Harry Potter y sus personajes no me pertenecen, hago esto sin fines de lucro.

Advertencias: Rated M, Slash (slow burn), Darkish!Harry, Time Travel, Teorías sobre el viaje en el tiempo, PTSD, temas maduros en general.

-"ABC..."-. Diálogo

-"ABC..."-. Pensamiento

ABC... Libro, carta o palabra/frase en otro idioma; depende del contexto

N/A: Admito que intenté subir este capítulo para celebrar el cumpleaños de Tom, pero... las fiestas. Entonces, para compensar eso (y el tamaño del capítulo), estuve haciendo el siguiente y pretendo publicarlo para mediados del mes o un poco antes.

Disfruten!


Oportunidad

Capítulo 9, Error

-"Sólo digo"- su padrino no miraba directamente a Orión –"Minchum no sabe qué medidas podría tomar"- era obvio que el hombre confiaba en lo que decía –"Es decir… ¿colocar más dementores en Azkaban? Podría ser una buena idea, supongo"- pero, por su expresión, habría querido decir todo lo contrario –"Pero, ¿acaso ha movido un dedo para intentar revisar la situación de los tratados comerciales?"-.

Harry se habría preguntado desde hacía cuánto su padrino sabía sobre eso –notando la clara confusión en el rostro de la versión joven de su padrino–, pero su mente estaba en algo completamente diferente.

Efebo.

Así lo habían llamado y, aunque su padrino no había reaccionado explícitamente, sabía que significaba algo.

Y Harry se aseguraría de averiguarlo.

Porque, hasta ahora, sólo había escuchado un insulto disfrazado de un gran honor, y eso no era divertido.

-"Adhara, sabes bien que la situación es más complicada que eso"- Orión movió su vaso, apuntándole a nada en particular –"Concentrar los esfuerzos en asuntos internos es prioridad en este momento"-.

Su padrino arqueó una ceja –"Podría serlo… aunque eso sólo va a aislarnos del resto del Mundo Mágico"- eso era, desafortunadamente, cierto –"Es un problema, un bombarda esperando a ser conjurado"- negó con la cabeza –"Minchum va a complicar los tratados de comercio que ya estaban inestables… ni siquiera vale la pena hablar sobre la reputación de nuestro país a los ojos externos"-.

El hombre suspiró.

Harry se había dado cuenta de eso desde los primeros días que habían pasado en esa casa: Orión Black no era un hombre que estuviera acostumbrado a debatir sus ideas. Ni él ni su esposa parecían realmente dispuestos a ser cuestionados sobre temas en los que creían tener una opinión superior. Y, cada que el tema sobre las últimas sesiones en el Ministerio entraba a discusión, invariablemente veía una tensión entre su padrino y el que habría sido su padre.

Debatían, sí, pero no siempre podían llegar a un acuerdo.

No era una gran sorpresa, se decía, porque esos dos eran bastante similares.

Era una fortuna saber que, para el quinto día de convivencia forzada, Harry había notado una gran diferencia; entre conversación y conversación que podía escuchar, la paciencia en ambos hombres parecía crecer poco a poco.

Ahora mismo, sin embargo, Harry sólo estaba cansado, quería ir a la cama y dormir… o quizá visitar la biblioteca para buscar qué demonios significaba ser un efebo.

-"¿Es realmente la prioridad?"- preguntó el hombre.

Harry suspiró, fastidiado –"Por supuesto que lo es"- dijo seriamente.

Orión abrió los ojos y enfocó su atención en Harry –"¿Por qué lo consideras?"-.

-"Es una simple observación"- no tenía caso negarlo –"Es un tipo de táctica de aislamiento"- su padrino giró la cabeza hacia él y, pronto, notó que todos lo miraban –"Es bien sabido que nuestro país no es gran productor, sino un consumidor, ¿verdad?"- tenían que saber por lo menos eso.

¿Verdad?

-"¿Hadrian?"- la confusión en Orión le dio su respuesta.

¿Cómo es que dos de esos tres adultos no entendían de qué hablaba? Es decir, comprendía que su padrino no estuviera muy enterado de ciertas cosas –eh, Azkaban–, pero Orión y Walburga no tenían realmente ninguna excusa.

