Hola a todos! Agradezco mucho los reviews y el poquito miedo que provoco en ustedes XD Gracias a todos por seguir leyendo a esta loca escritora y bien, aparte de agradecimientos a Thomas Astruc y que estoy saltando de felicidad por los capítulos que están tan cerca… COMENZAMOS!
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Capítulo 11
Cámara del más allá.
Los mercadillos de Paris siempre tenían cosas interesantes, normalmente a Alya le interesaría más ir a las tiendas o comprar en internet, pero gracias a que una compañera les invitó a ir un día a Marinette y a ella terminó prendada de estos. Se había conseguido un juego de té para sus hermanitas, un auténtico colmillo de tiburón para su padre y un viejo libro de cocina para su madre; obviamente ella también compraba cosas para ella y un día al invitar a Nino, este no pudo quitar sus manos de una colección de casetes y discos de vinilo de artistas de diferentes partes del mundo. Y ese día Alya veía interesada un espejo de pared cuando Nino se puso a su lado escondiendo algo tras su espalda.
-¿Adivina que te ha traído tu muy bondadoso novio?
-Mmm, si no es una crepa de chocolate con mucha crema batida entonces...- pero Nino mostró su regalo sin dejar terminarla de hablar y Alya abrió grande los ojos poniendo sus manos en su boca escondiendo en vano su sonrisa ante la antigua cámara de fotos.- Oh Nino, es... es...
-El hombre que me la vendió dijo que el botón está algo duro y puedes comprar la película en estudios de...- Alya se lanzó a sus labios besándole ahora siendo ella quien no le dejó terminar de hablar.- Wow...
-Eres el mejor novio del mundo.
-Me alegra que te gustara, la vi y pensé en ti.
-Oh Nino. Solo por eso te invito unas galletas con Marinette.
-No sabes cuánto te quiero. Oye, de camino podemos comprar un rollo para que estrenes tu cámara.
-Excelente idea. Ya quiero probar a este bebé.- y así fue, Alya compró un rollo de película y al llegar a la panadería encontraron a Marinette acomodando en un estante una caja de macarrones y tomando otra caja, al escuchar la campanilla de la puerta Marinette volteó y sonríe saludando a sus amigos.
-Hola chicos.
-Hola Marinette.- saludó de vuelta Nino y Marinette después de cobrar al cliente en turno su atención se centró en sus amigos.
-¿Desean ordenar algo en especial?
-Una galletas de chocolate y unas cuantas pastas de manzana.- dijo Alya con la cámara en manos para que su amiga lo notase.
-Entendido. Y linda cámara Alya.
-Gracias, Nino me la regaló hoy. ¿Te gustaría una foto Marinette?
-Claro.- dijo sonriendo con unas pequeñas pinzas en mano al estar tomando las pastas de manzana. No hubo flash, solo el típico click de la cámara.
-Listo, cuando la revele te la daré.
-Claro, y aquí tienen. Que tengan buen día chicos.- les deseó Marinette contenta por su amiga.
-Nos vemos mañana Marinette.-se despidió Nino y al salir Alya le toma una foto.- Pareces una niña con juguete nuevo.
-No me puedes culpar. Y mañana voy a llevarla a clases, ya quiero ver las caras de todos.
-Solo ten cuidado que Chloe no le haga nada.
-Primero le arrancaría la cola de caballo.- Nino se rió, ya casi podía imaginarse la escena.
Al otro día las clases todavía no comenzaban y Alya ya había hecho una fotografía a Rose y Juleka, otra a Alyx, una a Kim y Max, una a Nathaniel mientras dibujaba y otra a Mylene e Ivan. A todos les había prometido entregarles las fotos apenas las revelara.
-Hola chicos buenos días.- saludó Adrien a sus amigos y Marinette de inmediato se puso tiesa en su asiento.
-Que hay viejo, ¿quieres tomarte una fotografía? Alya está estrenando su nueva cámara.
-¡Sí!- sonrió Alya y tomó a Marinette arrastrándola a lado de Adrien.- Y con Marinette.
-Claro.- contestó un sonriente Adrien.- Ya que lo pienso no tengo una fotografía con Marinette.- dijo ahora con cierta pena.
-¡Pues vamos a arreglar eso!- dijo Alya guiñando un ojo a Marinette.- Muy bien, los dos así. Marinette sonríe.- la pobre franco-china estaba tan nerviosa pero a la vez tan feliz, sonrió como pudo.- Listo y...
