Un día en la piscina
Aquel día la piscina pública de Teufort recibió un horrible recordatorio...
Era un Domingo de verano especialmente caluroso y muchas familias, madres solteras incluidas, habían decidido que con un sol tan radiante sería una mala idea dejar a los más pequeños en casa (más que nada porque la mayoría de críos se vuelven insoportables cuando hace calor). Y sólo había un lugar en todo Teufort donde poder pasar un día tan caluroso: la piscina.
Las familias de Teufort disfrutaban del frescor del agua y de la agradable sombra que proporcionaban las sombrillas. Los socorristas vigilaban, pero estaban tranquilos: en toda la temporada no había ocurrido incidente alguno que hubiera requerido su atención. Los niños se turnaban para deslizarse por los toboganes en la piscina infantil, sin empujones ni peleas, mientras los mayores se relajaban en la piscina para adultos.
De pronto, se oyó un estruendo. Estruendo que cortó las risas de los niños y las conversaciones de los adultos. La mayor parte de los presentes miró hacia el lugar del cual procedía semejante ruido: el aparcamiento. Un coche debía de haber chocado con algo.
En ese instante una enorme mano se asomó por encima del muro que separaba la piscina de la calle. El muro medía casi tres metros... en el pueblo no había nade que midiera tanto como para llegar hasta ahí.
Seguida de la mano apareció una cabeza calva, cuyo rostro fue reconocido con pavor en algunos casos y con desprecio en otros.
-Heavy creer que no vamos a tener hueco...- dijo la cabeza, perteneciente uno del peligroso grupo de criminales conocido como "los nueve de Teufort". Oséase, nuestros carismáticos, alocados y mentalmente desequilibrados mercenarios.
Y es que incluso a ellos les podía el calor, por lo que habían decidido que aquel Domingo irían a la piscina pública de Teufort.
Heavy cayó al suelo de culo un segundo después de echar un ojo sobre el muro de la piscina, la gravedad habiéndole ganado. Scout trató de contener la risa al verle caer, pero no tuvo éxito y soltó una enorme carcajada, cosa que provocó una amenazadora mirada por parte del ruso. Antes de que comenzaran a pelear, Sniper llamó su atención.
-Mirad: la gente se está marchando. Creo que al final podremos entrar- informó el australiano.
Y en efecto: varias familias habían recogido rápidamente sus cosas y empezaban a marcharse del lugar. Donde iban esos nueve siempre acababa ocurriendo algún desastre, y los padres más precavidos habían decidido huir de allí. Otros habían decidido quedarse: no había mayor desastre para ellos que aguantar a sus propios hijos quejándose del calor.
Así pues, los nueve mercenarios entraron en el recinto, atrayendo las miradas de más de una persona. Una madre soltera que tomaba el sol se les quedó mirándo fijamente, pensando "menuda panda de inmaduros tienen que ser para venir a una piscina que solo frecuentan familias". Su mente quedó en blanco cuando Soldier y Demoman se quitaron sus camisetas, dejando al descubierto sus fuertes y musculosos torsos, curtidos en las batallas que habían librado a lo largo de sus vidas. La temperatura corporal de la mujer subió tanto que tuvo que tirarse a la piscina rápidamente.
-¿En serio llevas un bañador con estampado de mapaches?- le preguntó Scout a Soldier, quien efectivamente llevaba puesto un bañador verde cuyo estampado era una serie de caras adorables de mapaches. El joven llevaba un ajustado bañador de deporte, en un intento desesperado de marcar un casi inexistente "paquete".
-¿Algún problema con eso?- replicó este.
-No, es que pensaba que preferías llevar uno de ágilas o la bandera de América.
-Las aguilas y las banderas son de la temporada pasada: este año se llevan los mapaches- respondió Soldier.- Aunque viendo la horterada que lleva Engi, creo que ninguno de los dos estilos hubiera pasado desapercibido.
El texano se miró: llevaba puesto un bañador de estampado hawaiano. Viéndolo detenidamente, la verdad es que le resultaba rídiculo hasta a él.
-Era el que tenían de oferta- se excusó este, visiblemente avergonzado. Luego miró hacia los lados, buscando algo. Al no encontrarlo, preguntó con preocupación- ¿habeís visto a Pyro?
Spy le dió un toque en el hombro y le hizo mirar a la piscina infantil, donde el pyromaníaco, con su traje y máscara puestos, flotaba en medio de la piscina con la ayuda de un flotador con forma de pato y unos llamativos manguitos en forma de Globocornio ante las miradas de estupefacción y confusión de los niños con los que compartía piscina.
-¿Por qué cojones lleva manguitos y flotador si sabe nadar?- quiso saber Scout.
