Hola a todos! Sigo en mi cueva escondida hasta nuevo aviso, pero traigo una historia nueva para helarles el corazón, o quizás derramar unas lágrimas de tristeza. Eso ya es cuestión de ustedes, así pues, y con agradecimientos a Thomas Astruc por tan genial serie, espero tenerlos hasta el final de las historias de este año, y sin más qué decir… COMENZAMOS!

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Capítulo 40.

Bunker.

Adrien no podía evitar sentirse extasiado ante la aventura que le prometieron iba a vivir ese día. Kim les había dicho que había encontrado algo genial y que tenían que verlo esa tarde. Así que todos los chicos de la clase se apuntaron en ello.

-Oye, Kim, ya deja el misterio viejo, ¿qué es lo que quieres mostrarnos?- preguntó Nino impaciente pero Kim sonrió socarrón.

-Calma, amigo. Que ya casi llegamos.

-¿Es cierto que donde nos vas a llevar es un lugar de lo más sorprendente?- preguntó Nathaniel curioso.

-Por supuesto que lo es. Vamos chicos, ¿cuándo los he decepcionado?

-¿Quieres que las cuentes o que te un porcentaje?- respondió Max y Kim le miró mal.

Estaban en el distrito de Saint Ouen, la zona industrial estaba cerca y el sitio era un lugar lleno de hermosas callejuelas y arte en su más puro estilo bohemio y calles. Pocos turistas iban por la zona, ya que pocos conocedores eran capaces de apreciar la verdadera belleza del lugar y de las tiendas. Sin embargo, Kim les había dicho que encontró algo diferente en ese sitio y que todos tenían que verlo.

-Es por aquí, chicos.- los guio hasta llegar donde un edificio abandonado de la zona industrial y la puerta de enfrente estaba doblada por una esquina baja.

Adrien ya estaba empezando a dudar de que fuera buena idea.

-Oigan, ¿de verdad es buena idea meternos en propiedad privada?

-Tranquilo, Adrien. Este edificio está abandonado y no hay letreros de que esté prohibida la entrada.- dijo Nino ahora más interesado en la aventura. Iván rio.

-Ojala Kim no nos muestre un maniquí o una cosa rara de sectas.

-No digas eso.- se quejó Nathaniel.- Adrien suspiró y esperó a que pasaran todos. Plagg se asomó por su chaqueta.

-Vamos, ¿qué esperas? ¿Una invitación?

-No lo sé, Plagg. No me gusta este sitio.

-Vamos, no te preocupes. Sigue la aventura, además yo estoy contigo. Te puedes transformar en Chat Noir si algo pasa.

-Mmm, creo que tienes razón. Vamos a darle el beneficio de la duda, aunque debo regresar al anochecer. Mi padre cree que ando haciendo un trabajo de investigación de la zona.

-Pues sí que andamos investigando.- Adrien sonrió y fue a con los demás. Al entrar al edificio se dio cuenta que ese sitio llevaba muchos años abandonado. Máquinas abandonadas y oxidadas estaban llenas de telarañas, el suelo estaba tan sucio que podía ver los pasos de cada uno, heces de ratas estaban alrededor y el aroma del aire estancado le mareó un poco.

-¿Pero qué es este lugar, Kim?- preguntó Max a su amigo que iba al frente.

-Al parecer una especie de fábrica, no tengo idea de qué hacían aquí pero un amigo de natación me contó que uno de sus amigos encontró con lo que vamos a flipar.- llegaron hasta una zona más deteriorada que la anterior, pero había unas escaleras que iban a un sótano. Gracias a la luz del día que se colaba por las ventanas el sitio no era tan espeluznante, pero mientras iban bajando gradualmente la luz disminuía.

- Markov.

-Vengo preparado, Max.- el robot encendió una lámpara portable y todos agradecieron la luz extra, y fue que lo vieron. Una enorme puerta de metal que parecía sacada de una película de ciencia ficción, inclusive tenía una enorme manivela en forma de timón. Todos se quedaron sorprendidos e Iván preguntó primero.

-¿Qué es esto?

-Un bunker.- señaló Kim.- Antes, en la segunda guerra mundial algunos crearon bunkers para protegerse y ocultarse. Miren, al parecer había una pared de ladrillos aquí pero cayó con el paso de los años y descubrió la puerta.

-¿Y es seguro?- preguntó Nino.

-Mi amigo dice que sí. La puerta es tan pesada que no se mueve fácilmente, dice que adentro hay todo una gama de cuartos y pasillos. Me dijo que no los han explorado todos pero podríamos ser los primeros.

-Wow… Adrien, esto sí que va a ser épico.- señaló Nino y Adrien asintió.

