Hola a todos! Lo prometido es deuda, esta noche los demonios y los fantasmas más crueles han salido para hacer de las suyas. Hora del show, y por supuesto espero que les guste. Sin más qué decir para este Halloween… COMENZAMOS!
….
Capítulo 31.
Su locura.
Tenía que decirlo, esta era la idea más estúpida que se le pudo ocurrir a Nino. No le hubiese molestado disfrazarse ese día de brujas y pedir dulces, pero Nino había dicho que tenía una sorpresa para todos en esa noche llena de nubes que ocultaba de a ratos la luna creciente dándole un aire tétrico a esa noche.
-¿Y qué opinan?- pregunto el moreno con amplia sonrisa mientras estaban en frente del abandonado hospital del distrito 14, el Hospice des Enfants-Assistés.- ¿A que es genial?
Marinette tragó duro. Alya fue quien respondió sorprendida.
-Vaya, Nino. Es lugar es más grande de lo que me dijiste. Pero no se ve tan abandonado.
-Eso es porque lo abandonaron en 2011. Pero igual asusta y he escuchado historias muy interesantes y tééétricas.- dijo con voz de ultratumba iluminando su cara con una linterna.
-Eso no se duda.- dijo Adrien que convenció a su padre de darle oportunidad de quedarse a dormir con Nino por un "trabajo de la escuela". Casi todo el salón estaba allí. Mylene e Iván habían dicho que irían al cine esa noche; Rose y Juleka se lamentaron no ir, pero tenían pases y disfraces para el festival del horror en las catacumbas; Chloe había tenido un humor detestable las últimas semanas por lo que nadie la invitó y obviamente Sabrina no fue.
-Oh, Nino. Este sitio es espeluznante, ojala nadie salga corriendo.- Marinette rodó los ojos al escuchar a Lila son falsa preocupación.
Para su mala suerte, a Rose se le había ido la lengua en clases que a ella le asustaba a morir este tipo de cosas, Lila había sobre actuado una compasión hacia ella desde entonces, y esa tarde había terminado por perder su paciencia al punto que tuvo que cerrarle la boca diciendo que iría también a esa expedición y se había jurado no salir corriendo.
Mala idea.
Nino abrió la vieja reja.
-¡Que aterrador!- Lila se abrazó a Adrien pero Kagami la retiró sin delicadeza alguna.
-Ve a con tus amigos si tienes miedo.- Marinette sonrió agradeciendo que Kagami estuviera allí, y su sonrisa se ensancho al sentir la mano de Luka sobre su hombro, que había ido interesado y en nombre de su hermana para contarle cómo era.
-¿Estas bien?
-Sí, e-estoy bien.
-Sabes que no debes de probarle a nada a nadie.- Luka había entendido la situación en un momento. Ella le sonrió contenta de tener su apoyo y hasta pensando dejar esa tonta expedición e ir al cine o a ir a por un helado con él. Pero Lila tuvo que arruinar su momento.
-Es cierto, Marinette. Es decir, sabemos cómo te asusta este tipo de cosas, y nadie te juzgaría si decidieses abandonarnos para no morir del miedo. ¿O sí?- la clara burla de Lila la hizo rechinar los dientes y Luka miró sereno y serio a Lila para luego ver a la franco-china. Ambos decididos a seguir adelante.
-¿Vamos?- ella asintió y tomó la mano de Luka. Kagami que había visto eso miró con total desagrado a la castaña.
-Esa chica no me agrada.
-Lila puede ser alguien difícil pero... bueno, no le prestes atención.
No hubo palabras buenas para Lila, siendo Adrien Agreste sinónimo de los buenos modales y el positivismo. Debía alejarse de esa chica.
Todos avanzaron al interior del lugar. Kim había invitado a Ondine que iba con unos jeans y una camiseta de mangas abombadas y amplio cuello color azul, Nathaniel estaba junto a Marc, así que todos iban en parejas a excepción de...
-Adrien, déjame quedarme contigo, por favor. Todos van en parejas.- se quejó Lila.
-Eh, bueno...
-Puedes venir con nosotros, Lila.- le invito Alya.- Mientras más seamos menos escalofriante será.
-Oh, muchas gracias Alya. Eres un sol.- disimuló su disgusto lo mejor que pudo. Las puertas estaban selladas con enormes cadenas, así que todos comenzaron a entrar por una ventana. Adrien como todo un caballero ayudo a Kagami a entrar, y Luka hizo lo mismo con Marinette que rio ante las ligeras cosquillas que le dio cuando la sujetó de la cadera.
