Hola a todos! He aquí tenemos a una protagonista OC que algunos recordarán. Lean bajo su propio riesgo, pero creo que esto servirá de lección para algunos. Porque cuando pides algo debes de dar algo a cambio, y a veces el precio es mayor del que te puedas imaginar. Y sin más qué decir… COMENZAMOS!
….
Capítulo 25.
Ritual del mal.
Sólo había ido a la biblioteca a dejar un libro. No entendía porque ahora esas chicas odiosas la tenían sentada a la fuerza mirando una hoja de papel con un montón de símbolos raros y lunas pintadas.
-Dinos que viste Decrois.- exigió Margot, la líder de ese pequeño grupo de tres.
-No sé qué es lo que debí haber visto. Pero sea lo que sea que anden haciendo no pueden hacer este tipo de cosas en la biblioteca.- las chicas se rieron de ella y una de ellas golpeo su cabeza como si comprobara si estuviese hueca.
-Ya vemos que tienes la cabeza llena de aire.- quiso levantarse pero la tercera chica la volvió a sentar a la fuerza.
-Ni se te ocurra.
Había creído que se había quitado a sus abusadores cuando se había cambiado de escuela al venir a Paris. Y la suerte le había sonreído cuando comenzó a hacer amigos, Ondine, Mireille y Aurore eran muy amables, Marc y ella compartían una gran afición a leer, y Claude, era un gran chico. Pero esas tres brujas, Margot, Cecile y Fleur, que se sentaban en la parte trasera del salón, la habían tomado contra ella. Era un imán con este tipo de gente abusiva.
Miró con desagrado la vela puesta en medio de la mesa junto a esa hoja de papel.
-Como hemos sido descubiertas, Bobaliet deberá participar, según las reglas.- dijo Fleur soltando al fin sus hombros.
-No quiero participar en eso.
-Lo harás.- amenazó Margot.- O vas a salir con algo más que un arañazo en la cara.- Juliet trago duro, tuvo que ceder. Eran tres contra una y estaba en clara desventaja.
-Muy bien, sigamos antes de que alguien más venga.- insistió Cecile. Fleur tomo con brusquedad la muñeca de Juliet y pinchó su palma sin consideración.
-¡Auch!- unas gotas de sangre cayeron en la hoja, las otras chicas hicieron lo mismo y Cecile pinchó a Fleur que aun tenia sujeta la mano de Juliet.
-Repite el hechizo.- le exigió Fleur dándole otra hoja de papel con algo escrito. Dudó, y eso hizo que apretara más su mano. Las demás lo dijeron a la vez.
Rey oscuro que se esconde en las sombras escucha nuestro llamado,cumple nuestros deseos y a cambio la animación de la existencia tedaremos. No existe duda en nuestra suplica rey de la oscuridad, nuestro trato cerraremos en tu hora marcada y nuestro deseo a cambio tendremos. Danos prueba de que nos has aceptado.
Un viento apagó la vela y todas chillaron. Al final soltaron a Juliet que no entendía nada de lo ocurrido.
-Toma.- Cecile le dio una parte del papel donde cayó su sangre.
-¿Que me obligaron a hacer?
-Este es un ritual para cumplir nuestros deseos.- contesto Margot.- Nadie debía enterarse pero como tú lo hiciste tuvimos que incluirte por las reglas.- Juliet estaba indignada. Todo eso para un tonto juego. Pero no le dejaron tiempo de hablar.
-Debes quemar esa hoja a media noche después de que hayas pedido tu deseo y este se cumplirá.
-Menuda estupidez, yo me largo.
-No tan rápido cabeza de chorlito.- le detuvo Margot.- Las reglas dicen que no puedes decirle a nadie de esto. Si lo haces nuestros deseos no se cumplirán, así que más te vale no decir palabra o ya verás.
Juliet se fue molesta sin decir palabra a la amenaza. Al otro día podía sentir las miradas de esas chicas. No eran para nada sutiles y la apuñalaban con la mirada.
-Oye, Juliet.- susurró Ondine, su compañera de asiento.- ¿Que tienen esas brujas contigo?
-Ni idea.- no sabía porque no le decía nada, igualmente no creía en ello y seguro lo que fuera que hubiesen pedido no se cumpliría y la tomarían con ella.- ¿Vamos a la cafetería? Tengo hambre.
-¿Qué le pasó a su mano?- preguntó al notar el parche en su mano.
-Me pinché con algo…
Se levantó de su lugar y muchos empezaron a reír. Al fijarse, tenía una goma de mascar en su falda. ¡Era asquerosa! Y era de tres sabores diferentes solo con ver el color. Era una clara advertencia.
