Hola a todos! He aquí tenemos una historia especial, un pequeño romance entre tantas sombras, pero quién sabe las sorpresas que pueda llevar. Y que pueda hacer helar la sangre de cada uno. He visto el nuevo tráiler de Chat Blanc, menuda tortura es la que nos hacen, ¿no? Cómo sea, y sin más qué decir… COMENZAMOS!
…
Capítulo 30.
Admirador secreto.
La campana sonó dando fin a las clases y todos comenzaron a salir a la orden.
-Que tengan un buen día. Por favor, recuerden de estudiar para el examen del próximo viernes.
Todos se despidieron de su profesora que al estar sola vio todas las pruebas a revisar y suspiro.
Caminó de regreso a su modesto departamento, saludó a sus vecinos cercanos que ya la conocían como la gentil maestra que era. Más de repente se detuvo al notar una escalera en un árbol y a un bombero intentar bajar a un gato que reconoció al instante.
-¡Perle!- la gata blanca de orejas y hocico café y ojos azules maulló y bajó por si misma hasta los brazos de su dueña.- Oh, Perle. ¿Qué hacías allí, traviesa?
-¿Es esta su gata?- preguntó el bombero que bajó de la escalera. Ella lo reconoció enseguida, era el bombero que había ido a la escuela esa vez cuando fue la falsa alarma. Le había parecido muy profesional y, para que negarlo, muy atractivo. Sus mejillas se sonrojaron.
-S-Sí. Es mi gata. No sé qué hacia allí, perdone.- sonrió haciendo hacia atrás un mechón de su cabello en un gesto nervioso.
-Pues su gata estaba haciendo un escándalo y los vecinos se quejaron. Le pido que cuide a su gata y no nos haga perder tiempo a la próxima.
El desencanto derribó su sonrojo. Su ceño se frunció y alzó ligeramente la barbilla.
-Ya… le dije que lo sentía. Y si no fuera el caso ¿no es su trabajo ayudar a pobres animalitos atrapados? ¡Hmpf!- se giró para entrar en su edificio dejando al bombero con la palabra en la boca. Subió las escaleras pensando en lo desagradable que había sido. Y al llegar a su departamento suspiró ante la soledad de este sin nadie que le dijese un hola, solo su gata.
Esa noche se dispuso a ver una serie que le tenía cautivada, vistiendo una vieja y grande camiseta larga azul claro, suspiró al ver a la protagonista con su amado, sonrió mientras comía un puñado de palomitas.
-Oh, que romántico. Yo nunca voy a tener a alguien que me dé esos detalles.- dijo triste por su nula vida amorosa, no es que no hubiese ido a citas pero ninguno le había llamado la atención o hecho sentir que quisiera una segunda cita.
De repente, su gata alzó la cabeza de su regazo y corrió a la puerta. Se levantó preocupada, pero grande fue su sorpresa al ver bajo su puerta un sobre de carta.
-¿Qué es esto?- miró a través de la mirilla de la puerta pero no encontró a nadie. Con cierta aprensión abrió el sobre encontrando una carta, al comenzar a leerla sus ojos se abrieron grandes con cada palabra.
Bon nuit.
Sé que quizá esto te sea raro, pero no lo puedo evitar, soy un romántico empedernido. Y he estado enamorado de ti desde hace mucho tiempo y me gustaría decírtelo al fin aunque sea por este medio.
Tal vez pienses que sea cobarde, pero temo que me rechaces. Admiro tu dedicación, tu amabilidad y tu belleza que ensombrece hasta las rosas más hermosas. Me gustaría decirte las poesías que nacen al verte pero me temo que eso sería imposible y no creo que haya hojas suficientes para expresarme.
Por favor acepta este regalo y espero tener valor de decirte todo de frente.
Gracias.
Tu admirador secreto.
Sus mejillas se sonrosaron rapidamente. Abrió la puerta con esperanza de encontrar a su admirador pero solo pudo encontrar una rosa roja en un sencillo florero de cristal...