-¡Adrien!- Chloe llegó justo a tiempo para empujar a Marinette siendo ella quien abrazaba por el cuello al rubio mientras Sabrina se quedaba detrás de la escena.
-¡Chloe!- quiso gritarle us verdades pero prefirió auxiliar a su amiga que casi se había golpeado la cabeza con la mesa.- ¿Estas bien?
-Lo estaba hace un momento.- contestó con clara amargura a ver a Chloe casi encima de Adrien mientras el pobre modelo no sabía por dónde escaparse. La maestra llegó en poco, Marinette suspiró decaída por la foto perdida y Alya había intentado animarla. Las clases fueron de lo más normal y al salir de la escuela Alya fue a revelar las fotos con Nino, siendo que las revelarían en una hora ambos pasaron el tiempo juntos hasta que llegó el momento.
-¡Voila! Aquí están las primeras fotografías.- dijo presumiendo el sobre en mano.
-¿Usaste todo el rollo?
-Era un rollo pequeño, y fotografié a mis padres y hermanas también. Y ahora...- sacó las fotos del sobre lentamente.- ¡Ta-da!- Nino se pegó a ver las fotografías y al igual que Alya su sonrisa desapareció.
-Que rayos...- se veía una Marinette tomar las pastas de manzana pero no estaba sonriendo y todo era diferente, la panadería parecía haber pasado por un incendio y Marinette parecía sufrir mientras la mitad de su cuerpo tenía quemaduras.
-Nino...- Alya se llevó la mano a la boca al ver las demás fotos. La foto de Nino se mostraba oscura, como si una sombra cubriera la mayor parte de la foto apenas viéndose su gorra y parte de la silueta. Sus padres y hermanas parecían cadáveres ambulantes, pálidos y con una capa blanca sobre sus ojos; Juleka y Rose tenían múltiples cortadas en sus rostros y brazos, Max y Kim parecían haber sido momificados, Alyx también parecía una especie de zombie así como Mylene e Ivan que sus caras parecían cocidas como muñecos de trapo, Nathaniel parecía que no tenía rostro, un manchón de sangre caer reemplazaba donde debía estar su cara; y la foto donde salía Adrien con Chloe y Sabrina era también grotesca, el rubio salía con los ojos negros, la boca de Chloe llena de sangre sin distinguirse bien su barbilla como si no tuviese quijada y Sabrina en el fondo parecía una figura amorfa de carne cruda. Alya casi tira las fotos y Nino vio a Alya confundido y a la vez con ciertas nauseas.
-¿Pero qué es esto? ¿Una clase de broma?- el moreno dirigió su vista hacia la tienda furioso.- Espera aquí que voy a hablar con ese tipo.
-¡Nino! ¡No!
-¿Por qué no?
-Porque es imposible que el de las fotos las haya modificado, no se le puede hacer photoshop a un rollo de película.
-E-Entonces...
-Debe ser la cámara.- dijo Alya casi arrastrando las palabras con la cámara en mano. Nino se quitó la gorra un momento para revolverse el cabello y volvérsela a poner.
-Alya, creo que deberíamos tirar...
-¿Donde la compraste?
-Alya...
-Nino, ¿dónde compraste la cámara?
-En un puesto del mercado pero ¿Para qué quieres saber?
-¿Estás loco? ¡Tengo en mis manos una posible prueba de algo sobrenatural!
-¡¿Disculpa?! ¿Es que no le tienes miedo a esa cosa o a... esto?- dijo señalando las horripilantes fotos.
-Claro que sí, debería ser tonta si no. Pero si lo vemos en otra perspectiva son solo imágenes que parecen sacadas de una película de terror. No me van saltar encima.
-Quien sabe.
-Anda Nino, no seas cobarde.- dijo empujándole impaciente.
-¡Eh! ¡Que puedo caminar!- fue difícil dar con el mismo puesto ya que ya no estaba el viejo que le había atendido sino un varón que parecía una copia de John Lennon de tal vez pasados los treinta años. El hombre inspeccionó la cámara.
-Mmmm, no la recuerdo. Pero tengo un registro de las cosas que nos llegan y de donde las sacamos. ¿Por qué tanto interés?- Alya se inventó una excusa.
-Es que encontramos un rollo dentro y queremos dárselos a los dueños.
-S-Sí, son fotos de bebes y vacaciones familiares.- afirmó Nino y el sujeto sonrió.
-Bueno pues veamos...- de su celular buscó el registro hasta que se detiene.- Bingo, están de suerte, cámara antigua negra de rollo de película, nos la dio un tal Maurice Kratz, les puedo pasar su dirección, está un poco lejos.- Alya sonrió emocionada.
