Hola a todos! Espero les guste el siguiente capítulo, ojala no lo lean de noche. Sorry si ando un poco burlona pero estoy orgullosa de este capítulo XD habrá capítulos con algunos personajes de la serio, no con todos, y la mayoría serían de Marinette, Adrien, Bridgette y Félix. Gracias por los reviews! Estamos cerca de la segunda temporada! Y sin nada más que decir… COMENZAMOS!
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Capítulo 6
En la oscuridad.
Nino no podía creer su suerte, tendría el fin de semana para él solo sin supervisión adulta. Sentía que estaba en el paraíso y es que su padre iría a una conferencia a las afuera de Paris y su madre a una convención, cuando ambos padres se dieron cuenta del garrafal error de que sus viajes coincidían al mismo tiempo, ambos ya estaban hablando de que uno de ellos llamase a su trabajo para que algún compañero lo cubriese pero Nino intervino, después de todo ya no era un crío y podía pasar dos días sin supervisión. Al final lo logró, sus padres lo despertaron ese sábado a las siete de la mañana para dejarle instrucciones de que se cuidara, su padre le dio dinero para pizza por si deseaba algo diferente al recalentado que estaba guardado en el refrigerador y su madre le dijo que podría invitar a un amigo pero sin nada de fiestas y que llamarían en la noche. Nino somnoliento los despidió y cuando se fueron Nino sonrió ampliamente. Después de dormir otro rato llamó a Adrien, el rubio estaba más que sorprendido por ello.
-¿Te dejaron solo?
-Síp, y tenía pensado hacer un maratón de películas y video juegos, ¿crees que tu padre te deje venir?
-Tengo una sesión al medio día, pero no tengo nada más en lo que resta del día y mañana. Estoy seguro que me dejaran, podría quedarme en tu casa, Natalie me cubriría.
-¡Así se habla viejo! Te veo aquí entonces en la tarde y estrenamos mi sótano remodelado.
-Cuenta con ello. Adiós.- colgó y Nino después de hacer algunas cosas en la casa, comenzó a preparar todo para su tarde de amigos, pidió pizza para los dos, preparó refrescos, papas fritas y comenzó a ver qué video juegos podrían jugar y qué películas de su repertorio serían las más adecuadas de ver en la maratón. Su sótano se había remodelado para que Nino tuviese mucha más privacidad y pudiese invitar amigos. Su cuarto era pequeño pero no por las razones de la construcción del espacio sino por su tornamesa que ocupaba un buen pedazo de su cuarto, y se las había arreglado para vivir así hasta que sus padres, que hartos de tener que escuchar música a gran volumen, acordaron que, puesto que era la gran pasión de su hijo y no deseaban cortarle las alas, como cumpleaños mandaron a arreglar el viejo sótano. El lugar y apenas tenía cosas guardadas, las hicieron a un lado en la esquina del lugar, se limpió, puso una alfombra, un viejo sofá, una mesa, un buró para hacerlo más confortable, una televisión y la tornamesa, Nino nunca había estado más feliz. Pronto ese lugar se convirtió en un tipo de fortaleza para Nino y sus padres estaban cómodos ya que la música apenas y la escuchaban. El único defecto que Nino podría darle seria la oscuridad. El lugar era muy oscuro y las pequeñas ventanas que daban al exterior no eran suficientes para iluminar el lugar pero también era una gran ventaja cuando deseaba estar a oscuras sintiendo que estaba en una especie de cine por lo que puso cortinas y al cerrarlas el lugar quedaba en una total penumbra. Vio su reloj, la una de la tarde, Adrien le mandó un mensaje diciendo que tardaría un poco más en la sesión por lo que Nino le dijo que no se preocupara. Se sentó y encendió el televisor disfrutando de la sensación de cine, todo iba bien, hasta que escuchó algo en el pasillo de arriba... pasos.
