás para regresar sobre sus pasos y volver a su cuarto.
- Sé que no te gusta, dejé de hacerlo desde que me dijiste que era asqueroso.
- ¿Ah sí? - su tono era acusador - Qué extraño que accedieras a algo que te pido, porque cuando te pregunto por la charla entre tú y Wendy te quedas callado.
Stan bajó la cabeza con culpabilidad.
Kyle giró los ojos. Le molestaba que Stan fuera tan blando con esa mujer después de todo lo que había hecho. Detestaba que no tuviera tanta confianza para hablar con él. Hastiado, abrió la boca con tal de descargar todo.
- Me lastimaste, Stan. Tus gritos diciendo que me vaya. aún después de todo... - apretó el cristal del vaso con fuerza y luego agregó con rapidez - ¿¡Quién te crees para hablarme así!?
- Todo fue mi culpa. - Darle la contra era despertar al volcán y en estos momentos solo pensaba en lo cansado que estaba - Ella solo quiso decir "hola" y también volver a disculparse. Sé que no te agrada, ¿qué iba a decirte?
- No te creo, no tiene lógica lo que dices. Anda, dilo, ¿quiere que la lleves al concierto, no es así?
- ¿De qué hablas?
- Ella va a ir, de eso no tengo dudas. Va a ir a buscarte, esa es la única explicación de porque está aquí.
Stan levantó una ceja extrañado. La idea recién vagaba por su mente.
- Y al final, ella te pedirá volver. Por favor, es muy cliché su intento.
Stan sabía que su novio era muy listo. La idea ahora daba vueltas por su mente. Daba igual lo que ella hiciera, él tenía sus sentimientos claros y tenía que hacérselo saber.
- Si quieres saber la verdad, lo único que dijo que se volvía a disculpar contigo y que ya se iba. Además, también mencionó el concierto, sí, pero no tenía entradas así que solo lo vería por televisión. - hizo una pausa - Kyle, no quiero discutir más. Esa es la verdad, y porque confío en ti, aún sabiendo que dudarías, te estoy lo estoy diciendo - sus labios temblaron como si estuviera a punto de llorar.
Kyle conocía esa cara. Solo hacía eso cuando estaba desesperado rogando perdón.
- ¿Lo juras?
- Sí, y sé que es mal momento, pero no lo digo porque quiera dormir en una suave cama. - bromeó, aunque tuvo que detenerse cuando Kyle le puso mala cara.
- Huumm... - Kyle dio un suave resoplido y le hizo una seña con la cabeza para que lo siguiera. - Conociendo a tu padre, debe haberte tirado de la cama y por eso tienes esa cara adolorida. No creas que te he perdonado, sé que intentará hacer algo, lo sé. Mañana hablaremos del asunto con más calma.
- Oh, claro, lo que tú digas. A partir de ahora no habrá ningún secreto entre nosotros - Stan siguió a Kyle con algunos sonidos de sus huesos tronando. Ahora solo quería descansar.
Trataría de hablar con Kyle mañana y arreglar las cosas. La idea de ver a Wendy en el concierto era algo que también pensaba ahora. Daba igual las cosas con ella, estaba feliz en su relación, y aunque algo en su pasado hincaba en su interior, guardaría el secreto hasta su muerte, nadie lo sabía, solo él.
Estaba a salvo. Nadie podría destruir su castillo perfecto de naipes.
CRAIG
La música del lugar que llegaba a sus oídos era un ruido difuso. Su mano se estiró entre el calor que los cuerpos emanaban del movimiento alegre al compás de la canción. Tocó el hombro del sujeto con aquella cabellera rubia, interrogando de inmediato.
- ¿Tweek? ¿Qué haces aquí? - Su voz era más grave, su garganta la sentía rasposa.
El tacto en el hombro hizo girar al tipo. No le recordó a nadie.
- ¿EH? ¡¿Quién eres?! - Aunque su visión era borrosa, era obvio para él que no era Tweek.
Craig intentó retroceder, pero golpeó a otro tipo con su espalda.
- ¿¡QUÉ TE PASA, IMBÉCIL?! ¡NO empujes!
Luego, sintió un doloroso golpe en la nariz y después, un zumbido en medio del ruido. Su cuerpo se estrelló contra algo y antes de algo peor, cerró los ojos.
Perdió la noción del tiempo, pensó que se quedaría tieso en el espacio durante toda la noche o hasta que Clyde y Token lo encuentren. Carajo, él había bebido antes, ¿cómo pudo descontrolarse tanto? Entre el zumbido, escuchó una voz con un acento extraño ¿qué idioma era ese?
- Bonjour, ¿estás bien?
Su cuerpo no reaccionaba, aunque luego de escuchar la extraña voz, sus ojos enfocaban más allá del mundo paralelo en el que estaba imaginariamente flotando y ahora regresaba a la disco, observando un montón de zapatos moviéndose. Aunque deseaba decirle al extraño que estaba consciente, su voz no salía.
- Déjame ayudarte.
El tipo lo ayudó a duras penas a levantarse. Craig era muy alto, lo que le daba peso extra. Es estando de pie que algo dentro de él comenzó a reaccionar.
- Mis... amigos...