Sorprendentemente, Harry ya se había dado cuenta de cuán limitada era la educación en el Mundo Mágico cuando no había visto una sola clase de Inglés o Matemáticas en Hogwarts.

-"En el Mundo Muggle"- ignoró la expresión de los mayores –"Inglaterra y todo el Reino Unido han sido, históricamente, un territorio de consumo… y es muy similar en la comunidad mágica, no hay gran exportación de materias o productos"- frunció el ceño –"Lo que exporta nuestro país es, principalmente, magos y brujas…"-.

-"¿Eso qué tiene que ver con la situación de los tratados?"- preguntó Sirius, el menor, con los brazos cruzados.

Harry resistió rodar los ojos –"Tiene mucho que ver porque la mano de obra, o magos y brujas, es fácilmente reemplazable si existe una reforma de educación o aprovechamiento en otras naciones, así no necesitarían de ningún mago de nuestra nación… pero los productos no son reemplazables… ¿verdad?"-.

No era divertido pensar en humanos como moneda de cambio, pero Harry sabía muy bien que esa era la forma en la que se les veía –su tío Vernon había hablado suficiente de eso cuando se alegraba de ver los despidos de la compañía en la que trabajaba–. Era más valioso tener acceso a un producto, digamos, madera para escobas de carreras, que tener a un artesano –puedes entrenar a las personas, pero no puedes crear una escoba sin la materia prima–.

Y su país se caracterizaba –o lo haría en el futuro– por los servicios que prestaba, por los productos creados… no por las materias primas que podrían exportar. Eso incluía productos básicos y parecía que nadie ahí lo entendía.

La idea para Harry era que, en algún punto del futuro, pudiera existir alguien que invirtiera esa forma de pensar.

Sirius no lo aceptó –"¿Cómo puedes decir eso?"-.

-"Hadrian tiene razón"- admitió Orión mientras dejaba a un lado el vaso vacío –"En el mundo en el que vivimos, hijo, esa es la realidad"-.

-"No estoy diciendo que una vida valga menos que un objeto"- Harry realmente no quería decir eso, y tampoco pensaba de esa manera –"Es sólo la forma en la que los mercados se manejan… las comunidades internacionales ejercen una presión sobre los gobiernos para mantener una relativa paz porque eso asegura el flujo del comercio… productos y servicios"- se encogió a un lado de su padrino –"También es un tipo de cerco político-militar… en tiempos de conflictos no directos"-.

Walburga sonreía desde su asiento –"Es una estrategia interesante, no creo que aprendieras eso con tus abuelos"-.

Por supuesto, nadie ahí podría hablar muy bien sobre el conflicto entre capitalismo y comunismo, no lo esperaba. Sin embargo, Harry lo había estudiado en el instituto, era la Guerra Fría, era algo que se reconocía como la última gran guerra que había involucrado a todo el mundo.

Harry suspiró –"No…"- admitió –"Pero es algo que está sucediendo ahora mismo, en el Mundo Muggle"- luego se llevó una mano al rostro para cubrir un bostezo.

Sirius, su padrino, aprovechó el momento para retomar la discusión –"Al final, si el ministro no logra mantener los tratos comerciales, los más importantes, la población va a sufrir una escasez de productos, el mercado cierra, pequeños negocios dejan de funcionar y eso significa descontento hacia el gobierno"- luego frunció el ceño –"Y descontento con la cámara de los lores"-.

-"Es preocupante, sí"- concedió el hombre –"Pero es una decisión del ministro"-.

-"No es cuestión de esperar la respuesta de Minchum"- dijo Sirius –"Se trata simplemente ver la intervención de los lores y ver que ellos tomen el control de estos tratados mientras el ministro se encarga de llevar sus políticas al límite, si eso es lo que quiere"-.

-"La situación de Azkaban está perdiendo sentido"- añadió Walburga –"Adhara tiene razón, Orión"-.

-"¿Qué piensas, Sirius?"-.

El niño abrió los ojos –"Eh… ¿yo?"-.

Orión no lo notó –"Por supuesto, Hadrian dio su opinión, sé que tú debes tener una también, ¿o no?"-.

Harry intuía que no.

