Hola a todos! Seguimos con el terror en este mes. No se preocupen que intentaré que las cosas no se pongan tan feas pero no prometo nada. Así que preparados todos juntos! Que en este día una lección de humildad se deberá de aprender y el turno es de la mocosa malcriada de Chloe Bourgeois y sin más qué decir… COMENZAMOS!

….

Capítulo 34.

Bellas zapatillas.

Sabrina estaba preparando sus cosas para irse, se acomodó su diadema, limpió una mota de polvo de sus gafas y se puso sus zapatillas lista para irse a la escuela.

-Ya me voy, papá. Debo llegar temprano a la escuela.

-Espera, Sabrina.- le detuvo su padre.- Tengo algo para ti.- la joven no sabía qué le podría dar pero al ver la bolsa rosa en las manos de su padre sonrió.- Felicidades por haber aprobado los exámenes con buenas notas.

-Oh, papá.- al abrir la bolsa encontró una caja larga blanca y al abrirla su sonrisa se amplió al ver unas hermosas zapatillas nuevas, de verde aguamarina, con una rosa rosada en el centro y en el talón pintado de negro.- ¡Son preciosas! ¡Gracias, papá! ¡Las amo!

-Me alegra mucho que te gusten, mi amor.- la abrazó y besó la cabeza.

Sabrina se despidió de su padre y salió corriendo a la escuela con sus nuevas zapatillas. Llegó a tiempo a la escuela justo a tiempo de que Chloe saliera del auto para tomar sus cosas. Esperaba que Chloe se diera cuenta de sus zapatillas y aguardó con emoción.

-Toma.- le dio su bolso.- Espero que hayas hecho la tarea de Matemáticas.

-Por supuesto, Chloe, aquí la tienes.

-Bien, ajá…- dijo sin siquiera verla, al subir los escalones Marinette estaba hablando con Alya a un lado de la puerta y la diseñadora fue la primera en darse cuenta.

-Vaya, Sabrina. Tus zapatillas son muy bonitas.

-Oh, muchas gracias, Marinette, mi papá me las compró.

-Te quedan muy bien.- alzó el pulgar Alya y Sabrina se sintió halagada por los cumplidos.

-¡Sabrina apúrate!- le gritó Chloe impaciente.

-¡Ya voy!- las chicas vieron a Sabrina correr hacia los casilleros y Alya negó con la cabeza.

-Parece que Chloe no soporta que alguien más reciba elogios.

-Es una lástima que Chloe no aprecie tanto a Sabrina como debería.

-Me alegra que no tengamos ese tipo de relación.

Sabrina fue a los casilleros y allí notó que Rose y Juleka miraron sus zapatillas nuevas.

-Wow, que lindas zapatillas, Rose. ¿Dónde las compraste?

-Mi papá me las compró.

-Son bonitas.- Chloe mostró disgusto al escuchar a las chicas, abriendo su casillero con hastío.

-¡Bah! ¿Cómo pueden elogiarla por unas zapatillas? Yo siempre traigo cosas nuevas y nadie me ha alabado tanto.- cerró su casillero con fuerza.- Vamos Sabrina.- la de lentes le siguió mansamente, pero al entrar al salón, Mylene hablaba con Alix y Lila, y esta última notó también las bonitas zapatillas.

-Anda, Sabrina. Qué bonitas zapatillas.

-Son hermosas.

-Se te ven bien.

-Muchas gracias.- se sentó a lado de Chloe sonrojada por los elogios. La rubia vio de reojo por qué tanto alboroto y a su punto vista le parecieron unas zapatillas corrientes como cualquiera.

-No te creas tanto porque tienes algo nuevo. No son para tanto.

-Oh, pero me las compró mi papá…

-Y eso qué. Demuestra que no tiene buen gusto para elegirte las cosas.- Sabrina se encogió en su asiento pero Marinette que estaba entrando se molestó mucho con Chloe.

-Déjala en paz, Chloe. Sabrina se ve muy bien con sus nuevas zapatillas, no eres nadie para decirle esas cosas tan horrendas.

-Tú tampoco eres nadie para llevarme la contraria Dupain-Cheng. Además le hago un favor al decirle la verdad.- detrás de Marinette, Alya rodó los ojos.

-Venga ya. Estás celosa porque Sabrina tiene un poco de atención y porque tiene unas zapatillas bonitas que le van muy bien.

-Como si fuera así, además yo puedo comprar cada zapato de Paris y modelarlos si quisiera. Y las zapatillas de Sabrina son de… tan mal gusto.

Las chicas se mostraron molestas con Chloe, aunque eso no era nada nuevo, Chloe siempre se las ingeniaba para tener su momento del día que pusiera de malas a toda la clase. Marinette frunció el ceño.

-Sabes algo, Chloe. Te recomiendo que leas la historia de las Zapatillas de la Princesa, te sería muy educativo.

-Como si fuera a hacerte caso.- miró a Sabrina.- Y tú, encoge los pies. No quiero ver tus horribles zapatos de nuevo.

-C-Claro…- las chicas miraron con absoluto desprecio a Chloe y Sabrina estuvo el resto del día decaída…

Esa noche Chloe estaba mirando su tableta algunos conjuntos que seguro compraría.

-¡Uuuuh! Son preciosos. Voy a pedirle a papi que me compre todos esos vestidos.- al mover su dedo en la pantalla vio los zapatos que estaban a juego, entonces recordó lo que dijo Marinette.

-Veamos… aquí está. Bah, pero si es un estúpido cuento para niños.