Los siguientes días, tenía una sonrisa que no podía despegarse de su rostro. Era como si todo el mundo fuera más brillante. Recibía cartas llenas de poemas y frases románticas. Las cartas no tenían una hora de llegada, las cartas aparecían cuando llegaba del trabajo, al despertar, o cuando estaba distraída haciendo algo, pero siempre encontraba una rosa de diferente color en su puerta. Se sentía como en una historia de amor.
-Ya está Caline, ¿qué te ocurre?- preguntó la señorita Mendeleiev.
-¿Qué me ocurre de qué?
-Pues sobre ti. ¿Es que te has enamorado?- las mejillas de la joven maestra se colorearon al instante.
-Eh, bueno, yo...
-¡No me lo creo! ¿Cómo es el? ¿Es guapo? ¿Grande? ¿Un académico interesante?
-En realidad, no lo sé.
-¿Disculpa?
-Es un admirador secreto, no lo conozco en persona.- notó como el rostro de su compañera ya no se mostraba emocionada.
-¿Un admirador? ¿Y es seguro?
-¿Qué quieres decir?
-Caline, ha habido casos en los que mujeres u hombres son acosados por personajes anónimos ya sea por teléfono o en sus propias casas. ¿Estás segura que este tipo no es un acosador?
-¿Qué? ¡No! Es muy romántico. No suena como un acosador. Sospecho que quizás sea alguno de mis vecinos.
-Como quiera te pido que seas cuidadosa. Y que si tanto te gusta bien puedes intentar encontrarte con él.
-¿Cómo? Nunca logro saber cuándo me deja una carta.
-Puedes dejarle una carta. Seguro acepta.
-Tienes razón. Voy a intentarlo hoy.
-Bien, sabes, hace mucho que no me invitas a cenar.
-Tienes curiosidad, ¿no es así?
-Soy una científica. Además, también quiero estar para cuidarte las espaldas.
Las dos se rieron y esa tarde cuando fueron al departamento, la señorita Bustier estaba haciendo pasta mientras que su compañera servía dos copas de un vino que había llevado y revisaba los poemas que había recibido.
-Oh, menudo Romeo. Con razón has caído redondita.
-¡Ya basta!- rio apenada.
-¿Le dejaste la carta?
-Hace unos momentos. Espero que responda.
-Ya veremos. Por cierto, ¿tu gata hace eso regularmente?- señaló al animal curiosa. Al fijarse se extrañó de ello, su gata miraba a la puerta, pero estaba escondida bajo la mesita de la entrada.
-No. Qué raro, no lo había notado.- dejó un momento la pasta y se inclinó a su gata.- Perle, minette, minette. Vamos a cenar.- pero la gata no respondía, sino que estaba mirando fijamente a la puerta. Frunció la frente preocupada, pero entonces un nuevo sobre se deslizó y lo tomó ilusionada.
-¿Qué dice?
-Espera. Espera, ya la abro.
Mi querida diosa.
Fue una sorpresa el ver una carta con tu deseo de querer verme, así que, tras estos días de dulces sonrisas concederé tu deseo. Si quieres verme vivo en el 3-B. Te esperare con ansias.
Siempre tuyo.
-¿3-B? ¡Es justo arriba de ti!
-Bien, la hora ha llegado.
-Te acompaño, no quiero que nada malo te pase.
-Bien, vamos. Pero te mantendrás oculta.
Las dos subieron al tercer piso, el pasillo tenía una luz más tenue que el piso de abajo pero lo ignoraron a sabiendo que debía ser un problema eléctrico. Llegaron, y mientras la señorita Mendeleiev se quedó a lado de la puerta como resguardo, tocó a la puerta y esta se abrió con ese ligero toque. Las dos se miraron, las luces estaban apagadas al interior. Caline entró, sintiendo a su compañera decidida a entrar con ella, pero la puerta se cerró de golpe casi golpeándola en la cara dejando fuera a esta.
-¡Caline!
-¿Qué?- intento forzar la cerradura.- ¡No se abre!
-¡Sal de ahí!
-¡No puedo!
El terror comenzó a invadirla, ¿por qué no se abría la puerta? Movió de forma insistente hasta que sintió un frio aliento golpear su nuca. Se giró, pero no podía ver nada, todo estaba muy oscuro. Intento encontrar el interruptor en la pared, y al sentirlo, una fría y huesuda mano atrapó la suya.
