COMENZAMOS EL TERROR! Y como todos los años subo pequeñas historias de terror con nuestros personajes favoritos. Es hora de temer, es hora de preguntarte si estás solo, porque este mes los fantasmas han regresado y algunos no son del todo amables, muajajaja. Y ya sin más qué decir… COMENZAMOS!
…..
Capítulo 47.
Apartamento.
Sabine y Tom estaban cerrando la panadería. Su último cliente se había ido hacía media hora y estaban tan cansados que no pensaban en otra cosa más que en cenar y dormir.
-El día de hoy fue más que bueno.- dijo Sabine ante todo lo que habían vendido.
-Sí, ojala todos los días fuesen así. El pastel de bodas, el pedido de croissants, el pastel de chocolate…- comenzó a enumerar todo lo que habían vendido ese día cuando vieron a su hija en la cocina.- Marinette, ¿qué haces cocinando tan tarde?
-Pensé que por una vez podría hacer la cena. Los vi tan atareados abajo que pensé que no tendrían fuerza para cenar algo nutritivo.
Los dos padres sonrieron orgullosos de tener a una hija tan atenta.
-Muchas gracias Marinette, todo se ve delicioso.
-En lo que cabe. Quise intentar algunas de las recetas del tío abuelo.- dijo la chica que terminaba de cocinar. Los tres se sentaron en la mesa y comenzaron su degustación. Marinette respiró profundo disfrutando de ese momento de tranquilidad y miró su dulce y bonita casa.
-Me alegro de vivir aquí.- dijo en medio de la comida.
-¿Por qué dices eso?- preguntó Sabine.
-Porque adoro mi casa. Tengo mi propia habitación y balcón, tengo una bonita sala donde podemos comer y jugar, y una cocina funcional, todo eso acompañado del negocio familiar para verlos y ayudarles todos los días. No podría imaginarme vivir en un gran hotel como Chloe o en un piso de departamentos como Alya. Pienso que tengo una suerte inmensa de vivir aquí.
-En eso te doy la razón.- dijo Tom con una sonrisa mientras comía un rollo primavera.- Nuestro hogar es hermoso y funcional como dices. La verdad ni yo me veo viviendo en un lugar distinto, y menos con lo que pasamos hace años…- Sabine le dio un codazo a su marido reprendiéndolo con la mirada.
-Cariño…
-¿Acaso la pasaron mal antes de vivir aquí?- preguntó Marinette y su padre balbuceó un poco antes de hablar.
-Claro, para cualquier pareja de recién casados es difícil asentarse.
-No hablemos más y terminemos de cenar.- dijo Sabine muy seria y luego sonrió al comer un trozo frito de verdura.- Mmm, raíz de loto, me encanta.
A Marinette le pareció muy extraña la actitud de su madre pero lo dejó estar, al menos por el momento. Esa noche ella se levantó a por un vaso con agua. Al encender la luz se encontró con su padre que casi le da un susto de muerte.
-¡Papá!- le regañó con la mano en el corazón.- ¿Qué haces levantado? Es tarde.
-Oh, ah… lo siento, cariño. Es que no podía dormir.- se acercó a su padre y notó que miraba las fotografías de ellos, en especial la de su boda. ¿Acaso su padre estaba nostálgico?
-¿Pasa algo, papá? ¿Es por lo que dije en la cena? ¿Mamá se molestó?
-No, no, cariño. No lo tomes a mal. Es sólo que en ese tiempo… bueno, pasamos por algunas dificultades algo extrañas.
-¿Quieres que prepare té y galletas mientras me cuentas?
-No creo que debas saber esto pero… bueno, creo que es lo mejor a pesar de lo que diga tu madre. Prefiero que lo sepas y no cometas los mismos errores que nosotros cuando empieces a buscar un apartamento.
Marinette y su padre prepararon té, leche y galletas. Un refrigerio nocturno no iba a mal. Se sentaron en la mesa y su padre parecía un tanto extraño, parecía perdido en sus pensamientos…
-Cuando éramos jóvenes y nos casamos vivíamos en un pequeño cuarto. No era mucho pero era lo que podíamos pagar por el momento, sin embargo un día nos avisaron que derrumbarían el edificio así que tuvimos que tomar nuestras cosas y buscar un nuevo lugar donde vivir… ya sabrás que vivir con tu tía Shuri no era opción.- Marinette rio a lo bajo.- En fin, todo comenzó así…
El agente de bienes raíces les abrió la puerta del apartamento
-Este apartamento cumple con las especificaciones que ustedes buscan. Una recámara amplia, una cocina funcional, baño y espacio de sala y comedor. Pueden revisar que está en perfecto estado.