-¿Mamá? ¿Papá?- llamó no sabiendo si le escucharían o no pero de repente cayó en cuenta que no podrían ser sus padres ya que al menos, en ese momento, ya deberían estar cerca de su destino y normalmente le llamaban hasta que él respondía. Bajó el volumen del televisor y puso atención. Los pasos sonaban como ruidos secos, como alguien caminando descalzo poco a poco escuchó los pasos ir de un lugar a otro, ¿qué rayos? Estaba seguro que había cerrado la casa y nadie podría entrar, por ello y más descartó a Adrien enseguida, su amigo no le jugaría una broma de mal gusto y sabía que estarían en el sótano. Se dirigió con paso dubitativo a las escaleras, pasó saliva y apenas su pie tocó el primer escalón escuchó los pasos muy cerca de la puerta al sótano. Nino pensó rápido, se lanzó hacia su sofá para tomar el control remoto y cuando escuchó el pomo girar la televisión se había apagado y se lanzó hacia un lado de la tornamesa para ocultarse. La puerta ya se había abierto cuando su trasero tocó el suelo y esperaba que el ruido del sentón que dio no hubiese sido audible. La puerta se cerró, uno a uno escuchó quien fuera bajaba los escalones, uno, dos, tres, cuatro, cinco, y seis. Nino supo que estaba a mitad de la escalera, la escalera tenía once escalones en total y fuese quien fuese debía estar allí, de pie mirando todo en la más completa oscuridad. Quiso asomarse pero no estaba seguro si podría hacerlo, su corazón golpeaba tan duro su pecho que podía sentir hasta sus oídos latir también. Nino pasó su lengua por sus de repente labios secos e intentó que su respiración fuese silenciosa, pero tuvo que ahogar un jadeo al ver que no estaba tan oscuro como creía. Aun había una tenue estela blanca sobre el televisor recién apagado. Y casi da un brinco cuando un hielo del vaso de su refresco se movió y chocó contra el vaso. Bajó el séptimo escalón. Cuatro más y ese intruso estaría abajo con él. Nino sentía que los ojos comenzaron a picarle por prontas lagrimas que caerían de su rostro, el miedo no le dejaba mover un solo dedo y sentía cada pelo de su cuerpo erizarse. Ocho, nueve, diez... Apretó los dientes para que un alarido de terror no saliera de su boca, pero no escuchó nada, era un silencio total. Necesitaba calmarse y comenzó a contar los segundos, 60, 180, 360, 900, 1,800, 2,400, 3,600, ya iba por el segundo 3674 cuando escuchó el último paso bajar, once. Su cuerpo se tensó y ahogó un quejido cuando al fin su cuerpo se movió después de tanto tiempo sin moverse, tuvo valor de tragar lo más silencioso posible ya que su boca estaba llena de saliva por miedo a tragar y ser escuchado, con cuidado se movió en gatas doliéndole cada parte de sus cuerpo tras haberse dormido algunas partes de su cuerpo, se movió para estar lo mejor posible oculto, se detuvo apoyando la planta de los pies en el suelo un momento , debía salir de allí como fuera. Escuchó los pasos rodear su sofá y la mesa de centro, Nino se imaginó que veía la mesa llena de aperitivos y cajas de pizza. Se movió, algo rechinó en su pie y se dio cuenta que fueron unos cables de la tornamesa que rechinaron ante la fricción. Un gruñido parecido al de un animal llegó a sus oídos, de inmediato Nino al escucharle ir hacia él aguardó lo suficiente para que diera la vuelta, Nino salió brincando su tornamesa y corrió a las escaleras, de tres zancadas subió los once escalones y abrió la puerta precipitándose a la puerta de entrada donde abrió y chocó con alguien.
-Auch... Nino pero qué te ocurre.- Nino vio a Adrien y el Gorila al ver lo que creyó era una especie de ataque bajó del auto claramente molesto con el chico pero Nino comenzó a balbucear.
-¡Dios! Adrien por favor hay a-alguien dentro, hay alguien dentro de mi casa, en el so-sótano.
-¿Cómo que hay alguien?- el Gorila se adentró a la casa y Adrien llamó a la policía mientras intentaba calmar a su amigo.