- ¿Viniste con alguien? No se acercado nobody. Estás sangrando de boca. - el extraño señaló su propia boca.
Craig levantó a duras penas su mano a sus labios. Era cierto.
- Quiero limpiarme...
- Te llevo al baño. Mi amigo perdido y mi español no es bueno. Espero que encontremos a tus amigos y míos en camino.
- ¿Tienes la información?
Garrison miraba impaciente como Caitlyn sacaba un sobre de un pequeño maletín negro.
No espero a que se las diera, él mismo las arrebato de sus manos, mirando con ansiedad todas ellas. Con esto su plan estaba casi listo.
- No te cuesta ser educado. - se quejó Jenner.
- Silencio, estoy ocupado.
- Y luego de "eso", ¿qué harás con el cuerpo?
- Pensé en acabar con él, pensé en reventarlo como un maíz en medio del aceite, pero creo que mi mejor venganza será arruinar su vida por completo. También pensaba en una recompensa por su libertad, pero el mocoso vale poco para eso. Esto lo hundirá para siempre, será más recordado como un triste accidente ahora con mi nuevo plan en marcha. Solo espera, ya verás.
Caitlyn solo miró a un costado. No tenía nada contra el chico, a pesar de ser un latoso la mayor parte del tiempo.
Garrison avanzó por el apartamento hasta una bolsa que admiró: unos explosivos estaban listos para la gran noche.
Craig
Mientras mojaba su adolorido rostro (su nariz no se había roto para suerte suya), recordó los golpes de aquella noche que había evitado que se llevaran a Tweek durante el dichoso intento de secuestro. ¿Estaría bien ahora? ¿Estaría bien si solo pudiera acercarse al lugar y preguntar? Entonces recordaba a su pesado mánager. Sabía que no podría volver a verlo, toda su profesionalidad estaba en juego cumpliendo, su deber era seguir con su vida y olvidarse de él. Tenía que hacerlo.
- Pardon, te has quedado mirándote en el espejo.
Craig regresó a este presente. Estaba en el baño de hombres, apoyado en uno de los tres lavamanos frente a un enorme espejo en el que veía su rostro empapado con agua fresca. No podía distinguir bien el entorno, ya que los estúpidos focos no encendían y ahora sólo usaban la linterna de su celular que estaba a media batería. La había puesto en modo vibrador antes de beber, ya saben, en una disco es inútil tenerla con ringtone porque no podrías oírla de todos modos. Lo malo es que había vibrado por todas las llamadas que seguían llegando, y otro factor negativo era que el nuevo amigo de Craig no podía leer ni hablar bien español, lo que lo obligaba a tener que llamar él mismo a sus amigos ni bien sintiera un poco de equilibrio y recuperara el hablar.
La cabeza la tenía dando vueltas como si hubiera estado jugando ese juego de la gallina a ciegas. 100 vueltas. Quería vomitar.
-¿Sintió mejor eau?
Craig miró al extraño sin entender. Esperen, este tipo lo había traído hasta el baño y no le había agradecido.
- Sí...
O eso creyó. Una terrible náusea le invadió en segundos y quiso correr hacia un cubículo vacío. Para su fortuna, en este momento estaban solos, lo que significaba sitios libres.
El extraño lo siguió al ver que Craig iba en zig zag en el camino y pensó que se estrellaría contra el inodoro o algo peor. Lo ayudó a arrodillarse en el suelo, le colocó su teléfono con la linterna encendida para hacer algo de luz en su bolsillo trasero del pantalón y entonces cerró la puerta, y esperó afuera.
Aún con todo revuelto, nada arrojó fuera de su sistema. Se daba lástima a él mismo al estar tan devastado solo por un chico que acababa de conocer. Un chico extremadamente increíble y talentoso que era diferente en todo aspecto a todos los chicos con los que había hablado en su vida. Recordó con sorna cuando le dio esos chicles para disimular su aliento, ¿qué diría si lo viera así? Él mismo le aconsejó que no bebiera demasiado y ahora era el idiota que no seguía sus propias enseñanzas.
¿Qué estaba haciendo?
Al tardar tanto, y no escuchar el agua fluir, el chico afuera entró y vio a Craig balbuceando, algo como una risa ahogada y unas palabras distorsionadas que su pésimo español no ayudaba a entender.
- ¡Uh no!
Intentó tomarlo por la cintura, e impulsándolo hacia arriba, Craig pudo ponerse a duras penas de pie, trastabillando hasta tumbarse de lado sobre la pared del cubículo, mirando hacia la puerta.
¿Ganaría el gran concierto? Si se volvía más famoso, tendría más seguridad, estaría a salvo y no necesitaría de un torpe ebrio para protegerlo, ¿cierto?
- ¿Tú ok? - preguntó el rubio al verlo tan silencioso.
- Tweek...
El rubio extranjero fue tomado por el brazo y acorralado por los brazos tambaleantes del ebrio. Ahora el rubio era observado por los ojos azules intensos del más alto.
El francés sabía que seguía, y siendo sincero, esperaba esta situación. Craig desde un inicio que lo vio en el suelo de la pista le pareció atractivo (una de las razones por las que se le acercó). Si se presentaba esta oportunidad, y este chico se le estaba insinuando, ¿por qué no?
Luego de un segundo de intercambio de miradas, un beso para nada sorpresivo llegó.
