Sustos en la noche

Eran las dos de la mañana y todos los mercenarios dormían. En la base de Nightfall reinaba el silencio, salvo por una lejana gotera y los sonoros ronquidos de Heavy y Scout. La única iluminación eras las tenues luces de emergencia.

En las noches de luna llena, como aquella, se podría decir que los pasillos de aquella base resultaban siniestros, sacados de un escenario de película de terror. Aquel que se atreviera a pasear a esas horas, lo haría con el constante e irracional temor de que una criatura tenebrosa le atacara en cualquier momento. Eso podía hacer las travesías nocturnas al cuarto de baño un tanto incómodas. Especialmente si dos de tus compañeros de equipo tenían insomnio y se aburrían demasiado.

Cuando Demoman y Sniper aceptaron batirse en un duelo de a ver quien bebía más café no se esperaban a que iban a pasar toda la noche en vela, aunque mirándolo en retrospectiva era lógico: cuando Demoman se había rendido habían llegado a quince tazas. No sólo tenían insomnio, sino que tenían que visitar el retrete con cierta periodicidad.

Fue en la vigésima visita al cuarto de baño, cuando a Tavish se le ocurrió la feliz idea que les había llevado a esa situación. Escondidos tras una pila de cajas de suministros MannCo, Demoman y Sniper esperaban a oír el sonido de una puerta al abrirse. Normalmente, Sniper no participaría en esta clase de planes, pero mejor eso a pasar la noche en vela sin hacer nada productivo.

-Agg, otra vez no...- gruñó Demoman en un susurro mientras abandonaba su puesto y se dirigía al cuarto de baño una vez más. Ahora entendía como lograba Sniper llenar tantas jarras de fraskungfú en un día.

Sniper se quedó soló vigilando a través de los agujeros que había hecho en una sábana blanca vieja. Del escocés volvió unos minutos después, con cara de agobiado.

-¿Cómo lo aguantas?-le susurró a su compañero mientras se tapaba con una sábana igual que al de Sniper.

El australiano se encogió de hombros y respondió:

-Uno se acaba acostumbrando.

Antes de que Demoman pudiera decir algo más, se oyó el sonido que tanto estaban esperando. Alguno de sus compañeros se dirigía al cuarto de baño. Era su oportunidad.

Esperaron a que quien quiera que fuera estuviera cerca de su posición y saltaron desde detrás de las cajas.

-¡Bu!

Esperaban oír algún grito alarmado, pero lo único que oyeron fue...

-Uy, que miedo- dijo Medic con sarcasmo y, malhumorado, añadió- Dummkopfs...

Y dicho esto el alemán se dirigió hacia el cuarto de baño. Demoman y Sniper se encogieron de hombros y volvieron a esconderse tras las cajas. Medic volvió a pasar pocos minutos después, echó una mirada de reojo a su escondite y puso los ojos en blanco, pero no dijo nada y se limitó a volver a su habitación.

Durante un buen rato (en el que Demoman volvió a visitar el cuarto de baño carias veces y Sniper rellenó cinco jarras más de fraskungfú) no se produzco movimiento alguno en la base.

Entonces una puerta volvió a abrirse, pero esta no era la de la habitación de alguno de sus compañeros: era la puerta del almacén, cosa que sorprendió a ambos mercenarios: ambos habían visto a Engineer cerrar la puerta con llave antes de acostarse. Aquello era algo muy extraño...

Sin tener nada mejor que hacer, australiano y escocés se dirigieron hacia el almacén, del cual salía una extraña luz roja que puso nervioso a ambos mercenarios. Demoman y Sniper avanzaron con cautela por el pasillo, hasta llegar al almacén.

-¿Hay alguien ahí?- preguntó Demoman mientras abría la puerta lentamente.

El alarido que escocés y australiano profirieron cuando al puerta se abrió de en par en par sería digno de entrar en los libros de historia... si hubieran gritado.

-Buuu- dijo alguien bajo una sábana blanca.

-Spy, estás haciendo el ridículo- le dijo Sniper al falso fantasma.

-Pues anda que vosotros- replicó este quitándose la sábana de encima.- Admitid al menos que la luz roja ha tenido efecto.

-Un poco nerviosos si que nos ha puesto- admitió Demoman. Luego añadió con resignación- me da a mi que en esta base ya no se pueden hacer bromas de este tipo.

-Normal: con la de mierda que nos pasa cada Halloween, lo de los fantasmas es casi algo normal ya- respondió Sniper.

-En fin, dado que vuestro plan para pasar la noche en vela entretenidos no va a dar resultado, ¿qué os parece si jugamos a las cartas?- sugirió Spy.

En las noches de luna llena, como aquella, se podría decir que los pasillos de aquella base resultaban siniestros, sacados de un escenario de película de terror. Aquel que se atreviera a pasear a esas horas, lo haría con el constante e irracional temor de que una criatura tenebrosa le atacara en cualquier momento. Pero cuando alguien ya esta acostumbrado a los fenómenos paranormales, las noches como esa son sólo noches particularmente oscuras y nada más. Y ni si quiera tres compañeros con insomnio y aburridos podían hacer nada para asustar a los demás.


Bueno, este capítulo no me ha quedado del todo bien y por eso he dudado bastante en publicarlo o no. Finalmente he decidido hacerlo tras ver la fecha de publicación del último capítulo, aunque sólo sea para decir que este fic sigue vivo, solo que últimamente me faltan bastantes ideas (quizás sea porque decidí centrarme en Off the Fortress).