Nota de autor: Antes de comenzar a leer recordar que todo lo explicado no es tal como está en el manga, es desde la perspectiva y entendimiento de la protagonista. Por si ven algo que no está siendo bien explicado. Gracias, espero lo disfruten.
Disclaimer: No soy dueña de One Piece, ni de ninguno de sus personajes a excepción del OC.
Adverencia: A partir de ahora habrán spoilers. Por ahora solo serán sobre la infancia de Ace, Sabo y Luffy.
No podía asegurar que mi gemelo había vuelto a confiar en mí del todo, porque nunca lo había hecho para empezar. Compartir vientre no era suficiente para él para depositar su confianza en mí, ni siquiera saber parte de mi secreto. Pero si logré limar las asperezas que se acumularon mientras veía a Shanks.
Aunque no lo admitiera en voz alta, el idiota estaba extasiado por la manera en que mejoraba al pelear usando el haki, al planear ataques para sus próximos trabajos. Gracias a las explicaciones del pelirrojo, logré transmitir mejor cómo funcionaba los diferentes tipos de haki, y Ace era un niño prodigio en las peleas, lo cual me causaba curiosidad si con el entrenamiento actual lograría ser mejor pirata de lo que tenía en mis memorias.
Sabo al contrario de mi hermano, si era bastante agradecido con mis lecciones, anotando siempre cada detalle para mejorarlo, y asegurándose de que me sintiera cómoda aun con el desprecio del azabache. A veces me daban ganas de cambiarlo por él, al resultar mejor hermano que Ace.
Gracias a nuestros entrenamiento, comencé a perder la noción del tiempo, y solo me di cuenta de su llegada cuando me preparaba para salir con Ace en la mañana antes de que Dadan despertara. Sonidos fuertes se escucharon desde la puerta de la entrada, llamando la atención tanto de mi hermano como la mía, dado que no solíamos recibir visitas.
Ace me miró esperando que yo tuviera la respuesta, pero me encogí de hombros en silencio dándole a saber que no estaba enterada de que estaba pasando, sin él creerme del todo. Desde que le conté que podía saber algunas cosas del futuro, cada respuesta que le daba la ponía en duda, aunque no podía culparlo por ello del todo, al casi siempre tener la razón de hacerlo.
—Salgamos antes de que alguien entre —comentó Ace caminando despacio hacia la ventana por la cual se lanzó, para poco después yo seguirlo tirándome y cayendo de pie sin dificultad alguna.
Las cosas que en mi otra vida me parecían algo ilógicas aquí se volvieron parte de la cotidianidad.
Con sumo sigilo nos acercamos a la puerta principal para ver quien era el visitante, evocando que ambos nos detuviéramos un poco asustados por quien era. Tenía muchos años sin verlo por aquí, pero por lo menos a mí me daba miedo que supiera en los problemas en que estábamos metido, la manera en que robábamos a todo tipo de personas para ahorrar nuestro tesoro.
Pero eran detalles de los que tenía entendido que nunca se enteraba, por lo que me limité a seguir a Ace en silencio lejos de la casa mientras el viejo hablaba con Dadan. Solo en ese instante recordé porque estaba aquí, no vino a visitarnos y ver como seguíamos, en este momento estaba trayendo a Luffy para que comenzara a vivir con nosotros. Lo cual confirmé al ver al chiquillo caminar de un lado a otro.
Detuve mi caminata con una sonrisa el ver al pequeño, podía ser un poco molesto e impulsivo, pero no era peor que tratar con Ace.
—Se nos hace tarde —me recordó mi hermano delante de mí, para poco después también notar a Luffy—. ¿Lo conoces? —cuestionó antes de reírse al saber la respuesta—. ¿Quién es el mocoso?
—El nieto de Garp —respondí llamando la atención del azabache ante tal información—. Va a vivir con nosotros a partir de ahora —expliqué con brevedad mientras él observaba a Dadan hablar con el abuelo.
—¿No vienes entonces? —exclamó notándose algo extraño en su tono, no podía asegurar si por celos, molestia, o solo era su actitud natural de que no le importaba nada.
—Sí, no quiero tener que lidiar con el abue… —comencé a hablar antes de sentir la mirada de Garp en nosotros, haciéndome sentir idiota por creer que podíamos escabullirnos de un vicealmirante de la marina—. Ya nos vio.
