Hola a todos! He aquí un nuevo capítulo para este mes de Halloween, algo basado en un video juego que me encanta, veremos si alguien lo adivina, y bueno, espero no asustar a muchos por aquí, o quizás sí, MUAJAJAJAJA, y ya puestos a esto… COMENZAMOS!
…
Capítulo 48.
La Huesuda.
Todos los chicos estaban pasando un gran momento en el Liberty, después de un largo ensayo había patatas, refrescos y más golosinas por cortesía de Marinette.
-Muy bien chicos, ya saben qué fecha del año es.
-Sí, Nino. No paras de recordárnoslo.- le dijo Alya con infinita paciencia hacia el entusiasmo de su novio.
-Es temporada de sustos y espantos. Así que si alguien tiene una experiencia aterradora qué contar, es bienvenido.
-Y así obtienes inspiración para buscar hacer un corte de terror para el concurso de jóvenes talentos.- le dijo Adrien y Nino sonrió un poco culpable.
-¡Oh! ¡Oh! Yo tengo una que me pasó en el centro comercial.
-Yo también tengo una.- levantó la mano Mylene.
Marinette no parecía cómoda con el tema, odiaba todo lo que tenía que ver con el esas fechas, sin embargo notó a Zoe muy callada y con las manos entrelazadas y apretadas, como si recordara algo malo.
-Zoe, ¿todo bien?
-Eh, sí. Es que recordé algo horripilante que pasé en mi anterior escuela.
-¿En serio? ¿Te gustaría contárnoslo?- preguntó Nino curioso pero Adrien fue más considerado.
-Sólo si gustas, nadie te está obligando.
-Bueno… está bien. Igualmente espero sacarle un buen susto a alguien.- dijo con una sonrisa a los presentes y comenzó su relato.
…
Siempre intentaba aparentar para sentirse aceptada, ya que en esa escuela sólo chicos de elite y de familias ricas eran admitidos y ella no quería convertirse en blanco fácil para ellos, ya había visto lo crueles que eran entre sí mismos.
-Zoe, ¿vienes o qué?- preguntó una chica de nombre Diane. Diane era popular y rica, pero se aburría siempre de las mismas compañías cambiaba de amigas cada semana como si estos fuesen algún par de calcetines, le recordaba mucho a su media hermana Chloe a la que había visto en una fotografía hacía tiempo. Y esta semana al parecer le tocaba a Zoe ser su nueva acompañante junto con otra chica de nombre Lisa que era demasiado seria y fría, todos la apodaban la dama de hierro ya que nada la perturbaba, ni siquiera los exámenes sorpresa.
-Voy, voy.- tomó sus cosas y caminó junto con sus amigas semanales.
Llegaron a la elegante cafetería cuya comida era hecha por chefs calificados y servidos por personal bien vestido. ¡Ugh! Tanto lujo a veces le exasperaba. El lugar entero estaba decorado de colores naranjas y negros, siendo la época favorita de todos.
-Vaya, sí que se han esmerado en el decorado de este año.
-Sí, no es tan horroroso como en otros años.- dijo Diane pero Zoe era fan de la fiesta de brujas, más sonrió y señaló una bruja falsa.
-¿No es esa la maestra de cálculo?- Diane se rio y le dio un leve golpecito en el brazo.
-Cómo eres, Zoe.- tomaron sus charolas y les sirvieron sus platos.- Ya saben lo que significa esta fecha, ¿no?
-¿Tontas bromas sin fin?- dijo Zoe rodando los ojos pero por primera vez Lisa habló.
-La historia de la Huesuda.
-¡Eso mismo!- mientras Diane, Zoe no pudo evitar sentir un escalofrío.- Esa tonta historia con la que asustan a los nuevos.
-Y siempre hay un loco que intenta buscar al fantasma.- dijo Lisa con pasividad y Zoe entonces rio para quitarse los nervios.
-La verdad es que no los culpo, pero me parece una pérdida de tiempo pensar en esa historia que no sabemos si es real o no.
-Es real según antiguos registros.- volvió a hablar Lisa y Zoe sentía que debía concentrarse en caminar a su mesa y no en desmayarse en el acto.
La historia de la Huesuda trataba de una chica gorda la cual sus compañeros molestaban. La chica se sometió a dieta y ejercicio extremo y logró bajar de peso, pero, no estando satisfecha, siguió con su dieta y ejercicio hasta tal grado que ella dejó de comer poco a poco. Las personas que se acercaron a ella preocupados se alejaron al ver su estado demencial de seguir queriendo adelgazar. Compañeros, profesores, nadie podía hacerla cambiar de parecer y cada vez le tenían miedo. Decían que era ver un esqueleto andante con ojos y cada vez que alguien le decía que debía comer ella gritaba:
'¿Es que no ves lo gorda que estoy? ¡Mírame, me veo gorda en el espejo!'
