Capítulo 6: "Señor Delmas"
-Usted es el único que está aquí. Usted es al único al que le puedo preguntar, señor Delmas. ¿Por qué Dios hace cosas que no nos gustan¿Por qué nos deja solos, señor Delmas¿Qué tan difícil es cumplir una promesa¿Por qué las personas que queremos no se pueden quedar con nosotros para siempre?- preguntó Eini inocentemente, como los niños de cinco años preguntan por qué el cielo es azul.
-Me temo, Eini, que eso es algo que yo no puedo responder- dijo el hombre con tristeza- Pero lo que sí te puedo decir, es que nunca te dejan del todo solo. Hay ángeles sin alas que se llaman amigos- dijo sonriendo. Eini pensó en Odd, Jeremie, Yumi, Ulrich y Aelita. Pensó también en… sonrió igualmente y asintió. Ambos comenzaron a caminar.
-Usted también es mi amigo¿verdad?- a la mente de la chica acudieron las imágenes del día en que había llegado a la escuela.
La cara del señor Delmas al verla. Primero, una agradable sorpresa, porque:
-Has crecido mucho y muy saludablemente- había dicho el director.
Luego, unos anteojos empañados al saber por todo lo que había tenido Eini que pasar.
-¿Pero cómo es que me conoce y yo no a usted¿Cómo es que conoce tan bien mi pasado?- había preguntado Eini- Sé que todo queda en mi historial, pero no pensé que nadie lo comprendiera tanto como yo… y ahora, usted.
-Yo era amigo de tu padre, Eini. Alor Withnam, un increíble científico y también un grandioso amigo y compañero- fue la respuesta del director.
Eini pareció reflexionar un poco de estos recuerdos.
-Señor Delmas¿cómo conoció a mi padre?- le preguntó Eini mientras ambos cruzaban una avenida. El hombre no respondió en seguida, sino que se acomodó los anteojos y pareció buscar un poco en su mente.
-… Estudiábamos juntos. Por supuesto el siempre fue mejor científico que yo- dijo con melancolía- El se sintió más atraído por la física, la informática y las matemáticas. Yo, simplemente por las matemáticas. Por eso le decíamos "Cerebroide"- terminó con nostalgia. Eini lo miró un tanto confusa, aunque dedujo que con ese "decíamos", se refería a él mismo y a sus compañeros de clase.
-¿Y luego?- preguntó Eini.
-¿Y luego?- repitió Delmas como si no hubiera entendido la pregunta.
-Sí¿qué pasó después¿Cómo es que me conocía? Yo no lo recuerdo- Delmas sonrió y la miró con profundidad.
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-¿Cómo llamarás a tu linda hija, Melissa?- preguntó Delmas a la mujer que estaba frente a sí. Era una mujer muy hermosa: cabello lacio de color rojo ardiente, tez blanca, finas facciones, ojos verdes relucientes y una bella sonrisa que cautivaba a quien la veía. Sostenía entre sus brazos un bulto que dormía profundamente.
-Eini es un nombre precioso, para una preciosa niña- dijo sonriendo.
-Bien, Eini suena muy bien¿pero qué significa?- un hombre de cabello castaño claro y ojos azules se acercó a donde Melissa estaba y se cruzó de brazos. Ella sólo sonrió más abiertamente. Delmas se le quedó viendo con una ceja levantada- ¡No lo sé¿Algún problema, Cuatro ojos?
-Hey, hey, hey, tranquilo, Cuatro ojos tiene su nombre, y es Jean-Pierre- dijo Delmas con fingido enfado- De cualquier manera¿tú por qué no sabes el significado, Cerebroide?
-A Melissa le encanta hacer combinaciones de palabras- respondió con el ceño fruncido.
-Ay, Alor, nada te parece- un tercer hombre, de espesa barba y con lentes, se unió a la conversación.
-No es que no me parezca, es que no sé. ¿Tú qué piensas, Barbotas?
-Jaja, muy gracioso- dijo el hombre divertido- A mi me parece un bonito nombre, aunque no sepa qué significa- Alor rodó los ojos.
-Otro… a mí también me parece un bonito nombre, pero… ¡yo sólo quiero saber qué significa!- dijo haciendo pucheros como niño pequeño. Una niña pelirroja y de ojos azules, se acercó a ellos mirándolos con curiosidad.
-Mami¿qué significa mi nombre?- preguntó inocentemente la chiquilla.
-El tuyo significa "vida", mi amor. Porque, efectivamente ustedes son nuestra vida- le respondió Melissa tomando de la mano a su esposo- ¿Verdad, Alor?- el hombre asintió sonriente. La niña también sonrió.
-¿Y qué significa el nombre de mi hermanita?- todos los presentes pusieron atención.
-Cuatro letras- respondió Melissa- E-I-N-I. E: De Encarnación, porque ella es la felicidad hecha humana. I, una Ilusión hecha realidad. N, pequeña Ninfa de cabellos de fuego y ojos de esmeralda. I: De Incógnito, ya que no se sabe cuál será su destino...