La policía arribó momentos después, una patrulla llegó y Nino al explicar lo ocurrido entraron e inspeccionaron toda la casa, encontraron en el sótano las pizzas frías y las sodas calientes, revisaron cada rincón del lugar hasta que un oficial se acercó.
-Dime, ¿estabas solo en tu casa?
-Sí. Estaba solo, ya le dije que mis padres salieron de la ciudad. Solo esperaba a mi amigo Adrien.- el oficial parecía contrariado, como si pelease consigo mismo por algo.- ¿Qué pasa?
-¿Podrías darme el numero para llamar a tus padres?
-Claro, claro... tome.- le pasó su celular y el oficial se alejó, ambos chicos miraron curioso al oficial cuando este volvió y le entregó su teléfono.
-Aquí tienes, tus padres van a regresar así que esperaremos hasta que ellos vengan para dar el reporte.
-¿Qué pasa? ¡Dígame maldición! ¿Por qué está así?
-Calma, chico. Hablaremos cuando vengan tus padres chico.- le dio unas palmaditas en el hombro y después se alejó. Adrien sintió pena por su amigo.
-No te preocupes, me quedaré contigo hasta que lleguen tus padres.
-Gracias Adrien. Eres un buen amigo.
-Tú también lo eres Nino.
Sus padres llegaron en la noche y abrazaron preocupados a su hijo, Nino se sintió asfixiado pero no dijo nada, al fin podía estar más tranquilo. Pronto los oficiales comenzaron a hacerles preguntas, preguntas que le parecieron tontas como ¿a qué hora se fueron? ¿Qué hicieron antes de irse? ¿A qué hora se levantó Nino? Cosas parecidas hasta que el oficial Roger Raincomprix llegó y les explicó todo.
-De acuerdo, de acuerdo a sus declaraciones ustedes se levantaron, arreglaron todo para irse, arreglaron su recamara, despertaron a su hijo por eso de las siete y cuando se fueron él volvió a dormir hasta casi las once.- el hombre suspiró adoptando una actitud demasiado seria y dura para gusto de los Lahiffe, le pasaron una carpeta con fotografías que fue mostrando.- Al llegar los oficiales no encontraron nada, pero el chofer del amigo de su hijo nos dijo que le pareció oler algo extraño y escuchar ruido en la parte de atrás. Encontraron una huella en la ventana de su cocina y en el segundo piso, en su alcoba señores Lahiffe, encontramos la cama deshecha y la ventana abierta con huellas de lodo y san...- miró a Nino un momento algo incómodo.- Bueno, el punto es que creemos que fuese quien fuese entró a su alcoba calculando entre las siete o las ocho de la mañana y permaneció allí hasta que bajó al sótano.
-¿Qué quiere decir?- preguntó el padre de Nino y el capitán parecía que no quería decir nada por tener a Nino allí, como si temiera su reacción puesto que era un compañero de clases de su hija.
-Lo que decimos es que este individuo entró cuando ustedes se fueron y su hijo no se dio cuenta de su presencia hasta que bajó.- Nino se puso pálido, miró las fotografías, una mano grande de largos dedos estaba plasmada en la ventana de su cocina abierta, sintió ganas de vomitar de solo imaginar que fuese quien fuese estuvo con él cuando volvió a la cama, cuando se duchó, cuando comió sus cereales y cuando habló con Adrien para acordar quedarse. Eso quería decir que sabía que estaba abajo, en silencio como una forma insana de torturarlo hasta que salió de allí huyendo. Pero si era un loco, ¿que fue ese extraño gruñido animal? Al ver la foto le parecía que esa mano era demasiado grande, casi sub-realista. ¿Qué rayos estuvo con él en su casa? En el sótano, esperando paciente en la oscuridad.
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Y… espero les haya gustado, o causando escalofríos, gracias a todos por leer. Espero me sigan en los siguientes capítulos. Nada de tomatazos, dejen review y… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!