Su padrino tenía una opinión y varios argumentos porque él ya había vivido todo eso. Su padrino tenía años de experiencia y conocimiento de causa como para no ser capaz de emitir una opinión; y él tenía una opinión porque a su parecer, era sólo evidente. Sirius, el niño, probablemente no estaba realmente involucrado en lo que sucedía fuera de Hogwarts porque, vamos, era uno de esos niños ricos que jamás había tenido la necesidad de despertar de un gran sueño… hasta que había tenido que hacerlo.

-"Pues… no conozco muy bien las políticas de Minchum, pero… supongo que es necesario crear un balance de poder, ¿o no?"- ofreció.

Orión no parecía particularmente asombrado por ese simple comentario, pero Harry sí.

No era que fuera una gran revelación, pero… era tan simple que era lo que necesitaban.

Un balance de poder… ¿cómo es que no lo había pensado?

Bien, quizá porque jamás había estado interesado en la política y probablemente nunca lo estaría. Aunque, si eso hacía que Voldemort no lograra obtener poder dentro del Ministerio, quizá valía la pena investigar un poco más sobre esas cosas.

-"Es una gran idea"- murmuró Regulus a su izquierda, sin pretender ser escuchado.

A veces el mundo lo olvidaba, pero la edad no significaba sabiduría… y ser joven no era garantía de innovación.

-"Muy bien, Sirius"- declaró el hombre cuando el silencio fue demasiado para todos –"Creo que este verano vamos a pasar mucho tiempo juntos"-.

-"…"- Harry notó, con gracia, que Sirius lucía mucho más pálido de lo que podría ser saludable, con una expresión que no podía ser más que el terror a esas palabras –"¿P-Padre…?"-.

Y la sonrisa del hombre se extendió –"Tú y tu hermano vendrán con Adhara y conmigo para aprender sobre nuestra noble misión"- qué dramático –"Estás de acuerdo, ¿verdad, querida?"- el hombre se giró hacia su esposa.

-"Por supuesto"- la mujer asintió –"Mientras tengan tiempo para sus deberes y pasar un poco de tiempo conmigo y Hadrian, obviamente"-.

-"Eh… no, muchas gracias… preferiría no"- pensó Harry mientras sonreía a la mujer.

-"Entonces, está decidido"-.

Era como si Sirius hubiera cometido un terrible error, pero Harry no sabía exactamente cómo podría ser eso posible. Nada había sucedido, ¿o no? Es decir, sólo se había tratado de una conversación normal, pero… ahora las cosas habían cambiado.

Ni siquiera tenía que consultar a su padrino para saberlo.

-"Adhara"- llamó la mujer –"¿Te importaría que mis hijos llevaran a Hadrian a su habitación mientras nosotros hablamos sobre nuestras agendas y planes para el verano?"- la mujer lanzó una mirada a Harry –"Necesitas descansar, Hadrian, mañana es un gran día"-.

No lo veía así, pero no quiso discutirlo.

Era mejor emplear la retirada estratégica… siempre y cuando su padrino estuviera bien con eso.

Volteó a verlo y pudo notar cómo la tensión disminuía de sus hombros. Era evidente que había llegado a su límite y ver a su hermano y una versión joven de sí mismo simplemente era demasiado… y no lo culpaba.

Harry sonrió a su padrino –"Sería perfecto, Walburga"-.

Los tres adolescentes se despidieron de los adultos, con la promesa de compartir el desayuno muy temprano en la mañana.

No entendía muy bien las costumbres de los Black –o la comunidad mágica en general–, así que realmente no sabía cuál era la razón por la que Harry no podía pasear por Grimmauld Place libremente –al menos no hasta que Walburga lo juzgara prudente, aparentemente–. De acuerdo con la mujer, Harry debía ser acompañado de alguien en todo momento, a menos que estuvieran solos con la familia –si Regulus y Sirius contaban o no como familia, no lo sabía–.

Pero la mujer había permitido que sus dos hijos lo llevaran hasta su habitación, así que debían ser familia… ¿verdad?

Qué mundo tan jodido debía ser ese como para que Harry no pudiera moverse libremente por el lugar al que debía llamar hogar, sin razones que pudieran darle para convencerlo.

-"Quizá tenga que ver con que soy un… eso que dijo Orión… eso que parece ser tan importante para todos ellos"- suspiró –"Todo sea por el futuro"- pensó.

