Hola a todos! Gracias por su gran apoyo a estas historias, algunas no serán tan terroríficas para no perturbar al público, no se traumen. XD Agradezco sus reviews y para los que preguntaban, estos especiales serán hasta el día 2 de noviembre. Y debo decir… LA TEMPORADA SE ESTRENA EL 26 DE OCTUBRE EN PARIS! Ok, tal vez sea malo para algunos, para mí no porque entiendo el francés, pero hay lado bueno… siempre sacan subtitulado el capítulo entre las próximas 48 horas. Y bueno ya sin nada más que decir… COMENZAMOS!

…..

Capítulo 3.

Ojos negros.

El día se sentía extraño, Félix no podía definir la extraña sensación que ese día le daba y estaba de más decir que le inquietaba.

Terminó la sesión de fotos cerca del parque, y se moría de hambre, lo peor era que Natalie había tenido que regresar a la mansión a mitad de la sesión por una emergencia y no conocía algún lugar cercano para comer, bueno, había uno. Suspiró cuando su estómago le recordó el hambre que tenía, no tenía opción que ir a un solo lugar donde podría calmar su hambre, la cafetería Dupain-Cheng. Envió un mensaje a su chofer pidiéndole que lo recogiera en una hora, el sol apenas iluminaba con débiles rayos naranjas al empezar a ocultarse mientras nubes negras iban de aquí para allá con amenazando tal vez con alguna pequeña lluvia, los rayos anaranjados a punto de desaparecer eran irritantes y el viento soplaba con un poco de fuerza con una carga pesada pero a la vez húmeda. Al llegar a la cafetería el aroma a café y comida le alivio ese extraño pesar, pero se sorprendió de no ver absolutamente a nadie. De repente de la parte de atrás aparece Bridgette vistiendo con delantal blanco y un pastel entre sus manos.

-¡Bienvenido sea!... ¿Félix? Pero qué sorpresa verte.- Félix se acercó y vio el volteado de piña que Bridgette acomodó junto a un pastel de zanahoria.- ¡Me alegra tanto verte! ¡Justo hace un momento pensaba en ti! Bueno, no es que no piense en ti pero…- Félix alzó su mano en señal de que se callara.

-Haz una de tus locuras y juro que me voy de aquí.- Bridgette se obligó a controlarse.

-Lo siento. ¿Qué deseas?

-Tomaré el quiche especial y para beber zumo de frutas.

-¡Lo tendrás dentro de poco!- le dijo con un guiño en el ojo. La joven se dio la vuelta y Félix hace una mueca de dolor al sentir de repente los dientes de Plagg dentro del chaleco.

-Y si tienes queso... un poco, de preferencia, camembert.

-Se nos acabó el camembert pero tenemos brie, es tan bueno como el camembert.- respondió sin verle concentrada en su trabajo, Plagg asomó su cabeza con una enorme sonrisa a punto de gritar que sí quería pero Félix lo volvió a esconder rápidamente, al no recibir respuesta Bridgette voltea.- ¿Félix?

-Me parece bien.

-Perfecto, espera un poco, enseguida está tu orden.- Félix se sentó en una de las mesas viendo a Bridgette trabajar, era curioso ver que la normalmente torpe Bridgette se desempeñaba tan bien en la cocina, aunque que admitir que en diseño nadie le ganaba, si hasta su padre lo había admitido, tenía un gran talento.- Bon appetite.- le dijo con una sonrisa para dejar la comida, ni siquiera se dio cuenta en qué momento terminó mientras la observaba… bien, eso era raro. Miró lo que le dejaba en la mesa, un quiche de jamón y espárragos con pequeñas patatas sazonadas a un lado, ensalada de lechuga y tomate, una cesta pequeña de pan, el zumo de frutas, y a un lado dejó cubos del queso que agradecía no apestaba tanto como el camembert.- Si necesitas algo, lo que sea, solo llámame.- dijo antes de retirarse para dejar comer al rubio, la vio regresar tras la barra para comenzar a recoger varias cosas, el sonido de los instrumentos y el suave tarareo de su voz era agradable, mucho mejor que comer solo en aquella enorme mesa y en silencio. Degustó la comida intentando no sacar su lado Chat Noir y devorar todo saboreando de forma ruidosa, y sin que Bridgette le viera Plagg salía y entraba de su escondite por cada cubito de queso. La vio salir de la barra para limpiar mesas y luego ver hacia afuera con aire pensativo. Parecía incómoda.

-¿Pasa algo?- casi se muerde la lengua al preguntar pero su lado Chat Noir no pudo evitar sentir curiosidad al no verla con la sonrisa de siempre.