-Lo siento, soy me dan muchas cosquillas.- Luka sonrió y Adrien le sonrió a estos feliz por la pareja para adentrarse con los demás.
Aunque no habían pasado más que unos años, el lugar se veía tétrico, con las paredes sucias y la pintura del techo y paredes comenzaba a descarapelarse, además de verse algunos grafitis los cuales algunos hacían alusión a pentagramas invertidos o símbolos extraños.
-Debemos tener cuidado.- sugirió Alix.- Algunos grafitis son muy nuevos. Podría haber alguien por aquí.
-Mejor no separarse en parejas.- sugirió Max.- Si hay un grupo de vándalos, hay una probabilidad más alta que podamos defendernos si vamos en un número mayor.
Todos asintieron y decidieron separarse para ver el lugar y tomar fotos. Pero a Adrien ni a Marinette les gustaba el quinto integrante de su grupo.
-Muchas gracias por dejarme ir con ustedes, Adrien. La verdad es que me daba miedo ir por donde se fueron los demás.
-Sí, el pasillo que se veía exactamente igual al que fuimos.- rumió Marinette con cierta acritud y Adrien asintió a Lila.
-Vamos todos con cuidado. No vaya a ser que haya alguien por aquí.
-O algo, quien sabe lo que se oculta entre las sombras.- sugirió Lila mirando de reojo a Marinette que se prometía no asustarse con nada mientras Lila estuviera por el perímetro.
Avanzaron por los oscuros y tétricos pasillos. La mayoría de las habitaciones aun conservaban viejas camas de hospital que dudaban que hubiesen estado en uso en los años modernos. Fue como si hubiesen retrocedido en el tiempo y no estuvieran en el siglo XXI. Sin embargo, Lila no paraba de pegársele a Adrien, y por si fuera poco tampoco a Luka que había llamado su interés, cada vez que escuchaba un supuesto ruido.
"¡Qué miedo!"
"¿Qué fue eso?"
"Oh, me alegro estar con alguien que pueda protegerme"
Exagerando su papel de damisela en peligro haciendo enfurecer a las chicas. Lila se sujetó del brazo de Adrien y Kagami se arrepintió de no haberse traído su bokken, pero bien podía conformarse con un pedazo de madera pero Marinette le detuvo. Subieron las escaleras y Lila fingió resbalarse para que Luka la atrapara, Marinette estaba a punto de romperle la lámpara en la cabeza pero Kagami le detuvo esta vez. Estaban hartas de las mentiras que salían de su boca cuando hablaba de cómo había explorado lugares más tétricos que ese con un equipo reconocido de caza fantasmas o cómo una vez había sido poseída por el fantasma de María Antonieta, las chicas definitivamente hubiesen pedido su cabeza en bandeja de plata. Pero en un momento, Kagami notó algo.
-¿Escucharon eso?- todos se quedaron en silencio, y lo oyeron... pasos a la lejanía.
-¿Serán los chicos?- preguntó Adrien no estando tan seguro.
-Voy a ver.- Lila subió las escaleras veloz y dio vuelta por un pasillo. Todos la siguieron a su paso, pero al dar vuelta ya no había rastro de ella.
-¿Donde esta?- preguntó Marinette confunda.
-¡Lila!- llamo Adrien pero no hubo respuesta.
-No pudo haber ido lejos.- murmuró Luka pero comenzaron a mostrarse intranquilos. De repente Marinette gritó al escuchar el sonido de su teléfono. Al ver que asustó a todos, sonrió apenada y contestó.
-¿Alya?
-Chica, hasta donde estamos escuchamos tu grito.
-Ja, ja. Muy graciosa. ¿Han encontrado algo interesante?
-Más que eso. Encontramos el archivo del hospital. Papeles viejos de hace cincuenta años y no te vas a creer lo que encontró Kim, o mejor dicho lo que le cayó en la cabeza. Al parecer este lugar tenía un área psiquiátrica cerrada en el ala oeste. ¿Te lo puedes creer? Creo que es por donde están ustedes.- escucharon el ruido de algo oxidado moverse. Kagami iluminó el oscuro pasillo y para su sorpresa vieron una puerta metálica abierta y una silla de ruedas a un costado inmóvil.- Chica, si están allí tomen algunas fotos. Sería brutal verlo.