Se dejaron llevar por la oscuridad del lugar y el sonido algo lejano del bar.
- ¿Lo encontraste?
- No.
Clyde y Token se miraban interrogantes pensando que debían hacer. Craig había desaparecido hacía más de media hora y temían que al estar tan tomado se haya metido en problemas.
- El barman dijo que estaba algo ebrio cuando se levantó del asiento . Me siento culpable, pero tampoco entiendo, él nunca había actuado así. - Clyde estaba muy preocupado.
- ¿Lo notaste? - preguntó Token. Clyde lo miró interrogante sin entender - Es decir, Craig está actuando algo extraño últimamente.
- ¿Crees que no lo noté? - Clyde se cruzó de brazos algo ofendido - No creas que solo tú estás preocupado, yo también lo estoy.
- No era mi intención ofenderte. - Token se disculpó, pero Clyde aún parecía fastidiado, lo sabía por como su boca estaba torcida hacia un lado - Cambiando de tema, ¿qué piensas que le haya pasado? No contesta el teléfono.
Clyde suavizó su gesto cambiando a nuevamente uno de preocupación.
- Tampoco contesta mis llamadas. Cuando lo encontremos vamos a hablar seriamente con él, debemos hacerlo antes de irnos de esta ciudad.
- Sí. Clyde, quédate aquí por si regresa, voy a buscarle afuera. Los de seguridad dicen que no le vieron, pero no estaría mal dar una mirada.
- Oye, no hemos buscado en el baño.
- Yo iré. Tú quédate y sigue llamando.
- Ok.
Token corrió hacia la salida abriéndose paso entre la gente, mientras Clyde presionaba el botón de llamada otra vez, ¿por qué no contestaba?
La adrenalina, el ambiente solitario muy propicio para el momento y la angustia, todo ello era lo suficiente para querer perderse en esos labios que querían que fueran de otro. El consuelo, eso era en lo único que pensaba y que también trataba de ignorar.
El beso que había empezado tímido, tocando sus narices suavemente, ahora era un total desastre de saliva, movimientos de cabezas y un suave roce entre las entrepiernas de ambos varones.
La manos del fotógrafo estaban muy inquietas, tocaban la parte baja de la espalda que solo lograba que el francés se aferrara con fuerza a su cuello a la vez que gemía suavemente.
- Dieu... Besas muy bien. - susurró el francés entre ambos en una pequeña pausa que tomaron.
Ese acento, ese idioma. No, esto estaba mal, esto no es lo que quería.
No era él a quién quería en este momento.
De pronto, algo de lucidez en su estado regresó y tenía que aprovecharlo para salir de aquí. Craig se apartó agresivamente del beso, y luego tomó los brazos del francés para apartarlo definitivamente de él. Retrocedió unos pasos.
- ¡Hey! ¡¿Qu'est-ce qui ne va pas?!
Craig miró hacia el suelo apenado, ¿qué se suponía que iba a decirle? ¿El cliché de "no eres tú, soy yo"?
- ¡Me tiraste de los labios, idiot!
- Lo siento, tengo que irme. - Aunque ahora se sentía un poco más cuerdo, el piso aun lo sentía de gelatina. Aun con todo, se avergonzó de haber llegado a este punto, ¿besándose con otro hombre, ebrio en un baño? Qué ridiculez, lo que le dio más fuerza de voluntad para salir de ese lugar y olvidar pronto aquello.
- ¡¿Así que te largas y me dejas aquí?! - le gritó el chico francés a sus espaldas. Su enojo era muy evidente, era mejor huir. Maldecía que su percepción del espacio no le permitiera correr, solo podía agarrase de las puertas y de las cerámicas del lavamanos para intentar salir.
- ¡Yo te ayudé, idiot! Podrías decirme tu nombre al menos.
- Gracias por ayudarme. ¿Mi nombre? No quiero decírtelo. Adiós.
- ¿Eh? ¡Comment efronté!
Craig ignoró lo siguiente, y se apresuró a encontrar la puerta de salida. Por fortuna, el baño no era tan grande como para no encontrarla.
- ¡idiot! ¡IDIOT! ¡idiot géant!
Tucker quería contestar, pero todo tema que no fuera salir y llegar a casa a tomar algo para bajar la resaca no era importante en este momento. Salió cerrando la puerta tras él, ignorando los insultos del francés que se quedó dentro (debían ser eso por el tono que usaba). Agradeció que no fuera trás él.
Clyde estaba timbrando de nuevo el celular de Craig cuando creyó verlo aproximarse por entre el tumulto de gente.
- ¡CRAIG! - agitó los brazos por encima de la cabeza para que lo viera.
El pelinegro se acercó alzando el brazo. Cuando estuvieron juntos, Clyde de inmediato lo miró atento tratando de averiguar si algo había pasado.
- ¡¿Dónde estabas, viejo?! ¡Token y yo te hemos estado buscando! ¡Te llamamos muchas veces!
- Lo siento. Puso el teléfono en vibrador en algún momento. No grites, tengo dolor de cabeza. - tapó sus oídos para aliviar algo el malestar que le producía el ruido del lugar y el grito de Clyde empeoraba el dolor.