-Vamos al baño a quitarte eso, yo te cubro.- Aurore también las siguió y fue un alivio que al fin le quitaran gran parte de la goma y que Claude hubiese salido primero al receso y no la viera con ella pegada. Se moriría de vergüenza.
Al otro día estaba lloviendo. Tomó su paraguas favorito lleno de estrellas plateadas y fue al instituto para llevarse la mayor sorpresa al llegar.
-¡Miren nada más! ¡Es precioso!- exclamaba Margot para que todos escucharan al presumir un vestido nuevo y claramente era caro.- Mi deseo se cumplió, cuando llegué anoche, este Gabriel estaba en mi cama y todo mi guardarropa era como yo había deseado.- todas chillaron exultantes.
-Pues no se lo van a creer pero mi padre me ha dicho si a tener un auto.- presumió Fleur y Cecile abrió grande la boca.
-¿No eres demasiado joven?
-Voy a cumplir 16 en un abrir y cerrar de ojos. Y mañana vamos a la agencia.
«Casualidad. Mera casualidad.»
Pensó Juliet.
-Pues ahora falta mi deseo.- dijo Cecile.- Es decir, no puedo reprobar si voy a ir a ese viaje al Caribe y mañana nos dan las boletas.
Juliet se sentó en su lugar para hablar con Marc.
-Hola Marc.
-Buen día. ¿Entiendes algo sobre lo que dicen? Son tan escandalosas.
-Ni idea. Algo sobre deseos, creo. Quizás tienen un hada madrina.
-Pues si el deseo de Cecile es aprobar Ciencias está perdida.- Juliet aguantó la risa, para nadie era secreto que Cecile Ludov no era un cerebrito en la clase. Sus habilidades constaban de mirarse al espejo y hablar de chicos.
La señorita Mendeleiev llegó y todos se sentaron en su sitio.
-Muy bien clase, mañana les voy a dar las calificaciones del primer trimestre y recuerden que las quiero firmadas. No lo olviden.
Todos asintieron. Claude se inclinó hacia el asiento de Juliet.
-Yo sé que me fue bien gracias a nuestra querida asesora.- Juliet intentó no sonrojarse y cuando la maestra le llamó la atención a Claude este se sentó recto en su lugar.
Al otro día llegó con prisas. Un poco más y no hubiese llegado.
-Casi no la cuentas.- dijo Ondine.
-Tuve que bajarme del bus antes por culpa de un accidente... Vengo corriendo casi desde el Trocadero.
-Te daré una bebida hidratante o te dará algo.
-A sus asientos todos.- dijo la señorita Mendeleiev, que entraba al salón. Vamos a pasar lista.- comenzaron la lista, Juliet notó como Margot no estaba en su sitio, ni siquiera la nombraron y lo notó porque Margot era antes que ella. Fleur levantó la mano.
-Disculpe profesora, pero se ha saltado a Margot.
-¿A quién?- preguntó confundida.- No tengo a nadie con ese nombre.
-Se la ha saltado. Revise bien.
-Señorita Rosier, tengo amplio conocimiento de cada uno de mis estudiantes y le digo que NO hay una joven con ese nombre en mi clase. Así que déjeme seguir con la asistencia. Antes de darles las boletas.
La maestra siguió y Claude hablo en voz baja.
-Creo que a alguien le afectó al fin el fijador de pelo.
-¿Quién será esa Margot?- preguntó Ondine.
-Ni idea.- respondió Juliet que se puso pálida. En pocos todos comenzaron a recoger su boleta y la calma fue interrumpida por un chillido agudo. Cecile no dejaba de gritar agitando su boleta pero no se distinguía si era de alegría o miedo.
-¡Señorita, siéntese!- le regañó la maestra sin obtener resultado.
-¿Qué les pasa?- preguntó Marc incapaz de escucharse a sí mismo o a la profesora.
-No lo van a creer.- se acercó Mireille estupefacta.- Cecile tiene puntuación perfecta en su boleta.
-¡¿Qué?!- exclamó Claude incrédulo.- Imposible, seguro es un error o hizo alguna brujería.
Juliet no estaba segura, pero cerró la boca. Fijo su vista a la pizarra, pero su mente no pudo concentrarse en las clases.
Su cuerpo fue azotado en los casilleros por Fleur y Cecile.
-¿Qué hiciste Decrois? ¿Has dicho a alguien sobre nuestro juego?- reclamó Fleur casi escupiendo.
-A nadie. Como quiera no estoy para contar sobre esas tonterías que se traen, se reirían de mí por semejante estupidez.- las enfrentándolas con la mirada, no iba a dejar que la intimidaran, pero notó como parecían pálidas y asustadas.