Subieron las escaleras en silencio y, cuando llegaron al cuarto piso, la mano de Sirius en su muñeca lo detuvo de repente.

Fue una sorpresa sentir la fuerza que podía imprimir en el agarre, pero fue más una sorpresa cuando sintió con su espalda la pared en el pasillo que, convenientemente, no tenía ningún cuadro –"Qué graciosa es la vida, ¿verdad, primo?"- el adolescente sonreía, con esa sonrisa que había visto en su padrino cada que hablaba con Snape –"¿Quién diría que nos veríamos tan pronto después de nuestra última conversación?"-.

Eh… ¿el destino? ¿El pollo?

-"¡Sirius!"-.

Harry notó, detrás de Sirius, que Regulus los miraba, preocupado –"Bien… no sé cuánto sabes sobre la Teoría de la Probabilidad"- comenzó –"Pero supongo que las posibilidades eran muy altas cuando ambos tenemos el mismo apellido y ambos somos magos, ¿o no?"- inclinó la cabeza hacia la derecha y luego susurró –"Estás asustando a tu hermano"-.

Sirius no se movió –"Te advertí que podrías arrepentirte de lo que hiciste"-.

Harry parpadeó un par de veces antes de comenzar a reír de buena gana.

Por favor… ¿era en serio?

-"Sirius, por favor… ¿qué sucede?"- el menor detrás de su hermano parecía debatirse entre interrumpir el encuentro o no –"Sólo… suéltalo"- miró a Hadrian por un segundo –"Lo siento mucho, primo, no sé qué…"-.

El menor se mordió el labio y se llevó una mano al borde de la camisa.

-"Reg… silencio"-.

Era la primera vez que escuchaba ese tono en Sirius; era… interesante. Su voz pretendía ordenarle a su hermano y, evidentemente, estaba acostumbrado a hacerlo, pero había una ligera duda, algo que Harry podía sentir.

Harry, que había comenzado a sonreírle al mayor, borró de inmediato su expresión e intentó tranquilizarlo –"Estoy bien, Regulus… estoy bien"- ya en alguna ocasión se había dislocado la muñeca para escapar de otro primo con mucha más fuerza; había funcionado, pero ahora mismo no creía que debiera usar la misma técnica porque sólo lograría asustar más aún al niño que los observaba.

-"¡Sirius!"- el menor tomó el brazo de su hermano –"Vamos, ¿qué te sucede? Sólo suéltalo"- tiró de su brazo.

Sirius lo soltó poco a poco –"Si crees que mis padres van a protegerte, estás muy equivocado"- no sonreía, pero lucía algo más en control de sí mismo.

-"Hadrian, ¿estás bien?"- el menor se le acercó para revisar su muñeca, temblaba, pero lo ocultaba bastante bien –"Merlín… lo siento mucho… te juro, juro que mi hermano no es…"-.

Puso una mano en una mejilla del menor –"Todo está bien, Regulus, no te preocupes"- sonrió suavemente –"Tu hermano y yo tuvimos un… un incidente cuando visitaba Hogwarts con mi padre hace no mucho"- pero había sido una situación tan banal, que no entendía por qué tanto drama sobre algo tan estúpido –"No te preocupes por nada, ¿de acuerdo?"-.

El menor asintió lentamente –"¿Estás seguro?"-.

-"Totalmente"- susurró y comenzó a caminar hacia su habitación, para dirigirse a Sirius –"No necesito protección, no de ti"- luego sonrió hacia Regulus –"Después de todo, ya te gané una vez, ¿o no?"- su satisfacción creció cuando escuchó claramente los dientes de Sirius chocar con fuerza y pudo ver la sorpresa en Regulus.

-"Voy a hacer tu vida un infierno"-.

Vamos, ¿sólo por haberlos detenido de humillar a una persona? ¿Qué tan patético tenías que ser como para no poder superar algo así?

Ni siquiera Dudley era así… era una gran decepción, y Sirius ni siquiera era su primo real.

-"No creo que tengas mucho tiempo para eso, primo"- le sonrió –"Verás, vas a estar demasiado ocupado con cosas más importantes"- amplió su sonrisa –"Te sugiero tranquilizarte, antes de que le causes más problemas a tu hermano"-.