Su grito se escuchó por todo el edificio.
La señorita Mendeleiev de inmediato llamó a la policía.
-¡Policía! ¡Es una emergencia! ¡Por favor!
Se había tropezado con una decena de cosas al huir de lo que fuera que la estuviese persiguiendo. Un sonido ronco y gutural se escuchaba a su espalda. Apenas y se permitió tomar el control y no sucumbir al pánico al recordar que los departamentos eran iguales y corrió al balcón que debía tener. Las puertas estaban cubiertas por cartones y sus dedos tantearon desesperados hasta encontrar el seguro y salir observando un jardín de rosas secas. Cerró tras de ella rompiendo el seguro y escuchó un leve golpe del otro lado. El sonido gutural siguió como un gruñido. Pudo notar entre un hueco de los cartones un ojo que la observaba. Casi se sintió a desfallecer, notando como la observaba directamente hasta que este desapareció y escuchó las sirenas de la policía. Se dejó caer al suelo, de repente débil por la conmoción, y esperó con lágrimas en sus ojos a que entraran a por ella...
Como no pudieron abrir la puerta del balcón, mandaron a llamar a los bomberos y así usaran la escalera para bajarla. Vio que se trataba del mismo bombero que la última vez y este tuvo que entrar al balcón para poder bajarla. El bombero le sonrió.
-No sólo bajo gatos de árboles, mademoiselle.- esta emitió una leve risa y se sujetó a él bajando la escalera donde apenas tocó suelo le abrazó su amiga.
-¡Por amor a Dios! ¡Que susto me diste!- el oficial Raincomprix se acercó a ella.
-¿Puede decirnos que fue lo que paso?
-Claro, claro, yo...eh…- aun temblaba y el bombero puso su chaqueta sobre sus hombros.
-Vamos a darle tiempo para que se compense. Tome.- le tendió un chocolate.- Esto ayuda para los nervios.- ella sonrió agradecida, rozando levemente sus dedos con los guantes de este que se sonrojó un poco.
-Gracias monsieur…
-Henssepy, un placer mademoiselle…
-Bustier, Caline Bustier.- este le sonrió más no era momento de comenzar a coquetear, la pobre mujer aun temblaba y se dejó caer en el asiento de la patrulla mientras el oficial tomaba su declaración…
Empacó la última caja de ropa.
-Fiuu. Al fin.
Tomó a su gata que maullaba por atención, y luego vio hacia el espacio casi vacío de su departamento, lista para mudarse de allí esa misma tarde.
Al contar lo ocurrido, el oficial tomó nota a su declaración, y ella al escuchar lo acontecido fuera del departamento se quedó helada. Cuando llegaron no encontraron a nadie en el departamento, y su compañera dijo que no se separó de la puerta en ningún momento hasta que los oficiales llegaron tirando la puerta para entrar. Nadie supo explicar qué había pasado allí o cómo había escapado quien fuese que estuviese habitando el departamento, hasta unos días después cuando una vecina del tercer piso habló con ella. Un hombre vivía en el 3B, pero seis meses antes este lamentablemente tuvo un accidente que lo dejó en coma y murió un par de meses después. Por ello el departamento permaneció vacío. La mujer lo describió como alguien tranquilo y muy tímido.
No podía explicarlo, pero algo le decía que ese hombre no quería irse sin decirle lo que sentía, algo así como un fantasma enamorado. Pero no podía sacar de su cabeza ese horrible sonido gutural, y ese ojo vigilándola en ese espacio de la puerta, no sabiendo si lo que había allí era su admirador secreto o algo más oscuro que le tendió una trampa aprovechándose de su ingenuidad.
…..
Y… espero que les haya gustado. En serio, no sé por qué pero los empecé a shippear a estos dos cuando el bombero fue tan comprensivo con Marinette, no me culpen, pero bueno... En el próximo les tengo a todos una sorpresa, algo que muchos han deseado desde hace mucho, pero mucho tiempo. Muajajajaja! La sangre correrá, el traidor caerá, y entre los infiernos su alma arderá! Así que dejen review, nada de tomatazos, y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!