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-¿Por qué llora, señor Delmas?- preguntó Eini preocupada. El hombre apretó los labios, tratando de que por su cara no rodaran más de las dos lágrimas que no había podido retener.
-"Realmente, nadie sabía qué destino te esperaría, Eini. Ojalá no hubiese sido este…"- volteó a ver a la chica que aún lo miraba con preocupación y sonrió para calmarla, y para calmarse- Eres la viva imagen de tu madre, Eini. Tu padre me pidió que cuidara de ti.
-Mi padre…- dijo la muchacha clavando la vista en el suelo. Una pregunta no formulada con anticipación salió de sus labios- ¿Y por qué yo no lo recuerdo, y por qué su hija me odia?- Delmas se sorprendió ante esto.
-Mi hija no te odia, Eini. Así se comporta siempre. Bastante maleducada, lo sé, pero qué se le va a hacer…- dijo con desaliento- Tú y mi hija debieron ser grandes amigas, pero no fue así, y es mi culpa. Alor y yo dejamos de vernos por mucho tiempo. Demasiado, yo diría- ella asintió.
-¿Por qué a su hija no le gusta su nombre, señor Delmas?- preguntó curiosa.
-¿Por qué se hace llamar "Sissi"?- suspiró- Larga historia, Eini, quizá un día te enteres- la chica asintió nuevamente.
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-Mami… ¿verdad que vas a estar siempre conmigo?- la mujer sonrió con un poco de tristeza y la bajó de sus piernas. Señaló el cielo.
-Eini, cuando tengas problemas… cuando te sientas triste… cuando simplemente quieras que te escuchen… voltea hacia el cielo y ve las estrellas… ahí seguramente siempre habrá alguien preocupado por ti y que te ayudará aunque tú no lo notes- la chiquilla la abrazó con amor, a pesar de no haber entendido sus palabras.
-Te quiero mami…
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-No estás sola, Eini, nunca vas a estarlo- sonrió la niña de ojos azules.
-¿De verdad? Pero qué tal si…- dudó la de ojos verdes. Su hermana le tomó una mano.
-No te preocupes, estaremos juntas para siempre, y para siempre es mucho tiempo…
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Sin previo aviso, la pelirroja se detuvo y comenzó a llorar. El preocupado esta vez fue el señor Delmas
-¿Qué sucede?
-…… E-ella… m-me lo pro-m-metió- dijo entre sollozos, apretando sus puños- "Estaremos juntas para siempre…" P-pero no s-se quedó pa-para siempre conmig-go… ¡Ninguno de ellos¡Todos se fueron!- al hombre se le hizo un nudo en la garganta. Sin saber como consolarla, lo único que atinó a hacer fue abrazarla.
-Hay ángeles sin alas llamados amigos… También yo soy tu amigo… y yo no me voy a ir…- susurró en su oído. La chica todavía se quedó un buen rato temblando entre los brazos del hombre.
-Entonces¿me va a decir lo que significa mi nombre?- dijo la muchacha sonriendo, después de algunos minutos, tan sólo hipando de vez en cuando. El hombre no pudo menos que admirarse por increíble fortaleza de Eini. Sonrió y limpió las lágrimas restantes de la pelirroja con su corbata.
-E: de Encarnación, la felicidad hecha humana. I, una bella Ilusión hecha realidad. N: pequeña Ninfa de cabellos de fuego y ojos de esmeralda. I: De Incógnito, ya que no se sabe cuál será tu destino...
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Mirando las estrellas
Imagino que en una de ellas
Debes estar tu alma
Acunándome en mi soledad.
Nadie me mira,
Nadie me escucha
Sólo tú estás junto a mí.
Porque sé que estás junto a mí
Siempre acompañándome
Nada tengo que temer.
Yo sé que nada tengo que temer…
-¡Qué bonita canción!- exclamó una chiquilla.
-Bien, esta será NUESTRA canción- dijo sonriente otra niña, pelirroja y de ojos azules.
-Sí, cántala siempre que te acuerdes de nosotras- dijo alegremente una Eini de unos seis años.
-Entonces voy a cantarla siempre- dijo la primera niña que había hablado.
Porque sé que estás junto a mí
Yo sé que nada tengo que temer…
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Eini y el señor Delmas estaban en un lugar repleto de pasto y rodeado de enormes árboles.
-Aquí solías venir de pequeña¿no es así?- preguntó el hombre.
-Muy a menudo- respondió Eini tendiéndose en el pasto cual larga era. Delmas fijó su mirada en algún punto del horizonte.