-No se preocupe, ya nos arreglaremos.- dijo ignorando la cara de mortificación de su novio.
Al llegar a su destino vieron una bonita casa de dos pisos con un jardín delantero donde un niño pequeño de cabello negro jugaba con sus coches de juguete a la vista de su padre que estaba sentado con un refresco en mano. No tardó en fijar su vista en ambos morenos pero su atención fue dirigida a la cámara que tenía la chica. Se levantó de su cómoda silla y su hijo al verle a él y a los extraños se puso detrás de su padre abrazando su pierna.
-¿Puedo ayudarles?
-Hola, ¿señor Maurice Kratz? Me llamo Alya Cesaire y vine porque compre esta cámara en un bazar hace días y las fotos...
-¿Son diferentes?
-Bueno, defina diferente.- dijo Nino y el hombre entrecerró los ojos un momento, acarició la cabeza del niño que le miró curioso.
-Ve con mamá a que te dé la merienda.- el niño asintió no sin darle a ambos morenos una mirada llena de desconfianza para después entrar en la casa. El hombre se apoyó en la reja con una expresión seria.- Si quieren un consejo sabio desháganse de esa cámara. Eso si desean mantener su cordura.- Nino miró a Alya que no tardó en preguntar.
-¿Qué quiere decir?
-Obviamente ya han visto lo que esa cámara hace.- Nino asiente.
-Sin duda.
-¿Y por qué las fotografías son así?- preguntó Alya y el varón suspira.
-Por mi padre.- del bolsillo de su pantalón sacó una cajetilla de cigarros y un encendedor.- Trabajaba como forense en escenas del crimen. Tomaba montones de fotos siempre de crímenes de todo tipo, algunos más grotescos que otros. Y un día, mientras nos fotografiaba a todos, se dio cuenta de las horribles fotos.- le dio una buena calada al cigarro.- Se hizo algo paranoico. No dejaba que nadie tomara su cámara y después me di cuenta del porqué. Por eso te sugiero, antes de que pase algo que tires la cámara. Quien sabe qué cosa es lo que en realidad tiene pero yo siempre creí que en una de las tantas escenas del crimen a las que fue mi padre lo atrapó de alguna forma.
-¿Qué atrapó?- preguntó Alya y el hombre dio otra larga calada antes de dejar el humo ir lentamente.
-A la muerte.- Nino tragó duro y Alya miró al hombre y a la cámara un par de veces.
-¿Podría hablar con su padre? Me gustaría preguntarle más cosas acerca de la cámara.
-Eso será imposible.- contestó para luego señalar la cámara con el cigarro.- Se suicidó hace como veinte años, se tomó una última fotografía al momento de volarse la cabeza con su arma. La última foto que tomó fue de su propia muerte junto a algo que nunca se supo qué o quién era. Así que sigan mi consejo, tírenla y háganla trizas…- dijo antes de darles la espalda y entrar a su casa.
Una hora después Nino estaba más que impactado por toda la historia, estaba con Alya sentado en una de las bancas a un lado del Sena y vio que su novia no quitaba la vista de la cámara.
-Y bien... ¿cómo quieres deshacerte de ella?
-¿Disculpa?
-Vamos Alya, hay que deshacernos de eso. Voto por que la botemos a la basura y asunto arreglado.- dijo intentando sonreír pero apenas y salía una mueca.
-No me voy a deshacer de esto.- la expresión de Nino fue de sorpresa total.
-¡¿Por qué?!- no pudo evitar que su voz se escuchase más aguda de lo normal.
-Porque tengo en manos un objeto único en su clase. ¿No lo ves? ¡Es espeluznatemente genial!
-Ya suenas un poco como Juleka. ¿Pero es que no vas a hacer caso de las advertencias?
-Nino, son solo fotos y lamento mucho lo que le pasó al padre del señor Kratz pero si te pones a pensar son solo imágenes. Nada que ver a como si fueras a una exposición de arte del horror.
-Pero...- el celular de Alya suena por un mensaje y se levanta como un resorte del asiento.
-Dejemos esta charla para otro día. Surgió algo y debo ir a cuidar a mis hermanitas.
-Pero Alya...
-Nos vemos galán.- le da un beso en la mejilla y se va corriendo, Nino parece querer gritar algo por la impotencia pero las palabras se quedaron atoradas en su garganta y frustrado tira su gorra al suelo.