La joven pareja miró con detalle el lugar, se veía acogedor y era lo mejor que habían visto en esos días.
-Mira esto Sabine.- señaló Tom que aún no tenía su característico bigote.- La cocina se ve estupenda y mira, aquí podremos poner nuestra mesa para el comedor y aquí el televisor.
-Sí, todo se ve bien.- dijo haciendo atrás uno de sus largos mechones de cabello mientras miraba la estufa con ojo crítico, luego miró los pocos muebles que habían, una mesa con una sola silla que se veían demasiado viejas, un sillón grande de esos reclinables, y al ver la habitación encontró un colchón envuelto en plástico.
-¿Podemos cambiar nuestros muebles por esos?
-Por supuesto.- dijo al agente.- El colchón es nuevo, cortesía del arrendatario. Pero si gusta poner su propia cama no hay problema. Los demás muebles pueden hacer lo que mejor les parezca. El dueño no quiere conservarlos.
-¿Por qué es eso?- preguntó Tom y el agente bajó los hombros.
-Al parecer el lugar pertenecía a su abuelo, sin embargo, los muebles son tan viejos que podrían caerse en cualquier momento pero pensó que igual podrían usarlos.
-Yo no veo nada malo en el sillón.- dijo Tom que se dejó caer en el mueble que luego de unos momentos escucharlo crujir y hacerlo levantarse veloz antes de que este cayera en pedazos.- Vale, olvídenlo.- Sabine rio pero luego miró con clara sospecha al agente.
-¿Y por qué es tan barato?
-El dueño ha intentado rentarlo varias veces, pero nadie quiere vivir en un lugar donde "murió alguien". No se preocupen, no sucedió así, pero alguien esparció el rumor y eso ha dificultado la renta de la propiedad.
-¿Tú qué opinas Tom?
-Pues yo no le veo nada malo. Además, si de verdad no murió alguien aquí estaré contento con ello.
Sabine asintió, no es que fuera supersticiosa pero era mejor evitar ciertas cosas.
-Bien, ¿cuándo iniciamos el papeleo?
-Cuando ustedes gusten.- y el trato se cerró con un apretón de manos.
En poco más de un par de semanas se mudaron a su nuevo hogar. Lo limpiaron tirando los viejos muebles y luego comenzaron a poner sus propios muebles volviendo el lugar más que acogedor. La pareja no podía estar más feliz, sin embargo, los problemas comenzaron apenas y cumplieron el mes…
Toc, toc, toc, toc.
Sabine que estaba batiendo la mezcla para un pay dejó de lado el tazón y miró hacia la puerta… nada.
-¿Alguien llama?- preguntó Tom que salió del baño con crema de afeitar en la cara.
-No y sí. No es la primera vez que escucho que alguien toca pero cada vez que me fijo no veo a nadie.
-Tal vez sean niños jugando por ahí.
-Ya, pero es que a veces me parece escuchar el sonido pero no en la puerta, sino en las paredes.
-¿Tendrá eco la casa?- Sabine rio, adoraba a su marido. Se olvidó del asunto cuando terminó el pay y lo empacó para entregar a unas calles arriba. Necesitaban el dinero para comenzar su propio negocio, siempre había soñado con ello desde que aprendió a hacer dulces. Su tío le dijo que si lo necesitaba le prestaría el dinero pero ella no quería nada de su dinero, nada más buenos consejos para llevar a cabo su futuro negocio. Regresó poco después, sin embargo, al mirar hacia arriba, hacia donde debía estar el balcón de su piso se quedó helada… una figura oscura se veía en la luz del atardecer. Parecía una mujer, una mujer joven en un largo vestido negro que se confundía con su cabello. No podía ver su rostro pero… sentía que la miraba con claro odio.
Sabine subió veloz a su departamento, como no había ascensor tuvo que subir los cuatro pisos por las escaleras y al intentar abrir se encontró con la puerta cerrada, tuvo que usar su llave para entrar y casi se topó con Tom que la sujetó antes de que cayera.
-¡Wow! Sabine, ¿qué te pasa?