- Pues lo siento por estar preocupado, ¿dónde estabas? Esto nos lo vas a explicar a mí y a Token. Vámonos, hablaremos en el camino.
No tardaron mucho antes de que los tres se encontraran dentro de una limusina rumbo a la casa del fotógrafo. Token, que estaba frente a Craig, lo miraba seriamente. Este permanecía sereno, con las piernas abiertas, mirando por la ventana tratando de olvidar lo que había pasado. Clyde estaba a su costado, con las piernas juntas esperando alguna respuesta.
- Craig, ¿qué rayos está sucediendo?
El nombrado no se movió.
- Tomas sin control, te pierdes por media hora... Tú no eres así.
- Craig, sabemos que algo sucedió. - intervino Clyde, con una voz pequeña, suave - Queremos ayudar, confía en nosotros.
- Me perdí una noche y ustedes arman todo un escándalo. - refunfuñó falsamente. No iba decirles nada. Y no era por el estúpido contrato, claro que no.
- Craig, ¿crees que puedes engañarnos? Algo te perturba, y es tan grave que te intentas perder con el alcohol. ¿Es grave? ¿Es dinero acaso? ¿Es una extorsión?
El fotógrafo miró a Token. Definitivamente tenía un poder de deducción increíble.
- No es eso...
- ¿Entonces qué es? - insistió el castaño a su lado - Por favor, no creo que sea por un problema del corazón.
- Agh, cállate. - volteó el pelinegro malhumorado, viendo de nuevo por la ventana.
Los amigos abrieron los ojos estupefactos. Lo conocían bien, sabían que habían atinado.
- ¿¡ESTÁS ASÍ POR ALGUIEN!? ¡¿Y NO NOS DIJISTE?! - le reclamó Clyde.
- ¡Qué te calles! - se quejó el fotógrafo, sin ganas de querer continuar con las preguntas.
- Craig, ¿por qué no nos cuentas?
"Porque ni yo sé que carajos pasa conmigo y no quiero hablar con nadie sobre esto, porque sé que estoy mal, porque sé que no puede ser. "
Ambos esperaron, pero Craig no dijo ni una sola palabra más en todo el trayecto. Al menos ambos ya tenían una pista.
Al llegar al edificio donde vivía Craig, este bajo sin mucha ceremonia bajo la atenta mirada de ambos, los cuales permanecieron dentro del transporte, acercándose a la ventana para hablar por última vez con él esa noche. Luego de unas preguntas sobre su estado y asegurarse que podía caminar hasta su departamento, lo dejaron marcharse.
- Espera. - llamó Token a sus espaldas - Craig, sabes que pronto nos iremos a South Park. Si no quieres hablar esta bien, lo entendemos, pero tienes que entender también que tú nos importas, y que si algo te perturba tanto, entonces es mejor que saques ese "algo" dentro de ti. No insistiremos, pero no dudes que intervendremos si es necesario.
- ¿ya puedo irme, mamá? - respondió sin ningún rastro de humor, avanzando con la cabeza gacha.
- Buenas noches, Craig. - respondió derrotado el moreno.
Craig llegó a su departamento y con la ayuda de la luz de la luna que se colaba por su gran ventana, se tumbó sobre su cama, esperando que el mareo se fuera del todo. Sacó su móvil del bolsillo y vio que estaba totalmente descargado. Tener la linterna prendida todo el tiempo en aquel baño le había robado todo la energía.
Río con sorna, ¿quién rayos ere ese francés? Joder, que estúpido. Había llegado al nivel en el que se besuqueaba con extraños, ¡Y con un chico! Él no era marica, nunca pensó en caer tan bajo en busca de algo de diversión y eso era vergonzoso.
Conectó su móvil, y antes de pensar en un cambio de ropa, rápidamente se quedó dormido tendido sobre la cama.
La luz en el rostro le despertó la mañana siguiente. Se levantó con un tremendo dolor de cabeza, tan insoportable que tuvo que tumbarse de nuevo. Se quedó quieto unos minutos antes de intentar levantarse de nuevo. Rememoró un poco los sucesos de la noche anterior, luego, planeó lo que haría esa mañana. Era domingo, tenía el maldito libre, y en su estado de confusión, no se sentía capaz de llevar esto solo. Tal vez saldría a comprar fruta y pasar de camino a una tienda a ver "eso" que ahora podía pensar tener con el salario con el que contaba.
¡Knock , knock!
Mierda... ¿En serio tocaban la puerta tan temprano? Tomó su móvil y luego de encenderlo e ignorar las miles de llamadas que tenía de números conocidos y desconocidos, se fijó la hora: 8:35 a.m.
¡Knock Knock knock!
Joder, ¿quién es? Probablemente sería Token o Clyde, ¿seguirían insistiendo con lo de ayer? Quién quiera que sea, lo había encontrado de mal humor.
- ¡VETE A LA MIERDA! - gritó, arrepintiéndose de inmediato al sentir el retumbar de su grito por los oídos.
Knock Knock...
Ahora el sonido era más tímido. Craig se dio cuenta enseguida que quién estuviera tras la puerta, no era uno de sus amigos, ellos tumbarían la puerta en lugar de seguir tocando. Se levantó de nuevo, e ignorando el mal olor corporal y el mal aliento, además de que su ropa era un desastre, se acercó con curiosidad de quién podría estar tocando tan temprano.