-Pues algo ha pasado con Margot. Si tienes que ver lo sabremos, y más te vale que no abras la boca o...
-¿O qué?- la voz de Claude fue dura y potente saliendo de una esquina de los casilleros. Las dos chicas se apartaron y Claude se puso entre ellas y Juliet.- ¿Que rayos se creen que hacen?
-Nada, Claude, te lo juramos.
-Nada más preguntábamos unas cositas a Juliet.- los puños de Claude se apretaron hasta que los nudillos comenzaron a ponerse blancos.
-Tienen cinco segundos para desaparecer, o juro que me olvido que son chicas y desearán que el director sea quien se encargue de ustedes.- las dos chicas aterradas se fueron. Y ala estar solos, Claude se volvió y miró con ternura a Juliet.- ¿Te hicieron algo?
-Nada grave. Gracias.
-Esas dos siempre arman problemas. Alguien debería de darles su merecido.
-Supongo que sus vidas son así de patéticas.- Claude rio.
-¿Quieres que almorcemos juntos?- ella sonrió.
-Claro. Me encantaría.
Al entrar a clases Aurore les contó que Fleur había presumido sobre que esa tarde iría a ver su auto nuevo. Al parecer se habían olvidado de su problema con Margot, pero ella no...
Esa noche Juliet no podía dormir. Es decir, recordaba a Margot pero otros de la clase no.
-¿Quién? No tengo idea de quien me hablas.
-¿Segura no te confundes?
Estaba segura que algo pasaba, porque cuando revisó la foto que les hicieron al principio del semestre, Margot no estaba allí, sino que donde debería estar, estaba ocupado por otro alumno.
Tenía que ver con ese juego, aunque cada parte de su razonamiento le gritase que no era posible. Se levantó y tomó ese papel que había guardado. Era medianoche, lo miró largo rato y luego el viento casi tira el marco de la foto que tenía sobre su cómoda, logrando atraparla a tiempo. Miró la fotografía de sus padres sonrientes. Sentía como unas voces en su cabeza susurraban que lo intentara, pero otras fuertes se anteponían con fuerza, y esas voces le decían que debía hacer para evitar cualquier posible consecuencia. Arrugó el papel y asintió tomando una decisión.
Ese día antes de llegar a la escuela había pasado por la iglesia cerca de Montparnasse para hacer una oración y mojar la hoja en la pila de agua bendita y luego pasó por el incinerador del parque. Un trabajador estaba quemando hojas y se acercó a este poniendo su mejor cara de pena.
-Perdone señor, ¿puedo quemar este papel? Me acaban de rechazar por carta.
-Oh, vaya que triste. Por supuesto. Hazlo, no importa.- ella así lo hizo, tiró la bola de papel y la vio arder entre las hojas secas. Si no tenía un deseo ni mucho menos lo quemaba en la noche, no tendría que haber repercusiones.
Al llegar a clases sentía como si se hubiese quitado un enorme peso de encima. Su cuerpo entero era tan ligero como una pluma y una sonrisa se dibujó en su rostro. Al sentarse en su sitio, leyó unas pocas páginas de su libro, la señorita Mendeleiev llegó con su siempre cara de estar molesta con todos.
-Buen día, clase. Espero que hayan traído sus boletas firmadas.- todos sacaron sus boletas y al pasar al frente la maestra le sonrió.
-Felicidades por tus notas, fueron las mejores de la clase.
-Muchas gracias.- sonrió un poco apenada y unos chicos le hicieron una burla.
-¡Mejor aprendan de su compañera!- les regañó la maestra molesta. Juliet fue a sentarse y la maestra frunció el ceño al notar algo al fondo.- Vamos a ver chicos, voy a hacer unos ligeros cambios. Tenemos tres asientos vacíos en la parte de atrás que nadie ocupa.- Mireille levanto la mano.
-Ha estado así desde que iniciamos las clases.
-Bueno, bueno, vamos a hacer unos ligeros cambios de lugares.
Juliet miro atrás, los tres asientos vacíos comenzaron a ser ocupados. Pero sentía algo extraño, frunció el ceño, sentía que olvidaba algo.
-Juliet, pasas al frente.
Como fuera, se alegraba que no la pusieran hasta atrás. Así podría poner atención pero Ondine la pasaron a otro asiento, esperaba que el asiento de su lado se ocupara, era optimista. Desde que había llegado a ese instituto, había pasado grandes momentos, hecho muchos amigos, y lo más importante, sin ningún abusador molestándola como en su anterior instituto.
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Y… espero que les haya gustado. Gracias a todos por leer, dejen reviews, nada de tomatazos, aún quedan muchas historias que contar, y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!
