Cena de pijos

Por primera vez en meses, y aprovechando que se encontraban en las proximidades de Teufort, el equipo había tomado la decisión de salir a cenar fuera (con el fin de evitar comer la horrible comida de Soldier).

La gente de Teufort había tratado de expulsar a los mercenarios de RED y BLU en numerosas ocasiones. Pero ni siquiera cuando tres miembros de BLU mandaron un carro-bomba a un centro de entrenamiento de Santa Claus (o Papa Noel), consiguieron que la justicia los expulsara. Y aunque el enfrentamiento contra el viejo Nick hubiera mejorado algo la reputación de los locos mercenarios, estos seguían teniendo muchos detractores.

Por eso, cuando los más ricos habitantes del pueblo vieron entrar a nueve de ellos en el restaurante más caro y elegante, vestidos con sus uniformes (aunque al menos estaban limpios), la indignación se mezcló con el más absoluto terror, aunque al propietario se le dibujo el símbolo del dólar en los ojos, porque los rumores apuntaban a que esos tipos solían dejarse un dineral en bares y restaurantes, y el suyo no era precisamente barato.

- ¿Pero a qué antro de pijos nos has traído, Spy?- preguntó Scout, descontento con el sitio nada más poner un pie en él.

- Al que lleve a tu madre antes de tirármela la última vez que estuvo aquí- se limitó a responder este con maldad.

Scout hizo ademán de lanzarse al cuello del francés, pero fue retenido por Sniper.

-Contrólate, no queremos líos- le dijo el australiano a su compañero tras soltarlo.

Scout se cruzó de brazos y murmuró una serie de insultos hacia Spy, los cuales nadie logró escuchar.

-Mesa para nueve- solicitó el francés al maître, un hombre alto, delgado, con una prominente nariz y cara de pocos amigos.

-En seguida, señor- respondió este con falsa educación.-¡Roberto! ¡Alex! ¡Juntad esas mesas del fondo a la de ya!- gritó este a dos camareros. Luego, con su tono repelente, se dirigió a los mercenarios- acompáñenme por favor.

Una vez se hubieron sentado, uno de los camareros repartió la carta con el menú.

-¿Qué coño es esto, Spy?- se quejó a gritos Soldier tras leer la carta.- ¿Dónde están los bistec? ¿Y las costillas de cerdo? ¿Y las hamburguesas? ¡Esta carta es de nenazas!

-Es comida refinada, cosa que tu maltratado paladar agradecerá, mon ami- replicó este.- Te recomiendo el pato a la naranja, es exquisito.

-Yo hubiera preferido ir a Taco Bell- murmuró Medic.- Esta comida me recuerda demasiado a la de mi mujer.

-¿Doctor todavía no ha hecho las paces con ella?- preguntó Heavy.

-Nein, pero no hablemos de eso, que se me amarga la cena- pidió Medic.

- Joder, es que hay platos que ni sé lo que son- se quejó Scout.- ¿Qué coño es el cuscus?

-Sémola de trigo, típico de Argelia- respondió Demoman.- Una vez estuve allí en unos de mis viajes en busca de seres mitológicos - explicó.

-¿Y qué coño es la sémola?

-Harina gruesa- respondió Engineer, leyendo la carta por cuarta vez, incapaz de decidirse por algo.- Y no me digas que no sabes lo que es la harina.

-¡Claro que sé lo que es la harina! No soy tonto, ¿vale?- replicó Scout, indignado.

En ese momento uno de los camareros se les acercó:

-¿Que van a tomar?

Pyro comenzó a darle su pedido, ya que lo había decidido a la primera. El camarero le miró con confusión.

-Quiere todo lo de la lista de postres- tradujo Engineer.- ¿Seguro, Pyro?- Pyro asintió.- Luego si engordas no te quejes- bromeó.

-Muy bien- dijo el camarero anotando extraña petición.- ¿Y los demás señores que van a tomar?

Al final el grupo, salvo Spy, se había decidido por el "cochinillo con salsa especial de la casa ( o más bien "ni nosotros sabemos de que esta hecha")", que casualmente era el plato más caro. Spy por su parte pidió un plato que combinaba pasta, nueces y bechamel.

Tras una larga espera en la que Scout, a quien no se le había ocurrido otra cosa que ponerse a juguetear con la cubertería, estuvo a punto de clavarle el tenedor a Demoman en el ojo bueno y Soldier no paraba de quejarse a gritos de la carta ( su tono de voz molestando a los clientes, quienes se habían quejado al propietario en múltiples ocasiones para que lo expulsaran, pero este no hacía caso, pensando en la cuenta que les iba a colar). Varias veces, los mercenarios pidieron bebidas alcohólicas, aunque las quejas por la falta de cerveza y scrumpy no se hicieron esperar.

Finalmente la comida estaba servida.

-¿Qué coño esto?- dijo Soldier al examinar el pequeño filete que el habían servido.

-Esto no alimentar ni a pequeño bebé llorón- dijo Heavy al devorar su filete de un bocado y ni haber notado la mínima pizca de sabor.

-¿Y por esta cutrez nos cobran setenta dólares?- dijo Scout mientras clavaba el tenedor en el suyo y comprobaba que al igual que Heavy se lo podía comer de un bocado.

-Oiga, ¿no tiene algo más grande?- preguntó Engineer al camarero cuando sirvió la comida de Spy, que eran cinco o seis macarrones mal cubiertos de una sustancia blanca con nueces flotando.

-Ese plato es el más grande que tenemos, señor- respondió este. Se fue de nuevo y unos segundos más tarde volvía con los también diminutos postres de Pyro, quien murmuró decepcionado al ver el tamaño.

-¿Y cómo esperan que la gente se alimente con esto?- quiso saber Demoman.

-La alimentación no es lo que nos preocupa: solo queremos que la gente se deje el dinero con nuestros platos minúsculos- respondió el camarero.- Por cierto, no se molesten en dejar propina: el dueño se las queda todas.

-¿Y por qué nos cuentas todo esto?- preguntó Scout.

-¡Por qué por fin alguien ha decidido publicar mi libro y ya no tendré que trabajar en este establecimiento nunca más!- respondió este.- Va de un niño que se convierte en el héroe del tiempo y cuando crece se tira a toda niña (ahora adultas) que conoció en su infancia.

-¿Las tías están buenas?- quiso saber el bostoniano, pese a las miradas de estupefacción de sus compañeros.

-Por supuesto: hay una granjera pelirroja con un buen par de nalgas y tetas. Por no hablar de la princesa del pueblo- le comentó este.- ¿Quieres que te de una copia? La tengo aquí mismo

Una vez acabó la cena, en la que los mercenarios se habían dejado gran parte de su paga, estos tenían el estómago casi tan vacío como antes, pero ahora al menos tenían un libro de fantasía pornográfico.


Aunque más que un libro de fantasía es un fanfic malo de Zelda... jeje. Me acordé de un tipo que publicaba ese tipo de historias en un viejo foro al que le tengo mucho cariño mientras estaba escribiendo esto y no puede evitar hacer la referencia.

Por cierto, ¿os acordáis de aquel fanfic de TF2 que no sabía si escribir que comenté en el capítulo anterior? Pues lo estoy escribiendo y , de hecho, he publicado ya el primer capítulo. Lo podéis encontrar en la sección de crossovers o directamente en mi perfil.