Lentamente giró la perilla y entreabrió, solo para que parte de su rostro sea visible. Frente a él, un rubio muy conocido, el mismísimo Tweek estaba haciendo presencia en su departamento. Vestía unos botines cafés, lo cual le daba un poco más de altura, unos pantalones negros de cuero, una chaqueta verde hoja con detalles de cierres plateados, una bufanda negro con verde y unos lentes de sol. Cargaba en su mano derecha un bolso de color café.
Una digna estrella del pop en su puerta.
Esto era broma, ¿cierto?
- Je je je... - río torpemente el fotógrafo. Estaba soñando, esto tenía que ser una ironía de su mente.
- Ngh, ¿de qué te ríes? - preguntó ofendido el rubio mientras se retiraba los lentes de sol. - ¿Qué te pasa? ¿Estás ebrio?
Craig se tapó la boca tratando de controlarse. En serio, no podía evitar reírse por la situación. Dios, su aliento apestaba.
Tweek se tomó unos momentos antes de volver a a hablar. Esperaba que con ello el pelinegro calmara un poco lo que fuera que estuviera pasándole.
- Mi guardaespaldas dijo que llamó para hacerte entrega de tu cámara ayer; nunca le contestaste. Preferí venir yo esta vez, está ocupado en este momento.
Craig dejó de reír. Había olvidado le entregarían su cámara esa tarde y se había largado con sus amigos al bar. Patético.
- Lo... Lo había olvidado. - su mano se mantenía tapando su aliento.
- Ngh, ¿por qué le diste mal el número de tu departamento? Un señor me dijo que tú vivías aquí y no en el segundo piso.
- Oye, dame unos segundos. No te vayas.
Sin más, le cerró la puerta de un portazo involuntario.
Joder, ¿es real? ¿Hoy? ¿Aquí? Todo él estaba hecho un lío. No lo pensó mucho, tenía que dar una imagen decente al menos.
Afuera, Tweek estaba algo confundido, es decir, parecía como si Craig hubiera estado tomando hasta la madrugada, su aliento era muy fuerte para que pudiera disimularlo tapándose. Él le había dicho que el acohol era malo, ¿y ahora tomaba hasta quedar así? No, mejor no pensar en ello, solo eran suposiciones y tal vez estaba equivocado, es decir, no estaba seguro de qué podría estar haciendo antes de que llegara y no era su asunto. Un momento, ¿por qué estaba pensando en ello?
- Perdona la espera. Pasa.
Tweek vio algo escéptico a su anfitrión, estaba dudoso de entrar. Con algo de cautela, avanzó hasta quedar en el marco de la puerta y observó todo el ambiente, que para su suerte, no era tan grande. Parece que no hay un grupo del gobierno intentando llevárselo antes del concierto. Su instinto, aunque algo inquieto todavía, le decía que entrara.
¿Lo había ordenado todo tan rápido o su departamento estaba así antes de que llegara?
- Todo está muy ordenado. - se avergonzó de inmediato al caer en cuenta que se le había escapado la frase.
- Ehm, ¿gracias? - respondió algo avergonzado el fotógrafo cerrando la puerta.
Ambos chicos se encontraron algo incómodos en el momento en que Tweek empezó a merodear por la recatada instancia. Siempre que alguien visita tu espacio por primera vez es algo incómodo, este era el caso de Craig. Lo único que le calmaba un poco era que el ruio había elogiado su orden.
Tweek carraspeó incómodo por el tan largo silencio y en un momento, su atención se enfocó en las fotografías reveladas colgando de un pavilo que estaban en la parte superior de la laptop de Craig.
- Te traje tu cámara. - comentó mirando con curiosidad los revelados - ¿Son tus fotos? Una ciudad con nieve. Es muy bonita
- Sí. ¿Me das la cámara?
- Quisiera sentarme para que no se me resbale o algo así.
Craig asintió y le señaló su sofá favorito. Tweek fue de inmediato a sentarse y al darse cuenta de lo cómodo del lugar, dio un brinquito extra para acomodarse mejor.
- Ten. - le extendió el paquete. Su mirada seguía explorando aquellas fotos reveladas.
Craig por supuesto que se había dado cuenta de la mirada del rubio a las fotos. Mientras inspeccionaba la cámara (o fingía hacerlo, todo estaba reparado por completo y no tenía que darle un tercer vistazo).
- Son fotos de South Park, es mi ciudad natal. - La mirada atenta del rubio fue directamente hacia él. Parecía muy interesado en la información - Eh, allí nieva mucho todo el tiempo y sí, tiene buenos ambientes para tomar fotografías.
- Nieve... - susurró el rubio con melancolía, observando aún las fotografías - El lugar es hermoso, me gusta mucho.
- Ah... Sí. - desde su lugar podía observar el perfecto perfil del chico. Era hermoso, podía imaginar su rostro con un fondo navideño o en una publicidad de perfumes. Debía tomar la foto y ya estaría todo el trabajo hecho. - Tengo una foto mucho mejor como fondo de pantalla de inicio en mi laptop, si quieres puedes verla.
El rubio lo miró con curiosidad y sonrió. Craig quedó embelesado con la imagen.