-"No debiste dejar sola a tu hija, Alor. Qué desconsiderado"- una racha de aire pasó de casualidad por ahí, como respondiendo con un 'no es cierto'- "De acuerdo, de acuerdo. Sigues aquí. Pero tu hija se siente sola."- de nuevo una ráfaga de viento, un poco más suave que la anterior. 'Pues por algo te la encargué'- el hombre sonrió- Bien, se puede decir que este lugar es tradicional. Aquí veníamos cuando éramos estudiantes. Luego, aquí venía tu padre cuando conoció a Melissa. Y más tarde, tú venías con tu hermana y la hija de Barbotas¿verdad?- Eini ya no escuchó esto último. Había cerrado los ojos para disfrutar de la cálida caricia de los rayos del sol.
-¿Usted hace esto porque mi padre le pidió cuidar de mí?- preguntó suavemente y sin abrir los ojos.
-Lo haría aunque tu padre no me lo hubiera pedido, Eini- la chica sonrió.
-Gracias, señor Delmas…
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-Miren quién tenía que aparecer- dijo Sissi con desagrado. Herve y Nicolas se asomaron tras ella para ver llegar a la chica.
-A mí también me da gusto verte, Elisabeth- dijo Eini sonriendo como si nada- ¡Hola Herve, hola Nicolas!- dijo alegremente. Los chicos le correspondieron agitando una mano.
-¿Te lo tengo que repetir¡Odio que me llamen Elisabeth!- gritó Sissi furiosa.
-Nada quita que sea tu nombre- dijo Eini sin dejar de sonreír dando media vuelta y encaminándose a su habitación. Iba caminando por el pasillo, cuando se topó con Odd de frente.
-¡Por Dios santo, Eini¡Creíamos que te había tragado la tierra!- dijo Odd acercándose casi corriendo a ella y examinándola de cerca como para cerciorarse de que era real- ¿Dónde estuviste todo el día?
-Fui a dar un pequeño paseo- contestó Eini, y caminó hacia la puerta de su habitación, que se encontraba a unos cuantos pasos de donde se habían detenido ambos chicos. La abrió y se introdujo a su cuarto. Odd se quedó en la entrada como sin saber qué hacer- ¿Qué sucede?
-Emmm… yo… estemmm…- el chico se puso tan rojo como el cabello de su compañera y se pasó una mano por el suyo. Eini comprendió.
-¡Ay, por favor! Si ya has estado aquí antes¿qué problema hay ahora?- la chica lo jaló dentro y lo obligó a sentarse en la cama. El muchacho se puso a observar a su alrededor mientras Eini buscaba quién sabe qué entre los cajones de su buró. Sobre éste había un portarretratos con una fotografía muy curiosa. Sin poder resistirse, Odd lo tomó.
-¿Te multiplicaste?- preguntó sorprendido. Eini dejó de buscar lo que fuera que estaba buscando, y que no encontró, y se sentó junto al chico. Sonrió al ver la fotografía. Habló con orgullo.
-No… ella es mi hermana…
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-Hola, y buenas noches- dijo Ulrich con los brazos cruzados- Ya teníamos otro desaparecido hoy.
-Uy, lo siento jefe. No sabía que tenía que reportarme- Odd se acercó a donde estaban el castaño y Jeremie- Ya ni porque es sábado.
-¿Dónde estabas?- inquirió Jeremie a su vez.
-Pues me encontré a Eini en el pasillo- Odd se encogió de hombros.
-¿Y dónde estaba ella?
-Me dijo que fue a dar un paseo y por eso se desapareció todo el día, pero no dio más detalles. Ya ni porque le dije que nos tenía muy preocupados.
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-¿Pensaron que me había comido Xana?- preguntó Eini con una ceja levantada.
-Ehhh…- Odd no supo si restarle importancia el asunto, o decirle que precisamente eso era lo primero que había pensado Jeremie.
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-Bueno, por lo menos ya apareció- dijo Ulrich con alivio- ¿Se quedó en su habitación?- Odd se acordó del retrato que había visto.
-Sí, y adivinen qué. Eini tiene una hermana- dijo un tanto emocionado, sin esperar respuesta.
-¿Una hermana?- Jeremie y Ulrich cruzaron miradas con los ojos muy abiertos. Odd asintió, con la visión de dos Einis en sus mente, aunque una de ojos verdes y la otra de ojos azules…
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Eini se metió entre las cobijas de su cama ya bastante somnolienta. Se estiró y bostezó. Volteó a ver por un momento la fotografía de su buró. Sonrió y se acomodó en la cama.
-Gracias, señor Delmas. Hasta mañana, Nayoco- murmuró antes de quedarse profundamente dormida. Una mariposa negra que había estado en el marco de la ventana echó a volar.
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-"Muy cerca de Él estamos las dos. Tú, porque acabas de salir de sus manos. Yo, porque me acerco ya a sus brazos. En los míos te dormiste ayer. En los suyos mañana yo me dormiré"- Melissa abrazó con amor a la bebita que llevaba en brazos, la cual abrió los ojos y sonrió con alegría- "No importa lo que el destino te tenga preparado, yo sé que todo lo sabrás enfrentar. Serás muy, muy fuerte y muy valiente, pequeña Eini… mi querida Eini…"