-Ah... a ver qué pasa.- musitó Marinette intentando que la voz no le temblara. Colgó y así como todos, aquello no le daba buena espina.
-Lila, ¿eres tú?- nada, silencio total.
-Esto es absurdo.- soltó Kagami.- No vamos a buscarla, ¿verdad?
-No podemos dejarla aquí.- contesto Adrien.- Vamos.
Estaban seguros que Lila estaba curioseando por allí, o intentaba asustarlos. Entraron al oscuro pasillo del área psiquiátrica pero Luka colocó en la puerta un pedazo de bloque grande.
-No queremos quedarnos atrapados aquí por si al viento le da por cerrarla.- todos lo agradecieron.
Avanzaron por el corredor. La mayoría de las puertas estaban cerradas, cada una tenía una ventanilla alta para ver dentro de la habitación pero todas se veían sucias o empañadas, y debajo de estas tenían tablillas médicas con papeles amarillentos y apenas legibles. Marinette avanzaba con Luka tomando su mano que le dedicó una sonrisa para calmarla. Kagami que vio aquello se pegó más a Adrien hasta que tomó su mano.
-Este lugar se ve más abandonado que otras partes.- dijo Adrien mientras tonaba fotos con su celular, incluso se giró y tomó una foto de Marinette y Luka que iban detrás de ellos.
-Miren esto.- Luka iluminó una tablilla.- Paciente esquizofrénico... tendencia a arrancarse cabellos, uñas y... no se entiende más.
-Aquí hay uno que dice que se cortaba a sí mismo. Usar camisa de fuerza.- dijo Kagami leyendo otra. Adrien miró la que estaba a lado.
-Calmantes constantes... Canibalismo. No creo que este haya sido un simple pabellón psiquiátrico para los pacientes normales.
-¿E-E-E-Entonces?- preguntó Marinette a punto de un ataque.
-Creo que estamos en un área donde tenían a gente muy peligrosa.- Adrien afiló su mirada.- Deberíamos volver.
-Estoy de acuerdo. Es decir, no creo que Lila siquiera esté por aquí.- decía Marinette intentando ocultar sus nervios.
¡Clack!
De un fuerte ruido escucharon un horrible sonido gorgorearte venir de una de las habitaciones. Marinette se agarró fuerte del músico.
-¿Q-Que fue eso?
-Seguro no fue nada, será esa chica intentando asustarnos.- contestó Kagami perspicaz y detrás de ellos la puerta se cerró. No había nadie detrás, la puerta estaba cerrada, y el sonido de un grito agudo les heló la sangre.
-¡No! ¡Por favor!
-¿Lila?- Adrien corrió impulsivo hacia el final del pasillo.
-¡Adrien, espera!- Marinette fue tras él al igual que todos los demás.
-¡Ayuda! ¡Nooooo!
El grito fue tan horrible que todos apretaron el paso. Sus gritos venia de una puerta en el pasillo que se dividía hacia su derecha. Marinette era más rápida, así que fue la primera en atajar pero al abrir la puerta casi siente el vacío al notar que había un enorme agujero en el suelo frente a ella. Iba a caer sin remedio. Pero dos fuertes brazos la rodearon y cargaron hacia atrás cayendo ambos al suelo. Temblando pálidos, escuchando a Kagami y Luka llamarlos tan asustados como ellos llegando a su lado en un par de segundos.
-¿Están bien?- pregunto Luka muerto de la preocupación y Kagami no sabía que hacer pero así como Luka se hincó a su lado.
La risa de Lila se escuchó dentro de la habitación y salió de allí campante.
-¡Vaya, Marinette! Creo que tuviste un accidente.- iluminó los pantalones de Marinette. Avergonzada, la joven se sentó en el suelo con las rodillas flexionadas con deseos de llorar. ¡No podía ser cierto! Se sintió como una cría de tres años que tenía un accidente por no haber podido aguantar ir al baño. Pero aunque no fuera tan grande la mancha eso no quitaba lo ocurrido.
Kagami fue la primera en irse casi contra Lila.
-¿Que rayos te sucede? ¡Pudo haber muerto!
-No era la gran cosa. No exageres. Fue una bromita de nada.- había un espacio de treinta centímetros entre la puerta y ese hueco por donde Lila había rodeado, el cuarto era una especie de quirófano, pero al iluminar el agujero no solo vieron los alambres rotos en las orillas, sino una caída que prometía un hueso roto o peor.
