Despertador

Eran las seis de la mañana de lo que se suponía iba a ser un domingo de descanso para el equipo, abatido tras una larga semana que había culminado con una racha de derrotas consecutivas.

La mayor parte de los agotados mercenarios tenía planeado dormir hasta bien entrada la mañana. Incluso Sniper, que era un madrugador nato, había decidido al verse tan cansado que lo más profesional sería tener un buen descanso y dormir unas necesarias horas de más.

El único que no compartía esa idea era Soldier.

El americano se había levantado el primero, como todas las mañanas, y se encontraba en la cocina, aunque estaba tan irritado que ni siquiera le apetecía estudiar el tostador, cosa que siempre hacía, pese a que tras ser pillado por Sniper, este y Engineer habían intentado convencerlo de que el tostador solo era eso, un tostador, y que no había ningún robot en la base o fuera de ella. Necios todos, pensaba Soldier, pero ya se darían cuenta de su error cuando llegara la revolución de las máquinas. Ya le pedirían ayuda viendo que era el único que se había preparado, habiendo perfeccionado sus técnicas de imitación de robots y su perfecto disfraz para pillar a esos montones de chatarra completamente desprevenidos.

-¿Dónde se ha metido esta panda de nenazas?- se preguntó Soldier, cuyo enojo iba en aumento, viendo que nadie iba a desayunar.- No creo que estos vagos se hayan quedado dormidos después de la paliza que les han dado estos últimos días...

El americano subió la escalera que llevaban al piso superior, donde estaban las habitaciones. Aquella base, cercana a Mountain Lab, disponía de ocho habitaciones, una para cada mercenario, sin contar a Sniper, quien dormía en su caravana. Soldier encontró la puerta de la primera habitación, donde dormía Scout, entreabierta. Gruñó al oír los ronquidos del más joven de sus compañeros y siguió recorriendo el pasillo, comprobando efectivamente que todo el equipo salvo él dormía.

-¿Tendrán morro? -dijo furioso.-¡Hoy les voy a dar un entrenamiento especial tan intenso que se les van a quitar las ganas de hacer el vago!

En menos de un minuto Soldier bajó a la cocina y volvió al piso superior, armado con una cacerola y su fiel pala.

-¡ARRIBA, SACOS DE SANGRE!- comenzó a gritar a viva voz mientras golpeaba la cacerola con toda la fuerza que su rabia le daba.- ¡NO HABRÁ PAZ PARA LOS MALVADOS NI DESCANSO PARA LOS PERDEDORES!

Los gritos de protesta y los quejidos del resto del equipo no se hicieron esperar.

-Tío relájate un poco, es domingo- dijo un soñoliento Scout.

-¡ No voy a relajarme! No mientras los comunistas del otro equipo sigan ganándonos- le gritó al bostoniano.- ¡QUIERO VEROS A TODOS EN EL EXTERIOR DE LA BASE EN DIEZ MINUTOS, Y AL QUE NO SE PRESENTE LE MANDO A CONVIVIR CON MERASMUS UNA SEMANA!

Dicho eso último, Soldier se marchó por la escalera.

-¿Qué hacemos?- preguntó Scout a sus compañeros, quienes solo tenían la cabeza asomada por la puerta.

-No se tú, pero yo me vuelvo a la cama- murmuró un resacoso Demoman.- Si me manda con Merasmus mejor para mí: tengo un asunto de venganza personal con él- añadió señalando a su parche.

-Secundo la moción- concordó Spy, con la máscara solamente medio puesta.

-Que grite lo que quiera, hoy estoy demasiado cansado para tener paciencia con él- gruñó Engineer, con su aterrado gatito agarrándose firmemente a su cabeza, dado que se había subido ahí del susto que el pobre animal se había llevado con los gritos de Soldier.

-Ídem- respondió Medic, con cinco de sus palomas sobre la cabeza y tres sobre cada hombro, todas en el mismo estado que el gato.- ¿Quién quiere tapones para los oídos?- sus compañeros presentes levantaron la mano y, tras entrar en su habitación y volver a salir al pasillo, el alemán comenzó a repartir un par para cada uno.- Siempre guardo reservas extras para cuando me toque compartir habitación con Heavy o Scout- ambos mencionados miraron al doctor con seriedad.- ¿Qué? ¡Es cierto! ¡Tengo grabaciones con lo demuestran!

-¿Y por qué hiciste esas grabaciones?- preguntó Demoman con curiosidad.

-¡Para denunciarles por contaminación acústica!- exclamó el alemán.

- Es lógico que Heavy ronque, ¿pero Scout?- preguntó Engineer confundido.

-Es una de mis muchas habilidades especiales- dijo el joven con orgullo.

-Creo que deberíamos dar esta conversación por concluida y volver a la cama antes de que nuestro lunático compañero regrese- sugirió Spy mientras se metía en su habitación.- Echad bien el pestillo- recomendó antes de cerrar su puerta. Sus compañeros no tardaron en seguir su ejemplo.

Mientras tanto, en el exterior de la base un solitario Sniper dormía plácidamente en su caravana, soñando con prados y ovejas.

O eso era lo que estaba haciendo hasta que le despertó el sonido de una ventana al romperse. En acto reflejo, creyéndose acechado por el Spy enemigo, arrojó una jarra de fraskungfú que escondía bajo la almohada. El grito de rabia de Soldier al verse lleno de orina le hizo darse cuenta de su error.

-¿Qué haces aquí?- le preguntó el australiano a su enfadado compañero.- ¿Y por qué me has roto la ventana

-¡He venido a despertarte, pedazo de vago campero!- le gritó este.- ¡Y la he roto porque no podía entrar por la puerta! ¿Por qué la tenías cerrada?

-¡Para que no entre gente como tú y me despierte! ¡Ahora largo!- le gritó el australiano mientras le echaba de su vehículo/casa, cerraba fuertemente la puerta y comenzó a conducir hasta que estuvo a una distancia prudente de la base. Cuando se detuvo, suspiró para tranquilizarse y se volvió a meter en la cama.

Soldier, al encontrarse abandonado en el exterior de la base y ver que ninguno de sus compañeros llegaba, suspiró profundamente y, antes de caer rendido sobre el suelo, dijo con una mezcla de tristeza y agotamiento:

-Yo solo quería pasar la mañana entrenando con ellos.


Pobre Soldier, nadie le hace caso. Pero tranquilos, en el fondo le tienen cariño.