—Allí están —nos saludó el abuelo sin siquiera habernos vistos, había sentido nuestro haki seguro desde que llegó a la colina—. Ace, Heis —nos llamó logrando que ambos saliéramos de nuestro escondite—. Cuanto han crecido —comentó en cuanto llegamos a su campo visual—. Heis, estás hermosa, cada vez te pareces más a tu madre.
—Heis —detuvo Luffy su correteo al notarme—. ¿Aquí es donde vives? —comentó riéndose como si hubiera cambiado de opinión sobre algo.
—¿Conoces a Heis? —le cuestionó Garp a su nieto sin dejarnos seguir nuestra conversación, mientras comenzaba a retroceder, había visto mucho su golpe con haki, y no estaba del todo seguro que mi haki de armadura podría soportarlo si evocaba que me golpeara como castigo. Intenté hacerle una leve señal a Luffy de que no dijera nada de mí, aun sabiendo que sería en vano, el idiota nunca supo aprender a mentir.
—No —hizo sus labios a un lado como un muy mal mentiroso.
—¿Heis de donde conoces a Luffy? —me preguntó esta vez directamente sin yo saber que responder con exactitud para que no me regañara—. Heis… —me advirtió una tercera vez, y algo me decía que no habría una cuarta.
—Nos encontramos algunas veces nada más…
—Es decir que estuviste en Villa Foosha —concluyó con rapidez mirando a Ace esta vez.
—No sé nada al respecto —me lanzó a los lobos sin dudarlo, ni extrañarme, ese idiota no sentía ni una pizca de lealtad hacia mí, y si tenía que salvarse no pondría en duda en delatarme.
—Heis, Shanks dejó algo para ti, me dijo que si volvías a la aldea te lo diera, partió hace dos semanas —comentó como si se acabara de recordar de ello, y conociéndolo quizás hubiera perdido lo que sea que me mandara el pelirrojo.
—¿Heis conoce a ese maldito pelirrojo también? —le preguntó Garp a su nieto más molesto de lo que había considerado que estaría.
—Sí —se río como si fuera algo bueno—. Shanks la estuvo entrenando cuando se quedaba en la villa —comentó con orgullo enterrando aún más mi tumba, fueron diez buenos años de una vida tranquila y divertida, quizás en la próxima renazca en un mejor lugar, con menos peligros.
—¿Entrenando? —le preguntó mirándome de manera fija, sin saber en qué momento Luffy se enteró de mi entrenamiento, seguro el pelirrojo se lo dijo, pero eso no era lo importante sino lo molesto que estaba el abuelo conmigo—. Espero que no tengas ideas como este de ser un pirata.
—Shanks la invitó a unirse a su tripulación y ella se negó…
—Luffy, yo hablaré con el abuelo —le pedí intentando hacerlo callar al solo darme más problemas en vez de ayudar, lo cual era normal en él—. No voy a ser un pirata, abuelo, no te preocupes por eso —intenté con la mejor parte de la explicación, sin dejar de mantenerme a una distancia prudente, necesitaba espacio si esperaba escapar—. Y puede que me haya escapado algunas veces a la Villa Foosha, pero… —no sé qué llegó primero el puño o su cuerpo, pero apenas logré esquivarlo evocando que hiciera un hueco en el suelo delante de mí.
—Se suponía que la cuidarías —regañó a Dadan sin dejar de mirarme y sin yo poder observar la reacción de mi madre adoptiva, temía que si le quitaba la mirada al abuelo, me provocaría una contusión a punta de puños con haki—. ¿Fuiste sola allá?, ¿He de suponer que el pelirrojo sabe quién eres?, ¿Le hablaste de Ace? —me cuestionó antes de tomarme por la cabeza antes de poder esquivarlo por segunda vez—. Te encargo a Luffy, Dadan, tengo algunas cosas que hablar con esta niña —se despidió de la bandida llevándome consigo dentro del bosque sin nadie evitarlo, aunque tampoco los culpaba, enfrentarse a este mastodonte era una muerte segura.