Adrien se levantó mareado y con ganas de vomitar mientras escuchaba a Kagami gritar.
-Estás loca, tú… psicótica, demente. ¡Eso no fue gracioso, fue enfermo!- Lila puso su mejor cara de pena.
-Adrien, te juro que no lo hice por maldad. Era una pequeña broma.- pero Adrien la apartó, no pudiendo creer que no pensara en las consecuencias de sus actos. Miró a Marinette que aguantaba inútilmente las ganas de llorar. Luka puso sobre ella su chaqueta que le quedaba larga.
-Ponte esto.
-P-Pero lo puedo ensuciar...
-No importa. Ven, vamos a salir de aquí.
Adrien fijo su atención a Lila y luego desvió la mirada.
-Salgamos de aquí.
-Adrien, te juro que no pensé que esto pasara...
-Lila.- le cortó tajante.- Por el bien de... nuestra amistad no dirás de esto a nadie. Porque si sale palabra de esto sabré que fuiste tú y no querrás saber lo que puedo hacer por mis amigos.
Todos salieron de allí. Empujaron la puerta que el viento había cerrado ya que al parecer el bloque no había sido bien puesto, cosa que extrañó a Luka que decía haberlo puesto bien. Lila guardo su celular con el que había grabado esos sonidos escalofriantes y bajaron las escaleras dispuestos a salir de allí y dejar la famosa expedición por esa noche. Pasaron por debajo del agujero, pensando que de verdad hubiese sido una caída perjudicial. Este se veía como una boca negra encima de ellos.
-Oh, Marinette. Espero que esto no haga mella en nuestra relación.- Marinette no contesto pero sabía que se estaba burlando de ella y la miró resentida antes de seguir adelante cuando Kagami se interpuso como si le dijera que no valía la pena.
Lila se quedó detrás para ocultar su sonrisa burlona. Sin embargo un leve sonido encima de ella capto su atención...
Salieron del lugar por la misma ventana por la que entraron. Marinette estaba tan avergonzada que su cara era tan roja como Tikki y no dejó que siquiera Luka le tocara, aun sintiendo la humedad entre sus piernas.
-Hey, chicos, ¿qué hacen afuera, ya?- Alya y Nino venia por el pasillo con Kim y Ondine. Marinette no quería que se acercaran. Para su sorpresa, Luka la colocó a su costado y Kagami y Adrien se pusieron como escudos para protegerla. No pudo sentirse más conmovida por ello.
-Hola chicos, sí, lo que pasa es que no me siento bien y me hicieron favor de acompañarme afuera.- saludó Adrien como si nada y guiñándole un ojo a Marinette de forma disimulada que musitó un débil gracias.
¡Criiiiick!
Todos se encogieron al escuchar ese ruido. Un chirrido ensordecedor de algún objeto oxidado moviéndose.
-¿Que fue eso?- pregunto Ondine abrazándose a Kim.
-Oye, Marinette, ¿qué haces con la chaqueta de Luka?- pregunto Alya más interesada en su amiga que en los sonidos extraños.
-Eh... yo…
-Tenía frio y se la preste.- respondió Luka en su lugar.- La noche es demasiado fresca.
No ve maldad. No escucha maldad. No habla maldad.
El sonido del viento silbando entre los árboles los asustó.
La pinza jaló el musculo aun ante los quejidos.
-No es por ser cobarde pero de repente siento una vibra extraña.- dijo Kim y todos asintieron de acuerdo.
-Quizás lo mejor es que ya nos vayamos.- sugirió Adrien de nuevo pensando que ya había tenido suficientes sustos para una buena temporada.
…No hace maldad.
Un sonido lejano de pasos los hizo volverse casi gritando del susto. Estaban corriendo, y ver al grupo de Alix, Max, Nathaniel, Marc y Markov acercarse todos sintieron alivio, pero fue por poco tiempo.
-Salgamos de aquí ya.- dijo Nathaniel intentando no alzar la voz.
-Chicos, ¿qué les pasa?- pregunto Nino.
-Hemos visto a alguien cuando fuimos al ala oeste ala escuchar un ruido.- explico Max lo mejor que pudo y Adrien y Marinette pensaron que fueron a por ellos.- Era un hombre. Lo vimos de espaldas pero parecía salir de una de las habitaciones y tener puesta una camisa de fuerza.- Alix encaró a Nino con ceño fruncido para disimular su miedo.
-Si esto es cosa tuya, Nino, te juro que esta bromita te costará caro.- amenazó apretando los puños.