Sirius pareció calmarse un poco cuando notó que su hermano todavía sostenía su brazo, aunque la expresión de su rostro no cambió –"Suerte con tus TIMOS, primo"-.

Regulus miró a Harry por un segundo –"Nos vemos mañana, primo"-.

Harry asintió y decidió entrar a su habitación de una vez.

Dejó salir un suspiro de alivio en cuanto la puerta se cerró detrás de él y sólo atinó a dejarse caer en la cama en cuanto pudo llegar a ella.

Sirius había sido imprudente… y él también.

Quería golpearse en la cabeza por su estupidez, pero no creía que eso fuera a ayudarle en nada. Tal vez si intentaba golpear a Sirius…

Gimió por lo bajo y comenzó a quitarse los zapatos.

Se suponía que debía mantener una imagen en esa casa, ¿qué sucedería si acaso Walburga se enteraba de esa pequeña discusión? No esperaba que los retratos quisieran mantenerse en silencio sólo por él si acaso habían logrado escucharlos, no cuando le debían lealtad a Walburga y a Orión, tampoco esperaba que Regulus se mantuviera callado cuando había sido testigo directo de esa incómoda conversación.

Merlín…

Sin duda, tendría que escuchar algún tipo de regaño sobre las buenas costumbres, sobre cómo no era amable lastimar el orgullo del heredero de la familia o cómo no era apropiado para alguien como él causar problemas… pero estaba seguro que Sirius se llevaría la peor parte y quizá un castigo.

No quería nada de eso, sólo quería un verano en relativa calma, intentando no causarle más problemas a su padrino y estar ahí para tranquilizarlo si lo necesitaba y, hasta ahora, no había logrado nada de lo que habría deseado.

Ahora su padrino iba a pasar todos los días en compañía de su padre, de su hermano no muerto y de sí mismo… era un dolor de cabeza, era un problema y, sabía, no podía terminar bien.

Además, tenía los TIMOS, tenía sus propios planes… todo era un desastre.

Terminó de quitarse la ropa y doblarla para llevarla al cesto –Walburga lo mataría si acaso dejaba la ropa en el suelo– y se puso el pijama rápidamente. Comenzó a desenredar poco a poco su cabello y, casi como si fuera su rutina, comenzó a peinarlo de la forma en que Walburga le había obligado a aprender.

De acuerdo, de acuerdo… podía hacer esto.

Podía hacerlo.

Todavía podía solucionar la estupidez de Sirius y fingir demencia si era necesario.

Mañana, muy temprano, despertaría y bajaría a desayunar… y… eh… fingiría estar nervioso, sí, eso era buena idea. Bajaría temprano a desayunar y se encontraría, obviamente, con Walburga. Intentaría hablar con ella y averiguar si la mujer sabía o no sobre el pequeño altercado, si sabía sobre eso, Harry… Harry buscaría tranquilizarla y decirle alguna versión modificada de su primer encuentro… si acaso ignoraba todo… bien… eso, no sucedería nada.

Le haría pensar que sus hijos habían sido tan amables, que lo habían llevado hasta su habitación y se habían despedido, deseándole buena suerte en sus TIMOS.

Necesitaba respirar.

Tal vez salir de ahí y ocuparse de asuntos tan irrelevantes, como los exámenes, le haría un bien.

Todo daba vueltas cuando se sentía tan atrapado; ni siquiera quería imaginar cómo debió haberse sentido su padrino –"Pobre Siri…"-.

Su padrino hacía tanto por él y Harry sólo ocasionaba más problemas.

Mañana intentaría hacer un recuento de los daños, sí.

Todo estaría bien… todo tenía que estar bien… no podían darse el lujo de lo contrario porque tenían demasiadas cosas por arreglar.

Por ahora…

Harry se levantó de la cama pesadamente y fue con pasos torpes hasta el baño para lavarse los dientes y el rostro antes de dormir. Creyó que no podría dormir esa noche, pero en cuanto su cabeza tocó la almohada, Harry simplemente se desvaneció.


¿Reviews? ¿Qué les pareció? Comentarios y críticas son muy bienvenidos. Galletas a quien pueda encontrar las dos referencias -no muy bien escondidas-.

Hasta el siguiente capítulo!