El rubio se levantó rápidamente y tocó un botón para desbloquear la pantalla.
La página que apareció no fue precisamente la que había señalado Craig, sino que se mostró la página de venta de boletos del gran concierto con el cartel de "Lo sentimos, las entradas a esta zona están agotadas".
- Oye, ¿estas intentando ir al concierto?
El fotógrafo se dio una palmada en la frente (de forma mental) al recordar su triste intento de llegar nuevamente al rubio que tenía frente a él.
- No sé, tal vez. - le restó importancia encogiéndose de hombros.
- Ngh... No entiendo, ¿quieres ir o no? - volvió a preguntar con algo más de insistencia.
Como siempre, el rubio demandante había aparecido.
- Pues, hace mucho que no voy a uno. Da igual, no era como si muriera por ir, solo quería salir un rato.
- Te puedo conseguir una entrada.
Silencio. Craig estaba totalmente absorto, por supuesto que no quería que Tweek lo invitara de esa forma tan tajante a su concierto. Al mismo tiempo, se vio a sí mismo algo entusiasmado sin saber explicarse nuevamente porqué. Tweek le hacía sentir extraño y no terminaba por decidirse si eso era bueno o malo para él.
- ... ¿Una entrada?
- ¡Si quieres! - exclamó - Es decir, no tienes que ir, solo te lo decía porque siento que aun te debo algo, ¡AGH, no sé!
- Tranquilo, entiendo, sientes culpa o algo así. - quiso minimizar aquello. Lo que sea con tal de sentirse cómodos de nuevo. - ¿Quieres algo de tomar, estrellita?
- Oh... un té estaría bien.
Craig asintió colocando la tetera a hervir.
El ambiente era tranquilo y por fin había cierta comodidad entre los presentes. Tweek parecía bastante cómodo en su sofá favorito, lo sabía porque al darle un vistazo, el rubio daba brinquitos gustosos, mientras observaba los detalles del mueble. Su imagen desprendía un aire infantil que quería plasmar sobre el papel, tenía que inmortalizarse, el momento era oportuno.
Ahora que tenía su cámara, podría intentar captar esto, solo tendría que tomar la bolsa donde estaba, abrirla suavemente sin hacer ruido y presionar el botón, no era tan difícil...
El ruido de la tétera empezando a hervir lo despertó del ensueño.
- Estaría bien si lo sirves medio caliente, ngh, ya sabes, tengo una agenda complicada y no puedo tardar demasiado.
- Claro, entiendo, ¿ni aun domingo tú...?
- No - negó el rubio alzando los hombros restándole importancia - El concierto es dentro de poco.
Craig se dispuso a atender a su invitado, mezclando el té con agua fría e internamente recordó que su aseo había sido algo rápido, estaba al tanto que su olor podría ser desagradable para su invitado, o peor, podría darse cuenta en qué tipo de lugar había estado. Extendió sus brazos para no acercarse mucho. El rubio tomó la taza, y con la taza casi rozando los labios, dijo:
- Ya sé que has bebido en exceso.
Oh rayos, no. Conversación sobre ayer no.
- Eh, tomé un poco ayer.
- No es cierto. Hueles muy fuerte a licor. Ngh, conozco el olor, no puedes engañarme. - El rubio a continuación dio un sorbo a su té. - ¿Saliste ayer aún cuando sabías que te entregaríamos tu cámara? Mencionaste que es tu objeto más preciado, pensé que estarías más interesado en tenerla lo más pronto posible.
- Solo lo olvidé, ¿de acuerdo? - El pelinegro se servía agua en una taza también. No podía decirle que todo el remolino de confusión había sido provocado por algo que no podía explicar, y sentía ¿culpa? Por todo lo que había hecho. Sus ojos veían a cualquier lado menos al rubio, sentía que si lo veía podía verse descubierto y no quería eso.
Tweek no dijo nada más, solo pudo escuchar los suaves sorbos del rubio a su bebida. Ninguno diría nada más.
Al terminar el té, Tweek se levantó a dejar la taza en el pequeño pocito del fregadero. Una pequeña sonrisita apareció en su rostro.
- Todo es muy pequeño, ordenado es... como una casa para uno.
- ¿Me estás llamando "duende"?
- ¡No estaba siendo sarcástico! - el rubio quiso aclarar que no había atisbo de burla en su expresión. - Es acogedor, me siento como si estuviera en una cabaña sobre una montaña. Me siento como en nunca tengo tiempo de estar en la mía y esta es muy reconfortante.
Craig pensó que luego de tantas citas y horarios, algo de calma le transmitía este sitio y lo dejó expresarse libremente. Escuchaba atento cada palabra, era como un niño probando un nuevo dulce.
- Me agradaría que vayas al concierto. Después de todo lo que pasó siento... Que podrías ayudarme si hay problemas. Yo...de verdad quiero ser amigo tuyo, Craig. Sé que Nathan no quiere que me acerque a nadie, solo quisiera tener a alguien para hablar.
- ¿Por qué te prohibe eso? No eres un robot, puedes hacer cosas fuera del escenario, distraerte, jugar un poco, ya sabes. Hacer las cosas a tu manera.
- ¿A mí manera? - repitió el rubio como no creyendo en el significado de la palabra.