-Hay una mujer en nuestro balcón.
-¿Qué?- ella entró en su habitación y señaló el balcón pero no había nadie.
-Yo la vi abajo, era una mujer que iba en vestido negro. Te juro que la vi.
-Cariño, ¿no te habrás confundido? Ven, vamos…
Los dos bajaron y vieron el balcón, no había nadie, Tom le señaló los balcones y debajo de ellos estaba uno donde una señora tenía la costumbre de colgar algunas prendas.
-Seguro creíste que viste a alguien por eso. ¿No habrá sido una prenda del tendedero de la vecina?
-Puede ser…- Tom se rio y Sabine de repente se sintió tonta y le dio un leve golpe en el brazo. Su esposo le abrazó y besó.
-Ven, salgamos a cenar fuera. No quiero que por el trabajo empieces a ver cosas.- Sabine se lo tomó a bien, la verdad era que sí pudo haberse confundido.
Pasaron los días y Tom comenzó a sentir un leve aroma desagradable en la casa. Había buscado en todas partes, pero no había encontrado ese extraño olor.
-¿Pasa algo?- preguntó Sabine.
-Cariño, ¿no lo hueles?
-Oh, sí. Pero siempre va y viene. ¿No será cosa del vecino?
-El vecino que aún no conocemos.
-Bueno, siempre escuchamos ruido del otro lado, así que quizás no le guste mucho salir.
-¿Tú crees? ¿Y qué rayos haces para que huela tan mal de repente? ¿Curar quesos?
-Admite que sería interesante.
Tom se rio y lo dejó estar, el olor no duraba más que unos minutos y tenían siempre las ventanas abiertas, por lo que era muy fácil ignorarlo.
-Tienes razón. Aunque ya va siendo hora de comenzar a conocerlo. Después de todo somos los únicos que viven en este piso.
-Luego podremos llevarle un pastel.
-Buena idea, mi amor.
Sin embargo todo cambiaría una noche que comenzó a llover a cantaros y la lluvia caía justo en dirección hacia la puerta del balcón. Tuvieron que poner papel periódico para que no se mojara el suelo. Tom se despertó pasada la media noche, se sentía exhausto pero quería un vaso con agua, así que dejó la comodidad de su cama y el calor de su amada para ir por el dichoso vaso de agua. El horrible olor le golpeó de lleno apenas y llegó a la cocina, ¿qué rayos era ese aroma? Demasiado concentrado, horrible, definitivamente no era queso. Parecía una mezcla de leche agria y carne podrida. No podía soportarlo. Olfateó el lugar como haría un sabueso y de repente su estómago se retorció al notar que venía de la pared que conectaba con la de su vecino. ¿Qué era eso?
Toc, toc, toc.
Tocaron la pared, lo supo porque sus manos estaban contra la pared.
-¿Qué?...- tocó la pared y esperó respuesta.
Toc, toc.
La respuesta fue inmediata.
-Mmmm, así que así es la cosa.- volvió a tocar más fuerte con su puño. Esperaba que así su vecino notara lo molesto que era. Sin embargo…
TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC…
Comenzaron a tocar de forma errática y con mayor fuerza. Retrocedió y Sabine se asomó en la puerta tras escuchar lo que acontecía hasta que al fin tras unos segundos se detuvieron.
-Tom, ¿qué fue eso?
-Una broma de muy mal gusto, eso es lo que es.- salió molesto del departamento y tocó la puerta de su vecino furioso.- ¡Hey! ¡Abra esa puerta!
-¡Tom! Es la una de la mañana.
-Pues eso no le impide hacer sus tontas bromas.- golpeó la puerta una última vez y de repente esta se abrió, lenta y pesarosa se arrastró haciendo sonar los goznes oxidados.
-Tom…
Él entró. Los rayos iluminaron el departamento y por un momento creyeron ver la figura de una mujer en medio de la sala pero al volver a iluminarse el lugar no había nada, literal, no había muebles, no había siquiera rastro de vida en ese sitio… estaba deshabitado.
-¿Qué significa esto?- preguntó Sabine sin entender nada.- Tom, vámonos, ven.
Apenas y tomó el brazo de su esposo escucharon los mismos toques.
Toc, toc, toc.
Esta vez era en su pared.