-Eh, bueno... no lo sé.- dijo moviendo sus hombros y sonriendo a medias.- Es que siento un poco raro el día, ¿tú no?- Félix se detuvo al comer una patata y se obligó a terminar de masticarla para tragar sin hacer ruido.

-¿Raro?

-Sí, no lo sé, el día tiene una atmosfera extraña, es como... algo incómodo en el aire, lo siento, pensarás que estoy algo loca.- no, Félix pensaba lo mismo, ese día parecía diferente a otros.- Supongo que como no he tenido muchos clientes hoy me pongo a pensar cosas raras. Creo que voy a cerrar temprano.

-¿Vas? ¿Y tus tíos?

-Fueron temprano a visitar un amigo de ellos. Dijeron que regresaban en unas horas pero ya deberían estar aquí.- se alejó de la puerta para regresar a la barra, iba pasando a lado de Félix preocupada de que sus tíos no le hubiesen llamado cuando escucha como tocan la puerta de cristal de entrada.

-Disculpe...- dijo un niño de no más de 12 años que llevaba una gorra que cubría la mitad de su cara, sobre su espalda sostenía a una niña de tal vez 6 años, rubia de largos cabellos y un sombrero de ala grande que cubría sus ojos y combinaba con su vestido color azul.- ¿Nos deja pasar? Por favor.

-Ah, sí.- iba Bridgette a abrir la puerta cuando apenas dio un par de pasos el teléfono de la barra sonó.- Rayos, Félix, ¿podrías ayudarle por favor?- el rubio arqueó una ceja pero de mala gana se levantó.

-No deberías tratar así a tus clientes, o ni trabajo aquí...- se acercó a la puerta, el mocoso bien podría empujar la puerta con su cuerpo o incluso una de sus manos soltara unos segundos a la niña de su espalda, ¡pero qué va! El enano prefiere que le abran la puerta.

-Por favor señor, abranos la puerta.- pidió el niño sin alzar la mirada, Félix notó que estaba casi oscurecido afuera y a lo lejos el sol terminaba por esconderse en débiles tonos naranja, las luminarias comenzaron a encenderse.

-Ya voy.- dijo fastidiado pero de repente se detuvo apenas iba a tocar la puerta, fue como si cada vello de su cuerpo se erizara ante el peligro, de repente sintió a Plagg removerse dentro del chaleco, y al revisarle nunca lo había visto así, con el pelo erizado desde los bigotes hasta su cola, sus pupilas delgadas y mostrando los dientes en un siseo peligroso.

-No abras...- siseó el kwami a lo bajo. Al ver al niño notó que la niña de su espalda por un segundo sonrió de una forma no tan infantil y se alejó un paso de la puerta.

-Señor, abranos por favor, queremos entrar.

-Puedes empujar la puerta niño.

-Por favor, no puedo, mi hermanita pesa mucho.- Félix retrocedió otro paso cuando escucha a Bridgette colgar el teléfono.

-¡Félix! Te pedí que les abrieras.- dijo yendo a abrirles pero Félix la tomó de la muñeca y la hizo retroceder a su lado.- ¡Félix!- exclamó sorprendida ante su acción, que bien podría desmayarse por sentir su mano cerrarse a su muñeca, no entendía su actitud y ese profundo ceño fruncido.

-No les abras.- dijo de forma áspera sin apartar la vista de la puerta, vieron a la niña de la espalda alzar su cabeza pero ocultando sus ojos con el sombrero.

-Abranos, por favor. Tenemos hambre.- pidió el niño-

-Por favor.- repitió la niña con una tierna vocecita, pero Bridgette vio la tensión en Félix y se quedó en su lugar.

-Po-Podrías empujar la puerta, no pesa nada.- le dijo Bridgette al niño aguantando las ganas de hacerlo ella misma.

-Abranos, por favor. También necesitamos usar el baño.

-Quiero hacer pis.- dijo la niña en tono lastimero pero Félix no soltó a Bridgette.

-Ni se te ocurra.- amenazó a la chica, ella asintió con pesar y porque aquello ya no le estaba gustando, la atmosfera parecía haber cambiado.

-Va-Váyanse por favor.- dijo Bridgette ahora casi igual de alerta de Félix.

-Señorita...- iba a decir algo el niño pero Félix le interrumpe.

-Que no vas a entrar.

-Por favor, no aguanto...- dijo la niña casi en un lloriqueo ocultando de nuevo su rostro, y entonces Bridgette se suelta del agarre de Félix y va rápido a la puerta.

-¡Bridgette!- Félix tenía en la punta de la lengua las palabras para convertirse en Chat Noir pero fue una sorpresa ver que la joven en vez de abrir puso llave y retrocedió con Félix.