Los instrumentos repiquetearon sobre el metal.
-¡Hey! ¡Les juro que no tengo que ver!- exclamó alzando sus manos en señal de paz.
-Entonces salgamos de aquí sin hacer preguntas.- dijo Kagami y entonces un desgarrador grito resonó en cada pasillo del lugar.
Todos se abalanzaron a la ventana para salir de allí casi lanzándose por ella, aunque si algo había que admitírselo a Kim era que aun ante esas situaciones fue un caballero ayudando a su novia, mientras que Alix jaló a Max que apenas y podía moverse. Corrieron hasta la reja y luego hasta la otra esquina donde todos respiraron aliviados.
-Tal vez esto no fue una buena idea, Nino.- dijo Adrien y el moreno asintió.
-Vale, vale. No fue mi idea más brillante.- admitió Nino.- Digo que dejemos todo por olvidado y regresemos a casa.
-¿Donde esta Lila?- la pregunta de Alya hizo que todos buscaran a la chica sin éxito entre el grupo.
-¿No estaba con ustedes?- preguntó Max.
-Eso creo…- respondió Marinette.- Estoy segura que iba tras de nosotros… ¿no?- miró a Adrien, Kagami y Luka buscando respuesta pero ellos no pudieron responder, mostrándose tan inseguros que ella se sorprendió de ver esa expresión en ellos.
De repente el teléfono de Alya sonó y esta anunció que era Lila. Puso el altavoz para todos.
-¡Lila! ¿Dónde estás? Nos estamos preocupando por ti.
-Estoy bien. Tranquilos.- respondió del otro lado de la línea con simpleza.- Sólo que tomé un camino diferente pero ya me estoy yendo a casa.- sonaba tan tranquila que Kagami soltó un bufido.
-¿Cuánto apuestas que fue ella la que gritó?- musitó a Marinette que tuvo que darle la razón.
-Bueno chicos, fue una noche divertida. Los veo después. Y cuidado con los fantasmas de regreso.- colgó y Alya guardó su celular.
-Bueno, creo que es hora de regresar a casa.- anuncio Alya dando por finalizada la noche.
Todos decidieron irse en grupos ya que el miedo se había convertido en su compañera esa noche, relatando los sonidos extraños que algunos habían oídos, sombras que por segundos estaban seguros haber visto, y sonidos extraños pero que no tenían que ver con el grito que acabó la expedición.
Entre tanto, Alya revisaba las fotos que todos le habían mandado.
-Vaya que hay cosas muy interesantes, ya deseo verlas atenta en mi computadora.
-Ya quiero irme a casa...- suspiró Marinette agotada.
-Con gusto te llevo en mi moto.- dijo Luka tomando su mano con delicadeza.
-No puedo, podría...- se sonrojó pero este negó con la cabeza.
-No pasa nada. De verdad me honraría llevarte a tu casa.
-A-Aun cuando pueda…
-Aún ante eso. No me importa, Mari, y la verdad es que casi me pasa lo mismo hace unos momentos. Me alegra que Juleka no viniera.- Marinette se sonrojó y Adrien sonrió al ver que Luka la estaba consolando aunque el también deseaba decir algo, no quería decir nada frente a Alya y Nino.
-¡Oh por Dios!- exclamó Alya.- Menudas fotos, Adrien.
-¿Qué quieres decir?
-Son las fotos más nítidas que hay. Mira lo que has captado.
Todos se fijaron en las fotos y sintieron que la sangre huía de ellos. Eran las fotos que había hecho en el área psiquiátrica. En una foto aparecía una mano apoyada sobre una de las ventanas desde adentro, podía confundirse con una mancha pero estaban seguros que no podía verse algo tan claro ni nítido. En la foto que tomó de Luka y Marinette se notaba una figura inclinada cerca de la puerta aún abierta cerca de donde el bloque debía servir de tranca si se cerraba. Y en otra, la mitad de un rostro se mostraba tras Kagami, como si alguien se escondiese tras de ella. Todos estaban aterrados, en cambio Alya parecía exultante de emoción.
-¡Necesito todos los detalles! Voy a hacer una entrevista especial para mi Ladyblog. Ya quiero que Lila me cuente su versión de ese lugar. ¡Será una pasada!
