Llamada matutina

Era la hora del desayuno y el equipo se encontraba reunido en la cocina, devorando las deliciosas crepes de chocolate que Spy había cocinado.

-¡Quiero más! ¡Heavy se ha comido parte de las mías!- se quejó Scout, cuyo plato estaba vacío.

-¡Mentira!¡ Heavy ha visto a pequeño Scout comer su plato rápido para pedir más!- replicó el ruso.

-¡¿Me llamas mentiroso?! ¡Eso ha dolido!- contestó el bostoniano haciéndose la víctima.

-¿Podéis bajar la voz? Estoy intentando leer- interrumpió Sniper, levantando la vista del periódico.- Escuchad esto: " dos atracadores Intentan asaltar un almacén de Mann. Co en Badlands y acaban estampados contra la estatua de la libertad. Saxton Hale, quien había ido a revisar dicho almacén, les interceptó"- citó con una media sonrisa de diversión.

- Intentar robar a una de la empresas más poderosas del mundo sin informarse. Que falta de profesionalidad- opinó Spy.

-"Saxton Hale bate un nuevo récord en lanzamiento de ladrones"- continuó leyendo Sniper.

-¿Pero ese récord existe?- preguntó Scout extrañado y con la boca llena , ya que había logrado robarle una crepe a Sniper mientras este estaba distraído leyendo.

-Chico, si existe la magia y los fantasmas yo ya no me sorprendo por nada- respondió Engineer encogiéndose de hombros.

Justo en ese instante el teléfono de la base sonó, sorprendiendo a los mercenarios. El teléfono no solía usarse mucho porque sólo servía para recibir llamadas y las personas que conocían el número podían contarse con los dedos de una mano. Si algún miembro del equipo quería hablar por teléfono, tenía que conducir hasta la gasolinera más cercana.

-Seguro que es la Administradora- gruñó Medic al pensar en su jefa.

-O puede que sea Miss Pauling- opinó Engineer.

-¿Miss Pauling? ¿Tú crees?- preguntó Scout entusiasmado.

-¿Por qué no vas a comprobarlo?- le recomendó Demoman. Scout corrió como una bala a coger el teléfono.

-¿Diga?- preguntó el bostoniano con voz seductora esperando oír a Pauling al otro lado.

-¿Está Soldier?- oyó preguntar con tono de extrañado a una voz masculina al otro lado de la línea.

-Soldier, es para ti- llamó Scout a su compañero, con el ánimo completamente por los suelos.

-¿Sí?- preguntó Soldier.

-¡SOLDIER!- gritó la voz al otro lado de la línea con furia.

-Hola Merasmus- saludó Soldier alegre a su compañero de piso.

-¡¿Cuántas veces tengo que decirte que jales de la cisterna cuando hagas tus necesidades?! - continuó furioso el mago.-¡ No solo que llevan aquí desde la última vez que estuviste en casa, si no que se me ha caído una poción en el váter y ahora tus heces han mutado y están ensuciándolo todo!

-Ni que antes estuviera limpio- oyó burlarse al Bombinomicon de fondo.

-¡Tú te callas, libro infernal!- le replicó el mago.

-Mira Merasmus, si no jalé de la cisterna es porque no funcionaba, así que mis patrióticas heces no pudieron irse por el desagüe- se excusó Soldier.-Deberías de haber llamado a un técnico.

-Debo colgar- dijo Merasmus alarmado.- ¡Esas criaturas amenazan mi colección de cuencos malditos! ¡Cuando vuelvas a casa te voy a lanzar una docena de maldiciones! ¡Y págame ya el alquiler, miserable mortal!

-Yo también te quiero, Merasmus- se despidió Soldier en tono irónico antes de colgar.- Magos, siempre quejándose por todo.


Como os habréis podido imaginar, esta escena ocurre antes de que Merasmus echara a Soldier de casa.