-Ayúdenme a abrir la compuerta, ya que es muy pesada.- Iván fue quien le ayudó. Giraron la manilla que chirrió hasta que jalaron, Nino y Adrien se sumaron al ver que entre los dos chicos más fuertes no podían abrirla por completo, Max y Marvov fueron los primeros en ir al frente iluminando el lugar.

-Wow…- era un pasillo largo con una negrura espesa. La pintura de las paredes aún se mantenía intacta pero el aire se sentía aún más estancado en ese sitio.

Todos avanzaron por el sitio, el pasillo era de verdad largo y hasta Iván se quejó por eso.

-No veo nada más.

-¿Qué tan largo es?- preguntó Nathaniel intentando ver más allá,

-Miren, hay un pasillo.- señaló Adrien y todos vieron que en efecto, llegaron a un pasillo transversal en el que podían ir por izquierda o derecha.- Oigan, por allí hay luz.- todos vieron a la izquierda, en efecto, se notaba unas bombillas colgando en viejos cables.

-¿Cómo es que siguen funcionando?- preguntó Nino y Max respondió.

-Lo más probable es que las luces estén conectadas a un generador secundario que se alimenta de las redes de la ciudad. Algunos hacían eso para tener luz eléctrica en la época de guerra si su generador principal dejaba de funcionar.

-Esto tiene una pinta algo escalofriante.- musitó Nathaniel que luego saltó del susto cuando Kim sopló detrás de su oreja, el pelirrojo lo golpeó entre las costillas molesto.

Avanzaron por ese sitio que se abrió ante ellos en más de una forma. Había habitaciones en distintos lugares, algunas puertas en la zona estaban abiertas, otras cerradas; pero las abiertas dejaban ver distintas habitaciones, un comedor, un salón de juegos para niños con rompecabezas, bloques y hasta animales de felpa, un salón de música en donde el piano yacía en una esquina y guitarras estaban en el suelo, unas regaderas y baños, por último llegaron hasta una alacena que estaba repleta de comida en conservas y latas.

-Wow, miren esto.- Iván tomó una de las latas.

-Eh… Viejo, yo que tu no me comería eso. Quién sabe cuánto tiempo lleve allí.- advirtió Nino y Kim le quitó la lata a Iván.

-Mejor déjalo, grandote, que no quiero estarte cargando en caso de que te dé una indigestión.- los chicos rieron a lo bajo al ver la mala cara de Iván. Llegaron entonces hasta un cuarto y de repente Markov se quedó quieto con la pantalla en una línea de ondas.

-Registro una transmisión.

-¿Qué?- Max parecía más sorprendidos que los otros.- Markov, ¿estás seguro? Estamos bajo tierra y eso sería casi imposible.

-Lo sé, Max, pero es una transmisión de radio de este mismo lugar.

-¿En serio? Déjanos escucharla.- pidió Max y la transmisión comenzó con la voz de un hombre.

25 de Octubre, coordenadas seguimos esperando señales de vida del exterior. Manden equipo médico. Necesitamos medicina. Heridos y enfermos lo requieren con urgencia. Manden ayuda. Urgente. Latitud: 47.8044201, Longitud: 1.0713202. Repito, necesitamos medicamentos. Es urgente.

Todos se miraron confundidos ante lo escuchado.

-Es la fecha actual.- dijo Adrien.- Eso no puede ser una grabación.

-¿Quieres decir que hay alguien aquí?- preguntó Nino y Adrien lo miró serio.

-Tal vez, no lo sé, pero podemos averiguarlo.- pensó Adrien y todos se sorprendieron ante ello.

-¿Estás de broma?- exclamó Nino.- ¿Quieres decir que alguien está aquí y que todavía anda diciendo un mensaje por más de sesenta años?

-Yo opino que llamemos a la policía.- levantó la mano Nathaniel pero Kim negó.

-¿Y luego qué? ¿Qué nos den el regaño de la vida? Mi amigo nunca me perdonaría que perdiéramos este lugar.- Adrien se dio media vuelta.

-Anden, gallinas, investiguemos.

Se miraron un momento, pero no tuvieron de otra que ir con Adrien que se veía más decidido que todos. Comenzaron a revisar el lugar que, para su sorpresa, era más grande de lo que pensaron, había más habitaciones, una cocina, y un lugar que parecía un quirófano con la mesa de metal en el centro e instrumentos llenos de polvo y telarañas sobre una mesa.

-Oigan…- Kim tomó lo que parecía un escalpelo tirado en el suelo y todos notaron que tenía algo negro pegado en él.- Creen que esto sea…- Max le golpeó la mano.

-No toques eso. Quién sabe qué tenga.

-Al diablo, he visto demasiadas películas de terror para saber que esto es mala idea.- dijo Nino.- Vámonos, Adrien. Es mejor morir en manos de tu padre que por algún bicho mutante o asesino loco.

-Tienes razón, Nino. Tal vez deberíamos regresar.