-¡Está en nuestro apartamento!- gritó Tom y salió corriendo con su esposa detrás para entrar de nuevo a este y quedarse paralizado en seco en la entrada. Sabine que no podía ver por sobre Tom tuvo que rodearle para ver qué era lo que estaba viendo. Allí, justo en medio de la sala estaba el viejo sillón que Tom destrozó cuando llegaron, pero estaba de nuevo unido.
-¿Cómo… es posible?- no encontraba lógica alguna, ni siquiera habían estado fuera de su departamento más que un par de minutos a lo mucho, entonces cómo alguien pudo traer ese viejo sillón de vuelta… y la posición en la que estaba, mirando a la pared, ¿no era así como estaba cuando llegaron? No lo recordaba…
TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC.
Sabine de inmediato se asomó al otro departamento todavía abierto, sus ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad, sin embargo, al avanzar adentro hacia la pared podía sentir los golpes como si estuvieran del otro lado, de su lado o… ¿entre ellos? Ahogó un grito al darse cuenta que fuese lo que fuese estaba…
-¡AAAH!- el grito de Tom le hizo regresar y este tenía la vista en su habitación. Cuando ella se asomó y miró en dirección al balcón toda su sangre abandonó su rostro… una figura se formaba con los chorros de agua que caían, el agua corría por el cristal formando una figura humanoide. Ojos, boca, brazos y piernas, totalmente distorsionado y alargado.
Un relámpago iluminó una esquina y Sabine gritó también al ver en esta a la misma mujer de la otra vez. Fue un segundo, su esposo no la vio, pero ya había visto lo suficiente para tomarla del brazo y sacarla de la habitación.
TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC, TOC.
Los golpes comenzaron de nuevo frenéticos. Esta vez vieron la pared comenzar a agrietarse pero no se quedarían a ver lo que fuera estuviera en el muro. Fueron hacia la salida y sólo Tom se volvió para ver la pared ya destrozada y se arrepentiría por ello. Un trueno iluminó un agujero del que sólo vio dos grandes ojos rojos y una larga y gran boca llena de dientes alargados. Se movió en una carcajada silenciada por el sonido de la tormenta y de sus propios gritos. Pasaron la noche en su auto, no les importó, no querían pisar ese lugar otra vez…
Cuando terminó el relato Marinette quedó impactada. Tragó como pudo y miró a su padre temerosa por preguntar.
-¿Q-Qué pasó entonces?
-Pedimos a la mudanza que guardara nuestras cosas en una bodega y nos fuimos unos días a vivir a con tu abuela mientras reuníamos dinero. Cuando le contamos lo sucedido tu abuela se puso a investigar el lugar… vaya que tenía historia. Descubrió que en los años 30´s un hombre asesinó a su mujer allí y puso su cuerpo en las paredes, el olor fue lo que lo delató y al parecer el dueño de aquel entonces se le hizo fácil volver a hacer la pared entre los dos apartamentos. También dijo que intentó hablar con el dueño de este pero no pudo conseguir respuesta y hasta se negó a hablar del asunto. No tengo ni idea tampoco de lo que vimos o de ese extraño sillón. Por eso hija, si quieres vivir sola, con una de tus amigas o… tu pareja, investiga muy bien el lugar, porque no sabes con lo que te puedes encontrar.
Marinette asintió, necesitaría más leche caliente para dormir esa noche pero recordaría esa lección cuando fuese su turno dentro de algunos años…
-Pero Marinette, ¡es perfecto!- dijo Adrien ante la vista que tenían de ese viejo pero arquitectónico edificio, por supuesto, era perfecto, lindo, convencional, práctico para ir y venir como los héroes de Paris pero…
-No pensarás lo mismo cuando te muestre lo que encontré en este lugar. Nop, muéstrenos otro piso de la zona.- le pidió a la agente de bienes raíces que asintió resignada ante la voluntad de acero de la chica.
-Claro, pero ¿no quiere pensárselo? Esas cosas sucedieron hace mucho tiempo y…
-Oh, estoy segura. Ya que no quiero que un día el pasado del lugar venga a morderme el trasero.
Adrien siguió a su novia igualmente resignado, aunque por un segundo le pareció escuchar un gruñido antes de cerrar la puerta… No importa el tiempo que pase, hay cosas que nunca serán olvidadas.
…
Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer. Así pues dejen review, nada de tomatazos, acepto bebidas y dulces de temporada y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!
