De compras en el súper
A Engineer se le agotaba la paciencia. Cuando aquella mañana los mercenarios habían recibido la desagradable noticia de que el pedido de recursos, entre los que se incluían los alimentos para la semana, no iba a llegar, y no les había quedado más remedio que acercarse al supermercado más cercano (a diez kilómetros de la base), el texano no se imaginaba el follón que iban a montar sus compañeros de equipo. Aunque en el fondo debería haberlo esperado.
Engineer estaba parado en medio de un pasillo llevando el carro de la compra, en cuyo interior Pyro estaba sentado. Llevaban tres cuartos de hora en el supermercado y lo único que habían metido en el carrito eran cervezas y los ingredientes para los focatas de Heavy. El resto de sus compañeros discutían en grupos separados sobre qué llevarse.
-¡Nein! ¡ No pienso permitir que te lleves tantos cigarrillos!- le decía Medic a Spy, quien había cogido un pack de diez cajetillas de tabaco.- ¡El dinero de esta compra lo hemos puesto entre todos!
El alemán arrancó el pack de las manos del francés y volvió a ponerlo en la estantería. Spy no dudo en volver a cogerlo, haciendo caso omiso al doctor, solo para que este volviera a quitárselo. Llevaban así varios minutos y Spy seguía incitando aquel círculo vicioso simplemente por que le divertía la reacción de Medic.
-¡¿Para qué cojones necesitas tanto café?!-le gritaba por otro lado Scout a Sniper, quien había cogido un paquete de café de tres kilos.- ¡Esto es sólo para una semana!
-¡Y eso es lo que yo me tomo en tres días!- replicó el australiano.
-¿Sabes que si te llevas eso yo no voy a poderme comprar todas las BONK! que necesito?- le recriminó el bostoniano.
-¿Y?- replicó Sniper sin inmutarse.
-¡Y que yo las uso en el campo de batalla!- exclamó el otro.- Tu el café no lo usas para nada...
-¿Dónde te crees que saco yo tanto pis para las jarras de fraskungfú?
-¡¿Pero serás guarro?!
-Y tú gilipollas.
Sniper y Scout comenzaron a gritarse insultos mutuamente. Aunque no eran los únicos que gritaban en aquel instante.
-No pienso comprar ni fruta ni verdura ¡Son para comunistas!- decía Soldier a pleno pulmón.
-¿Pero que tendrá que ver el comunismo con la comida?- le preguntó Demoman
-¡Actualmente casi todo tiene que ver con el comunismo!- explicó Soldier.- Es una conspiración para lavarnos el cerebro a los americanos.
-Pero fruta ser sana y necesaria- le informó Heavy.- Vuelve a bebés pequeños y débiles en fuertes y sanos.
-¡Eso es lo que ellos quieren que creas!- insistía Soldier.
Tras contemplar las diversas situaciones, Engineer suspiró profundamente en un intento de relajarse. Sentía que estaba llegando al limite de lo que su paciencia podía aguantar. ¿Es que sus compañeros no se daban cuenta de que tenía cosas importantes que hacer y no podría perder el tiempo en sus tonterías?
-Que cruz...- murmuró entre dientes mientras cogía un par de cajas de tetra-bricks de leche y las ponía en el carro con la ayuda de Pyro. En ese instante el texano notó que la mirada de Pyro estaba posada en la balda más alta de la estantería.- ¿Quieres algo?
Pyro asintió y señaló a una bolsa tamaño XL de algodones de azúcar.
-Pero eso no está en la lista- se negó Engineer, pensando en lo que dirían sus compañeros de equipo. Pyro le miró fijamente y el texano intuyó que el piromaníaco le estaba mirando con ojitos de cordero.
Engineer echó un rápido vistazo a sus compañeros de equipo: Soldier se había atado a la báscula para pesar la fruta con un cartel que decía: "no a la comida comunista", mientras Demoman trataba de convencerle de que necesitaban la fruta y Heavy parecía debatirse entre apartar a Soldier de un puñetazo o dejarle inconsciente de un cabezazo. Por su parte, Spy y Medic seguían en su círculo vicioso por el tabaco, el alemán aún sin darse cuenta de que Spy estaba jugando con él para su propio divertimento, y Scout y Sniper aún seguían insultándose mutuamente.
- Ya estoy harto de esto...- gruñó.
Engineer volvió a mirar a Pyro y a la bolsa de algodones y entonces se le ocurrió algo.
-¿Sabes qué? Le van a dar al resto del equipo: voy a coger la cerveza, tus algodones, algo para mi gato y nos volvemos a la base- le dijo al piromaníaco con una sonrisa. Pyro dio un par de palmaditas alegres.
El resto del equipo no se dio cuenta de que Pyro y Engineer se habían marchado hasta una hora más tarde, cuando, finalmente, habían conseguido coger todas las cosas de la lista y se habían acercado a dejarlas en el carrito, sólo para encontrarse que sus dos compañeros habían desaparecido.
-Nos han dado plantón...- dijo Spy sorprendido, mientras se acercaban a la caja para pagar. Medic y él habían sido los primeros en cesar en su lucha, aunque ahora el alemán esta un tanto resentido consigo mismo por haber perdido los estribos por una tontería y con el francés.
-Bueno, en el fondo equipo merecerlo- admitió Heavy, cargando con un inconsciente Soldier sobre sus hombros.- Engineer dijo que no tenía mucho tiempo libre hoy y todos tardar demasiado en completar lista pequeña.
El grupo pagó la compra y salió del supermercado, cada miembro cargando con dos bolsas.
- Esperad- se detuvo Scout contemplando el aparcamiento.- Si Engi ha ido...¿ cómo vamos a caber todos en la furgoneta y en la caravana si sólo tienen tres y dos plazas?
-Pues alguien se tiene que volver andando...- comentó Medic como quien no quiere la cosa antes de salir corriendo hacia la furgoneta. El resto del equipo no tardó en salir a la carrera hacia los coches.
Dos horas después, Soldier se despertaba abandonado en el aparcamiento del supermercado. No tardó en darse cuenta de que el equipo se había marchado sin él.
-Maldición. ¡La maldita fruta comunista ha hecho que mis compañeros de equipo me abandonen!- exclamó el americano.- ¡No os preocupéis chicos, ya voy a salvaros!
Últimamente me esta costando bastante encontrar temas para escribir historias cortas. Aún así, no pienso abandonar este fic. Solo pido perdón por no escribir tanto como antes, pero ya sabéis: la inspiración viene y va cuando le da la gana.