- Sí. Quiero decir, ser una estrella no te quita lo humano, Tweek. Sigues siendo tú.
- Eres un gran amigo, Craig. Me alegra saber que sinceramente te agrado al menos un poco.
- Tweek...
- Perdona. - interrumpió - Solo quería que lo supieras. Nunca había tenido algo tan cercano con otra persona, siempre he estado trabajando en mi carrera artística desde niño, que nunca tuve tiempo para hacer cosas más normales. Nathan siempre dice que nací artista, que lo tengo en la cara.
- Tu porte te ayuda mucho, amigo.
Tweek rió divertido.
- Mis fans dicen lo mismo.
Ambos rieron un poco, el ambiente entre ambos se aligeraba más. Seguirían conversando un poco más, riendo un poco de cosas tontas que le habían pasado al rubio con sus fans hasta que escucharon el claxon de un vehículo.
El tiempo se había terminado.
- Te veré en el concierto entonces. - Tweek había salido ya del departamento y Craig estaba bajo el marco de la puerta, siempre guardando distancia con el rubio por el desastre que era del día anterior - Te haré llegar tu boleto por correo.
- Gracias.
Tweek agitó su mano en modo de despedida y salió en silencio, dejando a un Craig aun más confundido que antes.
Los días pasaron tan rápido para algunos. Entrevistas, presentaciones previas, y todo por lograr convertirse en la estrella ganadora que tendría una gira por todo Estados Unidos, sin mencionar el disco con temas propios. Sin duda, la oportunidad perfecta para lanzar a cualquiera de los participantes como estrella internacional.
Y el día ansiado llegó.
Mientras Stan y Kyle se alistaban con sus mejores trajes haciendo alusión a su primer grupo "Finger bang" para atraer antiguas fans, Tweek repasaba su coreografía una y otra vez. Nada podía salir mal, no hoy.
Esa mañana, Craig se levantó ansioso. Los días anteriores al concierto había estado viendo catálogos y otras cosas, mañana realizaría la compra que tanto había estado planeando.
Se acercó a buscar en su laptop el correo que le había llegado con su ticket para imprimirlo. Espero hasta el último día para abrirlo, quería que sea sorpresa, no importaba en realidad que lugar había conseguido Tweek para él, bastaba con verlo en el escenario, escucharlo en vivo. Imaginar la emoción le hizo cosquillear la espalda.
Abrió el correo y no creyó lo que veía, ¡boleto vip! ¡wow! Ni siquiera sabía que significaba eso, solo sabía que "vip" era tener privilegios.
Al casi llegar el atardecer, Craig tomó sus mejores ropas: pantalones negros, sus vans negras con blanco, una camiseta blanca y una chaqueta de cuero azul acero. Revisando si llevaba todo lo necesario entre sus bolsillos de sus pantalones y algunas cosas que había dejado por ahí, recogió entre sus manos la tarjeta que le había dado Kenny en aquel desfile. Tal vez en algún momento de su vida podría cruzarse de nuevo con él; siendo fotógrafo, a veces había modelos que no sabían darse detalles para tener buenas fotografías. Con algo de pesar, tuvo que admitir que podría serle útil tener este dato, por lo que guardó la tarjeta en su bolsillo de la chaqueta para leerlo por si se aburría en las pausas de los artistas.
Con todo listo, salió de su apartamento con la emoción de poder ver a Tweek nuevamente.
- ¿Ya están afinadas las guitarras?
- Sí.
- ¿Y ya hicieron las pruebas de sonido?
- Ya está. Hicimos la prueba hace media hora.
- ¿Stan, ensayaste la pose que te enseñé?
- Ay papá, por favor.
Los chicos de "BF2" estaban listos para rockear. Tenían su propio camerino, y aunque era pequeño, habían llegado muy temprano en la mañana para estar concentrados . Ya estaban preparados, solo faltaba una pequeña cosa que hacer para quitar los nervios de encima.
- Necesito ir al baño de nuevo. Creo que me daré un retoque al cabello otra vez- comentó Kyle.
- Yo voy también. - secundó Stan.
- No demoren chicos. Tenemos programado salir a las 5:45 pm. en el programa general y aunque todavía no empieza el concierto, hay que ensayar sus poses, arreglar su cabello, ya saben.
- Bien. - asintió Kyle. No le molestaba ensayar todo lo posible para dar un buen show. Stan salió justo detrás de él.
Aunque el concierto estaba programado para las 4:00 pm, todavía el lugar estaba medio vacío. El El local era un campo abierto, con césped, no había estructura superior, solo las hermosas estrellas de la tarde adornando el gran escenario ubicado hasta el fondo, lleno de luces y flashes. Craig llegó a las 4:30 pm. , sabía que ese tipo de eventos siempre tenía retrasos. Como su entrada era especial, le dieron junto al boleto un pequeño horario de presentación de todos los participantes. Tweek se presentaría a las 6:30 pm.