Gritaba a todos asustándolos más, ya que no había espejos en el lugar. Sin embargo, un día todo se salió de control cuando una nueva profesora llegó y la vio. La profesora se asustó y habló con ella sobre su esquelética figura a lo que la chica, rabiosa porque creía que la nueva profesora quería engordarla más, la atacó y comenzó a morderla gritando.
'¡Estoy comiendo! ¡Esto comiendo! ¿Ya están felices?'
Unos alumnos que pasaban por el salón vieron la escena y la separaron de la profesora que apenas y podía someterla a pesar de su delgadez, pero cuando los alumnos se la quitaron de encima, su piel estaba tan pegada a los huesos, tan débil y frágil, que al sujetarla su carne se rompió y se corrió por todo el brazo.
'¡ESTOY COMIENDO!'
Gritaría la chica ahora comenzando a comer la escasa carne de sus brazos hasta que llamaron a la policía y la ambulancia, encontrándola muerta y con trozos de su propia carne en su boca.
Decían que si a medianoche dejabas un bocadillo afuera del salón donde murió, verás una mano huesuda tomarlo y meterlo dentro. Y que por nada del mundo debes abrir la puerta cuando la mano salga o la Huesuda te morderá y hasta podría matarte.
-Yo voy a hacerlo.- dijo Diane y Zoe pensó que había escuchado mal.
-¿Qué dijiste?
-Yo haré el estúpido reto para desmentir esa estúpida leyenda.- dijo llamando la atención de todos. Zoe no quería pensar en lo que se le iba a venir si los profesores le atrapaban así que aparentó completa indiferencia.
-¿Y por qué quieres desvelarte entre semana? Ni loca querría tener bolsas bajos los ojos.
-Es simple, por la fama. Quien haga el reto y diga que vio al fantasma será famoso.
-¿Y de verdad crees que verás al fantasma?- preguntó Zoe y Diane rio.
-Obvio no, pero bien puedo decir que vi algo y todo el mundo me creerá.
Zoe no dijo nada así como Lisa, se concentró en comer sus alimentos intentando no pensar en la leyenda de la Huesuda y de si era verdad lo del fantasma o no. Ya tenía suficiente ahora con saber que lo que pasó fue real para preocuparse de fantasmas…
Esa noche alguien tocó a su puerta. Al asomarse se encontró a Lisa, era tarde, casi las dos de la madrugada y debían estar en ese momento todas en cama o se meterían en una bronca. Lisa llevaba su celular en modo linterna.
-¿Qué pasa?- preguntó somnolienta.
-Diane no ha regresado.
-¿Qué?
-Dijo que iría a hacer el reto a medianoche y que debía estar despierta porque quería que editara el video que iba a hacer, pero no ha regresado todavía.
-Tal vez la atraparon y le estén regañando justo ahora.
-De ser así ya la hubiesen llevado a su habitación que está cerca de la mía, pero no ha pasado nadie.
Zoe al fin se despertó por completo, podía escuchar algo de miedo en la voz de Lisa. No eran amigas de Diane, eso bien lo sabían, pero si algo le pasó ellas se sentirían culpables puesto que eran la únicas que sabían que saldría en la noche.
-Vale, voy contigo.
Usando su celular como lámpara salió con Lisa hacia los salones de clase. Tenían que abandonar el edificio de residencia para entrar a la escuela. Normalmente estaba cerrada pero como todo buen estudiante sabían que era sencillo entrar a la escuela por otros medios. Lisa y Zoe decidieron escalar por la canaleta y entrar por una ventana del primer piso, era lo cercano que tenían. Caminaron por la abandonada escuela intentando no hacer ruido, si el vigilante los encontraba se meterían en una buena. Llegaron hasta el salón donde supuestamente debía dejar la ofrenda. Encontraron un plato vacío pero no a Diane.
-Mira.
-¿Dónde crees que esté?- preguntó Zoe que se acercó al plato vacío. Apenas y lo tomó notó que la puerta estaba entreabierta.- ¿Diane?- abrió un poco la puerta iluminando un poco el interior cuando una mano atrapó la suya. Soltó su celular del susto y cayó al suelo. Diane apareció riéndose de ella.
-Deberías ver tu cara.
-Maldita sea.- masculló Lisa molesta y Zoe se recuperó del susto tomando del suelo su teléfono que tenía la pantalla rota de un lado.
-Oh no… mira lo que has hecho.
-Bah, bien te puedes comprar otro. Pero fue tan divertido. Son la tercera pareja que asusto.
Lisa tuvo la consideración de ayudar a Zoe a levantarse.
-Eso es infantil. Nos vamos antes de que el vigilante venga.
