Hola a todos! Bienvenidos a este último capítulo de estas fechas. Gracias por todo su apoyo y espero les guste tanto como yo disfruté de escribirlo. Por cierto, ya vieron Riposte? Quién más quiso golpear a Adrien en la escena final? Y Kagami no es tan guapa -3- Bueno ya sin nada más que decir… COMENZAMOS!

Capítulo 19

Gran y peor miedo.

Plagg había despertado de su siesta de la tarde, se estiró cuan gato era después de tan delicioso sueño, pero en ese momento se dio cuenta que algo le faltaba. El pedazo de queso que había guardado para comer más tarde había desaparecido de su lado. Plagg miró a todas partes pero no había señal del queso.

-Qué raro, estaba seguro que mi queso estaba conmigo. Bah, de seguro volví a comer dormido. ¿Y dónde estarán esos chicos para darme más queso?- preguntó no viendo ni a Adrien ni a Félix pero al final movió sus pequeños hombros restándole importancia.- No importa, ya aparecerán. Mientras tanto...- con una sonrisa fue a donde el computador, para ser un kwami de más de cinco mil años aprendía muy pronto de la tecnología, rebuscó en internet por los videos más graciosos y después dejó sus comentarios en los foros del Amor al Queso en que estaba inscrito, tenía sus ventajas ser multilingüe, todo iba bien hasta que sintió hambre.- Bueno han pasado dos horas que no me alimento, una hora más de lo recomendado por mi doctor. Así que...- voló hacia el librero donde Félix ocultaba una rueda de queso solo para él, ya casi podía saborearla pero... no estaba.- Ese desconsiderado, de seguro este fue el queso que me dio ayer y no me puso más. Bueno, a por el siguiente.- voló a la cómoda y abrió el cajón inferior, vacío.- ¿Cómo? Entonces Adrien debe de tener.- dijo volando fuera del cuarto de Félix al de Adrien. Al llegar buscó tras su extensa colección de discos pero no había nada, en el cajón de su cómoda, nada, no había queso en los cuartos de los hermanos. Plagg intentó guardar la calma hasta que algo se iluminó en su cabeza.- ¡El queso de emergencias!- Plagg voló hacia el segundo piso de la habitación, hizo a un lado varios objetos de un librero hasta encontrar una caja tipo lonchera, este la abrió... nada.- No... No es cierto.- entonces el kwami infla su pechito envalentonado.- Bien, si no hay nada aquí iré hacia la fuente.- salió del cuarto revisando cada esquina de la mansión, no había nadie que pudiese detectarlo, ni siquiera la asistente de los Agreste, era su oportunidad. Voló hacia la enorme cocina de la mansión. Con una sonrisa fue a uno de los cajones.- ¡Y se hizo el queso...!- abrió pero su quijada cayó al ver solo enlatados y demás ingredientes.- ¡Imposible!- entró y salió por cada cajón que había sintiendo el color desaparecer de su cuerpo, revisó el refrigerador atravesando la puerta, nada, y por último fue a la alacena, nada, ni una migaja de miserable queso en la cocina. Se sintió desfallecer.- ¡Imposible! ¡Es inaudito!- de repente escucha ruido por el piso superior y supo que debía ser alguno de los dos hermanos. Voló a gran velocidad y entró al cuarto de Adrien. Sobre la mesita de centro había una charola cerrada, sus ojitos brillaron y se lanzó a quitar la charola.- ¡Mi precioso!- pero se alejó horrorizado ahogando un grito de horror, al ver que en la charola no había queso, había rábanos, ¡pequeños y asquerosos rábanos!

-Oh, Plagg, me alegra verte.- habló Adrien apareciendo desde atrás.

-¡Adrien! No hay queso en toda la casa y alguien ha puesto esos horribles rábanos en su lugar.

-Oh, Plagg, ¿no te enteraste? Debido a la cantidad de quesos que supuestamente hemos ingerido Félix y yo, padre ha prohibido el queso en toda la casa.- Plagg se puso pálido.

-No puede, ¡es una locura!

-Son órdenes de mi padre aunque creo que vi a Félix con una caja...

-¡Camembert!- Plagg voló hacia la habitación de Félix donde vio una caja muy parecida a la del camembert y al rubio sentado en su sillón leyendo que bajó un poco su libro apenas vio al kwami.

-Plagg, no te había visto.

-¡Caja! ¡Comida! ¡Precioso!- exigió Plagg y Félix arqueó la ceja.

-Si quieres lo que hay en la caja adelante.- Plagg sonrió y abrió la cara con la emoción de un pirata que abre su cofre del tesoro y... retrocedió aterrado y gritando ante tal horrible visión.

-¡No! ¡Todo menos eso! ¡APIO NOOOOO!- Félix le dedicó una sonrisa torcida.

-Parece ser que no te has enterado. Ya no hay ni habrá queso en esta casa, especialmente camembert.- dijo pareciendo que saboreaba las palabras.

-N-No más...

-Así es, ni un queso, ni una rebanada, ni una migaja, no más queso. Pero adelante, el apio es bueno para la salud.- dijo acercándole una vara de apio y Plagg puso sus manitas en su boca.

-Y no te olvides de los rábanos.- dijo Adrien que apareció por detrás con una gran sonrisa con la charola de rábanos.- Vamos Plagg, solo un bocado.

-Solo una mordida.- le dijo Félix con una sonrisa parecida a la de su alter ego.

-Vamos Plagg.

-No seas tímido.- las palabras de los chicos y el cómo se acercaban aquellas abominaciones le causaban terror, viéndolos mas cerca, más cerca, hasta que de repente el apio rozó su boquita.