Había una vez un humilde zapatero que era reconocido por su destreza en hacer zapatos. Hacía zapatos y zapatillas para la realeza y todo lo que hacía era hermoso. El zapatero tenía una hija que era muy buena con todos y era muy humilde, y para su cumpleaños le hizo unas hermosas zapatillas que eran tan relucientes como las joyas de la corona. La muchacha quedó tan encantada que cuidaba mucho sus zapatillas. Pero un día, la princesa del reino al ver las hermosas zapatillas quiso tenerlas y mandó a que se las trajeran, pero el zapatero no quiso venderlas ya que eran de su hija. La princesa presa de la rabia entonces dijo:

"Entonces si no me das las zapatillas haré que tu hija nunca necesite de ellas".

Los guardias tomaron a la pobre joven y con un hacha le cortaron los pies, quitándole los zapatos y dándoselos a la princesa y dejando a la pobre familia llorando y rota.

La gente del pueblo no podía creer la crueldad de la princesa pero los extranjeros quedaban encantados con tal exquisito gusto. Todo mundo le preguntaba por sus zapatillas, que se convirtieron en un tesoro valioso para la princesa. Pero una noche, la princesa estaba durmiendo en sus aposentos y un cuervo se posó en su ventana.

"Qué bonitos zapatos tienes ahí" dijo el cuervo mirando las brillantes zapatillas. "¿Puedes darme aunque sea un hilito de oro para mi nido?"

"Lárgate de aquí, pajarraco. Si te doy un hilo mis zapatillas ya no serán hermosas y no lucirán bien en mi"

El cuervo ladeo la cabeza y graznó.

"Ah, ya veo. Tú no eres la misma muchacha que con gusto me daba hilitos de oro de sus zapatillas"

La princesa se sintió ofendida.

"¿Cómo te atreves a compararme con esa don nadie? Ella no merecía estas zapatillas y ya nunca más las usará. Yo soy la princesa de este reino y estas son ahora mis zapatillas insulso cuervo".

"Digas lo que digas las has tomado de su dueña, porque así como nosotros los cuervos te gustan las cosas brillantes. Pues bien, por culpa de tu envidia y soberbia desde ahora serás un cuervo, y por lo que has hecho serás un cuervo sin patas y siempre caerás de tu estómago, porque no tendrás con qué aterrizar".

Al otro día un milagro sucedió, la amable joven tenía de vuelta sus pies y en la ventana de su cuarto las zapatillas estaban ahí. Mientras que en el palacio de la princesa, todos quedaron horrorizados al entrar a su habitación encontrando nada más que sangre y los pies de la princesa yaciendo en la cama, ignorando el cuervo sin patas que al intentar volar por la ventana cayó desde lo más alto del balcón y murió al caer al suelo de cabeza…

Chloe lanzó a un lado su tableta.

-¿Y la panadera quería que leyese esto? Fue una pérdida de tiempo. Es ridículo, totalmente ridículo.

Apagó las luces y se preparó para dormir. No supo cuánto tiempo pasó en el que el sueño desapareció, pero algo comenzó a tocar su ventana, ¿qué era eso? ¿Acaso Ladybug al fin venía a implorar su perdón? Molesta abrió los ojos y al encender su lámpara vio a un cuervo en las puertas del balcón, sus ojos se iluminaron de rojo con la luz.

-Ay, pero qué horrendo pajarraco.- quiso levantarse pero cayó al suelo, y al ver abajo sus ojos se abrieron grandes al ver sangre, tanta sangre salir de los muñones donde antes estuvieron sus pies.- ¡NOOOO! ¡AAAAAH! ¡Mis pies! ¡Mis hermosos pies!- comenzó a llorar, podía sentir y oler el líquido caliente salir en regueros de sus piernas. Tomó las sabanas de su cama y al quitarlas para hacer presión en sus piernas vio sus pies cercenados en la cama. Ella gritó y entonces el cuervo apareció en su cama.

-Por tu envidia y soberbia desde ahora serás un cuervo, y por lo que has hecho serás un cuervo sin patas y siempre caerás de tu estómago, porque no tendrás con qué aterrizar.

Chloe vio sus manos, de estas comenzaron a crecer plumas negras, plumas que crecían en todas partes, intentó quitárselas, arrancarlas de su cuerpo, pero estas crecían más y más rápido hasta que estas la cubrieron por completo y gritó…

Chloe despertó cubierta de sudor, con su corazón palpitando fuerte en su pecho. Ya era de mañana y su corazón palpitó con fuerza. Miró sus manos, libres de plumas negras y suspiró aliviada. Al quitar las sabanas para ver sus pies se quedó helada al ver entre sus piernas una larga y brillante pluma negra.

En la escuela Chloe llegó siendo recibida por Sabrina como siempre.

-Buenos días, Chloe.

-Sí, buenos, días.- miró abajo viendo que Sabrina llevaba sus antiguos zapatos.

-Oh, no me traje mis zapatillas hoy. No quería molestarte por lo feas que eran.- Chloe abrió la boca dubitativa. El aleteo de un cuervo llamó su atención congelando su sangre y este se posó cerca de ella picoteando el suelo. Chloe se puso tan pálida como el papel y habló impregnando su usual arrogancia ahora subyugada.

-D-Deberías usarlas más seguido.- Sabrina la miró confundida.- Digo, son mucho mejores que las zapatillas que tienes ahora y… no estaban tan mal. Vamos, a clases ya que quiero retocarme el maquillaje.

Sabrina sonrió y siguió a Chloe, feliz porque podría usar sus zapatillas nuevas. Entre tanto Chloe empujó a Marinette que estaba en la entrada al pasar, huyendo del graznido del cuervo a sus espaldas.

Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer. Dejen review, nada de tomatazos, acepto bebidas y temporada y dulces y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!