-Oigan, oigan, recuerden que varios han estado aquí antes que nosotros.- recordó Kim.- Tal vez esto sea una broma.

-Pues que malas bromas hacen tus amigos, Kim.- replicó Iván.

-Pero Kim tiene razón. Vamos a ver más allá.- dijo Adrien y Nino quiso golpearse la frente por su osadía. Llegaron hasta una puerta de metal, y Adrien al empujarla se dio cuenta que estaba cerrada.- No abre.- comenzaron a empujar pero de verdad estaba atrancada.

-¡Cielos! ¿Es que alguien la ha atrancado por dentro?

-Puedo captar la señal saliendo de esa puerta.- dijo Markov seguro.

-Pues si no tenemos bombas ¿cómo vamos a abrir esta puerta?- en ese momento Adrien le hizo un gesto a Plagg. El kwami se mostró renuente pero si con eso ganaba un poco más de queso, lo haría. Este no tardó en abrir el oxidado cerrojo y regresar con Adrien.

-Chicos, empujemos todos juntos esta vez. Tengo un buen presentimiento.

Todos hicieron caso, esta vez la puerta oxidada comenzó a ceder y empujaron con más fuerza al sentir la puerta moverse. Al fin la abrieron, encontrando algo que no esperaron ver. Una habitación, con paneles en el lugar, una radio de onda tal y como dijo Markov yacía en el suelo y en el suelo yacían dos esqueletos con ropas y apenas unos retazos de piel y cabello sobre de ellos. Todos sintieron miedo al ver la escena y fueron retrocediendo saliendo de esa habitación con las piernas temblando. De repete un ruido similar a un gruñido e escuchó por un oscuro pasillo a su costado. Al girarse vieron un par de ojos que los miraban atentos. Gritaron como nunca en la vida y corrieron como si su vida dependiera de ello y tal vez así era. Llegaron hasta donde la salida, listos para arrastrarse y correr hasta la calle y de allí hasta la mansión de Adrien, donde estaban seguros que el sistema de seguridad iba a protegerlos, pero escucharon un gemido agónico y Adrien se detuvo. Algo en esa voz le pareció triste. Entonces escuchó pasos amortiguados detrás, y vio a un hombre anciano, delgado, calvo y vestido con una bata larga y sucia. Este lo miró y alzó su mano exhalando un gemido gutural.

Todos se detuvieron en la puerta al notar que Adrien faltaba en el grupo, y sin pensarlo, corrieron de regreso para no dejar a su amigo en manos de ese ser monstruoso.

-¡Kim! Si algo le pasa a Adrien te acusaré con el diablo. ¡O sea su viejo!- amenazó Nino y llegaron de nuevo al pasillo sólo para ver a Adrien tomar la mano de ese ser que no parecía humano.

-¿Pero qué haces?- preguntó Kim y Adrien los miró.

-Llamen a una ambulancia y a la policía. Rápido.

La noticia del año se alzó en los noticieros, 'Supervivientes de la guerra son encontrados en bunker abandonado y han estado viviendo allí desde su niñez'. No sólo había un anciano, había diez más. Hombres y mujeres con viejos harapos que apenas les cubrían y que han estado abandonados en ese sitio desde que sus padres murieron. La policía estaba aún investigando el lugar, pero habían encontrado más cadáveres en su interior, esqueletos en su mayoría.

Los héroes habían sido los estudiantes del Françoise Dupont que no esperaron salir en primera plana. Adrien miró el periódico en la escuela, los pusieron como héroes para esas personas. Por supuesto que su padre le regañó, esta vez hasta quedarse afónico y tras un té de menta y lavanda volvió a gritarle, pero como aquella noticia aumentó su popularidad lo castigó una semana sin video juegos, podía vivir con eso.

-Hola, Adrien.- al alzar la mirada vio a Marinette que lo miraba nerviosa.- Supe lo que pasó. Y Nino me contó otra parte, ¿t-te sientes bien?

-Sí. El susto no fue tanto como creíamos.

-¿Sabes qué va a pasar con esas personas?

-Supe que los mandarán a centros especializados, algunos de ellos son como niños, no saben vivir en el mundo exterior pero supe que buscarán a sus familiares más cercanos si es que aún viven.

-Fuiste impresionante en entender que esas personas necesitaban ayuda. ¿Cómo supiste que no querían hacerte daño?

-Oh… no lo sé, supongo que… supongo que entendí que querían salir, y conocer el mundo.- dijo mirando en algún punto del patio.- Vivir encerrado no sólo te cierra el mundo, sino también la mente y el corazón.- Marinette lo miró con pena, deseosa de darle un abrazo y algún consuelo, porque él entendía la mirada vacía de alguien atrapado.

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Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer. Dejen review, nada de tomatazos, acepto dulces de temporada, chocolates de preferencia. Y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!