Nadie dijo nada, sólo caminaron de vuelta a sus casas deseando olvidarse de ello y no tener pesadillas esa noche…
El teléfono fue dejado de lado. Todo mundo había salido de sus habitaciones aconchadas para conocer al nuevo miembro de su pabellón. Lila estaba sobre la mesa metálica, mientras un joven mayor, de largos y revueltos cabellos, tenía sujeta su lengua con unas pinzas. Sus manos y sus piernas estaban maniatadas, mientras una mujer vieja y delgada murmuraba una y otra vez mientras reía desquiciante.
-No ve maldad. No escucha maldad. No habla maldad.
Un hombre en una esquina se acercó, vestido como médico mientras anotaba todo en una tablilla, pero no tenía nada de doctor, su ropa estaba desarreglada, su cabello recogido con una coleta mal hecha y tenía puestas unas gafas en que uno de los cristales estaba estrellado. Hablandole con una voz tersa y lenta.
-Veamos, tenemos un síndrome sociópata, tal vez congénita, mitomanía extrema y un trastorno psicosomático, creo yo, y por supuesto un claro caso de personalidad. Debemos hacerle algunos estudios.
-No ve maldad.- murmuró la mujer con los ojos desorbitados.
-Tiene razón enfermera.- sonrió el medico falso mostrando una hilera de dientes amarillos.- Debemos someterla a los rigores de cuidado como a todos nosotros.- con un gesto, el paciente soltó la lengua y Lila intentó convencerlos.
-¡Socorro! ¡Auxilio por favor! ¿Qué quieren de mí? No tengo nada útil, p-pero… ¿quieren dinero? Mis padres son muy ricos, pueden darles la cantidad que quieran, ¿o quieren a alguien más? ¡Un cambio! ¡Los chicos de mi clase! Puedo traérselos a cambio de que me dejen ir, ¿puedo traaerles víctimas con tal de que me dejen vivir!- el médico la miró sorprendido más luego sonrió complacido.
-Creo que el caso es mucho más severo de lo pensado. Señores, vamos a trabajar.
Lila gritó desesperada cuando la sujetaron de la cabeza y vio cómo preparaban hilo y aguja para acercarlo a sus ojos.
-No ve maldad.
Dijo una mujer obesa que comenzó sujetando su párpado.
Un bisturí se acercó a sus orejas mientras trabajaba.
-No escucha maldad.- musitó alguien más y comenzaron a cortar la carne alrededor de la oreja para desprenderla y volvieron a sujetar su lengua.
-No habla maldad.- dijo el joven de antes, que mordió su lengua sin contemplación, sintiendo los dientes y el asqueroso aliento de la boca de esa persona que mordía como un perro rabioso, tragando su propia sangre y casi ahogándose con ella. Suplicando en gritos que se detuvieran.
-No hace maldad.- murmuro la mujer vieja y el doctor hizo un gesto teatral lleno de preocupación.
-Tienes toda la razón. Se me estaba olvidando. Y como nos enseñaron, no puede hacer mal, sino piensa mal.
El sonido de un taladro la hizo retorcerse, y la sujetaron del cabello mientras seguían trabajando en ella. El doctor sonrió.
-No piensa maldad... No hace maldad, la cura perfecta, cherie.
Y la punta del taladro tocó su cabeza...
Lila despertó en su casa cubierta de sudor, con el corazón a punto de salirse de su pecho, y enredando sus dedos en su cabello hasta lastimarse porque no recordaba nada de lo que había soñado, otra vez. Todo comenzó desde esa noche después de la expedición, había despertado en su casa sin saber cómo había llegado. Lo último que recordaba de esa noche era haberle hecho esa broma a la estúpida de Marinette y luego nada. ¡Por supuesto! Ella y esa Kagami tenían que ver con lo que le ocurría, debieron hacerle algo esas zorras porque cada vez que hablaban de lo ocurrido esa noche o de ese lugar sentía que el pánico se apoderaba de ella.
Se levantó para ir a por un vaso de agua y comenzar a planear algo contra esas dos en los próximos días, no iba a dejar las cosas así, iba a pagarles con la misma moneda. Sin saber que desde las sombras, los pacientes la observaban fascinados. Esperando hasta que llegara el momento en que Lila Rossi formaría parte de ellos, dejándola caer en su locura, preparados para intervenirla y tratarla nuevamente en su siniestro pabellón.
….
Y… espero que les haya gustado! El día 2 de noviembre es la última historia del año. Una ronda más de historias he develado, espero les guste, dejen review, nada de tomatazos, y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y DULCE O TRUCO!