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAHHH!

Un par de horas después…

-Plagg, despierta Plagg.- el pequeño gato pudo ver a Tikki.

-¿Tikki?- y entonces escuchó las voces de las portadoras llenando de reclamos a ambos rubios.

-Adrien eso fue muy cruel.

-Se pasaron de la raya, ¿cómo pudieron hacerle eso a Plagg?- ambos chicos ni se inmutaron, Adrien fue el primero en bufar.

-De la misma forma que Plagg echó queso fundido en mi bote de shampoo, Nino se burló de mí y no se me quitó el olor después de acabarme bote y medio de shampoo.- se quejó Adrien y Félix asintió.

-O cuando se le ocurrió esconder su queso dentro de mi casco de esgrima. Me desmayé por el olor apenas me lo puse en el entrenamiento.- Adrien le dio la razón a Félix asintiendo.

-Pero esto fue pasarse.- se cruzó de brazos Marinette.

-Llegaron demasiado lejos.- se quejó igualmente Bridgette pero ninguno de los hermanos se inmutó ante las palabras de las chicas. Tikki le da unas palmaditas a su amigo para que se levante..

-Mira Plagg, te trajimos un queso.- el rostro de Plagg se iluminó como si hubiese visto una aparición divina y rápidamente abrazó el circulo de camembert entre lágrimas.

-¡Jamás te dejaré mi vida!

-Exagerado.- dijo Adrien y Félix bufó. Las chicas les vieron desaprobando su actitud pero un kwami los miraba receloso.

Una semana después.

Adrien se despertó ante el toque insistente de la puerta de su cuarto, no quería levantarse temprano un sábado después de exámenes.

-Adrien, tu padre te quiere en su despacho ahora.- habló Natalie del otro lado. Adrien apenas gruñó una respuesta, se levantó como pudo y salió de su habitación somnoliento, al mismo tiempo un cansado Félix salió igual casi arrastrando sus pies. Ambos estaban más dormidos que despiertos que no se fijaron el uno del otro. Al llegar al despacho de su padre este tomaba un café y revisaba una carpeta.

-Padre...- logró decir Félix. Gabriel cerró la carpeta.

-Me alegro que hallan despertado. Hay algo muy importante que quisiera...- el hombre detiene su diatriba y arquea la ceja al ver a sus hijos.- Esto es peor de lo que imaginaba.

-¿De qué hablas padre?- preguntó Adrien bostezando y fue entonces que se dio cuenta de Félix.- ¡Aaaaaah! ¡Félix! ¿Qué diablos?- dijo al verlo con una trenza francesa de lado y sombras azules en los ojos.- ¡Te pareces a la princesa de hielo de ese musical!

-¡Maldita sea! ¿Qué te paso en la cara?- preguntó Félix al ver a Adrien con un lápiz labial rojo, sombra de ojos café, las pestañas con rímel y un broche de cabello rojo sujetando algunos de sus mechones.- Gabriel Agreste suspiró.

-Bueno creo que seré claro en esto. En los anteriores días Natalie me dijo encontrar prendas femeninas que iban acorde a su talla. Y ahora veo la razón del por qué.

-¿Ropa de mujer?- preguntó Adrien.

-De acuerdo a nuestra talla.- murmuró Félix y su padre se levantó de su lugar con las manos apoyadas en su escritorio.

-Solo quiero que sepan que no veo incorrecto sus preferencias.

-/¡¿Qué?!/- ambos miraron a su padre perplejo.

-Hace tiempo les prometí ser más comprensivo con ustedes y si estos son algunos de sus gustos...

-Tenemos novias papá.- dijo Adrien y Gabriel asiente.

-Ser bisexual no tiene nada de malo en este negocio.- ambos chicos estaban pálidos.- Y ahora que los veo...- presiona un botón del conmutador.- Natalie retira la solicitud de modelo femenina para la siguiente campaña.

-Entendido señor.- dijo la mujer del otro lado.

-Ahora que los veo ustedes son idénticos a su madre de joven. Pero tranquilos, cubriremos sus identidades y todo quedara en familia.- ambos chicos querían correr, escapar y tirarse a un hoyo profundo de la tierra, pero querían desaparecer en ese preciso momento.

-Padre por favor...- gruñó Félix en una súplica sorda.

-También se encontró esto en sus habitaciones.- dijo mostrando paquetes de condones y unas botellitas de lubricante con sabores de frutas, ambos hermanos estaban pálidos.- Y ahora debo preguntar ¿se están cuidando como es debido? Y aparte de sus novias, ¿hay otras parejas masculinas de por medio?- preguntó dejando petrificados a ambos chicos, dando lugar a una muy incómoda charla.

Mientras, Plagg disfrutaba del espectáculo apreciando todo escondido en el librero del lugar y saboreando un pedazo de camembert cortesía de las hermanas, ya quería ver sus caras cuando las chicas vieran sus fotografías en la siguiente revista, seguro que los Agreste serán las chicas más femeninas de todas, tendría que grabarlo. Y la moraleja de todo es: No te metas con un kwami de más de cinco mil años o saldrán con el pelaje chamuscado.

….

Antes que digan algo, Plagg es considerado como algo sobrenatural, increíble y fantástico. XD Pensaba sacar un capítulo de mis OC´s pero… bueno. Así que espero les haya gustado, nada de tomatazos, dejen review y nos vemos en próximas historias y one-shots y sin nada más que decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HAASTA LA SIGUIENTE!