-¿Buscando lógica al comportamiento de Pyro? Y luego el que busca cosas que no existen soy yo...- comentó Demoman, burlón.
-Ese es un buen punto- admitió el bostoniano.
Medic, cuyo bañador a rayas era incluso más hortera que el de Engineer pero a ver quien se atrevía a comentárselo, estaba absorto en sus asuntos, cuando Heavy, quien llevaba un bañador azul oscuro, se acercó a él.
-Doktor...¿puede echarle crema a Heavy en la espalda?- preguntó el ruso a su compañero pasándole el tarro de protección solar.
-Claro...-accedió Medic.-¿Protección de 70? ¡Ni si quiera sabía que existía protección solar tan alta!
-Heavy tener la piel sensible- respondió el ruso quitándole importancia al asunto de la crema.
Las miradas indiscretas de un trío de mujeres se posaron sobre ambos mientras el alemán le extendía la crema por la espalda a Heavy. Pensamientos no del todo limpios pasaban por sus mentes, y eso se reflejaba en sus rostros.
-¡¿Es qué uno no puede untar de crema la espalda de su sujeto de experimen... digo, compañero de trabajo sin que alguien piensen que somos gays?!- exclamó Medic indignado al notarlas. Las mujeres huyeron de la escena rápidamente al ver al aleman enfurecerse. Heavy aguantó las ganas de echarse a reír.
Entre tanto, el socorrista jefe no podría estar tranquilo. Pese a que los mercenarios llevaban ahí dos horas y todavía no había ocurrido nada, salvo la parte en la que el francés casi había ahogado al australiano (al parecer este le había susurrado que había orinado justo al lado de él mientras nadaban), pero ese asunto se había zanjado sin dificultad prohibiéndoseles a ambos el baño durante el resto del día; sabía que la tragedia no tardaría en llegar. De hecho, dos segundos después de que aquel pensamiento pasara por su mente, un incendio se desató en el vestuario de mujeres. Rápidamente, los socorristas salieron corriendo a apagar el incendio.
-¡Mierda, mierda, mierda, mierda!- exclamaba Engineer mirando el fuego.-¡No puedo dejar a Pyro cinco minutos solo en terreno civil sin que queme nada!
-¿Y para qué le dejas solo?- le preguntó Medic indignado mientras él y el resto del equipo recogían sus cosas: tenían que pirarse de allí antes de que llegara la policía.
- ¡No iba a plantar un pino delante de él!- replicó este.
-¿Es que ahora eres jardinero?- preguntó Medic confundido. Engineer le lanzó una mirada que decía "estas de coña, ¿verdad?".-Oh, espera: no es un pino literal sino...Vale, vale, vale: ya lo pillo.
-Además, no lo dejé sólo: se supone que Scout le iba a vigilar- gruñó el texano. Las sirenas de los coches de bomberos y policías comenzaba a oírse de fondo.
-Estaba demasiado ocupado, ligando con esta atractiva señorita- respondió Scout señalando a una mujer de unos veintiseis años que por su cuerpo bien podría ser una modelo.
-¡Te repito que estoy casada, merluzo!- exclamó la mujer, harta ya del niñato que trataba de seducirla inutilmente.
-Eso lo dices para ponerme celoso- replicó este.-¿Dónde esta el anillo de boda?
-Cariño, ¿te molesta este tipejo?- oyó el bostoniano decir a su espalda a una voz grave.
Scout se giró lentamente: a la mole que halló tras si sólo la superaba en tamaño Heavy. Aunque el hombre era mucho más musculoso que este: músculos "artificiales", probablemente debidos a la combinación esteroides más gimnasio. La cara del hombre era de muy pocos amigos...
-¡Eh, chicos! ¡Creo que es hora de irse!- exclamó Scout aterrado, y haciendo gala de su velocidad trepó rápidamente por el muro y saltó hacia el aparcamiento, como si fuera una ardilla asustada.
Finalmente, dos minutos antes de que llegaran la policía y los bomberos, el equipo había huido del lugar en sus vehículos.
-A este paso nos van a vetar la entrada hasta en el supermercado que abrió este lunes- gruñó Spy, quien viajaba con Scout, Pyro y Demoman en el coche de Engineer.
-Sobre eso... ayer confundí a una vieja con una bruja y volé el sitio por los aires- confesó Demoman.
-Y la tipa con la que estaba ligando antes era la dueña...- recordó Scout.
Spy puso los ojos en blanco.
-¿Por qué no me sorprende?
¡Este mes el fic cumple un año! No se si haré algo especial o no, depende de lo inspirada que este.
Este capítulo va dedicado a mi amigo Sam, quien no dejaba de pedirme uno de esta temática. Espero que tenga suficiente "fanservice" para tu gusto. Y gracias de nuevo por el inusual :D