-Sí, sí, como sea. Váyanse o el verdadero fantasma podría venir a por ustedes.- Zoe se veía molesta que quiso replicar pero se mordió la lengua dispuesta a irse a dormir pero Lisa que arqueó la ceja no lo iba dejar estar y luego rio entre dientes mirando burlona a Diane.
-Me apuesto a que ni siquiera pusiste algo de comida en la puerta.- Diane dejó de reír.- Porque te da miedo que la Huesuda aparezca.
Por primera vez, Zoe vio a Lisa sonreír, era un reto abierto y era obvio que Diane no iba a dejarlo así.
-Yo… creo que es mejor que salgamos las tres ahora.
-Cierra el pico.- le dijo Diane.- Vale, voy a hacerlo.- Zoe quería decirle que no debía hacerlo pero Lisa le instó a quedarse callada. Vieron a Diane poner sobre el plato un yogurt que tenía guardado, quien sabe si de ella o de alguna de sus anteriores victimas que quiso hacer el intento.
Cerró la puerta y esperaron en silencio. De repente la puerta se abrió poco a poco, las tres miraron con espanto como se abrió apenas una fracción cuando algo tomó el yogurt, fue tan rápido que no pudieron ver bien la mano y la puerta se cerró de golpe. Diane al ver eso miró a las chicas, estaban pálidas y Zoe quería irse de allí pero Diane sacó esta vez un pan envuelto en una servilleta de los que les daban en cestas. Lo puso sobre el plato y volvió a ocurrir lo mismo, la puerta se abrió apenas un poco y entonces una veloz mano tomó el pan, más esta vez Diana no dejó que la puerta se cerrara sino que la abrió por completo.
-¡¿Dónde estás?!- gritó a quien fuera que estuviese allí iluminando con su celular el interior pero no encontró nada. Esta vez el miedo se apoderó de ella, su mano temblaba de forma incontrolable apenas y pudiendo sostener su teléfono.- ¡Sal ahora mismo! ¿Qué clase de broma enferma es esta?
-Vámonos de aquí.- dijo Zoe tomando la mano de Lisa que se había quedado estática. Pero apenas y Diane quiso hacer lo mismo, algo la tomó del brazo y sintió a alguien morderla con fuerza.
-¡AAAAAAAAHHH!
Las dos chicas se voltearon y Diane cayó fuera del salón tomando su mano. Zoe entonces vio una cabeza asomarse por la puerta, una cabeza bulbosa, sin ojos, pero mostrando sus dientes en una mueca como si no tuviese labios.
Carnosa. Tengo… hambre…
Diane gritó y Zoe la tomó de la mano a Lisa para salir las dos por la delantera de ese sitio. No supieron si las estaba siguiendo o no, lo que sí sabían era que no querían ser mordidas por esa cosa tal como Diane que no dejaba de llorar.
…
Cuando terminó el relato todos estaban impresionados y para qué negarlo, un poco asustados.
-Después de eso Diane pidió su transferencia así como Lisa poco después, yo me quedé porque mis padres obviamente no me creerían una historia así. Por suerte no volví a experimentar algo así.
-Q-Qué miedo.- balbuceó Rose que abrazaba a Juleka pero Luka dejó de lado su miedo para externar sus pensamientos.
-Es aterrador pero a la vez triste. Una chica que por quitarse la burla de sus compañeros hizo lo posible para adelgazar y terminó enfermando de su mente que era lo que tenía que cuidar.
-Sí, es verdad que es triste.- musitó Mylene.- Es decir, yo no soy delgada como ustedes pero estoy a gusto con mi cuerpo y me siento feliz.
-Eso es lo importante.- señaló Adrien.- No saben las veces que he visto modelos matarse de hambre para alcanzar una "talla ideal".
-Pienso que eso es una tontería.- expresó Marinette.- Delgados, altos, bajos o llenitos, todos debemos amarnos como somos. Y si la gente tiene un problema con eso, es su problema, no nuestro.
Todos asintieron a sus palabras, mientras que Zoe se preguntó qué habría sido de sus compañeras después de ese susto. Lisa de seguro llevaría una vida normal, ¿pero y Diane? Al parecer nunca lo sabría, pero esperaba que estuviese bien.
…
-¡NOOOOOOOOOOO! ¡Va a venir y a comerme! ¡Va a venir y a comerme! ¡No puedo estar gorda! ¡Si me pongo gorda me comeráááá!
Fue lo que gritó una chica en una clínica de rehabilitación. Sus padres empezaban a perder las esperanzas, sólo deseaban que su hija volviese a comer y se recuperase algún día de su enfermedad.
La chica gritó mientras le ponían una camisa de fuerza, tan delgada, tan perdida, tan… hambrienta.
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Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer y lamento si les saqué un susto, así pues dejen review, nada de tomatazos, y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!