—¡Suéltame! —grité intentando usar haki de armadura para quitarme sus dedos de mi cabeza—. No he hecho nada, Shanks ya se marchó, él…
—La existencia tanto tuya como la de tu hermano pueden ser un problema a largo plazo, ¿tienes idea de las cosas que tuvieron que hacer sus padres para borrarlo del mapa? —me regañó sin yo poder contradecirlo, al saber que tenía razón, mi interacción con el futuro emperador era un factor que no estaba en la historia original y por ende no sabía cómo podría afectarla, pero sabía que no sería para mal. Shanks supo de Ace, y nunca lo delató con nadie, solo se supo públicamente que era el hijo de Roger en el arco de Marine Ford, por lo que esperaba no ser una idiota en confiar en el pelirrojo.
—No sabe de Ace —me defendí soltando su mano, al rendirme sobre su fuerza—. No tenía planeado tampoco que supiera quien era, pero estoy segura que no dirá nada.
—No puedes confiar en un pirata —me reprochó lanzándome contra el suelo como castigo, pero sin recibir un solo rasguño al usar mi haki de armadura como escudo—. Lo sabía, usas haki, ¿él te lo enseñó? —me culpó evocando que lo mirara con dudas de que era peor si decirle que sí fue él, o decirle la verdad y negarlo, a ninguna de las opciones no le veía un futuro prometedor—. Luffy dijo que te estaba entrenando.
—No tenía a nadie para que me enseñara sobre el haki —comenté poniéndome de pie para encararlo y hacerlo reír sin yo entender la razón, la familia Monkey era demasiado extraña.
—Serás una gran marina, podrías llegar a ser almirante a corta edad—exclamó dejando a un lado mi regaño sin aun entender que pasaba por su cabeza, y como terminó en esa conclusión.
—No voy a unirme a la marina —le negué mirándolo como si le hubiera salido otra cabeza, logrando que dejara de reírse y volviera a verme con rabia. Debí haberme quedado callada, decirle que sí y que se fuera sin hacer más alboroto.
—Debería llevarte conmigo para hacerte cambiar de opinión, pensaba en dejar que crecieran un poco más, pero tu dominio del haki rebasa por mucho el de cualquier novato —exclamó sonándome más amenaza que a halago—. Vamos, dame con todo lo que tengas.
—Solo si olvidas de volverme una marina —respondí armándome de mis puños aun sabiendo que Garp estaba muy por encima de nivel actual—. No quiero servirle a un gobierno corrupto como el actual.
—¿De donde estás aprendiendo esas cosas? —me cuestionó lazándose a golpearme con su puño lleno de Haki, y yo solo poder esquivarlo con mucho esfuerzo. Me hacían falta años de entrenamiento siquiera para seguirle el ritmo al abuelo—. La marina es quien protege a este mundo de los piratas y demás delincuentes.
—La marina es un sistema corrupto desde la raíz —lo contradije recibiendo de lleno un golpe en el estómago lleno de haki, doliéndome aún más que cualquier golpe de Shanks, al siempre contenerse cuando me entrenaba—. Yo quiero ser libre, irme a una isla alejada de todos los problemas —pronuncié mi sueño por primera vez en voz alta, desde hace años entendí el sueño de Luffy de ser libre, pero al contrario de él, no quería involucrarme, los peligros eran innumerables.
—No sé qué te haya contado ese maldito pelirrojo, pero la marina es lo único que se interpone entre los civiles y el mal de este mundo —intentó explicarme mientras lanzaba sus puños contra mí, la mayoría lograba esquivarlos, pero los que lograban darme me dejarían magullones durante días—. Tu talento sería desperdiciado si no lo explotas.
—Solo sé pelear para no morir en este mundo cruel —solté con rabia dejando salir mi haki del rey, lo cual por alguna razón lo hacía mirarme con más orgullo, y en menos de lo que pude percatarme me tomó de cuello de la blusa que llevaba—. Prefiero morir que servirle a los dragones celestiales —añadí evocando que me soltara al tocar un punto débil, él también los odiaba, por eso es que no era almirante aun habiendo tenido el poder de serlo.
—El mundo más complejo que solo blanco y negro, Heis, pero aun eres muy joven para entenderlo —exclamó dejándome en el suelo—. Aléjate de los problemas, creí que tu hermano era por quien debía preocuparme, pero sabes demasiadas cosas que podrían provocar tu precoz muerte —mencionó sin yo no poder darle la razón, si no comenzaba a tener cuidado, mis acciones me meterían en aun más problemas de los que ya tenía.