Genial, ahora tendría que esperar un buen rato. ¿Podría verlo antes de que saliera? Algo le decía que el rubio debía estar paranoico con tantos arreglos y ensayos previos ante tal magnánimo evento, que no quiso agobiarlo con una visita inesperada en el camerino. Compró una botella de agua inexplicablemente cara, con tal de pasar el rato hasta que llegara el momento de ubicarse en su respectivo lugar, mientras tanto, daba vueltas observando el lugar. En medio de su exploración, vio dos hombres de pie un poco alejados de los cubículos que servían de sanitario. Al preguntar, le dijeron que esa entrada era para invitados vip, que si era su deseo, podía entrar a otros baños con mejor ambiente. Tomo nota de eso, era posible que necesitara un sanitario después.
A medida que avanzaba el tiempo, muchas más gente llegaba y ahora era más difícil llegar a su zona para sentarse. Ya se anunciaba que en breve iniciaría la batalla de estrellas, por lo que ahora tenía que sortear a los minigrupos de personas que se estaban fomando para ver el espectáculo . La zona vip estaba frente al escenario, pero para llegar a él, tenía que pasar la zona general y la zona platinum. Con esto en la cabeza, no sorteó bien a alguien, lo que le hizo chocar por el hombro muy fuerte con el otro sujeto.
- ¡¿Qué haces?! ¡Ten cuidado, mocoso!
Craig indignado, solo tomó su hombro adolorido dando un vistazo furioso al hombre que le hacía mala cara, este iba en dirección contraria al escenario.
Un momento, esa cara... Craig estaba seguro que conocía a ese hombre calvo canoso vestido con saco negro largo, ¿dónde? ¿Tal vez en South Park? No pudo pensar mucho, la gente ya empezaba a empujar por el lugar, lo que tenía que hacer era moverse, más tarde pensaría en ese extraño hombre.
- ¡Vamos, vamos!
Dos chicas llegaba apresuradas a la entrada del concierto. La hora ya ameritaba que todos estuvieran dentro, pero este no era el caso de ellas. Con presura, entraron colocándose las pulseras platinum para ir a sus lugares.
- Rebecca, no te separes. - la pelinegra tomó de la mano a la otra y llegaron a duras penas a sus lugares luego de atravesar el energizado tumulto que vitoreaba a su estrella favorita.
- Wow, que vista del escenario. - dijo una pelinegra - Gracias por invitarme a venir.
- Fue una sorpresa que vinieras a San Francisco. Encantada de ayudarte a disfrutar al evento que tanto me hablabas y también...- murmurando en su oído - También te apoyo en tu segunda oportunidad con ese chico. Con suerte podrás verlo al final.
- Lucharé, eso haré.
Tweek había terminado el ensayo general y ahora salía a darse un respiro fuera de su camerino personal. La zona de camerinos estaba detrás del escenario. Eran unos pequeños cubículos en el que todas las estrellas se preparaban para esa noche. Algunos eran grandes, otros chicos, en su caso, ocupaba uno pequeño solo para maquillarse y cambiarse. A los lados de la zona de estrellas, habían caminos oscuros techados que llevaban, por un lado, a los baños, y el otro llevaba a un lugar iluminado en el que las estrellas podían tomar un respiro y ver el escenario antes de entrar. Un guardia custodiaba esta zona previa afuera, observando que nadie pudiera ingresar.
Tweek estaba ingresando al baño, y al ver que felizmente no había nadie, respiró profundo y se relajó . Habían tres lavamanos, escogió el del centro, abrió el grifo y se tiró agua al rostro, intentando relajarse. Su cabello estaba listo, pero no le importaba si se arruinaba un poco con el agua, total, tenía varios ayudantes que podrían ayudarlo. Una molestia.
- ¿Cómo olvidaste el gel del cabello?
Un par de chicos irrumpió en el baño abriendo la puerta de golpe. Tweek de inmediato alzó la cabeza aun goteando de agua; los otros se sorprendieron de ver a alguien dentro, mas de inmediato reconocieron al rubio frente a ellos. Tweek, que había escuchado su pregunta, miró de reojo una lata al lado de un lavabo y señaló el objeto y trato de mantener su identidad de estrella seria e indiferente.
- Vaya, que sorpresa encontrarte. - Kyle cerró la puerta tras de él, cruzándose de brazos - Justo queríamos hablar contigo.
- Ngh, no te conozco. No voy a hablar con ustedes. - Su intento de fuga fue rápidamente interrumpido, los dos chicos se pusieron en la puerta con una mirada acusadora.
- Así que... ¿eres tú el que nos estuvo saboteando esta semana? ¿Qué tipo de persona eres? - le dijo indignado Stan.
- ¡No sé de qué hablan! ¡Déjenme salir!
- Antes de que te vayas, es preciso que "hablemos" un poco, ¿no?
Tweek observó a ambos chicos, estos se acercaban peligrosamente a él.
Oh no...
Holaaaa! Ya saben, esta autora demora demasiado, el estado emocional nos afecta mucho a quiénes estamos en el tema creativo y pues, eso me pasa a mí. Por eso no tengo excusa por la larga espera, solo diré que si siguen allí, espero que no olviden esta historia y que me sigan esperando, porque no voy a olvidarla.
Ya saben, comentarios, amenazas, ¡lo que sea! Pueden buscarme en facebook como "El mundo de Cristal" y ahí seguirme para saber novedades de mis obras.
Próximo episodio: "Un campo de voces! Wonder Tweek vs BF2!"
¡Nos vemos en la siguiente entrega!