Esa noche Alya estaba agotada, después de un largo día solo quería sentir su cabeza sobre la almohada. Puso su cámara en su escritorio y sonrió.
-Ya veré que hago contigo después. Tal vez un buen susto a Chloe y Lila sería bueno.- dijo con una sonrisa divertida por la idea y en poco apagó las luces para sumirse en un largo y agradable sueño. Cuando despertó se estiró gustosa de haber tenido un sueño tranquilo. Quiso revisar si había comentarios nuevos en su Ladyblog cuando nota una mancha rojiza en brazo.-Pero qué... ¿qué es esto?- se vio el brazo y parte del pijama, todo estaba cubierto de sangre a excepción del short, se quitó la prenda rápidamente buscando heridas, nada, entonces lo primero que hizo fue ponerse otra con rapidez y salir a ver a su familia, sentía el corazón latir con fuerza en su pecho como si fuese a salir de ella y al llegar al comedor su madre al verla le sonrió.
-Buenos días Alya, el desayuno está casi listo.- Alya vio a su madre alternando a su padre que bebía un café y a sus todavía adormiladas hermanitas y sintió un gran y pleno alivio.
-Ho-Hola mamá... yo... enseguida vuelvo debo hacer algo en mi cuarto.- Alya corrió hacia su cuarto. Ignoró un momento la camiseta manchada y tomó con rabia la cámara.- Maldita cosa...- iba a tirarla a su cesto pero se detuvo, la etiqueta del rollo decía que se había agotado cuando ayer al ir por los revelados había comprado uno nuevo. ¿Qué había tomado?
Nino había recibido una llamada de Alya, la morena había faltado a clases y en el receso le pidió a Nino que la buscara después de clases pero él no lo quiso así y salió a su encuentro. La encontró en la misma banca donde habían estado ayer junto al Sena, se notaba que le faltaba esa chispa que tanto se le caracterizaba y al acercarse vio sus ojos rojos por lágrimas anteriormente derramadas.
-Alya, ¿qué pasa?- se hincó frente a ella y Alya le extendió un paquete de fotos.
-Míralas...- Nino tomó las fotos dudando en verlas o no, pero igual lo hizo para entender qué ocurría, y a cada fotografía iba palideciendo cada vez más. En la primera se mostraba la esquina de un cuarto, en la siguiente a Alya durmiendo en su cama tener idea de lo que pasaba, un par de fotos después una gran figura negra estaba a lado de la cama, como un hombre con una gabardina y sombrero; la figura caminó hacia la cámara, después la siguiente foto fue de Alya, completamente dormida desde un ángulo alto como si la persona hubiese estado casi encima de ella cuando la tomó, así fueron otras fotos hasta que mostraron un pasillo lleno de puertas y fotos de las habitaciones, sala, comedor, baño pero también de sus padres dormidos y sus hermanitas para finalizar con una foto de Alya apenas despertando esa mañana con una camiseta llena de un líquido rojo y oscuro que imaginó lo que era. De inmediato tomó a Alya de los hombros.
-¿Estas bien? ¿No tienes nada?- preguntó muerto de la preocupación y Alya asintió.
-Estoy bien. No me pasó nada, ni a mí ni a mi familia.- la morena arrugó el entrecejo molesta y angustiada.- Tenias razón, no debí quedarme con esta cosa. No sabes lo aterrada que estaba esta mañana... casi creí que mi familia...- aguantaba de forma titánica las ganas de llorar, ella no era una llorona o una chica sensible, pero todo eso le hacía querer llorar mares hasta no poder más. Nino quiso abrazarla, consolar a su novia pero al topar su mirada con la cámara sintió una rabia que se creyó incapaz de sentir y tomó la cámara para sorpresa de Alya.
-¡Sayonara cacharro!- lo lanzó con todas sus fuerzas al rio Sena donde Alya le miró sorprendida y luego Nino se sentó a su lado y su brazo envolvió a Alya para pegarla a él.- Nadie hace llorar a mi chica.- Alya sonrió y se abrazó a él, más tranquila y mirando de reojo hacia el río. Unas cosas eran mejor no saberlas o tenerlas, era lo mejor, solo rogando que esa cámara se perdiese en el fondo del rio y nunca más fuese encontrada junto con ese ser de negro que no supo decir si de verdad era la muerte o no.
…
Y… espero les haya gustado! ¿Quién será el siguiente en ser asustado? ¿Algún personaje en especial? Bueno, eso lo veremos después. Dejen review, nada de tomatazos y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HAASTA LA SIGUIENTE!