-Ya hemos cerrado. Fuera.- el niño hizo una clara mueca y la niña susurra algo, fue un siseo que ellos encontraron incómodo. Entonces el niño asiente y se da la vuelta para irse, pero al hacerlo la niña alza su cabeza y les sonríe de una forma que les heló la sangre.

-Adiós.- dijo despidiéndose con su manita y al alzar más la cabeza, Bridgette ahoga una exclamación y Félix de inmediato se pone frente a ella de forma protectora. Lo que vieron fueron sus ojos, unos ojos negros en su totalidad, como petróleo, brillante y espeso. Félix no se alejó de Bridgette hasta que esos niños desaparecieran de su vista. Bridgette no pudo evitar temblar y ni siquiera había notado a Tikki que se había casi asomado del bolsillo de su delantal lista para salir por si acaso. Félix volteó y le rodeó con un brazo posando su mano en su cabeza para calmarla pegándola a su pecho.

-Ya pasó. Tranquila...- ella solo asintió sujetándose del chaleco de Félix, a ninguno le incomodó ese casi abrazo que se daban, solo deseaban calmarse y sentir algo de seguridad.

Félix llamó a su chofer y este no tardó en llegar. Se quedaron hasta ver a Bridgette cerrar el negocio y al final ella le agradeció y le dijo que se cuidara. Félix la intentó animar diciendo que pronto sus tíos la acompañarían pero al parecer la llamada telefónica fue que su auto se había descompuesto y no volverían hasta mañana a medio día, cosa que no le gustó a Félix. Se despidieron y en camino Félix pensó que de no haber estado allí seguro Bridgette hubiera abierto la puerta como siempre tan amable, incluso en una situación parecida él pudo hacerlo pero agradecía a Plagg y los instintos de Chat Noir por haber sentido el peligro inmediato. Pero, de haberle pasado algo a Bridgette... gruñó apretando sus manos en puños que blanquearon sus nudillos y no importó clavarse sus propias uñas ante esa idea.

De haberle pasado algo…

Bridgette inspeccionó que todo estuviese cerrado, casi siempre ayudaba a su tío a cerrar, era como la rutina diaria pero esta vez verificó todo como tres veces más. Subió a su habitación apagando las luces de abajo, ni siquiera se sentía con deseos de cenar. Se puso el pijama y al intentar apagar la luz de su cuarto no se atrevió.

-Tikki, ¿te molesta si dejamos la luz de la lámpara encendida?

-Para nada Bridgette, puedes dejarla encendida si gustas.

-Gracias.- dejó una lámpara de su escritorio encendida, parte de su habitación estaba iluminada, eso le daba algo de calma, y al querer ir a su cama escucha unos suaves toques en su ventana, casi se asusta a punto de decir a Tikki que la transformara pero se detuvo al ver dos brillantes ojos verdes.- Chat Noir...- abrió la ventana con una sonrisa.

-Buenas noches princesa, Chat Noir ha venido a protegerla.- dijo con una reverencia al entrar al cuarto.

-¿Disculpa?

-Me encontré a un amigo tuyo, me contó lo que pasó y me pidió guardar tu sueño esta noche.- Bridgette se sintió conmovida al escuchar que Félix le había pedido ese favor a Chat Noir, lo agradecía de corazón ya que no estaba segura de poder siquiera conciliar el sueño.

-Gracias Chat... muchas gracias.- en poco ella se acostó para dormir y Chat Noir estaba recostado en el diván del cuarto de Bridgette. Necesitaban esa compañía, esa seguridad, ambos ahora estaban tranquilos con esa lámpara de noche iluminando un poco el gran cuarto. Pasan las horas, Bridgette al fin duerme tranquila y Chat igual en el diván, de repente las orejas de Chat se movieron, despertó y de un salto fue a la ventana escondiéndose para no ser visto desde afuera. Las calles estaban oscuras, las luces de las luminarias de la calle parecían no iluminar demasiado esa noche, pero con su visión de gato pudo notar dos pequeñas figuras ocultas en un callejón que terminaron yéndose de allí, como si supieran que habían sido vistos por él. Chat permaneció allí hasta que no los vio más, después revisó a Bridgette, seguía dormida, tranquila, suspiró aliviado y volvió de nuevo al diván, estaba bien, algo le decía que todo estaba bien, pero no pudo evitar pensar que fuesen lo que fuesen solo buscarían a otra persona, otra que les abra la puerta, sin saber qué le depararía con aquellos seres de ojos negros.

Y… espero les haya gustado, gracias por su apoyo, dejen review, nada de tomatazos y esperen pronto la siguiente. Por cierto, feliz cumpleaños Sol, eres un encanto que siempre me deja reviews. Que te la pases bonito y cumplas los que cumplas te diré que lo que envejece es el cuerpo, no el espíritu.

Bueno, ya sin más que decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!